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Partiendo de bases estrictamente legales, la consulta que propone AMLO es ilegal porque no se atiene al artículo 35 Constitucional. Éste establece que es un derecho de los ciudadanos votar en las consultas populares sobre temas de trascendencia nacional, sujetas a ser convocadas por el Congreso a petición de: a) el Presidente de la República, b) el equivalente al 33 por ciento de los integrantes de cualquiera de las Cámaras o c) los ciudadanos, en un número equivalente al menos al dos por ciento de los inscritos en la lista nominal de electores. La lista nominal al corte del 7 de septiembre es de 89 millones 408 mil 404 ciudadanos. El 2 por ciento equivale a un millón 788 mil 169 ciudadanos.

En este momento AMLO podría seguir una de tres rutas para que su consulta fuera legal: 1) que el 33 por ciento de los Diputados o de los Senadores convoquen a la consulta sobre el aeropuerto ya que su partido, MORENA, tienen el número suficiente para hacerlo o 2) juntar el 2 por ciento de los inscritos en la lista nominal para que él, como ciudadano, pueda solicitar la consulta. 3) Incluso podría esperarse al 1º de diciembre para hacer esta solicitud ya como presidente y con ello cumpliría con una primera parte de los requisitos para llevar a cabo la consulta.

Además, AMLO tendría que esperar a la siguiente elección federal para que sea el INE quien organice la consulta en esa fecha. En este caso, las próximas elecciones federales serán en el 2021. Para que la consulta sea válida y vinculante debe participar al menos el 40 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores, es decir, 35 millones 763 mil 361 ciudadanos si tomamos el listado actual. Esos 35 millones son muchos más que el actual 1 millón de boletas que pretenden imprimir para la consulta de la semana que entra.

Si todo esto suena engorroso y complicado para AMLO, tiene otra alternativa: al tener mayoría en ambas cámaras y en más de 17 legislaturas locales, podrían los actuales legisladores modificar la constitución y acondicionarla para la consulta que está convocando actualmente. Pero ni siquiera teniendo esa alternativa a la mano busca hacer uso de ella. Cumplir con la ley simplemente parece no importarles.

Además de por ser ilegal, NO debemos participar en la consulta de AMLO porque ya se sabe de antemano la opción que prefiere el futuro Secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú. Él prefiere Santa Lucía y ha estado haciendo todo para empujar esa alternativa.

No solo citó incompleto un estudio de 2013 de la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional) para que parezca que ésta avala Santa Lucía, hace tres semanas fueron integrantes del equipo de transición a Montreal, cede de la OACI, a pedir un estudio nuevo que se inclinara por Santa Lucía.

En la OACI les entregaron una carta en la que aclaran que un nuevo estudio tomaría 4 meses para elaborarse. Podría ser igual de integral que el que ya dio a conocer MITRE en agosto pasado pero para ello la OACI tendría que recurrir a una subcontratación para obtener el modelaje de datos para los estudios sobre riesgos de aproximación entre el actual aeropuerto Benito Juárez y el de Santa Lucía. Las herramientas para este modelaje de datos no las tiene la OACI por lo que no viene en el estudio del 2013 que citó Jiménez Espriú.

 

Columna completa en El Universal

La propuesta de Andrés Manuel López Obrador de integrar al Estado Mayor Presidencial (EMP) al Ejército es igual a proponer juntar el agua y el aceite. Se antoja inviable por varias razones.

La primera es la propia tensión que existe entre ambas instituciones. Tensiones que arrancan desde la primera aparición de lo que hoy conocemos como el EMP cuando en 1824 el primer Presidente de México, el general Guadalupe Victoria, creó una Ayudantía General.

Desde entonces y hasta la fecha EMP y ejército son agua y aceite. Basta tomar en cuenta que el día del Estado Mayor Presidencial, el 18 de febrero, es tal porque se conmemora la defensa que hace en 1913 del presidente Francisco I Madero cuando entran tropas del ejército encabezadas por el Teniente Coronel Jiménez Riveroll y el Mayor Rafael Izquierdo, bajo el mando del General Aureliano Blanquet a querer asesinar al presidente.

El Capitán Gustavo Garmendia y Federico Montes, miembros del EMP, son los que asesinan a los miembros del ejército para defender a Madero. Así que eso explica parte del origen de porque EMP y Ejército son como el agua y el aceite. Además, varios integrantes del ejército sienten que el EMP funciona como un cuerpo militar que está al servicio del poder. En el extremo lo llegan a considerar una especie de guardia pretoriana, aquella que cuidaba a los emperadores romanos.

El EMP, en sus distintas acepciones, han cuidado al presidente en turno, incluyendo a Benito Juárez, tan admirado por AMLO. Fue en la presidencia de Juárez cuando la intervención francesa obligó a trasladar el gobierno hacia el norte y ahí las funciones del Estado Mayor Presidencial las asumió un pequeño grupo de militares, una ayudantía, que se encargaron de su seguridad.

Así que hasta el más republicano de los presidentes tuvo al EMP para su seguridad. Antes, López de Santa Anna fue cuidado por algo un poco menos austero que llamó el “Estado Mayor de su Alteza Serenísima”.

Pero el problema para AMLO no parece tener que ver con austeridad y más con desconfianza de este cuerpo que ha formado parte de la historia de México. Desconfianza que parece provenir de un desconcimiento de su historia y su disciplina.

