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crímenes de guerra

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El ministro iraní de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, acusó este jueves a Israel de buscar un genocidio en Gaza con el corte de la electricidad y el agua, además de la negación de la entrada de alimentos y medicinas.

“Hoy, con la continuación de los crímenes de guerra de (el primer ministro israelí, Benjamín) Netanyahu y los sionistas contra los civiles en Gaza, con el cerco, el corte de electricidad y agua y la negación de la entrada de medicinas y agua, se han creado las condiciones en las que los sionistas buscan un genocidio de todo el pueblo de Gaza”, dijo Abdolahian.

El jefe de la diplomacia iraní aseguró que la guerra en Gaza no es contra un grupo, es decir su aliado Hamás, sino contra “todos los palestinos”.

Abdolahian realizó las declaraciones a medios locales antes de iniciar una gira por Irak y Líbano para tratar el conflicto en Gaza.

En Bagdad se reunió con el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, y más tarde se trasladó a Líbano, donde sostuvo un encuentro con la milicia Hezbolá, aliada de Teherán.

Irán es uno de los principales aliados del movimiento islamista Hamás, principal autor del ataque, y lidera el llamado Eje de la Resistencia contra el Estado Judío, su némesis.

Recordemos que el país persa celebró con felicitaciones y fuegos artificiales el inicio del ataque de Hamás el sábado pasado, además de que el Gobierno iraní ha dado su apoyo a “la legítima defensa del pueblo palestino”.

Por el contrario, la República Islámica de Irán e Israel son enemigos acérrimos, ya que suponen una amenaza existencial mutua; compiten por la hegemonía regional y mantienen una guerra encubierta con ciberataques, asesinatos y sabotajes.

La Asamblea General de Naciones Unidas votará mañana si suspende a Rusia del principal órgano de derechos humanos de la ONU.

La propuesta fue planteada por Estados Unidos en respuesta al descubrimiento de cientos de cadáveres después de que las tropas rusas se retiraran de las ciudades cercanas a la capital ucraniana, Kiev, lo que generó llamados para que sus fuerzas sean juzgadas por crímenes de guerra.

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, solicitó que a Rusia le sea retirado su asiento en el Consejo de Derechos Humanos de 47 miembros, a raíz de videos y fotos de calles en la ciudad ucraniana de Bucha cubiertas de cadáveres, aparentemente civiles.

Los videos y las informaciones reportadas desde la ciudad han provocado el rechazo y la condena de varios gobiernos, que han solicitado sanciones más duras contra Rusia. Moscú ha negado con vehemencia tener responsabilidad.

“Creemos que los miembros de las fuerzas rusas cometieron crímenes de guerra en Ucrania y que Rusia debe rendir cuentas”, declaró Thomas-Greenfield esta semana “La participación de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos es una farsa”.

La portavoz de la Asamblea General, Paulina Kubiak, dijo hoy que la sesión especial de emergencia de la asamblea sobre Ucrania se reanudará mañana, cuando se someta a votación la resolución que busca “suspender los derechos de membresía de la Federación Rusa en el Consejo de Derechos Humanos”.

Aunque el Consejo de Derechos Humanos tiene su sede en Ginebra, sus miembros son elegidos por la Asamblea General de 193 naciones para que cumplan mandatos de tres años. La resolución de marzo de 2006 que estableció el Consejo de Derechos Humanos indica que la Asamblea puede suspender los derechos de membresía de un país si este “comete violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos”.

La breve resolución que se someterá a votación expresa una “preocupación grave por la actual crisis humanitaria y de derechos humanos en Ucrania, en particular por los informes de violaciones y abusos de los derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario por parte de la Federación Rusa, incluidas violaciones graves y sistemáticas y abusos de los derechos humanos”.

Francia, Alemania, Italia, España, Dinamarca y Suecia expulsaron en dos días a decenas de diplomáticos rusos, un gesto que marca una nueva degradación de las relaciones con Moscú después de que salieran a la luz masacres de las que se acusa a Rusia.

Italia decidió expulsar 30 diplomáticos rusos por razones de “seguridad nacional”, según dijo el martes el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Luigi Di Maio.

“Esta medida, tomada en común acuerdo con nuestros socios europeos y atlánticos, ha sido necesaria por razones vinculadas a nuestra seguridad nacional y en el contexto de la situación actual de crisis relacionada con la agresión injustificada de Ucrania por parte de la Federación de Rusia”, dijo el jefe de la diplomacia italiana.

Los países occidentales manifestaron este fin de semana su rechazo tras el hallazgo de decenas de cadáveres vestidos de civil en Bucha, al noroeste de la capital de Ucrania, tras la retirada de las fuerzas rusas.

