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La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha recaudado más de 81 millones de dólares en solo 24 horas tras el anuncio del presidente, Joe Biden, de no buscar la reelección, marcando un hito en la actual campaña presidencial estadounidense.

La campaña de Harris, que heredó de Biden muchos de sus colaboradores, considera que esta gran cantidad de recaudación muestra el entusiasmo que despierta su candidatura.

“El histórico apoyo a la vicepresidenta Harris representa exactamente el tipo de energía y entusiasmo de base que gana elecciones”, afirmó en un comunicado el portavoz de la campaña, Kevin Muñoz.

En concreto, más de 888,000 personas realizaron aportaciones en las últimas 24 horas, siendo el 60% nuevos donantes en el ciclo electoral de este año.

Además, el equipo de Harris ha conseguido 43,000 nuevos donantes que se han comprometido a aportar fondos de manera regular, con más de la mitad optando por contribuciones semanales.

Asimismo, las redes sociales oficiales de la campaña, @KamalaHQ, duplicaron sus seguidores en una noche.

La mayor recaudación de Trump en este ciclo electoral fue de más de 50 millones de dólares, lograda tras ser declarado culpable en el juicio por pagos irregulares en Nueva York a finales de mayo. En comparación, Biden recaudó 38 millones en los días siguientes a su polémico debate.

Todo esto sucede después de que Biden anunciara ayer el fin de su campaña presidencial tras una revuelta dentro del Partido Demócrata con miembros de la Cámara de Representantes y el Senado pidiendo públicamente que se retirara.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, volverá a la campaña electoral la próxima semana tras aislarse por unos leves síntomas de COVID, informó este viernes la jefa de su campaña de reelección, quien aseguró que el mandatario demócrata está firmemente comprometido a derrotar al republicano Donald Trump.

“Está absolutamente en ello”, dijo la presidenta de la campaña de Biden, Jen O’Malley Dillon, en una entrevista con la cadena MSNBC. “Tenemos que tomarnos en serio las preocupaciones que la gente está expresando, pero la forma de superarlas es volver al asunto de derrotar a Donald Trump”.

O’Malley Dillon también dijo que Biden recibirá el respaldo de una “organización nacional significativa”, pero no dio más detalles.

Así, la campaña del presidente Biden insiste en que no se bajará de la contienda, mientras enfrenta un llamado de muchos demócratas en los niveles más altos, que piden evalúe hacerse a un lado y dar paso a un nuevo candidato.

Jen O’Malley Dillion, reconoció un “descenso” en el apoyo al presidente, pero insistió en que “absolutamente” permanecerá en la contienda y que la campaña cuenta con “múltiples caminos” para vencer a Trump.

“Tenemos mucho trabajo que hacer para asegurarle al pueblo estadounidense que sí, es viejo, pero puede ganar”, dijo en Morning Joe de MSNBC. No obstante, señaló que los votantes preocupados por las aptitudes de Biden para gobernar no están cambiando para votar por Trump. “Tienen sus dudas, pero se quedan con Joe Biden”, añadió.

Y mientras el equipo de campaña se mantiene firme en descartar que se retire Biden, grupos de donantes del Partido Demócrata han comenzado a movilizarse para recaudar fondos para una posible nominación a las elecciones presidenciales de la vicepresidenta, Kamala Harris, en el caso de que Biden finalmente se retire, informó el portal Politico.

Aunque en el Partido Demócrata reconocen la actual “volatilidad” de la situación en torno a la nominación de Biden, algunos miembros de la formación ya estaban “haciendo cola” para hacer donaciones en el caso de que Harris le sustituya en la carrera presidencial, precisa la publicación.

Desde que se puso en duda la capacidad de Biden para asumir un segundo mandato presidencial, especialmente tras el desastroso debate televisivo que mantuvo con su contrincante republicano Donald Trump, Kamala Harris ha sonado en las quinielas para encabezar la candidatura demócrata.

Y ahora, los aliados de la vicepresidenta “han comenzado a cortejar a donantes demócratas para que le proporcionen apoyo financiero si el presidente Joe Biden abandona la carrera de 2024”.

El medio estadounidense especifica que un asesor de los donantes demócratas ha comenzado a asegurar apoyos económicos entre los colectivos de mujeres afines para lograr “una ola inicial de contribuciones para una potencial campaña de Harris”.

“Lo importante es que haya una muestra masiva de apoyo a ella (Harris) desde el primer momento, lo que muestra una señal de que todos estamos con ella”, dijo una dirigente de una organización política de mujeres que pidió el anonimato para hablar sobre el tema.

La organización ha empezado a preparar correos electrónicos y a enviar mensajes. Quienes se dedican a apoyar a posibles candidatas ya han empezado a planificar la ayuda a Harris con una rápida demostración de fuerza, con listas de donantes preparadas, añadió la fuente. Algunos donantes ya han indicado de forma proactiva que quieren dar dinero, según reporta Político.

Al menos cinco donantes ya se habían comprometido a contribuir potencialmente con cantidades de seis cifras a una candidatura demócrata con Harris a la cabeza.

Estos movimientos se producen en medio de la crisis que afecta al Partido Demócrata y las presiones que está sufriendo Joe Biden, y es que recordemos que otros medios han señalado que el presidente sí se retirará de la contienda, y hará el anuncio este mismo fin de semana.

En medio de la polémica que se vive en Estados Unidos como parte del proceso electoral, el portal Axios reportó que ante la presión que tiene al interior del partido demócrata, de líderes en el Congreso y amigos cercanos, el presidente Joe Biden podría abandonar la contienda este fin de semana.

