Tag

campañas

Browsing

Cierran hoy las campañas y empieza el periodo de reflexión. Tres días de silencio para poder ir a votar el domingo. Van algunos apuntes de cómo llegamos a estas elecciones.

  1. AMLO y el México binario: El presidente Andrés Manuel López Obrador fue muy exitoso en hacer que las campañas que concluyen hoy giraran en torno a dos opciones: o su auto definida Cuarta Transformación o el regreso al pasado. Ese México de “o estás con Morena o eres un beneficiado del pasado” no lo logró romper la campaña de Xóchitl. La tenía muy complicada ya que el presidente utilizó todos los recursos del estado para sostener este cuento de o conmigo o con los ladrones del pasado.

No obstante, no deja de llamar la atención este discurso cuando en las filas de Morena hay tantos políticos del pasado y del tan odiado PRI. Empezando por Manuel Bartlett, el padre del fraude el ’88 contra el que dijo Sheinbaum en el tercer debate que ella luchó. Es el gobierno que más embajadas le ha dado a políticos del PRI. Hay muchas incógnitas sobre Claudia, pero una ya quedó clara. Si gana, seguirá con los abrazos a los Priístas que tanto critica. Y para muestra, la foto dándole la bienvenida a Alejandra del Moral la misma semana de las elecciones. ¿Pues no que odian a los Priístas?

  1. El carro completo: tanto el presidente como Claudia Sheinbaum piden que el voto sea todo por Morena. ¿Qué pensarán de esta petición sus aliados del PT y PVEM tomando en cuenta que si no reciben el 3 por ciento de la votación válida emitida, pierden el registro?

Más allá de esta duda, otra fundamental: ¿Realmente queremos darle tanto poder a un solo partido? Ya hemos sido testigos de un ejecutivo que con mucho poder se torna en un presidente caprichoso que no admite diferencias. Una presidencia con contrapesos en el legislativo y en el judicial es la mejor receta para asegurar que sigamos siendo una democracia. El país de una sola persona fue un lastre para México en los 70 años del PRI y sería lo mismo en caso de que se repitiera con Morena.

  1. La violencia es lo de menos: En estos días el New York Times; el Financial Times; el Washington Post; el Economist han retratado la terrible violencia electoral que se vive en México y como ha cobrado la vida de 34 candidatos que buscaban un cargo de elección popular hacia las elecciones del domingo. Ayer, en la conferencia de Palacio Nacional – esa que ocurre después de una hora de reunión entre el presidente y su gabinete de seguridad – López Obrador dijo que en México no hay violencia. Lo que dicen los medios es producto del amarillismo y de que están controlados por sus adversarios. Ayer mismo fue asesinado Ricardo Arizmendi Reynoso, candidato suplente del PRI por la presidencia municipal de Cuautla, Morelos. ¿En qué otro país podría salir a presumir el presidente que las elecciones se celebran en paz y tranquilidad cuando hay ya no digamos más de 30, con que exista más de 1 candidato que ha sido asesinado?
  2. Y la corrupción también: esa tampoco existe en el mundo que nos pinta cada mañana el presidente. En estas campañas han sido expuestas con pruebas contundentes las fortunas inexplicables de Rocío Nahle, candidata a la gubernatura de Veracruz; Cuitláhuac García, actual gobernador de ese mismo estado; Clara Brugada, la candidata de Morena a la Jefatura de Gobierno de la CDMX; y Mario Delgado, dirigente de Morena. En ningún caso ha mostrado el presidente que prometió barrer las escaleras de arriba para abajo la intención siquiera de tomar la escoba.
  3. Triunfos sí; derrotas no: tanto el presidente López Obrador como su candidata Claudia Sheinbaum han hablado de fraude electoral. Van por triunfo en todo, la presidencia; las ocho gubernaturas; la Jefatura de Gobierno y la mayoría calificada en el legislativo. En cualquier votación que les sea adversa, la van a desconocer. En la democracia de Morena solo se admiten victorias.

Columna completa en El Universal

Las encuestas son el peor método para conocer realmente las preferencias electorales…salvo todas las demás herramientas disponibles. Estoy haciendo un juego con la frase de Winston Churchill de que la democracia es el peor sistema de gobierno…a excepción de todos los demás.

