Tag

AMLO

Browsing

La situación complicada por la que atraviesa México es culpa del coronavirus, no del actual gobierno. Es un problema del mundo entero. Andrés Manuel López Obrador y el equipo de expertos que lo aconsejan están intentando manejar de la mejor forma posible el reto de salud que no se había visto en más de un siglo. Y lo están logrando. Basta voltear a ver a Brasil, India, Gran Bretaña o Estados Unidos para darnos cuenta de que la pandemia tiene efectos desastrosos en todos los continentes y en países tanto pobres como ricos y que México no es el que peor lo está haciendo.

Esa es la visión de muchos de quienes apoyan al gobierno; a la autollamada 4ª Transformación y al presidente López Obrador. Pero es una visión equivocada. Si bien el mundo entero está teniendo que hacerle frente a la pandemia, el gobierno de México es de los que peores acciones ha tomado y por ello de los que peores resultados está teniendo.

No es un tema de filias ni fobias. Tampoco de simpatías o rencores. Es un tema de datos.

Solamente en México ha muerto más gente que en todo el continente asiático. Con datos de Our World in Data, en México han muerto mil 626.44 personas por millón de habitantes mientras que en Asia han muerto 97.14 por millón de habitantes. Al presidente le encanta decir que a México no nos ha ido tan mal como a Italia o España. Toda Europa tiene menos muertes acumuladas por millón de habitantes: 1,277.72 vs 1,626.44.

Escuchamos hablar de Australia y Nueva Zelanda como las excepciones entre los países que han logrado controlar la pandemia, pero si vemos los datos de la Universidad de Johns Hopkins, nos damos cuenta que son varios países en donde ha habido menos de mil muertes por COVID19. En total. No en 24 horas. Desde que inició la pandemia hay países en los que han muerto menos de mil personas. El escritor Aurelio Asiain hizo un recuento utilizando la base de Worldometers y encontró que hay 126 países en los que han muerto menos de mil personas por COVID-19. En México, usando las cifras de Our World in Data, llevamos más de 200 mil muertes. Más de 200 veces las muertes que en otros 126 países.

Hay varias cosas graves de esta retórica de que la situación en México está mal por culpa del coronavirus y no por un mal manejo del actual gobierno. Además de que no se le exige rendición de cuentas al presidente, hemos visto como varios de los que acuden a vacunarse creen que deben estar hasta agradecidos con López Obrador. No se dan cuenta que la vacunación es la salvación y la esperanza de los países que más mal han manejado la pandemia. En donde se controló desde un principio es simplemente una herramienta preventiva adicional.

Apostilla: Solo en México. En cualquier otro país Félix Salgado Macedonio habría quedado en el basurero de la historia dese hace varias décadas. Tiene una trayectoria de varios escándalos en donde orinar en la calle y acusar a los policías que lo querían detener de estarlo secuestrando es el menor de ellos. Pero no. En México un político así no se va al basurero de la historia. Salgado Macedonio ha sido alcalde, diputado y hoy senador con licencia. Quiere gobernar Guerrero, un Estado con tremendos problemas de crimen organizado y guerrilla y por ello un reto monumental. ¿Por qué creen el presidente López Obrador y Mario Delgado que él es la solución para el estado y el perfil del político que le conviene impulsar al partido?

Columna completa en El Universal

De un lado está quien promete que no es como los otros. Del otro lado, los que prometen que no son como el actual.

Los otros son unos ladrones. El actual es un incompetente.

Ese es el tono al arranque de las campañas que culminarán con las elecciones del 6 de junio enmarcado en la gran interrogante de si la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, el actual presidente, podrá acarrear votos para su coalición: Morena-PT-PVEM de tal forma que la segunda mitad del sexenio pueda concretar los cambios prometidos.

Hasta ahora los cambios del presidente han sido por disposición de AMLO mismo, como la conversión del Seguro Popular en INSABI; la extinción de fideicomisos; el programa nacional de austeridad; la decisión de construir el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y la termoeléctrica de Morelos.

Los cambios legislativos han sido a leyes secundarias, como la creación de la Ley Nacional de Extinción de Dominio; a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, Seguridad Nacional y el Código de Procedimientos Penales para convertir la defraudación fiscal en una actividad de delincuencia organizada; a éste mismo código para penalizar delitos en materia de hidrocarburos y un largo etcétera.

Su partido ha presentado varias ocurrencias que, por fortuna, se han quedado en eso, ocurrencias, como la de eliminar las comisiones que pueden cobrar los bancos; el impuesto a las grandes fortunas; la intención de que Banco de México reciba dólares en efectivo y la prohibición total de la subcontratación.

En estas elecciones intermedias un primer enfoque estará precisamente en qué tanto puede ampliar el número de escaños el presidente y los partidos que se le han aliado, que no son pocos – PT; PVEM; Partido Encuentro Social; Redes Sociales Progresistas y Fuerza México – para llevar a cabo cambios más radicales, como una reforma constitucional a la industria energética.

Para ello importan también las legislaturas locales, ya que una reforma constitucional requiere la aprobación de 17 de éstas. Actualmente Morena controla 18 legislaturas locales. Un estudio publicado por Citibanamex sobre el arranque de las campañas pronostica que Morena se quedará con mayoría en entre 12 y 14 congresos locales, lo que sería una piedra en el zapato de cualquier modificación constitucional que quisiera hacer el presidente.

Por otro lado, estará por verse qué tanto contrapeso logrará la alianza PAN, PRI, PRD en los 219 distritos y en las 11 gubernaturas en los que han decidido ir juntos. Hasta ahora esa alianza va arriba en las encuestas solamente en dos estados, en Baja California Sur y San Luis Potosí.

Si el dicho de “toda política es local” prueba ser verídico, estos números deben moverse en los menos de 60 días que quedan para las elecciones porque hasta ahora todo el enfoque ha sido nacional: o estás con el cambio que promete AMLO o estás con los del pasado. Falta que los candidatos hagan política en lo local para ver de qué están hechos o si solo pretenden montarse en la estela de la popularidad presidencial o en su rechazo.

 

Columna completa en El Universal

El presidente Andrés Manuel López Obrador goza de buena popularidad. El promedio de Oraculus le da un 63 por ciento. Y Morena va en caballo de hacienda para tener un buen resultado en las elecciones del 6 de junio.

De acuerdo con la misma página, en la Cámara de Diputados, la alianza de Morena-Partido del Trabajo-Partido Verde, logrará 327 escaños, lo que lo deja en la antesala de obtener las 2/3 partes, que son 334 diputados.

En cuanto a gubernaturas, el más reciente sondeo de Massive Caller arroja que Morena tiene cómoda ventaja en Colima, Guerrero, Sonora, Baja California, Campeche, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Tlaxcala y Zacatecas. Es decir, de 15 gubernaturas aventaja en 10. Nada mal.