El reporte de Axios llega justo cuando el presidente se encuentra en aislamiento por su contagio de COVID-19, que fue confirmado ayer por La Casa Blanca, y en medio de nuevas peticiones a que reconsidere su candidatura, a las que se sumó uno de sus principales aliados, el expresidente Barack Obama.

Quienes han pedido a Biden reconsiderar su candidatura, líderes del partido, amigos y donantes clave, coinciden en que el demócrata de 81 años, creen que no puede ganar debido a la percepción que se tiene sobre su edad y capacidad.

El expresidente Barack Obama habría expresado en privado a otros demócratas sus inquietudes por la candidatura de quien fue su vicepresidente. A él se sumó la presidenta emérita de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien le advirtió en privado a Biden que los demócratas podrían quedar incapaces de ganar la cámara baja si no se retiraba de la contienda.

El expresidente dijo a sus círculos cercanos que Biden, debe “reconsiderar seriamente” el futuro de su candidatura, según publicó este jueves The Washington Post.

De acuerdo con el diario, Obama cree que las posibilidades de victoria de Biden “se han reducido considerablemente”.

Obama ha conversado una sola vez con Biden desde el debate con su rival republicano a la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump, que encendió todas las alarmas en el Partido Demócrata.

Con quien sí ha estado en contacto Obama ha sido con la influyente dirigente demócrata Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes.

Y es que Pelosi también le ha mostrado a Biden encuestas según las cuales probablemente no puede ganarle a Donald Trump, según las fuentes, que pidieron permanecer anónimas al no estar autorizadas para hablar del tema en público.

Biden ha venido insistido en que no se retirará de la contienda, afirmando categóricamente que él es el candidato que venció a Trump en 2020 y que lo volverá a hacer este año. Pero en público y en privado, demócratas clave envían señales de preocupación, y algunos esperan que Biden evalúe sus posibilidades de triunfo.

En una entrevista radiofónica grabada justo antes de dar positivo a COVID-19, Biden desestimó la idea de que es demasiado tarde para que se recupere políticamente, diciendo a que aún es muy pronto y que muchas personas no se centran en la elección sino hasta septiembre.

Aunque las tensiones por la capacidad de Biden de llevar adelante una campaña ganadora se redujeron un poco, particularmente tras el intento de asesinato de Trump y mientras se realizaba la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, los demócratas saben que tienen poco tiempo para resolver la confusión en el partido tras el deficiente desempeño del presidente en el debate del mes pasado.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró sentirse “bien” después de haber dado positivo en COVID-19 durante un viaje a Las Vegas, en el que tuvo que cancelar su intervención ante la convención anual de la organización hispana UnidosUS.

Biden llegó al aeropuerto de Las Vegas en su limusina presidencial negra, conocida como “The Beast” (La Bestia). Al salir del vehículo, levantó el pulgar de una de sus manos en señal de aprobación, mirando a los periodistas que lo esperaban.

Preguntado por los periodistas sobre cómo se sentía, Biden dijo: “Bien” y “me siento bien”. El presidente, que no llevaba cubrebocas, subió las escaleras que lo llevaban al avión presidencial Air Force One, en el que se voló a su casa en Delaware donde permanecerá aislado.

Según la agenda actualizada del presidente enviada por la Casa Blanca, está previsto que llegue esta noche a su hogar en playa de Rehoboth, Delaware.

En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, informó que Biden había dado positivo a COVID-19 y que tenía síntomas leves, con una frecuencia respiratoria normal y sin fiebre.

Según explicó, el presidente presentó esta tarde síntomas respiratorios, que incluían goteo nasal, tos seca y “malestar general”, por lo que se le realizó una prueba que dio positivo.

Biden, que ya enfermó de COVID en julio de 2022 pese a estar vacunado con refuerzo, afirmó en una entrevista con BET News publicada este miércoles que reconsideraría su decisión de seguir en la campaña para las elecciones de noviembre si un médico le diagnosticara un problema médico grave.

Esas afirmaciones se producen entre repetidas peticiones dentro y fuera de su partido para que ponga fin a su campaña de cara a las elecciones de noviembre próximo, con el influyente legislador demócrata Adam Schiff solicitando públicamente hoy en un comunicado que “pase el testigo”.

Varias voces del partido demócrata, donantes y comentaristas de televisión han pedido a Biden que se retire a raíz de su débil actuación en el debate contra el expresidente Donald Trump el 27 de junio, que reavivó preocupaciones sobre su edad.

Desde aquel episodio, parece que la racha por la que atraviesa el presidente no es la mejor. Ha venido sufriendo equivocaciones reiteradamente, lo que no ha permitido que el tema de su posible salida de la contienda deje los titulares en Estados Unidos y el mundo.

El Partido Demócrata tiene previsto ratificar de manera virtual, este mismo mes, al presidente estadounidense, Joe Biden, como candidato a las elecciones de noviembre próximo, según confirmaron fuentes del partido a la agencia Efe.

En la práctica, esa decisión pondría fin al debate interno de las últimas semanas, en el que algunas voces dentro del partido han pedido a Biden que ponga fin a su campaña de reelección tras su débil actuación en el debate del pasado 27 de junio frente a Donald Trump y los traspiés que ha venido teniendo.

Con excepción de 2020 durante la pandemia de COVID, nunca antes se ha nominado a uno de los candidatos de los grandes partidos: Demócrata y Republicano, de manera virtual.

