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No. México no era ni de cerca Noruega. Teníamos muchos problemas que corregir en materia de seguridad; economía; desigualdad en oportunidades e ingreso; y en la falta de Estado de Derecho.

Ahora, con lo que el presidente López Obrador ha llamado la Cuarta Transformación, todo lo anterior sigue siendo un problema, pero además estamos ante una serie de oportunidades perdidas.

Los últimos sexenios vimos una enorme polarización. AMLO y sus simpatizantes versus el gobierno en turno. Ahora, con AMLO en el poder, se pudo haber logrado unificar al país. Pero lo que tenemos es mayor división. Al gobierno ha llegado un hombre con ganas de venganza y lleno de rencores. Cada mañana vemos al presidente atacar a distintas personas e instituciones en su conferencia.

Esta semana ha sido el turno de los jueces. Como antes les ha tocado a los empresarios; a los medios de comunicación y a los periodistas. Todos a la basura, es el mensaje desde el escenario de la Conferencia Mañanera.

Seguramente el Poder Judicial tiene problemas de corrupción, como también los hay entre los empresarios medios y periodistas. Pero en lugar de señalar actos contundentes para desterrar viejas prácticas dañinas y buscar una auténtica transformación, el presidente actúa como los gobernantes del pasado. Amenaza y con ello desperdicia la oportunidad que le da su popularidad para llevar a cabo una auténtica transformación. Recurre a la vieja táctica de los soviéticos, de cuestionar a quienes lo cuestionan y señalarlos de hipócritas.

Pero esa no es la única oportunidad perdida. Con el plan económico de Biden que le está inyectando 1.9 billones de dólares a esa economía, México tendría la oportunidad de atraer enormes inversiones, muchas de ellas en proyectos de energías limpias y renovables, pero con la Ley de Energía Eléctrica de AMLO, estas inversiones van a brillar por su ausencia.

En materia de salud, si volteamos a ver el caso de Israel, el Primer Ministro Netanyahu ha decidido utilizar la COVID para pintarse como héroe y evitar que los escándalos de corrupción en su contra lo tumben del gobierno. Ha politizado la pandemia. Pero para ello no ha ni minimizado el virus ni mentido con que la pandemia está domada. Lo que hizo desde meses atrás fue asegurar dosis suficientes para vacunar a su población; animarla a que confíe en la vacuna al aplicársela frente a las cámaras y hoy en Israel la gente puede ya ir a conciertos con cientos de personas y realmente se empieza a ver la luz al final del túnel de la pandemia. Se ven los resultados; no se juega con la esperanza de que ya llegarán.

Las dosis de Pfizer que compró Israel le costaron $25 dólares cada una. Un sobreprecio que bien le ha valido la pena porque su economía ya puede reabrir de forma segura. Por el contrario, los europeos que quisieron negociar un mejor precio con la farmacéutica se encuentran con escasez de vacunas y nuevos confinamientos que le están resultando mucho más caras a sus economías. Y en México, ni se diga. La decisión de no invertir buen dinero en las vacunas y preferir despilfarrarlo en proyectos inútiles como la refinería de Dos Bocas, nos tiene recibiendo vacunas a cuentagotas. El 24 de febrero el gobierno publicó que para marzo tendríamos 23.6 millones de vacunas en México. Pero el martes, la nueva información es que para marzo tendremos 9 millones. Por eso aquí la luz al final del túnel de la pandemia está todavía por verse.

En cualquier momento es doloroso ver el desperdicio de oportunidades para el país. Ahora que estamos pasando por una situación compleja, como la que no se veía hace un siglo, este desperdicio de oportunidades es doblemente lastimoso.

Columna completa en El Universal

Sin libertad de expresión, no hay democracia.

Mi solidaridad con los medios y colegas que

han sido agredidos desde Palacio Nacional

por el simple hecho de ejercerla.

Dejemos la censura e intimidación

en el pasado.

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador quiere, como dice el dicho anglosajón, tener su pastel y comérselo también. Y esto, evidentemente no se puede. O tienes el pastel o te lo comes. O quieres ser parte de Norteamérica y todo lo que implica haber firmado el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, o puedes optar por el discurso de la autosuficiencia y el nacionalismo.

Quizás en ese intento de tener y comer el pastel es que en la primera reunión que sostuvieron AMLO y Biden, en formato virtual, no se tocaron los temas delicados de la relación bilateral. No se habló de seguridad, ni de vacunas. Tampoco de la cancelación de inversiones a empresas estadounidenses. Aunque se habló de cambio climático y el presidente presumió que Biden lo invitó a participar en la cumbre que sostendrá EUA en abril sobre el tema, nada se dijo sobre la intención de López Obrador de que el país recurra a energías sucias y caras para la generación de energía eléctrica.

Un tema que López Obrador había dicho que quería tocar con Biden era el de las vacunas. Ahí está la acusación de acaparamiento que AMLO ha hecho a los países desarrollados en general y a EUA en particular. Lo que no toma en cuenta el presidente de México es que EUA invirtió más de 12 mil millones de dólares en un programa que llamó ‘Warp Speed’ para lograr vacunas que hoy permiten a Biden presumir que para mayo van a tener suficientes dosis para vacunar a todos los estadounidenses.

La Operación ‘Warp Speed’ se ideó y financió todavía con Donald Trump en la presidencia. Trump, que al igual que AMLO siempre minimizó el coronavirus en el discurso, supo ser bastante práctico a la hora de identificar en donde meter el presupuesto federal.

En México el presidente López Obrador no modificó un ápice sus política una vez que se vio el alcance y la gravedad de la COVID19. Siguió metiéndole dinero a Dos Bocas y a Santa Lucía, por ejemplo, como si eso fuera a salvar vidas de los mexicanos, e ignoró la necesidad de aumentar el presupuesto en salud y en ayudas para mitigar los impactos económicos del confinamiento. Ahora quiere que los estadounidenses nos regalen vacunas.

Por ello, y porque Biden ya aclaró que no va a regalarle vacunas a México, es que el tema ni se tocó en la conversación del lunes.

En materia de seguridad, el Canciller Marcelo Ebrard ha dejado en claro que una prioridad de México debe ser buscar trabajar con el gobierno de EUA para frenar el tráfico de armas de norte a sur. El tema no fue abordado en esta primera reunión bilateral, quizás para no desviarse a otras complicadas aristas en la materia, como la exoneración del General Salvador Cienfuegos sin una investigación exhaustiva de parte del gobierno mexicano.

De qué sí se habló: migración y combate a la corrupción. No son temas menores y son áreas en las que ambos gobiernos están alineados, cuando menos en el discurso.

Apostilla: la extorsión, intimidación y censura que ejerce el actual gobierno para tapar la realidad y que ésta se apegue a su discurso no se restringe solo a empresarios, medios y periodistas. Ahora Pemex ha decidido cancelar el contrato con Fitch Ratings para su participación en el proceso de calificación de la empresa. En lugar de trabajar para que Pemex se gane una mejor calificación crediticia, les es más fácil cancelar a la calificadora que ha tenido la mano más firme para con la empresa productiva del Estado.