No será carro completo, pero eso hasta los priistas de los 70 sabían que era positivo. “Lo que resiste, apoya”, era el dicho de Jesús Reyes Heroles. La importancia de que existiera cierta oposición, entre la domesticada y la orgánica, hacía que México pudiese ser considerada una democracia. Imperfecta, pero democracia.

Un resultado electoral en el que Morena se quede con todo sería la señal inequívoca de que la democracia y sus pesos y contrapesos han sido pulverizados.

Entonces, con números tan positivos de cara a los próximos resultados electorales, ¿cuál es la necesidad de atacar al árbitro y querer descabezarlo? ¿Por qué prefiere el presidente de México, AMLO, y de Morena, Mario Delgado, denostar al INE en lugar de voltear a ver por qué de los 52 candidatos a los que se les retiró su registro por no haber presentado sus reportes de gastos de precampaña, 49 son de Morena?

Uno de esos candidatos es Félix Salgado Macedonio, a quien el presidente ha defendido a capa y espada para dejarle la candidatura al gobierno de Guerrero, a pesar de las acusaciones en su contra de abuso sexual y violación. Este apoyo le puede costar caro, le debería costar caro, a Morena frente al voto femenino y quienes apoyan un país que rechace dejar este tipo de actitudes en la impunidad. ¿No tendrían que estar furiosos AMLO y Delgado con Salgado Macedonio por haberlo apoyado y que éste les pague con la moneda de no cumplir con la Ley General de Partidos Políticos?

El INE es una institución a la que se han dado demasiadas tareas. Pero así lo ha querido la clase política y en mucho se ha debido a las solicitudes enérgicas del candidato Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente de México.

Si queremos adelgazar ciertas atribuciones del árbitro, el momento será pasadas las elecciones, no a 67 días de ellas.

La actitud del presidente de México y de Morena deja la enorme interrogante de, si están tan bien ¿por qué están tan preocupados? ¿A qué le tienen miedo?

 

Columna completa en El Universal

Cuesta trabajo entender a qué fueron los gobernadores del PRI, PAN y el del PRD a Palacio Nacional a la firma de lo que el presidente López Obrador llamó el Acuerdo Nacional por la Democracia. Todos los gobernadores salvo el de Jalisco, Enrique Alfaro, y Quirino Ordaz de Sinaloa, se prestaron a otro show más del presidente para firmar algo que simplemente implica cumplir con la ley y que ninguno de los presentes, ni el presidente, pretenden acatar.

De verdad que si todo lo que firman, acuerdan y convierten en ley nuestros gobernantes se cumpliera, seríamos mejor país que Dinamarca. Pero como lo que ocurre es que se firman acuerdos, leyes y pactos que al final no se respetan, pues somos lo que somos. México, el país de los políticos expertos en simular.

El presidente convocó a los gobernadores a firmar el Acuerdo Nacional por la Democracia para garantizar que ninguno de ellos interfiera en el proceso electoral en curso ni favorezca a candidatos o partidos políticos de cara a las elecciones del 6 de junio. Se sentaron a hacerle el caldo gordo en otro más de los shows del presidente. Nunca se le ocurrió a AMLO convocar un Acuerdo Nacional para lidiar con la COVID. Tampoco ha buscado trabajar en conjunto para idear el Plan Nacional de Regreso a Clases; menos aún han pensado en firmar un rescate económico de los mexicanos en tiempos de pandemia. No. Nada de eso.

La convocatoria para respetar el proceso electoral y comprometerse a no intervenir en el proceso electoral viene del presidente que cada mañana utiliza la plataforma de Palacio Nacional para auto promoverse durante al menos dos horas sin importar los tiempos electorales que impiden a los otros hacer algo similar. Lo mismo no lo puede hacer nadie más porque el megáfono de la presidencia solo lo tiene el presidente en turno.

Viene también de quien decidió inventar una figura que representa al gobierno federal en los estados, la de los Súperdelegados, que se ha dicho desde el comienzo del sexenio que no son más que aspirantes a las gubernaturas estatales. Y tan es cierto que de las 15 gubernaturas en juego el 6 de junio, 8 Súperdelegados renunciaron para poder contender.

Es el caso de Víctor Manuel Castro, candidato de Morena para Baja California Sur; Juan Carlos Loera, candidato de Morena por Chihuahua; Indira Vizcaíno, la candidata de Morena y el PANAL por Colima; Pablo Amílcar Sandoval, quien pensó que obtendría la candidatura de Guerrero pero Morena prefirió dársela al acusado de violación y acoso sexual, Feliz Salgado Macedonio; Lorena Cuéllar, la candidata de Morena en Tlaxcala; Manuel Pedraza, quien renunció para ser el candidato en Nayarit pero al final se quedó la candidatura Miguel Ángel Navarro Quintero.

Gilberto Herrera quiso ser el candidato en Querétaro y Gabino Morales en San Luis Potosí. Ambos renunciaron al puesto de Superdelegados pero se quedaron fuera de la contienda porque las candidaturas se las dio el partido a mujeres para poder cumplir con el requisito de Paridad en Gubernaturas. En el caso de Querétaro, quedó Celia Maya y en el de San Luis Potosí, Mónica Rangel.

A la firma ni siquiera fue convocado el INE, fuente constante de los ataques presidenciales a pesar de ser la institución central para el respeto al proceso electoral. Los primeros interesados en fortalecer al INE debieran ser la oposición. Pero aún así, decidieron acudir al show del presidente y darle con ello una estocada más al INE.

En lugar de pedirle al presidente que los convoque a un acuerdo que auténticamente se comprometan todos a cumplir, fueron al show de Palacio Nacional. ¿Para qué?

De verdad que la oposición nada más no entiende que no entiende.

 

Columna completa en El Universal

Apenas llegó a La Casa Blanca Joe Biden prometió que su política migratoria daría un giro de 180 grados respecto a la de Donald Trump. Nada de la crueldad. Nada de separar familias. Nada de poner a niños en jaulas. Más bien tendría una visión humanista. Al decir esto, miles de centroamericanos y mexicanos lo escucharon como una licencia para migrar. Hoy la situación en la frontera es de caos.

Los albergues están desbordados; la Patrulla Fronteriza no se da abasto y los cruces fronterizos han crecido con varios migrantes que incluso llegan arrodillados a la frontera con camisetas en las que se lee: Biden, déjanos entrar.

Hace diez y seis años escribimos un artículo para la revista Nexos el Dr. Rafael Fernández de Castro y yo en el que hacíamos alusión al sistema migratorio roto en Estados Unidos. Releyendo lo escrito en ese momento es de llamar la atención que ni México ni Estados Unidos hemos logrado atender el tema de tal forma que una solución esté a la vista. Por el contrario, los fenómenos naturales como huracanes y la pandemia de la COVID19 ha provocado un enorme retroceso.

