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La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), pidió evitar conjeturas y especulaciones sobre el caso del obispo Salvador Rangel, quien se informó en un inicio, fue víctima de un secuestro exprés el pasado fin de semana.

La CEM solicitó esperar la recuperación del obispo para que sea él quien informe sobre lo sucedido.

La Conferencia señaló en un comunicado que la Iglesia mexicana confía en las instituciones encargadas de la investigación en el caso del obispo emérito de la diócesis de Chilapa-Chilpancingo, en Guerrero.

“Por ahora solo pedimos, respetuosamente, que se eviten conjeturas y especulaciones que enrarecen el caso de forma innecesaria, tomando en cuenta la dignidad humana”, exhortó la iglesia católica.

La petición de la CEM llega después de que se reportara la desaparición formal del obispo el sábado pasado y se le encontrara la tarde del lunes en un hospital en Cuernavaca, en Morelos, donde reside el prelado.

El llamado de la CEM llega en torno a las distintas versiones que hay sobre el caso del obispo. Y es que mientras el fiscal del estado habló de un “secuestro exprés”, hay otras versiones que apuntan a otras líneas.

La Comisión Estatal de Seguridad Pública (CES) informó que el obispo entró por su voluntad a un pequeño motel de Ocotepec, Morelos; en donde habría sido encontrado inconsciente. De ese lugar, fue trasladado a un hospital público, donde ingresó bajo el diagnóstico de haber sido dopado con supuestas drogas como benzodiazepinas y cocaína.

Sobre la salud del obispo, la CEM detalló que “su estado de salud es reservado y se están siguiendo las indicaciones médicas”, así como que una vez que reciba el alta médica del hospital su familia cuidará de él, “con el único fin de ayudar a su pronta recuperación”.

Por último, el Episcopado confió en que “apenas tenga las condiciones de salud requeridas, el mismo obispo Salvador Rangel rendirá su declaración e informará oportunamente”.

Claudia Sheinbaum ¿es o se hace la versión 2.0 de Andrés Manuel López Obrador? Esa es la gran pregunta que genera quien encabeza en este momento las preferencias electorales para convertirse en la próxima presidenta de México cuando ya solo falta un mes para que se lleven a cabo.

En la pregunta queda patente el enigma que representa quien ha estado en campaña extraoficialmente desde hace más de dos años, cuando el presidente comenzó a hablar de sus corcholatas y todos sabíamos que Claudia era la favorita de AMLO.

Y no hay claridad sobre quién es Claudia y qué es lo que quiere hacer realmente de llegar a la presidencia porque hasta ahora hemos visto tres diferentes versiones de ella misma.

La primera versión de Claudia Sheinbaum ha sido la leal escudera de Andrés Manuel López Obrador. La que ha puesto su cercanía y lealtad al hoy presidente por encima de cualquier cosa, incluso de su familia. La que ha enterrado su lado científico para darle prioridad a la ideóloga. Muestra de ello es su respaldo al Tren Maya que ha significado una devastación de la naturaleza y no rendirá beneficios económicos. La que recibió un bastón de mando que es simplemente un bastón, porque no es ella la que está realmente al mando. Basta ver las reformas que envió el presidente para que apruebe un Congreso que solamente coincidirá con López Obrador un mes para darnos cuenta de que él tiene una agenda que va más allá de su sexenio.

La segunda versión de Claudia ha sido la que de pronto levanta la mano para hacer las cosas como ella quiere, aun si esto no se alinea con los deseos o la visión del presidente. Han sido pocas las ocasiones, pero lo vimos primero con su gestión de la pandemia. Cuando López Obrador decía que no necesitaba usar cubrebocas y andaba en las calles besando niños, Claudia Sheinbaum hizo saber a los habitantes de la CDMX que el virus era cosa seria y utilizó cubrebocas. Fue la Claudia que incluso se confrontó con el encargado de gestionar (es un decir) la pandemia, Hugo López Gatell.