Columna completa en El Universal

Blanco o negro. El presidente parece ver solo esos dos colores. Lo demuestra en varias ocasiones, la más reciente tiene que ver con la industria eléctrica al comparar lo que ocurrió en Texas, cuando casi todo el estado se quedó sin suministro de energía eléctrica, con el apagón en gran parte de México.

“La crisis en el estado de Texas dejó dos grandes lecciones a los mexicanos: es indispensable la rectoría del Estado en materia energética y no apostar al uso de un solo combustible en la producción de electricidad. No podemos poner todos los huevos en una sola canasta para generarla”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La rectoría del Estado es blanco; la industria en manos de muchos – particulares y empresa estatal competitiva – es negro. Y así, con ese sencillo diagnóstico, AMLO piensa que México enfrentó mejor el problema de desabasto y que vamos por buen camino con la Ley de la Industria Eléctrica que fortalecerá más a la CFE. Como la CFE pudo reactivar el suministro mediante el uso de combustóleo y carbón, México tiene un mejor sistema eléctrico que Texas.

Blanco o negro: en manos de particulares o en manos del Estado. Así ve el presidente las alternativas en materia de energía.

El problema en Texas no es que tenga un sistema eléctrico en manos de muchos particulares. El problema en realidad es doble. Por una parte prácticamente no hay regulación. Las compañías no tienen que mantener reservas ni invertir en insular sus instalaciones para soportar los climas extremos si no lo quieren hacer. Y por la otra, el Estado pensó que al tener la demanda y oferta suficiente para autoabastecerse, no necesitaba estar conectado con otra red eléctrica. Al aumentar la demanda exponencialmente por el clima tan frío – algo que no ocurría hace 35 años – y al no tener instalaciones preparadas ni para el exceso de demanda ni para el clima extremo, el sistema entero colapsó. Tanto instalaciones de energía solar; eólica; nucleares; de carbón y de gas. Todas. Y no tuvo posibilidad de conectarse y abastecerse de las redes eléctricas de otros estados.

Paul Krugman recuerda en su columna de esta semana en el New York Times como el arquitecto de la red eléctrica de Texas, el profesor de Harvard, William Hogan, pronosticó que el mercado sería el encargado de que las empresas se regularan solas.

Pues el profesor Hogan estuvo equivocado. Lo que tiene que hacer Texas ahora es pensar en conectar su red eléctrica a otras fuentes además de a la actual, ERCOT, como lo hacen el resto de los estados de la Unión Americana. Además tiene que implementar regulaciones que aseguren las reservas y la inversión en las instalaciones para momentos de crisis.

Ese mismo reto lo tiene también México. Creer que fortalecer a la CFE va a ser la solución es un error monumental. Lo que hará es volvernos más vulnerables porque los monopolios estatales no tienen incentivos para auto regularse. Es además poner todos los huevos en una canasta, la de la compañía estatal, justo lo que dice el presidente que debemos evitar como lección de lo ocurrido en Texas.

Apostilla: Los hallazgos de la Auditoría Superior de la Federación respecto a irregularidades por más de 67 mil millones de pesos en el 2019 es lamentable, no por lo que muestran, sino por lo muy poco que se puede hacer con estos señalamientos. La ASF no tiene dientes. No los tenía antes y ahora que claudica ante la mínima presión presidencial, menos.

Columna completa en El Universal

El Instituto Gamaleya en el cual se desarrolló la vacuna Sputnik V parece un mundo libre de COVID-19. La gente camina de un lado a otro, platica y se saluda, sin utilizar cubrebocas ni pensar en la sana distancia. Y es que sus casi mil 200 empleados ya han recibido esta vacuna desde el otoño del 2020. Esto incluye al principal científico encargado de su desarrollo, Denis Luganov, a su esposa, hija y nieta.

Así relata Joshua Yaffa, el corresponsal en Moscú del semanario New Yorker, en un extraordinario reportaje en el que logra visitar el laboratorio y platicar con los desarrolladores de la vacuna…y también con los científicos fuera de Rusia que dudan de su seguridad y eficacia.

Sputnik V es ahora la vacuna por la cual apuesta el gobierno mexicano una vez que el suministro de otras vacunas parece haberse ¿estancado? ¿complicado? ¿nunca haberse bien concretado? No sabemos bien a bien qué ha pasado pero el caso es que no han llegado a México. Entre que Pfizer se retrasó con el suministro de vacunas en todo el mundo; Moderna está comprometida a entregar primero a Estados Unidos; CanSino no ha sido aprobada en ningún país fuera de China; y Novavax y Johnson & Johnson están en esas, la apuesta que ha señalado López Obrador desde su aislamiento es la Sputnik V. ¿Es esta vacuna un parteaguas científico o una apuesta nacionalista apresurada de Vladimir Putin?

La pregunta es más que válida. Sputnik V fue anunciada como vacuna exitosa por Vladimir Putin en agosto del 2020. Muy al estilo del presidente ruso, se hizo con bombo y platillo, pero sin dar a conocer los estudios clínicos necesarios y solo con la garantía de que la hija de Putin ya había sido inoculada. Putin, el mismo gobernante que ha sido acusado de envenenar a sus adversarios, ya sea dentro del país, como ocurrió con el líder opositor Alexéi Navalny, o fuera, como fue el caso de Sergei Skripal y su hija, pide que confíe el mundo en su vacuna.

No hay claridad ni siquiera de cuál hija de Putin recibió la Sputnik V. Se rumor que es Katerina Tikhonova, una mujer que dirige un instituto científico en la Universidad de Moscú. Pero eso no es todo en el mundo del rumor y la opacidad. Tikhonova se dice que es hija del presidente, pero ni en eso hay certeza.

En el Instituto Gamaleya fue en donde se desarrollaron vacunas contra el Ébola y MERS, pero éstas no fueron aprobadas por ningún regulador en el mundo. El éxito de su eficacia radica en los dichos del Instituto. Para cuando se aplicaron estudios de fase III de estas vacunas, ambas enfermedades ya estaban casi bajo control.

Así que con tanta incertidumbre, resulta positivo que la revista científica The Lancet haya dado a conocer su opinión sobre el estudio fase III de la Sputnik V. Lo que dice The Lancet es que en el estudio en el que participaron 20 mil rusos, se obtuvo un 91.6% de eficacia. Ahora la fase III se va a llevar a cabo en India y la EMA, que es el equivalente a la Cofepris de Europa, ha dicho que van a comenzar los estudios fase III en el viejo continente con 40 mil participantes para ver si la aprueban también.

También parece positivo que en el reportaje de Yaffa, al final nos cuenta que, habiendo platicado tanto con científicos que participaron en el desarrollo de la Sputnik V como con sus críticos, él decidió ponerse la vacuna.

Apostilla: Anoche la Cofepris aprobó el uso de emergencia de la Sputnik V. El gobierno dijo que ha comprado 24 millones de dosis. Esperemos que este anuncio sí convierta en realidad y no sea un juego más de la 4T con la esperanza de los mexicanos.