En el texto del 2005 en Nexos, la alarma era que la circularidad en la migración se había roto. Esto significa que los mexicanos de todos los municipios del país llevan migrando todos, si pueden, desde todas partes y para quedarse en Estados Unidos, sin pensar en volver a México. Antes solo algunos municipios de algunos estados como Michoacán o Zacatecas expulsaban migrantes. Ahora son todos. Y ya es más de una década en donde no solo emigran los hombres. Mujeres y niños también. Y lo hacen para no volver.

Trump quiso resolver el problema con políticas muy duras, muy poco humanas. Además de la política de “Remain in Mexico”, entre el apriete de Trump estuvo la publicación del Título 42, que permitió a la Patrulla Fronteriza expulsar a cualquier migrante que llegara a EUA con el argumento de que podrían estar infectados de COVID19. Los expulsaron a México, sin importar si eran de otro país. Sin importar si eran menores de edad. Quedaban fuera de EUA y a ver si lograban reunirse con algún familiar. Eso ya no le importó ni fue un problema para el gobierno de EUA.

Lo anterior le permitió a Trump que la entrada de migrantes a EUA cayera a la mitad. En 2019 llegaron 1 millón de personas, entre mexicanos y centroamericanos, a pedir asilo. Para el año pasado solo fueron 500 mil. A los demás se les aplicó el Título 42 y se les expulsó.

Hasta ahora la política migratoria de Biden sigue aplicando el Título 42. Aunque Biden ha anunciado que invertirá 4 mil millones de dólares en ayuda económica para la región de Centroamérica para atacar las causas de la migración, esto es muy poco dinero para el enorme problema. Para Biden el problema va a ser el discurso republicano de que el regreso de los demócratas a La Casa Blanca ha empeorado una situación que lleva tantos años sin resolverse.

Ya dijo en estos días Donald Trump que Biden está generando un tsunami en la frontera. Y se anticipa que el tema sea utilizado para recuperar la mayoría en la Cámara de Representantes en el 2022.

Apostilla: Dice el presidente López Obrador que en su gabinete hay paridad de género como nunca. El tema no es que haya muchas mujeres que lo rodeen. El problema es que ninguna tiene voz. Es sólo la de él la que se escucha y eso deslegitima su discurso paritario.

Texto completo en EL UNIVERSAL

Sin libertad de expresión, no hay democracia.

Mi solidaridad con los medios y colegas que

han sido agredidos desde Palacio Nacional

por el simple hecho de ejercerla.

Dejemos la censura e intimidación

en el pasado.

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador quiere, como dice el dicho anglosajón, tener su pastel y comérselo también. Y esto, evidentemente no se puede. O tienes el pastel o te lo comes. O quieres ser parte de Norteamérica y todo lo que implica haber firmado el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, o puedes optar por el discurso de la autosuficiencia y el nacionalismo.

Quizás en ese intento de tener y comer el pastel es que en la primera reunión que sostuvieron AMLO y Biden, en formato virtual, no se tocaron los temas delicados de la relación bilateral. No se habló de seguridad, ni de vacunas. Tampoco de la cancelación de inversiones a empresas estadounidenses. Aunque se habló de cambio climático y el presidente presumió que Biden lo invitó a participar en la cumbre que sostendrá EUA en abril sobre el tema, nada se dijo sobre la intención de López Obrador de que el país recurra a energías sucias y caras para la generación de energía eléctrica.

Un tema que López Obrador había dicho que quería tocar con Biden era el de las vacunas. Ahí está la acusación de acaparamiento que AMLO ha hecho a los países desarrollados en general y a EUA en particular. Lo que no toma en cuenta el presidente de México es que EUA invirtió más de 12 mil millones de dólares en un programa que llamó ‘Warp Speed’ para lograr vacunas que hoy permiten a Biden presumir que para mayo van a tener suficientes dosis para vacunar a todos los estadounidenses.

La Operación ‘Warp Speed’ se ideó y financió todavía con Donald Trump en la presidencia. Trump, que al igual que AMLO siempre minimizó el coronavirus en el discurso, supo ser bastante práctico a la hora de identificar en donde meter el presupuesto federal.

En México el presidente López Obrador no modificó un ápice sus política una vez que se vio el alcance y la gravedad de la COVID19. Siguió metiéndole dinero a Dos Bocas y a Santa Lucía, por ejemplo, como si eso fuera a salvar vidas de los mexicanos, e ignoró la necesidad de aumentar el presupuesto en salud y en ayudas para mitigar los impactos económicos del confinamiento. Ahora quiere que los estadounidenses nos regalen vacunas.

Por ello, y porque Biden ya aclaró que no va a regalarle vacunas a México, es que el tema ni se tocó en la conversación del lunes.

En materia de seguridad, el Canciller Marcelo Ebrard ha dejado en claro que una prioridad de México debe ser buscar trabajar con el gobierno de EUA para frenar el tráfico de armas de norte a sur. El tema no fue abordado en esta primera reunión bilateral, quizás para no desviarse a otras complicadas aristas en la materia, como la exoneración del General Salvador Cienfuegos sin una investigación exhaustiva de parte del gobierno mexicano.

De qué sí se habló: migración y combate a la corrupción. No son temas menores y son áreas en las que ambos gobiernos están alineados, cuando menos en el discurso.

Apostilla: la extorsión, intimidación y censura que ejerce el actual gobierno para tapar la realidad y que ésta se apegue a su discurso no se restringe solo a empresarios, medios y periodistas. Ahora Pemex ha decidido cancelar el contrato con Fitch Ratings para su participación en el proceso de calificación de la empresa. En lugar de trabajar para que Pemex se gane una mejor calificación crediticia, les es más fácil cancelar a la calificadora que ha tenido la mano más firme para con la empresa productiva del Estado.

Columna completa en El Universal

Blanco o negro. El presidente parece ver solo esos dos colores. Lo demuestra en varias ocasiones, la más reciente tiene que ver con la industria eléctrica al comparar lo que ocurrió en Texas, cuando casi todo el estado se quedó sin suministro de energía eléctrica, con el apagón en gran parte de México.

“La crisis en el estado de Texas dejó dos grandes lecciones a los mexicanos: es indispensable la rectoría del Estado en materia energética y no apostar al uso de un solo combustible en la producción de electricidad. No podemos poner todos los huevos en una sola canasta para generarla”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La rectoría del Estado es blanco; la industria en manos de muchos – particulares y empresa estatal competitiva – es negro. Y así, con ese sencillo diagnóstico, AMLO piensa que México enfrentó mejor el problema de desabasto y que vamos por buen camino con la Ley de la Industria Eléctrica que fortalecerá más a la CFE. Como la CFE pudo reactivar el suministro mediante el uso de combustóleo y carbón, México tiene un mejor sistema eléctrico que Texas.

