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El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) criticó este martes al gobierno de Estados Unidos por autorizar la venta libre de Narcan, un medicamento que revierte las sobredosis causadas por opioides como el fentanilo.

“En vez de ir al fondo, esto lo digo con todo respeto, vamos a paliativos (…) ¿Quién hace ese fármaco? ¿Por qué no atender las causas?” del abuso de drogas, cuestionó el mandatario.

Y es que ambos países mantienen un debate sobre el tráfico de fentanilo, droga sintética 50 veces más potente que la heroína y a la que solo en 2022 se atribuyeron 70,000 muertes por sobredosis en Estados Unidos.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó el pasado 29 de marzo la venta sin receta médica del Narcan, aerosol nasal de clorhidrato de naloxona que “revierte rápidamente” una sobredosis de opioides y “salva vidas”, según un comunicado del organismo regulador.

“Algunos pueden decir ‘es que así no va a haber fallecimientos’, pero ¿será que esto va a convertirse en un medicamento para que ya no haya la adicción o es nada más prolongar la agonía”, afirmó López Obrador.

Por la mañana, en la conferencia de Palacio Nacional, Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, atribuyó la medida de la FDA a un “pensamiento simplista para abordar un problema complejo”.

El funcionario dijo que estas acciones se toman cuando no se tiene “la capacidad o la intención” de atacar la raíz del problema, que a su juicio es la exclusión, y sostuvo que “grupos de interés” presionan para que México replique la decisión de la FDA.

Si bien el gobierno mexicano mantiene una estrecha colaboración con el presidente demócrata Joe Biden en la lucha contra el narcotráfico, la oposición republicana y órganos como la agencia antidrogas (DEA) piden a México “hacer más” contra el tráfico de fentanilo.

El pasado 4 de abril, López Obrador pidió ayuda a China para evitar el contrabando de esa sustancia a Estados Unidos a través de México, pero el gobierno de Pekín respondió que no existe tal práctica ilegal.

El mandatario había solicitado a las autoridades chinas precisiones sobre importadores, cantidades, fechas y puertos de embarque del fentanilo, que el gobierno mexicano propone además sustituir como analgésico.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pidió este lunes “establecer comunicación” con China después de que Pekín negó que exista tráfico ilegal de fentanilo entre ambos países tras una carta que AMLO envió a su homólogo, Xi Jinping.

“Todavía no tenemos una comunicación formal, una respuesta formal y queremos establecer comunicación con el gobierno de China, con la Cancillería, con la Embajada”, indicó López Obrador en su rueda de prensa matutina.

“Esto lo está haciendo ya el secretario de Relaciones Exteriores (Marcelo Ebrard), para tener una postura clara sobre el pronunciamiento que hizo el Gobierno de China”, añadió el mandatario.

AMLO se refirió a las declaraciones de Mao Ning, portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, quien el viernes pasado afirmó que “no existe el tráfico ilegal de fentanilo entre China y México” como respuesta a la carta de López Obrador a Xi Jinping.

“El origen de la causa de las sobredosis está en Estados Unidos. El problema es totalmente ‘hecho en Estados Unidos’. Ellos deben enfrentarse a sus propios problemas y tomar medidas más significativas para reforzar las normativas nacionales y reducir la demanda”, exhortó la vocera.

López Obrador evadió una respuesta con el argumento de “no cometer alguna imprudencia”, pero indicó que su gobierno tiene “entonces que saber en dónde se produce el fentanilo”.

“Y aquí vuelvo a dejar de manifiesto que en México no se produce fentanilo, no se produce la materia prima para el fentanilo y, si dicen los del Gobierno chino que tampoco producen, entonces es interesante saber quién lo está produciendo, y hay que seguir indagando”, añadió.

Recordemos que López Obrador reveló la semana pasada que envió una carta a Xi Jinping para pedirle ayuda contra el tráfico de fentanilo ante los crecientes cuestionamientos a México de políticos estadounidenses, en particular de legisladores republicanos, quienes piden declarar la guerra a los cárteles mexicanos.

