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El periodista estadounidense Evan Gershkovich, detenido en Rusia desde hace 15 meses por cargos de espionaje que él niega, compareció este miércoles ante un tribunal de Ekaterimburgo en el primer día de su juicio, que se celebra a puerta cerrada.

Gershkovich, de 32 años, fue arrestado en marzo de 2023 por los servicios de seguridad rusos (FSB) y se convirtió en el primer periodista occidental desde la época soviética acusado de espionaje en Rusia.

Este miércoles apareció en un cubículo transparente en el tribunal regional de Sverdlovsk con la cabeza rapada y vistiendo una camisa oscura a cuadros. Sonrió a algunos periodistas y les saludó con un “hola” apenas audible.

La prensa acreditada tuvo acceso brevemente a la sala antes del inicio del juicio, que se celebra a puerta cerrada.

Una portavoz del tribunal, Irina Toshcheva, indicó que la próxima audiencia se celebrará el 13 de agosto y que no se permitirá a la prensa filmar de nuevo al periodista antes de que se anuncie el veredicto, en una fecha aún indeterminada.

El servicio de prensa del servicio federal de prisiones (FSIN) se negó a indicar dónde permanecerá detenido Gershkovich, hasta ahora en prisión preventiva en Moscú, a 1,400 km de Ekaterimburgo.

La Casa Blanca denunció una “farsa de juicio”, reiterando que Gershkovich “nunca ha trabajado para el gobierno” estadounidense, que “no es un espía” y que “nunca debió ser detenido”.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, indicó que Washington “seguirá haciendo todo lo posible” para liberar al periodista.

La embajada estadounidense en Moscú dijo que sus representantes habían podido asistir a parte de la audiencia este miércoles.

Gershkovich, que también trabajó para la AFP en Moscú en 2020 y 2021 y se enfrenta a hasta 20 años de prisión, está acusado de haber recopilado información confidencial en nombre de la CIA sobre uno de los principales fabricantes de armas del país, Uralvagonzavod.

El periodista, su periódico y sus familiares rechazan estas acusaciones, al igual que el gobierno de Estados Unidos, que creen que Rusia ha montado el caso para canjear al periodista por varios rusos detenidos en países occidentales.

Un alto dirigente de la diplomacia rusa, Serguéi Riabkov, reveló la semana pasada que Rusia ha hecho una propuesta a Washington para un intercambio de prisioneros, sin revelar los detalles. Según él, “la pelota está en la cancha de Estados Unidos”.

El presidente ruso Vladimir Putin reconoció que hay negociaciones en marcha y dio a entender que podría pedir la liberación de Vadim Krasikov, condenado a cadena perpetua en Alemania por haber asesinado en Berlín en 2019 por orden de Moscú a un excomandante separatista checheno.

Varios estadounidenses están detenidos en Rusia, entre ellos la periodista ruso-estadounidense Alsu Kurmasheva, arrestada el año pasado por violar la ley de “agentes del extranjero”, y el exmarine Paul Whelan, que cumple una condena de 16 años de prisión por espionaje, un cargo que niega.

Dos asesores que ocuparon puestos clave en la Administración del expresidente de Estados Unidos Donald Trump, presentaron al hoy precandidato republicano un plan para la guerra de Ucrania que propone condicionar el envío de armamento a ese país a que comience a negociar la paz con Rusia.

El documento, elaborado por los exasesores de Seguridad Nacional Keith Kellogg y Fred Fleitz, también propone levantar las sanciones y normalizar las relaciones con Rusia si firma un acuerdo de paz aceptable para Ucrania.

“No hablamos en nombre del presidente Trump y no somos parte de la campaña de Trump. Solo esperamos que nuestras ideas sean útiles para forjar una mejor política estadounidense para poner fin a la guerra de Ucrania”, dijo este Fleitz en redes sociales, al citar una entrevista con la agencia Reuters.

El documento, titulado “Estados Unidos primero, Rusia y Ucrania después”, fue publicado en abril por el America First Policy Institute, un laboratorio de ideas cercano a Trump, y luego entregado al republicano.

Los autores aseguran que la guerra, iniciada en 2022 por la invasión rusa de Ucrania, está estancada y que el envío continuado de armamento por parte de Estados Unidos y los países europeos a las trincheras ucranianas ha llevado la situación a un “punto muerto”.

Los autores proponen que Washington siga armando al Ejército ucraniano para “impedir que Rusia haga más avances”, pero “la futura ayuda militar estadounidense requeriría que Ucrania participara en conversaciones de paz con Rusia”.

Fleitz detalló que no se le pediría a Ucrania que renunciase al objetivo de recuperar todo su territorio, sino que “aceptara utilizar la diplomacia en lugar de la fuerza”.