Blanco o negro: en manos de particulares o en manos del Estado. Así ve el presidente las alternativas en materia de energía.

El problema en Texas no es que tenga un sistema eléctrico en manos de muchos particulares. El problema en realidad es doble. Por una parte prácticamente no hay regulación. Las compañías no tienen que mantener reservas ni invertir en insular sus instalaciones para soportar los climas extremos si no lo quieren hacer. Y por la otra, el Estado pensó que al tener la demanda y oferta suficiente para autoabastecerse, no necesitaba estar conectado con otra red eléctrica. Al aumentar la demanda exponencialmente por el clima tan frío – algo que no ocurría hace 35 años – y al no tener instalaciones preparadas ni para el exceso de demanda ni para el clima extremo, el sistema entero colapsó. Tanto instalaciones de energía solar; eólica; nucleares; de carbón y de gas. Todas. Y no tuvo posibilidad de conectarse y abastecerse de las redes eléctricas de otros estados.

Paul Krugman recuerda en su columna de esta semana en el New York Times como el arquitecto de la red eléctrica de Texas, el profesor de Harvard, William Hogan, pronosticó que el mercado sería el encargado de que las empresas se regularan solas.

Pues el profesor Hogan estuvo equivocado. Lo que tiene que hacer Texas ahora es pensar en conectar su red eléctrica a otras fuentes además de a la actual, ERCOT, como lo hacen el resto de los estados de la Unión Americana. Además tiene que implementar regulaciones que aseguren las reservas y la inversión en las instalaciones para momentos de crisis.

Ese mismo reto lo tiene también México. Creer que fortalecer a la CFE va a ser la solución es un error monumental. Lo que hará es volvernos más vulnerables porque los monopolios estatales no tienen incentivos para auto regularse. Es además poner todos los huevos en una canasta, la de la compañía estatal, justo lo que dice el presidente que debemos evitar como lección de lo ocurrido en Texas.

Apostilla: Los hallazgos de la Auditoría Superior de la Federación respecto a irregularidades por más de 67 mil millones de pesos en el 2019 es lamentable, no por lo que muestran, sino por lo muy poco que se puede hacer con estos señalamientos. La ASF no tiene dientes. No los tenía antes y ahora que claudica ante la mínima presión presidencial, menos.

Columna completa en El Universal

Estás con la industria nacional o con los extranjeros. Este es el nuevo falso dilema en el que ha colocado a México el presidente López Obrador. Uno más de entre los falsos dilemas: conmigo o con los corruptos; con la 4T o con Peña Nieto; con la transformación o con el saqueo.

Con su propuesta de Ley de la Industria Eléctrica que ha ordenado a los diputados que aprueben sin modificarle ni una sola coma, el presidente ahora coloca a quienes apoyan esta iniciativa como los preocupados por salvar a la CFE y a quienes la critican como los vende patrias que se inquietan más por las empresas extranjeras que vinieron a saquear a México.

Pero el verdadero dilema en la iniciativa energética del presidente es si se quiere a un México moderno y en crecimiento o uno estancado y con apagones. Así de sencillo. Para que México crezca, necesita más electricidad. Y si crece México, crecerá la demanda de electricidad. Es un círculo virtuoso y hoy la CFE no se está preparando para esto.

Estamos ya en el tercer año de gobierno y la CFE no tiene un solo plan para cubrir la creciente demanda de electricidad. Una demanda que viene del desarrollo. No es lo mismo vivir en los 80s cuando una casa tenía un televisor y un refrigerador conectados a la luz que actualmente cuando además cada integrante de la casa tiene, cuando menos un teléfono móvil que conectar.

La CFE sabe que la demanda viene subiendo. Ya en 2019 la situación de demanda creciente sobre el margen de reserva de la empresa era preocupante. Había apenas un 6 por ciento de margen de reserva. En el 2020, con la pandemia y los confinamientos, la situación dejó de ser tan crítica porque al frenar la industria, cayó la demanda. Esto sí le vino como anillo al dedo a Manuel Bartlett. El año pasado el margen de reserva aumentó para llegar a un 16 por ciento. Pero con la reactivación económica, la demanda está volviendo a crecer y el margen de reserva se verá presionado muy rápido.

Un experto en el sector me comentaba que si la situación permanece como estamos, si la CFE no se arranca con la construcción e inversión en la Red Nacional de Transmisión, que actualmente está sostenida por alfileres, para el año 2023 tendremos apagones recurrentes.

La CFE necesita invertir; necesita construir para poder abastecer la creciente demanda de electricidad. Y ante este panorama que pone en aprietos el flujo de la CFE, encima se ahuyenta las inversiones privadas, tanto nacionales como extranjeras. Pero no solo eso. También se quiere modificar el orden de despacho de energías. Esto es algo que ya se ha dicho hasta el cansancio. De aprobarse la iniciativa presidencial se utilizarían primero energías más caras y sucias y después las limpias, renovables y más económicas. Para poder cubrir con este nuevo orden de despacho solo hay dos opciones: o se incurre en un déficit presupuestal o se tendrían que aumentar los precios de la energía.

Pero AMLO ha dicho que ni va a endeudar más el país ni van a subir los precios de la electricidad.

La iniciativa de Ley que el presidente envió a la Cámara de Diputados ordenando a que los legisladores aprueben sin moverle una sola coma es un sinsentido en donde además, el presidente vuelve a colocar al país en un nuevo falso dilema: buenos o malos; apoyas a la industria nacional o a los voraces extranjeros.

El dilema verdadero es: ¿un México en crecimiento o un México rezagado y con apagones?

 

Columna completa en El Universal

Este es un año electoral y el presidente Andrés Manuel López Obrador quiere hacer del voto una elección entre el saqueo del pasado o la transformación que él ofrece. Así lo dijo ayer en la conferencia mañanera.

“¿Quién va a decidir si quiere que regrese la política de saqueo y de corrupción? ¿Quién va a decidir si continúa o no? Pues el pueblo, los ciudadanos.” Esa es la disyuntiva que ve el presidente López Obrador sin darse cuenta de que la decisión no es entre saqueo o la transformación. Que más bien estamos viendo la transformación del saqueo.

Porque en el pasado hubo saqueo. Sin duda tiene razón el presidente cuando dice que tras la crisis de 1995, el remedio fue convertir las deudas privadas de unos cuantos, de los banqueros, de las grandes corporaciones, en deuda pública, en referencia al Fobaproa. Pero cuando remata con que en su gobierno son distintos, le falta aclarar que son otros nombres, pero que el saqueo continúa. La transformación está en las manos que lo reciben. Y en algunos casos ni los nombres han cambiado, si nos remitimos al Director General de la CFE, Manuel Bartlett.

