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Israel Vallarta es, al mismo tiempo, víctima y beneficiario de un sistema de justicia profundamente roto. Su caso es emblema de las fallas del proceso penal en México, pero también del olvido en el que caen las víctimas reales cuando el foco se coloca únicamente en los errores del Estado.

La historia es conocida, pero conviene recordarla: Vallarta fue detenido el 8 de diciembre de 2005, junto con su entonces pareja, la ciudadana francesa Florence Cassez, en el rancho Las Chinitas, en la carretera México-Cuernavaca. Ahí se encontraban secuestradas Cristina Ríos Valladares, su hijo y Ezequiel Elizalde Flores. Este último ha relatado que Cassez le inyectó un sedante para amputarle un dedo y enviarlo a su familia como presión para el rescate.

El caso estalló mediáticamente por el montaje que la entonces AFI organizó para la televisión. El arresto fue recreado frente a las cámaras y transmitido como si ocurriera en tiempo real. Fue tal la violación al debido proceso que, en 2013, la Suprema Corte ordenó la liberación inmediata de Cassez. Vallarta, sin embargo, permaneció preso, bajo prisión preventiva y entre denuncias de tortura. Nunca fue sentenciado. Pasó 18 años tras las rejas sin que se acreditara su culpabilidad ante un juez. No es justicia. Pero tampoco es del todo inocencia.

En múltiples declaraciones judiciales, al menos cuatro víctimas lo identificaron como parte de la banda de secuestradores Los Zodiaco, que operó en el Estado de México y la Ciudad de México. Una de ellas también lo señaló por violación. Su familia tuvo un rol activo en la organización, y aunque algunas pruebas fueron cuestionadas, no todas fueron declaradas inválidas.

Pudo beneficiarse de las irregularidades procesales que en su momento permitieron la liberación de Cassez, pero su defensa eligió otra ruta: buscar probar su inocencia en lugar de acogerse a los mismos argumentos que ya habían sido validados por la Corte. Eso alargó su tiempo en prisión.

Finalmente, la jueza Mariana Vieyra Valdés dictó sentencia absolutoria. En una resolución de 465 páginas, argumentó que el “efecto corruptor” del montaje televisivo contaminó las pruebas y que, por “cosa juzgada refleja”, debía aplicar el mismo criterio que liberó a Cassez. La decisión se da a semanas de que ella ganara la elección en la que apareció en los acordeones como candidata para seguir en el cargo en el nuevo modelo judicial que impulsó el gobierno de Sheinbaum.

Curiosamente, esta misma jueza ha negado liberar a Martha Gálvez, hermana de Xóchitl Gálvez, quien también ha estado en prisión sin sentencia por un presunto secuestro. ¿Doble rasero? ¿Conveniencia política? Son preguntas que exigen respuestas.

Hoy vivimos en un México donde puedes pasar dos décadas en prisión sin sentencia… y también en un México en donde un presunto secuestrador y violador puede quedar libre sin que se aclare su inocencia. Un país que ignora a las víctimas mientras convierte en mártires a quienes han sido parte del engranaje criminal, pero fueron mal procesados por el Estado.

La narrativa dominante apunta a las fallas del pasado, al sensacionalismo mediático y a los errores judiciales. Todo muy conveniente para un gobierno que, en menos de un mes, pondrá en marcha un nuevo sistema de justicia que promete ser aún peor que el actual.

Mientras tanto, Israel Vallarta ya es visto como víctima… y algunos incluso lo perfilan como futuro senador.

Una pena.

Columna publicada en El Universal

Florida, EUA.— Hace un mes el gobernador de Florida, Ron DeSantis, cedió al presidente Donald Trump la pista aérea abandonada de Ochopee, en los Everglades, para abrir un centro de detención que sus promotores llaman “Alligator Alcatraz”. El objetivo, admiten, es simple: aterrorizar al migrante para que se auto-deporte.

 Treinta días después, la crueldad es palpable. Al menos cien personas ya fueron expulsadas en vuelos opacos, según la ACLU, una asociación defensora de los derechos y libertades individuales garantizados por la Constitución de Estados Unidos. Quienes aún duermen en carpas sobre pasarelas de madera narran historias de calor sofocante, muy poca comida y la imposibilidad de hablar con un abogado: sus nombres ni siquiera figuran en los registros de ICE. La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, pidió visitar la instalación pero recibió dos negativas porque ni el estado ni el gobierno federal reconocen responsabilidad.

El Arzobispo de Miami, Thomas Wenski, ha buscado poder proveer servicios religiosos a los detenidos y también se ha topado con pared. Ante la pregunta ¿quién manda aquí?, Tallahassee apunta a Washington y Washington responde que es asunto estatal.

Ese limbo jurídico se refleja también en la imagen: torres de vigilancia improvisadas, cercas metálicas y pantano hasta donde alcanza la vista. La promoción de los cocodrilos no es inocente: en el sur de EUA esa bestia ha sido símbolo racista desde el fin de la Guerra Civil; hoy se reutiliza pero para deshumanizar al migrante.

Florida es uno de los estados de mayor recepción de migrantes. La descripción que he encontrado aquí sobre el Alcatraz de los Cocodrilos es que es un lugar que deshumaniza a los migrantes y que busca normalizar el odio y una retórica de violencia. De hecho, ONGs que trabajan ayudando a migrantes piden que no se use ese nombre propagandístico y se le llame por lo que es: un centro de entierro (la traducción exacta de internment center).

Las protestas crecen. Carteleras sobre la autopista 836 muestran la leyenda Not in our name (No en nuestro nombre). Parroquias recolectan agua y bloqueador para los detenidos; ambientalistas advierten que el diésel de los generadores del centro de detención está contaminando estos manglares que son tan importantes para la diversidad del ecosistema.

Todo esto de un lado, pero los defensores de la mano dura replican que “no es un hotel”. Alcatraz busca normalizar la barbarie.

Lo peor es que todo indica que esto es apenas el comienzo. Para alcanzar la meta de detener a 3 mil personas al día, La Casa Blanca desvió fondos de FEMA, la agencia dedicada a la atención de emergencias por desastres naturales, para el manejo de este centro en Florida y dará dinero a otros estados para que puedan detener a más migrantes. Por su parte el Pentágono adjudicó un contrato de mil 260 millones de dólares a Acquisition Logistics para levantar un megacampo de detención de cinco mil camas en la base de Fort Bliss, en El Paso, Texas. Al mismo tiempo, Florida licita otro centro en Camp Blanding con capacidad para 2 mil detenidos.

La narrativa oficial presume eficacia; la realidad huele a miedo. En Alligator Alcatraz los reptiles son parte del espectáculo, pero el mensaje central es causar miedo a quienes han buscado El Sueño Americano.

Columna publicada en El Universal

Claudia Sheinbaum llegó a Palacio Nacional acompañada de un equipo que no escogió: la guardia pretoriana que Andrés Manuel López Obrador dejó estratégicamente acomodada antes de mudarse a Palenque. Ahí están las ex corcholatas —Gerardo Fernández Noroña y Adán Augusto López en el Senado, Ricardo Monreal en San Lázaro— y, como cereza en el pastel, su hijo Andrés Manuel López Beltrán, flamante secretario de Organización de Morena. Con semejante corte, el poder que Sheinbaum recibió llegó en versión compartida, empaquetado con candados y vigilantes que le recuerdan quién es el verdadero patriarca.

