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El Instituto Gamaleya en el cual se desarrolló la vacuna Sputnik V parece un mundo libre de COVID-19. La gente camina de un lado a otro, platica y se saluda, sin utilizar cubrebocas ni pensar en la sana distancia. Y es que sus casi mil 200 empleados ya han recibido esta vacuna desde el otoño del 2020. Esto incluye al principal científico encargado de su desarrollo, Denis Luganov, a su esposa, hija y nieta.

Así relata Joshua Yaffa, el corresponsal en Moscú del semanario New Yorker, en un extraordinario reportaje en el que logra visitar el laboratorio y platicar con los desarrolladores de la vacuna…y también con los científicos fuera de Rusia que dudan de su seguridad y eficacia.

Sputnik V es ahora la vacuna por la cual apuesta el gobierno mexicano una vez que el suministro de otras vacunas parece haberse ¿estancado? ¿complicado? ¿nunca haberse bien concretado? No sabemos bien a bien qué ha pasado pero el caso es que no han llegado a México. Entre que Pfizer se retrasó con el suministro de vacunas en todo el mundo; Moderna está comprometida a entregar primero a Estados Unidos; CanSino no ha sido aprobada en ningún país fuera de China; y Novavax y Johnson & Johnson están en esas, la apuesta que ha señalado López Obrador desde su aislamiento es la Sputnik V. ¿Es esta vacuna un parteaguas científico o una apuesta nacionalista apresurada de Vladimir Putin?

La pregunta es más que válida. Sputnik V fue anunciada como vacuna exitosa por Vladimir Putin en agosto del 2020. Muy al estilo del presidente ruso, se hizo con bombo y platillo, pero sin dar a conocer los estudios clínicos necesarios y solo con la garantía de que la hija de Putin ya había sido inoculada. Putin, el mismo gobernante que ha sido acusado de envenenar a sus adversarios, ya sea dentro del país, como ocurrió con el líder opositor Alexéi Navalny, o fuera, como fue el caso de Sergei Skripal y su hija, pide que confíe el mundo en su vacuna.

No hay claridad ni siquiera de cuál hija de Putin recibió la Sputnik V. Se rumor que es Katerina Tikhonova, una mujer que dirige un instituto científico en la Universidad de Moscú. Pero eso no es todo en el mundo del rumor y la opacidad. Tikhonova se dice que es hija del presidente, pero ni en eso hay certeza.

En el Instituto Gamaleya fue en donde se desarrollaron vacunas contra el Ébola y MERS, pero éstas no fueron aprobadas por ningún regulador en el mundo. El éxito de su eficacia radica en los dichos del Instituto. Para cuando se aplicaron estudios de fase III de estas vacunas, ambas enfermedades ya estaban casi bajo control.

Así que con tanta incertidumbre, resulta positivo que la revista científica The Lancet haya dado a conocer su opinión sobre el estudio fase III de la Sputnik V. Lo que dice The Lancet es que en el estudio en el que participaron 20 mil rusos, se obtuvo un 91.6% de eficacia. Ahora la fase III se va a llevar a cabo en India y la EMA, que es el equivalente a la Cofepris de Europa, ha dicho que van a comenzar los estudios fase III en el viejo continente con 40 mil participantes para ver si la aprueban también.

También parece positivo que en el reportaje de Yaffa, al final nos cuenta que, habiendo platicado tanto con científicos que participaron en el desarrollo de la Sputnik V como con sus críticos, él decidió ponerse la vacuna.

Apostilla: Anoche la Cofepris aprobó el uso de emergencia de la Sputnik V. El gobierno dijo que ha comprado 24 millones de dosis. Esperemos que este anuncio sí convierta en realidad y no sea un juego más de la 4T con la esperanza de los mexicanos.

 

Columna completa en El Universal

El lunes en la mañanera el presidente López Obrador declaró que la ONU le estaba haciendo caso a su sugerencia de evitar el acaparamiento de países ricos y dar vacunas a los países más pobres y que por ello Pfizer había anunciado un retraso en su suministro a países europeos y a México. Dijo que México, como país solidario, va a dejar que estas vacunas de Pfizer que no se entreguen ahora sean entregadas a países más pobres. Agregó que el país tiene convenios con otras farmacéuticas y que por ello no era un problema recibir menos vacunas de Pfizer.

Busqué entrevistar para mi podcast Broojula a un ex Subsecretario de Salud para preguntarle por esta versión del presidente y me comentó que habláramos de las vacunas y de otros temas sobre la pandemia, de lo que yo quisiera, pero que de la versión de que el freno del suministro de Pfizer se debía a la sugerencia de AMLO a la ONU prefería ni opinar porque eso era un cuento del presidente sacado de la manga.

La razón del retraso de Pfizer se debe a una reconfiguración de su planta en Puurs, Bélgica, para poder aumentar su capacidad de producción a 2 mil millones de dosis al año. Pero el presidente expresó, convencido, su propia versión en su conferencia desde Palacio Nacional. Tan convencido como lo hemos escuchado decir otras mentiras.

Desde abril López Obrador viene diciendo que la pandemia está domada. El 9 de junio del año pasado declaró que “México está dando un ejemplo en el mundo porque logramos aplanar esta curva y evitar que se saturaran los hospitales sin medidas coercitivas, sin el uso de la fuerza”. Ese día murieron en México 596 personas a causa de la COVID19. Ayer murieron 1,584 personas. Domada la pandemia no está, ni en México, ni en el mundo.

Pero hay casos mucho más exitosos que otros. Por ejemplo, en Vietnam se han contagiado en total, en todos estos meses, 1,539 personas y han muerto 35; en Corea del Sur se han contagiado 73 mil 115 personas y han muerto 1,283; en Australia se han contagiado 28 mil 731 personas y han muerto 909 personas. Si esas cifras las ponderamos por cada 100 mil habitantes, en Vietnam han muerto .04 personas; en Corea del Sur 2.48 y en Australia 3.64.

¿Cómo va México? Aquí, con datos oficiales que sabemos que muestran un subregistro, se han contagiado un millón 649 mil 502 personas; han muerto 141 mil 248 y por cada 100 mil habitantes han muerto 111.93.

¿Cómo puede decir el presidente que la pandemia está domada? En Vietnam, Corea del Sur y Australia, el buen manejo de la pandemia ha permitido que estos tres países no estén desesperados apostándole a la vacuna como solución nacional. Por el contrario en estos tres países, por ejemplo, el control sobre la pandemia permite que hoy la vacuna sea una elección y no una necesidad.

El Ministro de Salud de Corea del Sur declaró en diciembre que ellos, al haber controlado los contagios de COVID19, no están con prisa de empezar la vacunación. Prefieren tomarse su tiempo para descartar cualquier riesgo u efecto secundario de la inoculación y por ello estiman comenzar a hacerlo hasta otoño de este año.

El Ministro de Salud de Australia, Greg Hunt, declaró que el trabajo que está haciendo Gran Bretaña va a dar información y lecciones importantes respecto a la distribución y eficacia de las vacunas. En el país planean esperar y ver e iniciar la vacunación hasta marzo.