¿Cómo justificar que la disyuntiva es entre el saqueo y la redención de México si el actual gobierno sigue manteniendo la impunidad de quienes incurren en casos de corrupción? López Obrador desmanteló varios fideicomisos bajo el argumento que eran unas cajas opacas de gastos pero su transformación del saqueo lo ha llevado, por ejemplo, a crecer casi en un mil por ciento el Fideicomiso de Administración y Pago de Equipo Militar, el Fidape.

Al finalizar el gobierno de Peña Nieto, el Fidape tenía un saldo de 5 mil 40 millones de pesos, pero 2020 lo cerró con cerca de 50 mil millones de pesos. Este fideicomiso no rinde cuentas sobre sus gastos a nadie y es actualmente el tercero más grande del gobierno federal.

Entonces, quitarle dinero a unos fideicomisos a los que acusa de ser opacos para trasladarlo a otro fideicomiso que también es laxo en transparencia no es más que la transformación del saqueo.

La disyuntiva electoral del 2021 es bastante pobre para México. Primero porque la oposición no logra presentar una agenda atractiva ni una verdadera solución a los problemas del país. Segundo, porque es más que evidente que al presidente López Obrador le quedó grande la tarea de transformar a México. La mejor prueba de ello es que lleva más de dos años señalando al pasado por las fallas del presente. A estas alturas, parece que la disyuntiva electoral del 2021 será entre darle más o menos poder al presidente López Obrador vía los pesos y contrapesos de la Cámara de Diputados. ¿Saqueo o transformación? No…sólo transformación del saqueo.

Apostilla: El presidente dijo, al regresar a la mañanera después de recuperarse de COVID que “se decidió la gratuidad en servicios de salud y todos los que han sido atendidos en centros de salud, que es la inmensa mayoría, porque son muchísimos más los atendidos en hospitales públicos que en hospitales privados, todos han recibido atención médica gratuita. Eso no sucedía anteriormente. En los institutos de salud, que son de lo mejor que tiene el país, hay gratuidad en atención médica, no sólo a enfermos de COVID, sino a todos los enfermos.”

El que se ha atendido de forma gratuita ha sido él. Su tratamiento corrió a costa de nuestros impuestos. Para la gran mayoría de los que nos hemos contagiado de COVID el tratamiento, por más básico, ha sido bastante caro.

 

Columna completa en El Universal

Vivo en un país en donde el presidente presume que encabeza el gobierno más transparente pero en el cuál no podemos saber si éste se vacunó o no; qué día comenzó con síntomas; qué prueba se hizo; cuándo y cómo evoluciona su estado de salud.

Un país en donde López Obrador dice que al ser presidente él ya no se pertenece; es un servidor de la nación. Pero ante las peticiones de transparencia sobre su contagio de COVID, dado a conocer el domingo pasado, la respuesta del zar del coronavirus mexicano, el Dr. Hugo López Gatell, es que nada se sabrá sobre el estado de salud del presidente por derecho a su privacidad. No podremos ver una fotografía de su resultado positivo de COVID-19, como el de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien la subió a twitter el lunes pasado.

A partir de la publicación de la columna de mi colega Darío Celis en El Financiero el 19 de diciembre, en la que afirmaba que tanto el presidente como otros integrantes del gabinete, habían sido vacunados con la dosis de CanSino Biologics, decidí hacer una solicitud de información a la Oficina de la Presidencia para confirmar esta versión.

No parecía inverosímil. El presidente iba y venía; arrancaba con sus mañaneras y tenía juntas con su gabinete, todo como si el virus ni existiera. Como si su salud no fuera motivo de preocupación por la hipertensión que él mismo ha comentado padece y por su edad. Era evidente que el presidente no seguía los protocolos de salud como usar cubrebocas para protegerse y proteger a quienes lo rodeaban.

La respuesta a esta solicitud de información por parte de la Oficina de la Presidencia fue declarase incompetentes para dar respuesta. Pidieron remitir la pregunta a SRE y/o a Salud. Se hizo la solicitud a ambas secretarías. Salud no ha dado respuesta. SRE pide que haga la solicitud a la Oficina de la Presidencia. Es decir, se están aventando la bolita y no han querido ser transparentes ante una pregunta tan puntual para conocer quiénes dentro del gobierno, incluyendo al propio presidente, se han aplicado o no la vacuna de CanSino. Las respuestas están disponibles aquí: https://anapaulaordorica.com/respuestas-presidencia-a-consulta-sobre-vacunacion/

La salud del Jefe de Estado es cuestión de seguridad nacional. Por ello se le lleva pidiendo al presidente transparencia al respecto. ¿Qué razones tiene López Obrador como para no honrar la tan cacareada transparencia en esta materia muy a su alcance?

No comparto las teorías de la conspiración que apuntan a que el contagio de COVID de López Obrador es mentira. Pero sí sorprende que en un tema que debiera ser tan sencillo ser transparente, el presidente opte por la opacidad.

No hay mal que por bien no venga, reza el dicho. Esperemos que ante el lamentable contagio del presidente, del cual seguramente saldrá bien y recuperado muy pronto, veamos una mejor respuesta de AMLO ante la pandemia que tiene a México en tan mal estado. Otros jefes de Estado lo han padecido. Boris Johnson modificó sustancialmente las políticas públicas de Gran Bretaña a partir de su contagio en torno al coronavirus a pesar de haberlo minimizado en un principio. Ojalá ocurra algo similar con el presidente de México.

Columna completa en El Universal

Apostilla: El 16 de marzo el Dr. Hugo López Gatell declaró que “la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio”. ¿Tampoco esta declaración merece una rectificación del encargado de lidiar con la pandemia en México?

La falta de coherencia entre las ideas y las acciones se llama incongruencia. Es la definición de diccionario. Y es también el sello claro e indeleble de la autollamada 4T. Un gobierno que presume tener múltiples ideas para transformar y hacer de México un país mejor y que a la hora de tener que implementarlas simplemente falla.

Falla porque lo que dicen que van a hacer no es congruente con lo que hacen. El presidente lleva décadas diciendo que la corrupción es el mal que mantiene a México en el subdesarrollo. Apenas llega al poder y lleva dos años cobijando la corrupción dentro de su familia y dentro de su equipo de gobierno. No tiene un solo acto de verdadera lucha contra la corrupción que presumir. Si tener a Manuel Bartlett en el equipo y hablar de combate a la corrupción no es ejemplo suficiente de incongruencia, van otros.