 

Columna completa en El Universal

El lunes en la mañanera el presidente López Obrador declaró que la ONU le estaba haciendo caso a su sugerencia de evitar el acaparamiento de países ricos y dar vacunas a los países más pobres y que por ello Pfizer había anunciado un retraso en su suministro a países europeos y a México. Dijo que México, como país solidario, va a dejar que estas vacunas de Pfizer que no se entreguen ahora sean entregadas a países más pobres. Agregó que el país tiene convenios con otras farmacéuticas y que por ello no era un problema recibir menos vacunas de Pfizer.

Busqué entrevistar para mi podcast Broojula a un ex Subsecretario de Salud para preguntarle por esta versión del presidente y me comentó que habláramos de las vacunas y de otros temas sobre la pandemia, de lo que yo quisiera, pero que de la versión de que el freno del suministro de Pfizer se debía a la sugerencia de AMLO a la ONU prefería ni opinar porque eso era un cuento del presidente sacado de la manga.

La razón del retraso de Pfizer se debe a una reconfiguración de su planta en Puurs, Bélgica, para poder aumentar su capacidad de producción a 2 mil millones de dosis al año. Pero el presidente expresó, convencido, su propia versión en su conferencia desde Palacio Nacional. Tan convencido como lo hemos escuchado decir otras mentiras.

Desde abril López Obrador viene diciendo que la pandemia está domada. El 9 de junio del año pasado declaró que “México está dando un ejemplo en el mundo porque logramos aplanar esta curva y evitar que se saturaran los hospitales sin medidas coercitivas, sin el uso de la fuerza”. Ese día murieron en México 596 personas a causa de la COVID19. Ayer murieron 1,584 personas. Domada la pandemia no está, ni en México, ni en el mundo.

Pero hay casos mucho más exitosos que otros. Por ejemplo, en Vietnam se han contagiado en total, en todos estos meses, 1,539 personas y han muerto 35; en Corea del Sur se han contagiado 73 mil 115 personas y han muerto 1,283; en Australia se han contagiado 28 mil 731 personas y han muerto 909 personas. Si esas cifras las ponderamos por cada 100 mil habitantes, en Vietnam han muerto .04 personas; en Corea del Sur 2.48 y en Australia 3.64.

¿Cómo va México? Aquí, con datos oficiales que sabemos que muestran un subregistro, se han contagiado un millón 649 mil 502 personas; han muerto 141 mil 248 y por cada 100 mil habitantes han muerto 111.93.

¿Cómo puede decir el presidente que la pandemia está domada? En Vietnam, Corea del Sur y Australia, el buen manejo de la pandemia ha permitido que estos tres países no estén desesperados apostándole a la vacuna como solución nacional. Por el contrario en estos tres países, por ejemplo, el control sobre la pandemia permite que hoy la vacuna sea una elección y no una necesidad.

El Ministro de Salud de Corea del Sur declaró en diciembre que ellos, al haber controlado los contagios de COVID19, no están con prisa de empezar la vacunación. Prefieren tomarse su tiempo para descartar cualquier riesgo u efecto secundario de la inoculación y por ello estiman comenzar a hacerlo hasta otoño de este año.

El Ministro de Salud de Australia, Greg Hunt, declaró que el trabajo que está haciendo Gran Bretaña va a dar información y lecciones importantes respecto a la distribución y eficacia de las vacunas. En el país planean esperar y ver e iniciar la vacunación hasta marzo.

Haber manejado bien la pandemia desde el principio les da a estos países la oportunidad de no tomar medidas desesperadas y aceleradas. En México, en donde el presidente miente cuando dice que domamos la pandemia, la historia es otra.

Ante el escenario que atraviesa México, prefiero creer que el presidente se cree sus propias mentiras. La alternativa sería aun más desoladora.

Columna completa en El Universal

Pobre AMLO, tan cerca de Trump…y tan lejos de Joe Biden. El presidente López Obrador que se había acomodado tan bien con el xenófobo, misógino, antimexicano de Trump y de pronto ya no lo tendrá más en La Casa Blanca. ¿Qué le espera a la relación bilateral a partir del próximo 20 de enero que asuma el poder Joe Biden?

Empezando por lo complicado, la relación arranca con tensiones en materia de seguridad y política energética. En seguridad lo más complejo estará, desde el primer minuto, en la cooperación. La Ley de Seguridad Nacional que envió el presidente al legislativo el 7 de diciembre y que ya fue aprobada en el Senado y Cámara de Diputados tomó por sorpresa al gobierno de EUA – primer problema. Esta ley generará ganancias para los grupos criminales que verán poca cooperación entre ambos países por las prohibiciones y reglas que impone en el trabajo conjunto de inteligencia.

En política energética, a La Casa Blanca llega el equipo más preocupado y dispuesto a ocuparse en lograr que EUA sea un país que utilice energías limpias y renovables y deseche las fósiles, sucias y caras. Biden ha decidido crear un nuevo puesto en el gabinete para John Kerry como zar para el cambio climático. Esto anticipa un choque de trenes con un Andrés Manuel López Obrador y su política energética que es el exacto opuesto: enfocada en rescatar a Pemex vía la refinación y llevándose entre las patas a la CFE a la cual obliga a producir energía con el combustóleo que nadie más le compra a Pemex.

Entre los puntos de convergencia está el comercio y la migración. Entre todos los principios neoliberales, el único que el presidente López Obrador no ha decidido tachar de su lista es el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC. La convergencia que se ha logrado en esta área entre México y EUA es tan grande que por más que Trump quiso deshacerse del tratado original, el TLCAN, no pudo y lo reacomodó.

Biden va a ser, de entrada, un presidente más institucional. En el ámbito comercial esto significará que dejaremos de ver las políticas nacionalistas de “America First” que llevaron a Trump a imponer tarifas y aranceles de forma abrupta y unilateral, muchas veces simplemente anunciadas a través de twitter. Con Biden ya no veremos esto lo que será una primera buena señal, aun tomando en cuenta que el próximo presidente deberá hacer buen malabarismo para empujar y apoyar el libre comercio con México y darle gusto a los votantes de cuello azul de Michigan, Wisconsin y Pennsylvania que le ayudaron a ganar la elección y sienten que el TLCAN y ahora el TMEC son la causa de la caída en su nivel de vida y desempleo.

Lo mismo puede decirse en migración. Ya no veremos la amenaza sorpresiva de imponer tarifas arancelarias a cambio de que México haga el trabajo sucio. Biden ha anunciado que buscará un camino legar para los Dreamers. Entre ellos, la mayoría son méxicoamericanos. Más allá de estos migrantes, Biden ha anunciado que las deportaciones van a ser revisadas lo mismo que la política de asilo que incluye el ‘Remain in México’ que ha complicado tanto la zona fronteriza del país al no tener la capacidad de recibir y mantener a los centroamericanos que se quedan atorados en lo que se resuelve su situación.