En la carta, el presidente defendió la labor del gobierno de nuestro país en el decomiso de fentanilo, al señalar que el año pasado incautó 7 toneladas y destruyó 1,383 laboratorios clandestinos.

También reiteró que por el país solo ingresa el 30% del fentanilo que consume Estados Unidos.

AMLO también anunció que esta semana viajarán los secretarios del gabinete de seguridad a Washington para abordar el tema.

Asimismo, pidió la cooperación de China y de Estados Unidos para buscar dónde se produce la droga sintética, que la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) sostiene que producen los cárteles mexicanos con materia prima proveniente de China y, en menor medida, de la India.

“Vamos a seguir tratando este asunto, nada más que queremos hacerlo con todos los elementos para ver qué es exactamente lo que ellos (China) sostienen acerca del fentanilo, con el propósito de no cometer alguna imprudencia”, comentó López Obrador.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reveló este martes que envió una carta a su homólogo de China, Xi Jinping, para pedirle ayuda contra el tráfico de fentanilo en medio de los crecientes cuestionamientos a México de políticos estadounidenses.

“Acudimos a usted, presidente Xi Jinping (…) para solicitarle que por razones humanitarias nos ayude a controlar los envíos de fentanilo que puedan remitirse de China a nuestro país”, leyó López Obrador al exhibir el texto en su conferencia matutina.

El mandatario le escribió que “sería un apoyo inestimable contar con información sobre quiénes importan esta sustancia, en qué cantidad, en qué embarcaciones, cuándo sale de los puertos chinos, a qué puertos mexicanos llega y el tipo específico de sustancia”.

“Me dirijo a usted para exponerle un asunto de carácter fundamentalmente humanitario y solicitarle, si para ello no tiene inconveniente, su apoyo y cooperación”, pidió López Obrador.

El presidente envió esta misiva a China en medio de los crecientes cuestionamientos de políticos estadounidenses, en particular de legisladores republicanos, quienes han pedido declarar la guerra a los cárteles mexicanos de la droga y designarlos como terroristas.

López Obrador citó que en 2021 murieron 107,573 estadounidenses por consumo de fentanilo, con base en datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).

Además, volvió a señalar que de un kilo de fentanilo, añadió, se obtienen 1 millón de dosis, con un valor de más de 400,000 dólares.

El mandatario exhibió la carta como parte de su respuesta al senador republicano Lindsey Graham, quien ayer publicó un video en el que acusó a López Obrador de “no estar haciendo nada” sobre el fentanilo, que “es producido en su país (México) y los cárteles están abiertamente envenenando a estadunidenses”.

López Obrador tachó las declaraciones de Graham y de otros republicanos de propaganda, y negó que en el país se produzca fentanilo, al señalar que los precursores químicos vienen de Asia.

“Se supone que el fentanilo llega de Asia. Lo que debe quedar claro es que nosotros no producimos fentanilo. Es una materia prima que se produce en Asia, también eso es importante aclararlo: quién produce”, argumentó.

En la carta que envió al presidente de China, López Obrador defendió su labor en el decomiso de fentanilo, al señalar que el año pasado incautó 7 toneladas y destruyó 1,383 laboratorios clandestinos.

También reiteró que por el país solo ingresa el 30% del fentanilo que consume Estados Unidos.

“Los esfuerzos de México en materia de fentanilo son los más importantes del mundo. No hay ningún otro país del mundo que esté haciendo tanto contra el fentanilo que se trafica hacia los Estados Unidos que México”, agregó el canciller, Marcelo Ebrard.

El fiscal general estadounidense, Merrick Garland, aseguró este martes que Estados Unidos necesita que México coopere en todas las fases del tráfico de fentanilo para poder acabar con este problema.

“Necesitamos que México actúe en cada etapa. Que destruya los laboratorios (…) Que tome medidas enérgicas contra los cárteles, contra las compras de precursores químicos por parte de compañías mexicanas y contra las ventas por parte de las chinas”, dijo ante el subcomité de Comercio, Justicia, Ciencia y otras agencias en el Senado.

El fiscal también reconoció que Estados Unidos “tiene responsabilidades” para evitar la entrega de armas desde el país a los cárteles en México.

