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Desde que supimos de la existencia del virus que salió de Wuhan, en China, comenzó a circular un video de Bill Gates del 2015 en el que pronosticaba que en los siguientes cinco años podría venir una pandemia. Como tuvo razón, el video se volvió viral. El año pasado el mismo Bill Gates publicó un libro que es a la vez esperanzador y tétrico al hablar de lo que viene para la humanidad si no hacemos hasta lo imposible para frenar nuestras emisiones de carbono que están calentando el planeta.

Entre las conclusiones de Gates en su libro How to Avoid a Climate Disaster, el empresario y filántropo pronosticó que la pandemia terminaría en el 2021 gracias a las vacunas. Esto, como bien sabemos, no ha ocurrido. Está arrancando el 2022 y los contagios por la variante ómicron obligaron a detener la euforia que tuvimos el último trimestre del año y a preguntarnos, si no fue en el 2021 ¿será el 2022 cuando le digamos adiós a la pandemia?

Vuelvo a Bill Gates. Escribió el 22 de diciembre un hilo en twitter en el que volvió a dar su punto de vista sobre la pandemia, señalando que estamos en el momento más complicado. Lo malo, escribió Gates, es que ómicron llegará a todas nuestras casas. Lo bueno es que es tan contagioso que una vez que es dominante en un país, la ola dura aproximadamente 3 meses. Si tomamos las medidas necesarias, veremos el fin de la pandemia en el 2022.

Esperemos que Bill Gates esté en lo correcto y que este sea el año en que termine la pandemia y el SARS-COV2 sea una enfermedad más.

En Sudáfrica la ola ómicron ya pasó. Fue una ola tremendamente alta, pero también muy rápida. Los casos llegaron a ser de 23 mil al día a mediados de diciembre y ahora siguen bajando en picada, ayer fueron 8 mil al día. Las muertes y hospitalizaciones por esta variante fueron mucho menores que con las anteriores. Si vemos las gráficas de Our World In Data se ven las cuatro olas de infecciones clarísimas, pero no hay una cuarta ola de muertes.

Los estudios apuntan que ómicron es un virus que se queda generalmente en la nariz y garganta. En la parte alta de nuestro sistema respiratorio. Por ello es menos grave, ya que no causa el daño en nuestros pulmones que sí causaban las variantes anteriores. Pero también se cree que esto lo hace más transmisible ya que el virus lo tenemos en nariz y boca (saliva) y por ello la persona infectada lo pasa más fácilmente a quienes estén cerca. Además, en pruebas de laboratorio se ha visto que la variante ómicron es más fuerte para infectar que la delta. Por ello ómicron está ganado la batalla de contagios.

Ante tantos contagios, para mediados del 2022 la mayoría de la gente tendrá algún tipo de inmunidad, ya sea por vacunación o por infección. Con ello vendrá la famosa inmunidad de rebaño y el fin de la pandemia. Para julio-agosto el Covid será endémico. Esta es la predicción del Dr. Anthony Fauci, el director de Epidemiología y Enfermedades Infecciosas de La Casa Blanca.

En medio de esta predicción hay que apuntar una gran interrogante: ¿existe la posibilidad de que surja una nueva variante, igual o más contagiosa que ómicron, pero que además sea más grave?
Apostilla:

Estas predicciones son con los datos disponibles. México no hace un buen acopio de datos y tenemos a un encargado de la pandemia, Hugo López-Gatell, que no nada más no se encarga de ella, sino que obstaculiza las medidas para mitigarla. Es el caso en su empecinamiento de no vacunar a menores. Criminal.

Columna completa en El Universal

La crisis sanitaria por el COVID-19 nos agarra a los mexicanos en un escenario de debilidad económica y división social tremenda. El presidente López Obrador, lejos de ser un líder para todos lo mexicanos, ha sido quien ha alimentado este discurso de división. Su falta de claridad respecto a los riesgos de que muchos mexicanos nos contagiemos al mismo tiempo y con ello desbordemos el de por si precario sistema de salud, aumentando el número de muertes, ha generado la idea entre la población de que el COVID-19 es un virus que solo afecta a los fifís que viajan.

Sin duda en México se debe tomar en cuenta las miles de carencias que sufren más de 60 millones de mexicanos para quienes eso del “home-office” es una idea profundamente irreal por varias razones. Partiendo de que no hay acceso a internet hasta que la oficina en casa es inviable si tu sustento es lavando y estacionando coches en la calle o vendiendo quesadillas en la esquina afuera del metro.

Además, esto de lavarnos las manos durante 20 segundos puede sonar sumamente sencillo para quienes tenemos agua con solo abrir la llave del baño, pero para un 46.4 por ciento de los mexicanos no hay suministro de agua de manera cotidiana dentro de su vivienda, según datos de Coneval.

La manera como podemos enfrentar el COVI-19 varía de forma importante dependiendo de la situación económica en que nos encontremos y eso es algo que las autoridades tendrán que tomar en cuenta al momento de idear respuestas para hacerle frente a la pandemia.

El presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que su gobierno se va a enfocar en proteger a los débiles y a los pobres del COVID-19. “Nada de rescates al estilo del periodo neoliberal, que les daban a los bancos y a las grandes empresas. No, que ni estén pensando en que habrá condonaciones de impuestos.”