El EMP ha querido ser disuelto por otros presidentes, el más reciente, Vicente Fox, quien decía que no quería sufrir la misma suerte que Colosio a manos del EMP. Pero al final Fox se dio cuenta del valor para la figura presidencial y dejó en el olvido su intención de acabar con el EMP.

Ni las guerras, ni la Revolución ni el cambio de partido en el poder han hecho desaparecer al EMP. Una institución que es bastante desconocida para la mayoría de los mexicanos pero que tiene un enorme valor. Representa el trabajo entre diferentes corporaciones: la marina, el ejército y los civiles. Además debe coordinarse con los cuerpos de seguridad de otros países cuando hay visitas de mandatarios del mundo. Así lo harán el 1º de diciembre cuando asuma la presidencia Andrés Manuel López Obrador porque en ese momento todavía actuarán bajo las órdenes de Peña Nieto. Después del 1º de diciembre ¿quién sabe?

 

Columna completa en El Universal

El hartazgo ciudadano con el PRI llevó a un intermedio de 12 años de gobierno PANista encabezados primero por Vicente Fox y después por Felipe Calderón. Que regresen los que saben, aun si roban, fue la consigna de la elección del 2012 que ganó Enrique Peña Nieto.

Seis años de gobierno que fue voraz y bien descrito por el Economist como uno en el que no saben que no saben, acrecentaron el hartazgo ciudadano al grado de que un partido de conformación reciente, MORENA, logró arrasar la elección presidencial el pasado 1º de julio con la promesa de Andrés Manuel López Obrador de cambio, esperanza para México y un gobierno sin corrupción.

Parece que ha pasado una eternidad desde entonces. Tenemos a un ex presidente en funciones, como diría Rafa Pérez Gay, y a un presidente electo que parece estar tan en funciones que, sin haberlas asumido formalmente, sufre ya de un enorme desgaste. Él y su futuro gabinete.

El desgaste más reciente proviene de una frivolidad: la boda de César Yáñez, cercanísimo colaborador de Andrés Manuel López Obrador y próximo Coordinador General de Política y Gobierno de la Presidencia. Una boda cuyas exquisiteces, como el menú y la música en vivo de Los Ángeles Azules, no dejan lugar a duda de los límites de la austeridad republicana predicada.

Pero más allá del fatuo festejo, criticable solamente por la incongruencia entre lo que se dice y lo que se hace, hay otros temas que preocupan porque han desgastado innecesariamente al futuro gobierno de Andrés Manuel López Obrador sin que éste comience aún.

En primer lugar está la cantidad de recursos públicos destinados para pagar sueldos y prestaciones de la burocracia. Es un tema que indigna. Por ello, anunciar que el 70 por ciento de los empleados de confianza van a ser despedidos y que el sueldo de los que queden se ajustarán a la baja a partir del salario presidencial que pasará de $209 mil 135.92 pesos a $108 mil puede sonar como música a los oídos de la opinión pública. Pero tomar esta medida sin acompañarla de una explicación técnica que defina por qué el despido del 70% de los empleados es el óptimo y por qué la reducción del 40 por ciento del salario es la adecuada se antoja más como un dogma que como una política pública.

En segundo lugar están los anuncios en materia de infraestructura. Condicionar que siga adelante la construcción de NAICM a una consulta pública que, de entrada obliga a la modificación del artículo 35 Constitucional, a la vez que se descartan los estudios especializados como el de MITRE sobre sus beneficios es de sí un foco rojo. Acompañarlo del anuncio de la construcción del Tren Maya y una refinería, sin que estas decisiones vengan acompañadas del rigor de impactos económicos, ambientales y de costos de aquello que implique utilizar fondos públicos, vuelve a tener un timbre dogmático. No es que se critique la inversión en el sureste del país. Es saber cuál, cuánta y por qué es la mejor.

Columna completa en El Universal

Mientras Canadá ha legalizado el uso recreativo de la marihuana a nivel nacional y mientras en Estados Unidos hay 31 estados y el Distrito de Columbia con marihuana legal con fines medicinales y otros 9 estados en donde ésta ya es legal con fines recreativos, en México seguimos tercos con la política prohibicionista.

Nos va a pasar como con la reforma energética, que para cuando decidimos abrir nuestra economía a la inversión extranjera el mercado más grande y vecino nuestro, Estados Unidos, ya nos había rebasado por la derecha gracias al shale oil y gas. Parece que estamos encaminados a cometer el mismo error en el mercado de la marihuana. También vamos a llegar tarde.

Hace tan solo cinco años tener un negocio de cannabis en Estados Unidos estaba muy mal visto. No había muchos bancos que quisieran prestar a empresas que quisieran empezar un negocio asociado a la marihuana; tampoco había muchos que quisieran invertir en ellos ni transportarla para los pocos emprendedores que decidieron aventurarse en este negocio.

Hoy hay dinero creciente en este mercado, tanto en Estados Unidos como en Canadá. Ya no estamos hablando de empresitas metiéndole poco dinero al tema. Coca Cola ha anunciado que explora invertir en una bebida que contenga cannabis. Constellation Brands, dueños de la otrora cerveza mexicana Corona, va a invertir 4 mil millones de dólares en una empresa de cannabis canadiense.