Haber manejado bien la pandemia desde el principio les da a estos países la oportunidad de no tomar medidas desesperadas y aceleradas. En México, en donde el presidente miente cuando dice que domamos la pandemia, la historia es otra.

Ante el escenario que atraviesa México, prefiero creer que el presidente se cree sus propias mentiras. La alternativa sería aun más desoladora.

Columna completa en El Universal

“Probablemente no habría llegado aquí

(a La Casa Blanca) sin las redes sociales

porque la prensa ha sido

muy injusta conmigo”

Donald Trump.

Febrero 18, 2020.

 

Usó Twitter para anunciar políticas de gobierno; para contratar y despedir empleados; para inventar palabras (Covfefe); movió mercados bursátiles y mintió sin freno. La verdad la sustituyó con el espectáculo de la mentira que twitter facilitó. Algunos dicen que sin Twitter, Trump no habría llegado a la presidencia de EUA y ahora, muy apropiadamente para los tiempos, concluye su presidencia y Twitter lo sacó de su plataforma. Lo mismo ha hecho Facebook.

¿Por qué si Trump lleva incitando a la violencia y mintiendo desde incluso antes de ser presidente, las plataformas actúan hasta ahora? La respuesta más sencilla es que Trump dejará de ser presidente en menos de una semana y en su lugar llega un presidente demócrata cuyo partido va a tener la mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado. Pero también es posible tomar en cuenta que si Twitter hubiese tomado esta acción cuando Trump todavía tenía años por delante de ser el presidente, hubiese sido bastante complicado silenciarlo ya que cualquiera de sus miles de seguidores podría escribir lo que Trump publicara en otra plataforma como Parler, Gab, Rumble, MeWe o DLive a las que son afines los seguidores de Trump, y copiar el mensaje en Twitter. Silenciar al presidente de Estados Unidos no será sencillo ahora pero habría sido prácticamente imposible durante su gobierno.

Esto sin duda es un golpe durísimo para Trump que ha sabido capitalizar las redes sociales como ningún otro político. Tan solo en el último mes Trump twitteó un promedio de 18.5 veces al día y esto generó más de 17 millones de re-tuits y casi 80 millones de ‘likes’. Si Trump hubiese querido generar la misma atención a través de los medios de comunicación tradicionales, el costo habría sido de casi 3 millones de dólares al mes, de acuerdo con un artículo publicado esta semana en Los Angeles Times.

¿A dónde se van a ir los miles de seguidores de Trump? ¿Ya con esto se acaba la promoción de violencia y la publicación de mentiras, incluyendo la de que las elecciones de noviembre fueron fraudulentas? Trump no va a estar en Twitter pero el trumpismo sí. Sus miles de seguidores saben que si solamente están en Parler o Gab, su mensaje no tendrá eco. Para poder resonar, se requiere de periodistas y medios de comunicación tradicionales que hagan que el mensaje se repita en los ámbitos liberales.

Ahora, ¿qué pensar de que dos personas, Jack Dorsey y Mark Zuckerberg, sean las que definan qué y a quién se deja publicar y qué y a quién se le bloquea? En el caso de Trump, la decisión de sacarlo de sus plataformas la tomaron después de haberse beneficiado durante por lo menos cinco años de la presencia de Trump en sus redes sociales. Y ¿qué decir sobre otras dos personas que sean las que tengan las llaves de la posibilidad de que una plataforma pueda o no existir? Me refiero a Tim Cook y Sundar Pichai, los CEOs de Apple y Google (Alphabet) que decidieron sacar de sus tiendas de aplicaciones a Parler y con esto prácticamente desaparecer a la red social alternativa a la que se quieren mudar los simpatizantes de Trump.

El momento para reflexionar sobre el peligro de Trump para la democracia tendrá que llevar también a pensar en el desbalance que representan estas cuatro empresas; estos cuatro individuos, con el poder descomunal que tienen en sus manos. Una pluralidad en las redes es igual de indispensable para una democracia como el reconocimiento de que en las elecciones se gana y se pierde y cuando sucede esto último, se acepta y se promueve una transición pacífica del poder.

Apostilla: El presidente López Obrador no condenó la violencia en el Capitolio de EUA con el argumento de que no quiere intervenir en lo que ocurre en otros países. Sin embargo, sí criticó la decisión de Twitter y Facebook de suspender las cuentas de Trump.

Columna completa en El Universal

La falta de coherencia entre las ideas y las acciones se llama incongruencia. Es la definición de diccionario. Y es también el sello claro e indeleble de la autollamada 4T. Un gobierno que presume tener múltiples ideas para transformar y hacer de México un país mejor y que a la hora de tener que implementarlas simplemente falla.

Falla porque lo que dicen que van a hacer no es congruente con lo que hacen. El presidente lleva décadas diciendo que la corrupción es el mal que mantiene a México en el subdesarrollo. Apenas llega al poder y lleva dos años cobijando la corrupción dentro de su familia y dentro de su equipo de gobierno. No tiene un solo acto de verdadera lucha contra la corrupción que presumir. Si tener a Manuel Bartlett en el equipo y hablar de combate a la corrupción no es ejemplo suficiente de incongruencia, van otros.

Esta semana está el viaje del subsecretario de Salud, Hugo López Gatell a Oaxaca; su decisión de ir a ver a su familia – eso dijo en su respuesta cantinflesca – en lugar de ser congruente con lo que tanto pide al resto de los mexicanos: quedarnos en casa. ¿O era quédate en casa…de tus amigos en la playa? Mientras varios mexicanos están enfermos o mueren de COVID, el subsecretario cree que está bien estar sentado en un restaurante en la playa en Oaxaca porque “allá no están en semáforo rojo”.

Quizás el viaje de López Gatell a Oaxaca lo pudo haber cambiado por una visita a un hospital COVID; a una reunión con familiares de muertos por coronavirus; a un encuentro con personal médico y de enfermería, pero no. El subsecretario prefirió ir a una playa oaxaqueña y cuando fue cuestionado a su regreso, decidió echarle la culpa de su mala decisión a los medios de comunicación por querer desprestigiarlo.

En la misma semana vimos a otros políticos y al presidente en fotografías en redes sociales pasándola a todo dar. El presidente se vistió de jugador de béisbol y escribió que siempre hay tiempo para hacer deporte. Sí, mucha gente ha salido de vacaciones y otra tanta se fotografía en momentos alegres con amigos y familia y suben sus imágenes a las redes sociales, pero es muy distinto ser un ciudadano de a pie que ser funcionario público.

Al Subsecretario López-Gatell ¿no le da vergüenza con los médicos que no han podido descansar de la cantidad de pacientes que tienen que recibir en los hospitales? Y al presidente López Obrador ¿cómo puede solaparlo? ¿Cómo puede decir que le importa el pueblo y a la vez dejarlo a la merced de un hombre que claramente no está ni interesado en hacer el trabajo encomendado?

