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Si vemos las variables económicas de México, llama la atención lo bien que están tomando en cuenta el panorama político nacional polarizado; el ataque desde el poder a la democracia; y la visión estatista anclada en los 70s del gobierno actual.

Aun así, el tipo de cambio no solo ha estado estable, sino que el peso se ha fortalecido frente al dólar. Las reservas internacionales están en más de 200 mil millones de dólares gracias a un crecimiento acumulado a lo largo del 2022. El crecimiento reportado para el año que acaba de concluir fue mejor de lo esperado. Las finanzas públicas se vieron favorecidas por un precio elevado del petróleo y ni qué decir de las carretadas de dinero que entran al país producto de las remesas.

En el mundo la situación ha sido menos grave de lo que las estimaciones económicas apuntaban. Ahora que estuve en el Foro Económico Mundial de Davos, no puedo decir que hubo optimismo per se, pero sí una visión mucho menos pesimista de la que esperaba. La palabra temida, recesión, fue abordada con mejores ojos de los que anticipé. Los datos de inflación, sobre todo en Estados Unidos, mostraron desde diciembre señales de mejoría. El desempleo no se disparó. Con ello la visión de los economistas presentes en los Alpes Suizos fue mucho mejor de lo previsto.

Estamos pues ante un panorama menos pesimista en las principales economías del mundo y en especial en Estados Unidos. Esto en un momento en que el comercio con países amigos se ha vuelto primordial. De ahí la constante referencia al ‘friendshoring’ y ‘nearshoring’ del cuál el principal beneficiado podría ser nuestro país. Hay una oportunidad magnífica para México. Además, si volteamos a ver las economías de otros países latinoamericanos, nuestro país se ve como la mejor opción para el capital y la inversión. ¿Van a preferir Perú y su inestabilidad política? ¿Brasil que quiere una moneda común con ¡Argentina!? ¿Venezuela; El Salvador; Nicaragua? México brilla si lo comparamos con cualquiera de estas opciones.

México podría ser en este momento un alacrán con alas. Tenemos todas las oportunidades posibles jugando a nuestro favor. Pero…como dice el dicho: “Dios no da alas a los alacranes”.

Y las alas se las está cortando a México el presidente López Obrador con sus decisiones estatistas y erradas. Una vez más, se desaprovecha esta oportunidad de crecimiento que traería enormes beneficios para los mexicanos.

La mejor apuesta que podríamos hacer como país es asociarnos en materia energética con nuestros vecinos del TMEC para que ellos arriesguen su dinero en México y todos ganemos en los proyectos que resulten productivos.

México ha sido una potencia en la producción de autos. El mercado está girando hacia los vehículos eléctricos. Justo ahora es cuando México debería subirse en esa ola. Pero tenemos un presidente que prefiere legalizar los autos chocolate.

López Obrador presume constantemente los ríos de remesas que entran al país. ¿Por qué no piensa en un programa gubernamental para que éstas puedan invertirse en proyectos productivos? Entran y entran remesas y ¿a dónde se van? Hoy solamente tenemos al presidente aplaudiendo las remesas pero desaprovechando la oportunidad de que éstas se traduzcan en proyectos que sumen al presente y futuro de México.

México podría ser un alacrán con alas pero es, simplemente, un alacrán.

Apostilla: AMLO es un populista sin un plan. Esta fue la mejor descripción que escuché sobre el presidente de México en Davos.

Columna completa en El Universal

Un video que se hizo viral en YouTube destruyó la vida de Tatiana Lionço, una psicóloga que en 2012 habló en un panel acerca de homofobia y como combatirla en las escuelas. En su presentación dijo que era normal, y por ello no debiera asustar, cuando los niños de primaria expresen curiosidad sobre sus cuerpos y los de sus amig@s, ni sobre la ropa que usan.

El video fue editado por un hombre de la extrema derecha muy poco conocido en ese momento. Las palabras de Lionço fueron reacomodadas de tal forma que parecía que ella había empujado e incentivado la homosexualidad y el sexo entre niñ@s.

El video le cambió la vida a Tatiana. Y es que ese hombre de extrema derecha era un completo desconocido en la política. Era más bien visto como un raro empujando teorías locas en su canal de YouTube. Ahí, en YouTube, sí tenía sus buenos seguidores, los cuales repostearon ese video hasta hacerlo viral. Muy pronto la historia se tornó en que Lionço representaba a una comunidad global comunista-homosexual que empujaba la pedofilia. De YouTube, la historia pasó a Facebook y a Twitter. De ahí llegaron los comentarios que pedían asesinar a Tatiana.

Lionço perdió su trabajo y a sus amigos. Desde entonces, las amenazas en su contra no han parado. Su vida nunca ha sido igual. El hombre que empujó esta mentira en YouTube es hoy muy conocido. Se llama Jair Bolsonaro, quien en 2018 decidió lanzarse por la presidencia de Brasil.

En un primer momento nadie creía que Bolsonaro tendría oportunidad alguna de ganar. Se equivocaron. Más que ganar, arrasó. Obtuvo 10 puntos más en esas elecciones que su contrincante, Fernando Haddad. Su ascenso meteórico en la política de Brasil se ha pintado como la historia del hartazgo en contra de la corrupción, pero de acuerdo con el más reciente libro del periodista del New York Times, Max Fisher, Bolsonaro logró su éxito tan rápido gracias a las redes sociales, en especial a YouTube.

En La máquina del caos, Fisher – que se ha dedicado a estudiar el efecto que las redes sociales tienen en las democracias – recuenta esta historia de Tatiana Lionço y el ascenso de Bolsonaro gracias a canales de YouTube que lograron transmitir de forma masiva noticias falsas alineadas con la extrema derecha. Además del triunfo presidencial de Bolsonaro, otros YouTubers lograron puestos en el legislativo federal y en oficinas estatales.

El libro tiene un capítulo que cuenta de forma clarísima el auge de la extrema derecha en Brasil que, de vivir exclusivamente en las redes, llegó al poder. “En Brasil tomaron el poder las redes sociales”, escribe Fischer. Ese Brasil al que Bolsonaro llegó a gobernar en 2019 a base de teorías de la conspiración; de odio y paranoia, ha sido la antesala de lo que ocurriría en Estados Unidos en las elecciones del 2020, en el asalto al Capitolio en el 2021, y de lo que vimos en Brasil el pasado 8 de enero.

Los miles de simpatizantes de Bolsonaro que se congregaron frente a los edificios gubernamentales, lo hicieron pidiendo sacar a Lula del poder argumentando que ganó por fraude. Legítimamente creen que están defendiendo la democracia de Brasil. No se dan cuenta lo poco congruente que suenan cuando rechazan los resultados de la elección presidencial pero no dicen nada sobre la legislativa, en la que le fue muy bien al partido de Bolsonaro.