Para convencer al presidente ruso, Vladímir Putin, que se siente a negociar la paz, la OTAN debería posponer la adhesión de Ucrania durante un período prolongado, sostienen los autores del informe. Y añade que “Estados Unidos y sus aliados se comprometerían a levantar por completo las sanciones contra Rusia y normalizar las relaciones después de que se firmara un acuerdo de paz aceptable para Ucrania”.

También propondrían imponer un impuesto a las ventas de petróleo y gas ruso “para pagar la reconstrucción de Ucrania”.

Putin ha puesto como condiciones para negociar la paz que las tropas ucranianas abandonen las cuatro regiones anexionadas por Moscú en 2022; que esas regiones y la península de Crimea sean reconocidas como territorio ruso; y que Ucrania renuncie a sus planes de ingresar en la OTAN.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se despidió de Corea del Norte con un concierto y una recepción oficial en su honor ofrecida por el líder del régimen norcoreano, Kim Jong-un.

La estancia del jefe del Kremlin en Pyongyang, su primera visita a este país desde el año 2000, duró menos de 24 horas.

El avión presidencial ruso se dirigirá ahora a Vietnam, la segunda y última de etapa su corta gira asiática, que concluirá el jueves.

En Pyongyang, donde Putin tuvo uno de los recibimientos más ostentosos que se recuerda en una visita al exterior, el mandatario ruso y su homólogo norcoreano firmaron un acuerdo de asociación estratégica, que incluye asistencia mutua en caso de que sus países sean agredidos.

El presidente ruso celebró durante la recepción el fortalecimiento de la amistad y cooperación entre Rusia y Corea del Norte y por la salud de su líder y los “amigos coreanos”.

“En Rusia y Corea existe un proverbio similar. Dice así: ‘Un vecino cercano es mejor que un pariente lejano’. Creo que esta sabiduría popular refleja plenamente la naturaleza de las relaciones entre nuestros países”, dijo Putin.

Poco antes de la recepción, en una breve intervención en un concierto ofrecido en su honor, Putin agradeció a los dirigentes y al pueblo de Corea del Norte su “posición equilibrada” ante la “situación” en Ucrania, donde en febrero de 2022 lanzó una invasión militar que se dejado decenas de miles de muertos.

“Hoy estamos luchando juntos contra la hegemonía y las prácticas neocoloniales de Estados Unidos y sus satélites, contra los intentos de imponer modelos y valores de desarrollo que nos son ajenos”, sostuvo Putin.

El presidente ruso, Vladímir Putin, llegó este martes a Corea del Norte, donde se encontrará mañana en un evento oficial con Kim Jong-un, en lo que es su primera visita de Estado a este país desde el año 2000.

El avión presidencial aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Sunan, donde el jefe del Kremlin fue recibido personalmente por Kim, con el que se había reunido en septiembre pasado en territorio ruso.

Los mandatarios conversaron durante unos minutos antes de acceder al coche oficial, un Aurus ruso al que Putin invitó a subir a su colega norcoreano, según reportó la agencia Interfax.

La primera y única vez que Putin viajó como presidente a este país fue en julio del año 2000, cuando mandaba Kim Jong-il, padre del actual líder norcoreano y que falleció en 2011.

Se espera que Kim y Putin presidan el miércoles una gran parada militar en Pyongyang, ya que imágenes captadas por satélite muestran el montaje de estructuras temporales en la plaza Kim Il-sung, epicentro de todos los desfiles en la capital norcoreana.

Según la tradición, Putin se alojará en el lujoso Palacio de Invitados de Kumsusan, construido en 2019 y empleado para albergar al líder chino, Xi Jinping, cuando visitó hace un lustro el ‘Reino Ermitaño’.

Horas antes de viajar a Pyongyang, Putin dio su visto bueno al proyecto de tratado de asociación estratégica con Corea del Norte, que espera firmar con su homólogo norcoreano.

El asesor de Putin en materia de política internacional, Yuri Ushakov, señaló que el nuevo tratado sustituirá a los firmados entre Moscú y Pyongyang en 1961, 2000 y 2001.

Dicho documento tendrá en cuenta “todos los principios universales del derecho internacional, no tendrá ningún carácter de confrontación, no estará dirigido contra ningún país y estará encaminado a garantizar una mayor estabilidad en la región de Asia Nororiental”, indicó el asesor presidencial.

Otro de los objetivos del viaje es la creación de un “sistema comercial y de pagos recíprocos” al margen de Occidente, según dijo el propio mandatario ruso en un artículo publicado por el diario norcoreano Rodong.

Estados Unidos expresó ayer su preocupación no tanto por la visita, como por la “profundización de las relaciones” entre Moscú y Pionyang.

