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El rey Carlos III del Reino Unido recibió en el palacio de Buckingham al gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, y a la directora ejecutiva de banca de la entidad, Sarah John, quienes le presentaron los primeros billetes con su imagen.

Es la primera vez que la entidad inglesa cambia la imagen de un soberano en un billete, ya que la madre del rey, la fallecida Isabel II, fue la primera monarca de este país que apareció en un billete expedido por el banco, en 1960.

La imagen de Carlos III figurará en billetes por valor de 5, 10, 20 y 50 libras y estos entrarán en circulación por primera vez el próximo 5 de junio.

El monarca, de 75 años, se somete actualmente a un tratamiento por un cáncer tras cuyo diagnóstico se decidió que permanecería apartado de la vida pública aunque mantendría labores de despacho, como entrega de credenciales o la reunión semanal con el primer ministro británico, Rishi Sunak.

El pasado 31 de marzo, el monarca asistió con su esposa Camila al servicio religioso de Pascua celebrado en la iglesia de San Jorge del castillo de Windsor, en su primer acto público desde febrero.

Además del rey, también su nuera, la princesa de Gales, Catalina, se somete actualmente a otro tratamiento por un cáncer cuyos detalles se desconocen.

Durante un compromiso oficial en Belfast, Irlanda del Norte, la reina Camila dijo este jueves que su esposo, el rey Carlos III,  “está muy bien” en medio del tratamiento oncológico que enfrenta.

Camila visitó una conocida tienda de alimentos, donde la encargada del lugar le dio una tarjeta para ser entregada a su marido, a quien le deseó una pronta recuperación.

Al recogerla, la reina, de 76 años, dijo: “Está muy bien… Le decepcionó no poder venir”.

A otro comentario informal de que a veces los hombres “no son los mejores pacientes”, Camila respondió: “Intento mantenerlo en orden”.

En otro momento, el personal de otro comercio le regaló un paquete con sus productos estrella, entre ellos salchichas a la cerveza, y ella dijo: “Se lo llevo a mi marido, él lo disfrutará al máximo”.

La reina, que ha asumido buena parte de los compromisos de la monarquía ante la convalecencia de Carlos III y también de la princesa de Gales, llegó el miércoles a Belfast, donde no había estado desde mayo de 2023, cuando la pareja hizo una visita después de la coronación.

Recordemos que el monarca, de 75 años, está apartado de los actos públicos, aunque mantiene sus labores de despacho, desde que el pasado 6 de febrero se anunció que fue diagnosticado con cáncer tras ser operado de una próstata agrandada a finales de enero.

Reino Unido está pendiente de la salud de Carlos III, tras el anuncio de ayer en el que se confirmó que el monarca de 75 años padece cáncer y que empezó su tratamiento.

El Palacio de Buckingham informó ayer que al soberano le fue detectado un cáncer, sin precisar de qué tipo, durante su hospitalización a raíz de una operación de hipertrofia “benigna” de próstata a la que se sometió el pasado 26 de enero.

Este diagnóstico llega solo un año y medio después de suceder a su madre, Isabel II, y nueve meses después de haber sido coronado.

La enfermedad del rey acapara las portadas de la prensa británica. “Tengo cáncer”, tituló The Sun, mientras el Daily Mirror habla de “shock”, y el Daily Telegraph abre con un lacónico “El rey tiene cáncer”.

A pesar de la transparencia por parte de la monarquía de informar sobre la enfermedad, en una clara ruptura en comparación a sus predecesores, ya sea su madre Isabel II, o su abuelo Jorge VI, el Palacio de Buckingham no ahondó en qué tipo de cáncer padece.

La única información que filtró la casa real es que no se trata de un cáncer de próstata, justamente el órgano del que se acaba de operar. Según el Cancer Research UK, los más comunes entre los hombres mayores de 75 años son el de vejiga, intestino, pulmón, melanoma, piel y próstata.

“La cirugía suele ser el primer tratamiento que se prueba para la mayoría de los tipos de cáncer, según el NHS”, el Servicio Nacional de Salud británico, escribió el diario The Times tras conocerse la noticia de la dolencia del rey.