Desde la campaña se repite que, tarde o temprano, la presidenta tendrá que dar un “manotazo” para adueñarse de la silla. Ernesto Zedillo se estrenó encerrando a Raúl Salinas para emanciparse de Carlos Salinas; el propio Salinas hizo lo mismo con Joaquín “La Quina” Hernández Galicia. La duda es si veremos un golpe similar o si Sheinbaum apostará por la erosión pasiva: quedarse quieta y permitir que las piezas heredadas se autodestruyan.

Andy López Beltrán ofrece la primera evidencia. Su deficiente operación en las elecciones de junio significó derrotas en Durango y Veracruz. Dolido, subió un video exigiendo que lo llamen Andrés Manuel —como si el nombre garantizara oficio— y, para colmo, se ausentó de la sesión extraordinaria de Morena el pasado fin de semana porque, dicen, estaba de vacaciones. Vacaciones: esa palabra que no existe en el diccionario de su padre.

Ricardo Monreal tampoco asistió. Alegó asuntos familiares, pero las redes lo fotografiaron en el restaurante del Villa Magna en Madrid. Derecho tiene, faltaba más; sin embargo, su gusto por el lujo lo deja vulnerable frente a la austeridad franciscana que predica la 4T y contrasta con una presidenta que, pudiendo, prefiere pasar los fines de semana de gira acumulando kilómetros —y poder— en los estados.

Y llegamos a Adán Augusto. El senador quedó herido de muerte cuando su exsecretario de Seguridad en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, fue acusado y se dio a la fuga. Los Guacamaya Leaks describen a Bermúdez como líder de la célula “La Barredora”. Ayer, Omar García Harfush informó que se le busca por asociación delictuosa, extorsión y secuestro. ¿Podemos creer que López Hernández ignorara las andanzas de su lugarteniente si él mismo exigía que Felipe Calderón conociera los vínculos de Genaro García Luna con el narcotráfico, so pena de complicidad?

Para Washington, siempre dispuesto a ver la mano del narco detrás de los gobiernos de Morena, el escándalo es gasolina pura. Las raquíticas porras de “¡No estás solo!” que recibió Adán en la convención partidista envían un mensaje devastador: el partido hegemónico arropa a un político bajo sospecha, exactamente la narrativa del Secretario de Estado nortemaericano, Marco Rubio y del presidente Donald Trump.

La mesa, pues, está servida para que el manotazo ocurra casi sin que la presidenta mueva un dedo. Entre la indisciplina de los alfiles que heredó y la longitud de sus respectivas colas, Sheinbaum puede acomodarse cómodamente en la silla principal si sabe leer —y aprovechar— el momento.

Solo falta que quiera. Tendrá que decidir si desplaza con sutileza el poder que todavía se reparte desde Palenque o si se resigna a convertirse en una presidenta provisional, al estilo de Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez, quienes permitieron que Plutarco Elías Calles siguiera mandando mientras ellos firmaban los decretos.

Columna publicada en El Universal

Florida, EUA. – Las acciones contra los migrantes que ha emprendido Donald Trump en los primeros seis meses de su segundo mandato han mostrado ser sumamente desorganizadas, racistas y crueles.

Lo que hemos visto es un espectáculo para asustar a quienes están sin sus papeles en orden en Estados Unidos para que quienes sigan sin documentos prefieran auto deportarse. Con ese propósito hemos visto desde los vuelos enviando a hispanos a la mega cárcel de Bukele hasta las redadas en Los Ángeles. La idea ha sido mostrar a un gobierno dispuesto a todo para purgar a su país de los indocumentados.

Por eso las imágenes de los supuestos integrantes de pandillas puestos en vuelos hacia El Salvador esposados fueron promovidas masivamente en las redes sociales de La Casa Blanca. Lo mismo sucedió con los agentes de migración (ICE) y la Guardia Nacional desplegada en California. Todo se ha promovido como un ejercicio de eficiencia que ha reducido las detenciones a su número más bajo en décadas.

La semana pasada esta propaganda escaló con las imágenes de Trump caminando por su nuevo centro de detención de migrantes en Florida: El Alcatraz de los Cocodrilos. El antiguo Homestead Air Reserve Base, a 50 km de Miami, ahora se va a usar para detener a migrantes con la promesa de que, al estar rodeado de manglares en los que rondan cocodrilos, ninguno va a poder escapar.

El fiscal general de Florida, James Uthmeier, quien fue el que bautizó al lugar, presumió en un video publicado en X que “si la gente sale de ahí no les espera mucho más que cocodrilos y pitones”.

La crueldad se está usando como propaganda. Y las cosas se van a poner peor.

El One Big Beautiful Bill que aprobó la Cámara de Representantes el jueves pasado y que firmó el 4 de julio Donald Trump “como regalo de cumpleaños para América”, crea un estado policiaco contra migrantes que otorga muchos más recursos a los esfuerzos para llevar a cabo deportaciones. El dinero aprobado permitirá a la administración Trump aproximadamente duplicar la capacidad de detención de inmigrantes y reforzar significativamente el personal de control de inmigración. De entrada ICE pasa de tener un presupuesto de $8 mil millones de dólares al año a recibir $100 mil millones de dólares de ahora y hasta septiembre del 2029.

Además del músculo financiero para ICE, el proyecto reserva 46 mil 500 millones de dólares para el muro fronterizo, su construcción, instalación, mejoras, vías de acceso, cámaras, iluminación y otras tecnologías de detección. Esto representa el mayor gasto de todo el BBB.

La retórica nativista de Trump y los tres funcionarios de su gobierno abocadas a terminar con la migración – Stephen Miller; Tom Homan y Kristi Noem – está pasando de tener a los indocumentados como su blanco de acción a irse también en contra de migrantes que están en Estados Unidos con sus documentos en orden.

Por eso Trump ha hablado de deportar a su otrora amigo, Elon Musk, a Sudáfrica. Allá nació, pero Musk es ciudadano de EUA desde el año 2002. El presidente ha amenazado con hacer lo mismo al candidato demócrata a la alcaldía de Nueva York, Zohran Mamdami, quien nació en Uganda pero es ciudadano estadounidense desde el 2018, si de ganar, impide que ICE lleve a cabo deportaciones en su ciudad.

Estados Unidos se hizo a partir de migrantes. El propio Trump está casado con una migrante, Melania Knauss, que nació en Eslovenia. La esposa del Vicepresidente J.D. Vance, Usha Chilukuri, es hija de migrantes de India. Esta atracción de los mejores talentos y de gente que busca el sueño americano ha sido una enorme fortaleza para el país. Pero esa historia de éxito se ha vuelto la de un cruel estado policiaco contra migrantes con el regreso de Trump 2.0.

