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El que las campañas que hoy concluyen hayan parecido concursos de Tiktok debería de ser por sí solo un escándalo, pero ante la violencia política que las ha marcado, el proceso ha sido una tragedia. Ir a votar será un ejercicio que, en muchos casos, va a requerir hacerlo con las narices tapadas.

Aún así, la importancia de votar en esta elección no se puede minimizar. Creo que Andrés Manuel López Obrador representa una válvula de escape para un segmento de la población que se siente escuchada. Ese es el valor más importante que encuentro en el presidente. Pero creo también que no es la persona ni el proyecto que va a hacer de México un mejor país. Por el contrario, está hipotecando nuestro futuro.

Simplemente ir en alianza con el PVEM y con el PT es suficiente para asegurar que la promesa de querer un mejor país no sea auténtica.

Increíble que este negocio que se llama Partido Verde Ecologista de México se perfile para lograr pasar de 11 diputaciones federales que tiene actualmente, a 49, según datos de Oraculus. Sería así el partido que tenga proporcionalmente el mayor crecimiento en la Cámara de Diputados en esta elección y la cuarta fuerza política del país.

El Verde ha sido descrito como la prostituta de los partidos porque cada elección se vende al mejor postor. Lo ha hecho con el PAN y se enojaron cuando Vicente Fox no quiso dar la Semarnat a Jorge Emilio González, “El Niño Verde”. Al PRI lo acompañó desde el 2003 y, al perder José Antonio Meade la presidencia en 2018, brincó de barco y de lealtad. Ahora está vendido a Morena.

En lugar de querer enriquecer la biodiversidad de un país como México, en lo único que han pensado los dirigentes del Verde ha sido en enriquecerse enormemente ellos. ¿Un Partido Verde que propone pena de muerte para los secuestradores? Cuando se conoció esta propuesta del partido hace un par de elecciones, los Partidos Verdes del mundo decidieron desconocer al de México y echarlo de entre sus pares.

Y el PT se perfila para quedar muy cerca del PVEM en fuerza legislativa con 45 escaños. A diferencia del Verde, el PT decrecería porque actualmente tiene 48 diputados. Hay que acordarnos que en la elección del 2018 obtuvo 29 diputaciones y ‘tomó prestados’ 19 legisladores para convertirse en el partido que más creció, no por sus propuestas legislativas, sino por las destrezas políticas con Morena para que ambos, junto con el PVEM, pudieran llegar a 333 diputados en la actual legislatura.

¿Cuál ha sido la acción más trascendente del PT desde su fundación en 1990? Los millones de pesos que han recibido hasta en las cuentas personales del único dirigente que ha tenido el partido en sus 31 años de existencia, Alberto Anaya y su esposa María Guadalupe Martínez, para la supuesta construcción y mantenimiento de centros de desarrollo infantil que se reportó nunca se construyeron. ¡Ah! Y también por defender al venezolano, Nicolás Maduro, y a Kim Jong-un, el dictador de Corea del Norte.

Para las elecciones del domingo los tres partido formaron la alianza Juntos Hacemos Historia. ¿Qué tipo de historia hacen, por cierto? La alianza va en 183 de los 300 distritos electorales que se repartieron así: 50 candidaturas para el Partido Verde, 45 para el PT y 88 para Morena.

Si las buenas intenciones del presidente López Obrador son suficientes para generar en muchos esperanza en su proyecto, el simple hecho de que esté aliado con el PVEM y con el PT debiera ser razón suficiente para no tachar Morena el próximo domingo.

 

Columna completa en El Universal

En el video que subió el lunes a redes sociales el presidente López Obrador anunciando que Pemex había comprado a Shell el 50% de las acciones de la refinería de Deer Park, en Texas, fue un triunfo político del director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, sobre la Secretaria de Energía, Rocío Nahle.

Al hacer el anuncio el presidente dijo con emoción que el 50% de la refinería se estará comprando por $600 millones de dólares y se podrán refinar 340 mil barriles al día. La construcción de la refinería de Dos Bocas, cuya principal promotora es Nahle, va a costar entre 9 y 12 mil millones de dólares y se refinará la misma cantidad de barriles si es que se logra terminar algún día. Con esto, Romero le demostró al presidente que por un costo mucho menor a la construcción de Dos Bocas se puede refinar la misma cantidad de barriles.

Ahora, aunque Romero le ganó a Nahle esta partida política, el anuncio demuestra una enorme ignorancia del gobierno de López Obrador en materia energética. ¿Por qué es para el presidente digno de presumir que se está tirando tanto dinero a la basura en Dos Bocas?

El anuncio es también una trampa con una enorme mentira. Según dice AMLO en su video, para el año 2023 vamos a lograr la autosuficiencia energética gracias a esta compra; la construcción de Dos Bocas y la modernización de las seis refinerías existentes. Pues ahí AMLO está asumiendo, primero, que las refinerías van a estar operando al 100 por ciento de su capacidad, cosa que no sucede. Segundo, que Dos Bocas va a estar lista en menos de dos años cuando actualmente lleva un avance del 15%. También está haciendo un cambio importante en la definición de soberanía energética. Si la gasolina que se compra a una refinería en Texas, aunque sea propiedad de México, se considera parte de la producción nacional de gasolinas ¿por qué no mejor opta Pemex por comprar otras refinerías en Estados Unidos en lugar de construir Dos Bocas? Sale más barato.

Todo esto es asumiendo que Pemex logrará la misma eficiencia en Deer Park que actualmente logra Shell. Al comprar Pemex el 100 por ciento de Deer Park, la operación de la refinería dejará de estar en manos de Shell y recaerá en Pemex. La regulación de las refinerías en Estados Unidos es muy diferente a la que existe en México. Allá Pemex tendrá que competir con las demás petroleras como un jugador más, no como el consentido que es en México.

Este anuncio muestra además que el presidente sigue empecinado en llegar a una fiesta que ya se está acabando. Basta ver la votación que se dará hoy en ExxonMobil. Esta es la más grande de las petroleras occidentales y también la más reacia a la transformación hacia energías renovables y limpias. El actual director de ExxonMobil, Darren Woods, se enfrentará hoy a una brutal junta de consejo en la cual fondos de inversión están exigiendo que el consejo se integre por cuatro personas que lleven a la empresa hacia la transición a energías renovables y limpias porque saben que ahí está el futuro.

Lo mismo saben en Shell. Este mes, los accionistas de la empresa aprobaron el plan para ser una empresa de cero emisiones, incluyendo a los usuarios finales de sus productos, para el año 2050. Recibir dinero y deshacerse de la refinería, que es de las áreas que menos ayudan a esta meta, es un doble hit para Shell.

Romero le ganó a Nahle pero México sale perdiendo porque esta realidad de transformación energética está lejos de permear en el ideario del presidente López Obrador.