No quiero defender los rescates que han hecho los gobiernos de México en el pasado por que varios de ellos han ayudado a pocos con el dinero de todos los mexicanos. Pero esos errores del pasado no son excusa para no darnos cuenta de la importancia de sacar adelante a los más desfavorecidos a través de, entre otras palancas de desarrollo, los empresarios. Pequeños y grandes.

El gobierno claramente no puede solo. Pero el presidente y varios de quienes le escuchan viven bajo la impresión de que todas las empresas y todos los empresarios son unos egoístas depredadores que se enriquecen a costa del pueblo bueno. En esta visión maniquea se olvidan que los empresarios invierten, generan empleos y pagan impuestos.

En estos días de pandemia, se hizo viral que una empresa que es dueña de, entre otras marcas, las cafeterías Starbucks, había tomado la decisión de no pagarle a los empleados que decidieran dejar de ir a trabajar. En seguida vinieron ataques en redes sociales para la empresa depredadora. Los comparativos de lo que Starbucks está haciendo en Estados Unidos no se dejaron esperar. Allá, entre otras medidas, Starbucks le mantiene el sueldo a quienes no acudan a trabajar y se lo están aumentando a los empleados que sí se presenten.

¿Por qué en EUA lo pueden hacer y en México no, aun cuando en ocasiones son las mismas marcas? Porque el gobierno estadounidense está ideando un paquete de ayuda federal de 2 billones de dólares para familias y empresas (que fue parte del motivo de la fuerte alza de los mercados financieros ayer).

Entiendo la diferencia de tamaño de las economías. Pero eso no es excusa para que el plan del gobierno mexicano, anunciado un día después de la cancelación ilegal de la planta de Constellation Brands, sea presumir que tenemos en caja 400 mil millones de pesos extras producto de “ahorros” derivados de la no corrupción.

Columna completa en El Universal

Se ha criticado mucho la falta de acción de parte del gobierno mexicano ante la pandemia del COVID19. Aquí quiero documentar dos errores garrafales y claros del actual gobierno.

Error 1: Asumir que una vez que tienes COVID19, te vuelves inmune al virus.

Durante la conferencia mañanera del lunes, el Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, declaró a la pregunta de si el presidente López Obrador se va a realizar la prueba del COVID19 que “casi sería mejor que padeciera [el presidente López Obrador] coronavirus porque lo más probable es que él, en lo individual, como la mayoría de las personas, se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune y entonces ya nadie tendría esta inquietud sobre él”.

Sorprende que quien está al frente de la tarea de enfrentar la pandemia en México haga una declaración tan irresponsable. La ‘estrategia’ de López Gatell es similar a la que Boris Johnson consideró para Inglaterra y que ya ha demostrado estar sumamente equivocada. Se llama “inmunidad en manada” e implica dejar que la población menos vulnerable a morir o enfermar gravemente del virus, como los menores de 60 años, se contagien ahora del COVID19 para generar inmunidad al virus y así, en un segundo brote que la mayoría de los médicos considera llegará con más fuerza en otoño, los servicios de salud no se verán desbordados.

Suena bien, pero hay dos problemas. El primero es que el COVID19 es un virus nuevo y nadie sabe si realmente generamos inmunidad al enfermarnos. De hecho ya van varios casos documentados de pacientes que se enfermaron del coronavirus; se recuperaron y han vuelto a contagiarse. Los detalles se pueden consultar aquí: https://www.independent.co.uk/news/world/asia/japan-coronavirus-test-positive-recover-a9404056.html

Y lo segundo es que al tener 66 años, el presidente no es precisamente el demográfico menos vulnerable de sufrir consecuencias graves si se contagia de COVID19.

Error 2: No dar seguimiento adecuado a pacientes con casos confirmados de COVID19.

En mi podcast Broojula entrevisté a un paciente que salió positivo en la prueba del COVID19. En su testimonio, Jorge -utilizamos pseudónimo – relató que el martes 10 de marzo regreso a la Ciudad de México procedente de Vail, Colorado, a donde pasó unos días de vacaciones con su esposa y amigos. Jorge tiene 50 años; su esposa 48. Ambos comenzaron a sentirse mal llegando a la Ciudad de México. Él primero que ella. Fue al médico el miércoles 11 de febrero y, al hacerle una primera revisión, el doctor lo bajó de inmediato a un área especial del hospital ABC de Observatorio en donde le hicieron la prueba tanto del H1N1 como del COVID19.

La prueba del H1N1 salió negativa en menos de 24 horas. El viernes 13 recibió los resultados de la prueba del COVID19. Resultado positivo. Su esposa acudió al médico pero ya no le hicieron la prueba. Presentaba claramente los mismos síntomas y por lo tanto decidieron no sacrificar usar una prueba que le puede servir a alguien con caso más severo. Jorge relató que hasta ayer, martes 17 a las 4:30pm, ninguna autoridad de salud lo ha contactado ni para preguntarle en qué vuelo llegó a la CDMX. Resulta que él y su esposa tomaron dos vuelos: uno de Denver a San Diego y otro de Tijuana a la Ciudad de México.

Si las autoridades no conocen sus vuelos, es imposible que contacten a quienes estuvieron en los mismos aviones. Si las autoridades no saben del caso de la esposa de Jorge, es imposible que tengan un conteo adecuado de los contagios de COVID19 en el país.

 

Columna completa en El Universal