El Kremlin dijo este martes que las acusaciones occidentales de que las fuerzas rusas cometieron crímenes de guerra al ejecutar a civiles en la ciudad ucraniana de Bucha son una “monstruosa falsificación” destinada a denigrar a su ejército.

Desde que las tropas rusas se retiraron de las ciudades y pueblos de los alrededores de Kiev, las tropas ucranianas han estado mostrando a los periodistas cadáveres de lo que dicen que son civiles muertos por las fuerzas rusas, casas destruidas y autos quemados.

Occidente dice que los civiles muertos son una prueba de los crímenes de guerra. Diversas medios internacionales han confirmado los cadáveres en Bucha.

“Es simplemente un espectáculo bien dirigido, pero trágico”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a periodistas. “Es una falsificación destinada a denigrar al ejército ruso, y no funcionará”. “Instamos una vez más a la comunidad internacional: despréndanse de tales percepciones emocionales y piensen con la cabeza”, dijo Peskov. “Comparen los hechos y comprendan la monstruosa falsificación a la que nos enfrentamos”.

Ucrania dice que Rusia es culpable de genocidio y Joe Biden acusó el lunes a su par ruso, Vladimir Putin, de crímenes de guerra y pidió un juicio. El Kremlin dijo que los comentarios de Biden son inaceptables e indignos para un líder de Estados Unidos.

Dmitri Medvédev, que fue presidente entre 2008 y 2012 y ahora es vicesecretario del Consejo de Seguridad de Rusia, sugirió que las fuerzas ucranianas estaban preparadas para matar a sus propios ciudadanos en un intento de desacreditar a Rusia.

El Ministerio de Defensa ruso dijo que tenía pruebas de que el 72º Centro Principal de Operaciones Psicológicas de Ucrania ayudó a montar esa propaganda en un pueblo a 23 kilómetros al noroeste de Kiev, así como en Sumy, Konotop y otras localidades.

Rusia no ha publicado pruebas de sus afirmaciones, pero dice que los medios occidentales han proporcionado una narración excesivamente parcial de la guerra en Ucrania, que ignora en gran medida las preocupaciones de Moscú sobre la ampliación de la OTAN y la persecución de los rusoparlantes.

Tras salir a la luz la información e imágenes de Bucha, Lituana anunció ayer la expulsión del embajador de Rusia “en respuesta a la agresión militar de Rusia contra la Ucrania soberana y a las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas rusas”.

Ese mismo día, Alemania comunicó que expulsaba “un elevado número” de diplomáticos rusos ubicados en Berlín, según la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock. De acuerdo con informaciones extraoficiales, serían 40.

Estos empleados de la embajada de Rusia son una “amenaza para las y los que buscan protección entre nosotros”, dijo. Alemania recibe a más de 300.000 refugiados ucranianos que han huido de los combates en su país desde el 24 de febrero.

Poco después, Francia anunciaba la expulsión de 35 diplomáticos rusos “cuyas actividades son contrarias a los intereses” del país, según una fuente del ministerio francés de Exteriores.

Hoy, Dinamarca también decidió expulsar a 15 diplomáticos rusos acusándolos de ser “agentes de inteligencia” que llevaron a cabo “actividades de espionaje en suelo danés”, declaró el jefe de la diplomacia danesa, Jeppe Kofod.
Otro país escandinavo, Suecia, se sumó a la media con la expulsión de tres diplomáticos rusos.

Y España decidió expulsar a “alrededor de 25” diplomáticos rusos que representan “una amenaza para los intereses de seguridad” del país, anunció el ministro español de Relaciones Exteriores, José Manuel Albares.

Varias Estados europeos ya habían tomado medidas similares. El 29 de marzo, Bélgica anunció la expulsión en 15 días de 21 personas que trabajaban para la embajada y el consulado de Rusia, sospechosas de estar implicadas en “operaciones de espionaje e influencia que amenazan la seguridad nacional”. Países Bajos y Polonia siguieron sus pasos y también expulsaron a decenas de diplomáticos.

Según un recuento hecho por la agencia AFP, unos 260 diplomáticos rusos han sido expulsados en total de varios países de la Unión Europea desde el inició de la ofensiva rusa.

Por su parte el Kremlin denunció “la falta de visión” de Europa al expulsar a numerosos diplomáticos, ya que el movimiento implica “la reducción de las posibilidades de comunicar en el ámbito diplomático en estas circunstancias difíciles”, según expresó un portavoz, Dmitri Peskov. “Y esto conllevará inevitablmente medidas de represalia”, advirtió.