Habitualmente, los aspirantes presidenciales reciben la nominación oficial durante sus convenciones. El propio Trump fue designado ayer oficialmente como candidato del Partido Republicano en el primer día de la convención en Milwaukee.

El Comité Nacional Demócrata (DNC) ya había tomado en mayo su decisión de nominar oficialmente a Biden como candidato de manera virtual antes de la convención demócrata, que se tiene prevista para el 19 de agosto en Chicago.

Hasta ahora, sin embargo, no se había fijado una fecha aproximada. Algunas voces se habían mostrado contrarias a seguir adelante con dicho procedimiento y habían abogado por abrir el debate sobre la posibilidad de que Biden se retirara para permitir que un candidato más joven se enfrente a Trump en las elecciones de noviembre próximo.

En su momento, el Comité Nacional Demócrata había justificado la decisión al señalar problemas que Ohio presentaba para los plazos electorales, pues ese estado había determinado que los partidos debían inscribir a sus candidatos presidenciales antes del 7 de agosto para asegurar su presencia en las papeletas el día de los comicios.

Como la convención demócrata está fijada del 19 al 22 de agosto, el DNC dijo que había que hacer la nominación antes de manera virtual porque, si no, Biden corría el riesgo de quedar excluido de las elecciones en ese estado.

La situación, sin embargo, ha cambiado en las últimas semanas, ya que los legisladores en Ohio aprobaron una ley que fija para finales de agosto el plazo para inscribir a los candidatos, de manera que Biden podría ser nominado en la convención del partido, como ha sido habitual.

Los demócratas desconfían de los republicanos y creen que podrían cambiar de forma repentina las reglas, por lo que han decidido mantener su plan original y nominar al presidente antes de la convención.

Los responsables de nombrar a Biden serán los delegados del partido, que han sido elegidos durante las primarias.

La mayoría de esos delegados, casi 4,000, habían prometido que apoyarían a Biden como candidato, pero algunos han expresado en las últimas semanas a medios locales su preocupación porque se hiciera de manera virtual sin permitir un debate abierto en la convención.

La nominación se hace a través de un proceso llamado ‘roll call’ (llamada nominal) en el que los delegados de cada estado, normalmente en las convenciones, van diciendo a qué candidato apoyan.

Según informó este martes el diario The New York Times, se espera que los más de 4,000 delegados comiencen a emitir sus votos a partir del próximo lunes, un proceso que probablemente durará alrededor de una semana.

Cuando todos hayan emitido su voto, se espera que un comité del DNC celebre rápidamente la llamada nominal, de manera que en ese momento, del que aún no se sabe la fecha exacta, Biden será oficialmente el candidato demócrata para las elecciones de noviembre.

El último paso será que Biden, durante la convención en Chicago, ofrezca un discurso para aceptar oficialmente su nominación.

Esto refuerza la posición de Biden, quien ha dicho que no renunciará a la candidatura como lo han expresado algunos miembros del Partido Demócrata,  a menos que ocurra algo extremadamente improbable, como que lo “atropelle un tren”.

En entrevista con Speedy Morman, Biden insistió en que se postulará para la reelección. “¿Así que, en sus palabras, lo veremos al 1,000% en la boleta electoral de noviembre?”, cuestionó el periodista, a lo que Biden contestó “a menos que me atropelle un tren, sí”.

Joe Biden demostró que es “un candidato prorruso controlado por el Kremlin”, bromeó este viernes la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, después de que el líder estadounidense se equivocara y presentara al líder ucraniano, Volodímir Zelenski, como “presidente Putin”.

La equivocación de Biden ocurrió durante la cumbre de la OTAN que se celebró esta semana en Washington, y que rápidamente le dio la vuelta al mundo, incluso ocupando un lugar destacado en los medios rusos, donde los comentaristas de la televisión estatal han retratado durante mucho tiempo a Biden, de 81 años, como un anciano senil que podría causar una Tercera Guerra Mundial, a diferencia de Putin, de 71 años, a quien retratan como un genio estratégico.

El error de Biden se da en un momento en el que se enfrenta al llamados de algunos compañeros demócratas para que abandone su candidatura a la reelección.

El presidente ha insistido en que sigue en la carrera y que es el único que podrían vencer a Trump en las elecciones de noviembre próximo.

“Nos dimos cuenta de que el mundo entero prestó atención a lo ocurrido (…) Está claro que fueron lapsus linguae”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, agregando que los errores de Biden son “un asunto interno de Estados Unidos”.

No obstante, afirmó que el Kremlin tomó nota de los comentarios irrespetuosos del líder estadounidense sobre Putin, a quien se refirió como “un loco asesino”. Según indicó, “esto es inaceptable para nosotros y no creemos que de ninguna manera haga quedar bien a un jefe de Estado estadounidense”.

Sergei Markov, exasesor del Kremlin, dijo que cualquiera puede cometer un error, pero que Biden parece cometer uno todos los días porque es un “retrasado”.

Ayer en una conferencia de prensa posterior, Biden tuvo varios tropiezos. No está claro que su actuación haya convencido a los escépticos de su partido de que es su mejor apuesta para derrotar al republicano Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre y servir otro mandato de cuatro años en la Casa Blanca.}

En la conferencia de prensa, Biden dio algunas respuestas o comentarios confusos, como el referirse a su vicepresidenta, Kamala Harris, como “vicepresidenta Trump”.

Hasta ahora, al menos 17 congresistas demócratas le han pedido que abandone y permita al partido elegir a otro abanderado.