Y está el caso de Tilray, una empresa de marihuana medicinal canadiense que ahora es socia de la gran farmacéutica Novartis, para mejores señas de cómo está cambiando el mercado de la cannabis dejando la estigmatización atrás. Tilray comenzó a cotizar en el índice Nasdaq en julio pasado a un precio de 17 dólares la acción. Hoy vale $115. Esto porque acaba de obtener un permiso de la FDA (US Food and Drug Administration) y de la DEA (Drug Enforcement Administration) para importar cannabis de Canadá a Estados Unidos. Tilray vale actualmente 12 mil millones de dólares.

Esta semana ha estado en México el Dr. Ernesto Zedillo y, después de una década de estudiar el tema y de preparar un documento junto con expertos en la materia como Catalina Pérez Correa y Alejandro Madrazo, llegó a la conclusión de que se equivocó cuando fue presidente de México al seguir una política prohibicionista.

La prohibición nos cuesta mucho dinero y muchas vidas. Todo a cambio de generar recursos para quienes comercian ilegalmente con las drogas. Tan solo el mercado de la marihuana está valuado entre 150 a 200 mil millones de dólares. Está bolsa de dinero la mueve el mercado ilícito en su mayoría.

Columna completa en El Universal

Ha pasado un año desde el sismo del 19 de septiembre y uno pensaría que las escuelas afectadas estarían ya rehabilitadas dada la solidaridad que vimos de autoridades y sociedad civil. El México generoso y humano de 1985 volvió a emerger con ese sismo que afectó nueve estados del centro y sur, sureste del país.

El problema, sin embargo, no ha quedado atrás. A pesar de que una semana después del terremoto el entonces Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, presentó un informe público en el que declaró que la reconstrucción sería lenta, “tomará entre dos y tres semanas”, es la fecha en que miles de alumnos siguen sin tener un aula adecuada.

El informe de Nuño mencionaba que el costo de reconstruir las 13 mil escuelas que habían sufrido daños y de rehacer las 577 que tendrían que tirarse y ser reconstruidas por completo sería de 13 mil millones de pesos aproximadamente.

Además, el entonces titular de la SEP informó que 70 mil escuelas ya habían regresado a clases. El problema fue que este regreso a clases fue en muchos casos a aulas provisionales que en realidad eran tráileres acondicionados como salón de clases, en el mejor de los casos.

Estos datos los tomo de dos periodistas, Irene Larraz y Nadia Sanders, quienes hicieron una investigación sobre la reconstrucción de escuelas desde el sismo de hace un año y lo narraron para un podcast de NPR, Radio Ambulante.

Dos semanas después del sismo, los 13 mil mdp presupuestados para la reconstrucción habían aumentado a casi 20 mil mdp. Pero el problema encontrado por Sanders y Larraz no fue solamente de presupuesto creciente e inexplicable. El mayor problema fue y sigue siendo la enorme burocracia. Es por ella que alumnos que fueron víctimas primero del terremoto, han seguido siendo víctimas, pero ahora de la incompetencia de las autoridades; excesiva burocratización y negligencia del estado.

Las periodistas fueron a la escuela Leonismo Internacional de la CDMX seis meses después del sismo. Ahí encontraron un ejemplo del desorden institucional de la reconstrucción. La escuela presentó unas grietas tras el sismo, por lo que la directora pidió la revisión del Colegio de Ingenieros, quienes consideraron que la escuela estaba en buen estado y entregó un dictamen en verde, es decir, favorable para poder hacer uso de las instalaciones.

Pero entonces llegó el gobierno y dijo que el Colegio de Ingenieros no era la autoridad competente para emitir esos dictámenes. El Director General de Obra era quien debía hacerlo. Llegó el DGO, revisó y puso el dictamen de la escuela en rojo, es decir, no apto para ser utilizado.

Diez dictámenes después y tremendo laberinto democrático de por medio, apenas el 23 de julio de este año es que la escuela fue demolida. La reconstrucción está pendiente, según la página de la SEP, que por cierto habla de que la escuela solo sufrió daño parcial.

Los alumnos han tenido que tomar clases en una lona encima del patio. Frío; lluvia; granizo; calor…no han logrado que las autoridades hagan su trabajo para que los alumnos puedan tomar clases en un lugar adecuado.

 

Columna completa en El Universal

Durante la campaña presidencial me tocó estar en un evento en el que pude preguntarle al empresario más cercano a Andrés Manuel López Obrador, Alfonso Romo, si no le daba algo de coraje trabajar para impulsar un proyecto que se vende como democrático y transformador para lograr un mejor México y luego enterarse que entre las filas de los legisladores de ese movimiento estarían figuras como Napoleón Gómez Urrutia, acusado de robar 54 millones de dólares de los trabajadores sindicalizados que él representaba.

La respuesta de Romo se hizo viral. Comparó a Andrés Manuel López Obrador con Nelson Mandela.

Hoy que Andrés Manuel López Obrador ya es presidente electo, y por un amplísimo e histórico margen; que Napoleón Gómez Urrutia ya pudo regresar de Canadá y recibir el fuero de su senaduría; y que Alfonso Romo será el Jefe de Gabinete de AMLO, sería interesante hacerle varias preguntas en el mismo sentido de la de Napoleón Gómez Urrutia no solo a Romo, sino a quienes acompañan a AMLO en un proyecto que él mismo ha definido como la Cuarta Transformación de México.