El viaje de López-Gatell es un escándalo en el mundo. Medios estadounidenses han puesto el comparativo de que el Dr. Anthony Fauci decida irse a Miami. “El zar del COVID se toma una vacación a la playa en medio del aumento de casos”, es la lectura que le dieron ayer en CNN.

En Irlanda, el Comisionado de Comercio, Phil Hogan, la Ministra de Agricultura y un senador tuvieron que renunciar a su cargo por haber asistido a un evento de 81 personas en un campo de golf. En Ontario, el Ministro de Finanzas, Rod Phillips, tuvo que renunciar cuando se supo que se fue de fin de año a St. Barth’s. Fue el mismo caso del la Jefa del Servicio Médico de Escocia, Catherine Calderwood y del Ministro de Salud de Nueva Zelanda, David Clark.

En México, el viaje ya se volvió una buena manera de promover turismo: “Si Gatell ya fue a Huatulco, tú ¿para cuándo? No te quedes fuera y reserva ya!!! Viaje a Huatulco y Puerto Escondido. Avistamiento de ballenas y liberación de tortugas del 29 de enero al 1 de febrero 2021”, es el mensaje que me apareció en redes sociales de una empresa JA Tours.

Qué ingeniosos los de la empresa turística. Y qué incongruencia la de la 4T.

 

Columna completa en El Universal

El Tribunal Electoral no sirve. Es un tribunal compuesto por algunos magistrados presionados políticamente y que por ello cambian sus criterios sin el más mínimo rigor jurídico. Así demuestran que ni son objetivos ni dan certeza.

El ejemplo más reciente de ello ha sido con respecto al fallo de que el INE se extralimitó en sus facultades al determinar que los partidos políticos deben de cumplir con la paridad en las candidaturas como lo mandata la Constitución desde el 2019. Esta paridad exige, entre otras cosas, que cuando menos 7 de las 15 candidaturas de las gubernaturas que estarán en juego en el 2021 sean para mujeres.

La paridad de candidaturas está contenida en la Constitución y como tal es un mandato nacional que evidentemente por ello es competencia del INE. Pero el caso llegó al Tribunal Electoral vía una impugnación de los senadores Ricardo Monreal y Eduardo Ramírez Aguilar, y ahí fue revocada la resolución del INE por cuatro de los siete magistrados: el presidente, José Luis Vargas; Felipe Fuentes; Indalfer Infante Gonzales; Felipe de la Mata.

Para las elecciones del 2018 el INE aprobó acciones afirmativas para el registro de candidaturas, entre ellas no solo las de género, también una cuota indígena, y lo hizo sin problema. Los magistrados Fuentes; Infante; de la Mata y el presidente, Vargas eran integrantes del Tribunal Electoral entonces y, sin embargo, algo que apoyaron antes ahora lo revocan.

Así, ante los mismos criterios de las elecciones del 2018, hoy los cuatro magistrados mencionados fallan de manera distinta. Esto es una señal clara de que algo está mal en el Tribunal Electoral. De que son magistrados que cambian criterios y con ello le quitan certeza; fortaleza y claridad al órgano electoral que es la última instancia en materia electoral.

Hay que aclarar que las presiones políticas a los magistrados siempre han existido pero lo que no habíamos visto antes son los bandazos de ahora. El cinismo llega a tal punto que la última versión de lo acordado en la sesión del lunes del Tribunal, lo que se conoce como el engrose, fue modificado por el magistrado Vargas para que el fallo se leyera como que los partidos políticos deben cumplir en la medida de lo posible y en atención a las disposiciones internas de los partidos con la paridad de candidaturas.

En esta versión de Vargas lo que se vio fue una modificación que no aprobaron los magistrados Janine Otálora; Mónica Soto y Reyes Rodríguez y cuya inconformidad se hizo muy pública ayer en redes sociales y medios de comunicación.

¿Cómo que cumplir en la medida de lo posible con un mandato constitucional? Una ley es vinculante. La Constitución no se cumple en la medida de lo posible. Por ello, hasta el envío de esta columna los magistrados que estuvieron en desacuerdo con la revocación a los lineamientos para el registro de candidaturas que dictaminó el INE no han firmado el engrose.

Lo que ocurre en el Tribunal es un cochinero. Es una guerra entre magistrados y entre instituciones electorales (INE vs Tribunal) y de los partidos en contra de éstas mismas instituciones. Da terror pensar que así llegaremos a las elecciones más complejas de México. Con un Tribunal que demuestra la debilidad de varios de sus integrantes que son sujetos fáciles de presiones políticas. Un Tribunal que no da certeza y por ello no da confianza.

Columna completa en El Universal

¿Qué debe hacer Claudia Sheinbaum? Gobernar la Ciudad de México nunca ha sido una tarea sencilla. Si alguien lo sabe es Andrés Manuel López Obrador quien ya ocupó la Jefatura de Gobierno que hoy ostenta Claudia. Pero a diferencia de él, que era Jefe de Gobierno cuando Vicente Fox llegó a la presidencia con el enorme bono democrático de ser el primer jefe del ejecutivo en ganarle al PRI, Sheinbaum llega a gobernar la Ciudad de México para compartir el espacio con el mismo partido, Morena. Esto no ocurría desde 1997 que Cuauhtémoc Cárdenas se convirtió en el primer Jefe de Gobierno con Ernesto Zedillo en Los Pinos.

Claudia Sheinbaum tiene actualmente un buen nivel de aceptación. De acuerdo con la más reciente encuesta de Consulta Mitofsky que hace un comparativo entre la aprobación de AMLO con la de los gobernadores y la Jefa de Gobierno, ella tenía un 50.3 por ciento de aprobación en noviembre del 2019 frente a AMLO que tenía 55.5 por ciento. Ahora la situación se ha volteado. AMLO tiene 57.6 por ciento de aprobación y Sheinbaum tiene más: 60.7 por ciento.

Estos números muestran que la Jefa de Gobierno está logrando un buen malabarismo en el dilema que enfrenta: acercarse demasiado al presidente López Obrador la aleja de buena parte de su electorado y tiene repercusiones negativas en los ciudadanos de la CDMX; alejarse de López Obrador le complica sus aspiraciones presidenciales hacia el 2021.

Para darle gusto al presidente en su manejo de la pandemia, Sheinbaum tendría que no utilizar cubrebocas; no hacer pruebas ni implementar el Código QR para intentar rastreo de contagios. Ese dilema explica parte de la razón para que estas medidas se apliquen tarde y tibiamente. Pero finalmente ha logrado que avancen. Aquí digamos que el dilema de Claudia se resuelve favorablemente.