Esta semana está el viaje del subsecretario de Salud, Hugo López Gatell a Oaxaca; su decisión de ir a ver a su familia – eso dijo en su respuesta cantinflesca – en lugar de ser congruente con lo que tanto pide al resto de los mexicanos: quedarnos en casa. ¿O era quédate en casa…de tus amigos en la playa? Mientras varios mexicanos están enfermos o mueren de COVID, el subsecretario cree que está bien estar sentado en un restaurante en la playa en Oaxaca porque “allá no están en semáforo rojo”.

Quizás el viaje de López Gatell a Oaxaca lo pudo haber cambiado por una visita a un hospital COVID; a una reunión con familiares de muertos por coronavirus; a un encuentro con personal médico y de enfermería, pero no. El subsecretario prefirió ir a una playa oaxaqueña y cuando fue cuestionado a su regreso, decidió echarle la culpa de su mala decisión a los medios de comunicación por querer desprestigiarlo.

En la misma semana vimos a otros políticos y al presidente en fotografías en redes sociales pasándola a todo dar. El presidente se vistió de jugador de béisbol y escribió que siempre hay tiempo para hacer deporte. Sí, mucha gente ha salido de vacaciones y otra tanta se fotografía en momentos alegres con amigos y familia y suben sus imágenes a las redes sociales, pero es muy distinto ser un ciudadano de a pie que ser funcionario público.

Al Subsecretario López-Gatell ¿no le da vergüenza con los médicos que no han podido descansar de la cantidad de pacientes que tienen que recibir en los hospitales? Y al presidente López Obrador ¿cómo puede solaparlo? ¿Cómo puede decir que le importa el pueblo y a la vez dejarlo a la merced de un hombre que claramente no está ni interesado en hacer el trabajo encomendado?

El viaje de López-Gatell es un escándalo en el mundo. Medios estadounidenses han puesto el comparativo de que el Dr. Anthony Fauci decida irse a Miami. “El zar del COVID se toma una vacación a la playa en medio del aumento de casos”, es la lectura que le dieron ayer en CNN.

En Irlanda, el Comisionado de Comercio, Phil Hogan, la Ministra de Agricultura y un senador tuvieron que renunciar a su cargo por haber asistido a un evento de 81 personas en un campo de golf. En Ontario, el Ministro de Finanzas, Rod Phillips, tuvo que renunciar cuando se supo que se fue de fin de año a St. Barth’s. Fue el mismo caso del la Jefa del Servicio Médico de Escocia, Catherine Calderwood y del Ministro de Salud de Nueva Zelanda, David Clark.

En México, el viaje ya se volvió una buena manera de promover turismo: “Si Gatell ya fue a Huatulco, tú ¿para cuándo? No te quedes fuera y reserva ya!!! Viaje a Huatulco y Puerto Escondido. Avistamiento de ballenas y liberación de tortugas del 29 de enero al 1 de febrero 2021”, es el mensaje que me apareció en redes sociales de una empresa JA Tours.

Qué ingeniosos los de la empresa turística. Y qué incongruencia la de la 4T.

 

Columna completa en El Universal

Pobre AMLO, tan cerca de Trump…y tan lejos de Joe Biden. El presidente López Obrador que se había acomodado tan bien con el xenófobo, misógino, antimexicano de Trump y de pronto ya no lo tendrá más en La Casa Blanca. ¿Qué le espera a la relación bilateral a partir del próximo 20 de enero que asuma el poder Joe Biden?

Empezando por lo complicado, la relación arranca con tensiones en materia de seguridad y política energética. En seguridad lo más complejo estará, desde el primer minuto, en la cooperación. La Ley de Seguridad Nacional que envió el presidente al legislativo el 7 de diciembre y que ya fue aprobada en el Senado y Cámara de Diputados tomó por sorpresa al gobierno de EUA – primer problema. Esta ley generará ganancias para los grupos criminales que verán poca cooperación entre ambos países por las prohibiciones y reglas que impone en el trabajo conjunto de inteligencia.

En política energética, a La Casa Blanca llega el equipo más preocupado y dispuesto a ocuparse en lograr que EUA sea un país que utilice energías limpias y renovables y deseche las fósiles, sucias y caras. Biden ha decidido crear un nuevo puesto en el gabinete para John Kerry como zar para el cambio climático. Esto anticipa un choque de trenes con un Andrés Manuel López Obrador y su política energética que es el exacto opuesto: enfocada en rescatar a Pemex vía la refinación y llevándose entre las patas a la CFE a la cual obliga a producir energía con el combustóleo que nadie más le compra a Pemex.

Entre los puntos de convergencia está el comercio y la migración. Entre todos los principios neoliberales, el único que el presidente López Obrador no ha decidido tachar de su lista es el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC. La convergencia que se ha logrado en esta área entre México y EUA es tan grande que por más que Trump quiso deshacerse del tratado original, el TLCAN, no pudo y lo reacomodó.

Biden va a ser, de entrada, un presidente más institucional. En el ámbito comercial esto significará que dejaremos de ver las políticas nacionalistas de “America First” que llevaron a Trump a imponer tarifas y aranceles de forma abrupta y unilateral, muchas veces simplemente anunciadas a través de twitter. Con Biden ya no veremos esto lo que será una primera buena señal, aun tomando en cuenta que el próximo presidente deberá hacer buen malabarismo para empujar y apoyar el libre comercio con México y darle gusto a los votantes de cuello azul de Michigan, Wisconsin y Pennsylvania que le ayudaron a ganar la elección y sienten que el TLCAN y ahora el TMEC son la causa de la caída en su nivel de vida y desempleo.

Lo mismo puede decirse en migración. Ya no veremos la amenaza sorpresiva de imponer tarifas arancelarias a cambio de que México haga el trabajo sucio. Biden ha anunciado que buscará un camino legar para los Dreamers. Entre ellos, la mayoría son méxicoamericanos. Más allá de estos migrantes, Biden ha anunciado que las deportaciones van a ser revisadas lo mismo que la política de asilo que incluye el ‘Remain in México’ que ha complicado tanto la zona fronteriza del país al no tener la capacidad de recibir y mantener a los centroamericanos que se quedan atorados en lo que se resuelve su situación.

Las áreas de oportunidad estarán en combate a la corrupción y respeto a los Derechos Humanos. Con Biden en La Casa Blanca a AMLO le llega la hora de probar que sus promesas de acabar con la corrupción y luchar por los derechos humanos en México no son solamente retórica.