Y es que nos quejamos mucho de las encuestas y de sus fallas, pero a la fecha no contamos con otra herramienta que nos dé una idea de qué va a ocurrir el día de las elecciones. Existen las apuestas en sitios como Polymarket.com en dónde se puede ver qué piensa la gente respecto del resultado electoral porque le meten dinero de sus bolsas. Actualmente Claudia Sheinbaum tiene 88 por ciento de posibilidades de ganar y Xóchitl Gálvez 10%. Pero incluso a la hora de meterle dinero a esos portales la gente voltea a ver las encuestas para la toma de decisiones.

Con el enorme diferencial que existe actualmente en las encuestas rumbo al 2 de junio, va a ser muy interesante el corte de caja que necesariamente se hará pasadas las elecciones para ver qué encuestas se acercaron a los resultados y cuáles de plano se la sacaron del parque.

Sabemos que existe el margen de error aceptable. Pero entre Demotecnia, que le da a Sheinbaum 36 puntos de ventaja sobre Xóchitl y Altica que le da “solamente” 11 hay un mar de votos de diferencia mucho más amplio que el margen de error.

Dado el tamaño de la lista de electores y la participación ciudadana promedio, cada punto porcentual representa 600 mil votos. Por lo tanto, si Demotecnia tiene razón y Claudia Sheinbaum va a obtener el 64 por ciento de los votos, quiere decir que va a ganar 38.4 millones de votos, es decir, 8.4 millones de votos más que los 30 millones que obtuvo Andrés Manuel López Obrador en el 2018.

Sheinbaum no tiene el carisma de López Obrador. Su campaña no ha recibido ni remotamente la respuesta que tuvo la de AMLO. Las imágenes de eventos semi vacíos; el jalón de la coleta de caballo; los gritos de ¡Fuera! que ha recibido Sheinbaum en Veracruz y otros lugares a donde ha ido a hacer campaña son realidades que contrastan con la historia de que la votación será un mero trámite y de que este arroz ya se coció.

Cuando Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones del 2018 no hubo una manifestación de la oposición masiva quince días antes de los comicios como la que acabamos de ver de La Marea Rosa abarrotar el Zócalo. Entonces los desplegados que se publicaban era de apoyo a AMLO, no a Anaya, como el que acabamos de ver de la comunidad intelectual apoyando a Gálvez.

Ya pronto sabremos qué tan cocido está el arroz y cuáles casas encuestadoras se volaron la barda con sus números. Será un corte de caja obligado.

Apostilla: Violar las leyes electorales sale demasiado barato. Hace tres años el PVEM contrató influencers para promover el voto en sus redes sociales en plena veda electoral. El TEPJF multó al partido con 40 millones de pesos. Pero éstos, al parecer, fueron peccata minuta para ese negocio que se dice llamar partido y que vive de nuestros impuestos. Ahora el PVEM ha activado una nueva campaña de influencers que ya circula en redes sociales. ¿La volverán a dejar correr durante la veda electoral?

Columna completa en El Universal

Esta es una duda que he escuchado mucho últimamente. ¿Puede ganar Xóchitl? Ella, la candidata, dice que es más fácil el camino de su escaño actual en el Senado a Palacio Nacional que el de Tepatepec, Hidalgo, al Senado.

El entusiasmo que generó su incursión en la contienda presidencial ha sido notable. Tanto que el presidente López Obrador ha emprendido una campaña feroz en su contra que ha sido complementada por otros dardos de Morena y sus simpatizantes. Desde la exigencia de demoler su casa; las acusaciones sin prueba alguna de que es la candidata de la oligarquía y de los que quieren el regreso al pasado; y ahora el intentar equipararla a la Ministra Yasmín Esquivel con el tema del plagio de la tesis de licenciatura.

