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“¿No ha habido Brexit? ¡No es culpa mía!”, señaló este jueves el primer ministro británico Boris Johnson, acusando a la oposición laborista de haberle impedido lograrlo.

Johnson llegó al poder en julio con la promesa de que el Brexit tendría lugar “costara lo que costara”, el 31 de octubre. Aseguró que prefería estar “muerto en una zanja” antes que solicitar un nuevo aplazamiento.

Pero se vio obligado a ceder y a pedir a los europeos una nueva fecha, ya que el acuerdo de divorcio negociado con Bruselas no superó la prueba del parlamento británico.

“Hoy debería haber sido el día en que se realizara el Brexit y finalmente abandonáramos la UE”, señaló Johnson antes de visitar una escuela, un hospital y una comisaria, lugares que dan una idea de los temas que centrarán su campaña para las elecciones legislativas del 12 de diciembre, las terceras en cuatro años.

Según Johnson, si el Reino Unido no ha concretado el Brexit es por culpa del líder de la oposición laborista Jeremy Corbyn.

“A pesar del excelente nuevo acuerdo al que he llegado con la UE, Jeremy Corbyn se ha opuesto a que esto suceda y ha preferido más indecisión, más aplazamientos y más incertidumbre para las familias y las empresas”, agregó el jefe de gobierno.

Inmediatamente después de su llegada a la jefatura del gobierno hace 100 días, Johnson empezó a librar una guerra abierta con los diputados y a favor del “pueblo”, al que dice representar.

Por su parte, Corbyn rechazó las acusaciones del jefe de gobierno. “Boris Johnson ha pasado meses prometiendo que hoy saldríamos de la UE. El es el único responsable de que no se llevara a cabo”, comentó en Twitter.

Los laboristas esperan poder negociar su propio acuerdo antes de someterlo a referéndum. “El partido laborista resolverá el Brexit dando la última palabra al pueblo en un plazo de seis meses, para que pueda elegir entre un acuerdo de divorcio creíble y permanecer dentro (de la UE). Y cumpliremos lo que se decida”, prometió Corbyn.

El primer ministro británico, Boris Johnson, informó este lunes que aceptó la prórroga flexible hasta el próximo 31 de enero que le han dado sus socios europeos para llevar a cabo el Brexit, recalcando en una carta remitida al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que no aceptará nuevas prórrogas.

En su misiva, Johnson ha subrayado que la nueva prórroga, la tercera, le ha sido “impuesta” a su Gobierno “contra su voluntad” y que él considera que es “dañina para nuestra democracia y para la relación entre nosotros y nuestros amigos europeos”.

Johnson ha dejado claro que aunque no tratará de “perturbar deliberadamente” el funcionamiento de la UE en los meses adicionales en que Reino Unido siga siendo miembro, seguirá protegiendo los intereses de su país, “incluido en la toma de decisiones de la UE”.

Por otra parte, Johnson ha indicado a Tusk que le hubiera gustado que el Parlamento hubiera ratificado el acuerdo alcanzado hace dos semanas. “Desgraciadamente, me temo que este Parlamento nunca lo hará mientras tenga la opción de seguir demorándolo”, ha subrayado.

Por ello, ha añadido, busca la convocatoria de elecciones generales anticipadas para lograr un “nuevo Parlamento que sea capaz de resolver la cuestión conforme con nuestras normas constitucionales”.

En caso de que también se opusiera, ha añadido, reclamaría a sus socios europeos que dejaran claro que “una prórroga adicional después del 31 de enero no es posible”.

Según Johnson, aún queda “mucho tiempo” para que el acuerdo sea ratificado y para evitar que la Cámara de los Comunes “amplíe nuestra permanencia una y otra vez”.

La confirmación por parte de Johnson de que acepta la prórroga abre el procedimiento escrito necesario para que se formalice la prórroga en las capitales, un trámite que llevará 24 horas.

Por su parte la Unión Europea a 27 aprobó conceder a Reino Unido la nueva prórroga para evitar una ruptura caótica este 31 de octubre; la prórroga tiene previsto que el divorcio pueda consumarse antes si Londres logra que el acuerdo de retirada sea aprobado previamente por la Cámara de los Comunes.

El primer ministro Boris Johnson advirtió a los diputados británicos que si este martes rechazan su agenda para llevar a cabo el Brexit, a final de mes retirará su proyecto y optará por elecciones anticipadas lo que implica un nuevo aplazamiento.