 

Columna completa en El Universal

¿Qué debe hacer Claudia Sheinbaum? Gobernar la Ciudad de México nunca ha sido una tarea sencilla. Si alguien lo sabe es Andrés Manuel López Obrador quien ya ocupó la Jefatura de Gobierno que hoy ostenta Claudia. Pero a diferencia de él, que era Jefe de Gobierno cuando Vicente Fox llegó a la presidencia con el enorme bono democrático de ser el primer jefe del ejecutivo en ganarle al PRI, Sheinbaum llega a gobernar la Ciudad de México para compartir el espacio con el mismo partido, Morena. Esto no ocurría desde 1997 que Cuauhtémoc Cárdenas se convirtió en el primer Jefe de Gobierno con Ernesto Zedillo en Los Pinos.

Claudia Sheinbaum tiene actualmente un buen nivel de aceptación. De acuerdo con la más reciente encuesta de Consulta Mitofsky que hace un comparativo entre la aprobación de AMLO con la de los gobernadores y la Jefa de Gobierno, ella tenía un 50.3 por ciento de aprobación en noviembre del 2019 frente a AMLO que tenía 55.5 por ciento. Ahora la situación se ha volteado. AMLO tiene 57.6 por ciento de aprobación y Sheinbaum tiene más: 60.7 por ciento.

Estos números muestran que la Jefa de Gobierno está logrando un buen malabarismo en el dilema que enfrenta: acercarse demasiado al presidente López Obrador la aleja de buena parte de su electorado y tiene repercusiones negativas en los ciudadanos de la CDMX; alejarse de López Obrador le complica sus aspiraciones presidenciales hacia el 2021.

Para darle gusto al presidente en su manejo de la pandemia, Sheinbaum tendría que no utilizar cubrebocas; no hacer pruebas ni implementar el Código QR para intentar rastreo de contagios. Ese dilema explica parte de la razón para que estas medidas se apliquen tarde y tibiamente. Pero finalmente ha logrado que avancen. Aquí digamos que el dilema de Claudia se resuelve favorablemente.

Para darle gusto al presidente en su desprecio a los empresarios, Sheinbaum primero se peleó con varios en el ramo inmobiliario principalmente. El Cártel Inmobiliario, lo llamaron en la Jefatura de Gobierno. Bajo el argumento de combate a la corrupción, se paralizó prácticamente la construcción en la ciudad. Ahora, para intentar reactivar la economía de la CDMX se ha dado un acercamiento que a final de cuentas ni generó rendición de cuentas de ese cártel, pero sí provocó un boquete en la finanzas y en el desarrollo ordenado de la capital. Por ello, el dilema de Claudia de alejarse de los empresarios para darle gusto al presidente ha significado un costo para los ciudadanos de la CDMX.

En la agenda de género es quizás en donde más ha sorprendido la forma que ha decidido la Jefa de Gobierno para lidiar con las demandas feministas. Ante un presidente que, duele decirlo pero no hay de otra: es un misógino, Claudia Sheinbaum asumió las protestas para frenar la violencia de género como una afronta directa en su contra y no demandas legítimas. Con la llegada de Omar García Harfush a la Secretaría de Seguridad local, la situación ha mejorado en cuanto a la libertad de manifestación de las mujeres. Aquí el dilema está a flor de piel. Aun tiene que trabajarlo la Jefa de Gobierno.

Mucho se habla de cómo AMLO puede tener aprobación tan alta a pesar de los problemas que tiene el país, heredados unos y generados por él otros. En el caso de Claudia Sheinbaum vemos que la Jefa de Gobierno goza de mayor popularidad que el presidente. La gran duda será si Sheinbaum logra resolver cada vez mejor su dilema: tiene que malabarear con darle gusto al presidente o dejarle una mejor ciudad a los capitalinos.

 

Columna completa en El Universal

Termina el mensaje por el 2º año de gobierno del presidente López Obrador y me pongo a escribir este texto. Quisiera ser parte de aquellos que ven el vaso lleno. De los que le aplauden y al escucharlo dicen que es el mejor presidente de México. De los que forman parte del 60 por ciento de apoyo a López Obrador en las encuestas de opinión.

Quisiera escuchar y creerle a López Obrador cuando dice que con todo y la pandemia que implicó la pérdida de un millón 117 mil empleos formales, ya se han recuperado 555 mil 600. Me gustaría poder aplaudirle sin recordar que a mediados de año había dicho que para este mes de diciembre se crearían 2 millones de empleos adicionales con todo y el coronavirus.

Sería extraordinario pensar en la cancelación a rajatabla de los fideicomisos como un triunfo en la lucha contra los gastos discrecionales y la corrupción pero, cuando concluye el año y no se ha presentado una sola prueba de malversación o mal uso de estos recursos y en cambio vemos que ahora sí quedan a disposición del gobierno, surge la maldita sospecha que, si AMLO quiere, este dinero servirá para comprar votos y voluntades para las elecciones del 2021.

Dijo el presidente en su discurso que ya es una realidad la atención médica y los medicamentos gratuitos. Como envidio a quienes aplauden este dicho del presidente e ignoran la cantidad de historias dolorosas de padres que han perdido a sus hijos enfermos de cáncer por falta de medicamentos ante un presidente que ha claramente decidido ni verlos ni escucharlos.

Presumió López Obrador que en materia educativa no han faltado libros de texto; se han construido 140 universidades públicas y hay 7 mil 200 becas de posgrado. La gran pregunta es ¿de qué sirve todo esto ante lo poco que se está haciendo para controlar la pandemia en México y que los alumnos puedan regresar a las aulas? ¿Se preocupa el presidente por los efectos en la salud mental y educativa de las clases a distancia? ¿Cree que la televisión y el internet pueden sustituir el contacto con maestros y compañeros?

El presidente habló de otros datos favorables entre los que incluyó el aumento en el flujo de las remesas. “Esos envíos de dinero llegarán a la suma récord de 40 mil millones de dólares, lo cual beneficiará a 10 millones de familias que están recibiendo en promedio 350 dólares mensuales”, dijo el presidente.

¿De verdad ni él ni sus simpatizantes se dan cuenta que esto no es un logro sino un fracaso? Implica que llega dinero a México de quienes prefirieron abandonar el país para poder buscar un mejor presente y futuro que aquí simplemente no encontraron.

También habló del avance en la solución al grave problema de la inseguridad que dejaron los gobiernos anteriores. ¿Cómo escuchar esto y aplaudir? Señor Presidente, ya basta de hablar del pasado ¿Para eso quería llegar a ser el Jefe del Ejecutivo? ¿Para aventar culpas sin asumir responsabilidades?

Bueno y el cierre con broche de oro es escuchar que lo mueve la convicción de justicia y que en su gobierno no hay impunidad para nadie. ¿Cómo aceptar esto sin voltear a ver a Bartlett; Irma Eréndira Sandoval y Pío López Obrador? Sus simpatizantes argumentarán que estos casos palidecen frente a los excesos del pasado. Flaco consuelo para quien quiere de verdad un país en el que impere el Estado de Derecho.