 

Columna completa en El Universal

Mientras el presidente López Obrador vive obsesionado con el pasado, el presente y el futuro de México se están yendo por la borda.

En materia energética, económica y comercial, a pesar de la pandemia, México tiene la enorme ventaja de la vecindad con Estados Unidos. Los planes de rescate de nuestro vecino no tienen precedente. La cantidad de dinero que está y continuará circulando en ese país por los próximos años llevan a recordar la etapa de los años 20s. Los roaring twenties, le llamaron, cuando Occidente tuvo un crecimiento económico y una prosperidad brutal tras la Primera Guerra Mundial.

Dentro de esa ola de inversiones que vienen, el presidente Joe Biden ha sido enfático en que la inversión en energías limpias y renovables va hasta arriba de la lista. Él quiere ser recordado como el presidente que le dio la vuelta al reto del cambio climático.

Pero en lugar de querer engancharnos a esa locomotora, el presidente López Obrador busca pleito con los inversionistas norteamericanos y con el presidente Joe Biden.

La Agencia de Energía Internacional, de la cuál México es miembro desde el 2018, acaba de publicar un reporte explicando que para llegar a la meta de cero emisiones para el 2050 todos los proyectos nuevos de exploración de energías fósiles deben de detenerse en el mundo. Esto es, no más construcción de plantas de petróleo, gas ni carbón. Uno de los países que ha tomado la delantera en este sentido, además de EUA, es España. Ahí, el Parlamento acaba de aprobar una ley que prohíbe todos los nuevos permisos de exploración y producción de carbón, gas y petróleo con efecto inmediato. Además prohíbe la venta de vehículos de combustibles fósiles para 2040 y pone como meta producir el 74% de la electricidad de España con fuentes renovables para 2030.

Y, en otro sector, el mundo entero está temblando ante lo que parece inevitable: un ataque de China a Taiwán. Mientras López Obrador decide pelearse con el presente y ofrecer disculpas por temas milenarios, en Estados Unidos y gran parte del mundo hay preocupación por lo que esto puede significar en materia de producción de semiconductores.

Semi ¿qué? Pensará AMLO, mientras pide que se le sigan inyectando millones de dólares a la refinería de Dos Bocas.

Los semiconductores o chips son la piedra angular de la industria de los electrónicos. Sirven para que funcionen nuestros teléfonos inteligentes, consolas de video juegos y son el 20% del costo de los automóviles por la cantidad de semiconductores que lleva cada uno. Si la empresa más importante del mundo en producirlos, TSMC, que está en Taiwán, queda en manos de China, Estados Unidos va a padecer una escasez de semiconductores que llevará a una escasez de electrónicos a nivel global.

México, en lugar de estar pensando en construir una refinería o un tren, debería estar pensando en ser la alternativa a la fábrica de semiconductores del mundo que hoy es Taiwán. Estamos más cerca de EUA y no tenemos la amenaza China sobre nuestro territorio. Construir una fábrica de semiconductores lleva al menos un lustro, así que México no tiene tiempo que perder.

Hoy el país tiene la oportunidad de pensar insertarse en el futuro; en ser la solución para temas energéticos y de tecnología de Estados Unidos y de poder aprovechar los rugientes años por venir dado el exceso de dinero que hay allá y aquí escasea.

Pero en lugar de hacer esto, andamos en las tonterías de cada mañanera, que cada día se vuelven más insoportables y delirantes. Se está tirando el presente y el futuro de México al basurero por los rencores y resentimientos con el pasado de un individuo y de sus habilitadores.

 

Columna completa en El Universal

En las elecciones del 6 de junio los mexicanos tendremos la posibilidad de elegir entre diez partidos políticos, pero en realidad parece más un referéndum sobre Morena en general y el presidente López Obrador en particular.

De esos diez partidos, varios son satélites de Morena o sus aliados. Así lo han mostrado en sus votaciones legislativas y en sus declaraciones sus dirigentes y legisladores. Es el caso muy claro de Redes Sociales Progresistas; Partido Encuentro Solidario; Partido del Trabajo; Fuerza Social por México y el PVEM.

Un voto por estos partidos es un refrendo al proyecto de López Obrador. Es un premio para su partido y significa elegir continuidad y hasta refuerzo de la agenda de la 4T.

PAN, y PRD son claramente opuestos a Morena y al presidente López Obrador. El PRI juega a ser oposición aunque en ocasiones han votado con Morena. Los 3 partidos han conformado alianzas en varias de las elecciones, incluyendo las gubernaturas de Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. En otros estados hay alianzas parciales, como en la gubernatura de Chihuahua, que solo van juntos PAN y PRD, y en Guerrero y Nuevo León solo van PRI y PRD.

Un voto por estos partidos, con algunas excepciones en el PRI, significa castigar a Morena y buscar ponerle un freno a la agenda de AMLO.

La gran duda es qué papel juega Movimiento Ciudadano (MC) en estas elecciones. ¿Es oposición a Morena y al proyecto del presidente o es comparsa y le está haciendo un favor a AMLO al dividir el voto opositor?

En Jalisco, el único estado gobernado por MC, Enrique Alfaro ha demostrado ser una auténtica oposición, tanto a los partidos tradicionales – PRI, PAN y PRD – con quien no se ha querido aliar, como a Morena y al presidente, con quién ha tenido importantes diferencias.

Platicando con uno de sus más fuertes candidatos, Salomón Chertorivsky, me comentó que el partido está recibiendo fuego desde dos frentes. Por un lado la alianza PRI, PAN, PRD llaman a un supuesto voto útil por ellos y por el otro lado Morena ataca a MC porque el partido está dando la pelea y tiene candidatos competitivos. ¿Por qué Morena atacaría a MC si no fuera en realidad una opción distinta?, es la respuesta de Chertorivsky para desmentir que el partido sea comparsa del presidente.

A pesar de esto, hay gubernaturas en donde MC le roba a la oposición las suficientes preferencias como para poner en riesgo su triunfo y en otras, lo suficiente como para poder ayudar a los candidatos de Morena a ganar. Es el caso en estados como Sonora, Nayarit y Colima. También en alcaldías de la CDMX como Miguel Hidalgo; Coyoacán; Tlalpan; Álvaro Obregón y Cuauhtémoc.

En conclusión, MC le ayuda en los pronósticos electorales a AMLO y a Morena, porque en efecto, divide el voto de la oposición. Estará en el partido que encabeza Clemente Castañeda pero cuyos hilos mueve el senador y fundador del partido, Dante Delgado, probar a través de votaciones independientes y contrapeso a Morena, si son comparsas o una auténtica oposición.