Y es que, por lo que hemos visto del 1º de julio a la fecha, algo entre la promesa de transformar a México desterrando la corrupción y las viejas prácticas priístas que luego emuló el PAN y lo que vemos que hace y deshace el equipo de transición y el propio López Obrador, no cuadra.

No me remontaré al nombramiento de Manuel Bartlett como próximo director de la CFE. Esos y otros nombramientos polémicos han sido ampliamente abordados y criticados. Sí lo haré a la actitud de AMLO y sus cercanos que demuestran pensar que el triunfo tan abrumador en las urnas da licencia para todo, incluyendo la incongruencia.

El pleito entre la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, con el gobernador electo de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, ha sido, en resumidas cuentas, porque Polevnsky quiso llegar a Morelos a decirle ‘al futbolista’ y ‘su españolete’ (José Manuel Sanz, representante de Blanco desde que era sí, un futbolista) qué hacer, cómo y a quién poner en ciertos puestos de mando en el estado. De paso, Polevnsky quiso regañar a Blanco por pretender comprar diputados locales.

 

Columna completa en El Universal

Hoy llega la delegación canadiense de nuevo a Washington a intentar llegar a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos. Hay mucho optimismo respecto a lo que pase en estas negociaciones en el sentido de que al final Canadá acabará por sumarse al acuerdo.

Esto a pesar de lo mal que se llevan en lo personal la canciller canadiense, Chrystia Freeland, y el jefe negociador estadounidense, Robert Lighthizer. Ella ultra liberal y mujer; él un septuagenario conservador que, me comentan quienes han estado en las negociaciones en D.C., no entiende porque debe sentarse con una mujer a tratar temas comerciales.

Más allá de estas enemistades a las que podríamos sumar la de el propio Trump con Trudeau, México se encuentra en una posición terrible en estas negociaciones. Por un lado hemos aparecido como los que capitulamos ante Trump. Fue positivo porque al permitirle montar su show de la llamada telefónica con el presidente Peña Nieto en la Oficina Oval, lo contuvimos de darnos una patada en el trasero tanto a México como a Canadá. Pero aun así, la imagen de que cedimos de más en el sector automotriz y al permitir una Cláusula Sunset, que si bien se extendió, sigue violando el espíritu del tratado, arroja un mal panorama.

Además, no existe claridad de que estas concesiones nos lleven a tener un acuerdo con EUA ante la incertidumbre de si el congreso le permitirá a Trump negociar un acuerdo bilateral a diferencia del trilateral que es el que los republicanos y los sindicatos en EU prefieren.

Y aun peor, está el enorme problema que en México ha pasado desapercibido del sabotaje de Trump a la Organización Mundial del Comercio, la OMC. Como bien sabemos y tanto han repetido las autoridades mexicanas, si el TLCAN muere, tenemos las reglas de la OMC para defendernos.

Resulta que así como en el plano nacional Trump siente que debe estar por encima de la ley y que por ello no tiene porque presentar su declaración de impuestos ni debe ser investigado por su posible colusión con Rusia o su gasto de recursos de su campaña y si éstos fueron utilizados para pagar el silencio de alguna mujer con la que sostuvo encuentros sexuales, en el plano internacional, Trump también quiere impunidad. No quiere que llegue un panel compuesto por jueces que no sean estadounidenses a decirle qué hacer respecto a sus prácticas comerciales.

Columna completa en El Universal

QAnon es su nombre. Entre sus seguidores ya están celebridades como Roseanne Barr; el ex pitcher de las Medias Rojas, Curt Schilling e incluso el conductor estrella de Fox News, Sean Hannity. Su teoría: Trump llegó al poder para ponerle punto final a la conspiración de las élites que están en el poder desde hace décadas.

El nombre proviene de la letra Q, utilizada en el gobierno de Estados Unidos para quienes tienen acceso a documentos de altísima seguridad. Q, por lo tanto, es alguien del gobierno con acceso a información clasificada. Anon es la abreviatura de anónimo y son los seguidores de Q.

La teoría de la conspiración que QAnon predica arranca en octubre 17 del 2016, a poco menos de un mes de la elección que ganó Trump. A partir de esa fecha, ciertas claves conocidas como ‘migajas’ han sido publicadas en internet en formato críptico por un Q que nadie sabe quien es pero que cada vez generan más adeptos que se suman a las discusiones de qué secreto o qué migaja les está aventando este anónimo funcionario del gobierno de Trump.

Estas migajas sirven para comprobar que tienen razón sobre su gran teoría de la conspiración: todos los presidentes de EUA desde antes de JFK hasta Barack Obama, son criminales que a su vez han conspirado con las élites del mundo; con las instituciones bancarias globales; con el Vaticano; con la corona Inglesa; con escuadrones de la muerte comandados por Hillary Clinton; con operadores de lo más oscuro y profundo del gobierno  que han estado manipulando a su favor los acontecimientos para quedarse con el poder y dinero, generando cantidad de males en el mundo. Todos los presidentes salvo Kohn F Kennedy, quien por no ser parte de la conspiración fue asesinado, lo mismo que Ronald Reagan, a quien intentaron asesinar durante su presidencia por la amenaza de que iba a desenmascarar esta conspiración. Ahora, Donald Trump es el elegido para llegar a frenarlos.

¿Quién eligió a Trump para esto? Algunos miembros del ejército estadounidense que quieren ayudar a Trump a enviar a toda esta mafia a prisión, a Guantánamo, en lo que denominan será ‘La Tormenta’ para poder salvar al mundo; para salvarnos a todos.