“Sin embargo, el comunicado del Palacio de Buckingham dice que el rey ‘ha comenzado un programa de tratamientos regulares’. Esto sugiere otro tipo de tratamiento como quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia”, añade el periódico.

La casa real no dio detalles de la gravedad y alcance del cáncer, pero afirmó que la transparencia anunciando el tipo de dolencia busca empujar a los ciudadanos a que se sometan a pruebas para un diagnóstico precoz.

También fue ese el objetivo cuando se comunicó que el soberano debía operarse por un problema de próstata.

El anuncio del cáncer del rey coincidió con otro que daba cuenta, también el lunes, del regreso de su hijo mayor, Guillermo, a la actividad pública. Guillermo había anulado todos sus actos desde el 16 de enero para estar al lado de su mujer Catalina, quien se sometió a una operación “abdominal”.

El hijo y la esposa del rey, Guillermo y la reina Camila, de 76 años, se ocuparán estos días de representar a la monarquía en diversos actos programados, mientras Carlos III se somete a su tratamiento.

El rey Carlos III de Inglaterra se someterá la semana próxima a un tratamiento por un problema de próstata, anuncio este miércoles el Palacio de Buckingham.

“Como miles de hombres cada año, el rey pasó una consulta por agrandamiento de la próstata. Lo que sufre Su Majestad es benigno y acudirá al hospital para un procedimiento correctivo”, informó el Palacio

La casa real aclaró que los compromisos públicos del rey se pospondrán durante un breve período de recuperación.

Se trata del primer anuncio público del Palacio de Buckingham sobre la salud del soberano desde su ascenso al trono el pasado 8 de septiembre de 2022 tras la muerte de su madre, la reina Isabel II.

La hiperplasia o hipertrofia benigna de próstata provoca síntomas urinarios en el hombre adulto y es un proceso que se correlaciona con la edad del paciente.

El anuncio de los problemas de próstata del rey Carlos III llegó menos de una hora después de que se informara que la princesa Catalina de Gales, esposa del príncipe heredero del trono británico Guillermo, fuera hospitalizada ayer para someterse a una intervención quirúrgica abdominal “programada”, que se realizó con “éxito”.

La princesa, de 42 años, fue ingresada en la London Clinic de la capital británica y, según el comunicado oficial, “se espera que permanezca en el hospital entre diez y catorce días, antes de volver a casa para continuar con su recuperación”.

El rey Carlos III agradeció este lunes al pueblo británico por “el mayor regalo posible de coronación”, al concluir tres días de celebraciones por el evento histórico.

“Saber que tenemos su apoyo y aliento, y ser testigo de su amabilidad expresada de maneras tan distintas, ha sido el mayor regalo posible de coronación”, declaró Carlos III en un mensaje escrito.

Después de la solemne coronación de Carlos III y su esposa Camila en la Abadía de Westminster el sábado y una jornada más festiva con miles de comidas vecinales el domingo, este lunes el acento estuvo puesto en la beneficencia.

Ayer, el rey fue el invitado de honor en un concierto en el que participaron 20,000 espectadores en un escenario instalado en Windsor, pequeña localidad a unos 40 km de Londres, donde está el castillo real.

Ocho meses después de que ascendieran al trono tras la muerte de la reina Isabel II, Carlos y Camila asistieron al acto desde un palco real instalado en el terreno del castillo.

En el gran espectáculo participaron grandes artistas, como el cantante estadounidense Lionel Richie, la norteamericana Katy Perry y la banda pop británica de la década de 1990 Take That.

En todo el país se colocaron pantallas gigantes para seguir el evento que contó con una orquesta de 70 músicos, con coros y en el que varios actores como Pierce Brosnan, Hugh Jackman o Joan Collins, recordaron datos biográficos del rey.

Además de las actuaciones, el príncipe Guillermo subió al escenario y rindió homenaje a su padre hablando de su pasión de larga data por la ecología, de su ayuda a miles de jóvenes desfavorecidos y de su defensa de todas las religiones.

