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La agencia espacial rusa Roscosmos canceló este jueves, de última hora, el despegue de tres astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI).

El cohete Soyuz iba a despegar desde la base Baikonur en Kazajistán transportando a los astronautas Tracy Dyson de la NASA, Oleg Novitsky de Roscosmos y Marina Vasilevskaya de Bielorrusa.

“Hubo una cancelación automática del lanzamiento”, indicó el controlador de vuelo en una transmisión en directo emitida por Roscosmos, segundos antes de que la nave despegara desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán.

El despegue fue cancelado por un sistema automatizado de seguridad pocos segundos antes del despegue programado para las 13:21 hora local. No se ha informado de la causa, pero la NASA ha dicho que la tripulación estaba a salvo y que fue extraída de su cápsula Soyuz.

Si bien la tripulación no está en peligro, la cancelación es un revés significativo para el programa espacial ruso.

Esta cancelación ocurre luego que en octubre de 2018, el cohete que llevaba a los astronautas Nick Hague de la NASA y Alexei Ovchinin de Roscosmos a la Estación Espacial Internacional sufriera una falla dos minutos después de despegar, por lo que la cápsula de rescate regresó en caída pronunciada a un aterrizaje seguro.

Este es un nuevo revés para el sector espacial ruso, que sufre desde hace años problemas de financiación, escándalos de corrupción y fracasos, como la pérdida en agosto de 2023 de la sonda lunar Luna-25.

Durante mucho tiempo, las naves Soyuz fueron el único medio de llegar a la Estación Espacial Internacional, pero Roscosmos se ha enfrentado en los últimos años a la competencia de empresas privadas como SpaceX, del multimillonario Elon Musk.

La primera película rodada en el espacio, “El reto”, llegó hoy a los cines, después de que Rusia se adelantara a un proyecto rival de Estados Unidos, en plena crisis diplomática por el conflicto en Ucrania.

“Aquí también hemos vuelto a ser los primeros”, dijo orgulloso el presidente ruso, Vladímir Putin, en el estreno celebrado en el Palacio del Kremlin el pasado 12 de abril, que coincidió con el aniversario del vuelo de Yuri Gagarin (1961), el primer cosmonauta de la historia.

En tiempos de aislamiento internacional debido a la campaña militar rusa en Ucrania, la conquista del espacio sigue siendo uno de los mayores orgullos de los rusos.

La cinta, cuyo presupuesto fue de 1,150 millones de rublos, más de 14,000 millones de dólares, fue rodada en octubre de 2021. Entonces, la nave Soyuz MS-19 despegó con el director y la protagonista de “El reto”, Klim Shipenko y Yulia Peresild, los elegidos para completar la odisea.

Durante los doce días de estancia en la Estación Espacial Internacional (EEI), Shipenko grabó las peripecias de Peresild, que estuvo acompañada en todo momento por el comandante de la Soyuz, Antón Shkaplérov, y los dos cosmonautas rusos que habitaban entonces la plataforma orbital: Oleg Novitski y Piotr Dubrov.

El rodaje transcurrió en los módulos rusos Naúka y Svezdá y otros segmentos de la EEI, proyecto internacional a salvo del impacto de la actual confrontación entre Rusia y Occidente.

Más de la mitad de la película transcurre en la estación, a lo que hay que sumar las imágenes del ascenso y descenso, mientras el resto tiene lugar en la Tierra, donde Shipenko recibió autorización para grabar en el cosmódromo de Baikonur y en el centro de entrenamiento Yuri Gagarin.

El proyecto fue muy criticado por Serguéi Krikaliov, director del programa espacial ruso, motivo por el que fue despedido, aunque fue reinstalado en el cargo después de las protestas de los cosmonautas.

La estrella de “El reto” es Peresild, la primera actriz en volar al espacio después de completar un duro entrenamiento de tres meses y medio. Interpreta a una cirujana que es enviada a la plataforma orbital para salvar la vida de uno de los cosmonautas que sufrió un grave accidente durante una caminata espacial.

“La sensación de ingravidez fue para mí como estar enamorada”, explicó Peresild, quien está escribiendo un libro con el título “Así es el espacio, niña”.

Con respecto a la película, admitió que no puede competir con los efectos especiales de “Avatar”, aunque subrayó que el espectador “enseguida” apreciará que las imágenes de la EEI son reales.

El director del Primer Canal de la televisión rusa, Konstantín Ernst, productor de la película, junto a la compañía Yellow, Black and White, aseguró que el proyecto se le ocurrió en 2000, cuando Putin llegó al poder, pero nunca pudo llevarse a cabo.