¿Suena loco? Totalmente. Pero sus seguidores han ido tomando fuerza al grado que ya hay miles de personas en los mítines de Trump que portan camisetas y/o gorras con la letra Q. En abril pasado organizaron una marcha en la capital estadounidense pidiendo transparencia. En junio, otro seguidor de QAnon se subió a un camión blindado de fabricación propia con armas y bloqueó la carretera que se encuentra a un costado de la Presa Hoover exigiendo la publicación de un documento gubernamental, que, por cierto, ya había sido hecho público al momento de esta loca exigencia.

A la fecha los seguidores de QAnon especulan que Q es alguien cercano a Trump que trabaja en La Casa Blanca y por ello intentan adivinar sobre su paradero y su influencia sobre el presidente de Estados Unidos.

Cada tuit de Trump es visto por los seguidores de QAnon como una confirmación de la lealtad del presidente a su causa. Cada vez que Trump escribe algo que menciona el número 17 – la letra Q en el abecedario es la 17 – creen que los está motivando. Lo increíble de esta teoría de la conspiración es que Trump utiliza en varias ocasiones este número 17 para referirse a fechas o al número de demócratas que bloquean sus iniciativas.

 

Columna completa en El Universal

Cuando recién asumió el poder, Trump prometió que sus enemigos enfrentarían furia y fuego. La realidad ha sido otra. Ni furia ni fuego: sanciones y aranceles para enemigos y aliados. Esa ha sido su herramienta de política exterior más utilizada. El país que lo ha vivido de forma más reciente es hoy Turquía. Y sucedió justo en el momento menos esperado.

Hace dos semanas parecía que el gobierno de Trump estaba a punto de llegar a un acuerdo con el gobierno turco sobre un conflicto diplomático que vienen arrastrando. Turquía iba a poner en libertad a un pastor estadounidense, Andrew Burson, acusado de ser un espía y terrorista por el gobierno del presidente Recep Tayip Erdogan y preso desde el 2016, mientras que Estados Unidos accedería a regresarle a Turquía al banquero Hakan Atilla, preso por haber violado el embargo con Irán, para que cumpliera su sentencia en Turquía.

Y de pronto vino el tuit de Trump que ha tumbado la turca lira en más de un 40 por ciento frente al dólar. Tuit en el que informó que los aranceles al acero y al aluminio para Turquía se duplicaron y que las relaciones entre ambos países están en un mal momento. Con esos casi 280 caracteres, Trump informó que no hay acuerdo. Lo que hay es una crisis económica tremenda en Turquía que amenaza con contagiar a varios países, incluyendo evidentemente a México.

Este nuevo conflicto entre Trump y su aliado más importante en el este de Europa, Turquía, es una muestra más de la sacudida que el presidente de Estados Unidos le genera al mundo a través de su uso de redes sociales y sus estrategias de política exterior basada en sanciones económicas y aranceles comerciales.

Ahora el Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif, ha salido en defensa de Turquía y de Erdogan tuiteando que el Trump, que se vanagloria de infligir daño económico en su aliado de la OTAN, es una vergüenza y que por ello Irán seguirá siendo contrario al bully estadounidense y apoyará a su vecino. Hoy Turquía; mañana cualquier otro vecino que se enfrente a Trump.

Para México, lo que está ocurriendo con Turquía nos debería encender las alarmas. Nosotros estamos en proceso de renegociar el TLCAN. Un acuerdo que sabemos es sólido y valioso para los estadounidenses, como los turcos asumen es valiosa su alianza militar que permite a Estados Unidos mantener las bases militares más importantes que tiene la OTAN en su territorio.

 

Columna completa en El Universal

Hasta hoy le dan a Andrés Manuel López Obrador su constancia que lo acredita como presidente electo. El retraso se debe a que uno de sus aliados, el PES, impugnó los resultados electorales. Seguramente México es la excepción: un partido de la coalición ganadora impugna los resultados. Esto ocurre porque en México impugnar una elección es redituable para el partido que señala ¡trampa! Y, en una de esa, hasta logra salvar el registro.

Sabemos que para conservar el registro como partido político es necesario ganar cuando menos el 3 por ciento de los votos en alguna de las elecciones federales. Es decir, en la presidencial, la de senadores o la de diputados. Como el Partido Encuentro Social (PES) y el Partido Nueva Alianza (PANAL) se quedaron por debajo de ese umbral, deben perder su registro.

El PES, el partido de Hugo Eric Flores, obtuvo 2.94 por ciento en la presidencial; 2.48 por ciento en la de senadores y 2.53 por ciento en la de diputados.

No hay 3 por ciento; no hay registro. Sencillo.

Pero como perder el registro es perder el dinero, ningún partido se da por vencido fácilmente. Ya vimos el caso del PT que impugnó un distrito en Aguascalientes tras las elecciones del 2015 en las que tampoco logró el 3 por ciento de la votación federal, y por alguna extraña razón que apuntó a que el PRI pensaba que el partido iría con ellos en la coalición presidencial del 2018, logró salvar el registro. El PT no fue con el PRI, pero eso ya es otra historia.

Lo importante es que ahora el PES decidió impugnar la elección pese a haber sido parte de la coalición ganadora, Juntos Haremos Historia. Su impugnación cabría en lo que en la ley se conoce como frivolidad. Es decir, presentaron una impugnación tardía y sin sustento legal.

