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El presidente Joe Biden está dispuesto a desmantelar el sistema asilo y romper sus promesas de campaña a cambio de que los republicanos le apoyen con el gasto extraordinario de más de 60,000 millones de dólares para seguir financiando la guerra de Ucrania.

En negociaciones con senadores del partido opositor, legisladores demócratas y funcionarios del Gobierno han propuesto reanudar las expulsiones exprés en la frontera y expandir la capacidad del Gobierno para deportar a migrantes, entre otras medidas restrictivas, según informaron fuentes cercanas a las discusiones.

La Casa Blanca no ha confirmado dichas filtraciones, pero sí ha señalado que Biden está “abierto a compromisos” si los negociadores logran reunir los apoyos suficientes, reportó la agencia Efe.

Al agotarse el dinero que el Congreso previamente había aprobado para Kiev y para convencer al escéptico bloque conservador de apoyar un nuevo desembolso en gasto militar, la Casa Blanca decidió incluir también más financiación para “seguridad fronteriza”.

Esto permitió que los republicanos agarraron las riendas de la negociación y aprovecharon para pedir mayores restricciones a la migración y al asilo a cambio de sus votos.

En lugar de rechazar las exigencias, la Casa Blanca redobló su influencia en las conversaciones, enviando a funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), entre ellos el secretario Alejandro Mayorkas, al Congreso.

Decenas de legisladores demócratas, incluyendo su número dos en el Senado, Dick Durbin, y los miembros del caucus hispano de la Cámara de Representantes, han rechazado firmemente el trueque que está considerando la Administración.

A su vez, han pedido a Biden que respete sus promesas de campaña de revertir las políticas antiinmigración del expresidente Donald Trump.

Expertos en migración y organizaciones en defensa de los derechos humanos han señalado que las propuestas que se están barajando, en especial la de reanudar las deportaciones exprés, desmantelarían el sistema de asilo en Estados Unidos al que actualmente se están acogiendo la mayoría de personas que cruzan la frontera.

Bajo la ley actual, que se adoptó tras la Segunda Guerra Mundial, EUA se comprometió a dar protección a las personas que no pueden volver a sus países por miedo a persecución por motivos de “raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opinión política”.

Para obtener esta protección, es requisito también que la persona esté en suelo estadounidense. Deportación “en caliente” significa entonces que las autoridades pueden expulsar a alguien sin darle oportunidad a pedir asilo.

Hasta mayo de este año, la frontera sur de Estados Unidos estuvo regida por el Título 42, una restricción similar a la que se está negociando y que impuso en su momento el Gobierno de Trump con el pretexto de la pandemia.

El Título 42, mientras estuvo en vigor, infló las cifras de detenciones en la frontera por la cantidad de personas que cruzaban más de una vez después de ser expulsadas.

Entre 2020 y 2021 se llevaron a cabo más de 1.8 millones de deportaciones de migrantes bajo el Título 42, aunque más de la mitad fueron personas que ya habían sido detenidas y expulsadas a México anteriormente, según datos del American Immigration Council.

El continente está registrando cifras récord de movimiento de personas, a causa de profundas crisis políticas en varios países como Venezuela, Nicaragua o Ecuador y los estragos económicos que dejó la pandemia.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) destacó este martes el “trato especial” que recibió México de los mandatarios de China, Xi Jinping, y de Estados Unidos, Joe Biden, durante el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) la semana pasada.

“Fue muy bien (el viaje), hay mucho respeto por México, mucho mucho respeto, el presidente de China nos dio un trato especial, no todos los presidentes fueron recibidos en encuentros, reuniones bilaterales. El presidente Biden solo tuvo dos reuniones bilaterales, con el presidente de China y con nosotros”, declaró.

Recordemos que López Obrador asistió la semana pasada al foro de la APEC, lo que representó apenas su séptimo viaje al exterior tras casi cinco años de mandato y la primera vez que participó en un foro multilateral de tal magnitud, con más de 20 líderes reunidos el jueves y viernes en San Francisco, California.

AMLO se reunió por primera vez con el presidente de China, a quien invitó a México y pidió más cooperación para combatir el tráfico de fentanilo, además de reunirse con Biden, a quien le insistió en invertir en un plan de desarrollo para Latinoamérica para evitar la migración.

“Fueron muy buenos los encuentros con los dos, yo celebré en la reunión amplia el que en estas circunstancias de muchas tensiones, por lo que está sucediendo en Rusia, Ucrania, y en Gaza, se haya llevado a cabo este encuentro, sobre todo entre el presidente de China y de Estados Unidos”, comentó en su rueda de prensa matutina.

“Porque les dije que lo más importante siempre es el diálogo y resolver los problemas de manera pacífica, y no a la carrera armamentista”, añadió.

Sobre su reunión con Xi, destacó el apoyo que ofreció China a México durante la pandemia de COVID-19 y tras el paso del huracán Otis el pasado 25 de octubre.

”Hablamos ahora también de lo de Acapulco y ellos van a vendernos una buena parte de los electrodomésticos que necesitamos”, mencionó.

En tanto, consideró como “extraordinaria” la reunión con Biden, a quien llamó una “gente muy amable, muy respetuoso, amigo de nosotros”.

“Tocamos el tema migratorio, el tema de las drogas, la cooperación económica, las visas, también sostuvimos una reunión bilateral con el primer ministro de Canadá (Justin Trudeau), y en muy buenos términos”, concluyó.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se comprometió este viernes en una reunión con su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, a frenar el tráfico de químicos utilizados para la fabricación de fentanilo, un fuerte opioide sintético.

