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Rishi Sunak se convirtió oficialmente hoy en el nuevo primer ministro de Reino Unido, después de reunirse con el rey Carlos III, en el palacio de Buckingham, donde el monarca le pidió formar gobierno tras la renuncia de Liz Truss.

Sunak, ex ministro británico de Hacienda, ganó ayer la carrera por el liderazgo del Partido Conservador, lo que le abrió las puertas del número 10 de Downing Street.

Sunak, de 42 años, es la primera persona de origen indio y el más joven de la historia política moderna en ostentar el cargo de primer ministro de Reino Unido.

Pese a haber hecho historia desde ayer, el nuevo premier británico hereda una economía al borde de la recesión, con una crisis energética, una crisis en el costo de la vida y una inflación disparada que hacen difícil cualquier tipo de ajuste sencillo.

Los intentos de Truss de aplicar recortes fiscales con cargo a deuda para estimular el crecimiento económico fracasaron en dar la vuelta a la situación.

En su discurso de despedida, Truss defendió su “plan de crecimiento”, añadiendo: “Necesitamos estar unidos para enfrentar todos los desafíos que tenemos por delante”. “Simplemente no podemos darnos el lujo de ser un país de bajo crecimiento donde el gobierno absorbe una parte cada vez mayor de nuestra riqueza nacional. Necesitamos aprovechar la libertad del ‘brexit’ para hacer las cosas de manera diferente”, afirmó.

 

En su primer discurso ya en el cargo, Sunak prometió corregir los “errores” que agravaron la crisis económica, advirtiendo que se requerirán “decisiones difíciles”.

“He sido elegido como líder de mi partido y su primer ministro en parte para solucionarlos y ese trabajo comienza inmediatamente”, dijo el primer ministro frente a la puerta del número 10 de Downing Street.

Prometió poner “la estabilidad y la confianza económicas en el centro del programa de este gobierno”, pero advirtió que para ello “habrá que tomar decisiones difíciles”, haciendo temer próximos recortes presupuestarios y subidas de impuestos.

Su llegada al poder pareció tranquilizar a unos mercados convulsos desde hace semanas: la libra se disparó un 1.18% frente al dólar.

El nuevo jefe de gobierno debe nombrar este mismo martes a su equipo. El ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, designado hace 11 días, podría conservar la cartera.

En el plano internacional, Sunak prometió seguir apoyando a Ucrania contra la invasión rusa, una “guerra terrible que debe llevarse a cabo con éxito hasta su conclusión”.

Un 62% de los votantes británicos, en un país de 67 millones de habitantes, quiere que se convoquen legislativas anticipadas antes de fin de año, según una encuesta de Ipsos.

Las próximas elecciones están previstas en enero de 2025 a más tardar. El opositor Partido Laborista tiene una enorme ventaja en los sondeos pero no puede forzar por sí solo un adelanto y es improbable que logre el apoyo de unos rebeldes conservadores que verían peligrar sus escaños.

Sunak aseguró ayer que su bancada que no adelantará los comicios. Y este martes defendió que “el mandato obtenido por el partido en 2019 no es la propiedad privada de un único individuo”, en referencia a Johnson. “Es un mandato que nos pertenece y nos une”, afirmó, prometiendo cumplir aquel programa electoral.

El primer ministro británico, Boris Johnson, y su titular de Economía, Rishi Sunak, afrontan este martes llamamientos de dimisión tras confirmarse que han sido multados por la Policía por asistir a fiestas ilegales en Downing Street durante el confinamiento por la pandemia.

Carrie Johnson, la esposa del jefe del Gobierno y madre de sus dos hijos menores, también recibirá una sanción, entre una cincuentena de penalizaciones que ya ha emitido Scotland Yard.

La oposición política en bloque ha pedido el cese inmediato de Johnson y Sunak por haber engañado al electorado y al Parlamento, si bien el líder conservador está en una posición relativamente segura al contar con el apoyo de sus diputados, que aprueban su gestión durante la invasión rusa de Ucrania.

Johnson, que se ha convertido en el primer jefe de gobierno en activo del Reino Unido en ser sancionado por romper la ley, expresó esta tarde disculpas por haberse saltado las normas, pero negó la posibilidad de renunciar al cargo.

“Quiero poder continuar con el mandato que tengo y abordar los problemas que afronta el país, asegurarme de que cumplimos con lo que espera la gente. Esa es mi prioridad”, afirmó.

Las multas que tanto el primer ministro como su esposa ya han abonado ascienden a 50 libras cada uno (60 euros), según medios británicos.

El primer ministro y el llamado Canciller del Exchequer “han recibido hoy notificaciones de que la Policía Metropolitana (Met) tiene intención de imponerles una multa” por quebrantar la normativa de los confinamientos, informó hoy un portavoz gubernamental.