Ernst adelantó que la cinta será proyectada también en cines de las regiones ucranianas anexionadas por el Kremlin

Así, Rusia se adelantó a Hollywood, cuyos planes de grabar una película en el espacio con la participación de Tom Cruise, la NASA y la compañía SpaceX de Elon Musk fueron anunciados en 2020.

Se esperaba que la película de Hollywood fuese dirigida por Doug Liman, quien ya trabajó con Cruise en “Al filo del mañana” (2014) y “El traficante” (2017).

La NASA otorgó a la compañía SpaceX cinco misiones adicionales para servicios de transporte de tripulación a la Estación Espacial Internacional (EEI) como parte del contrato de transporte de personal comercial (CCtCap) de la agencia estadounidense.

La entidad científica señaló en un comunicado este jueves que la modificación del contrato eleva el total de misiones de SpaceX, fundada por el magnate Elon Musk, a 14,  que permite a la NASA mantener una capacidad ininterrumpida para el acceso humano a la Estación Espacial hasta 2030.

La ampliación del contrato con SpaceX incluye las futuras misiones Crew-10, Crew-11, Crew-12, Crew-13 y Crew-14, detalló la NASA.

El valor de esta modificación de contrato para los cinco vuelos y los servicios de misión relacionados es de más de 1,400 millones de dólares, que incluye operaciones terrestres, de lanzamiento, en órbita, de retorno y recuperación, transporte de carga para cada misión y de asistencia mientras se acopla a la EEI.

El periodo de contratación se extiende hasta 2030 y eleva el valor total del contrato de CCtCap con SpaceX a más de 4,900 millones de dólares. Las nuevas misiones a SpaceX siguen al anuncio de la NASA, el pasado junio, de nuevas misiones adicionales con la compañía de Musk.

La modificación actual no impide que la NASA busque futuras modificaciones de contrato para servicios de transporte adicionales, según sea necesario, precisa el comunicado.

En 2014, la NASA otorgó los contratos de CCtCap a Boeing y SpaceX a través de una asociación público-privada como parte del programa de tripulación comercial de la agencia.

Bajo CCtCap, la NASA certifica que el sistema de transporte espacial de un proveedor cumple con los requisitos de la agencia antes de misiones con astronautas. SpaceX fue certificado por la NASA para el transporte de tripulación en noviembre de 2020.

Una tripulación estadounidense, francesa y japonesa emprendió este viernes desde Florida un viaje de 23 horas hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) en una cápsula reutilizada de SpaceX, como parte de la alianza de la NASA con socios comerciales y agencias internacionales para multiplicar las misiones espaciales.

“Estas sociedades son críticas”, expresó emocionado Steve Jurczyk, administrador interino de la NASA minutos después del despegue del SpaceX Crew-2 desde el Centro Espacial Kennedy, en la costa este de Florida.

Un cohete Falcon 9 de SpaceX despegó a temprana hora para llevar al espacio una cápsula Dragon tripulada de la misma compañía privada y que ya se había utilizado en la misión Demo-2 el año pasado.

El propulsor del cohete, visiblemente sucio, pues también se había usado noviembre pasado para el lanzamiento de la SpaceX Crew-1 a la EEI, aterrizó unos nueve minutos y medio después en la plataforma marítima “Por supuesto que todavía te amo” en el Océano Atlántico, tras desprenderse de la segunda etapa de cohete Falcon 9.

Se trata de la primera vez que se reutiliza tanto la cápsula como la primera etapa del cohete con una misión humana, y también que dos naves espaciales de la tripulación comercial estarán acopladas al mismo tiempo a la estación.

La NASA ha señalado que esta reutilización, para abaratar los costos, es clave para multiplicar los vuelos a la EEI para avanzar en experimentos científicos y en las futuras misiones a la Luna y Marte.

También es la primera vez en veinte años que viaja un equipo compuesto por tres agencias espaciales: los estadounidenses Shane Kimbrough y Megan McArthur; el japonés Akihiko Hoshide, de la agencia espacial JAXA, y el francés Thomas Pesquet, de la Agencia Europea Espacial (ESA).

Los cuatro experimentaron esta madrugada un lanzamiento “extremadamente suave” a bordo de la cápsula Dragon, llamada Endeavour, según dijo Steve Stich, jefe del Programa de Tripulación Comercial de la NASA.

Un somnoliento Elon Musk, que acaparó las preguntas de la prensa después del lanzamiento, recordó que hacía 19 años había fundado SpaceX y que se hoy sentía “orgulloso” de trabajar con la NASA.