Johnson intentó dos veces sin éxito en los últimos días obtener la aprobación de los diputados al acuerdo alcanzado, contra todo pronóstico, la semana pasada con Bruselas.

Totalmente contrario a posponer por tercera vez la salida de la Unión Europea (UE), ahora prevista para el día 31, Johnson volvió a la carga sometiendo al Parlamento el proyecto de ley que debe traducir este texto a la legislación británica, en un intento de que sea adoptado contrarreloj en sólo tres días.

“Si aprobamos este acuerdo y la legislación que lo posibilita, podemos pasar página y permitir a este Parlamento y a este país empezar a sanar” de unas divisiones que se agravan desde que en 2016 un 52% de británicos optó por el Brexit en un referéndum, afirmó Johnson.

Pero, consciente de la hostilidad que predomina, lanzó un ultimátum: “si el Parlamento se niega a permitir que ocurra el Brexit (…) el proyecto de ley tendrá que ser retirado y tendremos que avanzar a elecciones generales”.

En el poder desde hace menos de tres meses, Johnson intenta convocar legislativas anticipadas desde que en septiembre perdió la mayoría por la rebelión de 21 diputados conservadores.

Pero para adelantar los comicios, previsto en 2022, necesita el respaldo de dos tercios de los diputados y la oposición se lo niega hasta estar segura de impedir un caótico Brexit sin acuerdo a finales de mes.

Johnson se vio obligado el sábado por los legisladores a pedir una nueva prórroga de tres meses a la UE, y es difícil imaginar que frente al riesgo de una dolorosa salida brutal sus 27 socios europeos se la nieguen.

El plan del primer ministro británico de sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea a fines de este mes sufrió un descalabro cuando el presidente de la Cámara de los Comunes rechazó el pedido de Boris Johnson para realizar otra votación sobre el acuerdo.

Faltando apenas 10 días para la fecha estipulada para la salida británica, el gobierno de Johnson iba a pedir “una votación clara” sobre el pacto al que llegó con la UE.

El pedido surgió apenas dos días después de que el Parlamento votó a favor de pedir una prórroga para la salida. El titular de la cámara parlamentaria, John Bercow, tiene la autoridad de denegar tal solicitud ya que por lo general las normas del Parlamento no permiten considerar dos veces una misma cuestión dentro de una misma sesión parlamentaria, a menos que haya cambiado sustancialmente.

Bercow declaró que la propuesta presentada por el gobierno es “esencialmente la misma” que la considerada en la votación del sábado y sería “repetitivo e inapropiado ” permitir una nueva votación el lunes.

El gobierno de Johnson pasará ahora a su Plan B: pedirle al Parlamento que apruebe la legislación necesaria para implementar el acuerdo. El gobierno anticipa publicar el texto este lunes y tenerlo en vigencia como ley antes de la fecha estipulada del Brexit, el 31 de octubre.

Sin embargo, es una incógnita si la propuesta será aprobada por el Parlamento e incluso en tal caso, la oposición podría proponer enmiendas que podrían frustrarla o postergarla.

El ministro a cargo de asuntos del Brexit, Stephen Barclay, llamó a los legisladores a aprobar las propuestas y “permitir que el Parlamento vuelva a centrar su atención en los asuntos que conciernen al pueblo como la salud, la educación y la seguridad”.

“Esta es la oportunidad de salirnos de la UE el 31 de octubre”, declaró Barclay. “Si el Parlamento desea respetar los resultados del referéndum, debe aprobar la propuesta”.

Ante la proximidad de la fecha y la durabilidad del debate interno sobre el divorcio, Johnson se ha visto obligado a pedirle a la UE una prórroga de tres meses.

Así lo hizo, aunque a regañadientes, para acatar una ley aprobada por el Parlamento que obliga al gobierno postergar el asunto en lugar de arriesgar una crisis económica derivada de una salida sin pacto. Johnson, no obstante, acompañó la carta a la UE pidiendo la prórroga, que no firmó, con una que sí firmó aclarando que él personalmente se opone a postergar la partida.

Reino Unido y la Unión Europea (UE) anunciaron este jueves un “justo y equilibrado” acuerdo sobre el Brexit, que ya generó rechazo entre los diputados británicos, antes de una cumbre crucial de mandatarios para alejar el temido divorcio a las bravas el 31 de octubre.