“En cuanto al combate de drogas, hay el compromiso de México de seguir apoyando para no permitir la introducción de químicos”, dijo AMLO al inicio de la reunión en San Francisco, California).

El encuentro entre los mandatarios se produce en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que concluye este viernes.

López Obrador dijo ser consciente del “daño” que esta droga está causando a la población estadounidense, por lo que afirmó que México está actuando con “solidaridad” para combatirla.

En tanto, Biden destacó la cooperación en seguridad entre las dos naciones “trabajando codo con codo para combatir el tráfico de armas, la delincuencia organizada y la epidemia de opioides, incluido el fentanilo”.

Biden indicó a López Obrador que le transmitiría la “excelente” conversación sobre el fentanilo que tuvo con el presidente de China, Xi Jinping, con quien llegó a un acuerdo para aumentar los controles sobre las exportaciones chinas de los químicos usados para fabricar esa sustancia.

Estados Unidos anunció la noche de ayer que levantó las sanciones que pesaban sobre el Instituto de Ciencias Forenses del Ministerio de Seguridad Pública de China, en un intento de que el gigante asiático coopere en la lucha contra el fentanilo, un potente opioide que se cobra la vida de casi 200 estadounidenses al día.

El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matt Miller, informó que se había tomado la decisión de sacar a ese instituto de una lista de sanciones comerciales para favorecer la cooperación entre las dos potencias.

“La permanencia del Instituto de Ciencias Forenses del Ministerio de Seguridad Pública de China en la lista de entes comerciales era una obstáculo para lograr la cooperación en el control a los químicos que sirven para producir el fentanilo”, explicó el portavoz.

El anuncio se produce después de que la Casa Blanca anunciara el miércoles que los presidentes de Joe Biden, y Xi Jinping, habían llegado a un acuerdo para que China controle la salida de su territorio de precursores químicos que supuestamente carteles del narcotráfico utilizan para fabricar el fentanilo y venderlo ilegalmente en Estados Unidos.

El Gobierno chino no especificó que se hubiera alcanzado un acuerdo sobre el fentanilo, pero sí indicó que se había llegado a un entendimiento para crear un “grupo de trabajo” sobre narcóticos.

Recordemos que Pekín llevaba meses pidiendo a Washington que retirara las sanciones que pesan sobre el Instituto de Ciencias Forenses del Ministerio de Seguridad Pública de China, dedicado a investigaciones criminales que incluyen la lucha antidroga, para que pudiera colaborar en la lucha contra el fentanilo.

La entidad fue sancionada durante el Gobierno de Donald Trump por abusos a las minorías musulmanas en la región noroccidental china de Xinjiang, algo que Pekín niega.

El levantamiento de las sanciones llega a la par de que China alertara a las empresas dedicadas a la producción, el comercio o el transporte de sustancias que pueden ser utilizadas para fabricar drogas de que eviten incurrir en “actividades ilegales o criminales”.

La Comisión Nacional de Control de Narcóticos de China publicó una circular en la que recuerda las “disposiciones legales vigentes en China sobre el control de las sustancias precursoras de drogas” y la cooperación internacional en la lucha contra el narcotráfico.

El comunicado fue publicado en la agencia estatal Xinhua y en otros organismos oficiales y advierte a las empresas de que “algunos países y regiones han ampliado el alcance de la fiscalización de las sustancias precursoras de drogas” y de que “agencias de aplicación de la ley extranjeras pueden perseguir” a quienes consideren infractores.

La circular pide a las compañías que “verifiquen la identidad y las intenciones” de los compradores, que “mantengan registros completos y precisos de las transacciones” y que “informen de inmediato a las autoridades competentes de cualquier actividad sospechosa”.

La institución recomienda además a las empresas productoras de sustancias sometidas a control por Washington que “sean cautelosas con los pedidos procedentes de Estados Unidos y México”.

Los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador se reúnen este viernes para discutir sobre el tráfico de fentanilo y la crisis migratoria que sacude la frontera entre ambos países.

El encuentro, previsto para las 10:00 locales, ocurrirá en San Francisco, California al margen de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), al que ambos países pertenecen.

Biden conversará con López Obrador “acerca de varios asuntos incluyendo migración, cooperación para combatir el aumento del tráfico del fentanilo, el crecimiento de nuestra vibrante cooperación económica con México, y la ampliación de la cooperación en otros tópicos”, dijo Brian Nichols, subsecretario de Asuntos para América Latina en el Departamento de Estado.

En tanto, la canciller Alicia Bárcena, había anticipado que el tráfico de fentanilo será uno de los tópicos centrales de la conversación entre los mandatarios.

Los republicanos en Estados Unidos acusan a México de no hacer lo suficiente contra esta droga fabricada, según Washington, por los cárteles mexicanos. La administración de López Obrador niega la acusación y afirma que todo proviene de Asia.

En ese sentido, AMLO abordó el tema con su par chino, Xi Jinping, ayer durante una reunión que sostuvieron.

López Obrador “enfatizó la importancia de alcanzar un acuerdo para intercambiar información sobre embarques que salen de Asia”, informó la SRE.

Otro tema espinoso que los líderes de Estados Unidos y México abordarán es la migración, que jugará un papel clave en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo año.

Los líderes de los países vecinos, cuyo comercio bilateral alcanzó la cifra récord de 860,000 millones de dólares el año pasado, también hablarán sobre la relación económica. Estados Unidos es el principal socio comercial de México.