Para darle gusto al presidente en su desprecio a los empresarios, Sheinbaum primero se peleó con varios en el ramo inmobiliario principalmente. El Cártel Inmobiliario, lo llamaron en la Jefatura de Gobierno. Bajo el argumento de combate a la corrupción, se paralizó prácticamente la construcción en la ciudad. Ahora, para intentar reactivar la economía de la CDMX se ha dado un acercamiento que a final de cuentas ni generó rendición de cuentas de ese cártel, pero sí provocó un boquete en la finanzas y en el desarrollo ordenado de la capital. Por ello, el dilema de Claudia de alejarse de los empresarios para darle gusto al presidente ha significado un costo para los ciudadanos de la CDMX.

En la agenda de género es quizás en donde más ha sorprendido la forma que ha decidido la Jefa de Gobierno para lidiar con las demandas feministas. Ante un presidente que, duele decirlo pero no hay de otra: es un misógino, Claudia Sheinbaum asumió las protestas para frenar la violencia de género como una afronta directa en su contra y no demandas legítimas. Con la llegada de Omar García Harfush a la Secretaría de Seguridad local, la situación ha mejorado en cuanto a la libertad de manifestación de las mujeres. Aquí el dilema está a flor de piel. Aun tiene que trabajarlo la Jefa de Gobierno.

Mucho se habla de cómo AMLO puede tener aprobación tan alta a pesar de los problemas que tiene el país, heredados unos y generados por él otros. En el caso de Claudia Sheinbaum vemos que la Jefa de Gobierno goza de mayor popularidad que el presidente. La gran duda será si Sheinbaum logra resolver cada vez mejor su dilema: tiene que malabarear con darle gusto al presidente o dejarle una mejor ciudad a los capitalinos.

 

Columna completa en El Universal

Termina el mensaje por el 2º año de gobierno del presidente López Obrador y me pongo a escribir este texto. Quisiera ser parte de aquellos que ven el vaso lleno. De los que le aplauden y al escucharlo dicen que es el mejor presidente de México. De los que forman parte del 60 por ciento de apoyo a López Obrador en las encuestas de opinión.

Quisiera escuchar y creerle a López Obrador cuando dice que con todo y la pandemia que implicó la pérdida de un millón 117 mil empleos formales, ya se han recuperado 555 mil 600. Me gustaría poder aplaudirle sin recordar que a mediados de año había dicho que para este mes de diciembre se crearían 2 millones de empleos adicionales con todo y el coronavirus.

Sería extraordinario pensar en la cancelación a rajatabla de los fideicomisos como un triunfo en la lucha contra los gastos discrecionales y la corrupción pero, cuando concluye el año y no se ha presentado una sola prueba de malversación o mal uso de estos recursos y en cambio vemos que ahora sí quedan a disposición del gobierno, surge la maldita sospecha que, si AMLO quiere, este dinero servirá para comprar votos y voluntades para las elecciones del 2021.

Dijo el presidente en su discurso que ya es una realidad la atención médica y los medicamentos gratuitos. Como envidio a quienes aplauden este dicho del presidente e ignoran la cantidad de historias dolorosas de padres que han perdido a sus hijos enfermos de cáncer por falta de medicamentos ante un presidente que ha claramente decidido ni verlos ni escucharlos.

Presumió López Obrador que en materia educativa no han faltado libros de texto; se han construido 140 universidades públicas y hay 7 mil 200 becas de posgrado. La gran pregunta es ¿de qué sirve todo esto ante lo poco que se está haciendo para controlar la pandemia en México y que los alumnos puedan regresar a las aulas? ¿Se preocupa el presidente por los efectos en la salud mental y educativa de las clases a distancia? ¿Cree que la televisión y el internet pueden sustituir el contacto con maestros y compañeros?

El presidente habló de otros datos favorables entre los que incluyó el aumento en el flujo de las remesas. “Esos envíos de dinero llegarán a la suma récord de 40 mil millones de dólares, lo cual beneficiará a 10 millones de familias que están recibiendo en promedio 350 dólares mensuales”, dijo el presidente.

¿De verdad ni él ni sus simpatizantes se dan cuenta que esto no es un logro sino un fracaso? Implica que llega dinero a México de quienes prefirieron abandonar el país para poder buscar un mejor presente y futuro que aquí simplemente no encontraron.

También habló del avance en la solución al grave problema de la inseguridad que dejaron los gobiernos anteriores. ¿Cómo escuchar esto y aplaudir? Señor Presidente, ya basta de hablar del pasado ¿Para eso quería llegar a ser el Jefe del Ejecutivo? ¿Para aventar culpas sin asumir responsabilidades?

Bueno y el cierre con broche de oro es escuchar que lo mueve la convicción de justicia y que en su gobierno no hay impunidad para nadie. ¿Cómo aceptar esto sin voltear a ver a Bartlett; Irma Eréndira Sandoval y Pío López Obrador? Sus simpatizantes argumentarán que estos casos palidecen frente a los excesos del pasado. Flaco consuelo para quien quiere de verdad un país en el que impere el Estado de Derecho.

Anhelo vivir en el maravilloso México de AMLO.

Columna completa en El Universal

Desde el lugar 53 de 53 países medidos en el ranking de Resiliencia COVID19 que publicó Bloomberg, los autoelogios del presidente Andrés Manuel López Obrador a su estrategia para lidiar con la pandemia duelen. México es el país que peor ha manejado la pandemia. Último lugar.

Pero tenemos a un presidente y a un encargado de lidiar con ella que se empeñan en decir que somos alarmistas los que señalamos que una tasa de muerte de 8.6 por ciento no es normal. Que hay que corregir el rumbo. Que más de 100 mil muertos son la clara señal del error. Que el virus no nos vino como anillo al dedo. Que es necesario utilizar cubrebocas.

No señor presidente, su trabajo ante la pandemia no es digno de ser copiado. Merece ser repudiado. Pero ante todo, lo mejor sería rectificar el camino.

Quizás tanto López Obrador como Hugo López Gatell están sufriendo de lo que los profesores Paul Slovic y Daniel Västfjäll ((https://bit.ly/39ayNWE)) han llamado el adormecimiento psicológico ante la tragedia: son ya tantas las muertes que ya no hay sensibilidad ante el sufrimiento y lo que prevalece es la apatía y la inacción. El valor de la vida es menor cuanto más vidas se pierden.

Para ayudar a sensibilizar ante este adormecimiento psicológico, Slovic y Västfjäll recomiendan tratar de hacer los números más pequeños. Si tomamos en cuenta que el primer caso de COVID se registró en México el 27 de febrero, han transcurrido 269 días en los que han muerto 101,926 personas. Esto significa que han muerto en promedio 379 personas al día; ósea 16 personas cada hora desde aquel 27 de febrero, en promedio. Tanto AMLO como Hugo López Gatell saben que estos números son conservadores respecto a las muertes reales que han ocurrido en México pero quizás saber que en México han muerto al menos 16 personas cada hora por COVID19 ayude a sensibilizarlos que es necesario cambiar la estrategia.

El presidente López Obrador dice que en México no se han utilizado medidas autoritarias para confinar a la gente. El Ranking de Resiliencia COVID de Bloomberg muestra que ocho de los 10 países que mejor han manejado la pandemia son democracias. El éxito en contener la Covid-19 con la menor injerencia en la vida cotidiana parece depender menos de tener mano dura para ordenar a las personas a que se sometan a las reglas del Estado, y más de que los gobiernos generen un alto grado de confianza y esto invita a la cooperación y cumplimiento social.

