El principal problema del presupuesto es la caída en la inversión y los recortes a programas y servicios sociales. Eso puede ocasionar una espiral de recesión económica y retrocesos en indicadores de pobreza, salud y educación. Es posible resarcir parte del recorte con disminución del gasto operativo del gobierno para reorientarlo a inversión y programas sociales. El gasto propuesto en servicios personales y en rubros como materiales y suministros se incrementa.

 

Un país con una deuda de 50% del PIB no tendría que realizar un ajuste tan drástico de su presupuesto, especialmente cuando el crecimiento es bajo. Pero tampoco tiene caso incrementar el nivel de gasto por dos razones: la baja calidad del gasto público en México, que tiene poco impacto en la actividad económica, y la pérdida de credibilidad del gobierno en el manejo de las finanzas durante el ejercicio y la falta de información precisa.

 

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Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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