Según Corea del Sur y las potencias occidentales, Pyongyang ha transferido a Moscú miles de contenedores con armamento, que contendrían millones de proyectiles para piezas de artillería y lanzaderas de misiles, que el Ejército ruso ha empleado en el campo de batalla en Ucrania.

A cambio, se estima que Moscú asesoró al régimen norcoreano para lanzar satélites espía, acciones que suponen una violación de las sanciones de la ONU contra el país comunista.

Después de una visita de cinco días, la flota militar rusa compuesta por un submarino de propulsión nuclear, una fragata y dos naves logísticas, comenzó a retirarse este lunes del puerto de La Habana, tras la realización de maniobras en el Atlántico.

Las naves iniciaron los movimientos de salida a primera hora de la mañana y de manera paulatina.

Estados Unidos informó que monitoreaba de cerca a las embarcaciones y desestimó que fueran un peligro para la región o significaran la transferencia de misiles.

De todas maneras, un submarino norteamericano, el USS Helena, atracó en la Base Naval de Guantánamo, un fuerte militar que Washington mantiene en el extremo oriental de la isla, a unos 1,000 kilómetros de la capital, contra la voluntad de La Habana.

La semana pasada las naves rusas arribaron al puerto en medio de una atención general debido a que el Ministerio de Defensa Ruso informó que la flota había realizado con éxito maniobras militares en el Atlántico simulando un ataque con misiles a objetivos que pudieran estar a más de 600 kilómetros.

La flota compuesta por la fragata “Gorshkov”, el submarino de propulsión nuclear “Kazan”, el petrolero “Pashin” y el remolcador “Nikolai Chiker” fue recibida en La Habana con 21 salvas de cañón.

El presidente Miguel Díaz-Canel visitó la fragata el sábado y compartió con los marineros, informó el propio mandatario en su cuenta de X.

En cambio, el vicecanciller Carlos Fernández de Cossio rechazó la presencia del submarino estadounidense en la Base de Guantánamo; aseguró que no era bienvenido pues no había sido invitado.

Previamente, la cancillería cubana había informado sobre el arribo de la flota ruso al cual calificó de una visita de rutina entre países amigos y aseguró que no constituía ningún peligro.

Un día después del atraque, el jueves, cientos de personas de todas las edades hicieron cola para visitarla fragata, que estuvo abierta también para la población local el sábado, una práctica habitual cuando llegan embarcaciones a este puerto.

Recordemos que Cuba y Rusia son países sancionados por Estados Unidos y en los últimos años tuvieron un fuerte acercamiento político y económico. Para la isla el embargo que busca presionar un cambio de modelo tiene un gran impacto financiero.

La Habana nunca se sumó a la condena de la guerra en Ucrania y abogó por una negociación pacífica. No se indicó cuáles serán los siguientes movimientos o los puntos de atraque de la flota rusa en el Caribe.

La fiscalía rusa anunció este jueves que el periodista estadounidense Evan Gershkovich, que se encuentra preso desde 2023, será juzgado próximamente en un tribunal en los Urales por “espionaje”, ya que está acusado de haber recolectado información sobre una fábrica de tanques para la CIA.

“La causa penal fue remitida al tribunal regional de Sverdlovsk para que analice el fondo”, declaró la oficina del fiscal que acusa al reportero de The Wall Street Journal de haber “recolectado información secreta” sobre el fabricante de tanques Uralvagonzavod para los servicios estadounidenses.

Recordemos que Gershkovich, su empleador y la Casa Blanca niegan las acusaciones.

El reportero se encuentra preso en la conocida prisión de Lefortovo de Moscú desde que fue detenido.

Moscú no había proporcionado previamente ningún detalle sobre su caso contra Gershkovich, y solo indicó que el periodista había sido “arrestado in fraganti”.

Se trata del primer periodista occidental arrestado en Rusia por espionaje desde la época soviética.

Según las autoridades rusas, se está discutiendo sobre un posible intercambio de prisioneros que involucra a Gershkovich.

El presidente ruso, Vladimir Putin, insinuó públicamente que Moscú, como parte de un acuerdo para liberar a Gershkovich, quiere la liberación de un hombre que, según Alemania, trabajaba para el Estado ruso cuando mató a un comandante rebelde checheno en Berlín.

Washington ha acusado en repetidas ocasiones a Moscú de detener a ciudadanos estadounidenses en un intento de canjearlos por rusos ecnarcelados en el extranjero por delitos graves.

El Kremlin denunció este viernes la “eliminación de rivales políticos” en Estados Unidos, después de que Donald Trump fuera declarado culpable en su juicio penal en Nueva York, lo que sucede a cinco meses de las elecciones presidenciales.