Columna publicada en El Universal

En cualquier país que se precie de valorar la vida de sus ciudadanos Hugo López Gatell estaría cuando menos enfrentando demandas importantes por su gestión de la pandemia de COVID-19 como subsecretario de Salud en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.

Pero en México, un país en el que claramente la vida humana vale muy poco, López Gatell está empacando maletas para irse a Ginebra a representar a México ante la Organización Mundial de la Salud.

El “científico” que ignoró los lineamientos de la OMS para mitigar los efectos del virus, como usar cubrebocas y realizar pruebas para aislar a los contagiados, ahora se va a ese organismo a representar a México.

Según la OMS, México representó el 4.1 por ciento de las muertes en exceso en el mundo en 2020 y 2021, a pesar de tener solo el 1.6 por ciento de la población mundial. Esto significa que el exceso de mortalidad en México fue 2.6 veces mayor que su peso en la población global.

Además, de nuevo con datos de la OMS, México se ubicó en el cuarto lugar mundial en exceso de mortalidad entre países con más de cinco millones de habitantes, detrás de Perú, Bolivia y Ecuador.

Se estima que al menos el 37 al 39 por ciento de las más de 800 mil muertes en exceso que hubo no fueron atribuibles a condiciones preexistentes (como enfermedades crónicas, desarrollo económico, informalidad), lo que implica que alrededor de 300 mil muertes pudieron haberse evitado si México hubiera tenido un desempeño promedio en la gestión de la emergencia.

Por ello, Hugo López-Gatell pasó muy rápido de ser el Rock Star de la 4T a ser el Dr. Muerte.

¿Con qué cara se presentará López-Gatell en Ginebra ante estos datos? Y ¿qué pensarán los familiares de todos estos muertos de que ahora López-Gatell seguirá teniendo chamba en el gobierno y será nuestro representante en la OMS?

Algunos excusan la gestión de la pandemia que hizo López-Gatell diciendo que es un científico que hizo errores de político. El problema es que esos errores costaron cientos de miles de vidas. Y ahora premiarlo con un nuevo puesto político en el cual podría repetir errores, es demostrar que la vida de quienes murieron o quedaron con secuelas por COVID no valen nada.

En su perfil de X López-Gatell tiene una foto de él caminando con AMLO en Palacio Nacional. Ahí publicó un mensaje agradeciendo a Sheinbaum: “Es un gran honor haber sido designado… Esta distinción me compromete a seguir trabajando por la salud pública y el bienestar social… ¡Gracias por su confianza, querida presidenta!”.

Que López- Gatell agradezca la confianza de Sheinbaum, con quien tuvo una relación muy mala cuando ella gobernaba la CDMX, no deja de llamar la atención. En 2020 la entonces jefa de Gobierno se desmarcó de la estrategia federal: impuso pruebas masivas, defendió el uso obligatorio de cubrebocas y hasta tejió su propio sistema de datos mientras Gatell minimizaba la utilidad de estas medidas.

¿Por qué, entonces, este nombramiento? ¿Es de nueva cuenta Sheinbaum queriendo complacer a López Obrador al darle este nombramiento a pesar de que no es afín a López Gatell? O ¿es Sheinbaum abriendo una embajada de lujo para un actor incómodo en casa y evita así que se convierta en crítico desde la trinchera académica nacional?

Sea cual sea la respuesta, la señal para los mexicanos es inequívoca: en el servicio público puedes hacer mal tu trabajo y esto puede costar vidas, pero la lealtad a AMLO se precia y se premia por encima de todo.

Columna publicada en El Universal

En el Congreso hay solo dos periodos ordinarios al año (feb-abr y sept-dic). Entre estas fechas el legislativo está en receso y se instala la Comisión Permanente con 37 legisladores que se quedan “de guardia”. Ellos pueden convocar a un periodo extraordinario para desahogar asuntos urgentes y específicos. El trámite requiere mayoría calificada dentro de la propia Permanente y debe listar, con nombre y apellido, los temas que se abordarán. Fuera de esa lista no puede tocarse nada.

En teoría, el extraordinario es el extintor que solo se rompe “en caso de incendio”. Pero ahora estamos viendo como ese extraordinario se convierte en un maratón legislativo exprés. Parece que la mayoría oficialista quiere sacar iniciativas atoradas o políticamente delicadas sin la lupa habitual de un periodo ordinario.

Al ver que se ha convocado este extraordinario sin necesidad hay dos preguntas: ¿Qué es lo que quiere sacar el oficialismo con este extraordinario sin el escrutinio habitual de oposición, ONGs y/o medios de comunicación? Y ¿por qué?

Entre las 22 iniciativas que Morena quiere servir en este “menú exprés” destaca la reforma a la Ley General en Materia de Desaparición Forzada y al Sistema Nacional de Búsqueda, que promete consolidar bases de datos y obligar a las fiscalías a coordinarse —una deuda urgente con más de 110 mil familias buscadoras, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Búsqueda al 31 de mayo de 2025—pero cuyo dictamen hoy no es público.

Está la extinción del Coneval para traspasar la medición de pobreza al INEGI, con lo que el Gobierno pasaría a calificarse a sí mismo en un tema que le es sumamente importante y con el cual podrá responderse: ¿Hay más o menos pobres a partir de todos los programas sociales de la 4T?

También incluye un paquete de leyes de seguridad —Guardia Nacional y Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia— que otorgan superpoderes de espionaje a la Secretaría de Seguridad.

Está la polémica Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión, cuyo dictamen no se ha hecho público. ¿Por qué? Si ya se quitó el artículo 109 que tanto preocupaba porque le daba a la Agencia de Transformación Digital y de Telecomunicaciones, la ATDT, demasiadas atribuciones, entre ellas la opción de bloquear plataformas digitales ¿por qué se guarda el oficialismo el dictamen? ¿Qué quieren que se apruebe de forma exprés? ¿Por qué no llevar a cabo el proceso legislativo conforme a los tiempos ordinarios? ¿Por qué están corriendo?

El nuevo borrador de la Ley de Telecomunicaciones que Morena pretende avalar en el extraordinario sigue teniendo varios focos rojos: resucita el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, obligando a registrar cada SIM —con identidad y biométricos— bajo la lupa de la ATDT; mantiene la retención masiva de metadatos por 24 meses y otorga al Ministerio Público acceso a geolocalización en tiempo real sin orden judicial, un GPS estatal permanente. En resumen: se fue la tijera de la censura, pero quedaron varias navajas sueltas.

Además está el candado que limita los retiros parciales de Afores en caso de desempleo y ajustes a la ley antilavado para seguir el rastro del financiamiento ilícito. Es un paquete legislativo muy variado: desaparecidos, datos, dinero y ciberespacio, todo servido a la velocidad de un microondas parlamentario.

¿Por qué? ¿Qué necesidad?

@AnaPOrdorica

Apostilla: George W. Bush clamó ¡Misión cumplida! Cuando cayó Saddam Hussein en Irak. Ese momento fue el principio de una larga intervención/guerra de EUA en ese país. Ahora que Donald Trump ha declarado que los bombardeos en Irán han sido un éxito, vale la pena preguntarnos si también será el inicio de otro largo conflicto en el que entre EUA a pesar de que el presidente prometió ponerle fin a “las guerras eternas”.