Pero aquí el presidente anunció ayer una nueva dádiva: 11 mil 460 pesos para los gastos funerarios de cada familia que pierda a un ser querido por la pandemia. Cinco días después de presentar el acta de defunción en la que se diga que la persona murió por coronavirus llegará el dinero de manera directa.

AMLO ha decidido que regalará más migajas a los que menos tienen y así mantendrá su popularidad sin tener que ocuparse de lidiar con el virus. Pobre México, la necedad; la indolencia y la insensibilidad de una persona está costando, en cifras conservadoras, la vida de 16 personas cada hora.

Apostilla: Y de la educación de los niños y adolescentes ni hablamos. Están abiertos gimnasios, mercados y restaurantes pero las escuelas y universidades no tienen para cuándo. Quizás valdría la pena mandar a los hijos a estudiar a un mercado, restaurante o gimnasio.

Columna completa en El Universal

“El que no aspira, no respira”. Esa fue la frase que me dijo alguna vez un Secretario de Gobernación al referirse a los políticos en México y el mundo. Es perfectamente normal que un servidor público aspire a un mejor cargo popular. Por ello es legítimo y comprensible que el actual Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell (HLG) tenga sus propias aspiraciones. Lo que resulta realmente inexplicable es que, en lugar de concentrarse en hacer excepcionalmente bien el encargo actual para así poder tejer un camino más sólido y bien ganado hacia un mejor puesto, haga lo contrario.

Su trabajo como encargado de enfrentar la COVID19 es que se contagie y muera el menor número de mexicanos. Y la principal tarea al estar en los hechos ya al frente de la COFEPRIS es lograr agilizar los procesos burocráticos para que México tenga varias vacunas y tratamientos para los que enfermen de coronavirus y que esto suceda al mismo tiempo que en Estados Unidos; Europa y América Latina.

Además, esa ha sido la instrucción presidencial que recibieron el canciller, Marcelo Ebrard, el titular de la COFEPRIS, José Alonso Novelo, y el propio Subsecretario.

Pero López-Gatell está haciendo exactamente lo contrario. Según varias fuentes a las que he tenido acceso, desde distintos ámbitos tanto públicos como en las empresas intentando agilizar la llegada de la vacuna y tratamientos a México, el nombre recurrente para explicar diques y obstáculos para que ello suceda es HLG.

Ya sabemos que ha estado en contra del uso del cubrebocas y de la aplicación de pruebas. Pero en el tema de los tratamientos y las vacunas, realmente hay incredulidad ante la actitud que ha asumido López-Gatell. Sobretodo al ver que otros países ya tienen planes y estrategias para vacunación mientras que en México el Subsecretario no ha presentado nada y se ha dedicado a declarar en contra de todas las vacunas que se están trabajando actualmente en el mundo.

Primero ha obstaculizado vía la COFEPRIS que tiene cooptada, la entrada del tratamiento Remdesivir que, para mayores señas, fue uno de los utilizados para salvarle la vida a Donald Trump. A México es un medicamente que no se le permite actualmente la entrada. Prohibición que ocurre sin explicación.

Lo mismo pasa con los procesos para compra de vacunas. Mientras en la cancillería se ha hecho un trabajo profesional para tratar de que México tenga acceso a la o las primeras vacunas que logren su aprobación, una vez que ese enlace con laboratorios y/o empresas se logra, la bolita queda en la cancha de la Secretaría de Salud para los tramites de aprobación y planes de distribución. Pues todo ello está frenado en el dique llamado López-Gatell.

Haciendo un recuento de las declaraciones de HLG, lleva desde el 25 de junio y hasta la fecha hablando en contra de cada esfuerzo por lograr que una vacuna llegue a México. En la conferencia vespertina del 9 de noviembre, tras el anuncio de Pfizer de 90 por ciento de efectividad en su vacuna, declaró que la información venía sólo de la prensa. Afirmó “tenemos que ser mesurados y no porque salga una buena noticia debe apresurase el análisis ni dejarnos llevar por presiones políticas.”

¿A qué presiones políticas se referirá López-Gatell? Tal parece que siente que si llega la vacuna a México, alguien más (¿Ebrard?) y no él, recibirá los réditos políticos. Su aspiración es criminal. Está matando a los mexicanos.

 

Columna completa en El Universal

Atlanta, Georgia. – El número me parece impresionante. 71.5 millones de personas votaron por Trump. Casi 8.5 millones más de personas votaron por Trump este 2020 de los que votaron por él en el 2016. No hubo un rechazo al trumpismo, como muchos anticipaban. Por el contrario, Trump recibió más apoyo.

Pero lo fundamental es que si en 2016 votaron por una persona a la que realmente no conocían, ahora en el 2020 lo hicieron sabiendo que Trump es un racista; xenófobo; nativista; misógino; mentiroso; tramposo; cruel; cero empático; temerario.

Si todo esto no solo no generó repulsión, por el contrario, mayor apoyo, entonces ¿qué tiene que hacer un líder para que lo rechacen contundentemente? Lo pregunto observando a Estados Unidos pero pensando en México.

No se repudió al populismo con la intensidad que se esperaba ni con la enjundia que se merecía. 10 millones de contagios y en ruta a las 300 mil muertes y Trump logró convencer a 71.5 millones de personas que su manejo de la pandemia por la COVID-19 no era motivo para sacarlo de La Casa Blanca.

En la cobertura que he estado haciendo como parte del equipo de Noticieros Televisa he podido platicar con fervientes trumpistas que se creen absolutamente todo lo que les dice el presidente en los mítines y lo que leen en su cuenta de twitter.

Todo se lo creen: el virus no existe; es un complot. A Trump no le dio COVID, lo fingió para mostrar que es una mentira. El anuncio de Pfizer sobre 90% de efectividad en su fase 3 dado hasta pasada la elección comprueba el complot. Hay votos legales y votos ilegales. Los ilegales están solamente en los condados y estados en los que Trump no ganó, pero eso es un simple detalle. Trump ganó; Trump ganó; Trump ganó…me repitieron varios de sus votantes tanto en Florida como en Georgia.

Trump no va a quedarse más allá del 20 de enero en La Casa Blanca, pero durante los próximos cuatro años va a tener al partido republicano secuestrado con su proyecto de, ya sea reelegirse en el 2024 o que Don Jr. o Ivanka busquen esa candidatura. “Trump tendrá el potencial de ser más destructivo fuera de La Casa Blanca que dentro”, dijo Jennifer Horn, fundadora del Lincoln Project.

Desde el día después de la elección, el hijo del presidente, Don Jr., ha estado tuiteando a los republicanos más importantes, por nombre, exigiendo una postura clara de no reconocimiento a Biden y apoyo a la ola de juicios abiertos por su padre para intentar revertir la elección. Al llamado han respondido varios de ellos, incluyendo el líder del Senado, Mitch McConnell, quien logró reelegirse hace una semana y no ve la contradicción de reconocer ese resultado electoral pero de cuestionar el de la presidencia.