“Es evidente que está en marcha una eliminación de rivales políticos por todos los medios legales e ilegales posibles”, declaró a la prensa el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Ayer, el expresidente republicano, que busca regresar a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre, fue declarado culpable de los 34 cargos que se le imputaban por falsificación de documentos contables, a fin de esconder un pago destinado a silenciar a la exactriz de cine para adultos, Stormy Daniels.

El republicano, que fue dejado libre sin fianza tras la audiencia, podría ser condenado a prisión, aunque lo más probable es que reciba libertad condicional.

El republicano, de 77 años, se convierte en el primer expresidente de la historia de Estados Unidos en ser condenado en un juicio penal, así como en el primer delincuente que es postulado como candidato de un partido importante a la presidencia.  

Pese a toso esto, Trump no está impedido de continuar su batalla para regresar a la Casa Blanca, en las elecciones de noviembre próximo que estaría diputando contra el presidente Joe Biden, quien también busca su relección.

La sentencia será dada a conocer el 11 de julio por el juez del tribunal de Manhattan, Juan Merchan, quien presidió el juicio. Uno de sus abogados del multimillonario, Todd Blance, dijo que apelarán el fallo lo antes posible.

En el pasado, Donald Trump manifestó su admiración y respeto por el presidente ruso Vladimir Putin.

Oficialmente, Putin ha dicho que prefiere ver a Joe Biden en la Casa Blanca, lo que según muchos observadores estadounidenses significa exactamente lo contrario.

Las reacciones internacionales, de aliados del exmandatario, no tardaron en llegar.

“Solidaridad y apoyo total a @realDonaldTrump, víctima de acoso judicial y de un proceso de naturaleza política”, dijo por su parte el vice primer ministro italiano, Matteo Salvini, que lidera el partido antiinmigración Liga.

Farage, uno de los principales defensores del Brexit en Reino Unido que ha hecho campaña anteriormente con Trump, dijo en X: “Este veredicto es una vergüenza. Trump ganará ahora a lo grande”.

Y quien también reaccionó al fallo fue la propia Daniels, quien según declaraciones de su esposo, se siente “un poco reivindicada” tras el veredicto de culpabilidad contra Donald Trump.

Daniels “se siente un poco reivindicada al demostrarse que decía la verdad” tras este largo proceso judicial en la que ha sido protagonista, explicó su esposo Barrett Blade, que también es actor de cine para adultos, en una entrevista con la cadena CNN.

Stormy Daniels aún “está procesando todo esto”, explicó Blade, quien aseguró que la actriz ha estado esperando durante mucho tiempo esta noticia.

“Esto no habría sucedido sin ella, pero tampoco fue su caso”, dijo Blade, quien agregó que no tenía la seguridad que este reconocimiento a su esposa tras la sentencia pudiera “tener importancia” porque hay gente que “no la va a creer”.

No obstante, “va a ser duro para ella, ahora todos los mega idiotas (que no la creen) la perseguirán y crearán más alboroto del necesario porque los hechos son hechos y no creo que los vean”, se quejó el actor.

La visita del presidente ruso, Vladímir Putin, a China, prevista para el este jueves y viernes por invitación de su homólogo chino, Xi Jinping, está lista, y busca fortalecer la cooperación entre ambos países, que es crucial para el equilibrio internacional, dijo este martes el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

“Junto a los colegas chinos estamos objetivamente interesados en continuar liderando los esfuerzos para liderar un orden mundial más justo y democrático. Estoy seguro que la próxima visita del presidente de Rusia a China fortalecerá nuestro trabajo conjunto”, declaró el funcionario ante el Senado ruso.

Añadió que “Rusia y China no están solas en sus esfuerzos para reformar el sistema internacional, para conformar un orden mundial multipolar que refleje el peso real de los Estados”. “El dúo de Moscú y Pekín juega un papel de gran importancia para lograr el equilibrio a nivel internacional”, añadió.

Por el contrario, señaló que Occidente “no acepta categóricamente cualquier forma de cooperación en igualdad de derechos en la arena internacional”.

Aunque Putin había anunciado en abril pasado que tenía la intención de viajar a China, la fecha de su visita trascendió oficialmente hasta hoy.

El Kremlin adelantó que durante esta visita de Estado, los líderes de Rusia y China debatirán detalladamente todo el conjunto de temas de su asociación integral e interacción estratégica, definirán las direcciones claves del futuro desarrollo de la cooperación práctica ruso-china e intercambiarán opiniones sobre los problemas internacionales y regionales más importantes.

“Como resultado de las conversaciones está prevista la firma de una Declaración conjunta de los jefes de estado y de una serie de documentos bilaterales”, añadió el despacho del presidente ruso.

