Ramón Alberto Garza

Reporte Indigo

 

 

 

En el que es sin duda el único espacio informativo de Televisa que logró reinventarse exitosamente con los nuevos cambios, Carlos Loret de Mola finalmente convenció a Andrés Manuel López Obrador de que pasara para la entrevista en vivo.

 

Desde hacía cuatro años –es decir, desde que arrancó el actual sexenio– el ahora presidente de Morena no visitaba el foro de Las Noticias, convertidas hoy en Despierta con Loret.

 

Por eso la entrevista de López Obrador es digna de análisis. Porque muestra sin cortapisas la evolución del político más popular que tiene hoy México y el que por tercera vez tiene temblando y contra la pared al anquilosado sistema.

 

 De lo visto en la extensa entrevista –hay que reconocer que al casi seguro candidato presidencial de Morena no le escatimaron tiempo– nos quedamos con cinco reflexiones.

 

I.- A Andrés Manuel se le ve tranquilo, ecuánime, sin aspavientos, menos confrontador, más conciliador, reflexivo y hasta sonriente. Es la pátina que dan sus años -los personales y los de lucha- y la certeza de que va en el camino a cumplir aquello que hasta ahora se le ha negado.

 

 II.- Contra lo que se esperaría, López Obrador no solo no atacó al presidente Enrique Peña Nieto, sino que incluso lo defendió, reclamando que la llamada Mafia del Poder fue ingrata al abandonarlo a su suerte. Lamentó que el golpear al Presidente se volviera deporte nacional.

 

Y el presidente de Morena fue todavía más allá cuando respondió que si el Presidente tiene un buen plan para defender a los inmigrantes mexicanos en los Estados Unidos y al Tratado de Libre Comercio, él apoyaría al inquilino de Los Pinos.

 

III.- El mantra de su campaña 2018 está muy claro. El combate frontal para erradicar la insultante corrupción, para rescatar los recursos necesarios que impulsen crecimiento, empleo y bienestar.

 

También la exhibición de lo que llama Mafia del Poder, en donde ubica al expresidente Carlos Salinas como su líder, en una élite compacta que dice no busca otra cosa que conservar sus viejos privilegios.

 

IV.- La república amorosa de López Obrador no solo sobrevive, sino que se muestra más sensible y espiritual rumbo al 2018. Sin odios ni rencores para sus adversarios, porque, como dice, enemigos no tiene.

 

V.- Para aquellos ilusionados con que no llegue al 2018, no hay problema de salud en Andrés Manuel. El infarto está superado, a pesar de que se las vio difíciles. Hoy los chequeos están en orden y el único malestar está ahora en un molesto y persistente dolor en el cuello.

 

Por supuesto que sus visiones sobre debatir solo con Salinas y no con los presidentes de los partidos, así como su visión de Fidel Castro y su comparación con Nelson Mandela se mantienen como sus puntos de controversia.

 

Habrá que esperar la reacción del INE (Instituto Nacional Electoral) que absurdamente califica toda entrevista a algún potencial precandidato como una promoción personal que está fuera de la ley. 

Pero esa será otra historia.

 

Por lo pronto, la entrevista de Andrés Manuel en el Despierta con Loret le abre a los mexicanos un espacio para conocer –y en su caso apoyar o rechazar– a quien por tercera ocasión saldrá a pedirles el voto buscando instalarse en Los Pinos.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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