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El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, admitió hoy por primera vez que varias unidades militares rusas penetraron en Ucrania desde territorio bielorruso en el marco de la operación militar que Rusia inició el año pasado..

“Sí, algunas unidades (del Ejército ruso) cruzaron la frontera de Ucrania”, afirmó en una entrevista con la exiliada periodista ucraniana Diana Pánchenko, antigua presentadora del canal prorruso NewsOne, clausurado por Kiev, publicada en YouTube.

Hasta el momento, Bielorrusia, el aliado más cercano de Rusia en su invasión a Ucrania, no había admitido públicamente haber permitido a Moscú usar su territorio para atacar el país vecino.

Lukashenko instó a la periodista a preguntarle al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, “por qué las tropas rusas cruzaron la frontera entre Bielorrusia y Ucrania por la región de Chernóbil”.

“Nadie puede reclamarme nada, ningún soldado bielorruso cruzó la frontera. Pero ustedes (los ucranianos) nos provocaron. Cuatro unidades ucranianas armadas con misiles Tochka U se emplazaron junto a nuestra frontera. Mucho antes del 24 de febrero”, fecha en que comenzó la ofensiva rusa, dijo.

Según el presidente bielorruso, “para muchos esto fue una sorpresa y para nosotros fue una sorpresa”, pese a que Occidente llevaba meses advirtiendo sobre las intenciones rusas de atacar a Ucrania.

Lukashenko denunció que estas unidades ucranianas apuntaron los misiles contra territorio bielorruso, pero “los militares rusos las destruyeron en cuanto entraron”.

“Nos acusan de que nosotros promovimos el comienzo de la guerra. Pero no, la guerra ya estaba en marcha. Y ustedes la desataron, los ucranianos la desataron, la guerra con Bielorrusia. La guerra económica, ante todo”, reclamó.

Recordó que Ucrania declaró el bloqueo aéreo a Bielorrusia “antes de que lo hicieran los europeos”, y requisó miles de vagones con fertilizantes bielorrusos en el puerto de Odesa, en el mar Negro.

Según el mandatario, “esto podía y debía de haberse evitado” y recalcó que cualquier negociación entre Ucrania y Rusia debe arrancar “sin condiciones previas”.

Mercenarios del Grupo Wagner han comenzado a entrenar a las tropas bielorrusas en un campamento cerca de la ciudad de Osipóvichi, a 230 kilómetros de la frontera ucraniana, confirmó este viernes el Ministerio de Defensa bielorruso.

“Cerca de Osipóvichi tienen lugar entrenamientos de las defensas territoriales”, señala un mensaje de Defensa en Telegram, en el que se indica que las tropas locales son entrenadas en algunas disciplinas militares por “instructores de la empresa militar privada Wagner”.

El ministerio publicó también un vídeo de los entrenamientos con comentarios de algunos de sus soldados sobre los mercenarios.

“Ellos participaron en acciones de combate y esto, claro está, es una experiencia muy útil para nuestro Ejército bielorruso, que no participó en combates reales desde la guerra (soviética) de Afganistán”, señaló un soldado.

“Son gente muy preparada, que saben lo que hacen, pueden enseñarnos muchas cosas. Es una herramienta muy útil”, indicó otro de los soldados.

Esta semana el Ministerio de Defensa bielorruso adelantó que planeaba aprovechar la llegada de Wagner al país para realizar un “intercambio de experiencias” entre el Ejército regular bielorruso y los paramilitares rusos.

Hace una semana las autoridades bielorrusas afirmaron que los mercenarios de Wagner, que debían trasladarse a ese país tras el fracaso de la sublevación de junio pasado, aún no se encontraban en la base ofrecida por Minsk.

El presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, dijo previamente que el Grupo Wagner es la unidad “más experimentada en combates” y que “puede servir a la defensa de Bielorrusia si el país es atacado”.

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, aseguró este jueves que el jefe del grupo paramilitar Wagner, Yevgueni Prigozhin, que recientemente se rebeló contra los mandos militares del presidente Vladimir Putin, estaba en Rusia.

“En cuanto a Prigozhin, está en San Petersburgo. ¿Dónde está esta mañana? Puede haber partido a Moscú o a otro lado, pero no está en territorio bielorruso”, dijo Lukashenko en una rueda de prensa con medios extranjeros en Minsk.

Recordemos que fue Lukashenko quien medió el acuerdo que puso fin a la revuelta del 23 y 24 de junio de Prigozhin, cuyas milicias tuvieron un papel preponderante en la ofensiva rusa en Ucrania. Ese pacto incluía que el mercenario se exiliara en Bielorrusia, un país aliado y vecino de Rusia.