La gran pregunta para la democracia en Brasil es si el 8 de enero fue ya el último acto de los bolsonaristas o solo el principio de la división y el caos. Para México, la pregunta es si esto representa un atento aviso de lo que podremos ver si en el 2024 los morenistas, que también hacen uso magistral de las redes sociales y no son muy buenos para reconocer sus derrotas, no obtienen los resultados esperados.

“Es un principio fundamental de nuestra política exterior la no intervención y la autodeterminación de los pueblos. A eso nos ceñimos en el caso de lo sucedido en Perú”, esto escribió en sus redes sociales el presidente Andrés Manuel López Obrador a propósito de la caída del presidente Pedro Castillo.

Esto mismo que dijo sobre Perú lo ha expresado y repetido en prácticamente cada ocasión en la que se ha buscado una postura del gobierno mexicano ante temas internacionales. Pero la no intervención es una herramienta discursiva más de López Obrador que utiliza a conveniencia.

Si gana la elección presidencial el demócrata Joe Biden, contrario a la preferencia inexplicable que tenía López Obrador que era la reelección de Donald Trump, entonces se negó a felicitarlo con la excusa de que había que esperar hasta que el Congreso estadounidense certificara la elección para no intervenir en un asunto interno de otro país.

Pero cuando en Brasil el izquierdista Lula da Silva había apenas ganado la primera vuelta electoral con menos del 50 por ciento de los votos, inmediatamente vino la felicitación desde la mañanera, aun cuando faltaba la segunda vuelta y por ello el triunfo de Lula no estaba asegurado. En el caso de Brasil, cuando el resultado preliminar se ajustaba a los deseos del presidente, entonces no hubo problema de opinar y con ello intervenir en la política de otro país.

En el caso de la guerra en Ucrania, el presidente ha dicho que no quiere opinar aduciendo a su excusa favorita, la no-intervención. Esta postura en los hechos resulta un apoyo a Vladimir Putin y su inexcusable e ilegal invasión de un país soberano e independiente.

La misma intervención hemos visto en Colombia, cuando López Obrador se dio el permiso de intervenir y declaró en plena campaña presidencial: “Nada más por un instante voy a decir que le mando un abrazo a Petro desde aquí. ¿Y saben por qué lo abrazo? Porque está enfrentando una guerra sucia de lo más indigno y cobarde, todo lo que ya vimos y padecimos en México”.

La intervención del presidente de México en las elecciones de Colombia llevó a la Cancillería de ese país a emitir un comunicado de inconformidad por la intervención en sus elecciones. Pero López Obrador, que dice que no interviene en asuntos de otros países, decidió darse licencia cuando de Gustavo Petro se trató.

Igualmente ha apoyado a Daniel Ortega en Nicaragua y a Nicolás Maduro en Venezuela cuando Biden decidió no invitarlos a la Cumbre de las Américas por considerar que no son demócratas y que violan los derechos humanos de sus ciudadanos. Como sabemos, AMLO orquestó lo más cercano a un boicot a la Cumbre en apoyo a ambos autócratas. Hoy la frontera México-Estados Unidos está al borde de un caos por la cantidad de venezolanos y nicaragüenses que han huido del terror en que Ortega y Maduro tienen a sus países.

Así, López Obrador demuestra no solo que sí interviene en asuntos de otros países, también que lo hace aun a costa de los intereses de México.

De vuelta al caso Perú, a pesar de que dijo que no intervendría en el caos político que generó el intento de Pedro Castillo de disolver el Congreso, inmediatamente después López Obrador publicó un segundo mensaje en el que condenó la caída de Castillo excusando que fueron las circunstancias lo que lo llevaron a intentar un golpe de estado.

La lista de intervenciones en asuntos de otros países es mucho más amplia. Le ha pedido a Estados Unidos que termine con el embargo a Cuba; ha condenado el proceso jurídico contra Cristina Fernández de Kirchner en Argentina y un largo etcétera.

El uso del discurso de la no-intervención no solo es a contentillo, además es una manipulación que se hace sin pensar en beneficios para el país. Es simplemente el capricho de un individuo que, por cierto, es el presidente de México.

Columna completa en El Universal

Washington D.C. – Me encuentro en la OEA, la Organización de Estados Americanos, en el marco de la formación del Comité de Integridad de Medios y el consenso es que la desinformación es uno de los grandes desafíos que enfrentamos como sociedad. Esta desinformación viene de muchos frentes. En el caso de México uno de los más grandes ataques a la verdad está en el presidente Andrés Manuel López Obrador. Su actual lucha por mandar al diablo a las instituciones electorales, empezando por el INE me parece un ejemplo lamentable de ataque a la verdad y de desinformación.

Parece increíble que ante la barbaridad de problemas y retos que enfrenta México hoy, el presidente López Obrador decida dedicarle tanto esfuerzo a desmantelar lo que él mismo ayudó a crear. Si Zacatecas arde; si hay falta de medicinas; si estamos por entrar a un nuevo conflicto comercial con Estados Unidos y Canadá; si están asesinado a periodistas, activistas y a miles de ciudadanos en México…todo eso pasa a segundo plano. El presidente está empecinado con destruir al INE y, de paso, lo hace mintiendo sobre lo que es la institución y sobre sus costos.

Este INE es hoy lo que es en gran parte por exigencias de Andrés Manuel López Obrador. Desde que perdió las elecciones del 2006 el eterno candidato y hoy presidente se ha dedicado a reclamar modificaciones a las leyes electorales que fueron incluidas en la Constitución en el artículo 41 en el año 2007 precisamente para saciar sus peticiones.

Entre ellas estuvo las restricciones a hacer campañas que duraran más de noventa días con precampañas que no excedieran las dos terceras partes del tiempo previsto para las campañas. López Obrador pidió, exigió, estas adecuaciones a las leyes electorales aduciendo igualdad para los candidatos del partido en el poder y aquellos de la oposición.

Pero ahora como presidente no ha hecho más que adelantar los tiempos electorales de tal forma que desde antes de la mitad de su sexenio ya había abierto sus cartas para su sucesión. Los citados noventa días se pueden quedar en el olvido. Hoy López Obrador aplaude que su corcholata favorita, Claudia Sheinbaum, viole las leyes al llevar meses en abierta campaña por la presidencia cuya fecha es todavía en…¡550 días!

Él fue uno de los impulsores de la regla aduciendo piso parejo pero ahora que está en el poder la desdeña y además miente al decir que la oposición ha orquestado una tomadura de pelo colectiva para convencer a la población de defender al INE.