Las áreas de oportunidad estarán en combate a la corrupción y respeto a los Derechos Humanos. Con Biden en La Casa Blanca a AMLO le llega la hora de probar que sus promesas de acabar con la corrupción y luchar por los derechos humanos en México no son solamente retórica.

 

Columna completa en El Universal

Termina el mensaje por el 2º año de gobierno del presidente López Obrador y me pongo a escribir este texto. Quisiera ser parte de aquellos que ven el vaso lleno. De los que le aplauden y al escucharlo dicen que es el mejor presidente de México. De los que forman parte del 60 por ciento de apoyo a López Obrador en las encuestas de opinión.

Quisiera escuchar y creerle a López Obrador cuando dice que con todo y la pandemia que implicó la pérdida de un millón 117 mil empleos formales, ya se han recuperado 555 mil 600. Me gustaría poder aplaudirle sin recordar que a mediados de año había dicho que para este mes de diciembre se crearían 2 millones de empleos adicionales con todo y el coronavirus.

Sería extraordinario pensar en la cancelación a rajatabla de los fideicomisos como un triunfo en la lucha contra los gastos discrecionales y la corrupción pero, cuando concluye el año y no se ha presentado una sola prueba de malversación o mal uso de estos recursos y en cambio vemos que ahora sí quedan a disposición del gobierno, surge la maldita sospecha que, si AMLO quiere, este dinero servirá para comprar votos y voluntades para las elecciones del 2021.

Dijo el presidente en su discurso que ya es una realidad la atención médica y los medicamentos gratuitos. Como envidio a quienes aplauden este dicho del presidente e ignoran la cantidad de historias dolorosas de padres que han perdido a sus hijos enfermos de cáncer por falta de medicamentos ante un presidente que ha claramente decidido ni verlos ni escucharlos.

Presumió López Obrador que en materia educativa no han faltado libros de texto; se han construido 140 universidades públicas y hay 7 mil 200 becas de posgrado. La gran pregunta es ¿de qué sirve todo esto ante lo poco que se está haciendo para controlar la pandemia en México y que los alumnos puedan regresar a las aulas? ¿Se preocupa el presidente por los efectos en la salud mental y educativa de las clases a distancia? ¿Cree que la televisión y el internet pueden sustituir el contacto con maestros y compañeros?

El presidente habló de otros datos favorables entre los que incluyó el aumento en el flujo de las remesas. “Esos envíos de dinero llegarán a la suma récord de 40 mil millones de dólares, lo cual beneficiará a 10 millones de familias que están recibiendo en promedio 350 dólares mensuales”, dijo el presidente.

¿De verdad ni él ni sus simpatizantes se dan cuenta que esto no es un logro sino un fracaso? Implica que llega dinero a México de quienes prefirieron abandonar el país para poder buscar un mejor presente y futuro que aquí simplemente no encontraron.

También habló del avance en la solución al grave problema de la inseguridad que dejaron los gobiernos anteriores. ¿Cómo escuchar esto y aplaudir? Señor Presidente, ya basta de hablar del pasado ¿Para eso quería llegar a ser el Jefe del Ejecutivo? ¿Para aventar culpas sin asumir responsabilidades?

Bueno y el cierre con broche de oro es escuchar que lo mueve la convicción de justicia y que en su gobierno no hay impunidad para nadie. ¿Cómo aceptar esto sin voltear a ver a Bartlett; Irma Eréndira Sandoval y Pío López Obrador? Sus simpatizantes argumentarán que estos casos palidecen frente a los excesos del pasado. Flaco consuelo para quien quiere de verdad un país en el que impere el Estado de Derecho.

Anhelo vivir en el maravilloso México de AMLO.

Columna completa en El Universal

“El que no aspira, no respira”. Esa fue la frase que me dijo alguna vez un Secretario de Gobernación al referirse a los políticos en México y el mundo. Es perfectamente normal que un servidor público aspire a un mejor cargo popular. Por ello es legítimo y comprensible que el actual Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell (HLG) tenga sus propias aspiraciones. Lo que resulta realmente inexplicable es que, en lugar de concentrarse en hacer excepcionalmente bien el encargo actual para así poder tejer un camino más sólido y bien ganado hacia un mejor puesto, haga lo contrario.

Su trabajo como encargado de enfrentar la COVID19 es que se contagie y muera el menor número de mexicanos. Y la principal tarea al estar en los hechos ya al frente de la COFEPRIS es lograr agilizar los procesos burocráticos para que México tenga varias vacunas y tratamientos para los que enfermen de coronavirus y que esto suceda al mismo tiempo que en Estados Unidos; Europa y América Latina.

Además, esa ha sido la instrucción presidencial que recibieron el canciller, Marcelo Ebrard, el titular de la COFEPRIS, José Alonso Novelo, y el propio Subsecretario.

Pero López-Gatell está haciendo exactamente lo contrario. Según varias fuentes a las que he tenido acceso, desde distintos ámbitos tanto públicos como en las empresas intentando agilizar la llegada de la vacuna y tratamientos a México, el nombre recurrente para explicar diques y obstáculos para que ello suceda es HLG.

Ya sabemos que ha estado en contra del uso del cubrebocas y de la aplicación de pruebas. Pero en el tema de los tratamientos y las vacunas, realmente hay incredulidad ante la actitud que ha asumido López-Gatell. Sobretodo al ver que otros países ya tienen planes y estrategias para vacunación mientras que en México el Subsecretario no ha presentado nada y se ha dedicado a declarar en contra de todas las vacunas que se están trabajando actualmente en el mundo.

Primero ha obstaculizado vía la COFEPRIS que tiene cooptada, la entrada del tratamiento Remdesivir que, para mayores señas, fue uno de los utilizados para salvarle la vida a Donald Trump. A México es un medicamente que no se le permite actualmente la entrada. Prohibición que ocurre sin explicación.

Lo mismo pasa con los procesos para compra de vacunas. Mientras en la cancillería se ha hecho un trabajo profesional para tratar de que México tenga acceso a la o las primeras vacunas que logren su aprobación, una vez que ese enlace con laboratorios y/o empresas se logra, la bolita queda en la cancha de la Secretaría de Salud para los tramites de aprobación y planes de distribución. Pues todo ello está frenado en el dique llamado López-Gatell.

Haciendo un recuento de las declaraciones de HLG, lleva desde el 25 de junio y hasta la fecha hablando en contra de cada esfuerzo por lograr que una vacuna llegue a México. En la conferencia vespertina del 9 de noviembre, tras el anuncio de Pfizer de 90 por ciento de efectividad en su vacuna, declaró que la información venía sólo de la prensa. Afirmó “tenemos que ser mesurados y no porque salga una buena noticia debe apresurase el análisis ni dejarnos llevar por presiones políticas.”

¿A qué presiones políticas se referirá López-Gatell? Tal parece que siente que si llega la vacuna a México, alguien más (¿Ebrard?) y no él, recibirá los réditos políticos. Su aspiración es criminal. Está matando a los mexicanos.