A los demócratas les preocupa que los bajos índices de aprobación de Biden y la creciente preocupación de que sea demasiado mayor para el cargo puedan hacerles perder escaños en la Cámara de Representantes y el Senado, dejándoles sin control del poder en Washington si Trump gana la Casa Blanca.

Sin embargo, Biden dejó claro que no piensa dar un paso atrás. “Si aparezco en la convención y todo el mundo dice que quiere a otra persona, así es el proceso democrático”, dijo Biden, antes de pasar al susurro escénico que suele utilizar para dar énfasis y añadir: “No va a ocurrir”.

Biden encabezará un mitin este viernes en Detroit, donde su campaña dice que se centrará en los “peligros” de la agenda de Trump. La ciudad de Michigan es también la sede del sindicato United Auto Workers, cuyos líderes respaldaron a Biden pero ahora están evaluando sus opciones, según dijeron tres fuentes a la agencia Reuters.

Con la mayoría de los votantes estadounidenses firmemente divididos en bandos ideológicos, los sondeos de opinión muestran que la carrera sigue siendo reñida.

Un sondeo de NPR/PBS publicado el viernes reveló que Biden aventaja a Trump por un 50% a 48%, un leve aumento respecto a su posición antes del debate. Según una encuesta de Reuters/Ipsos publicada la semana pasada, ambos candidatos empataban al 40%.

Una de las principales voces del Partido Demócrata, Nancy Pelosi, hizo crecer este miércoles las especulaciones en torno a la candidatura presidencial de Joe Biden, que las encuestas, varios congresistas y hasta figuras que antes lo apoyaban, consideran condenada al fracaso.

“Amo a Joe Biden pero necesitamos otro candidato”, escribió este miércoles el actor George Clooney, en una columna publicada en el periódico The New York Times.

George Clooney, simpatizante de toda la vida del Partido Demócrata, recuerda un acto de recaudación de fondos para el presidente estadounidense que organizó a mediados de junio.

“Es terrible decir esto, pero el Joe Biden con el que estuve hace tres semanas no era el mismo” que el “Joe Biden de 2010, ni siquiera el Joe Biden de 2020. Era el mismo hombre del que todos fuimos testigos en el debate” con Donald Trump en junio.

Recordemos que aquella noche Biden se mostró muy confuso y cansado, se trabó al hablar y perdió el hilo de lo que decía varias veces.

La opinión de Clooney no es anecdótica, dado que Biden siempre contó con el mundo del cine como apoyo mediático y financiero.

Por su parte, en una entrevista con la cadena MSNBC, Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes, de 84 años, se negó a apoyar explícitamente a Biden en su candidatura de reelección para las elecciones de noviembre frente a su predecesor republicano.

“Es cosa del presidente decidir si va a presentarse”, declaró. “Todos le animamos a que tome esa decisión porque el tiempo apremia”, añadió.

Pero el demócrata de 81 años cree haber tomado ya una decisión. Biden escribió el lunes pasado una carta a los congresistas de su partido para decirles que estaba “firmemente determinado a seguir en la carrera” y pedirles que le “apoyaran”. Ahora quiere “pasar página”, como dijo el martes su portavoz Karine Jean-Pierre.

Por ahora siete demócratas de la Cámara de Representantes le han pedido públicamente que tire la toalla. A ellos se unió ayer por la noche un primer senador.

“Creo que Donald Trump va camino de ganar estas elecciones, y tal vez de ganarlas de manera aplastante y llevarse el Senado y la Cámara de Representantes”, opinó el senador Michael Bennet en la CNN.

Y es que si hay tanta ansiedad en el Capitolio es porque muchos Congresistas temen que Joe Biden pueda hacerles perder su escaño en las elecciones legislativas de noviembre, que se celebran al mismo tiempo que las presidenciales.

Varios sondeos realizados desde el debate han alimentado estos temores, mostrando que Donald Trump mantiene o incluso amplía su ventaja sobre su rival demócrata.

En una carta pública a los demócratas en el Congreso, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se mantuvo firme contra los llamados a que abandone su candidatura y pidió poner fin a los llamados dentro del mismo partido sobre si debería permanecer en la contienda presidencial después de su mal desempeño en el debate.

“El tema de cómo seguir adelante ha sido bastante debatido ya por más de una semana, y es hora de ponerle fin”, escribió Biden en la carta de dos páginas, donde hizo hincapié en que el partido tiene “una tarea” primordial, que es derrotar al virtual candidato presidencial republicano, Donald Trump, en noviembre.

Joe Biden, de 81 años, pidió a los congresistas demócratas que respalden su campaña de reelección o lo desafíen en la convención del partido en agosto, pero que pongan fin a las campañas que solicitan su dimisión.

Y es que Biden se encuentra bajo la lupa esta semana como anfitrión de una cumbre de la OTAN en Washington, entre temores de que Donald Trump gane las elecciones presidenciales de noviembre.

Adicional a la carta, en el programa de televisión “Morning Joe” de MSNBC, el demócrata dijo que está “seguro” de que “el votante promedio de ahí afuera todavía quiere a Joe Biden” para un segundo mandato, y reconoció estar “muy frustrado con las élites… del partido”.

“Cualquiera de estos tipos que creen que no debo postularme, que se postulen contra mí (…) que me desafíen en la convención” de agosto próximo, lo que reforzó con lo expuesto en la carta, donde fue claro al señalar: “me niego” a retirarme”, les dice.

