El avión de Aeroméxico accidentado en Durango, en el que viajaban 103 personas nunca voló, ni se elevó 500 metros como se ha dicho.
Así lo determinaron peritajes realizados por especialistas en aeronáutica, según dio a conocer Grupo Fórmula, donde se destaca que la aeronave no se elevó ya que cuando ocurrió el percance aún tenía desplegado el tren de aterrizaje.
Además, se determinó que el piloto es el que toma la decisión de elevar el avión y que la torre de control tiene la responsabilidad del vuelo mientras se encuentre en la pista.
La torre de control tiene la obligación de informar a los pilotos sobre el estado del clima y es el capitán de vuelo el encargado de decidir si vuela o no.