Argumentando que no obtuvieron las actas certificadas de casillas en las que no obtuvieron ningún voto, se presentaron tarde y con malos argumentos a pedir que se invalidaran los votos suficientes como para mantener el registro.

Tarde porque la culminación de los cómputos se dio entre el 4 y el 6 de julio, por lo cual el plazo para la impugnación transcurrió, en el mejor de los escenarios, del 7 al 10 de julio. No obstante, el PES promovió los juicios entre el 26 de julio al 2 de agosto, es decir, entre 16 y 23 días fuera de lo legalmente previsto, por lo que la presentación de las demandas resultó extemporánea.

 

Columna completa en El Universal

En mayo se suspendieron las pláticas para renegociar el TLCAN con la certidumbre de que éstas no se retomarían sino hasta el 2019. De que no habría NAFTA 2.0 en el horizonte. No estaban las circunstancias dadas en México, ante las elecciones de julio 1. Tampoco en Estados Unidos, ante las intermedias de noviembre.

Y, de pronto, en el vaivén que Trump le inyecta a prácticamente todo lo que se le acerca, el panorama cambió 180 grados. Entre una serie de tuits del presidente estadounidense y la declaración escrita en una carta a AMLO urgiendo un acuerdo cuanto antes, el equipo negociador mexicano viajó a Washington con la idea de que los temas espinosos en materia de autos, agricultura y la famosa ‘cláusula Sunset’ se podrían volver a discutir con nueva flexibilidad. Ahora la expectativa es que se podrá firmar un TLCAN renegociado antes del 25 de agosto.

Esto lo declaró Ildelfonso Guajardo en Washington la semana pasada. Lo reafirmó Robert Lighthzer, el Representante Comercial de EUA; lo mismo que Kevin Hassett, la cabeza de los Asesores Económicos de La Casa Blanca.

¿Por qué este viraje tan abrupto? Primero porque la elección en México fue de un triunfo claro y abrumador para AMLO. A Trump le gustan este tipo de triunfos en los que el futuro presidente de México no se vea molestado por las nimiedades de la democracia como tener que negociar con un legislativo de oposición, por ejemplo.

La inclusión de Jesús Seade en las pláticas fue muy bien recibida. Es alguien que conoce de los temas comerciales. No es ningún improvisado. Su presencia a lado de los negociadores del gobierno y de la IP envió un mensaje de continuidad y coordinación entre el gobierno saliente de Peña Nieto y el entrante de AMLO. Por eso en este primer nuevo reacercamiento el resultado fue todavía de mayor optimismo.

 

Columna completa en El Universal

Vaya sorpresa el triunfo de Andrés Manuel López Obrador. Si, todas las encuestas ya decían que esto ocurriría y estuvieron en lo correcto. Me refiero a la sorpresa de que los mexicanos que hemos querido evitar que el poder recaiga en un solo poder y en una sola persona de forma predominante decidimos con el voto darle justamente eso a López Obrador.

Es por eso que en la Constitución Mexicana el jefe del Ejecutivo está bastante restringido en sus poderes y atribuciones. Atendiendo a lo que los constituyentes pensaban era conveniente dada la mala experiencia de hombres fuertes que habían llegado a gobernarnos, notablemente claro está, Porfirio Díaz.

Pero aun así, la desesperación con quienes nos han gobernado las últimas décadas nos llevó a elegir de forma abrumadora a Andrés Manuel López Obrador y, de paso, a darle mayoría en el legislativo federal y varios locales. Tan contundente fue el triunfo de AMLO que en la carta que le escribió a Trump que se dio a conocer esta semana da por sentados proyectos y políticas que necesitan el aval del legislativo, como modificar el salario mínimo o eliminar la recaudación del IEPS (Impuestos Especiales a la Producción y Servicios).

Lo da por sentado porque a partir de los resultados electorales y de su propia personalidad, lo que AMLO quiera que apruebe el legislativo, será aprobado. Tanto tiempo y esfuerzo se invirtió para quitarle ese tipo de poder a los PRIístas y ahora, con el voto de la mayoría de los mexicanos, AMLO tiene ese abrumador poder de vuelta para sí.

El caso es para que acudamos a un psicólogo y nos sentemos en el diván para que nos explique ésta y otras incongruencias entre lo que decimos que queremos y lo que votamos.

Porque otorgar poder casi absoluto a una persona no es lo único que retrata la necesidad de un diván.

Llevamos desde el 2015 observando a Donald Trump con asombro. ¿Cómo pudieron los estadounidenses caer en la trampa del populismo? ¿Por qué eligieron a este hombre que se ha encargado de maltratar a México como país y a nuestros paisanos tacharlos de violadores y criminales con lo que ha empinado la relación bilateral a uno de sus peores momentos? ¿Qué le vieron a este señor que tilda de prensa mentirosa a todo lo que no le guste y lo hace mintiendo una y otra vez mancillando la primera enmienda de la constitución estadounidense?

Y resulta que nosotros elegimos a alguien que ahora nos dice él mismo que es la versión mexicana de ese mismo personaje. Nos escandalizamos con la elección de Donald Trump y aquí será presidente Juan Trump.