El presidente quiere polarizar y poner de un lado al INE con las élites y del otro al pueblo. Se olvida que el INE no son los consejeros y sus sueldos. El INE son los múltiples ciudadanos que en cada elección se presentan para recibir y contar los votos de todos los demás ciudadanos. Por eso el respaldo que tiene la institución, con todo y sus defectos. Y por ello el presidente parece empeñado en engañar con que la mayoría de la gente quiere la reforma al INE, como declaró en su mañanera esta semana. Hasta número le puso: 80 por ciento de la gente está en favor de la reforma del presidente, según el presidente.

La amenaza a la integridad de la información en México viene en primer lugar de un presidente que lejos de querer resolver los enormes problemas que nos aquejan, encuentra problemas en donde se ha trabajado años por crear soluciones.

Apostilla: Las marchas a veces se perciben como fútiles. “¿Qué se logra con salir a las calles?” “La democracia se defiende en las urnas, no en las calles.” Estas y otras excusas he escuchado para desestimar salir a la calle a exigir respeto a las instituciones y a nuestros derechos. Irán y China son ahora el mejor ejemplo de que las exigencias desde las calles sí llevan a un cambio en los gobernantes, por más autócratas o dictatoriales que sean. En Irán se tambalea la existencia de la Policía de la Moral a la vez que sigue el grito al fin de la teocracia. En China se han relajado las medidas de COVID cero. Ambas son ganancias obtenidas a través de manifestaciones en las calles.

 Columna completa en El Universal

Por años la política exterior de México fue motivo de orgullo. Lográbamos ser el vecino de la gran potencia, Estados Unidos, y a la vez ser el puente con Latinoamérica. Teníamos nuestro TLCAN pero también pertenecíamos al Mercosur. Se hablaba de México como el gran hermano latinoamericano.

La ‘gran transformación’ de la 4T ha dado con al traste con todo ello y lo ocurrido en la votación del Banco Interamericano de Desarrollo y en la Organización Panamericana de la Salud es simplemente la prueba de que la idea de López Obrador de que “la mejor política exterior es la interior” tiene sus costos.

Aunque al presidente de México no le guste, sus desplantes, groserías e ignorancia sobre el papel de México en el mundo tiene consecuencias.

Primero hemos visto a un López Obrador que ha desdeñado acudir a las cumbre y reuniones internacionales. En segundo lugar ha optado por hacer nombramientos en embajadas y consulados de gente no capacitada para esos encargos. Muestra emblemática ha sido el amigo de la esposa de López Obrador, Pedro Salmerón, que fue justificadamente rechazado por Panamá después del movimiento #UnAcosadorNoSeraEmbajador.

Además ha decidido atacar a gobiernos como el español, a quienes sugirió poner la relación ‘en pausa’ o al estadounidense al preferir defender a los dictadores de Nicaragua, Cuba y Venezuela que apoyar a Biden cuando la Cumbre de las Américas. Ha sugerido que la Estatua de la Libertad sea desmontada de EUA en defensa de Julian Assange y un largo, larguísimo etcétera.

Pues es la fecha en que estos desplantes le cobran factura al gobierno de México. La postulación de Gerardo Esquivel al frente del Banco Interamericano de Desarrollo, del BID, fue casi de último momento después de que la candidata original del presidente, Alicia Bárcena, se cayera a principios de noviembre cuando una legisladora estadounidense señaló que no sería bienvenida.

María Elvira Salazar, envió una carta a la secretaria del Tesoro Janet Yellen pidiendo que el país vote en contra de la candidatura de Bárcena. “Es simpatizante del comunismo”, acusó, ya que, como secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la CEPAL, habló de manera positiva sobre Fidel Castro y Hugo Chávez. EUA tiene un voto que pesa el 30 por ciento en el nombramiento de quien dirija el BID. Bárcena se retiró. La posibilidad para Esquivel en ese momento se redujo considerablemente y eso explica que en la votación del fin de semana México, que no Esquivel, recibiera solamente dos votos.

Ha sido una soledad autoinfligida, resultado de una política exterior poco profesional. El enojo del presidente, reflejado en el comunicado de Hacienda lamentando que Estados Unidos no apoyara al candidato de México y se decantara por el brasileño Ilan Goldfajn no es más que un botón adicional que enseña que no se entiende que no se entiende.

Culpar a otros es sumarle al error. Pero eso será complicado de ver cuando lo que hay como estrategia central en estos momentos es marchar en contra de una parte de los mexicanos.

Columna completa en El Universal

La renuncia de Liz Truss como Primera Ministra de Gran Bretaña a tan solo 44 días de haber llegado al número 10 de Downing Street muestra una de las grandes ventajas que tienen los sistemas parlamentarios sobre los presidencialistas. Si un Jefe de Estado le falla a la sociedad, tiene que dejar el poder. No importa cuánto tiempo falten para las siguientes elecciones ni si al llegar al poder heredaron un país en crisis.

En un sistema presidencialista como el mexicano estamos amarrados a un Jefe de Estado por seis años. Algunos argumentarán que esto evita la volatilidad en la que se encuentra Gran Bretaña en donde el Partido Conservador ganó las elecciones de diciembre del 2019 con Boris Johnson como su candidato y desde entonces ya van en su 3er Primer Ministro.

De acuerdo. Los Conservadores han estado en una crisis grave desde que coquetearon e impulsaron la idea del Brexit. Pero cada vez que el jefe del partido en el poder y por lo tanto Primer Ministro no logra cumplir con sus promesas de campaña, no ha tenido espacio para aventar culpas.

El reto para el nuevo Primer Ministro, Rishi Sunak, será arreglar la crisis en que está inmersa la economía británica sin que el golpe inevitable que llegará a los bolsillos de los ciudadanos genere un descontento que lo obligue también a dimitir. Sunak lo tendrá que hacer con un partido Conservador sumamente dividido y, para acabarla de amolar, deberá de lograrlo sin que lleguen los reclamos de que como él es multimillonario (tiene más dinero que la Corona inglesa), los sacrificios requeridos para bajar la inflación no le afectan como al resto de los mortales.

Enormes retos para el gobierno británico, sin duda. Pero me parece que son preferibles a la cárcel del sexenio en el que vivimos en el sistema presidencialista mexicano.

Es inexplicable que a cuatro años de haber asumido el poder, el presidente López Obrador siga culpando de sus fallas e incompetencias al pasado. ¿Para eso lucho tanto por ganar?

Liz Truss tuvo que renunciar por presentar un proyecto de presupuesto que simplemente no cuadraba. Proponía reducir los impuestos, en especial a los que más ganan, sin recortes al gasto gubernamental. ¿De dónde saldrían los recursos para cuadrar ese presupuesto? Al no haber una respuesta clara a esta interrogante, Truss trató de salvar su gobierno corriendo a su ministro de finanzas. Nada de responder con una evasiva como un “yo confío en que es una persona íntegra”. Pero ni corriendo al ministro Kwasi Kwarteng logró Truss estabilizar el barco. La historia ya la conocemos. 44 días después de haber llegado al poder tuvo que renunciar por su incompetencia.

