Para Donald J. Trump la estrella de la televisión, los ratings siempre han sido buenos números. Esto resulta ser cierto también de Donald J. Trump, el presidente.

 

Trump pasó su primer fin de semana en el cargo ocupado con los números. Dijo que su inauguración “parecía un millón, un millón y medio.” Las fotografías mostraron algo diferente, su inauguración quedó opacada por el 1.8 millones  que acompañaron en 2009 a Barack Obama. Su equipo lo llamó “hechos alternativos.”

 

Para los medios de comunicación, el descaro era impresionante. Pero para los que hacen televisión han visto este tipo de cosas antes: las invenciones de una celebridad, rodeado de hombres y mujeres, que son los que le crean su propia realidad.

 

Trump tiene una reputación entre los reporteros de televisión por usar sus propios números. En 2015, llegó a un panel de críticos de televisión para el final de su temporada final de “The Celebrity Apprentice” y declaró que “era el programa número 1 en la televisión.”

 

No lo era. Públicamente Nielsen demostró rotundamente que no. Presionado por los periodistas, insistió en que era al menos el programa más visto en el lunes por la noche. No era cierto tampoco.

 

“El aprendiz” era, en su primera temporada, un auténtico éxito. Fue decayendo después- El año pasado, el ex publicista de Trump en “El aprendiz”, Jim Dowd, fue entrevistado para la PBS; el Sr. Trump, le exigió que llamara a los reporteros de TV y les dijera “el programa número 1 de la televisión, el número uno de su horario”, esto incluso si el programa estaba en la posición 72.” (Dowd murió en septiembre).

 

Trump siempre ha utilizado una calculadora que el mismo crea. Como agente de bienes raíces, construyó la torre Trump con 58 pisos y declaró que tenía 68 pisos de altura. Llevó su obsesión de crear sus propios resultados en su carrera de “celebridad”. En 2011, reporta The Huffington Post, les dijo a escritores de TV no bromear sobre Trump era menos rico de lo que decía ser.

 

Como candidato a la presidencia, se le venía un nuevo reto: las encuestas manipuladas, a menos que le favorecieron. El número de asistentes a sus rallys, si grande pero no demasiado. Y de nuevo aparecían los índices de audiencia en TV y no sólo para sus propios eventos. En Twitter, dos semanas antes de su toma de posesión, se burló de Arnold Schwarzenegger, su reemplazo en “The Celebrity Apprentice”, por conseguir un “deplorable” rating en comparación con “la máquina de rating” refiriéndose a sí mismo.

 

 

 

Texto completo en The New York Times

Foto: Getty Images

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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