 

Columna completa en El Universal

Atlanta, Georgia. – El número me parece impresionante. 71.5 millones de personas votaron por Trump. Casi 8.5 millones más de personas votaron por Trump este 2020 de los que votaron por él en el 2016. No hubo un rechazo al trumpismo, como muchos anticipaban. Por el contrario, Trump recibió más apoyo.

Pero lo fundamental es que si en 2016 votaron por una persona a la que realmente no conocían, ahora en el 2020 lo hicieron sabiendo que Trump es un racista; xenófobo; nativista; misógino; mentiroso; tramposo; cruel; cero empático; temerario.

Si todo esto no solo no generó repulsión, por el contrario, mayor apoyo, entonces ¿qué tiene que hacer un líder para que lo rechacen contundentemente? Lo pregunto observando a Estados Unidos pero pensando en México.

No se repudió al populismo con la intensidad que se esperaba ni con la enjundia que se merecía. 10 millones de contagios y en ruta a las 300 mil muertes y Trump logró convencer a 71.5 millones de personas que su manejo de la pandemia por la COVID-19 no era motivo para sacarlo de La Casa Blanca.

En la cobertura que he estado haciendo como parte del equipo de Noticieros Televisa he podido platicar con fervientes trumpistas que se creen absolutamente todo lo que les dice el presidente en los mítines y lo que leen en su cuenta de twitter.

Todo se lo creen: el virus no existe; es un complot. A Trump no le dio COVID, lo fingió para mostrar que es una mentira. El anuncio de Pfizer sobre 90% de efectividad en su fase 3 dado hasta pasada la elección comprueba el complot. Hay votos legales y votos ilegales. Los ilegales están solamente en los condados y estados en los que Trump no ganó, pero eso es un simple detalle. Trump ganó; Trump ganó; Trump ganó…me repitieron varios de sus votantes tanto en Florida como en Georgia.

Trump no va a quedarse más allá del 20 de enero en La Casa Blanca, pero durante los próximos cuatro años va a tener al partido republicano secuestrado con su proyecto de, ya sea reelegirse en el 2024 o que Don Jr. o Ivanka busquen esa candidatura. “Trump tendrá el potencial de ser más destructivo fuera de La Casa Blanca que dentro”, dijo Jennifer Horn, fundadora del Lincoln Project.

Desde el día después de la elección, el hijo del presidente, Don Jr., ha estado tuiteando a los republicanos más importantes, por nombre, exigiendo una postura clara de no reconocimiento a Biden y apoyo a la ola de juicios abiertos por su padre para intentar revertir la elección. Al llamado han respondido varios de ellos, incluyendo el líder del Senado, Mitch McConnell, quien logró reelegirse hace una semana y no ve la contradicción de reconocer ese resultado electoral pero de cuestionar el de la presidencia.

Vienen momentos complicados para Joe Biden. Arrancará con un montaña casi vertical de retos con los cuáles deberá lidiar con un ejército pro-Trump de millones de personas que rechazan su liderazgo.

Entre los comentarios y análisis leídos en estos días me quedo con el del periodista del New York Times, Frank Rich: en 2016 Donald Trump era un signo de interrogación; en el 2020 es un signo de exclamación. 71.5 millones de personas decidieron que era la mejor opción para su país.

Estados Unidos acaba de concluir cuatro años tumultuosos en los que dos se fueron en la campaña presidencial más concurrida (147 millones de personas) y más cara ($14 mil millones de dólares) de la historia. El resultado ha sido dejar al país en el mismo lugar: fuertemente dividido; sumamente polarizado.

71.5 millones de personas votaron por 4 años más de Trump. Sirva esto para que en México pongamos las barbas a remojar quienes creemos que los liderazgos caóticos son repudiados contundentemente en las urnas.

Columna completa en EL UNIVERSAL

Cuando uno pensaría que el PRI tendría que estar ideando una estrategia para ganarse a la opinión pública que desencantada y enojada con el desempeño del partido durante el sexenio pasado los abandonó y decidió darle el voto a Morena y sobre todo a Andrés Manuel López Obrador, sale la sorpresa de su postura frente a la detención del General Cienfuegos.

El diputado Pablo Guillermo Angulo Briceño presentó un punto de acuerdo ante la Cámara de Diputados solicitando que la Secretaría de Hacienda, ósea, el gobierno mexicano, asuma los costos legales de la defensa del General Cienfuegos, acusado y detenido en Los Ángeles, California, de haber recibido sobornos de los Beltrán Leyva a cambio de protección.

La detención es un tema de enorme relevancia para México; para la relación bilateral con Estados Unidos y para la lucha en contra del crimen organizado que tanto le ha costado al país en dinero, vidas e imagen.

El punto de acuerdo del diputado Angulo Briceño lo subió a twitter el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, así que se puede asumir que es la postura del partido. Bajo el argumento de los 54 años de servicio a México del General Cienfuegos y dado que en el país no hay una investigación abierta en su contra, el PRI, bajo el mando de Moreno y con el documento de Angulo Briceño, se inserta en un tema que hace ver al partido como defensor del crimen organizado y la corrupción.

Si, a Cienfuegos no se le ha declarado culpable en ninguna corte. Pero el primero en asumirlo como culpable fue el presidente Andrés Manuel López Obrador en la conferencia mañanera del 16 de octubre en donde declaró “Quiero decir que, como en le caso de García Luna, todos los que resulten involucrados en este otro asunto del General Cienfuegos, que estén actuando en el gobierno o en la Secretaría de la Defensa, van a ser suspendidos, retirados y, si es el caso, puestos a disposición de las autoridades”. Y agregó que él no va a encubrir a nadie. “No podemos seguir con un régimen corrupto, de injusticias, de privilegios. Imagínense la vergüenza que detienen al que fue jefe de la Policía con Calderón y ahora al Secretario de la Defensa del pasado gobierno”, remató el presidente.

Más tarde López Obrador intentó retirar lo dicho y decidió que mejor era esperar la sentencia. Pero ese golpe a la credibilidad del ejército ya estaba dado por el actual Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas que es el presidente de México.

Golpe que, según fuentes consultadas con trato directo con el Ejército, tiene sumamente enojados a buena parte de las Fuerzas Armadas que simplemente no entienden como es que el presidente López Obrador, que se ha apoyado tanto en ellos, fue tan rápido en condenar a Cienfuegos.

En lugar de dejar al presidente López Obrador en su laberinto para que resuelva qué debe hacer su gobierno frente a un Estados Unidos que actúo unilateralmente en contra de uno de sus ciudadanos y ex funcionario de tan alto rango, el PRI decide presentar este punto de acuerdo para que la opinión pública los catalogue como defensores de posibles actos de corrupción.

Algunos en el Ejército estarán contentos con el PRI. Pero fuera de ellos, esta postura será vista como la prueba de que los errores del pasado siguen siendo defendidos por el corrupto Partido Revolucionario Institucional. Flaco favor se hace el PRI como oposición en la antesala de las elecciones del 2021.