También hizo una referencia a su abuela, la fallecida Isabel II, y dijo: “Sé que está ahí arriba mirándonos”.
“Sería una madre muy orgullosa”, afirmó.

La coronación el sábado de Carlos III como monarca del Reino Unido y de los 14 países de la Mancomunidad Británica (Commonwealth) fue la primera en siete décadas.

La solemne ceremonia en la Abadía de Westminster observó tradiciones y rituales que se mantienen desde hace mil años y congregó a las casas reales, a líderes mundiales y a representantes de la comunidad británica y de asociaciones de beneficencia.

Sin embargo, el gobierno está recibiendo duras críticas por el arresto de antimonarquistas, que fueron detenidos incluso antes de iniciar una protesta prevista el sábado.

La Policía Metropolitana de Londres dijo “lamentar” que seis manifestantes detenidos no pudieran participar de una manifestación el día de la coronación.

Graham Smith, director del movimiento antimonárquico Republic, dijo a la cadena BBC el domingo que “todo fue un intento deliberado de perturbar y reducir” la protesta.

“La policía es independiente del gobierno en el plano operativo”, respondió el lunes el primer ministro Rishi Sunak.

“Estoy muy agradecido con la policía y con todos los que contribuyeron para que este fin de semana transcurriera tan bien, con tanto éxito y con tanta seguridad”, añadió.

En total la policía londinenses arrestó a 64 personas el sábado, incluyendo activistas climáticos.

El rey Carlos III será coronado mañana en la Abadía de Westminster, en un evento que no se había vivido en siete décadas.

Isabel II hizo historia como la monarca que más tiempo ha estado en el trono, por lo que la última coronación tuvo lugar el 2 de junio de 1953.

La coronación de Carlos III llega en un momento difícil para la realeza. Las encuestas de opinión muestran que el respaldo hacia la monarquía se ha debilitado a lo largo del tiempo.

Gran Bretaña es presa de una inflación de dos dígitos que erosiona el nivel de vida y hace que algunos cuestionen el costo de la coronación. En tanto, la familia real está desgarrada por la controversia del hijo menor de Carlos, el príncipe Enrique, que lanza reclamos desde Estados Unidos.

En ese sentido, la coronación será un intento más amplio y más simbólico para mostrar que la monarquía todavía tiene un papel que desempeñar.

La coronación de Carlos y Camila, la reina consorte, contará con muchos elementos de coronaciones pasadas: los himnos, las oraciones, la unción con aceites, todos ellos diseñados para recordar al mundo la historia, la tradición y el misterio encarnados por la monarquía.

Sin embargo, habrá cambios importantes. La ceremonia también será más corta, de unas dos horas, en lugar de tres. Carlos III no utilizará el coche construido en 1762, para trasladarse a la abadía de Westminster, que ha sido utilizado en todas las coronaciones desde 1831.

Se desplazará a bordo de una carroza construida en 2012, para celebrar el Jubileo de Diamante de su madre.

La Casa Real ha extendido unas 2,000 invitaciones, que incluyen a miembros del actual gobierno, representantes de casas reales y jefes de Estado y de gobierno de otros países.

Carlos III ofrecerá esta noche una recepción a los líderes mundiales que han llegado a Londres para su coronación, mientras seguidores de la realeza se han congregado en The Mall, el gran bulevar que conduce al Palacio de Buckingham.

Biden será uno de los líderes mundiales que asistirán esta noche a la recepción en el Palacio de Buckingham de la que serán anfitriones el rey y la reina junto con otros altos cargos de la familia real.

Antes, Carlos mantendrá una reunión con los líderes de la Mancomunidad de Naciones, la asociación voluntaria de 56 países que él también preside, mientras que también saludará a los primeros ministros y representantes reales de los otros 14 territorios en los que es jefe de Estado, entre ellos Australia y Canadá.

Recordemos que Carlos III se convirtió automáticamente en rey tras la muerte de la reina Isabel II a los 96 años el pasado septiembre, pero la coronación, aunque no es imprescindible, se considera un momento enormemente simbólico que legitima al monarca de forma pública.