 

Columna completa en El Universal

Esa es la gran pregunta que trascendió después de la reunión entre Vladimir Putin y Donald Trump que sostuvieron en Helsinki. Solo si Putin tiene información comprometedora sobre Trump o su familia se puede explicar que el presidente de Estados Unidos haya traicionado a su país como lo hizo al estar parado de forma complaciente y hasta servil a un lado del autócrata, admirando su fortaleza y creyendo más en la palabra de Putin que en las pruebas contundentes de las agencias de inteligencia norteamericanas.

Cuatro días antes de reunirse con Trump, la investigación especial que encabeza Robert Muller concluyó que 12 espías rusos, empleados de la agencia militar del Kremlin, fueron los responsables de hackear el servidor del partido demócrata durante la campaña electoral de noviembre del 2016 con la intención de dividir a la sociedad norteamericana y favorecer el triunfo de Trump en dicha contienda.

La investigación fue clara, exhaustiva y transparente. No deja lugar a dudas que Rusia intervino en la elección del 2016. Aun así, cuando en la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron Trump y Putin después de conversar en privado durante dos horas se le preguntó al presidente de Estados Unidos si creía en esta investigación de las agencias de inteligencia, Trump optó por decir sumisamente que creía en Putin quien le había negado enérgicamente dicha intervención.

La controversia que generó esta respuesta de Trump ha sido monumental. Ha sido por la falta de una condena mínima, ya no digamos clara, de Trump a Putin por su intervención en la elección de Estados Unidos.

Normalmente, cuando Estados Unidos se ha sentido atacado, los ciudadanos se unen en contra de ese enemigo común. Así sucedió cuando el ataque del 11 de septiembre del 2001 en el que Osama Bin Laden tiró las Torres Gemelas de Nueva York. El entonces presidente, George W. Bush, no era popular, pero los estadounidenses de todas las ideologías lo respaldaron en respuesta a esta agresión en contra de todos los estadounidenses.

Ahora ha sido el mismísimo presidente el que no se ha unido en torno a sus ciudadanos y a sus instituciones para defenderlos de un ataque del exterior. Lo más complicado de entender en este entramado es ¿por qué Trump, que ha sido muy agresivo con otros jefes de estado de países considerados aliados de EUA como Angela Merkel, Justin Trudeau y Theresa May, es tan dócil con Vladimir Putin? ¿Por qué no confrontó a Putin frente al público estadounidense y del mundo para marcar un claro repudio a la intervención rusa en los asuntos de occidente?

La única explicación posible es que Putin sabe algo sobre Donald Trump que el presidente de Estados Unidos no quiere que se haga público y por ello es sujeto de una extorsión. La alternativa es que, para Trump, reconocer que Rusia intervino en la elección del 2016 es manchar su triunfo y por ello es un golpe a su frágil ego. Sea cual sea el motivo de Trump, lo ocurrido en Helsinki fue, en pocas palabras, el abandono de “América Primero” por “Trump primero”.

Lo que queda claro y es importante que Andrés Manuel López Obrador tome en cuenta es que, con Trump, o se es un autócrata o hay que estar sujetos a las groserías y los desplantes del presidente de Estados Unidos cuando se busque una reunión bilateral.

 

Columna completa en El Universal

Aun cuando quizás Andrés Manuel López Obrador no viva en Los Pinos, a tres mil quinientos metros del lugar en donde han vivido los presidentes de México desde Lázaro Cárdenas, se ubica la delegación Miguel Hidalgo. Ahí, tan cerca de Los Pinos, regresa como alcalde Víctor Hugo Romo.

Romo ya fue delegado de Miguel Hidalgo por el PRD y el balance de su gestión la marcó la corrupción. Corrupción que abarcó desde la extorsión a restauranteros, antreros y constructores, hasta el desarrollo de edificios plagados de irregularidades en donde Romo pedía su ‘diezmo’ de un departamentito para él o sus cercanos.

Ahora regresa bajo las silgas de MORENA. Ganó por poquito: 5 mil 49 votos de los 226 mil 502 que se emitieron. Algunos dicen que su triunfo fue gracias a la compra de votos y el rebase de tope de gastos de campaña. Cuando menos eso ha reportado quien quedó en segundo lugar, Margarita Martínez Fisher, del Frente (PAN, PRD y MC) cuya queja está ahora en el Tribunal local y seguramente llegará hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Pero la explicación más sencilla es que Romo ganó arrastrado por el tsunami de López Obrador.

¿Cómo es posible que AMLO que habla de que el poder es humildad; de honestidad valiente y de que su bandera es no a la corrupción tenga entre los suyos a un personaje como Víctor Hugo Romo?

Basta comenzar con decir que actualmente existe una denuncia penal en su contra a la que no se ha presentado a declarar porque tiene fuero como Asambleísta. La denuncia es por una serie de obras que realizó cuando estuvo al frente de Miguel Hidalgo cuyas irregularidades siguen costándole a la delegación, ahora municipio, y que en pocas semanas deberá pagar 70 millones de pesos a la Tesorería.

Las obras señaladas en la denuncia en contra de Romo son tres principalmente: El mercado Escandón; el edificio delegacional y el parque El Mexicanito. Sobre estas tres obras y sus irregularidades hay documentos presentados y acreditados ante las instancias penales correspondientes que señalan pagos anticipados; cambios a los proyectos originales; uso de empresas como Elementos Estructurales y Construcción BC S.A de C.V cuya existencia no ha podido comprobarse por lo que cumplen con las características de las llamadas empresas fantasmas, e incumplimiento en los plazos de construcción.