“Cuando hay voluntad, hay un acuerdo. ¡Tenemos uno! Es un acuerdo justo y equilibrado para la UE y Reino Unido (…) Recomiendo al Consejo Europeo que respalde este acuerdo”, anunció el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Desde Londres, el primer ministro británico, Boris Johnson, celebró un “excelente nuevo acuerdo que retoma el control”, en referencia a las promesas de los partidarios de salir de la UE en el referéndum de junio de 2016 sobre tomar el control de sus leyes y política comercial.

Sin embargo, el rechazo al pacto por el Parlamento británico, como ya ocurrió con el precedente acuerdo cerrado en noviembre por la entonces primera ministra británica Theresa May, reapareció con la oposición de aliados y rivales de Johnson.

El laborista Jeremy Corbyn, líder del primer partido de la oposición, llamó rápidamente a “rechazar” el nuevo acuerdo, al considerar que “la mejor forma de resolver el Brexit es darle a la población la última palabra a través de un voto popular”.

Los aliados parlamentarios de Johnson, los unionistas noirlandeses del DUP, mantenían su oposición expresada durante la mañana, según una fuente interna, al temer que la provincia de Irlanda del Norte quede aislada del resto de Reino Unido, en la isla de Gran Bretaña.

Más de dos años después del inicio de las negociaciones, Londres y Bruselas buscaban cómo garantizar un intercambio fluido de bienes entre Irlanda, país de la UE, y la provincia británica de Irlanda del Norte, sin necesitar la reintroducción de una frontera física.

Para lograr ese objetivo, Johnson abandonó la idea de su predecesora de mantener a todo Reino Unido en una unión aduanera con la UE tras el Brexit mientras se lograba una solución mejor en el marco de un acuerdo de libre comercio durante el período de transición.

El nuevo plan prevé que Irlanda del Norte siga respetando las reglas del mercado único europeo. Respecto a las aduanas, esta provincia británica seguirá vinculada a Reino Unido, pero al mismo tiempo se evitarán controles aduaneros dentro de la isla de Irlanda.

De conseguir el visto bueno de los mandatarios, el tiempo apremia para ratificar un eventual acuerdo tanto por el Parlamento británico como por la Eurocámara, a dos semanas del Brexit, previsto el 31 de octubre.

Londres, que tenía hasta el sábado para lograr un acuerdo o de lo contrario pedir una nueva prórroga, deberá convencer ahora a su Parlamento británico, que debería pronunciarse el sábado en un voto orientativo, de aprobar este pacto.

El gobierno británico dio a entender este martes que la negociación sobre el Brexit está a punto de derrumbarse por culpa de la Unión Europea (UE), lo que irritó al presidente del Consejo Europeo Donald Tusk, quien criticó el “estúpido juego de reproches”.

Una fuente de Downing Street dijo a los periodistas que la canciller alemana Angela Merkel advirtió por teléfono al primer ministro Boris Johnson de que es “abrumadoramente improbable” alcanzar un acuerdo a menos de que Londres acepte lo inaceptable: mantener la provincia británica de Irlanda del Norte en una unión aduanera con la UE.

Para Londres, esta exigencia hace que un acuerdo sea “esencialmente imposible”, agregó la fuente, subrayando que Johnson defendió ante Merkel haber presentado una propuesta razonable.

Y es que recordemos que la semana pasada, Londres presentó a Bruselas su esperado plan de divorcio y pidió a sus 27 socios que hicieran concesiones para llegar a un acuerdo. De lo contrario, Johnson prometió retirar a su país de la UE el 31 de octubre de forma abrupta.

Los europeos señalaron dos puntos “problemáticos” en su propuesta: la necesidad de controles aduaneros entre Irlanda del Norte e Irlanda, país de la UE, y el veto acordado al parlamento autónomo norirlandés.

En respuesta, los británicos presentaron ayer un nuevo texto con “aclaraciones” que sin embargo “no responden” a las demandas europeas, según fuentes implicadas en la negociación. El enviado británico David Frost debía reunirse de nuevo hoy con la negociadora europea Paulina Dejmek-Hack.

“Boris Johnson, lo que está en juego no es ganar un estúpido juego de reproches. Lo que está en juego es el futuro de Europa y del Reino Unido, así como la seguridad e intereses de nuestros ciudadanos”, tuiteó Tusk dirigiéndose al primer ministro.