Columna publicada en El Universal

El estilo pendular de Donald Trump en materia arancelaria lo estamos viendo ahora en su política migratoria. Primero promete mano dura; luego recula cuando la economía se complica y, al primer aplauso de su base, vuelve a tensar la cuerda.

Primer acto: redadas en Los Ángeles.
Más de 800 agentes de ICE irrumpieron en fábricas, hoteles y restaurantes al amanecer. Fox News y los aliados de MAGA – entre ellos el mismísimo Elon Musk ya con la cola entre las patas por el pleito de hace unos días – suben en sus pantallas y en las redes sociales fotos de patrullas encendidas y banderas mexicanas ondeando. Esto le permitió a Trump proclamarse como el “presidente de la Ley y el Orden” y señalar al gobernador de California, Gavin Newsom – el más fuerte contendiente del partido demócrata hacia las elecciones de 2028 – como cómplice de “ilegales”. Los duros de La Casa Blanca, Stephen Miller y Tom Homan, estaban felices con estas imagenes que les permiten asuzar sus propias banderas xenófobas y racistas.

Segundo acto: la economía al rescate.
Empresarios agrícolas y hoteleros buscaron a Trump para decirle que se estaban quedando sin trabajadores. Y es que tan solo en California hasta 60 por ciento de los jornaleros faltó al trabajo tras la primera ola de redadas; la cosecha de cítricos en Florida cayó y los restaurantes de Nevada cerraron turnos. La Secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, logró que Trump se diera cuenta de la inflación alimentaria que vendría si seguían las redadas. Trump reculó y pidió a ICE frenar operativos en los sectores críticos de servicios y agricultura.

Tercer acto: giro dominical.
Sólo días después, Trump escribió en Truth Social que las redadas se reanudaban y apuntarían a Los Ángeles, Chicago y Nueva York, a las que describió como bastiones demócratas que roban elecciones.

Tras bambalinas, el gabinete se sacudió. Mientras la Secretaria Brooke Rollins ruega clemencia para el campo, Stephen Miller exige un millón de deportaciones en 2025; y Trump, que suele actuar a partir de la última voz que escucha, reescribe el guion cada semana.

¿Puede realmente deportar a millones? El Departamento de Homeland Security reconoce más de diez millones de indocumentados. Deportar a un 10 por ciento obligaría a duplicar jueces, centros de detención y agentes. Se entiende que el “Big, Beautiful Bill” de Trump contempla un aumento masivo de presupuesto para llevar a cabo las deportaciones, así es que las cosas podrían complicarse si Trump se empeña en ello. No obstante, hay una ironía, las ciudades santuario que Trump quiere vaciar aportan una cuarta parte del PIB nacional y dependen de esa misma fuerza laboral.

Así regresamos al acrónimo que mejor describe la saga: TACO Trump —Trump Always Chickens Out, (Trump siempre se acaba echando para atrás). Cada amenaza refuerza su imagen de “duro”; pero cada repliegue expone su dependencia de la economía que dice proteger.

Gavin Newsom lo pintó en estos días como incoherente: un presidente incapaz de cuadrar seguridad con prosperidad. El asunto aquí es que el vaivén deja a los indocumentados en un limbo de terror intermitente; a los productores elaborando planes de contingencia y a los consumidores sin saber qué va a pasar con los precios de mucho de lo que consumen.

De aquí a 2028 seguiremos atrapados en esta telenovela de redadas y retractaciones de Trump. Lo que me lleva a preguntar ¿cuál es el Plan B del gobierno mexicano ante la disminución previsible de las remesas y el cierre de la válvula de escape que ha sido la migración?

Columna publicada en El Universal

Era cuestión de tiempo. Nadie debería sorprenderse y, sin embargo, somos muchos —me incluyo— los que estamos saboreando este reality show en tiempo real: Elon Musk contra Donald Trump; la dupla que conquistó Wall Street, Twitter y, de paso, el Despacho Oval, ahora se da con todo en prime time.

El conflicto estalló cuando Trump se molestó porque Musk impulsó al multimillonario Jared Isaacman para dirigir la NASA pese a haber donadomucho dinero a los demócratas. Pero fue en X donde se rompió el disfraz: Musk calificó de “abominación” el Big, Beautiful Bill (BBB) que el Senado votará en estos días —la Cámara de Representantes ya lo aprobó— e instó a sus 220 millones de seguidores a presionar a los senadores para echarlo abajo. El BBB, alega, disparará el déficit y, para colmo, borra los incentivos fiscales a la compra de vehículos eléctricos sobre los que ha construido Tesla. Para Trump, el BBB representa la columna vertebral de su gobierno. De su aprobación depende que le cumpla a sus seguidores sus principales promesas de campaña.

El hecho es que lo que empezó como diferencias presupuestales escaló a vendetta personal. Trump, desencajado, contraatacó: “Lo de Elon se agotó; le pedí que dejara sus atribuciones de adelgazar el gobierno. ¡Se volvió LOCO!”. Musk respondió acusándolo de estar en los archivos del depredaro sexual, Jeffrey Epstein; pidió revocar la presidencia a la que —presumió— nunca habría llegado sin su ayuda y, para rematar, vaticinó recesión por los aranceles trumpistas.

La popularidad no es el fuerte de ninguno, pero los números hablan: el índice fav/unfav de Musk es –13.8; el de Trump, –3.7, según Nate Silver. Es decir, Trump es “menos impopular”. Y Musk arriesga más: un reporte de la congresista Elizabeth Warren estima que, en 130 días de trumpismo, regulaciones a modo y contratos para Tesla, Neuralink, X y SpaceX hicieron crecer su fortuna en más de cien mil millones de dólares. Trump ya amagó con cerrar la llave si el pleito sigue.

Herido, Musk coquetea con fundar un nuevo partido. Eso fracturaría la base MAGA justo cuando muchos simpatizantes constatan que la “era dorada” sólo ha beneficiado a los amigos billonarios del presidente, mientras al estadounidense promedio le suben los precios y le bajan los empleos. Para Trump, el dinero que Musk meta —o saque— en las intermedias y el uso que dé a X son amenazas reales.

Cada uno sostiene la dinamita cerca de su pólvora. Si fueran racionales —virtud escasa en ambos— enfriarían el conflicto y volverían a una relación meramente transaccional: tú lanzas cohetes, yo te otorgo contratos. Musk ya borró varios tuits y se alineó con Trump en los disturbios de Los Ángeles; mientras tanto, en la Casa Blanca abundan halcones —Srio del Tesoro, de Estado, Stephen Miller, Steve Bannon— que no quieren ver a Musk de regreso en el círculo íntimo de Trump.

La guerra de titanes involucra mucho poder y mucho dinero. Los dos tienen capital de sobra pero cuando de calmar los ánimos se trata, a ambos les gana usar sus redes sociales como un arma letal. La lucha de titantes seguramente ha dejado muy sonrientes a líderes que se benefician de un Estados Unidos cada vez más caótico como Xi Jinping y Vladimir Putin.