En Broojula, Ana Paula Ordorica comparte los detalles de la ceremonia con el comentario Gabriella Morales Casas, periodista especializada en temas de monarquía y sociedad, nos habla sobre lo que se espera para la ceremonia de mañana.

El 58% de los británicos respalda la continuidad de la monarquía en el Reino Unido, aunque el apoyo cae al 32% entre los jóvenes de 18 a 24 años, según una encuesta divulgada esta semana por la BBC.

El sondeo, elaborado por la firma YouGov, muestra cómo el 58% de  los británicos están de acuerdo con el actual sistema, el 26% preferiría un jefe de Estado electo y el 16% se declara indeciso.

En cuanto a los británicos que en 2016 votaron a favor de abandonar la Unión Europea (UE), el 72% aboga por mantener la monarquía, frente al 54% entre quienes se posicionaron en contra del Brexit.

Según aumenta la franja de edad, se eleva el respaldo a la monarquía, que alcanza un 78% entre los mayores de 65 años y el 67% entre los de 50 a 64 años.

En relación al rey Carlos III, 45% de los encuestados cree que el soberano, de 74 años, está “desconectado” de la realidad diaria de los ciudadanos británicos, frente al 36% que piensa que mantiene la conexión con las “experiencias” de los ciudadanos.

Un 46% de los encuestados afirma que la Familia Real no tiene un problema con cuestiones de racismo y diversidad cultural.

Esa cifra aumenta entre aquellos que votaron a favor del Brexit, alcanzado un 64% en favor del “no”, y un 18% del “sí”. En las franjas de edades más jóvenes, sobre todo entre los 18 y 35, el 47% cree que hay un “problema de racismo” en la institución, una opinión que mantiene el 49% de los encuestados de minorías étnicas.

El sondeo constata que una gran parte de la población del Reino Unido no está “interesada” en la corona, con un 58% de las personas mostrando indiferencia, cifra que aumenta al 78 % entre menores de 24.

Otra encuesta, realizada por la firma Angus Reid Institute, señala que mientras que el gobierno canadiense se alista para celebrar la coronación del rey Carlos III del Reino Unido, la mayoría de los ciudadanos se oponen a que el monarca británico y su esposa, Camila, sean los reyes de Canadá.

El sondeo señala que el 60% de los encuestados se opone a que Carlos III sea reconocido como el rey de Canadá, una monarquía parlamentaria en la que el Jefe de Estado británico lo es de forma simbólica también del país norteamericano.

Incluso una mayor proporción de canadienses, un 62%, expresó su rechazo a que la figura de Carlos III aparezca en el dólar canadiense, como pasó con su madre, Isabel II, o que se cante “Dios salve al rey” en ceremonias oficiales.

El rechazo se extiende a la esposa de Carlos III, Camila. Un 60% de los canadienses encuestados señala que no quieren que sea denominada reina del país.

Un 61% considera que lo correcto es que países como Canadá, que tienen como monarca simbólico al Jefe de Estado británico, se desprendan de ese vínculo colonial. Solo un 11% de los canadienses declaran que el país debería mantenerse como monarquía parlamentaria.

El príncipe Enrique asistirá el próximo 6 de mayo a la coronación oficial de su padre, el rey Carlos III, sin su esposa Meghan, duquesa de Sussex, quien permanecerá en Estados Unidos.

Un portavoz de la residencia oficial en la capital británica del monarca se declaró en un comunicado “complacido de confirmar que el duque de Sussex asistirá a la ceremonia de coronación” en la Abadía de Westminster.

“La duquesa de Sussex se quedará en California con (sus hijos) el príncipe Archie y la princesa Lilibet”, agregó la nota del Palacio de Buckingham.

La relación de Enrique con el resto de la familia real británica se ha visto fracturada en los últimos meses, tras la publicación del libro de memorias del príncipe, “Spare”, en el que acusa a otros miembros de la casa real de haber entregado a la prensa información perjudicial sobre él y su esposa.

La cita de mayo será la primera ocasión en la que el príncipe se reunirá con el resto de su familia desde la publicación del libro, que ahonda en las tensiones internas entre los miembros de la monarquía.