Otra fuente cercana a Johnson, que muchos sospechan se trata de su consejero especial Dominic Cummings, había declarado previamente a la revista conservadora The Spectator que Londres preveía el fracaso de las negociaciones.

Los líderes europeos, que se reúnen en cumbre el 17 y 18 de octubre, se habían fijado como plazo el final de esta semana para considerar si hay base para un acuerdo con el Reino Unido.

Tras el referéndum de 2016, el Reino Unido debía haber abandonado el bloque el pasado marzo. Pero ante el reiterado rechazo del Parlamento británico al acuerdo de divorcio negociado por la anterior primera ministra, Theresa May, la fecha fue retrasada dos veces, hasta este 31 de octubre.

El primer ministro británico, Boris Johnson, pedirá a Bruselas un aplazamiento del Brexit si no hay un acuerdo de aquí al 19 de octubre, gracias a una ley reciente, según un documento presentado ante un tribunal.

Ese aplazamiento entraría en contradicción con el discurso oficial de Johnson, que hasta ahora ha asegurado que Reino Unido abandonará la Unión Europea el 31 de octubre, con o sin acuerdo.

El documento salió a la luz pública como parte de una demanda judicial lanzada en Escocia por un empresario junto a la diputada escocesa Joanna Cherry y el abogado Jo Maugham, que exigen al gobierno conservador que acate la ley aprobada por el parlamento en septiembre, y que le obliga a pedir un aplazamiento de tres meses si no hay acuerdo.

Según Jo Maugham, un documento presentado por la defensa del primer ministro indica que éste solicitará efectivamente un aplazamiento a la UE.

Maugham indicó que no comprendía cómo Boris Johnson podía conciliar sus declaraciones, según las cuales no pedirá un aplazamiento, “con la promesa que ha hecho hoy ante la justicia”.

Boris Johnson presentó el miércoles sus propuestas a la UE sobre el tema de la frontera irlandesa, la principal traba para obtener un acuerdo. Previamente insistió que preferiría estar “muerto en el fondo de un foso” antes de pedir un nuevo aplazamiento del Brexit, el tercero desde que fue aprobado en referéndum.

El primer ministro británico Boris Johnson, que presenta este miércoles su “propuesta final” sobre el Brexit a la Unión Europea, pidió a Bruselas “alguna concesión” para alcanzar un acuerdo porque de lo contrario su país, enfatizó, abandonará el bloque brutalmente a final de mes.

“Hoy presentamos en Bruselas lo que creo que son propuestas razonables y constructivas”, dijo Johnson ante los miembros de su Partido Conservador al clausurar su congreso anual en Mánchester.

“El Reino Unido está haciendo concesiones y realmente espero que nuestros amigos europeos lo entiendan y hagan alguna concesión a su vez”, añadió al reiterar su promesa de no pedir más aplazamientos. Dijo que el país abandonará la UE el 31 de octubre, “pase lo que pase”.

Su principal objetivo es reemplazar la controvertida “salvaguarda irlandesa” por otro sistema que permita evitar una frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, país miembro de la UE, para preservar el acuerdo de paz que en 1998 puso fin a tres décadas de sangriento conflicto en la región.

Su propuesta excluye controles aduaneros en la línea fronteriza, aseguró Johnson. La víspera ya había adelantado que estos podrían realizarse, por ejemplo, en las instalaciones de la empresa importadora o exportadora.

Más de tres años después del referéndum de 2016, el complicado proceso del Brexit ha sumido en una profunda crisis política al Reino Unido.

El acuerdo difícilmente negociado por la anterior primera ministra, Theresa May, fue rechazado tres veces por el parlamento británico: los euroescépticos consideraban que hace concesiones “inaceptables” a la UE mientras que para los proeuropeos sus condiciones son peores a las que tiene actualmente el país como miembro del bloque.

Inicialmente previsto para el pasado marzo, el Brexit ya fue aplazado dos veces, una decisión que requiere la aprobación unánime de los otros 27 miembros de la UE.

El parlamento británico aprobó en septiembre una ley que obliga a Johnson a solicitar otra prórroga a falta de un acuerdo el 19 de octubre, justo después de la cumbre europea.

El primer ministro Boris Johnson prometió este martes hacer “muy pronto” nuevas propuestas sobre el Brexit a Bruselas, pero tras tres años de un proceso caótico los responsables europeos no dejan su escepticismo a un mes de la fecha para que se concrete la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE).