En ese sentido, Lukashenko había asegurado el pasado 27 de junio que Prigozhin había llegado a Bielorrusia.

“Sé con certeza que está en libertad”, añadió Lukashenko, afirmando que en una llamada que sostuvo con Prigozhin éste le aseguró que continuaría “trabajando para Rusia”.

Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al ser interrogado sobre el paradero de Prigozhin, respondió: “No seguimos sus movimientos”.

Putin, que denunció a Prigozhin como “traidor”, dio a los combatientes de Wagner la opción de unirse al ejército regular, irse a Bielorrusia o regresar a la vida civil. Pero según Lukashenko, los combatientes de Wagner también están “en sus campamentos permanentes” en Ucrania y no en Bielorrusia, “por el momento”.

El presidente bielorruso aseguró también que la cuestión de la “reubicación” de Wagner en Bielorrusia “no está resuelta”, al tiempo que dijo estar convencido de que el grupo paramilitar ruso no se rebelará ni usará sus armas contra su gobierno.

Tras su motín de 24 horas que sacudió el Kremlin, Prigozhin aseguró que no quería tomar el poder sino proteger a Wagner del riesgo de ser desmantelado por el Estado Mayor ruso, al que acusa de incompetencia en el conflicto de Ucrania.

En medio de esto, medios rusos difundieron la noche de ayer imágenes del cateo a la casa en San Petersburgo de Prigozhin, realizado durante su intento de rebelión de finales de junio.

Las imágenes muestran una enorme y lujosa mansión, con un helicóptero en el jardín.

Durante el registro, según estas grabaciones, los agentes descubrieron fajos de dólares y de rublos, lingotes de oro, numerosas armas, varios pasaportes con distintos nombres y un armario repleto de pelucas.

La web de noticias Fontanka, con sede en San Petersburgo, indicó también que los investigadores encontraron una fotografía con “cabezas cortadas” en el domicilio. Los mercenarios de su organización a menudo son acusados de abusos.

Esta página también publicó una fotografía que muestra un enorme mazo en una habitación de la casa, cuya cabeza metálica lleva inscrito el mensaje: “En caso de negociaciones importantes”.

El mazo es uno de los símbolos del grupo Wagner, que se jacta de presumir este arma para ejecutar o torturar a sus enemigos.

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, confirmó hoy que el jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, ha llegado al país, donde debe vivir exiliado tras la rebelión armada que encabezó el fin de semana en Rusia.

“Se proporcionaron garantías de seguridad, como prometió ayer (el presidente Vladímir Putin) (..) Sí, de hecho, hoy está en Bielorrusia”, indicó Lukashenko en una ceremonia de entrega del grado de general.

Lukashenko, que ejerció de mediador, defendió este martes que Prigozhin ha recibido “garantías de seguridad”, horas después de que las autoridades de Rusia anunciaran el archivo de todas las causas penales abiertas contra el Grupo Wagner, según informó la agencia de noticias oficial BelTA.

El presidente bielorruso había reconocido previamente que dio orden a su Ejército de estar listo para el combate ante la posible escalada de las tensiones que afectaban a su estrecho aliado.

Asimismo, advirtió del potencial beneficio para Occidente de este tipo de crisis y del riesgo de una crisis en el país vecino: “Si Rusia colapsa, todos moriremos”, señaló.

Lukashenko sugirió hoy que los mercenarios del Grupo Wagner que se exilien en su país podrían “ayudar” a la antigua república soviética con su experiencia como fuerza de asalto, técnicas de combate y el manejo de armas.

“Si sus comandantes vienen y nos ayudan… Es experiencia. Eran grupos de asalto en la vanguardia. Nos contarán lo que es importante ahora. Porque pasaron por todo esto (…) Sobre táctica, armamento, cómo avanzar y cómo defenderse. Es algo que no tiene precio. Esto es lo que debemos coger de los wagneritas”, afirmó.

Recordemos que tras la fracasada sublevación del Grupo Wagner, el presidente ruso, Vladímir Putin, propuso a los wagneritas sumarse a las Fuerzas Armadas de Rusia u agencias de seguridad del país, regresar a sus casas o irse al exilio en Bielorrusia, junto a su jefe, Yevgueni Prigozhin.

Según el mandatario bielorruso, supo de la rebelión desde el sábado pasado a primera hora, y casi inmediatamente, conversó con su homólogo ruso, Vladímir Putin, quien le informó “del modo más detallado” sobre la situación.

“Lo más peligroso, según comprendí, no era la situación en ese momento, sino cómo podía desarrollarse y su consecuencias (…) y también comprendí que se había tomada la decisión cruel de machacarlos. Propuse a Putin que no se apurara”, dijo Lukashenko.

