El aspirante presidencial republicano no demostró una buena preparación para el primer choque y Hillary llegó, inclusive, con los datos en la mano

Curioso que se aparecieron ambos vestidos del color de su oponente. Hillary Clinton de traje rojo, el color del Partido Republicano y Donald  Trump usando una corbata azul, el color del Partido Demócrata.

 

Ésa fue la sorpresa de la noche. Por lo demás vimos al Donald Trump de siempre. El candidato que llegó sin estar preparado a atacar a su oponente, Hillary Clinton, por ser parte del status quo que no ha logrado dirigir por buen camino a Estados Unidos por la falta de funcionalidad de Washington.

 

Y vimos a Hillary como la política que es, preparada, con los datos a la mano para rebatir cada uno de los ataques de su oponente.

 

Por ello no sorprendió que arrancando el debate Trump utilizara la palabra semi-exacto. Lo hizo en los primeros 15 minutos para hablar de lo mal que le ha ido a Estados Unidos con los tratados de libre comercio. Un debate en el que México fue mencionado en múltiples ocasiones por Trump y siempre en términos negativos.

 

Se esperaba ver a un Trump diferente, un poco más sereno, pero además de no dejar hablar a Hillary, tampoco dejaba hablar al moderador, el periodista Lester Holt.

 

El ataque constante personal de Trump a Hillary fue que ella lleva muchos años, más de 30, en la política, y sin embargo no ha cambiado las cosas para mejor para EU. ¿Por qué ahora sería diferente? Fue la pregunta con la que Trump buscó atacar una y otra vez a Clinton. En tono de broma, la candidata comentó que para el final de la noche iba a ser la culpable de todo lo negativo que ha ocurrido históricamente en el país.

 

La elección es una en la que el cambio es lo que parece pedir el electorado. Por ello se entiende la estrategia de Trump. La gran pregunta es si el electorado indeciso quiere el cambio que el candidato republicano ofrece.

 

En materia de seguridad interna, por ejemplo, Donald Trump está en favor de políticas que permitan a un policía frenar a quien sea en la calle para revisarlo. Esta política se declaró inconstitucional hace tiempo en EU porque se concluyó que generaba más detenciones arbitrarias para personas negras o latinos.

 

En este primer debate salieron también las fortalezas y debilidades de cada candidato. A Trump se le cuestionó por qué no ha presentado sus declaraciones fiscales. A Hillary de nuevo sobre el uso de su correo electrónico personal cuando estuvo al frente del Departamento de Estado.

 

A Trump se le cuestionó sobre sus razones para creer que el presidente Obama nació en Kenia y no en EU y por qué apenas ahora decidió desdecirse. Trump balbuceó y no pudo contestar. Faltaban 25 minutos para concluir el debate y fue evidente la falta de preparación del magnate neoyorquino si no para ser Presidente, sí para un debate a esta altura.

 

Las primeras encuestas post-debate le dieron el triunfo a Hillary Clinton. Lo mismo las páginas de apuestas como Betfair. Mostraron un repunte de la candidata. Repunte extremadamente necesario para su campaña tras seis semanas en las que ha perdido puntos a nivel nacional y en los estados columpio clave como Colorado, Pensilvania y Florida.

 

En estos primeros minutos post-debate queda claro que ella está más preparada y él, más enojado. La gran pregunta es saber qué opina el cerca de 20 por ciento del electorado que sigue indeciso y que vio por primera vez a Hillary y a Trump verse cara a cara en esta contienda electoral.

 

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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