“Vamos a hacer una muy buena oferta, vamos a hacerla formalmente muy pronto”, declaró Johnson a la radio BBC desde Mánchester, donde se celebra el tercer día del congreso anual de su Partido Conservador. Según algunos medios la nueva propuesta podría presentarse este jueves.

La salida del bloque estaba prevista para el pasado marzo, pero ante el rechazo del parlamento británico al acuerdo difícilmente negociado por la anterior primera ministra, Theresa May, la fecha fue aplazada dos veces, siendo la nueva fecha este 31 de octubre.

Johnson, que llegó al poder a finales de julio al reemplazar a May como líder del Partido Conservador, quiere renegociar con la UE el punto más conflictivo del texto: la denominada “salvaguarda irlandesa” o cómo evitar una nueva frontera dura entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, país miembro de la UE.

Hoy se filtraron a los medios varias versiones de las propuestas que habría hecho el equipo de Johnson. Según una de ellas, el ejecutivo británico contempla realizar los controles aduaneros a varios kilómetros de la línea fronteriza. Las mercancías transportadas de un lado al otro se controlarían en tiempo real mediante dispositivos de seguimiento colocados en los camiones, explicó la radiotelevisión pública irlandesa RTE.

La idea fue inmediatamente rechazada por el vice primer ministro irlandés, Simon Coveney, quien pidió a Londres que haga una “oferta seria”.

Johnson declaró sin embargo a la BBC que lo publicado “no es exacto” y desmintió que su plan incluya “centros aduaneros descentralizados”.

Adelantó que su propuesta prevé “un territorio único para la agricultura, las industrias agroalimentarias, sanitarias y fitosanitarias, lo que constituye una concesión importante del gobierno británico”. Reiteró asimismo su determinación a llevar a cabo el Brexit el 31 de octubre, incluso si no hay acuerdo.

Recordemos que el Parlamento aprobó de urgencia en septiembre una ley que obliga al primer ministro a pedir otra prórroga a la UE si, tras la cumbre europea del 17 y 18 de octubre, no ha logrado un acuerdo con los 27 que debería aún ser aprobado por los diputados. Johnson asegura que no lo hará.

El primer ministro británico, Boris Johnson, sufrió este jueves su séptima derrota consecutiva en el parlamento, a poco más de un mes que se cumpla la fecha para concretar el Brexit.

Por 306 votos contra 289 los diputados rechazaron una propuesta conservadora de hacer un breve receso la próxima semana, de lunes a miércoles, para permitir a los miembros del partido gubernamental acudir al congreso anual de su formación.

El parlamento no suele trabajar durante las semanas de septiembre destinadas a las conferencias de los partidos.

Pero este año, después de que Johnson impusiese una controvertida suspensión de las labores parlamentarias durante cinco semanas que el martes fue anulada por la justicia al considerarla “ilegal”, los ánimos de los diputados están muy alterados.

Es la séptima derrota desde que llegó al poder en julio el controvertido primer ministro, criticado incluso en sus propias filas por su estrategia respecto a la Unión Europea (UE) y sus provocadoras declaraciones.

El miércoles, Johnson recriminó a los legisladores por aprobar una “ley de rendición” que le obligaría a solicitar un nuevo aplazamiento del Brexit y afirmó que “no traicionaría” el mandato popular de abandonar la Unión Europea.

Este tema divide profundamente al país desde el referéndum de 2016, en que el Brexit ganó por 52%, y el ambiente está cada vez más enrarecido por el caos político y los sucesivos retrasos de la fecha de salida, inicialmente fijada para el pasado mes de marzo.

Una diputada antibrexit, la laborista Jo Cox, fue asesinada por un ultraderechista durante la campaña para el referéndum, conmocionando al país. Y este año, hubo que aumentar la seguridad para proteger a varios diputados que recibieron amenazas por sus posiciones.

“Muchos de nosotros sufrimos amenazas de muerte y abusos todos los días”, le lanzó a Johnson la diputada laborista Paula Sherriff el miércoles. Y, llamándolo a “moderar su lenguaje”, aseguró que dichas amenazas “a menudo citan sus palabras: ‘rendición’, ‘traición'”.

“Nunca en mi vida había oído semejante patraña”, respondió Johnson y consideró que la mejor manera de honrar a Cox “sería llevar a cabo el Brexit”, lo que provocó una ola de indignación.

