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Los periodistas latinoamericanos afrontaron el último año presiones políticas y el deterioro de las condiciones de trabajo, que en México se reflejan principalmente en la hostilidad del presidente, Andrés Manuel López Obrador, advirtió este viernes Reporteros Sin Fronteras (RSF).

Al publicarse la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de RSF, un índice que cada año evalúa la situación para los periodistas en 180 países, el director de RSF para Latinoamérica, Artur Romeu, señaló que más de la mitad de las naciones americanas empeoraron en 2023.

“Argentina ha sido el país que tuvo la mayor baja de la región, con relación al año anterior, bajó 26 posiciones”, apuntó sobre la lista, que mide cinco indicadores: político, social, económico, marco jurídico y seguridad, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra este 3 de mayo.

El experto relacionó esta caída del puesto 40 al 66 del índice al incremento en la presión política tras la llegada de Javier Milei a la presidencia con una postura agresiva hacia el periodismo, que afecta al pluralismo.

Sobre México, el director regional de RSF también resaltó una baja en el indicador político “asociada a una postura hostil y agresiva por parte del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador con respecto al ejercicio periodístico”.

“(López Obrador) está llegando al fin de su mandato este año y no hubo reformas significativas para fortalecer las políticas públicas de protección a periodistas. Pierde una oportunidad México de poder presentarse al mundo como un país que ha logrado hacer frente a ese problema durante este sexenio”, expuso Romeu.

Además, aseveró que “la situación en México no ha mejorado”, a pesar de subir del puesto 128 al 121 del listado, pues la posición es relativa a otros países.

Romeu subrayó que aunque en 2023 documentaron cuatro asesinatos a periodistas, frente al récord de 11 de 2022, “México sigue en una situación difícil”.

Ante las elecciones del 2 de junio, Romeu expresó que “hay un vacío de propuestas” sobre violencia contra periodistas, y consideró “absolutamente incomprensible” que “ninguna campaña presidencial” tenga “declaraciones fuertes en apoyo al periodismo” y “propuestas de mejorías para las garantías de la libertad de prensa”.

“Lo que RSF está pidiendo es que las elecciones presidenciales en México no dejen de tratar el tema de la violencia en contra de los periodistas en el país”, expresó.

El reporte destaca que México es el país del mundo con el mayor número de periodistas asesinados (72) en la última década.

En entrevista con la agencia Efe, el especialista indicó que las presiones políticas son una tendencia global, con una caída de 7.6 puntos en este rubro de la clasificación.

Romeu explicó que existe una percepción de que los “Estados y otros actores políticos, que deberían ser los que garantizan las condiciones para el ejercicio libre del periodismo son los mismos” que “están afectando negativamente el ambiente para ejercer(lo)”.

“Están instrumentalizando y alimentando la desconfianza de la sociedad en relación con el ejercicio del periodismo, y capitalizando, sacando de ahí ganancias, porque se alimentan de un escenario de polarización”, expuso.

Apuntó que en tres cuartos de los países evaluados, 138 de 180, el análisis de RSF reveló la implicación directa de actores políticos en campañas de desinformación masiva y propaganda en contextos electorales.

Por lo que señaló que, ante las elecciones en varios países del mundo, junto con el auge de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial generativa, se crea “una tempestad perfecta” que “puede impactar los rumbos” de los comicios.

En este escenario, el periodismo tiene que disputar espacio con contenidos que son artificiales, o sea, con desinformaciones que tienen como objetivo coludir el debate público, alertó.

Además, advirtió de que no hay legislaciones específicas en gran parte del mundo para “limitar el impacto” de la inteligencia artificial.

En los primeros lugares de la lista de RSF están Noruega, Dinamarca, Suecia y Países Bajos, mientras que en los últimos están Eritrea, Siria, Afganistán y Corea del Norte.

Un grupo de científicos especializados en clima y cambio climático ha propuesto una nueva categoría para clasificar los huracanes, ante los cada vez más intensos y destructivos fenómenos meteorológicos y que busca no subestimar los riesgos.

La escala actual que clasifica los huracanes, la llamada escala Saffir/Simpson, abarca cinco categorías: desde el 1, que suele causar daños mínimos con vientos de hasta 150 kilómetros por hora, hasta el 5, que puede ocasionar daños catastróficos con vientos que alcanzan los 250 kilómetros por hora.