Recordemos que el caos suscitado tras el debate contra Donald Trump, durante el cual se mostró muy confundido, se trabó al hablar y hasta divagó, el presidente lo achacó al desfase horario y a un resfriado.

En los últimos días cinco congresistas demócratas le han pedido públicamente que tire la toalla. El domingo, cuatro parlamentarios estimaron que es hora de que Biden se retire, según medios de comunicación estadounidenses.

A su regreso esta semana de un breve receso por el feriado por el Día de la Independencia, los congresistas demócratas deben decidir si respaldan al presidente o le piden que pase el testigo.

Después de un intenso día de mítines en el estado de Pensilvania (norte) el domingo, Biden no tuvo actos públicos programados para hoy lunes, que se espera que dedique a preparar la cumbre. Está previsto que la primera dama Jill Biden haga campaña en Georgia, Florida y Carolina del Norte.

El viernes el presidente retoma la campaña electoral en el estado de Michigan antes de viajar a su casa junto a la playa en Rehoboth, en Delaware.

“Esta semana va a ser absolutamente crítica”, declaró el domingo a CNN el senador demócrata Chris Murphy.

Cuando faltan solo cuatro meses para las elecciones y poco más de uno para la convención del partido, el tiempo apremia. Hay poco margen para reemplazar a Biden como candidato, y el presidente y su equipo parecen decididos a resistir el asedio.

“Tenemos 42 días para la Convención Demócrata y 119 días para las elecciones generales”, dijo Biden en la carta. “Cualquier debilitamiento de la resolución o falta de claridad sobre la tarea que tenemos por delante solamente ayuda a Trump y nos perjudica a nosotros. Es hora de unirnos, avanzar como un partido unificado y derrotar a Donald Trump”.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció ante un aliado clave que tal vez no pueda salvar su candidatura si no puede convencer al público en los próximos días de que está preparado para el puesto, según reportaron varios medios estadounidenses este miércoles.

Hasta ahora, el mandatario se había mantenido públicamente firme en continuar con la campaña de reelección, pese a las críticas provenientes de sus propio partido después de su desastroso desempeño en el debate de la semana pasada con su rival, el expresidente republicano Donald Trump.

Según una información publicada primero por The New York Times, citando como fuente a un “aliado” del presidente cuya identidad no fue revelada, Biden reconoció los problemas con mantener su candidatura.

Aunque Biden “todavía está profundamente inmerso en la lucha por la reelección, entiende que sus próximas apariciones en televisión y en actos públicos tienen que ir bien” para poder revertir lo sucedido en el debate.

Para los próximos días se espera una entrevista con George Stephanopoulos de ABC News, el viernes, y también mítines en Pensilvania y Wisconsin, dos de los estados clave para definir al ganador de las elecciones del próximo 5 de noviembre.

La persona, señala The New York Times, habló bajo condición de anonimato para discutir “una situación delicada” y, según este diario, es el primer indicio que se hace público de que el presidente está considerando seriamente si podrá recuperarse después de una actuación devastadora en el debate de Atlanta.

Minutos después de que el diario publicara esta información, el subsecretario de prensa adjunto de la Casa Blanca, Andrew Bates, aseguró en un mensaje en redes sociales que “esa afirmación es absolutamente falsa”.

“Si The New York Times nos hubiera concedido más de 7 minutos para comentar, se lo habríamos dicho”, apuntó.

Pero tras la publicación de la prestigiosa cabecera neoyorquina, la cadena CNN publicó un artículo similar, citando también a fuentes cercanas al mandatario.

El canal afirmó que el presidente ha reconocido en privado a “un aliado” que los próximos días son fundamentales para poder salvar su candidatura a la reelección presidencial y que comprende lo que lo impulsaría a aceptar que “simplemente no está funcionando”.

Sería un escenario en el que “las encuestas están cayendo en picado, la recaudación de fondos se está agotando y las entrevistas van mal”, dijo esa persona. “Él no es ajeno”, “ve el momento”, “tiene los ojos claros”, agregó.

Y es que Biden ha sido duramente criticado por su actuación en el debate en el que proyectó una imagen envejecida, con voz ronca y dificultades para concluir algunas de sus frases, aumentando las dudas entre los votantes y miembros del Partido Demócrata sobre su capacidad para seguir gobernando y enfrentarse a Trump.

El presidente, de 81 años, reconoció el martes que “casi se queda dormido” en el debate contra Trump y atribuyó el cansancio a los viajes que había realizado solo días antes a Italia para la cumbre del G7 y a Francia para el 80 aniversario del desembarco de Normandía.

La campaña por la reelección del presidente Joe Biden y el Comité Nacional Demócrata reportaron haber recaudado 264 millones de dólares en el segundo trimestre del año, un monto impresionante que podría calmar las ansiedades demócratas tras la débil actuación del mandatario en el debate.

El total anunciado este martes incluye 127 millones de dólares recaudados solo en junio y la campaña dice que recaudó más de 33 millones en el día del debate y los días subsiguientes.

Biden tiene además disponibles 240 millones en efectivo, más de los 212 millones que reportó tener el mes pasado.

La jefa de campaña, Julie Chavez Rodriguez, calificó los montos como “prueba de la creciente y comprometida base de partidarios que están firmemente detrás del presidente”.

El anuncio ocurre en momentos en que la campaña de Biden trata de aliviar los temores entre algunos demócratas, quienes han cuestionado si el presidente puede ganar las elecciones de noviembre tras un debate en que parecía ronco, perdió el hilo de sus declaraciones y dio respuestas enredadas.