Downing Street rehusó disculparse por las palabras de Johnson. Su portavoz dijo: “el primer ministro defendió el argumento general de que necesitamos resolver la cuestión del Brexit porque está causando ansiedad y malestar en el país”.

Según los sondeos, los enfrentamientos de Johnson con la oposición le están ganando apoyos entre los votantes cuando se vislumbra la convocatoria de legislativas anticipadas en los próximos meses. Pero lo cierto es que también el primer ministro ha sido blanco de insultos y duros ataques verbales.

El líder del opositor Partido Laborista, Jeremy Corbyn, lo acusó el miércoles de utilizar un lenguaje “indistinguible del de la extrema derecha”.

El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, reconoció que “se pronunciaron palabras airadas, el ambiente era tóxico” y llamó a los diputados a “tratarse como oponentes y no como enemigos”.

Los diputados británicos volvieron a sus actividades legislativas este miércoles tras la decisión de la Corte Suprema, que declaró “ilegal” y “sin efecto” el cierre del parlamento ordenada por el primer ministro Boris Johnson, lo que da pie a un complicado mes antes del Brexit.

La Cámara de los Comunes reanudó sus sesiones pidiendo explicaciones sobre su suspensión al fiscal general, el consejero jurídico del gobierno, Geoffrey Cox.

Johnson, que voló desde Nueva York a donde asistió a la Asamblea general de la ONU, comparecerá ante el Parlamento esta misma tarde.

“Este parlamento es un parlamento muerto”, dijo Cox reprochando a los diputados haber rechazado tres veces el acuerdo de divorcio negociado con Bruselas por Theresa May y negarse a autorizar elecciones anticipadas para salir del bloqueo.

“Este parlamento debería tener el valor de enfrentarse al electorado, pero no lo hará”, agregó.

Asegurando que “hay mucha gente que quiere frustrar el Brexit”, Johnson había reiterado su llamado a unos comicios anticipados que la oposición se niega a concederle hasta que se descarte por completo la amenaza de una salida brutal de la Unión Europea programada para el próximo 31 de octubre.

Johnson, que perdió la mayoría tras la rebelión de 21 de sus diputados, está ganando popularidad entre los votantes según los sondeos y quiere aprovechar ese impulso. Pero para convocar elecciones anticipadas necesita el apoyo de dos tercios de una cámara que ya rechazó dos veces su propuesta.

“Nuestra principal prioridad es prevenir una salida sin acuerdo de la Unión Europea el 31 de octubre”, reiteró el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, e insistió que hasta entonces no habrá elecciones.

La justicia británica dio este martes un golpe implacable al primer ministro Boris Johnson al considerar “ilegal y sin efecto” su decisión de suspender el parlamento hasta los días previos al Brexit, tras lo cual se multiplicaron los llamados a su dimisión.

Johnson, que se encontraba en Nueva York para la Asamblea General de la ONU, afirmó estar “profundamente en desacuerdo con lo que los jueces dictaron”.

“No cabe duda de que hay mucha gente que quiere frustrar el Brexit”, denunció. Sin embargo, “éste es obviamente un veredicto que respetaremos”, aseguró.

Tras tres días de vistas y cuatro de deliberación, once jueces de la Corte Suprema de Londres dictaminaron unánimemente la suspensión parlamentaria como “nula y sin efecto”.

La decisión de “suspender el parlamento fue ilegal porque tuvo el efecto de frustrar o impedir la capacidad del parlamento para llevar a cabo sus funciones constitucionales sin una justificación razonable”, afirmó la presidenta de la Corte, Brenda Hale.

En consecuencia los diputados volverán al trabajo este miércoles por la mañana, anunció el presidente de la Cámara de los Comunes, el conservador John Bercow, quien había denunciado la medida como un “ultraje constitucional”.

Y cuanto se reúnan de nuevo, se anuncia un terremoto político para el controvertido primer ministro, en el poder desde finales de julio.

“Debemos hacer que el gobierno rinda cuentas de sus acciones. Ahora Boris Johnson debería dimitir”, afirmó el diputado nacionalista escocés Ian Blackford, mientras a las puertas de la Corte Suprema un grupo de manifestantes coreaba “¡Johnson fuera, Johnson fuera!” y un hombre caracterizado como el primer ministro y vestido de preso agitaba una pancarta que decía “¡Culpable!”.

También desde el congreso anual del Partido Laborista en Brighton, el líder de la oposición Jeremy Corbyn llamó al primer ministro a renunciar.