Los científicos Michael Wehner, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), y James Kossin, de la First Street Foundation, se han preguntado si la categoría 5 es suficiente para comunicar el riesgo real de los huracanes más destructivos ante un clima que cada vez se calienta más.

En ese sentido, los investigadores plantean que se abra una nueva categoría para los huracanes y tormentas en los que es previsible que se alcancen vientos superiores a los 300 kilómetros por hora.

Los expertos han subrayado que el calentamiento global antropogénico ha aumentado significativamente las temperaturas superficiales del océano y del aire troposférico en regiones donde se forman y propagan los huracanes, ciclones tropicales y tifones, lo que está proporcionando energía térmica adicional que está intensificando las tormentas.

Han sugerido en un artículo publicado en la revista PNAS la introducción de una nueva categoría: la categoría 6.

Cuando realizaron un análisis de datos históricos de huracanes desde los años 1980 y 2021, encontraron hasta cinco tormentas que podrían haber sido clasificadas como de categoría 6, y han comprobado que todas ellas ocurrieron en los últimos nueve años de registro.

Los huracanes, las tormentas tropicales y los tifones son esencialmente el mismo fenómeno meteorológico; su diferencia de nombre es puramente geográfica: las tormentas de los océanos Atlántico Norte y Pacífico Nororiental se denominan huracanes, los fenómenos del Pacífico Noroccidental se denominan tifones, y los que se producen en los océanos Pacífico Sur e Índico, ciclones tropicales.

A juicio de los investigadores, añadir una sexta categoría a esa escala no resolvería este problema, pero sí podría ser efectivo para concienciar sobre los peligros del aumento del riesgo de grandes huracanes debido al calentamiento global.

El Departamento de Estado de los Estados Unidos actualizó su Alerta de Viaje para México y modificó su nombre a “Información para el viajero”, con lo cual pretende ser menos agresivo y reducir trámites burocráticos.

 

La información para México ubica al país en nivel 2 de riesgo, a excepción de las ciudad de San Blas y Tepic, en Nayarit, así como todo el estado de Colima que fueron clasificados con nivel 4, el más alto.

 

Dicho departamento detalló que las mejoras consisten en cómo se comparte la información con los viajeros estadounidenses de manera clara, oportuna y confiable, a través de un nuevo sistema que clasifica las recomendaciones en cuatro niveles de riesgo.

  • Nivel 1, el más bajo, es para aquellos viajes internaciones en los que se debe considerar un ejercicio normal de precauciones.
  • Nivel 2, donde se ubica a México, alerta sobre un mayor riesgo de seguridad, y el Estado proporciona información adicional para los viajeros que visitan ciertas áreas.
  • Nivel 3, el Departamento de Estado sugiere reconsiderar el viaje, debido a que pueden existir serios riesgos para la seguridad del turista.
  • Nivel 4, el más alto, sugiere no viajar al país, porque la vida de los paseantes podría estar comprometida, y ante alguna emergencia el gobierno estadounidense se vería muy limitado para ofrecer la ayuda. Por ello, exhorta a no visitar dicha nación o abandonarla en cuanto sea seguro.

 

La “Información para el Viajero” también incluye advertencias y provee las razones por las cuales se asignó el nivel, mediante indicadores como “C”, para violencia o crimen organizado, “T” para ataques terroristas u otros conflictos contra civiles o grupos.

 

Asimismo, la letra “U” es para disturbios civiles por razones políticas, económicas, religiosas, u otras que puedan causar violencia o mayores incidentes; en tanto, la “H” para zonas donde existen riesgos para la salud, “N” para desastres naturales que sean riesgosos.

 

La “E” para aquellas zonas que viven eventos de corto plazo como elecciones, justas deportivas, o incidentes que puedan significar un riesgo; en tanto, “O” es para otros riesgos potenciales no cubiertos por los indicadores anteriores.

 

El Departamento de Estado estadounidense realizará revisiones del estatus del nivel de los países tantas veces sea necesario, y realizará los cambios pertinentes para asegurar la seguridad de sus ciudadanos, detalla la página electrónica travel.state.gov.

 

Con información de Notimex / Foto: Archivo APO