No conozco cómo fue el camino de Tepatepec al Senado pero veo que el del Senado a la presidencia será complicado, más no imposible. La probabilidad de un triunfo de Xóchitl Gálvez depende de varios factores. En primer lugar, sabemos que una campaña exitosa requiere de dinero…mucho dinero. Xóchitl dice que ella quiere hacer una campaña orgánica. No quiere pagar dinerales en tapizar calles y bardas con espectaculares como lo ha hecho Claudia Sheinbaum. Prefiere que sean los ciudadanos los que lleven sus carteles de cartón con la X y de que sea su entusiasmo el que los invite a aportar a su campaña.

Aquí hay un gran problema para Xóchitl. El sistema electoral mexicano no está hecho para que sea el dinero de los ciudadanos el que financie una campaña electoral. En Estados Unidos lo logró Barack Obama porque el sistema político norteamericano fue ideado para que predominen las aportaciones ciudadanas sobre las públicas. En México se decidió por el esquema contrario. Con el objetivo de evitar que, a través de dinero de los privados, se impusieran agendas particulares o de que recursos del crimen organizado compraran a funcionarios, optamos por la prevalencia de recursos públicos para financiar campañas. Esto nos cuesta un dineral a los mexicanos. Si fue la decisión correcta o no y si esto ha evitado que se compren intereses y que el narco controle a políticos, es otra historia.

Por lo pronto el conjunto de las aportaciones de simpatizantes y de los candidatos a sus propias campañas no podrán rebasar el 0.5 por ciento del tope de gasto de la elección presidencial anterior. Para la elección del 2024 esto se traduce en que en lo personal ninguna persona podrá aportar a ninguna campaña más de 2.15 millones de pesos, pero las aportaciones concluyen cuando se llega al 10 por ciento del tope de gasto de la elección presidencial anterior, en este caso la de, 2018. La cifra tope es de poco menos de 43 millones de pesos por partido.

Esa cifra es un monto global y cada partido deberá determinar los montos mínimos y máximos de cuotas de militantes y de aportaciones personales de precandidatos y candidatos a sus precampañas y campañas. En otras palabras, los límites deben ajustarse a cada candidatura – la presidencial; las gubernaturas y otras elecciones locales y las distritales.

Ahora comparemos estos 43 millones de pesos con las prerrogativas que tendrán los partidos para las elecciones del 2024: son 10 mil 400 millones de pesos.

Es claro que el régimen del financiamiento privado en vigor no permite sino complementar el financiamiento público, dado que es muy limitado. Por más que Xóchitl entusiasme, lo que le puedan aportar los ciudadanos será, si llega al máximo, una cantidad que no se puede comparar con la que tienen los partidos como sus prerrogativas ni con lo que contará la campaña de enfrente, la de Sheinbaum, que utilizará todos los recursos al alcance del Estado federal y de las 22 gubernaturas que actualmente tienen para evitar que Morena pierda el poder.

Ya vimos el Paquete Presupuestal del año próximo. Que no quepa duda. López Obrador podrá ser un líder que comunique bien con una parte importante del electorado, pero sabe que eso no es suficiente y por ello además quiere comprar votos mediante programas sociales.

Por ello, en segundo lugar Xóchitl va a necesitar de los partidos políticos del Frente. De que PRI, PRD y el PAN, le quieran otorgar una buena tajada de los 4 mil 500 millones de su presupuesto para la elección y de que utilicen sus maquinarias para apoyar a la candidata. Hasta ahora no queda claro qué tanto quieren apoyarla. ¿Le van a dar un bloque importante de las prerrogativas que tienen?

La respuesta a esta pregunta es crucial para responder qué tan factible es un triunfo de Xóchitl. Además de dinero hay otros factores en juego para analizar la probabilidad de que triunfe en el 2024. Será un tema que abordaré en futuras entregas.

Columna completa en EL UNIVERSAL

En México todo gira actualmente en torno a quién va a gobernar el 2024. El presidente López Obrador parece preocuparse exclusivamente por lograr que la campaña de Claudia Sheinbaum encienda y por atacar a Xóchitl Gálvez utilizando todo el poder del Estado para intentar tumbarla. No importa si rompe la ley. Está en modo campaña, pero no de esas campañas que buscan demostrar las acciones positivas de su gobierno para, sobre éstas, pedir el voto. Su modo campaña es atacar y aplastar. Esto nos está dejando fuera de muchas jugadas como país. Una de ellas, aprovechar los raudales de dinero que Biden le está inyectando a las energías renovables vía el Acta para Reducir la Inflación, el IRA por sus siglas en inglés.