El viaje de Putin se produce además después de que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidiera a finales de abril a Pekín, estrecho aliado de Moscú, que “no ayude a Rusia” y que no le suministre componentes que podrían ser utilizados en su guerra contra Ucrania.

El gigante asiático ha negado que haya vendido armamento a Rusia y asegura que mantiene una relación comercial “normal” con Moscú.

En febrero de 2022, poco antes del comienzo de la guerra en Ucrania, el presidente chino, Xi Jinping, y Putin proclamaron en Pekín la “amistad sin límites” entre sus naciones.

Desde entonces, han defendido que sus lazos “no amenazan a ningún país” y que, en realidad, “hacen avanzar la multipolarización del mundo”.

Tras el comienzo de la guerra en Ucrania, ambos mandatarios se han reunido en dos ocasiones: en marzo de 2023 Xi Jinping viajó a Rusia, y en octubre del mismo año Putin viajó a China.

En total, el mandatario ruso ha viajado a China en 19 ocasiones, diez más que su homólogo chino a Rusia, que ha visitado solo nueve veces.

Las memorias que el opositor ruso Alexéi Navalni empezó a elaborar tras su envenenamiento en 2020 y que llevarán por título “PATRIOT” se publicarán en octubre, anunció este jueves su editor estadounidense.

“Es la historia completa de su vida: su juventud, su vocación activista, su matrimonio y su familia, y su compromiso con la causa de la democracia y la libertad rusas frente a una superpotencia mundial decidida a silenciarlo”, anunció el editor.

El libro, que tendrá un tiraje inicial de 500,000 ejemplares, saldrá a la venta en todo el mundo el 22 de octubre.

Iniciadas poco después de su envenenamiento por el régimen de Vladimir Putin en 2020, del que se recuperó milagrosamente en un hospital en Alemania, Navalni manifiesta su “total convicción de que el cambio no puede resistirse y de que llegará”.

En ellas incluye correspondencia desde la cárcel y relata su carrera política, los numerosos atentados contra su vida y la de las personas más cercanas a él, y la campaña que él y su equipo libraron contra el régimen de Putin.

Para su viuda, Yulia Navalnaya, este libro es un testimonio no sólo de la vida de Alexéi, sino de su inquebrantable compromiso con la lucha contra la dictadura; una lucha por la que lo dio todo, incluida su vida.

“Compartir su historia no sólo honrará su memoria, sino que también inspirará a otros a defender lo que es justo y a no perder nunca de vista los valores que de verdad importan”, agrega en un comunicado de la editorial.

Se trata, según su editorial, de un “conmovedor relato” de los últimos años que pasó en la prisión más brutal del planeta; un recordatorio de por qué los principios de la libertad individual importan tanto; y un enardecedor llamado a continuar la labor por la que sacrificó su vida.

Las autoridades rusas ampliaron la fecha límite de una investigación preliminar sobre la muerte en prisión, aún no explicada, del líder opositor Alexei Navalny.

Ivan Zhdanov, director de la Fundación Anticorrupción de Navalny, dijo en la aplicación de mensajería Telegram que la fecha límite se extendió al 20 de abril, lo que significa que “aún no hay información oficial del gobierno sobre la causa de la muerte” del principal detractor del presidente ruso Vladímir Putin.

Recordemos que Navalny, de 47 años, murió repentinamente en febrero pasado en una prisión del Ártico, mientras cumplía una sentencia de 19 años por acusaciones de extremismo, consideradas por muchos con fines políticos.

Las autoridades penitenciarias dijeron que el político “cayó enfermo” y se desmayó después de una caminata en el patio de la prisión, pero hasta la fecha no se ha revelado la causa de su muerte.

Según los aliados de Navalny, a su madre le mostraron un certificado médico según el cual su hijo había muerto por “causas naturales”. Ellos y varios líderes occidentales han culpado al Kremlin de la muerte, acusaciones que las autoridades rusas han rechazado.

Navalny fue sepultado el 1 de marzo en un suburbio de Moscú, en un funeral que atrajo a cientos de seguidores en medio de una fuerte presencia policiaca.

El político estaba encarcelado desde enero de 2021, cuando volvió a Moscú para enfrentar un arresto seguro tras recuperarse en Alemania de un envenenamiento con una sustancia neurotóxica del que culpó al Kremlin.

Su equipo dijo que las conversaciones con autoridades rusas y occidentales sobre un intercambio de prisioneros en el que participaría Navalny estaban en marcha y habían llegado a sus últimas etapas unos días antes de su repentina e inexplicable muerte.

Maria Pevchikh, socia de Navalny durante mucho tiempo, acusó a Putin de “deshacerse” de Navalny para no intercambiarlo.