Con el encuentro de hoy con AMLO, Joe Biden concluye una intensa agenda diplomática de cuatro días con China y otras naciones del Pacífico, en el marco del foro APEC.

Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, mostraron cierto acercamiento en una reunión destinada a estabilizar la tumultuosa relación bilateral y en la que llegaron a acuerdos para combatir el tráfico de fentanilo y reabrir los canales de comunicación militar.

La reunión, que duró más de cuatro horas y tuvo como escenario la mansión campestre “Filoli”, situada a unos 40 kilómetros de San Francisco, empezó con los dos líderes posando sonrientes ante las cámaras de televisión mientras se estrechaban la mano y saludaban a la prensa.

Las dos potencias habían dejado claro que el objetivo del encuentro era restablecer las líneas de comunicación para que un incidente arbitrario no desemboque en una crisis de consecuencias impredecibles.

“Hemos acordado que se mantendrán las líneas de comunicación abiertas, incluyendo entre el presidente Xi y yo. Los dos hemos acordado que cada uno de nosotros podrá tomar el teléfono, llamar directamente y se le escuchará de manera inmediata”, detalló Biden en una rueda de prensa posterior al encuentro.

Al respecto, uno de los grandes logros de la reunión fue el restablecimiento de las comunicaciones entre las Fuerzas Armadas de los dos países, que se rompieron hace más de un año tras la polémica visita en agosto de 2022 a Taiwán de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi.

Específicamente, los dos países acordaron que habrá reuniones entre sus titulares de Defensa, intercambios de información entre los líderes militares de las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas y, por último, comunicación entre sus armadas, detallaron las dos partes en sus comunicados tras la reunión.

Otro de los logros de la cita fue un acuerdo para que China controle la salida de su territorio de los precursores químicos que carteles del narcotráfico en México usan para fabricar el fentanilo y venderlo ilegalmente en Estados Unidos.

El Gobierno chino no dijo específicamente que se hubiera alcanzado un acuerdo sobre fentanilo en su comunicado oficial, pero sí indicó que se había llegado a un acuerdo para crear un “grupo de trabajo” sobre narcóticos.

Una de las peticiones que Pekín lleva haciendo a Washington desde hace meses es que retire las sanciones que pesan sobre el Instituto de Ciencias Forenses del Ministerio de Seguridad Pública de China, dedicado a investigaciones criminales incluido en el área de narcóticos, para que pueda colaborar en la lucha contra el fentanilo.

Lo que sí volvió a quedar patente durante la reunión fue la tensión entre las dos potencias sobre Taiwán, la isla autogobernada de sistema democrático que China reclama como parte de su territorio y a la que Washington envía gran cantidad de armamento.

En concreto, Xi aprovechó para resaltar que Taiwán sigue siendo el tema “más importante y sensible” en las relaciones bilaterales y, directamente, instó a Biden a tomar “acciones reales” para honrar su compromiso de no apoyar la independencia de Taiwán.

Además, le reclamó que deje de enviar armas a la isla y respalde la “reunificación pacífica” de China. “China logrará la reunificación y esto es inevitable”, recalcó Xi durante el encuentro, según el comunicado oficial chino.

Por su parte, Biden aprovechó para pedirle a Xi que respete la independencia de las elecciones presidenciales de enero en Taiwán y no incline la balanza a favor del candidato del partido conservador Kuomintang, Hou Yu-ih, más cercano a Pekín.

Por último, Biden reveló en su rueda de prensa que trasladó a Xi su preocupación por “abusos de derechos humanos” en Taiwán, el Tíbet y la región noroccidental china de Xinjiang y, además, le proporcionó los nombres de los estadounidenses detenidos en China para pedirles su liberación.

Los dos líderes también se comprometieron a incrementar los vuelos comerciales directos entre las dos naciones y colaborar en inteligencia artificial.

A pesar de todos los esfuerzos para mostrar acercamiento, el encuentro no se cerró tan bien: Al marcharse, Biden acabó diciendo a los periodistas que sigue pensando que Xi es un “dictador”, un calificativo que ya los alejó la primera vez que lo usó en junio de este año.

Al respecto, China criticó este jueves las palabras del presidente estadounidense.

“Esta afirmación es extremadamente errónea y constituye un acto político irresponsable. China se opone firmemente a ella”, dijo hoy la portavoz de Exteriores Mao Ning en una rueda de prensa.

“Cabe señalar que siempre hay personas con motivos ocultos que intentan instigar y socavar las relaciones entre China y Estados Unidos”, agregó la portavoz.

Según Mao, “esas personas son muy conscientes de quién está intentando provocar las relaciones entre China y Estados Unidos” y subrayó que en este aspecto “tampoco tendrán éxito”.

Todo indica que los mandatarios se verán de nuevo esta semana como parte de las actividades del foro APEC, que se prolongará hasta mañana viernes en San Francisco y a la que asisten también los presidentes de México, Chile, Colombia y Vietnam, además de los primeros ministros de Canadá, Australia y Japón, entre otros.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sostendrá una reunión bilateral este jueves con su homólogo chino, Xi Jinping, en el marco de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se celebra esta semana en San Francisco, California.

Al día siguiente, el mandatario se reunirá también con su homólogo estadounidense, Joe Biden, al margen de la cita multilateral.

“Es una reunión importantísima”, dijo Alicia Bárcena sobre el encuentro con Xi. “A China siempre le ha interesado tener una relación con México cercana”, agregó.