Incluso hay dos ex funcionarios de la administración de Romo que están vinculados a proceso por las irregularidades en estas obras. Martín Adolfo Mejía Briones y José Carlos García Chávez quienes fungieron como Director General de Obras Públicas y Desarrollo Urbano y Director de Obras, respectivamente.

 

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Quedan 29 días de campañas y estamos a un mes de las elecciones. La gran tajada de los casi 27 millones de spots del periodo electoral han sido vistos y/o escuchados por la opinión pública. Pero, aun así, desde el arranque de las campañas, las preferencias electorales colocan a Andrés Manuel López Obrador en primer lugar; Ricardo Anaya en segundo y José Antonio Meade en tercero.

Los independientes han tenido variantes en las preferencias porque arrancamos con tres – las de Margarita; El Bronco y Ríos Piter- que después se redujo a una candidatura independiente, la de Margarita Zavala cuando el INE bajó a El Bronco y Ríos Piter y después volvimos a tener dos independientes que ahora son uno solo: El Bronco.

Con todo y esos movimientos en las candidaturas independientes, las preferencias entre primero, segundo y tercer lugar han permanecido iguales en el promedio que realiza oraculus.mx de las encuestas registradas ante el INE.

¿Qué está pasando? Platicando con estrategas de las campañas presidenciales me comentan, en una de ellas, que transmitir mensajes a la ciudadanía ha sido un reto monumental por dos razones. La primera es que los spots que transmiten los medios electrónicos – la radio y la televisión – tienen un formato tan rígido que es complicado reaccionar a los vaivenes de las campañas.

Si una campaña saca un tema sobre el candidato de otra que lo obliga a responder, intentar hacerlo vía spots en los medios electrónicos sería una pérdida de tiempo valioso. Entre que piensan la respuesta; realizan el spot; lo mandan al INE para que lo revise; el INE lo aprueba y luego lo envía a los medios para que éstos lo pauten, el ataque del contrincante ya habrá quedado en la memoria de los electores.

Por ello, la respuesta ha tenido que ser vía redes sociales. Y aquí el gran tema que influye en lo poco que se mueven las preferencias electorales. Las redes sociales, lejos de lograr la alta conectividad entre personas, una comunidad global como la que Mark Zuckerberg dice añoraba para Facebook, han generado islas de personas interconectadas con poca conectividad entre las islas.

Es decir, los videos que sube cada campaña en sus redes sociales los ven miles de personas, casi todas afines a cada una de las campañas. Las historias de Betty que distribuye la campaña de José Antonio Meade la ven y la transmiten los PRIístas y los simpatizantes del propio Meade; las explicaciones de Ricardo Anaya subidas a YouTube sobre la compra de su nave industrial la transmiten los PANistas y simpatizantes de Anaya y las ven entre ellos; los videos de AMLO y su esposa Beatriz cantando los distribuyen los integrantes de Morena y los afines a López Obrador.

 

 

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“Muchos miran al empresario como el lobo

que hay que abatir; otros lo miran como

la vaca que hay que ordeñar; pero muy pocos

lo miran como el caballo que tira el carro.”

Winston Churchill

En un país en el cual tener dinero es sinónimo de corrupción, el pleito de Andrés Manuel López Obrador con los grandes empresarios hace sentido en términos de captación de votos. No por nada los grandes empresarios mexicanos tienden a buscar la discreción antes que salir a hacer grandes obras o grandes hazañas con su dinero. Calladitos se ven más bonitos. A diferencia de otros países – aquí a lado está Estados Unidos – en donde ser rico es sinónimo de éxito y algo que la población vislumbra con admiración, en México es tomado con recelo y hasta con odio. Atacar a los empresarios puede, por ello, sumar simpatías.

Pero como México no se acabará el 1º de julio, es evidente que el pleito AMLO-empresarios terminará dañando al país si él es nuestro próximo presidente y si continúa con su discurso divisivo y de odio en contra de la clase empresarial.

Basta ver una probadita esta semana, en donde el peso se ha devaluado de manera relevante tras este enfrentamiento. La devaluación se debe a factores adicionales (TLCAN y tasas de EU), pero sin duda el que el puntero en las encuestas emprenda un pleito con los empresarios ha jugado un papel para debilitar al peso.

En estos días de encono, AMLO ha dicho que los empresarios han lucrado del pueblo mexicano. En esta frase López Obrador parece olvidar que, a diferencia de aquellos políticos que inflan los precios de las licitaciones para embolsarse el excedente; o de los políticos que desvían recursos de las partidas destinadas a educación, salud, etc. para hacerse de viajes, Suburbans y ranchos, los empresarios generan empleos; invierten y pagan impuestos.

Que hay políticos honestos, ni duda cabe; que hay empresarios corruptos, tampoco hay duda. Pero poner a todos en una misma canasta es, además de errado, una afrenta innecesaria. Es por ello que, al verse señalados por AMLO en distintos eventos de campaña como el de Zongolica, Veracruz, en dónde amenazo a la ‘mafia del poder’ de que pronto terminará su privilegio de mandar, el Consejo Mexicano de Negocios decidió publicar el desplegado titulado ‘Así No’.

La finalidad fue hacer valer sus derechos. “López Obrador puede salir a decir que somos unos ladrones y nosotros, por la prohibición del artículo 41 constitucional, no podemos salir a medios electrónicos a defendernos”, me comentó uno de los empresarios que promovió el desplegado.

 

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