 

Columna completa en El Universal

En México tenemos a un presidente que dice que está transformando al país y una de sus palancas para hacerlo es inyectando miles de millones de pesos a Pemex para intentar lograr autonomía energética.

Varios conocedores de la industria han dicho que esto es un sueño guajiro, pero aún así, AMLO persiste. Qué maravilla sería que en lugar de querer importar el penacho de Moctezuma de Austria, el presidente quisiera imitar lo que está haciendo el CEO de una de las petroleras más grandes del mundo, British Petroleum (BP), Bernard Looney.

Looney encabeza hoy en día la mayor transformación de la industria energética en sus 160 años de historia. En septiembre dio a conocer el plan de transformación de BP de una industria de petróleo y gas a una de energías renovables. Es el plan más agresivo que se ha visto en la industria. Lo que pretende BP es, para 2030 recortar en un 40 por ciento su producción de petróleo y gas y aumentar el gasto en energías renovables de $500 millones de dólares anuales actualmente a 5 mil millones de dólares. Y para el año 2050 la petrolera británica buscará que todas sus operaciones emitan cero emisiones.

Además, los cien millones de dólares al año que gasta BP en mantener su reputación como empresa de petróleo y gas se irán reduciendo y ese dinero se invertirá para apoyar políticas en favor del medio ambiente alrededor del mundo. La empresa ya está invirtiendo $6.5 millones de dólares en Estados Unidos para iniciativas en favor de las energías limpias en este 2020, a pesar del durísimo golpe económico que ha sufrido por la caída en la demanda de energías fósiles por la pandemia. Han anunciado su apoyo a la política climática de la Unión Europea y al plan de Reino Unido de prohibir para el año 2035 autos con motores de combustión interna.

Nótese la diferencia entre este propósito y el que acaba de presentar el gobierno de la Cuarta Transformación, que pretende incrementar la producción de petróleo en 101 mil 700 barriles diarios para un total de un millón 944 mil 400 barriles diarios en el 2021. Vamos en sentido contrario de lo que el mercado mundial de energéticos nos está diciendo y lo estamos haciendo cuando no tenemos ni siquiera la liquidez suficiente para estarla desperdiciando. ¡Qué frustrante!

En entrevista para el portal político Axios, Looney dijo dos cosas que me llamaron la atención. La primera fue entender que la transformación de la empresa se hace en el interés de ésta. No están tratando de proteger un negocio – el del petróleo y gas – que ya va de salida porque saben que esto significaría su quiebra. “Estamos haciendo que BP pase de ser la compañía petrolera internacional que hemos sido durante 111 años a convertirnos en una compañía de energía integrada”.

Lo segundo fue que ante la pregunta sobre el pasado de la empresa en el que defendió a quienes dudaban del cambio climático, Looney dijo algo clave: “no sirve de nada envolvernos en lo que ocurrió en el pasado ante los enormes retos que tenemos frente a nosotros.” Esta frase suena como música a los oídos ante un presidente en México que se empeña en justificar lo injustificable de hoy con base en el pasado, en lo que ha ocurrido antes de él y su fallida transformación.

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Pasan las décadas y no deja de sorprender lo generoso que es México. Generaciones de políticos han pasado de tener una vida de clasemedieros a millonarios en tan solo un buen sexenio de trabajar en el gobierno. Esto es algo que evidentemente motivó a fuertes críticas en los medios y al desencanto que finalmente llevó a Andrés Manuel López Obrador a recibir más de 30 millones de votos en el 2018 y a ganar finalmente la presidencia.

En lo que va de este sexenio, además de enterarnos de la cantidad de propiedades que funcionarios como Bartlett e Irma Eréndira Sandoval han acumulado, el presidente Andrés Manuel López Obrador nos ha permitido ver todo lo que sí estaba bien en el país. No todo era un desastre.

Por ejemplo, existen fideicomisos que tienen recursos importantes para fomentar la ciencia; el deporte; el cine y otras disciplinas que han permitido a México tener desde investigadores en los centros más prestigiados del mundo, como el CERN en Suiza, en donde hay 40 científicos mexicanos trabajando en el Gran Colisionador de Hadrones, hasta cinestas que han obtenido premios internacionales que han dejado huella de que en México no todo es crimen y corrupción.

Estos fideicomisos han servido, entre muchas otras cosas, para fortalecer el poder suave de México.

Pero, desde mayo de este año, Dolores Padierna presentó una iniciativa para extinguir 44 fideicomisos de la Administración Pública Federal para, según la diputada, obtener 36 mil millones de pesos para los proyectos del presidente.

Después de meses de Parlamento Abierto en el que científicos e investigadores dieron razones para probar la utilidad de estos fideicomisos, parecía que Morena había desistido de querer extinguirlos. Así lo dijo el propio Coordinador de los Diputados de Morena, Mario Delgado, en mayo después de haber escuchado a los cineastas Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu expresar su preocupación por el anuncio de extinguir el FIDECINE.

Sin embargo, ante la insistencia del presidente por hacerse de estos recursos, ayer el mismo Mario Delgado anunció que no solo van a buscar desaparecer esos 44 fideicomisos, ahora serán 109 los que buscan extinguir para obtener 68 mil millones de pesos.

Es más, únicamente se mantendrá el Fondo de Salud para el Bienestar con sus 97 mil millones de pesos. Imagino que esta decisión será temporal, hasta que el gobierno necesite hacerse de más dinero.

Pero además de darnos cuenta de estos miles de millones de pesos en fideicomisos, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto al descubierto varias otras cosas muy positivas que tiene (tenía) México.

Crecíamos a lo que considerábamos un mediocre 2 por ciento en promedio. Hoy esa cifra se extraña. En el Sector Salud se sabía que había problemas de atención a los pacientes y que se debían mejorar las instalaciones. Hoy nos damos cuenta que cuando menos había abasto de medicinas y que su escasez no se minimizaba. La presencia de los presidentes en foros en el extranjero parecía decorativa, pero cuando menos no ocasionaba la risa mundial los discursos presidenciales ante la Asamblea de Naciones Unidas en donde la semana pasada Andrés Manuel López Obrador juzgó pertinente hablarle al mundo de su rifa no rifa del avión presidencial.

México lleva décadas con problemas. Estábamos mal. Y ahora, gracias al presidente López Obrador nos damos cuenta que siempre hay espacio para estar peor.

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Amanecemos el día después de la rifa y el avión sigue ahí, sin venderse, depreciándose. Pero el presidente López Obrador estará muy contento con haber hecho de su capricho una realidad. A la imposibilidad de vender el avión, siguió la ocurrencia a la cual se sumaron partidarios y empleados del presidente. El absurdo llegó al grado que en el discurso previo al arranque de la rifa, el director de la Lotería Nacional, Ernesto Prieto, lloró emocionado por la iniciativa y liderazgo de AMLO.