La canciller detalló que entre los temas de la agenda bilateral con China está buscar una mejor organización de las cadenas de valor en el comercio entre ambas naciones.

Y es que la administración de Biden ha estado buscando una mayor cooperación tanto de México como de China para frenar el flujo de fentanilo y sus precursores químicos, que han alimentado un fuerte aumento de las muertes por sobredosis en Estados Unidos.

México se ha comprometido a tomar medidas contra los precursores que entran en el país, en momentos en que los grupos del crimen organizado locales se han volcado a la producción y tráfico de fentanilo, una droga hasta 50 veces más potente que la morfina que, se estima, causa la muerte de 200 estadounidenses cada día.

El encuentro con Biden ya había sido adelantado por López Obrador, y servirá para que ambos líderes “discutan los esfuerzos en curso para fortalecer la relación bilateral entre Estados Unidos y México y abordar temas de preocupación compartida”, detalló la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.

“El presidente Biden y el presidente López Obrador también hablarán sobre cómo podemos continuar trabajando juntos como socios para gestionar la migración”, agregó el comunicado emitido por la Casa Blanca.

El mismo López Obrador adelantó ayer que insistirá con Biden, durante la cumbre de la APEC, sobre la necesidad de un plan de ayuda para Latinoamérica con el objetivo de atender el fenómeno migratorio regional.

AMLO, que se encuentra de gira por Sonora, reiteró que esto ayudaría a los pueblos de la región, pues recordó que la gente “no abandona sus pueblos por gusto, sino por necesidad”.

En concreto, López Obrador llevará a Biden la propuesta alcanzada tras la cumbre migratoria que albergó México el pasado 22 de octubre con Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Haití, Honduras, Panamá y Venezuela, que concluyó con un rechazo a las “medidas coercitivas” y la petición de más alternativas legales para la migración.

Será la cuarta reunión bilateral entre Biden y López Obrador tras los encuentros que mantuvieron en 2021 y 2022 en Washington, y en enero pasado en Ciudad de México.

Estados Unidos prevé anunciar mañana nuevos fondos para el desarrollo de los países que acojan a migrantes en el hemisferio Occidental, como parte de un esfuerzo por frenar la llegada de migrantes a su frontera con México.

Según funcionarios estadounidenses de alto rango que hablaron con la agencia Reuters, el presidente Joe Biden convocará a los líderes de América Latina y el Caribe en la Casa Blanca para discutir temas económicos y de migración en la Cumbre de Líderes de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP).

La cumbre es la continuación de una reunión de líderes del Hemisferio Occidental celebrada el año pasado en Los Ángeles con un tema similar, y forma parte de una iniciativa más amplia destinada a reforzar los lazos económicos regionales y reducir la influencia de China en la región.

La Casa Blanca dijo que se espera que los líderes de Barbados, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Perú y Uruguay asistan a la reunión del viernes, así como representantes de México y Panamá.

Estados Unidos está trabajando con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que promueve el desarrollo económico en América Latina y el Caribe, para crear una nueva plataforma de financiación que atenderá a los países de ingresos medios y altos, dijeron los funcionarios.

La nueva plataforma de financiación del BID forma parte de un paquete que también incluirá fondos del sector privado y de otros donantes “para reforzar este espíritu de acogida en la región”. El objetivo es ampliar las perspectivas económicas en la región para que los migrantes no se dirijan a Estados Unidos.

Y es que la administración Biden se ha enfrentado a un número récord de inmigrantes que cruzan su frontera sur, lo que ha suscitado las críticas de los republicanos y de algunos alcaldes demócratas que afirman que sus ciudades tienen dificultades para proporcionar viviendas y alimentos.

Los alcaldes de Chicago, Denver, Houston, Nueva York y Los Ángeles escribieron esta semana a Biden solicitando una reunión y más fondos federales, un acceso más rápido a los permisos de trabajo para los migrantes y una mejor coordinación, según pudo constatar Reuters.

Biden ha tratado de combinar medidas restrictivas para disuadir los cruces ilegales de la frontera con nuevas vías legales para entrar en Estados Unidos.

El Gobierno de Biden ha pedido al Congreso de Estados Unidos que proporcione fondos adicionales para la seguridad fronteriza, incluido dinero para pagar a otros países para que deporten a los migrantes.

El presidente estadounidense, Joe Biden, apoyó este miércoles en una visita a Israel la versión de ese país de que las milicias palestinas tienen la responsabilidad del bombardeo a un hospital de Gaza que dejó cientos de muertos, un drama que ha avivado aún más el conflicto entre el Estado hebreo y el movimiento islamista Hamás.

“A tenor de lo que he visto, parece que fue obra del otro equipo, y no de ustedes”, dijo Biden al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Tel Aviv.

Netanyahu señaló por su parte que su país “hará todo lo posible” para evitar la muerte de civiles.

Durante una declaración conjunta con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, al inicio de una reunión entre autoridades de ambos países, Biden dijo a Israel “no están solos”.

“Quiero que sepan que no están solos, no están solos. Como enfaticé anteriormente, seguiremos respaldando a Israel mientras trabaja para defender a su pueblo. Continuaremos trabajando con ustedes y nuestros socios en toda la región para evitar más tragedias para civiles inocentes”, indicó el presidente estadounidense.