La segunda misión comercial tripulada de la NASA y SpaceX, la Crew-2, tiene previsto acoplarse de forma autónoma aproximadamente a las 09:10 de mañana  sábado en el módulo Harmony de la estación espacial.

En la estación, un proyecto de más de 150,000 millones de dólares, integrada por 15 módulos permanentes, siete astronautas avanzaban en los preparativos para recibir a la visita, entre ellos la creación de “dormitorios”.

La EEI, que tiene el tamaño un campo de fútbol, apenas está adecuada para siete astronautas que comparten tres baños, no los 11 que estarán durante unos cinco días, mientras los cuatro del Crew-1 regresan Tierra, lo que está previsto para el próximo miércoles 28 de abril.

Los cuatro astronautas se unirán a la tripulación de la Expedición 65, compuesta por la Crew-1: Shannon Walker, Michael Hopkins, Victor Glover y Mark Vande Hei, de la NASA; como también por Soichi Noguchi, de JAXA, y los cosmonautas Oleg Novitskiy y Pyotr Dubrov.

Los miembros de la Crew-2 llevarán a cabo la ciencia y el mantenimiento durante una estadía de seis meses a bordo del laboratorio en órbita y no regresarán antes del 31 de octubre.

Se trata de la segunda de las al menos seis misiones que SpaceX realizará a la EEI en razón de un contrato de 2,600 millones de dólares firmado con la NASA en 2014.

Esta tarde, desde la plataforma de lanzamiento 39A del centro espacial Kennedy, un cohete SpaceX con la nueva cápsula Crew Dragon enganchada despegará hacia la Estación Espacial Internacional (EEI). A bordo llevará a Bob Behnken y Doug Hurley, los dos hombres elegidos por la NASA para esta misión de demostración.

Space Exploration Technologies Corp., fundada en 2002 por Elon Musk, se ganó la confianza de la agencia espacial más grande del mundo.

SpaceX se convirtió en 2012 en la primera empresa privada en acoplar una cápsula de carga a la EEI. Dos años después, la NASA le pidió que adaptara la cápsula Crew Dragon para poder transportar astronautas. “SpaceX no estaría allí sin la NASA”, dijo Musk el año pasado, después de un ensayo general del viaje a la EEI sin tripulación.

La agencia espacial ha pagado más de 3.000 millones de dólares a SpaceX para diseñar, construir, probar y operar su cápsula y hacer seis viajes espaciales de ida y vuelta. El desarrollo experimentó retrasos, explosiones, problemas de paracaídas, pero SpaceX venció al gigante Boeing, al que la NASA también pagó para hacer una cápsula, la Starliner, que aún no tiene lista.

La inversión, autorizada durante las presidencias de George W. Bush para el envío de carga y Barack Obama para el de astronautas, se considera fructífera en comparación con las decenas de miles de millones que costaron los sistemas anteriores desarrollados por la NASA.

“Algunos han dicho que es inviable o imprudente trabajar con el sector privado de esta manera. No estoy de acuerdo”, dijo Obama en 2010. La decisión del expresidente se encontró con la hostilidad del Congreso y de la NASA.

Diez años después, Donald Trump asistirá al centro Kennedy para el lanzamiento. El republicano trata de reafirmar la dominación estadounidense del espacio y ha ordenado el regreso a la Luna en 2024.

Si la NASA pudiera confiar al sector privado las misiones más cercanas a la Tierra, dentro de la “órbita baja”, esto le permitiría destinar presupuesto para sus misiones más lejanas.

“Imaginamos un futuro en el que la órbita baja de la Tierra está completamente privatizada, donde la NASA es solo un cliente entre otros”, dijo Jim Bridenstine, administrador de la agencia. De lo contrario, “nunca iremos a la Luna ni a Marte”.

La lluvia ha caído con fuerza en los últimos días en Florida, y los pronosticadores dan un 40% de que siga en Cabo Cañaveral. En caso de precipitaciones, el vuelo se pospondrá hasta el sábado.

La Crew Dragon es una cápsula como la Apollo, pero del siglo XXI. Las pantallas táctiles han reemplazado los botones y los joysticks. “Esperamos un vuelo más suave pero más ruidoso”, dijo Bob Behken, quien al igual que su compañero de misión viajó dos veces en aquellos transbordadores.

La cápsula llegará a la estación espacial, situada a 400 kilómetros sobre el nivel del mar, el jueves y probablemente permanecerá acoplada allí hasta agosto.

Si cumple su misión, los estadounidenses ya no dependerán de los rusos para llegar al espacio. Pues, desde 2011, los Soyuz son los únicos vehículos espaciales que hacen este recorrido.

Foto: @elonmusk