Vienen momentos complicados para Joe Biden. Arrancará con un montaña casi vertical de retos con los cuáles deberá lidiar con un ejército pro-Trump de millones de personas que rechazan su liderazgo.

Entre los comentarios y análisis leídos en estos días me quedo con el del periodista del New York Times, Frank Rich: en 2016 Donald Trump era un signo de interrogación; en el 2020 es un signo de exclamación. 71.5 millones de personas decidieron que era la mejor opción para su país.

Estados Unidos acaba de concluir cuatro años tumultuosos en los que dos se fueron en la campaña presidencial más concurrida (147 millones de personas) y más cara ($14 mil millones de dólares) de la historia. El resultado ha sido dejar al país en el mismo lugar: fuertemente dividido; sumamente polarizado.

71.5 millones de personas votaron por 4 años más de Trump. Sirva esto para que en México pongamos las barbas a remojar quienes creemos que los liderazgos caóticos son repudiados contundentemente en las urnas.

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Miami, Florida. La joya de la corona se la llevó Donald Trump. Florida, con sus 22 millones de habitantes, es el 3er estado con más votos en el Colegio Electoral. Con 29 votos, empata con Nueva York y es superado solamente por California, que tiene 55 votos del Colegio Electoral, y Texas, que tiene 38. Pero a diferencia de estos otros estados, Florida es considerado columpio. Es decir, es un estado que ha votado tanto republicano como demócrata desde 1868.

De hecho, solamente una vez en las últimas 12 elecciones presidenciales, Florida ha votado por el candidato perdedor. Fue en 1992, cuando el estado se decantó por George Bush padre y la elección la ganó Bill Clinton.

Ahora estará por verse si se repite el escenario de aquel 1992 de un Trump ganador de Florida pero perdedor de la elección presidencial. El triunfo de Trump en Florida es muy simbólico de lo que ocurre hoy en Estados Unidos.

La noche del domingo acudí a un rally de Trump en el que pude escuchar las razones de tantas personas para votar por cuatro años más del presidente. Entre ellas, la comunidad hispana ha tenido un papel fundamental. Lejos de sentirse ofendidos por la retórica anti-inmigrante; por un Trump que ha llamado a los mexicanos criminales; a los centro americanos habitantes de “países de mierda” y a los Puertorriqueños los ha desdeñado ignorando primero que la isla es territorio de Estados Unidos y segundo, coqueteando con la idea de intercambiarla por Groenlandia, con todo y esto, votaron por Trump.

Los adultos mayores que se suponía iban a mostrar una revolución gris en Florida al votar por Biden enojados por el manejo que ha hecho Trump de la pandemia, no se revelaron en contra del presidente.

Por el contrario, en el condado de Sumter, en donde se ubica la zona emblemática de The Villages, el lugar en el que se retiran los adultos de más de 65 años para jugar golf y, aparentemente otras cosas ya que es el sitio número uno de ventas de Viagra, votaron por premiar a Trump con cuatro años más en La Casa Blanca 68 por ciento frente a 31 por ciento para Biden.

No hubo revolución gris.

Lo que sí logró Donald Trump en Florida fue convencer a los venezolanos; nicaragüenses y sobretodo a los cubano americanos que un triunfo de Biden significaría la llegada a Estados Unidos del socialismo. Increíble que prefieran a un narcisista que le gusta organizarse desfiles militares; poner su nombre a edificios y abrazar a los autócratas y dictadores del mundo, pensando que así evitan que en Estados Unidos ocurra lo que en los países de los que salieron expulsados. Pero eso fue claramente lo que ocurrió.

En Miami-Dade, un condado con fuerte presencia de este electorado hispano, sobre todo del cubano-americano, Joe Biden obtuvo poco más del 50 por ciento de los votos cuando hace cuatro años Hillary Clinton lo ganó con el 64 por ciento. Los demócratas no han hecho caso al electorado hispano y por más que Biden quiso ganar el terreno perdido en las últimas semanas, ya fue muy poco y muy tarde y esto le costó los 29 votos del colegio electoral que le habrían significado un triunfo temprano la noche de ayer.

Ahora la incertidumbre que acompaña este mal resultado de Biden en Florida abre un espacio para que Trump domine la retórica en los próximos días.

 

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Cuando uno pensaría que el PRI tendría que estar ideando una estrategia para ganarse a la opinión pública que desencantada y enojada con el desempeño del partido durante el sexenio pasado los abandonó y decidió darle el voto a Morena y sobre todo a Andrés Manuel López Obrador, sale la sorpresa de su postura frente a la detención del General Cienfuegos.

El diputado Pablo Guillermo Angulo Briceño presentó un punto de acuerdo ante la Cámara de Diputados solicitando que la Secretaría de Hacienda, ósea, el gobierno mexicano, asuma los costos legales de la defensa del General Cienfuegos, acusado y detenido en Los Ángeles, California, de haber recibido sobornos de los Beltrán Leyva a cambio de protección.

La detención es un tema de enorme relevancia para México; para la relación bilateral con Estados Unidos y para la lucha en contra del crimen organizado que tanto le ha costado al país en dinero, vidas e imagen.

El punto de acuerdo del diputado Angulo Briceño lo subió a twitter el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, así que se puede asumir que es la postura del partido. Bajo el argumento de los 54 años de servicio a México del General Cienfuegos y dado que en el país no hay una investigación abierta en su contra, el PRI, bajo el mando de Moreno y con el documento de Angulo Briceño, se inserta en un tema que hace ver al partido como defensor del crimen organizado y la corrupción.

Si, a Cienfuegos no se le ha declarado culpable en ninguna corte. Pero el primero en asumirlo como culpable fue el presidente Andrés Manuel López Obrador en la conferencia mañanera del 16 de octubre en donde declaró “Quiero decir que, como en le caso de García Luna, todos los que resulten involucrados en este otro asunto del General Cienfuegos, que estén actuando en el gobierno o en la Secretaría de la Defensa, van a ser suspendidos, retirados y, si es el caso, puestos a disposición de las autoridades”. Y agregó que él no va a encubrir a nadie. “No podemos seguir con un régimen corrupto, de injusticias, de privilegios. Imagínense la vergüenza que detienen al que fue jefe de la Policía con Calderón y ahora al Secretario de la Defensa del pasado gobierno”, remató el presidente.

Más tarde López Obrador intentó retirar lo dicho y decidió que mejor era esperar la sentencia. Pero ese golpe a la credibilidad del ejército ya estaba dado por el actual Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas que es el presidente de México.

Golpe que, según fuentes consultadas con trato directo con el Ejército, tiene sumamente enojados a buena parte de las Fuerzas Armadas que simplemente no entienden como es que el presidente López Obrador, que se ha apoyado tanto en ellos, fue tan rápido en condenar a Cienfuegos.