Apostilla: Claudia Sheinbaum anunció que el peritaje del desplome de la Línea 12 del metro lo está haciendo la empresa noruega DNV-GL. Llama la atención que en su página web, DNV describe que: “Ofrecemos servicios de clasificación y aseguramiento técnico junto con el software y los servicios de asesoramiento de expertos independientes en el sector marítimo, el sector del petróleo y gas y el sector energético.” En materia de movilidad, lo único que aparece en su página como campo de acción de DNV-GL son esquemas de certificación para empresas que producen autopartes. ¿Por qué decidió el gobierno de la CDMX darle a esta empresa el trabajo de peritaje independiente del desplome?

Columna completa en El Universal

De las primeras reacciones el lunes en la noche tras el colapso de la trabe que sostenía estructuras de la Línea 12 del Metro, lo primero que muchos pidieron es que no se politizara el tema. Petición que obviamente cayó en oídos sordos. ¿Cómo no se va a politizar lo ocurrido?

Fue en la CDMX, gobernada por Claudia Sheinbaum, una de las políticas punteras entre las que quieren ser candidatos a la presidencia en el 2024. La obra de la Línea 12 la anunció e inauguró el actual Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, que también busca la misma candidatura.

Lo ocurrido fue en un bastión sólido del partido del actual presidente, ex Jefe de Gobierno de la misma CDMX, que no se ha cansado de lanzar acusaciones al pasado por los problemas del presente.

En el 2005 la palabra del año de varios diccionarios fue Katrinagate, en referencia al pésimo manejo de George W. Bush ante el devastador paso del huracán Katrina sobre Nuevo Orleans. En una de sus últimas conferencias como presidente, Bush dijo que su mayor remordimiento en los ocho años que estuvo en La Casa Blanca fue el manejo de la respuesta a Katrina. A la fecha, en la política estadounidense se utiliza esta palabra, Katrina, para referirse a una crisis de enorme magnitud en cualquier gobierno.

Pues AMLO está ante su Katrina. El colapso de la trabe de la Línea 12 golpea a sus dos cartas fuertes para sucederlo. En casi cualquier democracia una situación como esta genera al menos una renuncia al día siguiente. En México, el actual gobierno, ante la imposibilidad de culpar al pasado por este hecho tan lamentable – cómo hacerlo si llevan gobernando la CDMX desde 1997 – decide irse a la mañana siguiente, por la hipótesis del sabotaje y señalando a los medios de comunicación de ser lamentables por manipular la información.

Lamentable fue que el presidente no pudo escribir una sola palabra de solidaridad y pésame para las familias afectadas por lo ocurrido la misma noche del lunes. Antes escribió por twitter un mensaje de solidaridad con la gente de la CDMX el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, que el presidente López Obrador.

Lamentable es la crónica de un accidente anunciado desde hace tiempo. La Línea 12 se construyó a un sobre precio. El 8 de agosto del 2007, cuando anunció que esta nueva ruta se construiría, Ebrard dijo que costaría 9 mil millones de pesos. Diez años después, el costo ya era de 22 mil millones de pesos. Desde que se inauguró el 30 de octubre del 2012, se hizo en medio de cuestionamientos sobre su seguridad.

Y es que originalmente la Línea 12, que mueve alrededor de 450 mil personas al día de los 5 millones de usuarios del metro, iba a ser un túnel. Eso implicaba demasiado tiempo. Para acelerar que la Línea estuviera lista antes de que terminara su gobierno Ebrard, deciden hacerla elevada. Y para no expropiar terrenos justo en la zona de Tláhuac, usan el Derecho de Vía. Esto llevó a hacer curvas más cerradas de lo recomendado. Por todo lo anterior, ante notario público hubo reporte de desgastes que obligaron al cierre de 11 de las 20 estaciones un mes antes de la inauguración.

Desde inaugurada, la Línea 12 chupa presupuesto de manera importante. Alrededor de 120 millones de pesos al año, casi lo mismo que el presupuesto de mantenimiento de todas las demás líneas del metro juntas.

Lo que en otros países genera cuando menos una renuncia, ya no digamos una investigación exhaustiva, aquí simplemente espera ser opacado por un nuevo escándalo que no tardará en llegar. Mientras tanto, las banderas a media asta. Flaco consuelo. Bastante barato para los que han tomado decisiones erráticas y para quienes han evadido su responsabilidad en medio de las pugnas políticas. Las víctimas reales, además de los familiares de los fallecidos, son los usuarios diarios de la ‘Línea Dorada’ cuyo calvario para moverse se acaba de complicar mucho más.

Columna completa en El Universal

Lo que ocurre en México se asemeja a Noruega. No a la Noruega de hoy, desde luego. Me refiero a lo que ocurrió entre 1939, al arranque de la Segunda Guerra Mundial y 1940, cuando Hitler invadió el país. Todo indicaba que esto iba a ocurrir. Las señales eran claras. Era evidente que Hitler necesitaría más pronto que tarde el acceso al puerto de Narvik para transportar el acero de los países escandinavos a Alemania.

Pero los integrantes del gobierno noruego, empezando por el Primer Ministro Johan Nygaardsvold, insistían en que nada ocurriría y que Hitler respetaría a Noruega ya que habían sido neutrales en la Primer Guerra Mundial y habían declarado esa misma neutralidad en el arranque de la Segunda.

Cuando los alemanes atacaron un barco de pasajeros civiles, el príncipe heredero al trono, Olav, se acercó con el Primer Ministro para solicitar que el país respondiera de alguna forma a esta agresión. Insistió antes subsecuentes señales de que Alemania no estaba respetando la neutralidad de Noruega. Pero Nygaardsvold insistió en que nada ocurriría. Hitler no invadiría, como ya lo había hecho en Polonia. Olav, aunque conocedor de temas militares, como integrante de la familia real, no tenía más que funciones ceremoniales.

Y pues llegó el 9 de abril de 1940 y Hitler invadió Noruega. Era evidente que ocurriría. El problema fue pensar que Hitler iba a jugar bajo las reglas de la guerra y no invadiría un país que se había declarado neutral. Pero Hitler no jugó bajo las reglas de los demás. Jugó bajo sus reglas e invadió.

Así ocurre desde hace más de dos décadas en México. Andrés Manuel López Obrador ha sido claro en su desdén por las reglas de la democracia. Mientras todos quieren jugar bajo éstas y perfeccionarlas, él prefiere hace sus propios cálculos. Las leyes y reglas que tenemos hoy se han hecho en gran medida para complacer a López Obrador pensando que así dejaría de gritar fraude. Pues ni así. Hoy, que es presidente, sigue la cantaleta de que el árbitro está vendido y que si no ganan en junio, es porque ocurrió un fraude.

