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Tal como lo hiciera su pareja, el hijo del presidente López Obrador, Carolyn Adams rompió el silencio y emitió un comunicado sobre la situación y señalamientos que se les ha hecho por la casa que habitaron, propiedad de Baker Hughes, una empresa contratista de Pemex.

A través de un mensaje publicado en las redes de José Ramón López Beltran, Adams acusó que en las ultimas semanas su familia se ha visto gravemente expuesta, debido a noticias falsas publicadas en distintos medios de comunicación, donde se les ha difamado y calumniado, “perturbando nuestra vida privada, algo que es inadmisible”.

Adamas afirmó que todo lo que se ha dicho y publicado sobre una posible relación con la compañía Baker Hughes es falso.

Recordó que es ella ciudadana estadounidense, con estudios en San Diego, California, donde gracias a una beca viajó a continuar su preparación académica y a los Emiratos Árabes Unidos,  donde también tuvo la oportunidad de realizara sus prácticas profesionales. Indicó que fue en dicho país donde comenzó a trabajar en el sector energético y unos años después con la familia Real de Emiratos. Adicional, dijo que trabajó en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la ciudad de Nueva York.

Indicó que fue el ejercicio de su profesión en el sector energético lo que la llevó a trabajar años más tarde en México, donde conoció a José Ramón, hijo del presidente, con quien decidió formar una familia.

Justificó que “por las circunstancias decidimos salir de México para seguir preservando nuestra privacidad y no causar ningún tipo de conflicto de interés. Siempre hemos trabajado y juntos seguiremos construyendo con y para nuestros hijos”.

Explicó que decidieron rentar una casa, la cual indicó, fue un trámite que ella hizo, pues José Ramón seguía en el trámite de su visa para residir y trabajar en los Estados Unidos.

Explicó que como suele hacerse, todo el trámite lo hizo a través de un agente inmobiliario con licencia; subrayando que “rara vez se conocen las partes (arrendador y arrendatario)”. Añadió que todo se hizo bajo formalidad, reglas y requisitos estadounidenses: contrato, depósito en garantía, rentas mensuales, entre otros aspectos.

“Aunque en México trabajé en el sector energético, jamás tuve relación alguna con Baker Hughes ni ninguno de sus ejecutivos”, enfatizó Adams en su mensaje, acusando que todo lo que se ha expuesto sobre el tema ha sido a base de calumnias, y difamando la seguridad de su familia.

Incluso indicó que después de rentar la casa vinculada con el exfuncionario de Baker Hughes, adquirió una casa hipotecada como cualquier ciudadano estadounidense, donde el banco se encargó de revisar a detalle todo. También señaló que el vehículo del que se habla en los reportajes, lo sigue pagando.

Adams compartió capturas de pantalla de sus pláticas con el agente con el que hizo el proceso de la renta de su casa, indicando que tienen a su disposición todas las pruebas que están dispuestos a entregar a las autoridades correspondientes.

“Nosotros no podemos, no queremos y ni vamos a exponer la privacidad de otras personas como lo están haciendo con nosotros, poniendo en riesgo nuestra seguridad y la de nuestros hijos. Estas mentiras han tenido el afán y el propósito de dañar a terceros. Estamos en la espera de que se investiguen los hechos y que se analicen todas las pruebas. La presunción de inocencia debe ser siempre una máxima y es necesario que sean capaces de rectificar las informaciones erróneas”, dijo la pareja del hijo de AMLO.

Y es que recordemos que el pasado viernes, un conjunto de inversionistas de Baker Hughes, solicitaron investigar un “potencial conflicto de interés y otras irregularidades legales” en relación a la casa que habitaron propiedad de un exfuncionario de la compañía.

La solicitud fue hecha a altos ejecutivos de esta empresa, y se le envió copia a la Comisión de la Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) y al Departamento de Justicia.

“Tal vez nuestros padres nos educaron de maneras distintas, pero si con un común denominador: no robar. Que la verdad sea dicha, porque las suposiciones no son hechos, y hay que saber diferenciar entre opinión e información. Espero todos los que crearon esta lamentable NOTICIA FALSA encuentren paz en sus corazones. DIOS nos bendiga a TODOS”, concluyó la nuera de López Obrador.

La obra por la que Odebrecht pagó 6 millones de dólares en sobornos en México, la refinería de Tula, Hidalgo, fue impulsada, supervisada y validada por Leonardo Cornejo Serrano, actual jefe del proyecto de la refinería de Dos Bocas.

Una nueva investigación de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) revela que cuando era colaborador de Emilio Lozoya, nadie vio más veces en la torre de Pemex a Luis Weyll, el hombre que personifica en México la corrupción de la empresa brasileña, que Leonardo Cornejo.

“En total, se encontraron en 46 ocasiones. Pero además de la frecuencia de esas entrevistas, Cornejo se encargó de montar, de principio a fin, el mecanismo para entregar a Odebrecht obras en Tula, operaciones con sobrecosto que los brasileños han reconocido que se lograron gracias a los sobornos entregados al exdirector de Petróleos Mexicanos”, señala MCCI.

Pese a los vínculos que tuvo con Odebrecht, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que prometió combatir la corrupción, puso en las manos de Cornejo la direción del proyecto de Dos Bocas.

Según consta en decenas de documentos de la carpeta de investigación del caso, en poder de la Fiscalía General de la República (FGR), Cornejo intercambió con el entonces director de Odebrecht en México, Luis Weyll, desde que lo invitó a participar como contratista hasta que le anunció que se le había asignado sin licitación una obra en la refinería de Tula por 1,436 millones de pesos.

En la confesión de Weyll se hace referencia a que dicha obra fue obtenida mediante el pago de sobornos.

Además, en el expediente se encuentra la relación de los 56 encuentros que el directivo de Odebrecht y Cornejo acordaron sostener en el piso 7 de la torre de Pemex para dar seguimiento al contrato, y los procedimientos en los que proactivamente intervino el ahora jefe de Dos Bocas.

En su confesión sobre los sobornos de Odebrecht, Weyll dijo que le pagó por anticipado dos millones de dólares a Emilio Lozoya en 2013 por la promesa de obtener una obra en la refinería de Tula, y que se comprometió a pagarle otros cuatro millones de dólares en el momento en que se asignara y firmara el contrato, lo cual ocurrió en 2014.

Para que la obra acordada entre Lozoya y Weyll se asignara directamente, sin licitación, a Odebrecht, fue clave la intervención de Cornejo, según consta en los documentos recopilados por la PGR.

 

Investigación completa en MCCI