En su visita relámpago a Israel, Biden se refirió a la masacre cometida por Hamás el pasado 7 de octubre como “brutal, inhumana y más allá de lo imaginable”, y recordó que el Estado de Israel se fundó hace 75 años sobre los pilares de la “libertad, la justicia y la paz”.

“Estados Unidos está a su lado en defensa de esa libertad, para lograr esa justicia y en apoyo a la paz. Hoy, mañana y siempre”, aseveró el presidente.

La comunidad internacional condenó el bombardeo, que desató manifestaciones en todo el mundo.

Israel afirmó que tiene “pruebas” de la responsabilidad del grupo palestino Yihad Islámica en el bombardeo del hospital.

“Las pruebas, que compartimos con todos ustedes, confirman que la explosión en un hospital de Gaza fue provocada por el disparo de un cohete de la Yihad Islámica que falló”, afirmó el portavoz militar Daniel Hagari en una conferencia de prensa.

“Este análisis profesional se basa en datos de inteligencia, sistemas operativos e imágenes aéreas”, agregó.

Según la Yihad Islámica, un grupo aliado de Hamás, clasificado como organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, el Estado hebreo había ordenado evacuar el hospital bajo la amenaza de un bombardeo, y fue una bomba lanzada por un avión del ejército israelí la que causó la tragedia.

Se espera que el presidente Biden intente negociar durante su visita a Israel la entrada de ayuda humanitaria de emergencia a Gaza, donde según Hamás han muerto más de 3,450 personas por los bombardeos israelíes.

El puesto fronterizo de Rafah, en la frontera con Egipto, permanece cerrado, y cientos de camiones con ayuda humanitaria siguen esperando que se les autorice entrar en el enclave donde los 2.4 millones de habitantes se están quedando sin agua y comida.

La OMS advirtió que la situación en la Franja de Gaza, sin electricidad y asediada por Israel desde el 9 de octubre, “se está volviendo incontrolable”.

El grupo libanés Hezbolá, aliado de Hamás, convocó a que el miércoles sea un “día de ira” para condenar el bombardeo del hospital en Gaza, del que acusa a Israel.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que mañana estará en Egipto, urgió un “alto el fuego humanitario inmediato”.

El presidente iraní, Ebrahim Raisi, declaró un día de “luto público” y predijo que este bombardeo se volvería contra Israel y su aliado estadounidense. Ayer, Teherán amenazó con una posible “acción preventiva” contra Israel, que prepara una ofensiva terrestre en Gaza.

En tanto, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció este miércoles sanciones contra una decena de “miembros clave de Hamás”, agentes o personas que participan en la financiación del grupo islamista palestino, con sede en Gaza y en países como Sudán, Turquía y Catar.

“Estados Unidos está tomando medidas rápidas y decisivas para atacar a los financistas y facilitadores de Hamás tras su brutal y desmedida masacre de civiles israelíes, incluidos niños”, dijo en un comunicado la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.

“El Tesoro de Estados Unidos tiene una larga historia de interrumpir eficazmente la financiación del terrorismo y no dudaremos en utilizar nuestras herramientas contra Hamás”, añadió Yellen.

La secretaria del Tesoro señaló que Washington “seguirá tomando todas las medidas necesarias” para negar a Hamás la capacidad de recaudar fondos para llevar a cabo “atrocidades”.

Recordemos que Estados Unidos ya había designado a Hamás como una organización terrorista. Además, las sanciones se producen cuando el presidente estadounidense, Joe Biden, se encuentra de visita en Israel este miércoles.

La campaña de reelección del presidente Joe Biden abrió una cuenta en Truth Social, la red social de Donald Trump, dirigida al público ultraconservador, para burlarse del republicano.

“Bueno, veamos cómo nos va por aquí. ¡Bienvenidos los conversos!”, escribió la nueva cuenta, llamada @BidenHQ, que solo sigue a la cuenta de Trump y que este martes acumula 15,600 seguidores.

Su mensaje inicial ha recibido en las primeras horas una lluvia de críticas contra el Gobierno y memes que ridiculizan las políticas y la figura de Biden. “Es como un presidente pero para gente estúpida”, señalaba uno.

La nueva cuenta publicó varios videos de rivales de Trump en las primarias republicanas, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, o la exembajadora en la ONU Nikki Halley; que han criticado al expresidente por haber aumentado la deuda del país durante su mandato o por su tibieza ante los ataques de Hamás a Israel.

La campaña de Biden explicó en la red social X que decidieron unirse a la plataforma de Trump porque creyeron que sería “divertido”.

Recordemos que Trump lanzó Truth Social en febrero de 2022 después de haber sido suspendido en Twitter por “incitación a la violencia” derivado del asalto al Capitolio en enero de ese año.

Sin embargo, Elon Musk habilitó el año pasado la cuenta de Trump tras adquirir la red social, aunque el republicano solo la ha utilizado una vez, para publicar en agosto pasado la fotografía policial que le hicieron al ser imputado por presunta interferencia electoral en Georgia.

Trump es el gran favorito en las primarias republicanas de cara a las elecciones de 2024, en las que aspira a volver a competir con Biden, quien buscará su reelección con el Partido Demócrata.

El presidente de Israel, Isaac Herzog, aseguró este martes que el país se enfrenta al que es “quizá el periodo más duro de la historia”, aunque dijo que las fuerzas israelíes “vencerán al enemigo”.

El mandatario visitó las localidades de Ofakim y Netivot para expresar su apoyo a los ciudadanos del sur del país, que se han visto afectados en mayor medida por los misiles lanzados desde la Franja de Gaza por el Movimiento de Resistencia Islámica, Hamás.