Algunos líderes de la campaña desde entonces han tenido múltiples llamadas, pidiéndoles paciencia a donantes y partidarios. Funcionarios de la campaña insisten sin embargo que “de ninguna manera” se ha hablado de la posibilidad de que Biden abandone la contienda o de una reestructuración del equipo.

El expresidente Donald Trump, quien aceptará la nominación republicana en la convención del partido este mes en Milwaukee, todavía no ha anunciado cuánto dinero recaudó en ese trimestre. Un vocero dijo que la campaña divulgará las cifras “cuando estemos listos”.

Biden tenía una enorme ventaja sobre Trump en cuanto a recaudación de fondos en la etapa temprana de la campaña, pero recientemente Trump ha reducido la brecha.

En abril, mes incluido en el reporte difundido por los demócratas el martes, Biden y el CND reportaron haber recaudado más de 51 millones de dólares, mucho menos de los 76 millones que Trump y el Partido Republicano reportaron haber recaudado ese mes.

Trump reportó además haber recaudado 141 millones mayo, incluyendo decenas de millones en contribuciones que entraron después de que el exmandatario fue declarado culpable de pagar dinero para acallar noticias desfavorables.

Pero, aún con las recaudación de fondos que reporta, ¿la candidatura de Joe Biden tiene futuro? En Broojula, Gerónimo Gutiérrez, socio consultor de Beel Infrastructure Partners y exembajador de México en Estados Unidos, nos habla sobre Biden y su futuro político.

Más de 30 congresistas demócratas apoyaron este viernes un proyecto de resolución en la Cámara de Representantes que rechaza las propuestas de diversos republicanos para activar una acción militar contra los grupos del narcotráfico en México.

“En meses recientes hemos visto un aumento alarmante de declaraciones que amenazan con normalizar la noción de invadir México”, señaló el representante Joaquín Castro, de Texas, uno de los autores del proyecto de resolución, presentado este viernes.

Ese proyecto “reafirma el compromiso de Estados Unidos con el respeto a la soberanía de México y condena los llamados para una acción militar en México sin el consentimiento de México y sin la autorización del Congreso”, añade el texto.

El demócrata explicó que una guerra con México causaría una pérdida devastadora de vidas y sería desastrosa para millones de mexicanos y estadounidenses.

“Esta resolución envía un mensaje firme de que Estados Unidos respeta la soberanía de México y que el Congreso no apoya los llamados peligrosos para una guerra en nuestra frontera sur”, agregó.

En tanto, la representante Nydia Velázquez, de Nueva York, reconoció que el uso de la fuerza armada de Estados Unidos en México sería un desastre con consecuencias graves para ambos países y para el mundo.

“Antes de que la idea de operaciones militares en México progrese más, necesitamos que los responsables sensatos de políticas en ambos partidos hablen claro e indiquen que el Congreso no apoyaría esto”, añadió.

Por su parte el representante Raúl Grijalva, de Arizona, afirmó que los llamados para una intervención militar unilateral contra una nación soberana son contraproducentes y son un obstáculo para soluciones reales.

Y es que recordemos que en marzo pasado, el senador Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur, señaló que preparaba un proyecto de ley que “preparará el escenario” para el uso de la fuerza militar estadounidense en México.

En agosto, en el curso de un debate entre varios aspirantes a la candidatura presidencial republicana en 2024, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, indicó que apoyaría “desde el primer día” una acción militar en México contra los cárteles de la droga.

Tras 15 intentos para ser elegido líder de la Cámara de Representantes estadounidense, y con solo 269 días en el cargo, los legisladores destituyeron a Kevin McCarthy como su líder, luego de aprobar con 216 votos a favor y 210 en contra la moción para removerlo.

Así, McCarthy se convirtió en el primer presidente en la historia en ser apartado del cargo, debido a las presiones de los republicanos radicales agrupados bajo el llamado “Freedom Caucus”.

McCarthy ya había logrado no enfrentar este proceso de destitución en junio pasado, pese al enojo de sus compañeros radicales. Los legisladores afines a Trump se había venido sintiendo traicionados por McCarthy dados los acuerdo y negociaciones que alcanzó con los demócratas

La gota que derramó el vaso fueron las negociaciones que rozando la fecha límite, permitieron el sábado una prórroga de 45 días para dotar de recursos al gobierno, en el que se renuncian a los grandes recortes que se solicitaban.

Los radicales lo consideran demasiado “moderado”. Las diferencias entre los partidarios y los detractores de McCarthy reflejó las rencillas internas del partido.

Nacido en California hace 58 años, ejerció como líder de la minoría republicana en la Cámara Baja desde 2019, con la demócrata Nancy Pelosi como presidenta. Desde 2014 y hasta entonces, con los republicanos dirigiendo la Cámara y John Boehner y Paul Ryan como “Speakers”, ocupó el cargo de “número dos” de esta cámara.

En agosto de 2014 cuando asumió ese puesto hizo historia al alzarse con él tras solo siete años y medio en activo dentro de los pasillos del Capitolio.

Al respecto, la Casa Blanca confió en que la Cámara de Representantes elija “pronto” a su sustituto.

“La población estadounidense merece un liderazgo que ponga los temas que afectan a sus vidas en el centro”, indicó en un comunicado la portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre.

El presidente Joe Biden, en su opinión, “ha demostrado que siempre está dispuesto a trabajar de buena fe con los dos partidos en el Congreso en nombre de los estadounidenses”, añadió la vocera de la Casa Blanca.