Así que desde hoy, que faltan menos de 40 días para las elecciones, sabemos que a partir de la noche del 6 de junio, pase lo que pase, AMLO y Morena gritarán fraude y muchos de quienes tienen en su poder la decisión de apoyarlo o frenarlo optarán por lo primero. Quienes tienen la posibilidad de hacer algo para mantener la democracia están o queriendo negar lo evidente o capitulando uno a uno ante el presidente.

Las señales son claras. Es claro lo que sigue. Y quienes tienen el poder de decidir – miembros del poder legislativo y judicial – para defender la democracia mexicana prefieren no hacerlo de manera clara y contundente en detrimento del país.

Pero, de qué nos preocupamos si aquí no pasa nada porque tenemos reglas y leyes democráticas.

Apostilla: Para un gran recuento de esto que ocurrió en Noruega durante la Segunda Guerra Mundial recomiendo ver la serie de PBS, Atlantic Crossing.

Columna completa en El Universal

El presidente López Obrador está convocado para asistir mañana de forma virtual a la Cumbre Climática organizada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto con otros 39 Jefes de Estado. Biden ha sido claro desde que ganó la presidencia en la importancia de revertir el daño al combate al calentamiento global que se dio durante la presidencia de Donald Trump.

Por ello, su primer anuncio apenas llegó a La Casa Blanca, fue el del regreso de EUA al Acuerdo Climático de Paris. Fuera del rescate económico ante la pandemia, su otro gran anuncio ha sido el plan de infraestructura que está enfocado en acelerar el proceso para que la economía estadounidense sea verde y las emisiones de CO2 sean 50 por ciento por debajo de las que se emitían en 2005.

En el plan de infraestructura de Biden me sorprendió que busca, entre otras cosas, reemplazar todas las tuberías de agua del país para que estén libres de plomo. Eso es ayudar a la economía, ya que implicará una inversión de 45 mil millones de dólares, y además a la salud porque es bien sabido el daño que ocasiona el plomo del agua en los humanos.

El plan que el presidente de México presentará en esta cumbre va enfocado a la migración utilizando el programa Sembrando Vida que López Obrador considera el sello de su preocupación por el medio ambiente.

Este programa ha demostrado ser un completo fracaso. Lejos de ser la panacea que el presidente presume, mediante el cual se están plantando mil millones de árboles frutales y maderables a cambio de 4 mil 500 pesos, Sembrando Vida está generando deforestación.

Como los campesinos deben plantar las semillas que reciben como parte del programa para poder recibir los 4 mil 500 pesos, lo que están haciendo es talar y quemar sus tierras para poder tener en donde plantar los árboles. Pero el programa no se preocupa por saber qué árbol es nativo a cada lugar. Entregan semillas; piden que las planten y listo. Si después mueren más de la mitad, eso ya no importa.

Según imágenes satelitales recolectadas por el Instituto de Recursos Mundiales, el programa generó una deforestación de casi 80 mil hectáreas en su primer año. Así lo publicó el Instituto en su Análisis de los impactos en las coberturas forestales y potencial de mitigación de las parcelas del programa Sembrando Vida implementadas en 2019.

Pues este programa, con todo y sus fracasos, es la gran propuesta con la que llegará mañana AMLO a la Cumbre Climática. Ahí no solo va a presumir que Sembrando Vida es un éxito. Va a solicitar que el programa se expanda a Guatemala, Honduras y El Salvador y que esta ampliación la pague el gobierno de EUA para genera empleos y combatir la migración. Además AMLO quiere que quienes se adhieran en Centroamérica al programa puedan, al cabo de 3 años de trabajo, nacionalizarse estadounidenses si así lo desean.

No puedo imaginar la cara de Biden al escuchar esta propuesta de AMLO, el presidente que no lo quiso felicitar cuando ganó la elección de noviembre para no intervenir en los asuntos internos de Estados Unidos.

El record de México en materia de Medio Ambiente está manchado también por los asesinatos de activistas ambientalistas. Ya van cinco asesinatos en lo que va del año. El más reciente fue el 28 de marzo cuando fue asesinado en Oaxaca el activista ambientalista Jaime Jiménez Ruiz, quien se oponía a la construcción de proyectos hidroeléctricos en Río Verde. Todos estos asesinatos están impunes.

Pero AMLO quiere darle instrucciones sobre migración a Biden. AMLO, el ambientalista.

 

Columna completa en El Universal

La situación complicada por la que atraviesa México es culpa del coronavirus, no del actual gobierno. Es un problema del mundo entero. Andrés Manuel López Obrador y el equipo de expertos que lo aconsejan están intentando manejar de la mejor forma posible el reto de salud que no se había visto en más de un siglo. Y lo están logrando. Basta voltear a ver a Brasil, India, Gran Bretaña o Estados Unidos para darnos cuenta de que la pandemia tiene efectos desastrosos en todos los continentes y en países tanto pobres como ricos y que México no es el que peor lo está haciendo.

Esa es la visión de muchos de quienes apoyan al gobierno; a la autollamada 4ª Transformación y al presidente López Obrador. Pero es una visión equivocada. Si bien el mundo entero está teniendo que hacerle frente a la pandemia, el gobierno de México es de los que peores acciones ha tomado y por ello de los que peores resultados está teniendo.

No es un tema de filias ni fobias. Tampoco de simpatías o rencores. Es un tema de datos.

Solamente en México ha muerto más gente que en todo el continente asiático. Con datos de Our World in Data, en México han muerto mil 626.44 personas por millón de habitantes mientras que en Asia han muerto 97.14 por millón de habitantes. Al presidente le encanta decir que a México no nos ha ido tan mal como a Italia o España. Toda Europa tiene menos muertes acumuladas por millón de habitantes: 1,277.72 vs 1,626.44.

Escuchamos hablar de Australia y Nueva Zelanda como las excepciones entre los países que han logrado controlar la pandemia, pero si vemos los datos de la Universidad de Johns Hopkins, nos damos cuenta que son varios países en donde ha habido menos de mil muertes por COVID19. En total. No en 24 horas. Desde que inició la pandemia hay países en los que han muerto menos de mil personas. El escritor Aurelio Asiain hizo un recuento utilizando la base de Worldometers y encontró que hay 126 países en los que han muerto menos de mil personas por COVID-19. En México, usando las cifras de Our World in Data, llevamos más de 200 mil muertes. Más de 200 veces las muertes que en otros 126 países.

Hay varias cosas graves de esta retórica de que la situación en México está mal por culpa del coronavirus y no por un mal manejo del actual gobierno. Además de que no se le exige rendición de cuentas al presidente, hemos visto como varios de los que acuden a vacunarse creen que deben estar hasta agradecidos con López Obrador. No se dan cuenta que la vacunación es la salvación y la esperanza de los países que más mal han manejado la pandemia. En donde se controló desde un principio es simplemente una herramienta preventiva adicional.