Putin dijo el mes pasado, también sin dar pruebas, que días antes de la muerte de Navalny, “ciertos colegas, no de la administración (presidencial)”, le informaron sobre “una idea de intercambiar a Navalny por ciertas personas encerradas en instalaciones penitenciarias en países occidentales”.

Aseguró que apoyaba la idea, y añadió que su única condición era que Navalny no regresara a Rusia. “Pero, por desgracia, ocurrió lo que ocurrió”, agregó Putin.

Investigadores rusos anunciaron este martes que abrieron una investigación por “financiamiento del terrorismo” que implica a países occidentales, alegando que fondos recibidos por empresas estadounidenses en Ucrania, incluida Burisma, que empleó al hijo del presidente Joe Biden, fueron usados para “actos terroristas” en Rusia.

En un comunicado, el Comité de Investigación ruso afirmó estar analizando “fuentes de ingresos” por varios millones de dólares y la “implicación de colaboradores de autoridades y organizaciones públicas y comerciales de países occidentales”.

El organismo citó, entre otros, la compañía de gas Burisma, cuyo consejo de administración incluyó a Hunter Biden, el hijo del presidente estadounidense.

Los investigadores afirman que Burisma sirvió de intermediario para fondos usados “estos últimos años para realizar actos terroristas en Rusia”, así como en “el extranjero para eliminar a personalidades”.

El anuncio se produce unas semanas después del atentado en una sala de conciertos en las afueras de Moscú, que dejó 144 muertos el 22 de marzo.

Rusia acusó a Ucrania, contra la que emprendió una ofensiva hace más de dos años, de estar implicada en el ataque, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.

La colaboración de Hunter Biden en la compañía Burisma es uno de los temas predilectos de los adversarios republicanos a la Casa Blanca. Tanto Biden como su hijo niegan haber cometido actos ilegales.

En febrero, un antiguo informador del FBI fue detenido por haber inventado acusaciones de corrupción contra los Biden.

El director del Consejo Nacional de Seguridad de Rusia dijo este miércoles que Estados Unidos también es culpable del ataque perpetrado por hombres armados en una sala de conciertos de Moscú y en el que murieron 145 personas, pese a que una filial del grupo extremista Estado Islámico reivindicó dicho ataque.

Desde el día del ataque, el 22 de marzo en el Crocus City Hall, el más mortífero en suelo ruso en dos décadas, las autoridades, incluido el presidente Vladímir Putin, han afirmado repetidamente, sin pruebas, que fue organizado por Ucrania.

Una facción afiliada al grupo Estado Islámico reivindicó el ataque, mientras Kiev ha negado sistemáticamente su participación.

“Tratan de convencernos de que el ataque terrorista no fue cometido por el régimen de Kiev, sino por partidarios de la ideología islámica radical, quizás miembros de la rama afgana del grupo Estado Islámico”, dijo el director del consejo de seguridad Nikolai Patrushev en una reunión de consejos de seguridad de la Organización de Cooperación de Shanghái.

Dicha organización es un bloque regional económico y de seguridad de nueve países que incluye a China, India e Irán.

“Sin embargo, es mucho más importante establecer rápidamente quién es el cliente y patrocinador de este monstruoso crimen. Su rastro lleva a los servicios especiales ucranianos, pero todo el mundo sabe que el régimen de Kiev no es independiente y está completamente controlado por Estados Unidos”, expuso Patrushev.

Aunque el Ministerio de Emergencias de Rusia informó que el número de muertos en el ataque fue de 144, pero la defensora de los derechos infantiles Maria Lvova-Belova dijo el miércoles que seis niños heridos en el ataque habían muerto.

El atentado ocurrió dos semanas después de que la embajada de Estados Unidos en Rusia advirtió de reportes sobre planes de ataques terroristas contra objetivos públicos. El Departamento de Estado dijo que la información sobre posibles ataques se transmitió a las autoridades rusas.

El vocero de Putin, Dmitry Peskov, declinó hacer comentarios en una conferencia telefónica sobre un informe del diario Washington Post, según el cual funcionarios estadounidenses identificaron específicamente al Crocus City Hall como un posible objetivo, diciendo que era asunto de los servicios de seguridad.

También este miércoles, la fiscalía general de Rusia envió solicitudes de información a Estados Unidos, Alemania, Francia y Chipre sobre posible participación de países occidentales en ataques terroristas contra Rusia, informó la agencia noticiosa Tass.

Rusia estudia la exclusión de los talibanes de la lista de organizaciones terroristas, aunque aún no ha tomado una decisión definitiva, según informaron fuentes diplomáticas, citadas este lunes por diversos medios rusos.