La semana pasada escribí sobre mi visita a una planta de hidrógeno verde en Puertollano, España. Esta semana pensaba escribir sobre Xóchitl; sobre las pre-pre campañas; sobre el INE inoperante ante un presidente que hace hoy exactamente lo que pedía que no hicieran sus antecesores, pero me topé con dos textos que demuestran lo costoso que es y será para México el 2024.

Uno fue una entrevista al ex Primer Ministro de Italia, Paolo Gentiloni, actual Comisionado Económico de la Unión Europea, para el Financial Times. En ésta, Gentiloni advierte que Estados Unidos le va a robar el mercado al bloque europeo en inversiones y talento en el sector de tecnologías verdes.

Washington, dice Gentiloni, está inyectando cientos de miles de millones de dólares en subsidios y exención de impuestos para nuevas inversiones en energía y manufactura verde (vehículos eléctricos; proyectos de hidrógeno verde y baterías) mientras Europa está primero pensando en su regulación.

Gentiloni se queja de que el bloque europeo ‘solamente’ está invirtiendo 10 mil millones de Euros para innovación en el sector. Esto le parece una suma y un esfuerzo pequeño ante lo que va a generar el IRA, que Goldman Sachs estima llegará a un billón de dólares (1 trillón, en inglés). La consecuencia será una fuga de inversión y talento hacia Estados Unidos. Por ello Gentiloni quiere que Europa se ponga las pilas.

La segunda nota fue un texto del presidente del BID, Ilan Goldfajn, para El País, en el que habla de América Latina y su posición como la región que podrá resolver los grandes problemas de nuestros tiempos, en especial el calentamiento global.

Goldfajn afirma que Chile, Colombia y Costa Rica han anunciado estrategias fundamentales para lidiar con el cambio climático. Según Climate Action Tracker, éstas son 3 de las 6 mejores estrategias que hay actualmente en el mundo.

Chile está apostando al hidrógeno verde. Quiere producirlo de la forma más económica en el mundo para el 2030 y lograr ser el primer exportador para el 2040. La Comunidad Europea va a invertir en Chile millones de dólares en este sector. Por ello ayer se reunió Ursula Von der Leyen con Boric en el marco de la reunión UE-CELAC.

Brasil está invirtiendo también en hidrógeno verde con estimaciones de que para el 2050 van a exportar 4 millones de toneladas al mundo. Además, el año pasado fue el 3er país que más invirtió en plantas de energía eólica, detrás de China y Estados Unidos.

Uruguay ha logrado atraer la producción de vehículos eléctricos de Volkswagen porque el país funciona básicamente con energía limpia. Esto permite a la empresa cumplir con sus propias metas ecológicas.

Qué coraje leer que existen todas estas oportunidades para México, pero que pasen sin que las veamos porque todo es hoy pensar en el 2024. No veo a nadie en el actual gobierno intentando que México se inserte como parte de Norteamérica para que los incentivos del IRA apliquen para inversiones en México. Por el contrario, estamos espantando inversiones nacionales y extranjeras. Lo que ocurre actualmente es la definición exacta de que el gobierno de López Obrador está solamente pensando en la próxima elección y no en la próxima generación.

¡Qué rabia ver como se nos van tantas oportunidades!

Columna completa en El Universal

Las campañas que supuestamente no son campañas de las corcholatas de Morena han costado más de 8 millones de pesos en su arranque, tan solo en un recuento de dos redes sociales. Confieso que no conocía la Biblioteca de anuncios de Meta, la empresa dueña de Facebook e Instagram, hasta ayer que leí la nota de Zedryk Raziel en El País. Los datos que ahí muestra sobre lo gastado por los aspirantes de Morena son para preguntar ¿quién pompó?

Y es que supuestamente tienen cinco millones de pesos para sus 70 días de promoción para convertirse en los defensores de la 4T, ósea en la persona que será candidat@ presidencial en el 2024. Pero si desde ya están desembolsando estos dinerales solamente para redes, hace falta que expliquen de dónde sale tanto dinero.