Apostilla: Solo en México. En cualquier otro país Félix Salgado Macedonio habría quedado en el basurero de la historia dese hace varias décadas. Tiene una trayectoria de varios escándalos en donde orinar en la calle y acusar a los policías que lo querían detener de estarlo secuestrando es el menor de ellos. Pero no. En México un político así no se va al basurero de la historia. Salgado Macedonio ha sido alcalde, diputado y hoy senador con licencia. Quiere gobernar Guerrero, un Estado con tremendos problemas de crimen organizado y guerrilla y por ello un reto monumental. ¿Por qué creen el presidente López Obrador y Mario Delgado que él es la solución para el estado y el perfil del político que le conviene impulsar al partido?

Columna completa en El Universal

De un lado está quien promete que no es como los otros. Del otro lado, los que prometen que no son como el actual.

Los otros son unos ladrones. El actual es un incompetente.

Ese es el tono al arranque de las campañas que culminarán con las elecciones del 6 de junio enmarcado en la gran interrogante de si la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, el actual presidente, podrá acarrear votos para su coalición: Morena-PT-PVEM de tal forma que la segunda mitad del sexenio pueda concretar los cambios prometidos.

Hasta ahora los cambios del presidente han sido por disposición de AMLO mismo, como la conversión del Seguro Popular en INSABI; la extinción de fideicomisos; el programa nacional de austeridad; la decisión de construir el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y la termoeléctrica de Morelos.

Los cambios legislativos han sido a leyes secundarias, como la creación de la Ley Nacional de Extinción de Dominio; a la Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, Seguridad Nacional y el Código de Procedimientos Penales para convertir la defraudación fiscal en una actividad de delincuencia organizada; a éste mismo código para penalizar delitos en materia de hidrocarburos y un largo etcétera.

Su partido ha presentado varias ocurrencias que, por fortuna, se han quedado en eso, ocurrencias, como la de eliminar las comisiones que pueden cobrar los bancos; el impuesto a las grandes fortunas; la intención de que Banco de México reciba dólares en efectivo y la prohibición total de la subcontratación.

En estas elecciones intermedias un primer enfoque estará precisamente en qué tanto puede ampliar el número de escaños el presidente y los partidos que se le han aliado, que no son pocos – PT; PVEM; Partido Encuentro Social; Redes Sociales Progresistas y Fuerza México – para llevar a cabo cambios más radicales, como una reforma constitucional a la industria energética.

Para ello importan también las legislaturas locales, ya que una reforma constitucional requiere la aprobación de 17 de éstas. Actualmente Morena controla 18 legislaturas locales. Un estudio publicado por Citibanamex sobre el arranque de las campañas pronostica que Morena se quedará con mayoría en entre 12 y 14 congresos locales, lo que sería una piedra en el zapato de cualquier modificación constitucional que quisiera hacer el presidente.

Por otro lado, estará por verse qué tanto contrapeso logrará la alianza PAN, PRI, PRD en los 219 distritos y en las 11 gubernaturas en los que han decidido ir juntos. Hasta ahora esa alianza va arriba en las encuestas solamente en dos estados, en Baja California Sur y San Luis Potosí.

Si el dicho de “toda política es local” prueba ser verídico, estos números deben moverse en los menos de 60 días que quedan para las elecciones porque hasta ahora todo el enfoque ha sido nacional: o estás con el cambio que promete AMLO o estás con los del pasado. Falta que los candidatos hagan política en lo local para ver de qué están hechos o si solo pretenden montarse en la estela de la popularidad presidencial o en su rechazo.

 

Columna completa en El Universal

El presidente Andrés Manuel López Obrador goza de buena popularidad. El promedio de Oraculus le da un 63 por ciento. Y Morena va en caballo de hacienda para tener un buen resultado en las elecciones del 6 de junio.

De acuerdo con la misma página, en la Cámara de Diputados, la alianza de Morena-Partido del Trabajo-Partido Verde, logrará 327 escaños, lo que lo deja en la antesala de obtener las 2/3 partes, que son 334 diputados.

En cuanto a gubernaturas, el más reciente sondeo de Massive Caller arroja que Morena tiene cómoda ventaja en Colima, Guerrero, Sonora, Baja California, Campeche, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Tlaxcala y Zacatecas. Es decir, de 15 gubernaturas aventaja en 10. Nada mal.

No será carro completo, pero eso hasta los priistas de los 70 sabían que era positivo. “Lo que resiste, apoya”, era el dicho de Jesús Reyes Heroles. La importancia de que existiera cierta oposición, entre la domesticada y la orgánica, hacía que México pudiese ser considerada una democracia. Imperfecta, pero democracia.

Un resultado electoral en el que Morena se quede con todo sería la señal inequívoca de que la democracia y sus pesos y contrapesos han sido pulverizados.

Entonces, con números tan positivos de cara a los próximos resultados electorales, ¿cuál es la necesidad de atacar al árbitro y querer descabezarlo? ¿Por qué prefiere el presidente de México, AMLO, y de Morena, Mario Delgado, denostar al INE en lugar de voltear a ver por qué de los 52 candidatos a los que se les retiró su registro por no haber presentado sus reportes de gastos de precampaña, 49 son de Morena?

Uno de esos candidatos es Félix Salgado Macedonio, a quien el presidente ha defendido a capa y espada para dejarle la candidatura al gobierno de Guerrero, a pesar de las acusaciones en su contra de abuso sexual y violación. Este apoyo le puede costar caro, le debería costar caro, a Morena frente al voto femenino y quienes apoyan un país que rechace dejar este tipo de actitudes en la impunidad. ¿No tendrían que estar furiosos AMLO y Delgado con Salgado Macedonio por haberlo apoyado y que éste les pague con la moneda de no cumplir con la Ley General de Partidos Políticos?

El INE es una institución a la que se han dado demasiadas tareas. Pero así lo ha querido la clase política y en mucho se ha debido a las solicitudes enérgicas del candidato Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente de México.

Si queremos adelgazar ciertas atribuciones del árbitro, el momento será pasadas las elecciones, no a 67 días de ellas.

La actitud del presidente de México y de Morena deja la enorme interrogante de, si están tan bien ¿por qué están tan preocupados? ¿A qué le tienen miedo?

 

Columna completa en El Universal

Cuesta trabajo entender a qué fueron los gobernadores del PRI, PAN y el del PRD a Palacio Nacional a la firma de lo que el presidente López Obrador llamó el Acuerdo Nacional por la Democracia. Todos los gobernadores salvo el de Jalisco, Enrique Alfaro, y Quirino Ordaz de Sinaloa, se prestaron a otro show más del presidente para firmar algo que simplemente implica cumplir con la ley y que ninguno de los presentes, ni el presidente, pretenden acatar.