En tanto, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, advirtió a los miembros del Hamás que solo les quedan dos alternativas: morir en sus posiciones o rendirse incondicionalmente.

“No existe una tercera opción. Aniquilaremos a la organización de Hamás y le desmantelaremos todas sus capacidades”, manifestó el ministro de Defensa israelí durante una visita a una base aérea ubicada en el sur del país.

El Ejército israelí también amenazó  con “arruinar” el Líbano en caso de que aumenten los ataques del grupo chíí Hezbolá en la zona fronteriza, que marca hoy el décimo día consecutivo de intercambios de fuego e incidentes violentos.

“Esperamos que el Líbano no cometa el error de arruinar su país por Hamás”, dijo hoy el portavoz internacional del Ejército israelí, Richard Hecht, en alusión a las hostilidades que se han registrado en la frontera desde poco después del comienzo de la guerra entre Israel y las milicias palestinas de la Franja de Gaza.

Consultado sobre si el Ejército está preparado para una guerra de dos frentes que incluya tanto a milicias de Gaza como del Líbano, Hecht señaló que, si bien el foco principal actualmente es el conflicto con Hamás, se han incrementado las defensas en el frente norte, donde están “preparados, listos y desplegados”.

En respuesta, el ministro libanés de Exteriores, Abdalá Bou Habib, reiteró hoy que su país quiere “calma”, pero dijo que para ello es necesario que Israel deje de atacar el sur del Líbano y también que ponga fin a sus acciones contra la Franja de Gaza.

“Queremos mantener la calma y la estabilidad, y para lograrlo deben cumplirse dos condiciones básicas”, sentenció el jefe de la diplomacia libanesa.

Bou Habib destacó la necesidad de que las fuerzas israelíes cesen sus “crecientes” ataques en las zonas fronterizas con el Líbano, especialmente contra localidades pobladas por civiles, y el el fin de la escalada en Gaza, que se ha convertido en “odio ciego” contra todos los residentes de la Franja y que podría derivar en “consecuencias indeseables” para los países de la región.

Sobre el conflicto armado, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, que visitó Israel, ordenó la preparación de 2,000 soldados y varias unidades con capacidad de despliegue rápido en Oriente Medio en caso de necesidad.

Sin embargo, “no se ha tomado ninguna decisión de desplegar fuerzas (en la zona) en este momento”, aclaró el Pentágono.

Además, Austin aprobó la extensión de la permanencia en la zona del grupo de ataque del portaaviones Gerald R.Ford, dentro de la sexta flota de operaciones de las fuerzas navales estadounidenses.

El anuncio se conoce a pocas horas de confirmarse que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, viajará mañana a Israel para mostrar el apoyo de Estados Unidos al país, cuyo viaje incluirá una escala en Jordania para reunirse con líderes árabes y negociar la apertura de un corredor humanitario.

En una comparecencia desde Tel Aviv, el secretario de Estado Antony Blinken informó de que el presidente estadounidense viajará a Israel para conocer de primera mano lo que el país necesita “para defender a su gente”.

Biden también mostrará, añadió Blinken, la solidaridad de Estados Unidos y su “férreo compromiso” con la seguridad del país tras los ataques de Hamás que han provocado la declaración de guerra de Israel.

En una llamada con medios de comunicación celebrada poco después de este anuncio, el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, detalló que Biden se reunirá con Netanyahu y otros funcionarios de su Gobierno, en un viaje que contará con “los parámetros de seguridad adecuados”.

La tasa de inflación en Estados Unidos se resiste a bajar, por tercer mes consecutivo, luego de conocerse que se mantuvo estable en septiembre, en 3.7%, según dijo la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).

Este estancamiento se produce después de que en agosto y septiembre los precios subieran dos y cinco décimas, respectivamente, tras una racha previa de disminuciones de un año.

En términos mensuales, los precios de consumo subieron cuatro décimas respecto a agosto, mientras que la inflación subyacente, dato clave que analiza la Reserva Federal para tomar sus decisiones de política monetaria, bajó interanualmente dos décimas, hasta el 4.1%.

A nivel mensual, la subyacente continuó subiendo, tres décimas, en esta ocasión.

Los principales índices de Wall Street cayeron en la jornada de hoy en parte por el dato de inflación aunado a que una subasta del Tesoro elevara los rendimientos de los bonos.

El Promedio Industrial Dow Jones perdió 173,77 puntos, o un 0.51%, a 33,631.10 unidades. El S&P 500 cayó 27.50 puntos, o un 0.63%, hasta 4,349.45, y el Nasdaq Composite cedió 85.46 puntos, o un 0.63%, a 13,574.22 unidades.

En tanto, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) registró un retroceso del 1.19% en su principal indicador, para ubicarse en 49.745.16 unidades. El peso se depreció un 0.9% frente al dólar, al cotizar a 17.99 unidades por billete verde, luego de situarse en 17.83 en la jornada previa, según datos del Banco de México (Banxico).

Tan pronto se conoció el informe, y pese a la reacción de los mercados, el presidente Joe Biden destacó a través de un comunicado que la inflación subyacente está en su nivel más bajo en dos años.

Además, afirmó que la inflación general ha bajado un 60% desde su máximo alcanzado en julio de 2022, en un momento en que el desempleo se ha mantenido por debajo del 4% durante 20 meses consecutivos.