Y es que aun cuando hay claridad sobre el dineral que le han invertido tan solo en Meta, no hay mayores datos respecto de quién paga. Para darle la vuelta a la exigencia de Meta de acreditar la personalidad de quien contrate un anuncio o campaña, se han creado organizaciones o colectivos proselitistas para encabezarlas.

Haremos Historia, Vamos con Claudia, Claudia Va, La Transformación Sigue, Poder Morenx; Ahora #EsAdán; Que siga López; Agusto del Chairo; #MejorMarcelo; MarceLovers…son solo algunos de los sitios proselitistas creados. Hay que agregar a esto las campañas en favor de alguna corcholata pagadas por diputados, senadores o gobernadores y medios morenistas. Ahí está la que pagó desde ayer el diputado Mario Peraza, para darle la bienvenida a Yucatán a la ex Jefa de Gobierno o la pagada por la Senadora de Morelos, Lucy Meza, para promover fotos de ella con Sheinbaum en su gira del domingo pasado por el estado. En el caso de Layda Sansores, hay varios medios (Primicia del Sur; La Redacción del Campechano; Informe Maya) que publican fotos de ambas políticas en campañas pagadas en Meta.

Y es justo Claudia Sheinbaum la que más ha gastado, invirtiendo en los últimos 90 días 5 millones de pesos. Le sigue Adán Augusto con 1.2 millones de pesos y en tercer lugar Manuel Velasco con 1.1 millones. Repito la pregunta ¿quién pompó?

Porque esto es solamente Facebook e Instagram. Twitter tenía datos de pagos de publicidad en su Centro de Transparencia de Anuncios pero desde noviembre del 2019 los dejó de publicar por una prohibición a estos anuncios en la plataforma. Raro porque no hace falta un análisis sesudo para darnos cuenta de que en Twitter también han invertido las corcholatas. Desde el 6 de junio que renunció Ebrard a la SRE, abrir Twitter equivale a abrirle las puertas a las campañas Morenistas. La cantidad de anuncios es desbordante y esos montos no están incluidos en este recuento de Raziel.

Así que estos millones simplemente descuadran las cuentas entre el dinero gastado en dos redes sociales y lo que Morena les ha dado a las corcholatas para gastar como total para todos los gastos de estas pre-precampañas. No incluyen ni las demás redes (Tik Tok y Twitter) ni la cantidad de espectaculares y bardas pintadas promocionando a los aspirantes morenistas. Mucho menos la cantidad de eventos y mítines.

¿Por qué creeremos que serán Jefes del Ejecutivo confiables si desde tanto tiempo antes están rompiendo las reglas de forma tan burda y descarada?

¿Qué va a hacer el INE cuando Meta le entregue, conforme mandata la ley, toda esta información para que haga la revisión de gastos?

Columna completa en El Universal

De un lado está quien promete que no es como los otros. Del otro lado, los que prometen que no son como el actual.

Los otros son unos ladrones. El actual es un incompetente.

Ese es el tono al arranque de las campañas que culminarán con las elecciones del 6 de junio enmarcado en la gran interrogante de si la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, el actual presidente, podrá acarrear votos para su coalición: Morena-PT-PVEM de tal forma que la segunda mitad del sexenio pueda concretar los cambios prometidos.

Hasta ahora los cambios del presidente han sido por disposición de AMLO mismo, como la conversión del Seguro Popular en INSABI; la extinción de fideicomisos; el programa nacional de austeridad; la decisión de construir el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y la termoeléctrica de Morelos.

Los cambios legislativos han sido a leyes secundarias, como la creación de la Ley Nacional de Extinción de Dominio; a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, Seguridad Nacional y el Código de Procedimientos Penales para convertir la defraudación fiscal en una actividad de delincuencia organizada; a éste mismo código para penalizar delitos en materia de hidrocarburos y un largo etcétera.

Su partido ha presentado varias ocurrencias que, por fortuna, se han quedado en eso, ocurrencias, como la de eliminar las comisiones que pueden cobrar los bancos; el impuesto a las grandes fortunas; la intención de que Banco de México reciba dólares en efectivo y la prohibición total de la subcontratación.