En lugar de dejar al presidente López Obrador en su laberinto para que resuelva qué debe hacer su gobierno frente a un Estados Unidos que actúo unilateralmente en contra de uno de sus ciudadanos y ex funcionario de tan alto rango, el PRI decide presentar este punto de acuerdo para que la opinión pública los catalogue como defensores de posibles actos de corrupción.

Algunos en el Ejército estarán contentos con el PRI. Pero fuera de ellos, esta postura será vista como la prueba de que los errores del pasado siguen siendo defendidos por el corrupto Partido Revolucionario Institucional. Flaco favor se hace el PRI como oposición en la antesala de las elecciones del 2021.

 

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En la detención sorpresiva del General Cienfuegos el pasado 15 de octubre hay tres grandes perdedores:

Primero, evidentemente el General Cienfuegos, que aun cuando debe ser considerado inocente hasta no ser declarado culpable, ya ante la opinión pública es culpable de haber recibido sobornos a cambio de protección para Juan Francisco Patrón, conocido como El H2, miembro del cártel de los Beltrán Leyva.

Segundo perdedor, el Ejército, que parecía estar montado en caballo de hacienda en el actual gobierno. Tan solo en estos dos años que lleva López Obrador como presidente, el Ejército ha recibido más de 29 mil millones de pesos en recursos adicionales para desempeñar con honradez y disciplina las múltiples tareas que AMLO les ha asignado.

Ahora, con la acusación al general Salvador Cienfuegos, esta honradez y disciplina queda puesta entre signos de interrogación. Y en su lugar entra en la agenda la discusión de si el titular de la Sedena debe de ser un civil y no un militar.

Se abre a la discusión la autonomía que ha gozado el Ejército mexicano y la falta de contrapesos. Algo que varios investigadores han señalado desde hace décadas, la opacidad con la que opera el ejército que permite abusos e impunidad en materia de Derechos Humanos y cumplimiento del deber, vuelve con fuerza.

Y quedarán en el ojo público miembros del ejército que hoy son cercanos al presidente López Obrador pero que llegaron a sus actuales puestos impulsados por el General Cienfuegos. Ahí está el caso del actual oficial mayor, Agustín Radilla, sobre quien recae la responsabilidad de administrar el presupuesto millonario recibido por la SEDENA.

Un tercer perdedor es el presidente López Obrador por haber puesto casi todas sus canicas en dos bolsas: la buena relación con el Ejército y la buena relación con Donald Trump. Ambas quedan fuertemente dañadas con la detención del General Cienfuegos.

Por el lado del Ejército, el presidente López Obrador quiso lidiar con la detención de Cienfuegos como lo hace con todos los demás temas. Se declaró el triunfador de la lucha contra la corrupción del pasado – aun cuando no tuvo nada que ver con la detención de Cienfuegos – y amenazó con que quienes resulten involucrados en el asunto serían suspendidos o retirados y puestos a disposición de las autoridades. Sin embargo, unas horas más tarde tuvo que reconsiderar esta declaración y mejor decir que se va a esperar a que avancen las investigaciones en Estados Unidos.

Igual podemos esperar que reconsidere la intención de nombrar a un militar al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana cuando Alfonso Durazo renuncie para contender por la gubernatura de Sonora. Así que este gran proyecto pro-ejército, queda seriamente dañado.

Por el lado de Estados Unidos, la insultante forma de proceder de la DEA en contra de un ex titular de la Sedena, sin al parecer haber dado aviso previo al gobierno mexicano, es un reflejo de lo que ese Departamento ve en la relación entre el gobierno mexicano y el estadounidense. Si, Trump y AMLO podrán ser muy amigos, pero a Trump solo le interesa esa amistad para sus fines electorales. Ahora, a menos de dos semanas para que saber si Trump se reelige, su última preocupación es si su amigo Juan Trump, ósea AMLO, se siente ofendido con la DEA. Y la DEA sabe esto: Estados Unidos puede insultar al presidente de México y éste nada va a hacer al respecto.

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En México tenemos a un presidente que dice que está transformando al país y una de sus palancas para hacerlo es inyectando miles de millones de pesos a Pemex para intentar lograr autonomía energética.

Varios conocedores de la industria han dicho que esto es un sueño guajiro, pero aún así, AMLO persiste. Qué maravilla sería que en lugar de querer importar el penacho de Moctezuma de Austria, el presidente quisiera imitar lo que está haciendo el CEO de una de las petroleras más grandes del mundo, British Petroleum (BP), Bernard Looney.

Looney encabeza hoy en día la mayor transformación de la industria energética en sus 160 años de historia. En septiembre dio a conocer el plan de transformación de BP de una industria de petróleo y gas a una de energías renovables. Es el plan más agresivo que se ha visto en la industria. Lo que pretende BP es, para 2030 recortar en un 40 por ciento su producción de petróleo y gas y aumentar el gasto en energías renovables de $500 millones de dólares anuales actualmente a 5 mil millones de dólares. Y para el año 2050 la petrolera británica buscará que todas sus operaciones emitan cero emisiones.

Además, los cien millones de dólares al año que gasta BP en mantener su reputación como empresa de petróleo y gas se irán reduciendo y ese dinero se invertirá para apoyar políticas en favor del medio ambiente alrededor del mundo. La empresa ya está invirtiendo $6.5 millones de dólares en Estados Unidos para iniciativas en favor de las energías limpias en este 2020, a pesar del durísimo golpe económico que ha sufrido por la caída en la demanda de energías fósiles por la pandemia. Han anunciado su apoyo a la política climática de la Unión Europea y al plan de Reino Unido de prohibir para el año 2035 autos con motores de combustión interna.

Nótese la diferencia entre este propósito y el que acaba de presentar el gobierno de la Cuarta Transformación, que pretende incrementar la producción de petróleo en 101 mil 700 barriles diarios para un total de un millón 944 mil 400 barriles diarios en el 2021. Vamos en sentido contrario de lo que el mercado mundial de energéticos nos está diciendo y lo estamos haciendo cuando no tenemos ni siquiera la liquidez suficiente para estarla desperdiciando. ¡Qué frustrante!

En entrevista para el portal político Axios, Looney dijo dos cosas que me llamaron la atención. La primera fue entender que la transformación de la empresa se hace en el interés de ésta. No están tratando de proteger un negocio – el del petróleo y gas – que ya va de salida porque saben que esto significaría su quiebra. “Estamos haciendo que BP pase de ser la compañía petrolera internacional que hemos sido durante 111 años a convertirnos en una compañía de energía integrada”.

Lo segundo fue que ante la pregunta sobre el pasado de la empresa en el que defendió a quienes dudaban del cambio climático, Looney dijo algo clave: “no sirve de nada envolvernos en lo que ocurrió en el pasado ante los enormes retos que tenemos frente a nosotros.” Esta frase suena como música a los oídos ante un presidente en México que se empeña en justificar lo injustificable de hoy con base en el pasado, en lo que ha ocurrido antes de él y su fallida transformación.