Antes de Truss dimitió Boris Johnson. La gota que derramó el vaso de agua fue el escándalo conocido como ‘Partygate’. Johnson y parte de los integrantes de su gobierno se dieron licencia durante la pandemia para reunirse y beber mientras al resto de los ingleses los obligaron a estrictos confinamientos. Mentir y creerse por encima de los ciudadanos comunes y corrientes le costó el puesto.

En México han salido vídeos, muchos vídeos, desde René Bejarano hasta el hermano del presidente Pío López Obrador, recibiendo dinero en efectivo cuya procedencia no han podido explicar. Al cuestionársele, el presidente ha admitido que ese dinero ha sido para ‘el movimiento’, como si eso fuese una excusa para manejar maletas de efectivo. AMLO sigue siendo presidente y lo seguirá hasta el 30 de septiembre del 2024. No importa cuánta corrupción lo rodee, no importa qué tan mal haga su trabajo, tenemos AMLO por seis años. Es la cárcel del sexenio en el sistema presidencialista mexicano.

Con todos sus defectos, el sistema parlamentario como el de los ingleses, me parece uno mucho mejor por la rendición de cuentas a la que obliga a sus gobernantes. Si son incompetentes al gobernar, salen.

Columna completa en El Universal

El mundo atraviesa varias crisis en este momento. Desde la pandemia – que no se ha acabado – amenazas de otras enfermedades como la viruela del mono, inflación no vista en décadas, la guerra en Ucrania y sus consecuencias para los suministros alimenticios; calentamiento global que ha generado un verano de temperaturas récord en Europa y algunas ciudades de Estados Unidos; tensiones crecientes entre las dos grandes potencias – China y Estados Unidos – que ayer se complicaron más con la visita de Nancy Pelosi a Taiwán…la lista podría continuar.

Si en algún momento ha sido válida la frase de Mafalda de “Paren al mundo, me quiero bajar”, ese momento parece que es ahora. Y sin embargo ahí está otra frase célebre, la de Maquiavelo: “Nunca desperdicies la oportunidad ofrecida por una buena crisis”.

Si Maquiavelo viviera y pudiera ver lo que está haciendo México y como está el país desaprovechando el conjunto de crisis que enfrenta el mundo actualmente, volvería a morir. Estamos desperdiciando absolutamente todas las oportunidades que todas estas crisis juntas le presentan a México. Crisis y oportunidades que, posiblemente puedan no volver a presentarse. O quizás sí, en quien sabe cuántas generaciones.

Desde que Donald Trump decidió declarar una guerra comercial con China, México pudo haber levantado la mano para presentarse como el sustituto ideal para las importaciones y exportaciones estadounidenses. Lo pudo haber hecho con un plan concreto, pero en su lugar nos quedamos mirando al bravucón naranja que gobernaba ese país y simplemente reaccionamos a sus desplantes.

Se instauró el plan Quédate en México en donde tuvimos que invertir recursos humanos – la Guardia Nacional – y monetarios para hacerle el trabajo a la Patrulla Fronteriza estadounidense, a cambio de lo que en ese momento decidió Donald Trump: que no se nos impusieran aranceles.

Jared Kushner, el yerno de Trump, acaba de publicar sus memorias. En ellas cuenta como después de viajar a México y entrevistarse con el canciller Marcelo Ebrard, regresó a Washington y le presumió a su suegro que su plan de amenazar a México con aranceles si no controlaban la migración había funcionado: “Tu truco funcionó, le dije (a Trump). El Canciller me mostró sus cartas. México se doblará”.

En el minuto que salió Trump de la presidencia, López Obrador pudo haber corrido a los brazos de Biden para idear una estrategia en la que México fuera parte de la solución a un problema conjunto, como lo es el migratorio, y que a su vez generara mejores visas para mexicanos dispuestos a ir a trabajar y a invertir en Estados Unidos. Pero no. AMLO prefirió ser de los últimos mandatarios en felicitar a Biden y desde entonces la relación bilateral ha ido de tropiezo en tropiezo.

No hemos sabido presentarnos como la alternativa para que América del Norte pueda llenar los recovecos que hay en las cadenas de suministro, primero por el Covid y después por la guerra en Ucrania. En lugar de aprovechar el near y friendshoring, el presidente López Obrador prefiere cantarle serenata al cubano, Díaz Canel, y ponerle “Uy qué miedo” de Chico-Che a Biden.

En materia de energía y combate al cambio climático, lejos de pensar en las generaciones futuras y como dejarles un México más limpio a todos los mexicanos, prefiere envolverse en la bandera de la falsa soberanía al decir que está protegiendo nuestro patrimonio al defender a Pemex. En realidad, lo que ocurre es que está metiendo dinero bueno – que podría destinarse a educación o salud – a un barril sin fondo, como lo es Pemex y la CFE.

Es muy desmotivante ver como se nos va de las manos la oportunidad de llegar a donde por décadas se nos prometió. Este no es simplemente otro gobierno más que decepciona porque las oportunidades desaprovechadas no las habíamos tenido antes jamás.

Columna completa en El Universal

Ayer el New York Times publicó un texto en el que muestra la evolución del negocio del tráfico de migrantes que ha pasado de ser cosa de algunos coyotes ‘freelance’ al que es actualmente: un negocio billonario en el que están involucrados los grandes carteles que marcan a los migrantes con pulseras de colores para que puedan identificarlos al momento del cruce. La pulsera azul con el logo de un delfín, por ejemplo, es para identificar a ese migrante como un ‘cliente’ del Cártel del Golfo.

El flujo migratorio ha crecido en el sexenio actual. No por culpa de los conservadores; no por las políticas neoliberales. Ha crecido porque hay descuido e impunidad para lidiar con el problema. El camión que encontraron hace poco más de un mes las autoridades en San Antonio, Texas, con 53 personas muertas en su caja es una muestra del tamaño del problema. Veintisiete de ellos eran mexicanos. Este ha sido el caso más mortífero en la historia en el que estén involucrados indocumentados intentando lograr una mejor vida en Estados Unidos. Una vida que simplemente les es imposible soñar en México.

Pero eso a AMLO no parece importarle. Al día siguiente de esta tragedia simplemente expresó sus condolencias en la mañanera. Habló de la pobreza y la desesperación que los orillan a esta migración, pero fue algo que le tomó menos de 2 minutos de sus más de dos horas de discurso.

Según datos del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos, las ‘utilidades’ por el tráfico de personas han pasado de $500 millones de dólares en 2018, a ser actualmente un negocio con ganancias estimadas en 13 mil millones de dólares.