La figura del príncipe Enrique, quinto en la línea de sucesión al trono, se ha convertido en motivo recurrente de polémica en Reino Unido, después de que tanto él como Meghan renunciaran a ejercer labores propias de la familia real y denunciaran situaciones de acoso.

El hijo menor del ahora rey y de Diana de Gales, vive de hecho en Estados Unidos. Viajó por sorpresa en marzo para asistir a un juicio en Londres contra un grupo de medios acusados de prácticas corruptas, después de que no se tuviese constancia de viaje alguno desde el funeral en memoria de su abuela, Isabel II, en septiembre de 2023.

La coronación de Carlos III, que asumió el trono el pasado septiembre, al morir su madre, Isabel II, reunirá en Londres a más de 2,000 representantes de numerosos países.

Tras un servicio religioso que comenzará a las 11:00 hora local, el soberano y la reina consorte, Camila, protagonizarán una procesión por el centro de Londres, acompañados por cientos de miembros de las fuerzas armadas británicas.

El rey Carlos III, acompañado por la reina consorte, Camila, hará su primera visita como jefe de Estado británico a Francia y Alemania, un viaje que iniciará el próximo 26 de marzo, informó este viernes el palacio de Buckingham.

La visita de Estado, que comprenderá del 26 al 31 de marzo, busca celebrar la relación entre el Reino Unido y esos dos países por los vínculos históricos, culturales y los valores compartidos, precisó el Palacio Real en un comunicado.

Agregó que el viaje también será la oportunidad de demostrar la manera en que el Reino Unido trabaja con Francia y Alemania en asuntos como la crisis climática, el conflicto en Ucrania, las oportunidades comerciales y de inversión, así como compartir las artes y la cultura.

El rey, que ascendió al trono británico el pasado 8 de septiembre de 2022 tras el fallecimiento de Isabel II, y la reina consorte llegarán a Francia el domingo 26 de marzo y permanecerán en ese país hasta el miércoles 29.

Entre los compromisos en Francia figuran una ceremonia en la que los reyes harán una ofrenda floral ante el Arco del Triunfo, en París, y la inauguración oficial de una nueva exposición de Édouard Manet y Edgar Degas en el Museo de Orsay, en la capital francesa.

Carlos III también se dirigirá a los miembros de la Asamblea Nacional y asistirá con Camila al banquete de Estado que ofrecerá el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en el palacio de Versalles.

A Berlín, los reyes llegarán el miércoles 29 de marzo, para ser recibidos por el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, en la puerta de Brandenburgo, y después participar en un banquete de Estado.

Carlos III hablará ante el Parlamento Federal alemán y se reunirá con refugiados recién llegados de Ucrania.

Otro de los compromisos en Alemania es una visita a la Ópera de Berlín, donde conocerá de cerca los proyectos de participación comunitaria de la compañía de la ópera.

Entre otras cosas, Carlos III conocerá la adopción de tecnologías ecológicas por parte del puerto de Hamburgo y se reunirá con representantes de algunas de las empresas involucradas.

Esta primera visita de Estado que hará Carlos III desde que ascendiera al trono tras la muerte de su madre, la reina Isabel II, tendrá lugar semanas antes de que sea coronado en la Abadía de Westminster, el 6 de mayo.

Trasportado en su féretro desde una catedral en Edimburgo, el cuerpo de la reina Isabel II inició este martes su viaje final a Londres, donde quedará expuesto en capilla ardiente.

El féretro de roble cubierto por una bandera salió de la Catedral de San Egidio. La gente que se dio cita en las afueras de la Milla Real, en el corazón histórico de Edimburgo, aplaudió al paso del féretro acompañado por la hija de la reina, la princesa Ana, en su camino al aeropuerto, de donde partió hacia Londres.

Durante las últimas 24 horas, miles de personas pasaron en silencio frente al féretro, llevado a Edimburgo desde Balmoral, su residencia de verano, donde la reina murió el pasado jueves a los 96 años de edad y tras haber cumplido 70 años en el trono.