El espectáculo de la venta/rifa del avión presidencial ha sido un triunfo para un AMLO que ha tenido a México atento de esta ocurrencia y distraídos del problemón de salud; economía e inseguridad en el que nos encontramos. Por eso, a la vez ha sido una derrota para México. Una derrota en donde posiblemente muchos de los que coincidimos con el presidente en que no puede haber un pueblo pobre con gobernantes viviendo como jeques árabes, vemos con sorna el show de la rifa.

En lugar de que su diagnóstico sirva para acabar con ese México de privilegios, el ridículo que vimos desde hace meses y cuya cúspide posiblemente fue ayer en el edificio de la Lotería Nacional, ha disuelto ese mensaje tan importante. Y además, ha exacerbado la división en la opinión pública.

Otro triunfo para AMLO será su consulta sobre llevar a juicio o no a los expresidentes. Será otro espectáculo que ayude a seguir distrayendo de lo importante. Por ello será un éxito para el presidente. Y también un fracaso para México porque, lejos de reforzar el Estado de Derecho que está tan maltrecho, lo debilita.

Al igual que la rifa del avión, la consulta también exacerba la división social. Se fortalece el discurso de nosotros (los impolutos) contra ustedes (los corruptos). Ya veremos ahí también a los miles de incondicionales partidarios del presidente sumándose a una iniciativa que bien se sabe que no logrará nada para hacer de México un país ni más justo, ni menos corrupto.

Vivimos en lo que la periodista española Ana Alonso ha llamado el nuevo autoritarismo de la mentira. AMLO dice y propone lo inviable y no hay quien lo desmienta o le ponga un freno. Cabe preguntarnos ¿qué es más peligroso en este momento, el discurso de odio del presidente o el clima de fanatismo que lo rodea?

Para AMLO ambos, el discurso de odio y el fanatismo, representan triunfos; para México fracasos.

Apostilla: El laboratorio mexicano Landsteiner Scientifics llegó a un acuerdo con el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) que está financiando la investigación del Instituto Gamaleya de Moscú, para la distribución de 32 millones de dosis de la vacuna Sputnik V.

En estos días el prestigiado journal The Lancet ha publicado los avances favorables de los estudios Fase I y II de esta vacuna. La tecnología utilizada por los rusos para su elaboración es a través de un adenovirus humano a la que ya han recurrido de forma exitosa en otras vacunas como la del Ébola por más de cincuenta años.

Entre las cien mil personas que participaran en la Fase III de pruebas de la Sputnik V, la idea es que se incluya a cientos de voluntarios mexicanos para enfatizar su seguridad.

Entonces el reto será que una vez que se concluyan los estudios de Fase III y se compruebe científicamente su seguridad y eficacia, la COFEPRIS la apruebe rápido para que pueda estar disponible para la población. Recordemos que entre más opciones de una vacuna segura logre México, más rápido podrá el país salir adelante de la pandemia.

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En una semana dieron dos discursos dos presidentes muy similares. Donald Trump, en el que fue su aceptación de la candidatura del partido republicano para su reelección y Andrés Manuel López Obrador en su 2º Informe.

Los discursos fueron para cumplir con formas y tradiciones de ambos países pero realmente fueron reiteraciones más que un agradecimiento, en el caso de Trump, o un informe, en el caso de López Obrador.

Ambos destacaron por hablar sobre una verdad alternativa.

En el caso de Trump, su discurso se enfocó en decir que él es el presidente de la ley y el orden, aun cuando al estar en La Casa Blanca usando un edificio de gobierno para un evento de campaña, rompió la ley y no acató el orden.

Dijo que su gobierno ha sabido lidiar perfectamente bien con la pandemia, utilizando la ciencia y escuchando las recomendaciones de los científicos…ante mil 500 personas reunidas, la mayoría sin cubrebocas, contraviniendo las dos premisas básicas para evitar la propagación del coronavirus.

En el informe de Andrés Manuel López Obrador escuchamos las mismas contradicciones. Un presidente que dice en la misma oración que promoverá una consulta para enjuiciar a los ex presidentes de México y presume la fortaleza e independencia del Fiscal General.

Tanto Trump como AMLO son dos Jefes de Estado que han dicho que ellos solos pueden resolverlo todo; quieren todo el poder y se molestan con los contrapesos. Cuando algo sale mal, la culpa es de alguien más.

Trump dice que la violencia en su país es culpa de los ultra liberales demócratas y que Biden es su títere. AMLO dice que es culpa de los gobiernos anteriores; los neoliberales que le antecedieron.

Trump culpa por las muertes del COVID a los gobernadores demócratas por haber actuado tarde, aun cuando fue él quien declaró que el virus desaparecería por arte de magia y se negó a utilizar mascarilla hasta el mes de julio.

AMLO culpa a los empresarios que producen comida chatarra de los muertos del COVID en México y sigue negándose a utilizar la mascarilla. En cuanto a la vacuna, hace caravana con sombrero ajeno al presumir el acuerdo entre la Fundación Carlos Slim con Aztra Zeneca y la Universidad de Oxford como una iniciativa personal.

También se cuelga la medalla de las remesas sin reconocer que su crecimiento se debe a que en EUA el gobierno ha dado un cheque a cada ciudadano y por eso los paisanos tiene como ayudar a sus familiares en México.

Trump presume que ha cumplido sus promesas de campaña. Menciona el muro en la frontera con México. Lo que Trump no dice es que lo poco que se ha hecho, solo 24 kilómetros de los 300 que tienen algún tipo de barrera, ha sido pagado por el gobierno estadounidense, no el mexicano.

AMLO presume que ha cumplido 95 de sus 100 compromisos. Una revisión de éstos deja ver que esto no es cierto. No hay medicinas (compromiso #13); hay desabasto. Se olvida mencionar que el Banco del Bienestar sigue sin sucursales (compromiso #30); El compromiso 55 dice que habrá auténtico Estado de Derecho y el 56 que se acabará con la impunidad. Ahí está Rosario Robles en prisión; su hermano Pío López Obrador no está siendo investigado y Ovidio Guzmán fue liberado.

Lejos de impulsar fuentes renovables de energía (compromiso #73) éstas se han inhibido. Lejos de prohibir proyectos que afecten el medio ambiente (compromiso #76) su gobierno construye la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya que lo devastan.

Aunque AMLO habla español y Trump inglés, ambos recurren al idioma universal del populista.

 

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El presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia con la firme propuesta de no endeudar al país durante su sexenio. López Obrador no quiere ser recordado como otro López presidente, José López Portillo, y el endeudamiento que le dejó a México.

Como el presidente es obstinado y necio, así se describe a sí mismo, aun en medio de la pandemia más fuerte que ha enfrentado el mundo en más de un siglo, él no cambia rumbo, va derecho y no se quita.

Con el argumento (certero) de que en el pasado se rescató a los millonarios usando el dinero de todos los mexicanos mediante el Fobaproa, ahora ha dicho que no hay plan de rescate para nadie. Como si no existiera la opción intermedia de idear un plan para que la economía no se vaya a pique, sin que signifique salvar solo a los ricos que tanto desprecia el presidente.

