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De acuerdo con el borrador de un informe de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO) del Pentágono, publicó el pasado 7 de marzo, los extraterrestres podrían estar visitando nuestro sistema solar y liberando sondas, tal como ocurre en las misiones realizadas por la NASA cuando estudian otros planetas.

El informe, escrito por Sean Kirkpatrick, director de la AARO que depende del Pentágono, se centra en una investigación de las limitaciones físicas de los fenómenos aéreos no identificados.

En él se indica que un “objeto interestelar artificial podría ser potencialmente una nave principal que libera muchas sondas pequeñas durante su paso cercano a la Tierra, una construcción operativa no muy diferente de las misiones de la NASA”.

Dichas sondas se desprenderían de la nave principal por la “fuerza gravitatoria de las mareas del Sol o por una capacidad de maniobra”, añade el informe en el que también colabora Abraham Loeb, presidente del departamento de astronomía de la Universidad de Harvard.

La AARO se creó en julio de 2022 con la intención de rastrear objetos en el cielo, bajo el agua y en el espacio, o cualquier otro objeto que tenga la capacidad de moverse de un dominio a otro.

Adicional, se señala que el Congreso de Estados Unidos encargó en 2005 a la NASA que identificara todos los objetos cercanos a la Tierra de más de 140 metros, lo que resultó en telescopios Pan-STARRS. Siete años más tarde el telescopio detectó un objeto interestelar inusual al que se nombró ‘Oumuamua’, que en hawaiano significa ‘explorador’.

Se trataría de una nave espacial nodriza, proveniente de una galaxia lejana, la cual podría llevar varias décadas en el sistema solar, desde donde salen otras naves más pequeñas o sondas que serían las encargadas de estudiar los planetas.

Se registró que dichas sondas no dejaba cola o rastro a su paso, como lo hiciera un cometa, por lo que los científicos concluyeron que se trataría de una nave.

Según el borrador del que reporte el New York Post, las sondas son invisibles para los telescopios de rastreo porque cuentan con un sistema de camuflaje que no refleja la luz del sol, de modo que se vuelven invisibles para los instrumentos que la humanidad usa para monitorear el cosmos.

Finalmente, el documento aclararía que las naves sean parte de algún proyecto de invasión extraterrestre, sino que se trataría de un esfuerzo científico similar al que actualmente tiene la NASA con sus diferentes misiones a otros planetas.

Con información de New York Post

Abraham Loeb, jefe del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard y profesor desde hace más de 30 años del prestigioso centro, llamó la atención entre la comunidad científica al asegurar en una entrevista con el Washington Post que una nave de origen alienígena se acerca a la Tierra.

“Una nave espacial o parte de ella puede estar volando más allá de la órbita de Júpiter, con lo que los primeros extraterrestres ya están aquí”, afirmó Loeb refiriéndose al Oumuamua, llegando incluso a calcularlo con un sistema de complejas ecuaciones.

Loeb, autor de más de 700 trabajos teóricos, al ser preguntado por la hipótesis de que los primeros extraterrestres ya están aquí, explicó que “el 19 de octubre de 2017 el telescopio Pan-STARRS, en Hawai, registró un objeto extraño en el firmamento. Se movía tan rápido que sólo podía proceder de algún lugar fuera del Sistema Solar. Se trata de la primera visita que nos llega del espacio exterior de la que tengamos conocimiento”, dijo.

Efectivamente, la teoría de Loeb y de su compañero Shamuel Bialy surgió a finales de 2017 cuando astrónomos de Hawai detectaron un objeto interestelar muy raro, rápido y brillante al que consideraron que sólo podía ser una estrella. Le llamaron Oumuamua, que en hawaiano significa explorador, y la mayoría de la comunidad científica aceptó que se trataba de una roca o un asteroide desprendido de una estrella en fusión hace cientos de millones de años o que podía ser también un cometa helado que deambula por el vacío interestelar. Menos Loeb. Loeb y su colega publicaron un artículo en Astrophysical Journal en el que aseguraban que Oumuamua “es una vela luminosa, flotando en el espacio interestelar como un escombro de un equipo tecnológico avanzado”.

La conclusión de Loeb es que cree que se mueve demasiado rápido para ser una roca inerte y que se aleja del Sol como si algo la estuviera empujando desde atrás. Según el astronómo, Oumumua es muy inusual y presenta características que lo hacen completamente diferente a cualquier cometa o asteroide como son su velocidad, su atípica trayectoria, no mostrar desgasificación al acercarse al Sol y la ausencia de cola como la de los cometas.

Para el astrónomo es mezquino pensar que “estamos solos en el Universo” o que “somos una especie trascendental en el planeta Tierra”. Loeb argumenta que lo que se observó en el comportamiento de Oumuamua significa que no puede ser un grupo de rocas con forma de una papa larga, sino un objeto que es muy largo y no tiene más de un milímetro de grosor, tal vez un cilindro de un kilómetro de largo, o una vela de barco, tan ligero y delgado que la luz solar lo está expulsando de nuestro Sistema Solar.

Sin embargo, la comunidad científica criticó duramente al astrónomo por sus teorías sobre Oumuamua. “Oumuamua no es una nave alienígena, y esa sola sugerencia es un insulto para la investigación científica honesta”, afirmó el astrofísico Paul Sutter tras la entrevista de Loeb.