Columna publicada en EL UNIVERSAL

Estamos en México más militarizados de lo que queremos reconocer. La más reciente señal de ello vino el domingo pasado mientras se desarrollaba la elección del Poder Judicial con la presencia de tres militares sentados en la mesa del Consejo General del INE, esa que los Consejeros llaman “la herradura de la democracia”.

La Consejera Carla Humphrey salió a preguntar a la Secretaria Ejecutiva del INE sobre la presencia de tres militares dentro de la mesa de la Sala de Consejo y se quejó por no haber recibido respuesta.

Resulta que en estas elecciones no hubo presencia ni de partidos ni pudieron ser los ciudadanos quienes contaran los votos, pero sí hubo presencia de militares. Y por alguna razón esto no es un escándalo.

Parece que nos esta pasando como a la rana a la que le calientan el agua poco a poco sin darse cuenta que la están cocinando, que la están matando.

Porque la presencia de militares en la vida cotidiana es cada vez mayor. Unos días antes, en la Ciudad de México, militares entraron a un concierto que se llevaba a cabo en el Multiforo Cultural Alicia, lo desalojaron y es la fecha que nadie sabe por qué lo hicieron ni quién les dio la orden.

Cuando era candidato en 2012, Andrés Manuel López Obrador prometió devolver a los soldados a sus cuarteles en medio año. Trece años después, no solo siguen fuera: tienen, según un recuento del CIDE, al menos 246 funciones de carácter civil, desde repartir libros de texto hasta administrar aeropuertos.

Hoy la Sedena dirige 12 terminales aéreas, incluido el Felipe Ángeles (AIFA). Mexicana de Aviación renació en 2023 como aerolínea del Estado bajo control militar. En 2024 perdió 3.4 millones de pesos diarios y en enero de 2025 cerró 8 de sus 17 rutas. Así que además de una mayor presencia, su desempeño administrativo deja mucho que desear.

En el Tren Maya, la Sedena tiene a su cargo tres tramos férreos, seis hoteles y cuatro edificios, con un presupuesto de obra que creció más de mil por ciento en un año. Y es que ahí hay otro foco rojo: la cantidad de dinero adicional que ha recibido el ejército en estos años. Dinero que obtiene sin licitación pública de por medio bajo el argumento de seguridad nacional. El gasto militar se disparó 150 por ciento desde 2018 y para 2024 las Fuerzas Armadas controlaron una quinta parte de toda la inversión pública federal.

Claudia Sheinbaum prometió revisar protocolos tras el episodio del Foro Alicia pero también recalcó que va a mantener la Guardia Nacional bajo la tutela de Sedena “por eficacia”.

El Ejército mexicano ha pasado de ser invitado ocasional de la esfera civil a dueño del salón. Y como buen propietario, coloca sus propios muebles: aeropuertos, aduanas, trenes, aerolíneas y ahora asientos en la herradura electoral. La pregunta ya no es si los uniformados deben regresar a los cuarteles, sino quién les pedirá las llaves cuando hayamos normalizado que todo México es, de facto, una zona militarizada.

Apostilla: La presidenta Sheinbaum celebra un ejercicio que fue sucio de principio a fin. Dice que hubo más votación que los votos que recibieron en la pasada elección el PRI o el PAN, lo que es una métrica tramposa por varias razones.

Primero porque si sumamos los votos del PRI y del PAN en 2024, dan casi 15 millones 400 mil votos, ósea recibieron más votos estos dos partidos que la totalidad de votos emitidos para todos los cargos del Poder Judicial.

Segundo, por el tamaño de votos nulos. El 22.5 por ciento de los votos fueron anulados, no sabemos en qué proporción fue como protesta a la elección y en qué proporción por lo complejo que resultaba votar. El tema aquí es que ese porcentaje de votos nulos no tiene precedente. En las elecciones presidenciales anteriores el voto nulo ha sido de menos del 3 por ciento.

Columna publicada en El Universal

Tenemos que partir de la base de que elecciones no equivale a democracia. Si democracia se redujera al simple hecho de votar tendríamos que decir que Rusia, Hungría, Venezuela, Nicaragua y tantas autocracias son democracias.

La verdadera intención de la elección del próximo domingo la dijo con todas sus letras su principal impulsor. Me refiero al hoy expresidente Andrés Manuel López Obrador cuando reiteró en diversas ocasiones que su legitimidad provenía del respaldo popular obtenido en las urnas, a diferencia de los ministros, jueces y magistrados del Poder Judicial, quienes —según él— carecen de esa legitimidad porque no son elegidos por el pueblo.

Una de las declaraciones más claras sobre este tema la hizo en su Mañanera del 19 de junio de 2024: “Quiero dejar de manifiesto que la gente quiere participar y elegir a jueces, magistrados y ministros. Eso yo creo que está fuera de discusión. La mayoría de los mexicanos quiere participar para elegir a los jueces”.

Si la mayoría quiere la elección de ministros, jueces y magistrados ¿por qué estamos viendo acciones desesperadas del gobierno para lograr que salgan a votar aunque sea un 10 por ciento de los 99 millones de votantes que integran la Lista Nominal actual? ¿Por qué están repartiendo acordeones con los números que deben poner en las 10 boletas que en promedio recibirá quien acuda a votar?

Y ¿no debería entonces de haber un umbral mínimo de votación para considerar que la elección es válida? ¿un umbral de más del 50 por ciento, dado que el expresidente y padre de la elección de los integrantes del Poder Judicial, dice que la mayoría de los mexicanos quieren participar en esta elección?

Seamos claros: esto es una simulación. Es una farsa en la que el oficialismo ha querido involucrar a los ciudadanos. Nos ha colocado en un dilema: votar y con ello participar en la farsa de que este solo hecho es igual a democracia, o abstenernos y con ello dejar el campo libre al oficialismo.

La elección de jueces no es el final de la historia. Es el principio. Es aceptar que a partir de ahora los jueces responden a intereses, en el mejor de los casos, del oficialismo, en el peor a los de criminales. Así, la elección no es una solución al enorme problema de Estado de Derecho que sí existe. Es más bien un nuevo problema.

¿Qué va a pasar si en la elección solo participa una ínfima minoría? Tira la falacia de que los 35 millones de votos pro-Sheinbaum en 2024 fueron para desmantelar el Poder Judicial.

La elección nació mal, del ánimo de venganza y revancha de AMLO, y desde entonces todo ha empeorado. Tómbolas; movilización partidista; coerción y amenaza a funcionarios para salir a votar; cuotas a los gobernadores para que saquen a empleados con un acordeón a rellenar papeletas. Es una elección en la que resulta prácticamente imposible llegar informados a votar. Y una vez que se emitan los votos, vendrán nuevas trampas.