“Seguiré luchando para construir una economía desde el centro hacia arriba y desde abajo hacia arriba, incluso cuando los republicanos en el Congreso hacen amenazas imprudentes de debilitar nuestra economía, dan prioridad a los recortes de impuestos para los ricos y las grandes corporaciones, y presionan para lograr profundos recortes”, afirmó.

Hasta julio de este año, la inflación estadounidense había bajado en términos interanuales durante 12 meses consecutivos.

Todo ello desde que en junio de 2022 batiera su récord de los últimos 40 años al ubicarse en 9.1%, como consecuencia de la interrupción de la cadena de suministro por la guerra de Rusia contra Ucrania y los últimos coletazos de la pandemia.

Para tratar de controlar los precios, la Reserva Federal comenzó en marzo del año pasado a subir las tasas de interés y tras once aumentos hoy se sitúan en un rango de entre el 5.25% y el 5.5%, su máximo nivel desde 2001.

En tanto,

Pese a que había anunciado que no lo haría, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo este lunes que sí asistirá en noviembre próximo al Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) que se celebrará en Estados Unidos.

“No iba a estar yo en San Francisco, porque no es un asunto personal con la presidenta (Dina Boluarte de Perú) que se impuso, sino es un asunto de no avalar con mi presencia una injusticia. Sin embargo, como me insistieron y se ha portado muy bien el presidente (Joe) Biden, acepté, voy a ir”, aclaró el mandatario.

“Claro, no voy a estar todo el tiempo, ahora sí que va a ser como: llegas un día antes, duermes, participas, comes y te regresas”, dijo entre risas.

Recordemos que López Obrador había cancelado su viaje al foro por la asistencia de Dina Boluarte, a quien considera una presidenta “espuria” tras la destitución en diciembre pasado de Pedro Castillo.

“Había pensado (no ir) por la actitud del Gobierno de Perú, por la injusticia que cometieron con el presidente de Perú, que lo tienen encarcelado, fue un golpe de Estado a Pedro Castillo, la oligarquía de Perú nunca lo aceptó por ser indígena, por ser de la sierra, una actitud clasista, racista”, reiteró AMLO.

Tras cancelar, López Obrador propuso a Biden otra reunión para abordar con urgencia la nueva ola migratoria en la región, pero la Casa Blanca ofreció dos opciones: una en Washington a principios de noviembre o mantener su asistencia al foro de la APEC.

“Opté por San Francisco porque es una reunión que nos importa mucho por la relación económica comercial, es la reunión del Pacífico y Asia, Asia-Pacífico, y vamos a participar”, detalló López Obrador.

“Sí, lo replanteé, no voy a estar mucho tiempo, pero me invitó el presidente Biden, me invitó a las dos, no puedo ir a las dos, tampoco puedo dejar de ir, tengo que mantener, lo hago por convicción, una muy buena relación con el Gobierno de Estados Unidos, nos conviene”, precisó.

El mandatario reveló que el encuentro internacional en Washington será en seguimiento a la Cumbre de las Américas que Estados Unidos organizó en junio de 2022, cuando López Obrador no participó porque la Casa Blanca no invitó a Cuba, Nicaragua y Venezuela.

“Lo que yo pienso es que tenemos que buscar la unidad de todos y nadie tiene el derecho de excluir”, remató López Obrador.

El presidente estadounidense, Joe Biden, respondió a las críticas que ocasionó el anuncio de la construcción de una nueva barrera en la frontera con México, asegurando que no cree que el muro sea efectivo, y señaló que no pudo evitar que se reforzara.

En una reunión en la Casa Blanca con sus asesores de Seguridad Nacional, apuntó que el dinero asignado para el muro fronterizo no puede redirigirse a otras labores, a pesar de que se lo había pedido al Congreso en reiteradas ocasiones.

“Intenté que se reapropiara, que se redireccionara ese dinero. No lo hicieron. No lo harán. Mientras tanto, la ley no establece nada más que utilizar el dinero para lo que fue considerado. No puedo detener eso”, apuntó el mandatario.

Preguntado si pensaba que el muro es efectivo, Biden se limitó a decir que no.

Recordemos que poco después de asumir el cargo en enero de 2021, se comprometió a que “no se desviarían más dólares de los contribuyentes estadounidenses para la construcción de un muro fronterizo” y anunció una revisión de todos los recursos previamente comprometidos.

Y es que los fondos asignados para reformar el muro fronterizo fueron aprobados por el Congreso en 2019, cuando Biden aún no había llegado a la Casa Blanca; gobernaba Donald Turmp.

La portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre, argumentó que la Casa Blanca no puede retrasar más esas obras en el muro con México y, ante la negativa del Congreso para desviar los fondos a otras partidas, el Ejecutivo debe “cumplir con la ley”.

La portavoz rechazó confirmar si ha habido o no contactos con el Gobierno de nuestro país, que tradicionalmente se ha mostrado crítico con la construcción del muro.

Las nuevas labores de construcción, que se llevarán a cabo en varias zonas del valle del Río Grande, incluirán la edificación tanto de barreras físicas como de vías para “prevenir la entrada” irregular de migrantes a territorio estadounidense, detalla el escrito publicado ayer en el registro federal.

Esta área fronteriza, al sureste de Texas, es la segunda zona donde se han registrado más detenciones de migrantes en los últimos meses, según datos de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP).

Para poder llevar a cabo su refuerzo, que tendrá lugar en el condado de Starr, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) eximirá el cumplimiento de más de una veintena de leyes federales, incluyendo normativas referidas a protecciones ambientales, de salud pública y de conservación cultural.

