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El recuento oficial de muertos por los terremotos del pasado 6 de febrero en Turquía y Siria ha rebasado los 35 mil. Sin embargo, una empresa alemana de análisis de riesgos advierte de que el número final de muertos podría oscilar entre los 75,000 y 90,000.

Hasta ahora el peor terremoto del siglo XXI fue el que se produjo en la región china de Sichuan en mayo de 2008, que tuvo una magnitud de 8 y que dejó más de 90,000 muertos.

Aunque en Turquía y Siria la potencia de los sismos fue algo menor: 7.7 y 7.6, y la región tiene menos densidad de población que la provincia china, hubo otros elementos que elevaron la mortalidad.

La empresa de análisis de riesgo por catástrofes Risklayer, con sede en Karlsruhe, Alemania, vaticinó en un primer momento una cifra de fallecidos de más de 52,000, con un rango superior de sus cálculos superando incluso los 100,000.

La base del cálculo es un modelo que combina bases de datos globales con imágenes de drones y satélites para valorar la extensión de los daños.

Sin embargo, días más tarde, elevaron sus estimaciones debido a que los daños fueron mayores a los que inicialmente tuvieron en cuenta y a que el derrumbe completo de numerosos edificios de viviendas elevaba la cifra de fallecidos.

“La mayoría de las muertes habrían ocurrido en esos edificios de apartamentos de varios pisos”, indicaron los expertos de Risklayer en redes sociales.

Los últimos análisis de la compañía sitúan el número de víctimas al mismo nivel que en Sichuan “lo que significa que, lamentablemente, es probable que haya entre 75,000 y 90,000 muertos”.

Según datos oficiales, más de 11,000 edificios se vinieron abajo durante los terremotos, muchos de ellos eran bloques de apartamentos de varios pisos en los que los esfuerzos de rescate son muy complicados, ya que se necesita maquinara pesada.

Recordemos que los sismos se produjeron la madrugada del lunes, a las 04:17 hora local, cuando la mayoría de las personas dormían en sus casas, lo que dificultó que pudieran ponerse a salvo, un factor que, según los expertos, ha elevado mucho las víctimas.

A falta de estimaciones oficiales en Turquía de desaparecidos, no solo la firma alemana ha hecho sus proyecciones; algunos expertos locales han realizado cálculos propios que apuntan a que todavía quedan decenas de miles de muertos debajo de los escombros.

Ahmet Ovgun Ercan, un prestigioso geofísico de la Universidad Técnica de Estambul estimó que puede haber aún unos 155,000 cadáveres bajo las ruinas de los edificios.

Según Ercan, sus números salen de un cálculo matemático en el que tiene en cuenta el número de edificios derrumbados, la media de apartamentos en cada edificio y el número promedio de personas que habita cada vivienda.

Con esos datos llegó a la cifra de 264,000 personas atrapadas bajo las ruinas, a la que restó la cifra de muertos y la de 80,000 heridos. La estimación inicial parte de un cálculo basado en estadísticas que puede dar un gran margen de error.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Moisés Soffer, rescatista de CADENA Internacional, sobre las labores de rescate y ayuda en Turquía y Siria.

Los equipos de rescate mantienen las labores de búsqueda y rescate de supervivientes entre los escombros dejados por los terremotos que golpearon Siria y Turquía, uno de los más mortíferos de la región, aumentando el saldo de muertos a poco más de 23,000.

La ayuda humanitaria empezó a llegar a Turquía pero el acceso a Siria, en guerra y con su régimen sancionado por la comunidad internacional, es mucho más complicado.

La guerra destruyó hospitales y causó problemas en el suministro de electricidad y agua en Siria, pero la ONU solo puede enviar ayuda a las zonas rebeldes del noroeste a través del cruce de Bab al Hawa en la frontera con Turquía.

El gobierno sirio anunció que autorizará el suministro de ayuda internacional a zonas controladas por los rebeldes, con la “supervisión” del Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja siria.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA), la agencia especializada de Naciones Unidas, reclamó por su parte 77 millones de dólares para acercar víveres a 874.000 personas afectadas por el sismo en Siria y Turquía.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, exigió por su parte “un alto el fuego inmediato” en Siria para facilitar el suministro de ayuda.