Y ¿qué planea el presidente de México para lidiar con este problema monumental? ¿Cuál es el plan federal para atacar la migración de mexicanos de raíz y para lidiar con el negocio creciente que éste está siendo para el crimen organizado? No lo sabemos. Lo que si escuchamos de López Obrador es su agradecimiento por el flujo de remesas que ya es la principal fuente de ingresos del país.

Antes que preocuparse o indignarse por una situación cada vez más atroz, tenemos a un presidente que prefiere quejarse ya sea de los conservadores; del neoliberalismo; de los pseudoambientalistas que rechazan la construcción del Tren Maya y hasta de la disculpa que ofreció un piloto de Aeromexico a los pasajeros por el estado tan dañado de una pista del AICM. Eso sí le indigna y eso le ocupa buen espacio en sus discursos.

Antes que atender los problemas enormes que nos aquejan o de pensar en cómo aprovechar las irrepetibles oportunidades que se le presentan a México en este momento de crisis global, el presidente López Obrador repite sus mismas frases a diario en donde queda claro que vive en un mundo de fantasía, mientras el resto de los mexicanos padecemos su falta de oficio para trabajar por el bien del país que se obstinó durante décadas por querer ‘gobernar’.

Columna completa en El Universal

A esta frase del presidente de que “No me vengan con que la ley es la ley” habría que añadirle un “Tampoco me vengan con que los acuerdos firmados son los acuerdos firmados”. Esto porque el día de hoy, Katherine Tai, la Representante Comercial de Estados Unidos, anunciará que su país ha solicitado iniciar consultas con México bajo las reglas del TMEC por las acciones y medidas que ha tomado el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el sector energético.

Iniciar consultas significa que habrá un pleito comercial entre ambos gobiernos en donde el estadounidense acusa a México de no cumplir con lo acordado con la firma del TMEC.

Este anuncio se dará a solo una semana de la visita de AMLO a Biden en Washington. Tras el encuentro ambos presidentes dieron a conocer un comunicado conjunto en el que de manera destacada se comprometieron a promover un medio ambiente más limpio para Norteamérica.

Apenas el viernes de la semana pasada me invitó el Embajador Ken Salazar a su residencia para hablar “on-the-record” precisamente del encuentro Biden-AMLO y de este comunicado conjunto. Al leer el párrafo en el que ambos presidentes se comprometieron a impulsar energías limpias y renovables y a buscar un camino para que México y Pemex, en cooperación con EUA, desarrollen e implementen un plan que permita mayores proyectos prioritarios de inversión en energías verdes, le pregunté al Embajador Salazar que qué pasaba si uno de los países no cumplía con lo establecido en el documento.

La pregunta la hice porque lo que ahí parecía que era un compromiso de México, en realidad no refleja lo que ha estado ocurriendo. Cumplir con lo establecido en el comunicado implicaría un viraje casi de 180º en las acciones del gobierno de López Obrador. Le di dos ejemplos al Embajador para sustentar mi preocupación y mi pregunta. Primero: actualmente utilizamos combustóleo para generar energía eléctrica que es la forma más sucia (y cara) de hacerlo. Segundo: Se legalizaron los “autos chocolate” con lo que el parque vehicular en México irá en sentido opuesto de lo establecido en el comunicado. En lugar de acelerar su transición hacia vehículos cero emisiones, hemos legalizado el envejecimiento de nuestro parque vehicular.

La respuesta del Embajador Salazar es que el tiempo dirá si los gobiernos cumplen con sus compromisos establecidos en el comunicado conjunto.

Y ese tiempo se ha acelerado. El que la Embajadora Tai recurra a consultas es la antesala al inicio de un pleito comercial. Las razones de la Representante Comercial de EUA van desde que el gobierno mexicano le ha dado prioridad a la CFE y a Pemex en el orden de despacho de las energías hasta que ha actuado para impedir que las inversiones privadas participen de manera eficiente en el sector al retrasar, negar o simplemente no otorgarles permisos simplemente por no ser las empresas del Estado.

El patrón del presidente López Obrador es claro. La ley y los acuerdos no los respeta si no le gustan o no le son favorables. Es el caso del TMEC en el sector energético. En lugar de enfocarse en lograr que EUA no contravenga el tratado en áreas como las laborales o al otorgar subsidios a fabricantes de autos eléctricos, prefiere violar lo que él mismo estuvo de acuerdo en firmar. Ante esta actitud México pierde por partida doble.

Columna completa en El Universal

Cuando se firmó el TMEC hace dos años (que se cumplen el viernes) México era la economía 14 del mundo. Ahora somos la economía 16 y según el FMI al final del año próximo estaremos en el lugar 17.

En el mismo lapso de tiempo Estados Unidos sigue siendo la economía número uno del mundo y Canadá la número nueve. Los tres países hemos pasado por la pandemia; la escasez de suministros y la actual guerra en Ucrania pero somos el único de los tres que ha caído en tamaño de economía. Nuestro crecimiento ha sido mediocre a pesar de que pertenecemos a un tratado valiosísimo.

Este club de tres países representa una tercera parte del PIB del mundo; 12 por ciento del comercio global. Es un mercado de 1.2 billones de dólares al año; 2 millones de dólares por minuto.

La certeza que ofrece el TMEC permite que sigamos teniendo Inversión Extranjera Directa. Sin embargo hemos dejado de ser un imán de esta IED. Hemos salido del ranking de entre los 25 países más atractivos para invertir, de acuerdo a la consultora Kearny, con todo y que somos el único país en vías de desarrollo que compartimos más de 3 mil kilómetros de frontera con una economía desarrollada.

En lugar de aprovechar el “near” y “friedshoring” en medio de la reconfiguración global por la guerra en Ucrania y la comercial entre EUA y China, el gobierno mexicano ha optado por alejarse de nuestros socios y abrazar a los dictadores y autócratas del mundo.

A la pregunta de qué balance le dan a estos dos primeros años del TMEC, varios de los principales negociadores me respondieron que es positivo que cumpla este tiempo pero preocupa que México los ha desperdiciado.

El TMEC es un tratado todo terreno, en el sentido de todo lo que ha logrado sortear y a la vez sigue funcionando, me dijo la periodista experta en temas económicos, Barbara Anderson. El mayor riesgo que tenemos ahora es olvidar lo cerca que estuvimos de que las cosas salieran mal cuando Trump amenazó con cancelar al antecesor del TMEC, el TLCAN, y dejarnos sin nada, me comentó Juan Carlos Baker, Subsecretario de Economía el sexenio pasado. Es necesario que lo recordemos y pongamos la atención necesaria para cuidar el TMEC, sobre todo cuando es clarísimo que la amenaza del regreso de Trump o de un trumpista está más que latente.