La vimos de nueva cuenta siendo la candidata que busca sus propios intereses y no necesariamente alabar a un gran elector, a Andrés Manuel López Obrador, cuando en el primer debate habló más de lo que ella considera sus logros que de lo hecho por el presidente. Esto, al parecer, enfureció a AMLO, pero a Sheinbaum le permitió no meterse en aguas movedizas para defender los indefendibles del actual sexenio ante las preguntas de los moderadores y de la propia Xóchitl. En el segundo debate esta Claudia desapareció y desde los primeros minutos fue rápida en decir que hablaría sobre los logros de López Obrador.

La tercera versión de Claudia ha sido la de la candidata que no pretende salir a ganar votos, más bien quiere administrar su ventaja. La candidata que no da muchas entrevistas y que acude a foros que su equipo se ha asegurado previamente que estén bien controlados. Nada de sorpresas. No quiere que se repita esa escena de morenistas abucheándola cuando estaba buscando ser la elegida en lo que se llamó el ‘corchola-tour’, pero ahora en la campaña general.

Y es precisamente por esta tercera versión de Claudia que no sabemos bien a bien quién es la persona que quiere gobernarnos. Siendo México el país tan presidencialista que es, llama la atención que no sepamos qué versión de Claudia será la que gobernará, si gana la presidencia. Con lo costosas que son las campañas políticas para los contribuyentes, con el tiempo y dinero que se invierte en armar debates, resulta casi insultante que a estas alturas tengamos que preguntarnos ¿Quién es Claudia?

Columna completa en El Universal

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aseguró este miércoles que el informe del gobierno sobre el asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa “no va a ocultar nada” y esclarecerá las verdaderas motivaciones de la versión del anterior sexenio conocida como la ‘verdad histórica’.

“Vamos a tener ya una primera información pública con todos los elementos. No se va a ocultar nada”, dijo López Obrador. “Estamos avanzando y estamos avanzando bien pero falta. Es un compromiso y los compromisos se cumplen y no hay impunidad”.

En mandatario indicó que se trata de una investigación en curso que va a tener resultados. Dijo que hay más elementos y pronto vamos ya a dar a conocer lo que se considera que sucedió realmente y quienes son los responsables. Prometió que se va a conocer todo lo relacionado con el lamentable asunto,

López Obrador ha insistido que tienen un “compromiso” tanto con las familias de las víctimas como con la sociedad mexicana, y aprovechó para denunciar los “obstáculos” a los que ha hecho frente su gobierno para llegar al fondo del asunto.

“Esto no les gusta a nuestros adversarios pero es cierto, si no hubiésemos ganado, ya hubiesen cerrado el caso Ayotzinapa, pero como la gente votó por una transformación, este caso y otros se van a aclarar”, enfatizó.

En ese sentido, explicó que la investigación “no se está viendo de manera aislada”, pues además del móvil y la identidad de los responsables, se está estudiando por qué se mintió dando a conocer una versión que no corresponde con lo que sucedió y lo más importante, saber dónde están los jóvenes.

Recordemos que el 28 de enero de 2015, el entonces titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, aseguró que la “verdad histórica” consistía en que los 43 estudiantes de magisterio fueron asesinados, “incinerados y sus cenizas arrojadas al Río San Juan”, en Cocula, por orden de autoridades locales que estaban en complicidad con el cártel Guerreros Unidos.

Sin embargo, en septiembre de 2020, una última investigación de la ya Fiscalía General concluyó que las autoridades del anterior gobierno, del expresidente Enrique Peña Nieto, habían cometido una serie de irregularidades al difundir que los jóvenes fueron asesinados por este grupo criminal al ser confundidos por una banda rival.

“Los jóvenes desaparecidos quedaron en medio de un choque de intereses del narcotráfico. Fue una coincidencia letal, enquistada en las policías locales, en la Policía Federal, en los distintos organismos que tenían presencia en ese lugar”, denunció el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, quien habló de un “encubrimiento generalizado” por parte de las autoridades.

Las actuales autoridades han solicitado cerca de un centenar de nuevas órdenes de detención por ese caso, después de que fueron liberados al menos 70 imputados, que esgrimieron en su defensa haber sido torturados.

Sin embargo, recientemente, como parte del trabajo de investigación Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), se ha conocido una grabación en la que se puede ver a personal de la Marina participar supuestamente en la manipulación de pruebas en el basurero de Cocula, escenario de la conocida como ‘verdad histórica’.