El gobierno del presidente Joe Biden anunció este jueves que ampliará el muro en la frontera con México, con la intención de frenar la entrada de migrantes, usando fondos otorgados por el Congreso a su predecesor, el republicano Donald Trump.

El secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, lo justificó debido a la “necesidad aguda e inmediata” de “evitar entradas ilegales” en la frontera.

La decisión fue publicada este jueves en el registro federal, coincidiendo con la visita del jefe de la diplomacia estadounidense Antony Blinken a nuestro país, para hablar precisamente de migración y el tráfico de fentanilo.

Para poder instalar estas “barreras físicas y caminos adicionales” en Texas el gobierno ha decidido derogar una veintena de leyes y regulaciones federales, muchas de ellas medioambientales.

A lo largo de décadas, distintos gobiernos republicanos y demócratas han levantado algún tipo de barrera en las zonas fronterizas con México para contener la entrada de migrantes, muchos de ellos latinoamericanos, que intentan cruzar a Estados Unidos en busca de una vida mejor.

Donald Trump convirtió la construcción del muro fronterizo en uno de los ejes de su política. Cuando llegó a la Casa Blanca, Biden decidió suspender la construcción del muro y poner fin a desviación de fondos para su financiación.

El demócrata repetía que la construcción de un muro en la frontera no es una solución política al problema y pidió al Congreso que los recursos se destinaran a garantizar la seguridad fronteriza mediante la tecnología.

Ahora ha decidido utilizar una asignación del año fiscal 2019, cuando gobernaba Trump, en virtud de la cual el Congreso asignó fondos para la construcción de la barrera fronteriza en el Valle del Río Grande.

La reacción de Trump, el favorito para la nominación republicana de cara a las presidenciales de 2024, no se hizo esperar en su plataforma Truth Social. La medida de Biden demuestra que “tenía razón cuando construí 560 millas (…) de un nuevo y hermoso muro fronterizo”, afirmó, y cuestionó si “Joe Biden se disculpará (…) por tardar tanto en actuar y permitir” que el “país se vea inundado con 15 millones de migrantes ilegales, de lugares desconocidos”.

Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) dijo esta mañana que abordará su inconformidad por este nuevo muro fronterizo en su reunión de hoy con la delegación estadounidense que visita nuestro país.

“No se trata de estar reteniendo con barreras, con muros, yo creo que vamos a tratar este asunto también, y yo mañana voy a hablar del tema, de esta propuesta que se dio a conocer el día de ayer para permitir la construcción de un muro en la frontera”, declaró el mandatario en su conferencia de prensa matutina.

“Es contrario a lo que venía sosteniendo el presidente (Joe) Biden. Es, hasta ahora, el único presidente que no ha construido muro. No está todavía construido, es una propuesta”, agregó.

Aunque López Obrador adjudicó la medida a las “presiones” de los republicanos “extremos”, también la tachó de “retroceso”.

“Están actuando de manera muy irresponsable y están presionando muy fuerte al presidente Biden, que siempre va a contar con nuestro apoyo, pero esa autorización para la construcción del muro es un retroceso, porque eso no resuelve el problema, hay que atender las causas”, comentó.

Lamentó el actuar de políticos de extrema derecha en Estados Unidos, sobre todo de los que quieren aprovechar el fenómeno migratorio y el consumo de las drogas, con propósitos electorales. “Hay mucha politiquería cuando se acercan las elecciones”, remató.

Una imagen inédita se ha viralizado en redes sociales: la de un presidente de Estados Unidos en funciones, Joe Biden, junto a trabajadores del sector automotor en huelga en el estado de Michigan para expresarles su apoyo y decirles que merecen el aumento salarial que exigen.

Con una gorra de béisbol y megáfono en mano, el demócrata se dirigió a los obreros del sindicato de los Trabajadores del Automóvil Unidos (UAW) y reconoció “los sacrificios” realizados por ellos para salvar la industria en 2008.

Biden, en campaña por su reelección en 2024, cerró filas con el sindicato que se enfrenta a los tres gigantes del sector, General Motors, Ford y Stellantis.

Biden consiguió robar protagonismo a su predecesor, Donald Trump, favorito para la nominación republicana a las presidenciales y por lo tanto su posible rival electoral. Lo hizo adelantándose un día a Trump, quien acudirá mañana a Michigan para intentar convencer a los obreros de que le ayuden a volver la Casa Blanca.

El republicano acusa al demócrata de haberle robado la idea para hacerse una foto. “Nada más que una mala sesión fotográfica”, lo resumió el portavoz de Trump, Jason Miller.

Biden quiere demostrar que es el defensor de la clase obrera, de los sindicatos y artífice del resurgimiento de la industria estadounidense. Es consciente de que el conflicto en esta industria clave puede costarle caro a la economía estadounidense.

Aun así estima que los empleados deben beneficiarse de las “ganancias récord” de las empresas.

El apoyo a los sindicatos es una seña distintiva de su mandato. En 2020, el respaldo del UAW a su candidatura fue esencial para que el estado de Michigan se pronunciara en su favor luego de votar por Trump en 2016.

Pero a sus 80 años, el presidente enfrenta una serie de críticas por su estado de salud y físico, que ha quedado evidenciado en cada una de sus apariciones públicas.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con Rafael Fernández de Castro, director del Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego, sobre la campaña de reelección de Biden y las críticas que recibe tanto de los republicanos como desde el partido demócrata.