“En lo que respecta al levantamiento del estatus de organización terrorista al movimiento talibán, esa cuestión está siendo estudiada por el Ministerio de Exteriores de Rusia, el Ministerio de Justicia y otros departamentos pertinentes”, dijo una fuente diplomática a la agencia TASS.

Agregó que la decisión definitiva la tomarán “las más altas instancias políticas del país”, en referencia al presidente ruso, Vladímir Putin.

Esta información fue confirmada también por el diario digital ruso Gazeta.ru.

Putin ya había sugerido hace tres años la posible exclusión de los talibanes de la lista de terroristas, pero en aquel momento lo condicionó al visto bueno de la ONU.

Rusia proscribió a los talibanes en 2003, aunque recibió a sus representantes en varias ocasiones antes de que tomaran el poder en Kabul, en agosto de 2021.

Desde entonces, los talibanes han viajado en varias ocasiones a Moscú para participar en conferencias sobre el arreglo en Afganistán.

Una delegación del movimiento rigorista ya ha sido invitada también al foro “Rusia y el mundo islámico” que tendrá lugar el próximo mes (mayo) en la ciudad rusa de Kazán.

El Servicio de Espionaje Exterior de Rusia negó hoy que el atentado yihadista del 22 de marzo contra una sala de conciertos en las afueras de Moscú signifique que Rusia se encuentre “bajo el punto de mira” del Estado Islámico debido, entre otras cosas, a los contactos con los talibanes.

De acuerdo con los últimos datos oficiales, el ataque en Crocus City Hall, a 20 kilómetros del centro de Moscú, dejó al menos 144 muertos y más de medio millar de heridos.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró este lunes que el atentado del pasado viernes en una sala de conciertos a las afueras de Moscú fue obra de islamistas radicales, un suceso ha dejado hasta ahora un balance de al menos 139 personas sin vida.

“Sabemos que el crimen fue cometido por manos de islamistas radicales, con la ideología de la que el propio mundo islámico ha estado luchando durante siglos”, dijo Putin durante una rueda de prensa con motivo de las medidas adoptadas por las autoridades rusas tras el atentado.

Sin embargo, el mandatario ruso insistió en su teoría de que las autoridades de Ucrania podrían estar relacionadas con el ataque y ha exigido que las investigaciones avancen para esclarecer “quién se beneficia” del suceso.

“Nos interesa saber quién es el cliente”, manifestó el presidente ruso según recoge la agencia Interfax. “Hay una cosa absolutamente clara: el terrible crimen cometido el 22 de marzo en la capital de Rusia es un acto de intimidación. La pregunta surge inmediatamente. ¿Quién se beneficia de ello?”, añadió.

Putin no dejó de vincular lo ocurrido con quienes se han enfrentado a Rusia “de manos del régimen neonazi de Kiev desde 2014”.

“Los nazis, como bien es sabido, nunca han desdeñado los medios más sucios e inhumanos para lograr sus objetivos. Especialmente hoy, cuando su anunciada contraofensiva ha fracasado por completo”, sostuvo.

Recordemos que una sala de conciertos ubicada a las afueras de Moscú fue el viernes escenario de un ataque terrorista perpetrado por cuatro sujetos armados que cobraron la vida de al menos 139 personas, según el último balance confirmado este mismo lunes por las autoridades rusas.

Las fuerzas de seguridad rusas lograron la captura de los cuatro supuestos autores de los disparos, que han reconocido su culpabilidad ante la Justicia. El director del Comité de Investigación de Rusia, Alexander Bastrikin, ha anunciado la detención de otros tres supuestos colaboradores.

Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) manifestó este lunes su “solidaridad” con el pueblo de Rusia y los familiares de las víctimas de los atentados, que dijo, fueron llevados a cabo por el grupo yihadista Estado Islámico.

“(Fue) muy lamentable ese atentado. También nuestra solidaridad con el pueblo de Rusia, con su Gobierno, desde luego, un abrazo a los familiares de las víctimas”, expresó el mandatario durante su rueda de prensa matutina.

AMLO dijo que México está en contra de “atentados, de terrorismo, de la guerra”. “Nosotros estamos a favor de la paz siempre”.

Y es que a través de la agencia Amaq, órgano de propaganda del Estado Islámico, la organización terrorista reivindicó la autoría de los hechos.

La agencia espacial rusa Roscosmos canceló este jueves, de última hora, el despegue de tres astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI).

El cohete Soyuz iba a despegar desde la base Baikonur en Kazajistán transportando a los astronautas Tracy Dyson de la NASA, Oleg Novitsky de Roscosmos y Marina Vasilevskaya de Bielorrusa.

“Hubo una cancelación automática del lanzamiento”, indicó el controlador de vuelo en una transmisión en directo emitida por Roscosmos, segundos antes de que la nave despegara desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán.