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No es la primera vez en la historia que la pandemia infecta al presidente de Estados Unidos. Así como ahora Trump tiene COVID19, en 1919 el entonces presidente Woodrow Wilson enfermó de la Gripe Española. Las consecuencias políticas de su enfermedad llevaron a la elección de Adolf Hitler en Alemania y posteriormente a la Segunda Guerra Mundial.

El relato de la enfermedad de Wilson lo tiene John M. Barry en su libro La Gran Influenza. El presidente que constantemente buscó minimizar la enfermedad para no desanimar a los jóvenes a enlistarse para la Gran Guerra contrajo la enfermedad en abril del 2019, en medio de las tensas negociaciones en el Palacio de Versalles, en Francia. En ellas participaban el Primer Ministro francés, Georges Clemenceau; el inglés, Lloyd George y en menor medida el italiano, Vittorio Orlando como las grandes figuras: los Grandes Cuatro de Versalles.

Wilson llegó a Francia como el más popular entre los Jefes de Estado. Chocó durante meses con “El Tigre” Clemenceau, quien quería imponer medidas económicas y políticas severas a los alemanes, a diferencia de Wilson, que buscaba una salida más digna y diplomática con los perdedores. Sin embargo, después de contraer la influenza, Wilson regresó a la mesa de negociación diferente. De hecho, en un primer momento la mesa de negociación regresó a Wilson con Clemenceau y Lloyd George sentados a un lado de la cama del presidente estadounidense.

La descripción de Barry es de Wilson como un hombre que no estaba coherente. Entre otras extrañezas, comenzó a decir que había espías franceses en su residencia y de pronto abandonó todos los principios por los que había luchado desde el arranque de las negociaciones. Accedió a todo lo que Clemenceau había puesto sobre la mesa, principalmente, que Alemania aceptara la responsabilidad y pagara todos los costos de la guerra; el prohibir tropas alemanas en la zona al este del Rin y regresar Alsacia y Lorena a Francia.

Existen varias biografías de Wilson que mencionan esta enfermedad y que relacionan su claudicación ante Clemenceau con el consiguiente deterioro económico alemán que condujo al auge del nacionalismo y caos político que llevaron eventualmente a Hitler al poder. El resto de la historia ya lo sabemos.

Hoy, el presidente de Estados Unidos vuelve a estar enfermo. No creo en las versiones de que es un invento de Trump como estrategia electoral. Lo que más ha querido Trump es hablar de cualquier otro tema salvo el COVID. Y, desde que anunció que había salido positivo al COVID19, ese precisamente ha sido el tema que ha dominado la agenda política a cuatro semanas de las elecciones y cuando ya han acudido a votar más de cuatro millones de estadounidenses.

Lo que sí se tiene es a un Trump que ha sido tratado con medicamentos experimentales, reservados para los pacientes más graves, cuyos efectos secundarios están todavía por verse. En el caso del esteroide dexametasona, el Washington Post reporta que sólo lo han administrado a 10 pacientes que tuvieron acceso a éste gracias a un proceso conocido como “uso compasivo” reservado para quienes tienen un caso severo de COVID. Entre esos 10 pacientes, aparece ahora Trump, a pesar de que los doctores del presidente han dicho que su estado no ha sido tan grave.

El Director del departamento de medicina de la Universidad de California en San Francisco, Robert Wachter, comentó al diario que estaba asombrado de que hubiesen dado de alta al presidente tan solo 3 días después de que se le administró este esteroide.

Trump tiene todos los incentivos políticos alineados para minimizar su enfermedad y presionar a su equipo médico para que hagan lo mismo. Las consecuencias políticas de estas acciones no necesariamente son inmediatas pero sin duda estarán por verse.

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Pasan las décadas y no deja de sorprender lo generoso que es México. Generaciones de políticos han pasado de tener una vida de clasemedieros a millonarios en tan solo un buen sexenio de trabajar en el gobierno. Esto es algo que evidentemente motivó a fuertes críticas en los medios y al desencanto que finalmente llevó a Andrés Manuel López Obrador a recibir más de 30 millones de votos en el 2018 y a ganar finalmente la presidencia.

En lo que va de este sexenio, además de enterarnos de la cantidad de propiedades que funcionarios como Bartlett e Irma Eréndira Sandoval han acumulado, el presidente Andrés Manuel López Obrador nos ha permitido ver todo lo que sí estaba bien en el país. No todo era un desastre.

Por ejemplo, existen fideicomisos que tienen recursos importantes para fomentar la ciencia; el deporte; el cine y otras disciplinas que han permitido a México tener desde investigadores en los centros más prestigiados del mundo, como el CERN en Suiza, en donde hay 40 científicos mexicanos trabajando en el Gran Colisionador de Hadrones, hasta cinestas que han obtenido premios internacionales que han dejado huella de que en México no todo es crimen y corrupción.

Estos fideicomisos han servido, entre muchas otras cosas, para fortalecer el poder suave de México.

Pero, desde mayo de este año, Dolores Padierna presentó una iniciativa para extinguir 44 fideicomisos de la Administración Pública Federal para, según la diputada, obtener 36 mil millones de pesos para los proyectos del presidente.

Después de meses de Parlamento Abierto en el que científicos e investigadores dieron razones para probar la utilidad de estos fideicomisos, parecía que Morena había desistido de querer extinguirlos. Así lo dijo el propio Coordinador de los Diputados de Morena, Mario Delgado, en mayo después de haber escuchado a los cineastas Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu expresar su preocupación por el anuncio de extinguir el FIDECINE.

Sin embargo, ante la insistencia del presidente por hacerse de estos recursos, ayer el mismo Mario Delgado anunció que no solo van a buscar desaparecer esos 44 fideicomisos, ahora serán 109 los que buscan extinguir para obtener 68 mil millones de pesos.

Es más, únicamente se mantendrá el Fondo de Salud para el Bienestar con sus 97 mil millones de pesos. Imagino que esta decisión será temporal, hasta que el gobierno necesite hacerse de más dinero.

Pero además de darnos cuenta de estos miles de millones de pesos en fideicomisos, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto al descubierto varias otras cosas muy positivas que tiene (tenía) México.

Crecíamos a lo que considerábamos un mediocre 2 por ciento en promedio. Hoy esa cifra se extraña. En el Sector Salud se sabía que había problemas de atención a los pacientes y que se debían mejorar las instalaciones. Hoy nos damos cuenta que cuando menos había abasto de medicinas y que su escasez no se minimizaba. La presencia de los presidentes en foros en el extranjero parecía decorativa, pero cuando menos no ocasionaba la risa mundial los discursos presidenciales ante la Asamblea de Naciones Unidas en donde la semana pasada Andrés Manuel López Obrador juzgó pertinente hablarle al mundo de su rifa no rifa del avión presidencial.

México lleva décadas con problemas. Estábamos mal. Y ahora, gracias al presidente López Obrador nos damos cuenta que siempre hay espacio para estar peor.

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