¿Qué le dijeron, de qué se enteró o qué vio Andrés Manuel López Obrador desde su triunfo hasta hace unos días para haber cambiado de opinión respecto al Ejército y su presencia en las calles?
De haber dicho que su estrategia de seguridad arrancaría por regresar al ejército a sus cuarteles, ahora ha presentado su Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024 mediante el cual anuncia la creación de una Guardia Nacional que será entrenada por y subordinada a los mandos militares.
Es decir, el Ejército no solo no regresa a sus cuarteles. Está aquí para quedarse y lo hará reforzado con 50 mil elementos que conformarán la Guardia Nacional.
En el Plan aquilata la crisis tan grave de seguridad que vive México aduciendo que es de proporciones no vista desde los tiempos posrevolucionarios. “El próximo gobierno recibirá una seguridad en ruinas y un país convertido en panteón.”
Nadie puede negar que la inseguridad está desbordada. Como dato al margen que refuerza esta situación, en estos momentos se está llevando a cabo el juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán, con lo que por primera vez un narcotraficante extranjero está siendo sometido a juicio en Estados Unidos. Los demás criminales del narco que son extraditados a Estados Unidos se han declarado culpables y con ello han evitado un juicio y han buscado reducir sus condenas cooperando con las autoridades estadounidenses.
El Chapo no. El Chapo se ha declarado inocente y el primer testigo, Jesús Zambada García, quien fuera su Jefe de Logística durante años, cabeza del cártel de Sinaloa en la Ciudad de México y hermano de Ismael Zambada, ahora está declarando en contra de El Chapo con lo que empezamos a conocer detalles sobre estos criminales que tienen a México como guarida de delincuentes y también, como dice el documento de AMLO, convertido en un panteón.
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