La Met precisó después que Johnson será sancionado por asistir el 19 de junio de 2020 en la Oficina del Gabinete a una fiesta por su 56 cumpleaños, presuntamente organizada por su esposa, quien este martes se disculpó “sin reservas” por ese evento y admitió que ha pagado la sanción.

Scotland Yard indicó que ha remitido un total de más de 50 multas en relación con doce actos organizados en 2020 y 2021 tanto en Downing Street, donde se ubican la residencia y despacho oficial del primer ministro, como en otros edificios gubernamentales, incluidos al menos tres a los que supuestamente asistió el jefe del Ejecutivo.

El líder del Partido Laborista, primero en la oposición, Keir Starmer, dijo que tanto Johnson como Sunak, acosado en los últimos días por la situación fiscal de la fortuna de su esposa, “deben dimitir” por haber violado la ley y “mentido repetidamente a los británicos” al negarlo.

Su colega del Partido Liberal Demócrata, Ed Davey, pidió que se convoque a la Cámara de los Comunes, actualmente en el receso de Semana Santa, para votar una moción de censura contra Johnson, cuya cabeza también reclaman la ministra principal escocesa, la independentista Nicola Sturgeon, y el alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan.

Pero el líder “tory”, que el pasado sábado estuvo en Kiev para solidarizarse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, está en una posición mucho más fuerte que cuando estalló el escándalo de las fiestas a finales del año pasado.

A diferencia de entonces, ahora apenas es cuestionado por los parlamentarios conservadores, los únicos que podrían forzar su salida del gobierno si, como parece probable, él decidiera aferrase al cargo.

Así, el líder de los “tories” en Escocia, Douglas Ross, antes uno de sus mayores críticos, declaró hoy que “no sería correcto” destituir al jefe del Ejecutivo en plena guerra en Ucrania.

Además de la investigación policial, en enero la funcionaria Sue Gray publicó un informe parcial sobre las fiestas, entre ellas una celebrada la víspera del funeral del príncipe Felipe el 17 de abril de 2021, en el que criticaba la “falta de liderazgo” en el Ejecutivo y un “excesivo consumo de alcohol”.

La presión sobre Johnson podría aumentar cuando Gray difunda todos sus hallazgos o si se concluye que el primer ministro efectivamente engañó al Parlamento.

El primer ministro británico Boris Johnson recibió las conclusiones de la investigación que ordenó sobre las fiestas organizadas por su gobierno a pesar del confinamiento sanitario ordenado por la crisis del COVID-19 que se vivía en ese momento.

Sin embargo, los hallazgos en tornos a las acusaciones más severas siguen en reserva mientras la investigación policial sigue su curso.

Sin embargo, la prensa local ha reportado que la investigación señala “fallos de liderazgo y juicio” en las oficinas del primer ministro británico. “Hubo fallos de liderazgo y juicio por diferentes partes en Downing Street y en la Oficina del gabinete en diferentes momentos. Algunos eventos no deberían haberse permitido”.

La Oficina del Gabinete informó que la funcionaria civil Sue Gray “ha entregado una actualización sobre sus investigaciones al primer ministro”.

El despacho de Johnson anunció que el reporte será publicado en breve y que el primer ministro hablará ante el Parlamento sobre el tema en las próximas horas.

Pero la “actualización” probablemente no lo dirá todo sobre las denuncias que han estremecido al gobierno de Johnson. Algunas de las conclusiones de Gray están bajo reserva a solicitud de la policía, que ha lanzado una investigación independiente sobre si algunas de las fiestas violaron las normas por el COVID-19.

Las acusaciones han provocado un descontento popular, llamados a que Johnson renuncie incluso por parte de parlamentarios de su propio partido y pugnas internas en el partido de gobierno.

Johnson niega haber cometido algún violación a las disposiciones, y ha dicho que no tiene “la más mínima intención” de renunciar.

Pero su control sobre el poder se ha visto debilitado por denuncias de que él y sus asesores violaron las estrictas restricciones que le impusieron al país en 2020 y 2021, con un total de 16 fiestas celebradas durante los confinamientos en Downing Street.

La publicación del reporte de Gray se vio demorada luego que la Policía Metropolitana lanzó su propia pesquisa en torno a las acusaciones más graves. La fuerza indicó que había pedido que el reporte de Gray haga solo “una referencia mínima” a los eventos investigados por los detectives “a fin de evitar todo prejuicio en nuestra investigación”.

La oposición acusa al gobierno de tratar de suavizar un reporte que podría desatar un intento de derrocar al primer ministro por su propio partido. Algunos parlamentarios conservadores dicen que pedirán un voto de censura si Gray halla que Johnson cometió algo ilegal o mintió al Parlamento sobre sus actividades.

No queda claro si todas las conclusiones de Gray serán publicadas una vez concluida la investigación policial.