En este momento el TMEC no es un tema de batalla política en ninguno de los tres países y eso es positivo, de acuerdo con Luis de la Calle, colega de estas páginas que ha participado en las negociaciones de los múltiples acuerdos comerciales que ha firmado México.

Preocupa la serie de incumplimientos de los 3 países: México en materia energética; Estados Unidos en el sector automotriz en donde se brincan las reglas de origen y viola el acuerdo con los subsidios a los vehículos eléctricos; y Canadá viola las reglas en el mercado de lácteos. Esto ocurre con cero o nulas consecuencias para los tres países. Y es que ¿cómo podría México reclamarle a EUA el discurso contrario al TMEC de Buy American cuando violamos de forma flagrante lo acordado; ratificado y firmado hace dos años en materia energética, agrícola y laboral, principalmente.

Ahora somos insulares por el discurso nacionalista del presidente López Obrador y esto complica que, por ejemplo, podamos reclamarle a Biden que el Buy American tiene que convertirse en Buy North American o que esté utilizando el tratado como una herramienta proteccionista con la excusa de que México está violando disposiciones laborales.

Otro de los integrantes del equipo negociador mexicano, Ken Smith Ramos, me comenta que deberíamos estar trabajando con nuestros socios comerciales en el desarrollo de mecanismos para fortalecer y profundizar el Tratado en temas torales como el cambio climático, las cadenas de valor, la entrada temporal de profesionistas, entre otros.

Dos años del TMEC y es una tristeza que algo que ameritaba solo buenas noticias en un momento complejísimo para la economía global, México ha decidido desperdiciarlo y le ha dado la espalda a su principal socio comercial y ha prácticamente ignorado al otro integrante del TMEC, a Canadá.

Todo esto cuando el acuerdo ha sido la pieza más valiosa para mantener a flote la economía mexicana, me dijo el ex Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.

Columna completa El Universal

La semana pasada, cuando el Secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, debía tener un millón de cosas en la cabeza, empezando por la inminente invasión de Rusia a Ucrania, decidió publicar un mensaje en twitter en el que señalaba la creciente preocupación en Estados Unidos por el alto número de periodistas atacados y asesinados en México.

El mensaje fue un llamado a que las autoridades mexicanas hicieran su trabajo para proteger a los periodistas y para que quienes los amenazan y matan rindan cuentas.

La precisión de la inteligencia del gobierno de Biden respecto a la invasión rusa a Ucrania no deja lugar a dudas de que cuando Blinken escribió ese mensaje sobre la situación en México, ya sabía lo que haría Putin unas horas después.

El momento actual no se presta a mezquindades. Las evasivas de López Obrador a ser un aliado firme y claro de Estados Unidos no serán toleradas con la misma docilidad que vimos en el primer año de Biden. Estados Unidos quiere ahora más que nunca alianzas sólidas y el que el vecino del sur esté tan titubeante es sin duda una preocupación en Washington.

Tres mensajes después del que escribió Blinken sobre el periodismo en México, el Secretario escribió uno de apoyo y amistad con Canadá: “En el año que ha transcurrido desde su lanzamiento, la Ruta para una Renovada Asociación entre E.U.A y Canadá nos ha llevado a nuevos niveles de cooperación para promoción de la democracia, la diversidad y la inclusión; una recuperación económica sostenible e inclusiva y el fortalecimiento de nuestras alianzas. #AmigosSociosAliados”.

El Secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard respondió al tuit de Blinken con una carta a su contraparte estadounidense aduciendo al Entendimiento Bicentenario firmado entre México y Estados Unidos apenas en diciembre pasado. Claramente para Blinken esta Iniciativa Mérida 2.0 no es importante cuando el jefe del canciller, el presidente López Obrador, parece muy poco interesado en fortalecer la relación con Estados Unidos. Lo que hay en Washington es una evidente preocupación.

En un momento en que el mundo entero, salvo Bielorrusia, está repudiando las acciones de un autócrata como Putin, Andrés Manuel López Obrador bien podría poner sus barbas a remojar. La oportunidad de presentarnos como aliados sólidos de Estados Unidos, con quien tenemos vecindad y un acuerdo comercial, podría beneficiar de sobremanera a México. Es lo inteligente y lo lógico a hacer. Sin embargo estamos viendo acciones en el sentido contrario.

Si bien el representante de México ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, habló de un cese al fuego en Ucrania y de que México daría ayuda humanitaria a los refugiados, su postura parece aislada. Primero fue el Secretario de Turismo, Miguel Torruco, quien decidió que en pleno momento de sanciones y repudio a Rusia era oportuno publicar dos mensajes dando la bienvenida y apoyando a la aerolínea rusa, Aeroflot, y aplaudir el turismo bilateral Rusia-México. Y después, el presidente López Obrador, decidió doblar la estrategia errada y aclarar que México no va a implementar sanciones económicas ni represalias a Rusia “queremos mantener buenas relaciones con todo el mundo y queremos estar en condiciones de poder hablar con las partes en conflicto”, dijo López Obrador.

Esta ambigüedad, por llamarla amablemente, no le conviene a México ni a los mexicanos.

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Benditas remesas. Así presume el presidente López Obrador la enorme cantidad de dinero que los paisanos envían a México. Este año vamos a recibir más de 50 mil millones de dólares y las estimaciones para 2022 son que llegarán a 56 mil 700 millones. Estamos hablando de cantidades enormes, pero ¿es algo que el presidente deba presumir? Por supuesto que no.

El presidente Andrés Manuel López Obrador no entiende que presumir las cantidades históricas de remesas que recibe México es una muestra del enorme fracaso que somos como país para generar oportunidades para los mexicanos.

Con tanto mexicano que se va a Estados Unidos, lo que tenemos es una fuga de talentos que regresan al país migajas a cambio de lo que significa su salida de México. Para muestra, un ejemplo.

Jorge estudió primaria, secundaria y preparatoria en México. Después hizo la carrera de medicina en la UNAM. Hoy está haciendo su residencia en Miami, Florida. ¿Por qué? Porque si la hace en México, le pagan 6 mil pesos al mes. En Florida le pagan 10 mil dólares al mes. A partir de esta residencia, Jorge espera hacer su especialidad en oftalmología y ser un gran médico dedicado al cuidado de los ojos en Estados Unidos. Jorge quiere ganar en dólares porque sabe que si se queda en México será difícil tener un sueldo digno.

Así, toda la inversión en Jorge para que estudiara en México la van a capitalizar en Estados Unidos. Si al mes Jorge envía algo de dinero a sus papás en México, la cantidad palidece frente a la inversión que ya se hizo en él en nuestro país. Lejos de presumir que los paisanos mandan mucho dinero a México habría que preocuparse por nuestra enorme fuga de talentos. Actualmente lo que estamos haciendo es subsidiar a Estados Unidos a través de estos mexicanos.