Y es que las boletas que no se usen no se van a destruir. Se enviarán junto con las actas a los 300 consejos distritales del INE, donde se realizará el conteo. Este procedimiento es distinto al de otras elecciones, ya que el escrutinio detallado no la hacen los ciudadanos en la casilla. La noche del 1 de junio no se darán a conocer ganadores ni tendencias. Será hasta el 15 de junio cuando concluya el cómputo nacional, se haga la declaración de validez y se entreguen constancias de mayoría a los “ganadores”. Pero desde ya pueden entregarnos la constancia a los perdedores: todos los mexicanos que creemos en la importancia de un Poder Judicial independiente y fuerte.

Columna publicada en El Universal

Xi Jinping declaró desde el primer momento que en una guerra comercial no hay ganadores. Aun así su gobierno respondió muy bravucón a la guerra comercial que anunció Trump en su Día de la Liberación con tarifas retaliatorias. Parecía que, sin dejar de lado un escenario complejo, China sería el único país con la economía lo suficientemente fuerte y con el esquema político claramente controlado para enfrentar la furia de Trump. Y es que la dependencia de EUA de las exportaciones chinas es mayor que la dependencia de China de las exportaciones estadounidenses. Ese déficit comercial es parte de la furia de Trump que lo llevó a arrancar esta guerra comercial.

Sin embargo hay datos que muestran la enorme vulnerabilidad de China a la guerra comercial de Trump. Desde ya hemos visto una enorme caída en las exportaciones de China a Estados Unidos. La baja es de 21 por ciento, comparando abril 2024 con mismo mes del 2025. Aun cuando China ha querido diversificar sus exportaciones a otros países, esto no ha sido ni será tan sencillo mientras Trump está negociando acuerdos bilaterales en los que tener comercio con China será una carta que enojará al presidente de EUA.

Por tamaño de población China debería de poder resistir las tarifas simplemente enfocándose en su mercado interno. El problema es que la economía de China está diseñada para vivir de sus exportaciones y manufactura y con un muy débil mercado de consumo interno.

A pesar de ser una potencia exportadora, la economía china lucha con el consumo interno debido a un sistema fiscal que grava fuertemente el consumo (alto IVA/impuesto sobre las ventas) y una red de seguridad social muy limitada (pensiones y seguro de desempleo modestos).

La falta de una red de seguridad social robusta y las pocas opciones de inversión seguras (antes era el mercado inmobiliario pero éste colapsó en el 2021) han llevado a una tasa de ahorro excepcionalmente alta entre la población china que ronda el 40 por ciento de los ingresos.

Así, las negociaciones entre Estados Unidos y China enfrentan dificultades fundamentales porque sus intereses son diametralmente opuestos: EUA busca reducir su dependencia de las exportaciones chinas y fortalecer su industria interna, mientras que China busca aumentar continuamente sus exportaciones para sostener su economía basada en la producción.

Ni uno de los dos países la tiene fácil ya que sus ciudadanos están acostumbrados al escenario actual. Podemos pensar que China puede aguantar más que EUA ya que el estricto aparato de seguridad y la censura del gobierno chino le otorgan una mayor capacidad para sofocar el descontento social y controlar la narrativa sobre los problemas económicos en comparación con países occidentales, pero el escenario no es nada sencillo. Ni siquiera para China.

Apostilla: En México hemos aceptado la corrupción y el cinismo de la clase política. Ver que lo mismo ocurre ahora en EUA, pero además sin el menor empacho de Trump y sus cercanos, no deja de llamar la atención. Como botón de muestra está su reciente viaje a Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos en donde se firmaron acuerdos de inversión y compra de armas, pero también recibió un Boeing 747 de súper lujo para usar como Air Force One mientras es presidente y después pasará a la biblioteca Trump, lo que le permitirá usarlo ya como civil.

El viaje ocurrió a unos días de que los hijos y el yerno del presidente cerraran sus propios negocios en precisamente esos tres países. Entre ellos está la inversión de 2 mil millones de dólares de los Emiratos Árabes a la criptomoneda Trump; mil millones de dólares de Arabia Saudita para el proyecto del Trump International Hotel and Tower en Dubai y un club de golf en Qatar de 5.5 mil millones de dólares que va a tener la marca Trump.

Columna publicada en El Universal

La razón que da el fondo para sacar su dinero de Pemex no es la corrupción. O no solo es la corrupción. Es la corrupción, sumado a la falta de interés por combatirla. El Consejo de Ética del Fondo Global de Pensiones del Gobierno Noruego que tiene inversiones en Pemex ha encontrado numerosas denuncias y sospechas de corrupción, pero, a pesar de contar con políticas anticorrupción, el Consejo considera que Pemex carece de la transparencia necesaria y una respuesta adecuada a los casos de corrupción.

La falta de información detallada sobre la implementación de sus programas anticorrupción y la respuesta a denuncias específicas llevó al Consejo Noruego a concluir que no hay garantía razonable de que Pemex tenga medidas efectivas para prevenir y abordar la corrupción. Es decir, la empresa mexicana es demasiado pasiva con respecto a la corrupción.

Para un movimiento, Morena, que se precia de haber llegado al poder para limpiar las escaleras de arriba para abajo, la corrupción está presente más que nunca y además el gobierno no demuestra tener el más mínimo interés por ponerle un freno.

Apenas hace diez días presentó el partido sus lineamientos ético-políticos de comportamiento. Muy rápido han sido puestos a prueba estos lineamientos y la calificación es absolutamente reprobatoria. En Cuautempan, Puebla, tienen a su Alcalde, Gerardo Cortés Caballero, fugado porque se le encontraron armas, drogas, cartuchos y vehículos en su domicilio. El partido no ha dicho nada sobre su militante-alcalde para condenar o reprobarlo.

Tienen a una gobernadora y a su esposo a quienes se les ha revocado la visa estadounidense – y esto no ocurre como un proceso meramente administrativo, como lo han querido vender y minimizar. Querer meter el problemita debajo de la alfombra con un “el amor al pueblo no entiende de visas ni de fronteras”, como dijo la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, es un abuso retórico que pretende hacer la vista a otro lado, como si le hubieran quitado una paleta de limón a un niño mal portado.

¿Cómo va a liderar Ávila la relación con California ahora con sus contrapartes en Estados Unidos? Tijuana y San Diego son ciudades pegadas, hermanas, en donde el cruce de la frontera ocurre de manera cotidiana. ¿Alguien dentro de Morena se puso a pensar en las consecuencias para los bajacalifornianos al momento de redactar su respaldo inmediato e incuestionable a la gobernadora?

La presidenta Claudia Sheinbaum ha estado reaccionando a todos estos escándalos de corrupción y/o colusión. Reaccionando, no actuando. No reprobando. Simplemente reaccionando y pidiendo tiempo y explicaciones a los involucrados. Al fondo Noruego, en el caso de Pemex, y a Estados Unidos en el caso de la visa de la gobernadora Ávila. Y de paso, pidió que el gobierno de Trump le avise si hay otros gobernadores en casos similares, a los que se les pueda también retirar la visa.