De verdad que si todo lo que firman, acuerdan y convierten en ley nuestros gobernantes se cumpliera, seríamos mejor país que Dinamarca. Pero como lo que ocurre es que se firman acuerdos, leyes y pactos que al final no se respetan, pues somos lo que somos. México, el país de los políticos expertos en simular.

El presidente convocó a los gobernadores a firmar el Acuerdo Nacional por la Democracia para garantizar que ninguno de ellos interfiera en el proceso electoral en curso ni favorezca a candidatos o partidos políticos de cara a las elecciones del 6 de junio. Se sentaron a hacerle el caldo gordo en otro más de los shows del presidente. Nunca se le ocurrió a AMLO convocar un Acuerdo Nacional para lidiar con la COVID. Tampoco ha buscado trabajar en conjunto para idear el Plan Nacional de Regreso a Clases; menos aún han pensado en firmar un rescate económico de los mexicanos en tiempos de pandemia. No. Nada de eso.

La convocatoria para respetar el proceso electoral y comprometerse a no intervenir en el proceso electoral viene del presidente que cada mañana utiliza la plataforma de Palacio Nacional para auto promoverse durante al menos dos horas sin importar los tiempos electorales que impiden a los otros hacer algo similar. Lo mismo no lo puede hacer nadie más porque el megáfono de la presidencia solo lo tiene el presidente en turno.

Viene también de quien decidió inventar una figura que representa al gobierno federal en los estados, la de los Súperdelegados, que se ha dicho desde el comienzo del sexenio que no son más que aspirantes a las gubernaturas estatales. Y tan es cierto que de las 15 gubernaturas en juego el 6 de junio, 8 Súperdelegados renunciaron para poder contender.

Es el caso de Víctor Manuel Castro, candidato de Morena para Baja California Sur; Juan Carlos Loera, candidato de Morena por Chihuahua; Indira Vizcaíno, la candidata de Morena y el PANAL por Colima; Pablo Amílcar Sandoval, quien pensó que obtendría la candidatura de Guerrero pero Morena prefirió dársela al acusado de violación y acoso sexual, Feliz Salgado Macedonio; Lorena Cuéllar, la candidata de Morena en Tlaxcala; Manuel Pedraza, quien renunció para ser el candidato en Nayarit pero al final se quedó la candidatura Miguel Ángel Navarro Quintero.

Gilberto Herrera quiso ser el candidato en Querétaro y Gabino Morales en San Luis Potosí. Ambos renunciaron al puesto de Superdelegados pero se quedaron fuera de la contienda porque las candidaturas se las dio el partido a mujeres para poder cumplir con el requisito de Paridad en Gubernaturas. En el caso de Querétaro, quedó Celia Maya y en el de San Luis Potosí, Mónica Rangel.

A la firma ni siquiera fue convocado el INE, fuente constante de los ataques presidenciales a pesar de ser la institución central para el respeto al proceso electoral. Los primeros interesados en fortalecer al INE debieran ser la oposición. Pero aún así, decidieron acudir al show del presidente y darle con ello una estocada más al INE.

En lugar de pedirle al presidente que los convoque a un acuerdo que auténticamente se comprometan todos a cumplir, fueron al show de Palacio Nacional. ¿Para qué?

De verdad que la oposición nada más no entiende que no entiende.

 

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No. México no era ni de cerca Noruega. Teníamos muchos problemas que corregir en materia de seguridad; economía; desigualdad en oportunidades e ingreso; y en la falta de Estado de Derecho.

Ahora, con lo que el presidente López Obrador ha llamado la Cuarta Transformación, todo lo anterior sigue siendo un problema, pero además estamos ante una serie de oportunidades perdidas.

Los últimos sexenios vimos una enorme polarización. AMLO y sus simpatizantes versus el gobierno en turno. Ahora, con AMLO en el poder, se pudo haber logrado unificar al país. Pero lo que tenemos es mayor división. Al gobierno ha llegado un hombre con ganas de venganza y lleno de rencores. Cada mañana vemos al presidente atacar a distintas personas e instituciones en su conferencia.

Esta semana ha sido el turno de los jueces. Como antes les ha tocado a los empresarios; a los medios de comunicación y a los periodistas. Todos a la basura, es el mensaje desde el escenario de la Conferencia Mañanera.

Seguramente el Poder Judicial tiene problemas de corrupción, como también los hay entre los empresarios medios y periodistas. Pero en lugar de señalar actos contundentes para desterrar viejas prácticas dañinas y buscar una auténtica transformación, el presidente actúa como los gobernantes del pasado. Amenaza y con ello desperdicia la oportunidad que le da su popularidad para llevar a cabo una auténtica transformación. Recurre a la vieja táctica de los soviéticos, de cuestionar a quienes lo cuestionan y señalarlos de hipócritas.

Pero esa no es la única oportunidad perdida. Con el plan económico de Biden que le está inyectando 1.9 billones de dólares a esa economía, México tendría la oportunidad de atraer enormes inversiones, muchas de ellas en proyectos de energías limpias y renovables, pero con la Ley de Energía Eléctrica de AMLO, estas inversiones van a brillar por su ausencia.

En materia de salud, si volteamos a ver el caso de Israel, el Primer Ministro Netanyahu ha decidido utilizar la COVID para pintarse como héroe y evitar que los escándalos de corrupción en su contra lo tumben del gobierno. Ha politizado la pandemia. Pero para ello no ha ni minimizado el virus ni mentido con que la pandemia está domada. Lo que hizo desde meses atrás fue asegurar dosis suficientes para vacunar a su población; animarla a que confíe en la vacuna al aplicársela frente a las cámaras y hoy en Israel la gente puede ya ir a conciertos con cientos de personas y realmente se empieza a ver la luz al final del túnel de la pandemia. Se ven los resultados; no se juega con la esperanza de que ya llegarán.

Las dosis de Pfizer que compró Israel le costaron $25 dólares cada una. Un sobreprecio que bien le ha valido la pena porque su economía ya puede reabrir de forma segura. Por el contrario, los europeos que quisieron negociar un mejor precio con la farmacéutica se encuentran con escasez de vacunas y nuevos confinamientos que le están resultando mucho más caras a sus economías. Y en México, ni se diga. La decisión de no invertir buen dinero en las vacunas y preferir despilfarrarlo en proyectos inútiles como la refinería de Dos Bocas, nos tiene recibiendo vacunas a cuentagotas. El 24 de febrero el gobierno publicó que para marzo tendríamos 23.6 millones de vacunas en México. Pero el martes, la nueva información es que para marzo tendremos 9 millones. Por eso aquí la luz al final del túnel de la pandemia está todavía por verse.

En cualquier momento es doloroso ver el desperdicio de oportunidades para el país. Ahora que estamos pasando por una situación compleja, como la que no se veía hace un siglo, este desperdicio de oportunidades es doblemente lastimoso.