En estas elecciones intermedias un primer enfoque estará precisamente en qué tanto puede ampliar el número de escaños el presidente y los partidos que se le han aliado, que no son pocos – PT; PVEM; Partido Encuentro Social; Redes Sociales Progresistas y Fuerza México – para llevar a cabo cambios más radicales, como una reforma constitucional a la industria energética.

Para ello importan también las legislaturas locales, ya que una reforma constitucional requiere la aprobación de 17 de éstas. Actualmente Morena controla 18 legislaturas locales. Un estudio publicado por Citibanamex sobre el arranque de las campañas pronostica que Morena se quedará con mayoría en entre 12 y 14 congresos locales, lo que sería una piedra en el zapato de cualquier modificación constitucional que quisiera hacer el presidente.

Por otro lado, estará por verse qué tanto contrapeso logrará la alianza PAN, PRI, PRD en los 219 distritos y en las 11 gubernaturas en los que han decidido ir juntos. Hasta ahora esa alianza va arriba en las encuestas solamente en dos estados, en Baja California Sur y San Luis Potosí.

Si el dicho de “toda política es local” prueba ser verídico, estos números deben moverse en los menos de 60 días que quedan para las elecciones porque hasta ahora todo el enfoque ha sido nacional: o estás con el cambio que promete AMLO o estás con los del pasado. Falta que los candidatos hagan política en lo local para ver de qué están hechos o si solo pretenden montarse en la estela de la popularidad presidencial o en su rechazo.

 

Columna completa en El Universal

Quedan 29 días de campañas y estamos a un mes de las elecciones. La gran tajada de los casi 27 millones de spots del periodo electoral han sido vistos y/o escuchados por la opinión pública. Pero, aun así, desde el arranque de las campañas, las preferencias electorales colocan a Andrés Manuel López Obrador en primer lugar; Ricardo Anaya en segundo y José Antonio Meade en tercero.

Los independientes han tenido variantes en las preferencias porque arrancamos con tres – las de Margarita; El Bronco y Ríos Piter- que después se redujo a una candidatura independiente, la de Margarita Zavala cuando el INE bajó a El Bronco y Ríos Piter y después volvimos a tener dos independientes que ahora son uno solo: El Bronco.

Con todo y esos movimientos en las candidaturas independientes, las preferencias entre primero, segundo y tercer lugar han permanecido iguales en el promedio que realiza oraculus.mx de las encuestas registradas ante el INE.

¿Qué está pasando? Platicando con estrategas de las campañas presidenciales me comentan, en una de ellas, que transmitir mensajes a la ciudadanía ha sido un reto monumental por dos razones. La primera es que los spots que transmiten los medios electrónicos – la radio y la televisión – tienen un formato tan rígido que es complicado reaccionar a los vaivenes de las campañas.

Si una campaña saca un tema sobre el candidato de otra que lo obliga a responder, intentar hacerlo vía spots en los medios electrónicos sería una pérdida de tiempo valioso. Entre que piensan la respuesta; realizan el spot; lo mandan al INE para que lo revise; el INE lo aprueba y luego lo envía a los medios para que éstos lo pauten, el ataque del contrincante ya habrá quedado en la memoria de los electores.

Por ello, la respuesta ha tenido que ser vía redes sociales. Y aquí el gran tema que influye en lo poco que se mueven las preferencias electorales. Las redes sociales, lejos de lograr la alta conectividad entre personas, una comunidad global como la que Mark Zuckerberg dice añoraba para Facebook, han generado islas de personas interconectadas con poca conectividad entre las islas.

Es decir, los videos que sube cada campaña en sus redes sociales los ven miles de personas, casi todas afines a cada una de las campañas. Las historias de Betty que distribuye la campaña de José Antonio Meade la ven y la transmiten los PRIístas y los simpatizantes del propio Meade; las explicaciones de Ricardo Anaya subidas a YouTube sobre la compra de su nave industrial la transmiten los PANistas y simpatizantes de Anaya y las ven entre ellos; los videos de AMLO y su esposa Beatriz cantando los distribuyen los integrantes de Morena y los afines a López Obrador.

 

 

Columna completa en El Universal