Para acabarla de amolar, si de menos existieran planes para el aprovechamiento o para incentivar inversiones con esas remesas, algo podría capitalizar México con ese dineral. Sin embargo, los datos muestran que las remesas no están volviendo más dinámica la inversión en México y en cambio se destinan a consumo de bienes muy básicos.

En este año el aumento de las remesas se comenzó a notar desde mayo, cuando entraron 4 mil 526 millones de dólares. En julio fueron 4 mil 545 mdd; en agosto 4 mil 749 mdd y en octubre 4 mil 819 mdd. Sin embargo, si revisamos el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de esos mismos meses e incluso al cierre del año, no se ve mayor dinamismo. Por el contrario, se registró una desaceleración.

Esto es así incluso si se observan las zonas del país que más reciben remesas, como Michoacán. Ahí no hay registro de que con las remesas se destinen a proyectos de infraestructura o en inversión en proyectos de emprendimiento o nuevos negocios. Si el presidente López Obrador quiere estar presumiendo, mejor que genere las condiciones para que se den este tipo de inversiones que acabarían impulsando la economía del país. Ahí sí, que se ponga a presumir todo lo que quiera.

Pero en las remesas ocurre lo que en tantos otros rubros en México ahora: hay una enorme oportunidad que se está desperdiciando.

Apostilla: En estos días en mi podcast Broojula podrán escuchar episodios dedicados exclusivamente a explicar y entender la reforma energética que impulsa el presidente López Obrador. Son entrevistas con expertos en la materia con el ánimo de despolitizar un tema tan complejo. Los pueden escuchar todos los días en www.eluniversal.com.mx o consultar todos los episodios en https://spoti.fi/315xjLC

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Al horror de la volcadura de un tráiler que dejó más de 55 centroamericanos indocumentados muertos le siguió lo previsible: el lamento de las autoridades y el anuncio de la creación de un grupo de acción para combatir el tráfico de migrantes. Tan, tan. La vida sigue.

¿Qué esfuerzos serios harán en México las autoridades para aclarar cómo pudo este tráiler pasar tres retenes sin que nadie se diera cuenta de que en la caja del tráiler iban más de cien personas hacinadas? Es más que plausible inferir que lo que ocurrió con estos migrantes es un modus operandi permitido y hasta auspiciado por autoridades en México que están de acuerdo con que aquí se trafique personas.

Como en todo en la vida, las pérdidas de unos son las ganancias de otros. Desde que Donald Trump anunció el programa ‘Quédate en México’ el tráfico de personas ha crecido. La tragedia para quienes deben pagar hasta 12 mil dólares para ir hacinados en un tráiler o en autobús hacia Estados Unidos es un negociazo para sus traficantes.

Carlos Denton, Director de CID/Gallup, estuvo en un podcast recientemente hablando de como en el mundo hay 144 millones de personas que quieren irse a Estados Unidos. Para ello lo más fácil es salir de Centroamérica, cruzar México e intentar llegar a EUA.

La empresa de Denton ha infiltrado mujeres haciéndose pasar por madres migrantes indocumentadas intentando llegar a Estados Unidos. Con ello han encontrado información valiosa sobre este tráfico de personas. Saben, por ejemplo, que el hijo del líder de los Zetas en el Golfo se fue a estudiar a Harvard. Ahí, en lugar de pensar en armar un negocio legal, se dio cuenta del enorme mercado que podía representar el tráfico de personas. El programa Quédate en México dejaría a muchos más indocumentados varados en México en dónde las autoridades se preocupan poco por qué les pasa cuando son regresado a nuestro país. Y tuvo razón. Denton estima que los Zetas obtienen entre 350 y 400 millones de dólares al año por tráfico de migrantes.

Hay miles de historias de este tráfico de personas. El Washington Post publicó un reportaje desgarrador a principios de año en donde la reportera Arelis R. Hernández cuenta el calvario de Nancy, una mujer salvadoreña, y sus dos hijos, Andrea y David, para llegar a Estados Unidos.

No sólo tuvieron que lidiar con las condiciones terribles para llegar a la frontera. Una vez ahí se quedaron en un campamento en Matamoros en donde las condiciones climáticas y de insalubridad fueron terribles. Pero lo peor fue cuando llegaron a Reynosa en autobús. Ahí fueron secuestrados juntos con miles de migrantes más. Por persona pedían que la familia en Estados Unidos depositara $500 dólares para poder ser liberados.

El calvario de Nancy; los datos de Denton; la tragedia del tráiler de la muerte…todo esto ocurre en México, en donde no se ve ningún tipo de esfuerzo relevante por luchar en contra del tráfico de personas. Es una tragedia y una auténtica vergüenza.

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Una balacera sorprende a pasajeros del transporte público en Monterrey, Nuevo León. La unidad circulaba por calles del norte de la ciudad cuando se escucharon los disparos. Tanto usuarios como el conductor se tiraron al piso del vehículo para resguardarse.

Autoridades de Oaxaca investigan el móvil de una balacera en un bar de la capital del estado. Una mujer murió y un hombre resultó lesionado. Según testigos, unas personas entraron al bar “El Hábito” y dispararon contra los asistentes. En redes sociales se difundieron imágenes del momento en que comenzaron los disparos.

En Cuatlancingo, Puebla, se registró una balacera en San Lorenzo Almecatla. Testigos dijeron que esta mañana se escucharon al menos ocho disparos. Y es que, sobre la calle Galeana unas personas intentaron robar una camioneta.

En Morelia, Michoacán, una pareja fue víctima de un asalto a plena luz del día. Se encontraban platicando en la calle cuando dos hombres bajaron de un auto blanco y los amagaron para quitarles sus pertenencias. Después de hacerlo se subieron a su auto y huyeron.

Sigue la ola de violencia en Zacatecas. Esta mañana fueron localizados ocho cuerpos colgados en distintos puntos del municipio de Fresnillo. Tres cadáveres estaban suspendidos en un puente peatonal de la comunidad de San José de Lourdes. Tres más fueron hallados en un árbol en otro punto de la misma comunidad y otros dos cuerpos fueron encontrados en un predio entre la comunidad de San Ignacio y San Gabriel.

En Zapopan, Jalisco, automovilistas se toparon con cuatro féretros que obstaculizaban el tránsito en la Avenida Vallarta a la altura de la glorieta de Los Cubos. Los ataúdes fueron abandonados por una camioneta. Conductores los colocaron sobre la banqueta.

Este es un resumen de las primeras seis notas de un día del noticiero que conduzco en Televisa, A Las Tres. No han pasado ni diez minutos del noticiero cuando la fotografía de México es de sangre, violencia y delincuencia. Hay claramente un deterioro en México. Así no ha sido siempre la información. No estamos hablando de una zona del país. Son eventos que ocurren a diario y en prácticamente todo México.