Columna completa en El Universal

Sin libertad de expresión, no hay democracia.

Mi solidaridad con los medios y colegas que

han sido agredidos desde Palacio Nacional

por el simple hecho de ejercerla.

Dejemos la censura e intimidación

en el pasado.

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador quiere, como dice el dicho anglosajón, tener su pastel y comérselo también. Y esto, evidentemente no se puede. O tienes el pastel o te lo comes. O quieres ser parte de Norteamérica y todo lo que implica haber firmado el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, o puedes optar por el discurso de la autosuficiencia y el nacionalismo.

Quizás en ese intento de tener y comer el pastel es que en la primera reunión que sostuvieron AMLO y Biden, en formato virtual, no se tocaron los temas delicados de la relación bilateral. No se habló de seguridad, ni de vacunas. Tampoco de la cancelación de inversiones a empresas estadounidenses. Aunque se habló de cambio climático y el presidente presumió que Biden lo invitó a participar en la cumbre que sostendrá EUA en abril sobre el tema, nada se dijo sobre la intención de López Obrador de que el país recurra a energías sucias y caras para la generación de energía eléctrica.

Un tema que López Obrador había dicho que quería tocar con Biden era el de las vacunas. Ahí está la acusación de acaparamiento que AMLO ha hecho a los países desarrollados en general y a EUA en particular. Lo que no toma en cuenta el presidente de México es que EUA invirtió más de 12 mil millones de dólares en un programa que llamó ‘Warp Speed’ para lograr vacunas que hoy permiten a Biden presumir que para mayo van a tener suficientes dosis para vacunar a todos los estadounidenses.

La Operación ‘Warp Speed’ se ideó y financió todavía con Donald Trump en la presidencia. Trump, que al igual que AMLO siempre minimizó el coronavirus en el discurso, supo ser bastante práctico a la hora de identificar en donde meter el presupuesto federal.

En México el presidente López Obrador no modificó un ápice sus política una vez que se vio el alcance y la gravedad de la COVID19. Siguió metiéndole dinero a Dos Bocas y a Santa Lucía, por ejemplo, como si eso fuera a salvar vidas de los mexicanos, e ignoró la necesidad de aumentar el presupuesto en salud y en ayudas para mitigar los impactos económicos del confinamiento. Ahora quiere que los estadounidenses nos regalen vacunas.

Por ello, y porque Biden ya aclaró que no va a regalarle vacunas a México, es que el tema ni se tocó en la conversación del lunes.

En materia de seguridad, el Canciller Marcelo Ebrard ha dejado en claro que una prioridad de México debe ser buscar trabajar con el gobierno de EUA para frenar el tráfico de armas de norte a sur. El tema no fue abordado en esta primera reunión bilateral, quizás para no desviarse a otras complicadas aristas en la materia, como la exoneración del General Salvador Cienfuegos sin una investigación exhaustiva de parte del gobierno mexicano.

De qué sí se habló: migración y combate a la corrupción. No son temas menores y son áreas en las que ambos gobiernos están alineados, cuando menos en el discurso.

Apostilla: la extorsión, intimidación y censura que ejerce el actual gobierno para tapar la realidad y que ésta se apegue a su discurso no se restringe solo a empresarios, medios y periodistas. Ahora Pemex ha decidido cancelar el contrato con Fitch Ratings para su participación en el proceso de calificación de la empresa. En lugar de trabajar para que Pemex se gane una mejor calificación crediticia, les es más fácil cancelar a la calificadora que ha tenido la mano más firme para con la empresa productiva del Estado.

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Blanco o negro. El presidente parece ver solo esos dos colores. Lo demuestra en varias ocasiones, la más reciente tiene que ver con la industria eléctrica al comparar lo que ocurrió en Texas, cuando casi todo el estado se quedó sin suministro de energía eléctrica, con el apagón en gran parte de México.

“La crisis en el estado de Texas dejó dos grandes lecciones a los mexicanos: es indispensable la rectoría del Estado en materia energética y no apostar al uso de un solo combustible en la producción de electricidad. No podemos poner todos los huevos en una sola canasta para generarla”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La rectoría del Estado es blanco; la industria en manos de muchos – particulares y empresa estatal competitiva – es negro. Y así, con ese sencillo diagnóstico, AMLO piensa que México enfrentó mejor el problema de desabasto y que vamos por buen camino con la Ley de la Industria Eléctrica que fortalecerá más a la CFE. Como la CFE pudo reactivar el suministro mediante el uso de combustóleo y carbón, México tiene un mejor sistema eléctrico que Texas.

Blanco o negro: en manos de particulares o en manos del Estado. Así ve el presidente las alternativas en materia de energía.

El problema en Texas no es que tenga un sistema eléctrico en manos de muchos particulares. El problema en realidad es doble. Por una parte prácticamente no hay regulación. Las compañías no tienen que mantener reservas ni invertir en insular sus instalaciones para soportar los climas extremos si no lo quieren hacer. Y por la otra, el Estado pensó que al tener la demanda y oferta suficiente para autoabastecerse, no necesitaba estar conectado con otra red eléctrica. Al aumentar la demanda exponencialmente por el clima tan frío – algo que no ocurría hace 35 años – y al no tener instalaciones preparadas ni para el exceso de demanda ni para el clima extremo, el sistema entero colapsó. Tanto instalaciones de energía solar; eólica; nucleares; de carbón y de gas. Todas. Y no tuvo posibilidad de conectarse y abastecerse de las redes eléctricas de otros estados.

Paul Krugman recuerda en su columna de esta semana en el New York Times como el arquitecto de la red eléctrica de Texas, el profesor de Harvard, William Hogan, pronosticó que el mercado sería el encargado de que las empresas se regularan solas.

Pues el profesor Hogan estuvo equivocado. Lo que tiene que hacer Texas ahora es pensar en conectar su red eléctrica a otras fuentes además de a la actual, ERCOT, como lo hacen el resto de los estados de la Unión Americana. Además tiene que implementar regulaciones que aseguren las reservas y la inversión en las instalaciones para momentos de crisis.

Ese mismo reto lo tiene también México. Creer que fortalecer a la CFE va a ser la solución es un error monumental. Lo que hará es volvernos más vulnerables porque los monopolios estatales no tienen incentivos para auto regularse. Es además poner todos los huevos en una canasta, la de la compañía estatal, justo lo que dice el presidente que debemos evitar como lección de lo ocurrido en Texas.

Apostilla: Los hallazgos de la Auditoría Superior de la Federación respecto a irregularidades por más de 67 mil millones de pesos en el 2019 es lamentable, no por lo que muestran, sino por lo muy poco que se puede hacer con estos señalamientos. La ASF no tiene dientes. No los tenía antes y ahora que claudica ante la mínima presión presidencial, menos.