El presidente bielorruso añadió que Putin no tenía muchas esperanzas en la posibilidad de un diálogo con Prigozhin, ya que el jefe de Wagner “no respondía al teléfono y no quería hablar con nadie”.

Tras recibir del Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia el teléfono de Prigozhin, Lukashenko contactó con él y lo notó “muy alterado”: “la primera ronda de conversaciones duró 30 minutos entre palabrotas exclusivamente”, recordó.

Lukashenko señaló que los combatientes de Wagner “recién venían del frente en Ucrania, donde vieron la muerte de miles de los suyos”. “Los muchachos estaban muy ofendidos, especialmente los comandantes. Y según comprendí, ellos influyeron mucho en Prigozhin”.

Prigozhin, según el presidente bielorruso, insistía en marchar a Moscú, ante lo cual Lukashenko le aseguró que nadie le entregaría ni al ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ni al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, contra los cuales lanzó Wagner su rebelión armada.

“Conoces a Putin tan bien como yo”, le dijo Lukashenko al jefe de Wagner, al señalar que aún si los mercenarios llegaban a Moscú el jefe del Kremlin jamás accedería a recibirle “en estas circunstancias”.

“Te aplastarán como a una chinche por el camino, pese a que el Ejército ruso está ocupado en el frente. Piensa en eso”, advirtió Lukashenko, quien aseguró a Prigozhin que estaba dispuesto a enviar una brigada bielorrusa “a defender Moscú, como en 1941”, en referencia a la Segunda Guerra Mundial.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con Brenda Estefan, analista internacional, sobre el enfrentamiento entre Prigozhin y Putin, y las consecuencias que tendrá para Moscú y sus efectos en el conflicto armando en Ucrania.

El presidente ruso, Vladímir Putin, informó hoy de “determinados cambios positivos” en el curso de las negociaciones con Ucrania para detener la guerra, al recibir en el Kremlin a su colega y aliado bielorruso, Alexandr Lukashenko.

“Le informaré sin falta de la situación en torno al tema ucraniano, ante todo sobre cómo se desarrollan las negociaciones, que actualmente se celebran prácticamente a diario. En ellas hay determinados avances positivos, según me han informado nuestros negociadores. Se lo contaré con más detalles”, dijo Putin, según un comunicado oficial difundido por el Kremlin.

Ambos mandatarios se felicitaron por el buen desarrollo de los vínculos políticos y comerciales entre sus países, no obstante las sanciones económicas impuestas por Occidente a ambos países por la ofensiva rusa contra Ucrania desde el pasado 24 de febrero y la supuesta implicación de Bielorrusia en esta operación.

Lukashenko, por su parte, defendió la intervención rusa porque, dijo, las tropas ucranianas se estaban preparando para atacar “no solo el Donbás sino también a Bielorrusia”.

“Ahora le mostraré desde dónde preparaban el ataque a Bielorrusia. Si seis horas antes de esa operación (ucraniana) no se hubiera dado el golpe preventivo (ruso) contra sus posiciones (…) ellos habrían atacado a nuestras tropas, las bielorrusas y rusas, que estaban de maniobras”, afirmó.

Además, criticó a los ciudadanos que en ambos países se oponen a la guerra de Ucrania, al comentar que bajo una invasión ucraniana lo pasarían “peor que a mediados del siglo pasado cuando nos atacaban los fascistas” germanos.

Por su parte el presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, mantuvo este viernes una conversación telefónica con Putin, en la que pidió que se declare un alto el fuego inmediato en Ucrania que permita garantizar la evacuación segura de los civiles.

Según un breve comunicado de la Presidencia de la República, Niinistö hizo hincapié también en la necesidad de garantizar la seguridad de las centrales nucleares en Ucrania, algunas de ellas en poder de las tropas rusas.

“En una conversación centrada exclusivamente en la guerra en Ucrania, el presidente Niinistö enfatizó el empeoramiento de la catástrofe en Ucrania y el profundo sufrimiento humano, que está teniendo un profundo efecto en la opinión occidental”, afirma el comunicado.

Pocas horas antes, Niinistö habló por teléfono también con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y le reiteró el apoyo y la solidaridad del pueblo finlandés con Ucrania, según otro comunicado de la Presidencia finlandesa.

Ambos mandatarios conversaron sobre la situación de la guerra en Ucrania en estos momentos y coincidieron en la necesidad de garantizar tanto la evacuación segura de civiles a través de los corredores humanitarios como la seguridad de las instalaciones nucleares.