En tanto, el enojo crece en Turquía contra la respuesta del gobierno, juzgada insuficiente y tardía. El mismo presidente Recep Tayyip Erdogan reconoció “deficiencias”.

“Hubo tantos edificios dañados que desafortunadamente, no pudimos acelerar nuestras intervenciones como hubiéramos querido”, afirmó durante una visita a Adiyaman.

El terremoto es el más mortífero en Turquía desde 1939, cuando 33,000 murieron en la provincia oriental de Erzincan.

Según los últimos balances oficiales, el sismo, de magnitud 7.8 y que estuvo seguido de más de un centenar de réplicas, dejó al menos 22,765 muertos, 19,388 de ellos en Turquía y 3,377 en Siria. Sin embargo, se cree que el número sería más alto por las personas que no han logrado ser rescatadas.

La OMS estima que 23 millones de personas están “potencialmente expuestas, de las que unos cinco millones son “vulnerables” y teme que se desencadene una crisis sanitaria.

Las organizaciones humanitarias expresaron su preocupación por una eventual propagación del cólera, que reapareció en Siria.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reconoció este miércoles “deficiencias” en la respuesta a los terremotos que sacudieron su país y Siria.

“Por supuesto, hay deficiencias, es imposible estar preparado para una catástrofe así”, dijo el jefe de Estado, que visitó la provincia de Hatay, una de las más afectadas, en la frontera con Siria.

Erdogan anunció que cada familia damnificadas por los terremotos recibirá 10,000 liras turcas, cerca de 500 euros, al tiempo que ha afirmado que Ankara lanzará “operaciones masivas de vivienda” en las diez provincias afectadas.

“Nuestros ciudadanos no deben preocuparse. Nunca permitiremos que se queden en la calle”, ha manifestado, antes de incidir en que las víctimas pueden alojarse por ahora en varios hoteles en las provincias de Antalya, Anlanya y Mersin.

“Tenemos una capacidad significativa de habitaciones (en hoteles). Si nuestros ciudadanos no quieren quedarse aquí en tiendas de campaña, les buscaremos acomodo en hoteles”, prometió.

Los rescatistas siguen trabajando en Turquía y Siria en busca de señales de vida entre los restos de los miles de edificios que colapsaron.

Autoridades han informado que la cifra de fallecidos superó las 11.000 personas, lo que lo convierte este episodio como el más letal en más de una década.

La agencia de gestión de desastres de Turquía reportó este miércoles que la cifra de decesos registrados en el país había superado las 8,500 personas. Los fallecidos en las zonas del norte de Siria controladas por el gobierno subieron a 1,200, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Damasco, y al menos 1,400 más murieron en la región controlada por los rebeldes, según el grupo de emergencias Cascos Blancos. Ni Turquía ni Siria han dado cifras sobre el número de desaparecidos.

Rescatistas llegados desde más de dos docenas de países se unieron a las decenas de miles de efectivos locales mientras el país comenzaba a recibir la ayuda comprometida.

Hasta 23 millones de personas podrían verse afectadas en la región, indicó Adelheid Marschang, responsable de emergencias en la Organización Mundial de la Salud, que calificó la situación como una “crisis sumada a múltiples crisis”.

Erdogan señaló que 13 de los 85 millones de habitantes del país se vieron afectados por el sismo y declaró el estado de emergencia en 10 provincias. Más de 8,000 personas han sido sacadas de entre los escombros.

El número de muertos que dejaron los terremotos que se registraron el pasado fin de semana en Turquía y Siria ha superado las 5,000 personas.

En Turquía, el número de muertos se elevó a 3,419 y 20,534 personas heridas, declaró el vicepresidente Fuat Oktay.

En Siria, al menos 1,602 personas fallecieron y 3,640 resultaron heridas, según los balances de las autoridades de Damasco y de los equipos de rescate de las zonas rebeldes.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, decretó el estado de emergencia por un periodo de tres meses en las diez provincias del sureste azotadas por el sismo.