Mientras esto sucede, resulta incomprensible que la preocupación del presidente esté centrada en generar y engrandecer problemas que ni existían, como es la dirección del CIDE. O en promover como algo consumado un trayecto de tren que supuestamente lleva al Aeropuerto Felipe Ángeles pero que hoy es simplemente un proyecto. Hay trayectos de tren, pero ninguno llega actualmente a la terminal aérea del aeropuerto, como presume falsamente en el video que subió el presidente a redes sociales. El tren en el que va con la Jefa de Gobierno, su esposa Beatriz; el gobernador del Estado de México, el General Ricardo Vallejo, entre otros “pasajeros” no es el Tren Suburbano al AIFA, como falsamente dice el presidente. Ese tren es un proyecto con 10 por ciento de avance que se calcula que pueda iniciar operaciones en septiembre del 2023, según dijo en entrevista Maximiliano Zurita, director general de Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles México.

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El presidente Andrés Manuel López Obrador decidió, sin invitación de por medio, presentarse ante la ONU para hablar de corrupción y desigualdad como el gran problema de México al cual él ha sabido hacerle frente. Más allá de que la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad de la ONU, que este mes le corresponde a México, no era el foro porque ahí el mandato son los temas de paz y seguridad internacionales, el gran problema de nuestro país no es la corrupción.

Tan solo una semana antes podría haber viajado el presidente a Roma para estar en la Cumbre del G20 y plantear, ahí si, el tema de desigualdad y hasta de corrupción. Pongo `hasta’ porque si bien es cierto que es un enorme problema en México, su gobierno no puede presumir logros en este rubro, lo que debe de ser bastante decepcionante para todos los que creyeron en su discurso y por ello votaron por él en 2018.

El gran problema de México no es la corrupción. Es un acto que indigna, sin duda. Pero el gran problema de México es que no tenemos un Estado de Derecho. Ante esta ausencia, es muy fácil ser corrupto porque mientras se esté del lado del poder, no hay problema. No hay castigo. Algo que no ocurre en donde se respeta el Estado de Derecho. Y eso no ocurre en México.

El presidente habla que antes de él había un Estado de Chueco en México.

¿Qué si no Estado de Chueco es decidir detener a un delincuente confeso solamente cuando sale a la luz una fotografía de él cenando en un restaurante muy campante, algo que no es ilegal pero sí inmoral, como dijo el presidente sobre Lozoya? El momento de la detención y las razones para hacerlo, cuando se hizo evidente que el ex director de Pemex estaba aprovechándose del criterio de oportunidad, demuestran el grave Estado de Chueco en México.

¿Qué si no Estado de Chueco es tener en prisión a una exfuncionaria por un delito que no amerita prisión preventiva como ocurre desde hace más de dos años con Rosario Robles? La forma de detenerla y mantenerla en Santa Martha Acatitla demuestra el terrible Estado de Chueco en México.

¿Qué si no Estado de Chueco es tener en prisión a una señora por las rencillas personales del Fiscal General de la nación? Cuando la familia Cuevas Castillo comenzaba a ver la luz para que saliera de prisión su madre tras 13 meses de estar en Santa Martha Acatitla, de forma sospechosamente rápida y por una solicitud del Fiscal Gertz Manero, la Suprema Corte de Justicia atrajo los amparos de las señoras Alejandra Cuevas y su madre Laura Morán. Este amparo lo habían ganado en primera instancia contra la orden de aprehensión y el auto de formal prisión que enfrentan y mantiene, como decimos líneas arriba, a la primera en prisión y a la segunda, de 94 años, escondida para evitar ser detenida también.

¿Qué si no Estado de Chueco es que los hermanos del presidente, Pío y Martín, aparezcan en videos recibiendo fajos de billetes y a ellos no se les toque ni con el pétalo de una investigación?

 

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Uno de los efectos más notables de la pandemia ha sido la ruptura de las cadenas de suministro. Esto es una muy mala noticia para el mundo, en especial para Estados Unidos, y una enorme y quizás oportunidad única para México…que estamos desperdiciando.

Como en el país todo gira en torno a un presidente que no tiene interés en voltear a ver lo que ocurre más allá de sus filias y fobias políticas, no nos estamos poniendo las pilas para aprovechar la situación geográfica y poblacional tan privilegiada que tenemos en un momento de crisis mundial.

¿Por qué se rompieron las cadenas de suministro? La primera fisura vino cuando China decidió cerrar Wuhan y después el país entro para lidiar con la emergencia sanitaria. Desde entonces quedó claro que el comercio global iba a sufrir algunos desabastos ya que China es la fábrica del mundo.

¿Qué pasó después? Cuando el mundo entero decidió cerrar sus fronteras nos enfrentamos todos (menos China) a un desabasto de cubrebocas y otros insumos médicos para protegernos del COVID19. China, que antes enviaba contenedores con productos a los principales puertos de Europa y Estados Unidos (Los Ángeles; Long Beach y Savannah), ahora comenzó a mandar contenedores a todos los rincones del mundo con artículos de protección médica para el virus. Los contenedores se desviaron de sus rutas tradicionales de ida y vuelta y se fueron a países en África, Asia y América Latina que no tenían productos para llenarlos y enviarlos de regreso a China. Así, hoy hay el mismo número de contenedores pero regados por todo el mundo y por ello se ha generado escasez.

La situación actual es de falta de contenedores, lo que ha incrementado los precios para poder usar los que están disponibles. Al llegar a los puertos, hay una saturación porque no hay suficientes trabajadores para descargar los contenedores y tampoco hay suficientes conductores de autobuses o camiones para llevarlos por tierra a sus puntos de venta o entrega.

Además se ha dado un cambio en los patrones de consumo por la pandemia ya que hemos dejado de comprar algunos artículos (ropa elegante, por ejemplo, al estar tanto tiempo encerrados en casa) y se ha aumentado el consumo de otros (artículos para armar oficina en casa, por ejemplo). Esto también ha saturado los puertos de productos que ya no son costeables para las empresas rescatar.

¿Qué oportunidad tiene México ante este escenario? A pesar de que Biden ha anunciado que deben operar 24/7, los puertos de California y Georgia en Estados Unidos están saturados. Para evitar mayores rezagos, México podría ofrecer nuestros puertos en Michoacán; Tamaulipas y Veracruz para poder ayudar a desahogar esta situación. Además, ante por un lado la falta de conductores que lleven por tierra las mercancías en EUA, y por el otro, la falta de empleo en México, aquí el trabajo de conductor es una enorme oportunidad. La Canacar lo sabe. Han informado como de un sueldo de 50 mil pesos al mes, los choferes de carga ahora llegan a ganar hasta 100 mil pesos.

 

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