Este dramático golpe se suma a los reveses recibidos por Johnson en las últimas semanas.

Antes de la suspensión parlamentaria, sufrió una rebelión entre los diputados conservadores, perdió la mayoría absoluta, vio aprobada una ley que le obligaría a pedir un nuevo aplazamiento del Brexit y denegada su propuesta de elecciones anticipadas para salir del bloqueo.

Y es que las dos cámaras del parlamento británico vieron sus labores suspendidas durante cinco semanas, entre el 10 de septiembre y el 14 de octubre, o sea, hasta solo dos semanas antes del Brexit.

Johnson afirmó que el receso era necesario para preparar y presentar su programa de política nacional, una práctica habitual cuando hay cambio de gobierno pero que suele prolongarse solo unos diez días.

El jefe negociador de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, aseguró este lunes que la actual posición del gobierno británico no ofrecía “ninguna base para hallar un acuerdo” en el proceso de salida de Reino Unido del bloque.

“En virtud de la actual posición del Reino Unido, es difícil ver cómo podemos llegar a una solución jurídicamente operativa que responda a todos los objetivos de la salvaguarda (en Irlanda)”, declaró Barnier en Berlín, tras haberse reunido con el ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas.

“Por el momento, no tenemos bases para encontrar un acuerdo, debemos continuar trabajando”, agregó Barnier, quien se entrevistó el fin de semana pasado en Luxemburgo con el primer ministro británico, Boris Johnson. En ese sentido dijo, “la pelota está en el campo británico”.

Recordemos que la salvaguardia tiene por objeto garantizar que no haya una frontera dura entre Irlanda, miembro de la UE, y la provincia británica de Irlanda del Norte, y proteger el mercado único europeo.

La valoración negativa de Barnier sobre el estado de las negociaciones entre Bruselas y la UE se produjo tras su reunión de la semana pasada con su homólogo británico, Stephen Barclay.

Las conversaciones continuarán esta semana en Bruselas y Nueva York, con reuniones previstas entre Johnson, y el presidente de la UE, Donald Tusk, este mismo lunes por la tarde.

Las últimas propuestas británicas, que no se han detallado en esta etapa, llegan seis semanas antes de la fecha prevista del Brexit el 31 de octubre.

Johnson quiere lograr un acuerdo en la cumbre de la UE del 17 y 18 de octubre, pero se dice decidido a que su país salga del bloque en la fecha prevista y se niega a pedirle a los 27 un aplazamiento.

La presidencia finlandesa de la UE exigió este jueves al gobierno británico que presente una propuesta escrita sobre el Brexit antes de finales de septiembre, un ultimátum que Londres rechazó y calificó de “plazo artificial”.

“Presentaremos soluciones escritas formales cuando estemos listos, y no en función de un plazo artificial”, declaró un portavoz del primer ministro británico, Boris Johnson.

Antes, el primer ministro finlandés, Antti Rinne, cuyo país preside la UE durante este semestre, advirtió a Londres que tiene hasta finales de septiembre para presentar una propuesta escrita del acuerdo.

“En opinión del primer ministro Rinne, el Reino Unido debe presentar una propuesta por escrito antes de finales de septiembre”, dijo un portavoz del gabinete del primer ministro.

Los responsables de la UE pidieron ayer miércoles a Londres no “hacer como si negociáramos” para evitar un divorcio brutal entre el Reino Unido y la UE, advirtiendo a los euroescépticos británicos que tendrían que rendir cuentas.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, advirtió por su parte que el riesgo de una retirada sin acuerdo sigue siendo muy real”, ante la Eurocámara en Estrasburgo.

Recordemos que ayer, Rinne también declaró que tenían que estar preparados para un Brexit sin acuerdo.

Y es que más de tres años después del referéndum en el que casi un 52% de los británicos apoyó el Brexit, Reino Unido sigue sin encontrar la manera de consumar el primer divorcio en la historia del proyecto europeo.

Once jueces de la Corte Suprema británica comenzaron a analizar este martes si la decisión del primer ministro Boris Johnson de suspender las labores parlamentarias hasta dos semanas antes del Brexit fue legal, después que dos tribunales inferiores dictaron opiniones contradictorias.

El tribunal prevé tres días de análisis: su decisión podría conocerse el jueves o los magistrados podrían darse algún tiempo más para reflexionar.