Sheinbaum dice que el caso de la gobernadora es un tema personal. ¿Personal? Vuelvo a preguntar ¿cómo va a manejar la relación bilateral de un estado fronterizo sin su visa? Y en el caso del fondo de pensiones del gobierno Noruego la culpa no puede ser solamente del pasado, como lo quiso minimizar la presidenta. En el periodo que menciona el documento hay casos que comprenden del 2019-2023 en los que se le pidió informes a Pemex y la paraestatal simplemente ignoró el tema. Quizás en Pemex pensaron que como solamente se trataba de 140 millones de dólares no tenía tanta importancia atender el asunto pero ¿y la reputación de Pemex? ¿Y las preguntas que esta acción del fondo pueda generar para otros inversionistas en Pemex?

Lo que vemos actualmente es que en México el problema no es solo la corrupción. Queda claro que el problema también está en la respuesta que da el gobierno a ella.

Columna publicada en El Universal

Claudia Sheinbaum acusó recibo de los escándalos de los morenistas que dejan mal parado al partido que la llevó a la presidencia. Eso de que “no somos iguales” se ha venido desmoronando con cada arropamiento a Cuauhtémoc Blanco; con cada intento de Félix Salgado Macedonio de ser gobernador de Morelos; con los viajes en Business Class de Noroña; los vuelos en helicóptero de Ricardo Monreal; con los actos anticipados de campaña de Andrea Chávez; el descaro de Rubén Rocha de presumir credencial y de Andy López Beltrán de abrazarlo.

Por ello, el fin de semana pasado presentó la presidenta un documento con lineamientos ético-políticos para los militantes de Morena en el marco de su Consejo Nacional. En el documento de once cuartillas se establecen diez puntos claves que buscan definir el comportamiento y la ética de las y los militantes de Morena.

Una de las frases célebres del padre fundador de Morena, de AMLO, es “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”. Y precisamente para hacer patente que eso de cumplir con la ley a él no le venía bien es que tenemos elecciones para renovar a la mitad del Poder Judicial este próximo 1o de junio. El enojo de López Obrador ha llevado a Morena a avalar un golpe a uno de los tres poderes del Estado.  Pero aun así, en Morena sienten que son un partido distinto por haber publicado un documento que prohíbe lo que desde antes se supone que los funcionarios públicos no deberían de hacer.

Hay una máxima del Derecho que dice que a los ciudadanos les está permitido todo aquello que no esté prohibido por la ley y a los funcionarios públicos les está prohibido todo aquello que no les autorice una ley.

Pero aun así, con este documento Morena avaló el fin de semana pasado que no se pueden usar recursos públicos para beneficio personal, familiar, gremial o de grupo con fines distintos a sus actividades oficiales.

Rechaza el amiguismo, el compadrazgo, el influyentismo. Pregunta entonces: ¿Por qué está Rutilio Escandón de cónsul en Miami? ¿Qué credenciales tiene más allá de ser cuñado de Adán Augusto López?

Quiero imaginar la cara de los Monreal y Salgado Macedonio al leer el documento que “prohíbe” el nepotismo. O la de Andrea Chávez, Yazmine Esquivel, Loretta Ortiz y Lenia Batres, cuando leen que Morena no permite los actos anticipados de campaña.

Sheinbaum acusó recibo de que todos estos actos desprestigian a Morena. La gran pregunta es si los aludidos en el documento acusarán recibo también o simplemente agacharán la cabeza unos momentos y regresarán a su modus operandi. Llama la atención que se crea que por publicar once cuartillas con lineamientos sobre qué conductas deben tener sus militantes, éstos las van a adoptar.

Del acuse o no de recibo que hagan los morenistas sabremos si este documento representa el golpe de mando de Sheinbaum o un acto desesperado que termina por mostrar que la presidenta sigue sin poder mandar dentro del partido que la llevó a la presidencia.

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El Papa Francisco lideró a la Iglesia en un momento en el que dos extremos luchaban por el rumbo que debía seguir esta institución milenaria a la cual pertenecen más de mil millones de personas. Por un lado estaban los que abogaban por un rumbo progresista y del otro los que querían mantener a la Iglesia anclada en el conservadurismo.

Esta columna no se enfocará en la discusión del dogma o del discurso del recién fallecido Papa, sino en otro aspecto que me parece sumamente interesante de su papado tomando en cuenta que la política actual atraviesa un proceso similar al de la Iglesia: ¿Cómo lidiar con los extremos ideológicos y sociales?

Los conservadores dentro de la Iglesia cuestionaban la apertura del Papa Francisco con la comunidad LGBTQ+, con los divorciados o la inclusión de mujeres en puestos clave dentro de la Curia Romana a través de la figura de la dubia, en las que básicamente cuestionaban si el Papa entendía qué hacía con esta apertura y los cambios que impulsaba de figuras clave dentro de la jerarquía católica. El Papa, en lugar de enfrascarse en discusiones con esta corriente, decidió ignorar estas dubia.

El Papa parecía entender muy bien que si él personalmente se enfrascaba en discusiones con quienes lo cuestionaban dentro de la Iglesia por progresista, les daba oxígeno. Él era popular con los católicos de la calle y eso le bastaba para decir y hacer lo que creía que era correcto. A sus opositores no los aplastaba con el poder que da el papado. Mejor los ignoraba.

“La Iglesia debe curar heridas y aliviar corazones”, dijo casi al principio de su papado. Así priorizó un rol pastoral sobre el doctrinal-punitivo, dirigiéndose implícitamente a conservadores empeñados en que la doctrina era inamovible. El hoy fallecido Papa no se envolvía en la bandera de que él, por ser el jerarca más poderoso, podía imponer su voluntad. Más bien actuaba como él consideraba era correcto. “¿Quién soy yo para juzgar?” fue su respuesta cuando le preguntaron sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo y con eso abrió una tolerancia inédita dentro de la Iglesia sin tener que imponer su visión ni cambiar un solo documento oficial.

Justo en el momento en que en EUA se quiere imponer una forma única de pensar, de hablar y de convivir – el discurso unitario impuesto por el poderoso – ha muerto un hombre que pudo haber actuado con esa misma imposición pero que prefirió predicar con el ejemplo al tolerar a quienes no pensaban como él. Un proceso muy similar hemos vivido en México en donde la falta de tolerancia con los contrapesos nos tiene en la antesala de una elección para limpiar el Poder Judicial de quienes no se han alineado con el poder.

José Mario Bergoglio, el Papa Francisco, fue un gran maestro de cómo debe el poder, ya sea religioso pero también político, lidiar con los extremos.

Apostilla 1: El presidente Donald Trump, que quiere meter su cuchara en todo, ahora está buscando que el próximo Papa sea estadounidense y cercano a él. Se trata del cardenal Raymond Burke, de Wisconsin. Burke realizó críticas sistemáticas al Papa Francisco durante su pontificado. Incluso lo consideró un hereje por sus posturas contrarias a la Iglesia Católica. Apenas en enero pasado elogió a Trump en una manifestación de la “Marcha por la Vida”. Veremos si también en el Vaticano se impone la voluntad de Trump.

Apostilla 2: Donald Trump ha sugerido en estos días que Jerome Powell, el chairman de la FED, es un perdedor que con su negativa a bajar las tasas de interés podría llevar a la economía de EUA a una recesión. Así, el hombre que generó mediante sus caóticas tarifas la caída de las bolsas y la inestabilidad financiera que estamos atravesando, ya encontró a quien culpar de su desastre.