López Obrador parece no ver la diferencia entre lo que ocurrió en las crisis financieras del pasado con lo que está ocurriendo ahora. Esta crisis es exógena a la economía. No se ha generado por un problema de liquidez, como ocurrió en el 2008-2009. Por ello, los gobiernos en prácticamente todo el mundo, menos en México, han ideado planes para suavizar el impacto de la crisis para empresas y para individuos.

Así, un europeo o un estadounidense dueño de un restaurante, con los apoyos generados por sus gobiernos, puede cerrar durante el confinamiento sin tener que despedir a sus empleados y bajar la cortina de manera definitiva de su negocio. En el momento que se pueda reactivar la economía, ese restaurantero lo único que tendrá que hacer es ir a su local, limpiar el polvo; bajar las sillas; llamar a sus empleados para que regresen y reabrir.

En el caso de México, en donde no hay apoyos gubernamentales, el mismo restaurantero va a tener que cerrar. El poco capital con que contaba se esfuma en los primeros meses de la pandemia donde los utilizo para sobrevivir sin ingresos. Al acabarse estos, no le queda más que cerrar y despedir a sus empleados. Con esto deja a varias familias sin ingresos, incluyendo la suya. El día que se pueda reactivar la economía, este restaurantero tendría que en primer lugar conseguir recursos e ir a buscar un nuevo local; acondicionarlo y recontratar meseros; cajeros etc. Lo que sería un proceso mucho más largo y complicado.

Es el caso de ya 90 mil restaurantes en todo el país, en su mayoría micro, pequeños y medianos negocios que ha dejado sin trabajo a aproximadamente 300 mil personas. El presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera de Alimentos Condimentados (Canirac), Francisco Fernández Alonso, ha dicho que esperan que el cierre continúe.

La falta absoluta de respuesta financiera y fiscal hará que México sea uno de los países más afectados por la pandemia y de los que más tarde en recuperarse. Aun cuando el presidente dijo en mayo que la recuperación iniciaría en junio y después, la semana pasada, que la recuperación comenzará en agosto, ¡ósea en dos días! Quizás en agosto nos dirá que en septiembre y así nos iremos.

Los esfuerzos de política pública que hoy están dándose en otros países ayudarán a que la recuperación sea más rápida. Pero nosotros vamos en sentido contrario. Por esta falta de ayuda económica, que el presidente confunde con regalarle dinero a los ricos, es que México tardará más en recuperarse. Así, el país es hoy el contraejemplo mundial de cómo enfrentar los efectos económicos de la pandemia.

Apostilla: El presidente, sin embargo, decide seguir adelante con el show del avión presidencial. Vaya, ni los desastres en Nuevo León y Tamaulipas por el paso de Hanna desviaron su mañanera desde el hangar presidencial. Prefirió pedirnos a los mexicanos que compremos cachitos para la rifa del avión de a $500 pesos cada uno, en lugar de ir a visitar a los afectados por la tormenta tropical.

 

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La gira del presidente Andrés Manuel López Obrador fue un exitazo…para él. Para México significó una vergüenza.

La visita ocurrió a ciento diez y seis días de las elecciones estadounidenses en las que Trump busca reelegirse. Por ello, además de ser presidente es candidato. Y por eso, ir a visitarlo significó un intromisión en el proceso electoral de Estados Unidos. El pretexto de ir a celebrar la entrada en vigor del TMEC no se sostiene cuando ni siquiera acompañó la gira Jesús Seade, el principal y único negociador del acuerdo. Seade estaba ocupado en su cabildeo para lograr la dirección de la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Si Seade pudo estar ausente por tener otros temas más importantes en la agenda ¿no habría podido aplicar la misma lógica para el presidente López Obrador cuando México está en medio de una catástrofe económica y de salud que nos coloca como el cuarto país con mayor número de muertes en todo el mundo por COVID19?

Pero concediendo a aquellos que dicen que AMLO no podía decirle que no a Trump cuando el presidente de Estados Unidos prácticamente ordenó esta visita desde Yuma, Arizona, frente al muro que divide la frontera y que representa el símbolo de lo peor de la relación bilateral, si había que ir a Washington a hacerle el juego a Trump para seguir con la política de no antagonizarlo ¿por qué no se pensó en hacer una agenda más rica para el presidente de México?

A la Embajadora de México en Washington, Martha Bárcena, le pregunté en un foro organizado por la Universidad de California en San Diego en la que fui invitada como panelista, ¿por qué no se reunió el presidente López Obrador con miembros de la comunidad mexicana durante la visita? La respuesta fue que se debió a una preocupación por el COVID. Organizar una reunión así habría expuesto a los asistentes a contagio del virus.

Algo curioso cuando en el encuentro entre ambos presidentes la reunión sucedió sin esta preocupación. En las varias fotografías que circularon se pudo ver que ninguno de los presidentes utilizó cubre bocas y prácticamente todos los asistentes estuvieron sentados hombro con hombro sin mascarilla. Esto fue posible porque a todos los asistentes se les hizo la prueba de COVID antes del evento, me explicó la embajadora. Esto es algo que igualmente pudo haberse organizado con los asistentes a un encuentro de la comunidad mexicana con López Obrador.

Pero ni un encuentro así, ni otro con los demócratas se incluyó en la agenda. Al final, el balance fue que como Trump no insultó a López Obrador, la gira fue un éxito. Qué baja está la vara para medir los avances de la relación bilateral que acarrea tantos temas que afectan a miles de ambos lados de la frontera.

La gira fue un éxito para López Obrador. No lo insultó Trump, quien quedó feliz con palabras del presidente que estará utilizando para su campaña de reelección. Si gana Trump, el ganador será sin duda López Obrador. Bajo la presidencia de Trump, los estadounidenses no se entrometen en el trabajo que haga el gobierno mexicano en la lucha contra el narcotráfico; en procuración de la democracia ni en el combate a la corrupción. Una presidencia de Biden sería mucho más escrupulosa. Y eso no es algo que le convenga a AMLO.

La gira fue pues, un exitazo para AMLO…pero no para México.

www.anapaulaordorica.com @AnaPOrdorica

Apostilla: En aras de no sumar a la polarización, se pueden destacar dos aspectos positivos de la visita.

  • Lo bueno de la visita fue que López Obrador arrancó hablando de la importancia de que la región de Norteamérica avance en el comercio global ya que hemos pasado de representar el 40.4 por ciento de éste en 1970 a representar actualmente solo el 27.8 por ciento. Estas fueron cifras que dio el presidente. Para alguien que se ha caracterizado por enfatizar la importancia de ser autosuficientes en todo, el cambio de opinión respecto a la integración de Norteamérica es de llamar la atención.
  • Otro aspecto positivo de la visita fue el logro de la cancillería de evitar que hubiese sesión de preguntas y respuestas al final de la conferencia conjunta. Con ello se logró disminuir significativamente el riesgo de alguna pregunta que hubiese acarreado una respuesta de Trump incómoda para López Obrador, como el muro; las visas para estudiantes internacionales o para trabajadores.

 

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