Carlos III aguardaba el arribo del féretro en Londres, donde pasará la noche en el Palacio de Buckingham. Mañana el féretro irá al Parlamento, donde permanecerá en capilla ardiente durante cuatro días antes del funeral del lunes.

Más tarde, los restos de la reina llegaron a Londres para iniciar seis días de homenaje y posteriormente el funeral de Estado.

Una aeronave C-17 Globemaster, usada recientemente en misiones de ayuda a Ucrania, aterrizó en la base militar de Northolt a las 18:54, transportando en su interior el féretro.

La única hija de la reina, la princesa Ana de 72 años, acompañó el último viaje de Isabel II, cuyos restos mortales reposarán durante la noche en el Palacio de Buckingham rodeados por los miembros de la familia real, encabezados por el nuevo monarca, Carlos III.

Entre mañana y el próximo lunes, cuando se cerrará la capilla ardiente y se oficiará el funeral de Estado, se espera que unas 400,000 personas presenten sus respetos a la difunta soberana.

La cola para acceder al palacio de Westminster, que estará abierto al público día y noche, alcanzará previsiblemente varios kilómetros en la ribera sur del río Támesis a su paso por el centro de la capital británica.

Carlos III rindió este viernes un sentido homenaje a su madre, la reina Isabel II, al comprometerse a seguir su ejemplo de servicio a los demás, esto como parte de su primer discurso que realiza desde que asumió el cargo.

“La reina Isabel tuvo una vida bien vivida, una promesa con el destino cumplida. Ahora es llorada en el momento de su muerte. Yo renuevo hoy esa promesa a todos de servicio a lo largo de toda la vida”, dijo el monarca.

Abrió y cerró sus palabras de la misma forma, acordándose de su madre, con un emotivo mensaje final.

“A mi querida mamá, mientras comienzas tu último gran viaje para unirte con mi querido papá, quiero decirte simplemente esto: gracias. Gracias por tu amor y la devoción a nuestra familia y a la familia de naciones a la que has servido diligentemente todos estos años”.

En un discurso de unos cinco minutos, grabado con anterioridad en el Salón Azul del Palacio de Buckingham, Carlos dio un vistazo del carácter que tendrá su reinado, comenzando por su compromiso con los principios constitucionales.

“Como la propia reina hizo con devoción inquebrantable, yo también me comprometo ahora para el resto del tiempo que Dios me conceda a defender los principios constitucionales en el centro de nuestra nación”, dijo.

Acompañado a su izquierda por una fotografía de Isabel II, el rey repasó uno por uno la situación de los miembros de su familia, comenzando por su esposa, la reina consorte Camila, sobre quien aún hay cierto recelo entre los británicos por haber sido amante del entonces príncipe cuando éste estaba casado con Diana de Gales.

“Cuento con la ayuda amorosa de mi querida esposa Camila. En reconocimiento de su leal servicio público desde nuestra boda hace 17 años, se convierte en mi reina consorte. Sé que ella aportará a su nuevo rol la devoción firme al deber de la que he llegado a depender tanto”, aseguró.

En alusión al nuevo heredero, Guillermo, se mostró “orgulloso” de nombrarle príncipe de Gales, el mismo título que él ostentó hasta el fallecimiento de la reina.

“Con Catalina a su lado, nuestros nuevos príncipe y princesa de Gales seguirán inspirando y dirigiendo nuestros debates nacionales”.

La prensa rápidamente ha señalado que el príncipe Guillermo tiene una popularidad mayor a la de su padre, destacando que a sus 40 años se convirte en heredero al trono, por lo que recaerá en él llevar la bandera de la nueva generación de “royals” británicos, sobre todo cuando su hermano Enrique tomó la decisión de retirarse de la monarquía.

Para Enrique, con quien según la prensa británica se ha enfrentado, solo dedicó palabras de amor . “Expreso mi amor por el príncipe Enrique y Meghan, mientras siguen construyendo sus vidas en el extranjero”, aunque no hizo referencia a ninguna posible reconciliación o integración a las actividades reales de la pareja.