La presidencia interina quedará ahora en manos del legislador Patrick McHenry, representante del décimo distrito de Carolina del Norte y conocido por haber sido uno de los principales negociadores conservadores del aumento del techo de la deuda nacional, que se rubricó “in extremis” en junio, días antes de que el Tesoro considerara que se iban a agotar las reservas para seguir pagando las cuentas.

Cuando los reporteros le preguntaron, hace unos días, a la vocera de La Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, cómo planea el presidente Biden convencer a los votantes de reelegirlo a pesar de sus 80 años, ella contestó “Los 80 son los nuevos 40 ¿No lo sabían?”

Jean-Pierre admitió que esta es una pregunta que recibe mínimo una o dos veces por semana. Y es que, de acuerdo con una encuesta reciente de la Associated Press, actualmente un 77 por ciento de los estadounidenses, incluyendo un 69 por ciento de los demócratas, creen que Biden es ya demasiado viejo como para ser eficiente los cuatro años adicionales que tendría si es reelecto.

El problema no es solo que a Biden lo ven ya muy grande. A ello hay que sumar que su Vicepresidenta Kamala Harris, es muy poco popular. Menos incluso que Biden. Esto hace que los estadounidenses no la vean como una buena sucesora de Biden, si termina sus ocho años en La Casa Blanca, o si por su avanzada edad, eso no llegara a ocurrir.

De acuerdo con FiveThirtyEight, actualmente Biden tiene en negativos la aprobación de su gobierno (40% aprueba; 55% desaprueba). Estos son números que solamente se comparan con los de Trump y Carter – ambos presidentes perdieron su reelección.

Con todo y que Biden logró sacar adelante el Acta de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) lo que ha evitado la tan anunciada recesión que miles de economistas han pronosticado sin que ésta se materialice; los estadounidenses siguen desencantados con la economía porque la inflación – si bien ha bajado – sigue alta.

Actualmente hay mucha discusión dentro del partido demócrata y entre los analistas afines al partido respecto a si Biden debe o no buscar reelegirse. El columnista del Washington Post, David Ignatius, por ejemplo, cree que si bien Biden ha sido un muy buen presidente, si busca reelegirse va a acabar manchando su mejor acción: vencer a Donald Trump en 2020.

El escritor Franklin Foer que acaba de publicar The Last Politician, un libro sobre la presidencia de Biden, cree que hoy el presidente va a ser recordado por ser el viejo lobo que pudo hacerlo. Si contiende contra Trump de nuevo, ante los números de rechazo por su edad y el poco reconocimiento a lo logrado en su presidencia, puede perder este importante legado.

El estratega James Carville cree que una segunda campaña de Biden no entusiasma a los demócratas y con ello pone en riesgo el que salgan a votar en el 2024 lo que pavimenta la posibilidad de que los republicanos recuperen La Casa Blanca.

El periodista de MSNBC y columnista del Washington Post, Jonathan Capehart ha hecho el argumento contrario, que los demócratas deben apoyar tanto a Biden como a Kamala porque son los jefes del Ejecutivo ahora y pueden seguirlo siendo otros cuatro años. Critica que cuando Reagan era presidente y buscó la reelección a los 73 años, era el más viejo hasta entonces y que los republicanos no estaban atacándolo por su edad. Al contrario, lo apoyaron para que la agenda del partido pudiera seguir avanzando. Y eso, opina Capehart, es lo que deberían de hacer ahora los demócratas.

Si bien los demócratas no quieren que Biden busque la reelección, su enorme problema es que no tienen hoy a quien pueda entusiasmarlos a salir a votar para vencer a quien muy probablemente será el candidato de los republicanos, Donald Trump. Así que, o salen con una buena candidatura pronto, o más les vale respaldar a Biden, si no quieren perder La Casa Blanca el año próximo.

Columna completa en El Universal

El equipo de reelección para 2024 del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este viernes que tanto él como su Partido Demócrata recaudaron 72 millones de dólares durante el primer trimestre desde el lanzamiento de la campaña, lo que refuerza sus esfuerzos por lograr un segundo mandato.

Biden, que lanzó su campaña el 25 de abril, disponía de 77 millones de dólares en efectivo a finales de junio entre varias entidades de recaudación de fondos afiliadas y el Partido Demócrata.

Estos fondos le permiten lanzar anuncios en los estados indecisos políticamente competitivos y empezar a formar un equipo antes de la que podría ser la contienda más cara de la historia, de 1,000 millones de dólares.

El candidato favorito de los republicanos, el expresidente Donald Trump, recaudó más de 35 millones de dólares entre abril y junio, según un funcionario de la campaña. Otro aspirante republicano, el gobernador de Florida Ron DeSantis, recaudó 20 millones en el mismo periodo, según su equipo.

Biden tiene además una ventaja clave ante sus posibles oponentes republicanos: el respaldo y la capacidad de recaudación de fondos de su partido.

No se espera que enfrente un serio desafío por la nominación, ya que sus aliados dirigen las operaciones del Comité Nacional Demócrata. Los republicanos, por su parte, están gastando parte de sus fondos en luchar entre ellos.

Las cifras de recaudación de fondos del mandatario, vigiladas muy de cerca, se consideran una prueba del entusiasmo tanto entre las bases como entre los donantes ricos por Biden, de 80 años, que luchó contra las dudas sobre su edad al decidir volver a presentarse en 2024.

Sus cifras se comparan con los 105 millones de dólares recaudados por el entonces presidente Trump y el Comité Nacional Republicano en el segundo trimestre de 2019, así como los 86 millones del presidente Barack Obama y el CND en 2011.