Columna publicada en El Universal

Mientras el mundo financiero y comercial se tambaleaba por los aranceles anunciados por Trump, el presidente decidió irse a jugar golf a uno de sus campos. Esto, que en cualquier otra presidencia en Estados Unidos habría sido inimaginable, para Trump es no solo aceptable sino hasta digno de aplaudir.

Recuerdo cuando a George W. Bush se lo acabaron los medios por su mal manejo – lento y deficiente – de la tragedia del huracán Katrina que devastó Nueva Orleans. Bush no visitó inmediatamente la zona afectada por el huracán Katrina en tierra. Inicialmente la sobrevoló en helicóptero desde Mobile, Alabama, cuatro días después del desastre. Desde ese sobrevuelo, hizo declaraciones sobre la gravedad de la situación, pero la visita presencial a Nueva Orleans y otras áreas devastadas ocurrió días después y ante fuertes críticas sobre su insensibilidad y hasta racismo, ya que la población más afectada era de raza negra.

Algo similar le ocurrió a Barack Obama con el derrame de petróleo de British Petroleum en el Golfo de México (Sí, de México, no de América) en el 2010. Su reacción al derrame de BP le mereció fuertes críticas, principalmente por la percepción de que su gobierno no hizo lo suficiente ni con la rapidez necesaria para contener el desastre ambiental y mitigar sus efectos.

Y es que en ese momento Obama rechazó los llamados para detener la expansión de su programa de perforación petrolífera en aguas profundas, argumentando que el Golfo de México podía seguir desempeñando un papel importante en el futuro energético de Estados Unidos, siempre y cuando se garantizara que no ocurriría otro desastre similar.

Muchos consideraban que, tras un desastre ambiental de tal magnitud, la administración debería haber impuesto una moratoria más estricta o incluso una suspensión definitiva de las perforaciones en aguas profundas para evitar riesgos futuros. El manejo del derrame generó un desgaste político para Obama, con una caída en su popularidad por debajo del 50 por ciento por primera vez en su presidencia y una percepción pública de insuficiente liderazgo.

En el caso de Trump, su manejo caótico de la implementación de tarifas el 2 de abril provocó una pérdida de valor económico multimillonaria en los mercados globales que se alivió parcialmente tras la pausa de 90 días anunciada el 9 de abril. Esta volatilidad, incertidumbre y pérdida de dinero es responsabilidad única y exclusiva de Donald Trump. No fue un fenómeno meteorológico, como en el caso de Katrina, ni un derrame de una empresa privada, como en el caso de BP. Fue algo enteramente provocado por Trump.

Mientras los mercados financieros se desplomaban y aumentaban las críticas por el impacto económico de sus políticas, Trump se refugió en su club privado Mar-a-Lago en Florida y pasó gran parte del tiempo en su campo de golf. Además, fue a un torneo de golf patrocinado nada más y nada menos que por Arabia Saudita.

La desconexión del presidente con la situación económica que enfrentan millones de estadounidenses mientras él disfrutaba de su campo de golf en medio de la crisis bursátil y la incertidumbre económica que él provocó es demencial. Pero aun así, sus simpatizantes han dicho que lo que Trump ha hecho es jugar ajedrez en tercera dimensión y que es un genio en acción.

Son tiempos de cínicos.

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Con base en cómo fue Trump 1.0 muchos han dicho y repetido hasta el cansancio que al presidente hay que tomarlo en serio pero no literal. Ahora que ha impuesto tarifas y sacudido los mercados financieros del mundo, la pregunta es si se debe de seguir aplicando la misma premisa con Trump 2.0.

¿Qué sigue ahora que Trump lleva una semana firme con sus tarifas? ¿Hay que tomarlo en serio y literal? ¿Apostar a que corregirá? O ¿qué estrategia es la mejor para los países y las empresas?

La respuesta a estas preguntas no es sencilla en primerísimo lugar porque no hay claridad ni en Trump ni en su gabinete de qué es lo que buscan con los aranceles. Por un lado tanto el presidente como su Secretario del Tesoro, Scott Bessent, han dicho que son una herramienta de negociación. Pero por el otro, tanto Trump como su asesor en la materia, Peter Navarro y el Secretario de Comercio, Howard Lutnick, han dicho que no son negociables. Que son la respuesta a una emergencia nacional ante décadas en que el mundo ha abusado de EUA.

Lo que ha resultado de estos mensajes contradictorios ha sido una enorme incertidumbre. Y por ello países y empresarios han decidido adoptar distintas posturas.

Por un lado están aquellos que han decidido confrontar a Trump. Ahí en primerísimo lugar está China que, si no hay un arreglo de último minuto, ya desde hoy enfrenta tarifas del 104 por ciento. La apuesta de Xi Jinping es que las tarifas de Trump no son una herramienta de negociación y que llegaron para quedarse. En ese sentido han preferido tomar a Trump en serio y literal y cree que, aun cuando una guerra comercial les cuesta a todos, ellos van a acabar ganando.

En una situación similar está Canadá cuyas tarifas retaliatorias entraron en vigor desde el mes pasado. Europa está en medio. El bloque ha decidido aplicar tarifas retaliatorias en algunos productos pero a la vez ha estado buscando negociar con Trump.

México está cien por ciento en modo negociador. El gobierno de Sheinbaum le apuesta a que México puede lograr colocarse como el país menos dañado en la guerra comercial.

Ha sido muy interesante ver la respuesta de los grandes empresarios estadounidenses. Hasta el momento han optado por no confrontar a Trump pero tampoco parece que le van a dar al presidente lo que él más quiere: mover sus inversiones de regreso a EUA. Hay demasiada incertidumbre.

La apuesta que han hecho hasta ahora es esperar en el corto plazo a ver si el desplome de las bolsas, el incremento de precios a sus consumidores y la presión política de los estadounidenses hace cambiar de opinión a Trump. Si eso no funciona, siempre está el Poder Judicial que podría cuestionar y potencialmente invalidar las acciones del presidente si determina que están basadas en una declaración de emergencia nacional injustificada o ilegal. Recordemos que las tarifas están sustentadas en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) que requiere una emergencia nacional válida.

En el mediano plazo está la posibilidad de que los electores le den un revés a los republicanos en las elecciones intermedias y con ello el freno venga del poder legislativo.

Es decir, los empresarios están a la espera de una rampa de salida.

Trump ha sido un político con un teflón fuertísimo. Todo lo que a otros políticos los habría sacado de la jugada, a él no solo no lo ha debilitado, lo ha fortalecido. Este teflón podría muy bien estar basado en que con él le ha ido bien a la economía norteamericana. Ahora que esto esta cambiado ¿se sostendrá el teflón? ¿lo seguirán apoyando miles de estadounidenses al ver que aumentan los precios sin que suban los salarios? ¿le tendrán la paciencia a un Trump que declara desde su campo de golf que no sean débiles, que aguanten la tormenta?

Veremos.

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