Tag

aguas residuales

Browsing

Investigadores de la Universidad de Burgos, España, y de la Universidad Federal brasileña de Santa Catarina han llevaron a cabo un estudio que demuestra la presencia del virus SARS-CoV-2 en aguas residuales en Brasil en noviembre de 2019.

Según informó la institución española, el estudio, publicado en la revista Science of the Total Environment, ha analizado la presencia del virus SARS-CoV-2 en aguas residuales en Florianópolis, una ciudad de Brasil a finales de noviembre de 2019.

Los resultados señalan que el SARS-CoV-2 probablemente circulaba sin ser detectado en Brasil desde noviembre de 2019, casi dos meses antes del primer caso notificado en el continente, el 21 de enero de 2020, y un mes antes de la notificación de los primeros casos clínicos en Wuhan, China, a finales de diciembre de 2019.

En el estudio se analizaron aguas residuales humanas de Florianópolis recogidas directamente del sistema de alcantarillado para la detección del virus SARS-CoV-2 desde octubre de 2019 hasta marzo de 2020. El virus se detectó mediante diferentes sistemas de RT-qPCR recomendados por el centro de control de enfermedades americano y las autoridades europeas, y los resultados de todas las muestras positivas se confirmaron además en un laboratorio independiente.

Para corroborar la veracidad de los resultados, se secuenciaron los productos de RT-qPCR para confirmar la identidad con SARS-CoV-2 y se realizó un estudio de secuenciación directo y completo de las muestras de aguas residuales positivas a la presencia del virus.

El ARN del virus SARS-CoV-2 se detectó el 27 de noviembre de 2019, y la detección fue confirmada en un laboratorio independiente y mediante el análisis de secuenciación de la muestra de agua residual. Las muestras en los tres análisis posteriores (diciembre de 2019, febrero de 2020 y marzo de 2020) dieron resultado positivo en todos los ensayos de RT-qPCR, incluso con un fuerte incremento en las muestras tomadas a principios de marzo.

La relevancia de este estudio radica en que se trata de la primera detección de la presencia de ARN del virus SARS-CoV-2 a nivel mundial, el 27 de noviembre de 2019 e implica además la presencia y circulación del virus en el continente americano al menos desde esa fecha, 56 días antes de la primera notificación oficial de un caso clínico de covid-19 en ese continente y más de 90 días antes en el caso de Brasil.

De esta manera, los hallazgos encontrados apuntan a que el SARS-CoV-2 circulaba desapercibido en la comunidad durante algunos meses antes de que se declarara el estado de pandemia. Los resultados también muestran que la carga viral de SARS-CoV-2 se mantuvo constante hasta principios de marzo, luego aumentó coincidiendo con el inicio de los casos de covid-19 en la región de Santa Catarina, donde se encuentra Florianópolis.

El Covid-19 ya estaba presente en las aguas residuales de las ciudades de Milán y Turín, norte de Italia, en diciembre de 2019, dos meses antes de que se registrara oficialmente el primer paciente, según las conclusiones de un estudio publicado este viernes.

El estudio del ISS, un instituto público de referencia, examinó 40 muestras de aguas residuales recogidas entre octubre de 2019 y febrero de 2020.

“Los resultados, confirmados por dos laboratorios diferentes con dos métodos distintos, confirmaron la presencia del ARN”, el ácido ribonucleico o información genética del SARS-Cov-2, nombre del nuevo coronavirus, “en las muestras recogidas en Milán y Turín el 18 de diciembre de 2019”, según un comunicado del instituto.

También se encontraron trazas idénticas en aguas residuales de Bolonia el 29 de enero de 2020, aunque el primer caso de un paciente con coronavirus en Italia se detectó hasta el 20 de febrero, en la localidad de Codogno, cerca de Milán.

El ISS precisa, no obstante, que no hay rastro del nuevo coronavirus en las muestras recogidas en octubre y noviembre de 2019.

“Esta investigación puede ayudar a entender el inicio de la circulación del virus en Italia y suministra informaciones coherentes con respecto” a los análisis llevados a cabo en Francia, en muestras de pacientes hospitalizados que dieron positivo en diciembre de 2019.

Estas conclusiones corresponden a las estimaciones de científicos chinos que barajan que el virus apareció a mediados de diciembre en un mercado de Wuhan que vendía animales salvajes, aunque Pekín ha dado a entender que el virus habría podido llegar a China procedente del extranjero.

El ISS también cita un estudio español que identificó rastros del nuevo coronavirus en las aguas residuales de Barcelona a mediados de enero, es decir unos 40 días antes de la identificación del primer caso en España.

“Nuestros resultados confirman la evidencia existente a nivel internacional de la importancia de vigilar el virus en las muestras recogidas en las aguas residuales y a la entrada de las instalaciones de depuración” de las aguas, asegura en el estudio Luca Lucentini, un directivo del ISS.

El hecho de haber encontrado trazas del virus no implica automáticamente que las primeras cadenas de transmisión hayan empezado con estos primeros casos, subrayó Lucentini, al estimar que “una red de vigilancia en el territorio puede resultar muy útil para controlar la epidemia”.

Según Lucia Bonadonna, otra directiva del ISS, en julio se iniciará un proyecto piloto para vigilar las eventuales trazas del virus en las aguas negras en las localidades turísticas.