Aunque Trump lanzó su campaña en junio de ese año, ya había comenzado a recaudar dinero, mientras que Obama lanzó su campaña el 4 de abril. Eso significaba que Obama tenía más tiempo que Biden para recaudar dinero para el trimestre, aunque había límites más bajos en lo que los donantes estaban autorizados a contribuir bajo la ley en ese momento.

La congresista republicana María Elvira Salazar y la demócrata Verónica Escobar presentaron este martes un proyecto de ley de reforma migratoria que incluye vías para regularizar a los más de 11 millones de personas indocumentadas en Estados Unidos.

La propuesta legislativa, presentada ante la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, incluye también más fondos para seguridad fronteriza, reformar la manera en la que las personas pueden pedir asilo, al igual que reforzar la seguridad en la frontera.

Salazar, quien representa al distrito 27 de Florida, dijo que el paquete legislativo representa un momento “histórico” en el que “dos legisladoras deciden trabajar en uno de los temas más polarizadores para el país”.

La idea, dijo la republicana, es “dar dignidad a los indocumentados”.

Bajo la propuesta, las personas que se encuentran en una situación migratoria irregular en Estados Unidos, que hayan vivido por cinco años el país y que no tengan antecedentes penales pueden entrar a un programa que les ofrece permiso de trabajo y de viaje por siete años.

En ese periodo, deberán pagar una suma de 7,000 dólares en “restitución” al gobierno. Estos fondos, explicó la congresista, se usarán para “asegurar la frontera” y para compensar a los ciudadanos estadounidenses que consideren que han sido reemplazados en sus puestos de trabajo por migrantes indocumentados.

Durante el periodo del “estatus de dignidad”, como se le llama al tiempo que gozarán delpermiso, las personas no podrán tener acceso a servicios o programas sociales, explicó Salazar y, después de completar los siete años, deberán esperar otros cinco para solicitar la ciudadanía estadounidense.

El proyecto de ley contempla a su vez ofrecer un camino a la ciudadanía para las personas que estén en el programa de acción diferida para los llegados en la infancia (dreamers) y los beneficiarios del estatus de protección temporal (TPS).

Con respecto a la situación en la frontera sur, la propuesta de ley propone la creación de unos “campus humanitarios” para detener a quienes buscan pedir asilo en Estados Unidos, y donde deberán esperar a que un oficial de asilo resuelva su caso en un periodo de 60 días.

A su vez, contempla destinar más fondos para la seguridad fronteriza, incluyendo unos 10 mil millones de dólares para expandir y mejorar los puertos de entrada.

Este proyecto de ley llega dos semanas después de que la administración de Biden levantara el Título 42, que permitía las expulsiones exprés en la frontera, e impusiera mayores restricciones al acceso al asilo para los migrantes que llegan mediante la aplicación del Título 8.

La negociación en Estados Unidos sobre el techo de la deuda entre la administración del presidente Joe Biden y el Congreso se ha estancado, según admitieron este viernes ambas partes.

El principal interlocutor en el equipo negociador republicano, el legislador Garret Graves, indicó hoy al salir de una reunión que han decidido apretar el botón de “pausa” porque las discusiones no estaban siendo “productivas”.

Y desde la misma Presidencia también se admitió la falta de avances: “Hay diferencias reales entre las partes en temas de presupuesto y las conversaciones serán difíciles. El equipo del presidente está trabajando arduamente para lograr una solución bipartidista razonable que pueda ser aprobada por la Cámara y el Senado”, dijo un funcionario de la Casa Blanca.

El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, culpó de este impás a Biden por no haber abordado el asunto antes con el líder de la Cámara de Representantes, el conservador Kevin McCarthy.

“Esperó meses antes de aceptar negociar con McCarthy un acuerdo sobre el gasto. Ellos dos son los únicos que pueden llegar a un pacto. Ya es hora de que la Casa Blanca se ponga seria. El tiempo es oro”, señaló este viernes en Twitter.

El tiempo juega en su contra porque el límite actual, de 31.4 billones de dólares, fue alcanzado el pasado enero. El gobierno está recurriendo actualmente a dinero en sus reservas para pagar las deudas que ha contraído, pero el Departamento del Tesoro estima que esas reservas se agotarán el 1 de junio.

Pese a lo que se informó, Biden se mostró convencido esta semana de que se llegaría a un pacto, incluso canceló un viaje que iba a efectuar a Papúa Nueva Guinea y Australia tras la cumbre del G7 en Japón para volver antes a Washington y proseguir las negociaciones.

En Broojula, Ana Paula Ordorica te presenta un resumen sobre lo que sucede en torno a la gira de Biden y su cancelación de visitar Papúa Nueva Guinea. Brenda Estefan, analista internacional, comenta sobre el tema.

En el bando progresista, hay ya quien le pide a Biden que use la potestad que le confiere la enmienda constitucional número 14 para elevar el techo de deuda sin pasar por la aprobación del Congreso.

El senador Bernie Sanders admitió este jueves que no es “la solución perfecta”, pero que hacerlo “permitiría a Estados Unidos seguir pagando sus cuentas a tiempo y evitar una catástrofe económica y recortes devastadores para algunas de las personas más vulnerables del país”.

Biden y los líderes del Congreso se reunieron por última vez en la Casa Blanca para hablar sobre el límite de deuda este martes, y a la salida de esa cita McCarthy recalcó que todavía están “lejos” de cerrar una solución satisfactoria para todos.