El despegue fue cancelado por un sistema automatizado de seguridad pocos segundos antes del despegue programado para las 13:21 hora local. No se ha informado de la causa, pero la NASA ha dicho que la tripulación estaba a salvo y que fue extraída de su cápsula Soyuz.

Si bien la tripulación no está en peligro, la cancelación es un revés significativo para el programa espacial ruso.

Esta cancelación ocurre luego que en octubre de 2018, el cohete que llevaba a los astronautas Nick Hague de la NASA y Alexei Ovchinin de Roscosmos a la Estación Espacial Internacional sufriera una falla dos minutos después de despegar, por lo que la cápsula de rescate regresó en caída pronunciada a un aterrizaje seguro.

Este es un nuevo revés para el sector espacial ruso, que sufre desde hace años problemas de financiación, escándalos de corrupción y fracasos, como la pérdida en agosto de 2023 de la sonda lunar Luna-25.

Durante mucho tiempo, las naves Soyuz fueron el único medio de llegar a la Estación Espacial Internacional, pero Roscosmos se ha enfrentado en los últimos años a la competencia de empresas privadas como SpaceX, del multimillonario Elon Musk.

Vladímir Putin no sólo fue reelecto para un quinto mandato presidencial en las elecciones del pasado fin de semana y que han sido rechazadas por la oposición y las cancillerías occidentales por su falta de transparencia, sino que superó el plebiscito de la guerra.

Putin aseguró que los principales desafíos del Kremlin son cumplir con los objetivos de la llamada operación militar especial, es decir, ganar la guerra en Ucrania, y reforzar el potencial de las Fuerzas Armadas con armamento moderno.

Poco importa que una mayoría de rusos esté cansada de la campaña militar y abogue por abrir negociaciones de paz con Kiev, y que la movilización sea muy impopular entre la población.

El Kremlin lo había dicho antes de la campaña electoral. Putin necesita una victoria que no deje lugar a dudas de que la guerra debe seguir su curso.

Para ello, la comisión electoral redujo a tres los rivales de Putin frente a los siete de 2018, de los que solo uno era líder de su partido. Además, no registró a los candidatos por la paz que aglutinaron el apoyo de la oposición y de los pacifistas.

“El 87% (apoyo ciudadano) después de 24 años en el poder es un resultado sin precedentes”, dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial.

Antes de morir en prisión, el líder opositor, Alexéi Navalni, aseguró que los comicios eran en realidad un plebiscito de apoyo a la política militarista del Kremlin. “Para Putin las elecciones de 2024 son un referéndum para aprobar sus acciones, para aprobar la guerra”, señaló.

Los analistas sospechan que el comandante supremo de las Fuerzas Armadas rusas aprovechará la victoria para anunciar una segunda ola de movilización, pese a la indignación de las esposas de los reservistas que combaten actualmente en Ucrania.

La nueva ideología del Kremlin es la “Victoria”. Si hasta ahora, esa palabra se limitaba a los desfiles del 9 de mayo y a los libros de historia sobre la Gran Guerra Patria, ahora se ha convertido en la estrategia nacional. “Todo por la victoria”, es el mantra de los sectores leales al Kremlin.

Ante la falta de grandes éxitos en el frente, con la excepción de la toma del bastión de Avdivka (Donetsk), el Kremlin se sacó de la manga que, en realidad, el ejército combate contra la OTAN, lo que amenaza con alargar el conflicto.

“Los soldados de los países de la OTAN están allí presentes. Lo sabemos”, dijo en la noche electoral Putin, quien añadió que “mueren en grandes cantidades”.

La oposición mantiene que Putin tiene secuestrados a los rusos desde que declarara la guerra a su vecino el 24 de febrero de 2022 al ordenar la intervención militar.

Por ello, algunos dirigentes opositores en el exilio mantienen que la única salida de esta espiral de violencia e involución es contribuir a la derrota de Rusia.

Aunque las encuestas le otorgaban una victoria por encima del 80%, el resultado ha provocado una gran desmoralización entre las filas de la disidencia, dentro y fuera de Rusia.

Pese a esto, la oposición defiende que tanto en los funerales de Navalni como en la campaña de firmas al candidato por la paz, Boris Nadezhdin, y la campaña Mediodía contra Putin del domingo, participaron decenas de miles de personas.

“Intentaremos lograr que nadie en el mundo reconozca a Putin como legítimo presidente, que nadie se siente con él en la mesa de negociaciones. Que con la mafia putinista se combata igual que con el crimen organizado. Que todos entiendan que Putin no es Rusia”, dijo Yulia Navalnaya, viuda de Navalni, en un vídeo en YouTube.