Anhelo vivir en el maravilloso México de AMLO.

Columna completa en El Universal

Cuando uno pensaría que el PRI tendría que estar ideando una estrategia para ganarse a la opinión pública que desencantada y enojada con el desempeño del partido durante el sexenio pasado los abandonó y decidió darle el voto a Morena y sobre todo a Andrés Manuel López Obrador, sale la sorpresa de su postura frente a la detención del General Cienfuegos.

El diputado Pablo Guillermo Angulo Briceño presentó un punto de acuerdo ante la Cámara de Diputados solicitando que la Secretaría de Hacienda, ósea, el gobierno mexicano, asuma los costos legales de la defensa del General Cienfuegos, acusado y detenido en Los Ángeles, California, de haber recibido sobornos de los Beltrán Leyva a cambio de protección.

La detención es un tema de enorme relevancia para México; para la relación bilateral con Estados Unidos y para la lucha en contra del crimen organizado que tanto le ha costado al país en dinero, vidas e imagen.

El punto de acuerdo del diputado Angulo Briceño lo subió a twitter el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, así que se puede asumir que es la postura del partido. Bajo el argumento de los 54 años de servicio a México del General Cienfuegos y dado que en el país no hay una investigación abierta en su contra, el PRI, bajo el mando de Moreno y con el documento de Angulo Briceño, se inserta en un tema que hace ver al partido como defensor del crimen organizado y la corrupción.

Si, a Cienfuegos no se le ha declarado culpable en ninguna corte. Pero el primero en asumirlo como culpable fue el presidente Andrés Manuel López Obrador en la conferencia mañanera del 16 de octubre en donde declaró “Quiero decir que, como en le caso de García Luna, todos los que resulten involucrados en este otro asunto del General Cienfuegos, que estén actuando en el gobierno o en la Secretaría de la Defensa, van a ser suspendidos, retirados y, si es el caso, puestos a disposición de las autoridades”. Y agregó que él no va a encubrir a nadie. “No podemos seguir con un régimen corrupto, de injusticias, de privilegios. Imagínense la vergüenza que detienen al que fue jefe de la Policía con Calderón y ahora al Secretario de la Defensa del pasado gobierno”, remató el presidente.

Más tarde López Obrador intentó retirar lo dicho y decidió que mejor era esperar la sentencia. Pero ese golpe a la credibilidad del ejército ya estaba dado por el actual Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas que es el presidente de México.

Golpe que, según fuentes consultadas con trato directo con el Ejército, tiene sumamente enojados a buena parte de las Fuerzas Armadas que simplemente no entienden como es que el presidente López Obrador, que se ha apoyado tanto en ellos, fue tan rápido en condenar a Cienfuegos.

En lugar de dejar al presidente López Obrador en su laberinto para que resuelva qué debe hacer su gobierno frente a un Estados Unidos que actúo unilateralmente en contra de uno de sus ciudadanos y ex funcionario de tan alto rango, el PRI decide presentar este punto de acuerdo para que la opinión pública los catalogue como defensores de posibles actos de corrupción.

Algunos en el Ejército estarán contentos con el PRI. Pero fuera de ellos, esta postura será vista como la prueba de que los errores del pasado siguen siendo defendidos por el corrupto Partido Revolucionario Institucional. Flaco favor se hace el PRI como oposición en la antesala de las elecciones del 2021.

 

Columna completa en El Universal

Pasan las décadas y no deja de sorprender lo generoso que es México. Generaciones de políticos han pasado de tener una vida de clasemedieros a millonarios en tan solo un buen sexenio de trabajar en el gobierno. Esto es algo que evidentemente motivó a fuertes críticas en los medios y al desencanto que finalmente llevó a Andrés Manuel López Obrador a recibir más de 30 millones de votos en el 2018 y a ganar finalmente la presidencia.

En lo que va de este sexenio, además de enterarnos de la cantidad de propiedades que funcionarios como Bartlett e Irma Eréndira Sandoval han acumulado, el presidente Andrés Manuel López Obrador nos ha permitido ver todo lo que sí estaba bien en el país. No todo era un desastre.

Por ejemplo, existen fideicomisos que tienen recursos importantes para fomentar la ciencia; el deporte; el cine y otras disciplinas que han permitido a México tener desde investigadores en los centros más prestigiados del mundo, como el CERN en Suiza, en donde hay 40 científicos mexicanos trabajando en el Gran Colisionador de Hadrones, hasta cinestas que han obtenido premios internacionales que han dejado huella de que en México no todo es crimen y corrupción.

Estos fideicomisos han servido, entre muchas otras cosas, para fortalecer el poder suave de México.

Pero, desde mayo de este año, Dolores Padierna presentó una iniciativa para extinguir 44 fideicomisos de la Administración Pública Federal para, según la diputada, obtener 36 mil millones de pesos para los proyectos del presidente.

Después de meses de Parlamento Abierto en el que científicos e investigadores dieron razones para probar la utilidad de estos fideicomisos, parecía que Morena había desistido de querer extinguirlos. Así lo dijo el propio Coordinador de los Diputados de Morena, Mario Delgado, en mayo después de haber escuchado a los cineastas Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu expresar su preocupación por el anuncio de extinguir el FIDECINE.

Sin embargo, ante la insistencia del presidente por hacerse de estos recursos, ayer el mismo Mario Delgado anunció que no solo van a buscar desaparecer esos 44 fideicomisos, ahora serán 109 los que buscan extinguir para obtener 68 mil millones de pesos.

Es más, únicamente se mantendrá el Fondo de Salud para el Bienestar con sus 97 mil millones de pesos. Imagino que esta decisión será temporal, hasta que el gobierno necesite hacerse de más dinero.

Pero además de darnos cuenta de estos miles de millones de pesos en fideicomisos, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto al descubierto varias otras cosas muy positivas que tiene (tenía) México.

Crecíamos a lo que considerábamos un mediocre 2 por ciento en promedio. Hoy esa cifra se extraña. En el Sector Salud se sabía que había problemas de atención a los pacientes y que se debían mejorar las instalaciones. Hoy nos damos cuenta que cuando menos había abasto de medicinas y que su escasez no se minimizaba. La presencia de los presidentes en foros en el extranjero parecía decorativa, pero cuando menos no ocasionaba la risa mundial los discursos presidenciales ante la Asamblea de Naciones Unidas en donde la semana pasada Andrés Manuel López Obrador juzgó pertinente hablarle al mundo de su rifa no rifa del avión presidencial.

México lleva décadas con problemas. Estábamos mal. Y ahora, gracias al presidente López Obrador nos damos cuenta que siempre hay espacio para estar peor.

Columna completa en El Universal