De acuerdo a mapas de la zona afectada, una responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Adelheid Marschang, indicó que “23 millones de personas están expuestas” a las consecuencias del terremoto, “incluyendo cinco millones de personas vulnerables”.

“Es una carrera contra el reloj”, advirtió el director general de la institución, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Las malas condiciones meteorológicas y las bajas temperaturas dificultan las labores de búsqueda.

Según el gobierno turco, la ayuda internacional comenzó a llegar este martes con los primeros equipos de socorristas procedentes de Francia y Qatar.

El presidente estadounidense, Joe Biden, prometió a su homólogo turco “toda la ayuda necesaria, sea la que sea”.

El contingente francés pretende llegar hasta Kahramanmaras, en la zona del epicentro, una región de acceso difícil y sepultada bajo la nieve.

China anunció este mismo martes el envío de una ayuda de 5.9 millones de dólares, que incluirá grupos especializados en el socorro en entornos urbanos, equipos médicos y material de urgencia.

Según Erdogan, 45 países ofrecieron ayuda. Entre ellos se encuentra México, quien informó que esta mañana despegó desde el AIFA, una aeronave que transporta ayuda a Turquía.

El canciller Marcelo Ebrard precisó que la operación está a cargo de la Fuerza Aérea Mexicana, y a bordo viaja personal de la SEDENA, SEMAR, Cruz Roja Mexicana, Protección Civil y la SRE.

Adicional, viajan equipos de rescate y 16 caninos. Luego del ofrecimiento que hiciera el reconocido grupo ‘Topos México’, el canciller indicó que resuelto el transporte que se solicitó, lo cual fue posible gracias a la ayuda de la Embajada de Turquía en México. En tanto, informó que la secretaría apoyó con los pasaportes y visados.

En tanto, el llamado de ayuda por el gobierno de Siria recibió por ahora respuesta de Moscú, su aliado, que prometió equipos de socorro “en las próximas horas”, además de 300 militares rusos que ya se encuentran en el lugar para ayudar en el rescate.

La ONU también reaccionó, pero insistió en que la ayuda debe llegar a toda la población siria, incluida la parte que no está bajo control de Damasco. En ese sentido, la Media Luna Roja siria instó a la Unión Europea a levantar las sanciones contra el régimen.

Los balances a un lado y otro de la frontera no dejan de aumentar y, teniendo en cuenta la magnitud de la destrucción, pueden seguir la misma tendencia. Solo en Turquía, las autoridades contabilizaron casi 5,000 inmuebles derrumbados.

Ayer se registraron hasta 185 réplicas, y han continuado durante la madrugada de este martes. La más fuerte, de magnitud 5.5, ocurrió a las 6:13 locales a 9 km al sureste de Gölbasi, al sur de Turquía.

Foto: Twitter @business

La nación pawnee de Oklahoma, Estados Unidos presentó una demanda en un tribunal tribal contra varias compañías petroleras porque considera que sus actividades de ‘fracking’ fueron la causa del gran aumento del número de sismos que ha vivido la zona en los últimos años.

 

En septiembre pasado, uno de esos movimientos se convirtió en el mayor terremoto de la historia de ese estado, alcanzando una magnitud de 5.8, y causó graves daños a varios edificios históricos y residencias.

 

Como consecuencia de sucesos de este tipo, “esas empresas energéticas deben reconocer el impacto directo de sus acciones en la vida de nuestra tribu y poner fin a sus peligrosas actividades”, según ha declarado el director ejecutivo de ese colectivo, el jefe Andrew Knife.

 

Con base en datos del  Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) Oklahoma solía tener alrededor de dos terremotos de magnitud de 2,7 al año, mientras que en 2014 esa cifra saltó hasta cerca de 2.500 y, al año siguiente, vivió 4.000 seísmos.

 

El organismo señala que estos ‘terremotos inducidos’ están directamente relacionados con el aumento de los lugares de disposición de aguas residuales debido a la fracturación hidráulica.

 

 Con información de RT