Si al término de este nuevo episodio en la caótica ruta del Brexit, la justicia declara que la suspensión es ilegal, el Parlamento debería, según los expertos, volver a ser convocado de inmediato.

Algo que Johnson no quiso aceptar. “Lo mejor que podemos hacer es esperar y ver qué dicen los jueces”, declaró a la BBC.

La decisión de la Corte Suprema no tendrá, sin embargo, ningún efecto en el calendario del Brexit, advirtió su presidenta, Brenda Hale, al abrir el análisis.

“Esta es una cuestión jurídica seria y difícil. No nos conciernen las cuestiones políticas más amplias”, aseguró mientras, a las puertas del tribunal, medio centenar de manifestantes protestaban con pancartas que decían: “Nuestra democracia muere cuando se silencia a los diputados” o “Paren el golpe de Estado”.

Y es que las dos cámaras del Parlamento británico vieron sus labores suspendidas el pasado martes y no deben reanudarlas hasta el 14 de octubre.

Johnson justificó su petición de suspensión a la reina por la necesidad de elaborar y presentar su programa de política nacional, una práctica habitual cuando hay cambio de gobierno.

Sin embargo, los opositores a un Brexit sin acuerdo la consideran una estrategia para maniatarlos y denunciaron un “ultraje constitucional”.

El pasado miércoles, un tribunal de apelaciones escocés les dio la razón. Por unanimidad, sus tres jueces consideraron que la medida tuvo “como objetivo obstaculizar al Parlamento” y la declararon “ilegal”, invalidando la sentencia de una corte inferior interpelada por 78 diputados proeuropeos.

Pero, en otro caso separado, presentado por la empresaria y activista antibrexit Gina Miller con el apoyo entre otros del ex primer ministro conservador John Major, una corte de Londres dictó lo contrario.

Sus jueces consideraron que la decisión de suspender el Parlamento es de “naturaleza intrínsecamente política” y “no existen normas legales con que juzgar su legitimidad”.

El primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró este sábado que hubo “enormes avances” para lograr un acuerdo con la Unión Europea (UE) sobre el Brexit, en una entrevista en la que comparó a Reino Unido con el increíble Hulk, el musculoso personaje de cómic.

“Cuando obtuve este cargo, todo el mundo decía que no era posible ningún cambio en el acuerdo de retirada” de Reino Unido de la UE, dijo el primer ministro al periódico The Mail on Sunday . “Pero los dirigentes de la UE cambiaron de parecer y hay una conversación muy buena en curso sobre cómo abordar las cuestiones de la frontera norirlandesa”.

La frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda es el principal escollo en las conversaciones sobre el Brexit. La denominada “salvaguarda irlandesa”, pensada para evitar la reinstauración de una frontera física entre ambos territorios, genera una gran polémica, y fue en gran parte el motivo por el que los diputados británicos rechazaron en tres ocasiones el tratado de salida negociado por Theresa May, forzando su renuncia como jefa de gobierno.

Se trata de una solución de último recurso que solo entraría en vigor si, tras un periodo de transición previsto en el acuerdo, Londres y Bruselas no acuerdan una solución mejor, y que crearía un “territorio aduanero único”, que englobaría a la UE y al Reino Unido, lo que limitaría la capacidad de Londres para negociar tratados comerciales con otros países.

“Hay mucho trabajo por delante y hasta el 17 de octubre”, cuando los líderes de la UE se reunirán para una cumbre final antes de la salida de Reino Unido del bloque, dijo Johnson. “Pero voy a ir a esa cumbre y voy a obtener un acuerdo, tengo mucha confianza”.

Antes de eso Boris Johnson se reunirá el lunes en Luxemburgo con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el jefe negociador del bloque para el Brexit, Michel Barnier.

Durante la entrevista Boris Johnson, comparó a Reino Unido con el superhéroe Hulk.

“Cuanto más se enoja Hulk, más fuerte se vuelve, y siempre escapa, aunque parezca estar fuertemente atado, como es el caso de este país”, dijo el líder británico. “Saldremos el 31 de octubre (…) créanme”.

No obstante, la oposición parlamentaria a su posición aumentó aún más este sábado, cuando Sam Gyimah, uno de sus diputados por el Partido Conservador, desertó y se unió a los Liberal-Demócratas, proeuropeos.

La semana pasada, 21 diputados conservadores apoyaron a la oposición parlamentaria para obligar al Ejecutivo a pedir un aplazamiento del Brexit hasta enero.