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Estás con la industria nacional o con los extranjeros. Este es el nuevo falso dilema en el que ha colocado a México el presidente López Obrador. Uno más de entre los falsos dilemas: conmigo o con los corruptos; con la 4T o con Peña Nieto; con la transformación o con el saqueo.

Con su propuesta de Ley de la Industria Eléctrica que ha ordenado a los diputados que aprueben sin modificarle ni una sola coma, el presidente ahora coloca a quienes apoyan esta iniciativa como los preocupados por salvar a la CFE y a quienes la critican como los vende patrias que se inquietan más por las empresas extranjeras que vinieron a saquear a México.

Pero el verdadero dilema en la iniciativa energética del presidente es si se quiere a un México moderno y en crecimiento o uno estancado y con apagones. Así de sencillo. Para que México crezca, necesita más electricidad. Y si crece México, crecerá la demanda de electricidad. Es un círculo virtuoso y hoy la CFE no se está preparando para esto.

Estamos ya en el tercer año de gobierno y la CFE no tiene un solo plan para cubrir la creciente demanda de electricidad. Una demanda que viene del desarrollo. No es lo mismo vivir en los 80s cuando una casa tenía un televisor y un refrigerador conectados a la luz que actualmente cuando además cada integrante de la casa tiene, cuando menos un teléfono móvil que conectar.

La CFE sabe que la demanda viene subiendo. Ya en 2019 la situación de demanda creciente sobre el margen de reserva de la empresa era preocupante. Había apenas un 6 por ciento de margen de reserva. En el 2020, con la pandemia y los confinamientos, la situación dejó de ser tan crítica porque al frenar la industria, cayó la demanda. Esto sí le vino como anillo al dedo a Manuel Bartlett. El año pasado el margen de reserva aumentó para llegar a un 16 por ciento. Pero con la reactivación económica, la demanda está volviendo a crecer y el margen de reserva se verá presionado muy rápido.

Un experto en el sector me comentaba que si la situación permanece como estamos, si la CFE no se arranca con la construcción e inversión en la Red Nacional de Transmisión, que actualmente está sostenida por alfileres, para el año 2023 tendremos apagones recurrentes.

La CFE necesita invertir; necesita construir para poder abastecer la creciente demanda de electricidad. Y ante este panorama que pone en aprietos el flujo de la CFE, encima se ahuyenta las inversiones privadas, tanto nacionales como extranjeras. Pero no solo eso. También se quiere modificar el orden de despacho de energías. Esto es algo que ya se ha dicho hasta el cansancio. De aprobarse la iniciativa presidencial se utilizarían primero energías más caras y sucias y después las limpias, renovables y más económicas. Para poder cubrir con este nuevo orden de despacho solo hay dos opciones: o se incurre en un déficit presupuestal o se tendrían que aumentar los precios de la energía.

Pero AMLO ha dicho que ni va a endeudar más el país ni van a subir los precios de la electricidad.

La iniciativa de Ley que el presidente envió a la Cámara de Diputados ordenando a que los legisladores aprueben sin moverle una sola coma es un sinsentido en donde además, el presidente vuelve a colocar al país en un nuevo falso dilema: buenos o malos; apoyas a la industria nacional o a los voraces extranjeros.

El dilema verdadero es: ¿un México en crecimiento o un México rezagado y con apagones?

 

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Este es un año electoral y el presidente Andrés Manuel López Obrador quiere hacer del voto una elección entre el saqueo del pasado o la transformación que él ofrece. Así lo dijo ayer en la conferencia mañanera.

“¿Quién va a decidir si quiere que regrese la política de saqueo y de corrupción? ¿Quién va a decidir si continúa o no? Pues el pueblo, los ciudadanos.” Esa es la disyuntiva que ve el presidente López Obrador sin darse cuenta de que la decisión no es entre saqueo o la transformación. Que más bien estamos viendo la transformación del saqueo.

Porque en el pasado hubo saqueo. Sin duda tiene razón el presidente cuando dice que tras la crisis de 1995, el remedio fue convertir las deudas privadas de unos cuantos, de los banqueros, de las grandes corporaciones, en deuda pública, en referencia al Fobaproa. Pero cuando remata con que en su gobierno son distintos, le falta aclarar que son otros nombres, pero que el saqueo continúa. La transformación está en las manos que lo reciben. Y en algunos casos ni los nombres han cambiado, si nos remitimos al Director General de la CFE, Manuel Bartlett.

¿Cómo justificar que la disyuntiva es entre el saqueo y la redención de México si el actual gobierno sigue manteniendo la impunidad de quienes incurren en casos de corrupción? López Obrador desmanteló varios fideicomisos bajo el argumento que eran unas cajas opacas de gastos pero su transformación del saqueo lo ha llevado, por ejemplo, a crecer casi en un mil por ciento el Fideicomiso de Administración y Pago de Equipo Militar, el Fidape.

Al finalizar el gobierno de Peña Nieto, el Fidape tenía un saldo de 5 mil 40 millones de pesos, pero 2020 lo cerró con cerca de 50 mil millones de pesos. Este fideicomiso no rinde cuentas sobre sus gastos a nadie y es actualmente el tercero más grande del gobierno federal.

Entonces, quitarle dinero a unos fideicomisos a los que acusa de ser opacos para trasladarlo a otro fideicomiso que también es laxo en transparencia no es más que la transformación del saqueo.

La disyuntiva electoral del 2021 es bastante pobre para México. Primero porque la oposición no logra presentar una agenda atractiva ni una verdadera solución a los problemas del país. Segundo, porque es más que evidente que al presidente López Obrador le quedó grande la tarea de transformar a México. La mejor prueba de ello es que lleva más de dos años señalando al pasado por las fallas del presente. A estas alturas, parece que la disyuntiva electoral del 2021 será entre darle más o menos poder al presidente López Obrador vía los pesos y contrapesos de la Cámara de Diputados. ¿Saqueo o transformación? No…sólo transformación del saqueo.

Apostilla: El presidente dijo, al regresar a la mañanera después de recuperarse de COVID que “se decidió la gratuidad en servicios de salud y todos los que han sido atendidos en centros de salud, que es la inmensa mayoría, porque son muchísimos más los atendidos en hospitales públicos que en hospitales privados, todos han recibido atención médica gratuita. Eso no sucedía anteriormente. En los institutos de salud, que son de lo mejor que tiene el país, hay gratuidad en atención médica, no sólo a enfermos de COVID, sino a todos los enfermos.”

El que se ha atendido de forma gratuita ha sido él. Su tratamiento corrió a costa de nuestros impuestos. Para la gran mayoría de los que nos hemos contagiado de COVID el tratamiento, por más básico, ha sido bastante caro.

 

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