Recordemos que el fentanilo fue uno de los temas principales en la Cumbre de Líderes de América del Norte que se celebró en enero pasado en la Ciudad de México y que reunió a los presidentes Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Joe Biden y al primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

Pese a lo que se ha dicho en México, desde Washington se reitera que es un problema que no afecta solo a Estados Unidos, sino a todos los países.

Sin embargo, López Obrador señaló a principios de mes que México ni fabrica ni consume ese potente opiáceo sintético, aunque días más tarde corrigió y terminó reconociendo el problema, aunque insiste en que no es de la misma magnitud que en el país vecino.

La comparecencia de Garland estuvo centrada en el presupuesto del Departamento de Justicia para el año fiscal 2024, que abarca del 1 octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2024.

De los 39,700 de dólares millones solicitados al Congreso, 2,700 van dirigidos a la lucha de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) contra los cárteles y el flujo de “droga mortal” en el país.

Según el testimonio escrito facilitado antes de su intervención, el Departamento de Justicia “usa todas las herramientas a su disposición para salvar vidas y sacar el fentanilo” de las comunidades, un esfuerzo que incluye el desmantelamiento de cárteles.

El presupuesto solicitado al Congreso incluye 50.3 millones para el trabajo de la División Penal de cara al desmantelamiento de redes de narcotráfico y 202.7 millones para las operaciones antidrogas del FBI, incluidas las centradas en el fentanilo.

El secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, defendió este martes ante un comité del Senado, la cooperación con México en la lucha contra las drogas, aunque apoyó lo expuesto por Antony Blinken sobre que hay partes de nuestro país controladas por los cárteles.

Mayorkas fue cuestionado por el senador republicano Lindsey Graham en el comité judicial de la Cámara Alta sobre si está de acuerdo con las declaraciones de la semana pasada del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien negó los señalamientos.

“¿Está usted de acuerdo con él?”, preguntó Graham, a lo que Mayorkas respondió: “No lo estoy”.

Acto seguido, el senador señaló “¿Está usted de acuerdo con el secretario (de Estado Antony) Blinken en que hay partes de México manejadas por los cárteles de la droga?”. El titular de Seguridad Nacional contestó: “Lo estoy”.

Graham siguió con sus cuestionamientos y le dijo a Mayorkas si considera a México como “un socio de fiar” en la lucha contra el fentanilo y la migración irregular, a lo que el responsable gubernamental recordó que están trabajando con nuestro país vecino “en la lucha contra el fentanilo”.

“Hemos logrado grandes casos juntos y estamos buscando mejorar nuestra cooperación”, apuntó.

Al respecto, este martes, el encargado de la política antidrogas del Departamento de Estado de Estados Unidos, Todd Robinson, arribará a la Ciudad de México para reunirse con las autoridades de nuestro país y participar en un foro sobre fentanilo.

El subsecretario de la Oficina de Asuntos Internacionales sobre Narcóticos estará en la capital hasta el viernes próximo para inaugurar la Conferencia de Drogas Sintéticas entre Estados Unidos y México, informó el Departamento de Estado.

“La conferencia se centrará en fortalecer la cooperación bilateral entre Estados Unidos y México para contrarrestar las amenazas a la salud y a la seguridad que suponen las drogas sintéticas ilícitas”, detalló la dependencia.

Durante su estancia en México, Robinson también sostendrá reuniones con funcionarios del gobierno federal para abordar asuntos de seguridad.

La visita y el foro tendrán lugar tras las críticas y el cruce de declaraciones entre el gobierno de Joe Biden y el de López Obrador a raíz del combate al narcotráfico.

La semana pasada, Blinken felicitó a México por haber decomisado cantidades récord de fentanilo, pero también opinó que hay zonas del país controladas por el narcotráfico, algo que negó López Obrador.

“Eso es falso, no es cierto”, respondió el presidente, quien defendió que “no hay ningún lugar del territorio nacional en donde no haya presencia de la autoridad”.

La tensión entre Estados Unidos y México se ha elevado desde que fueron asesinados dos de los cuatro estadounidenses secuestrados en Matamoros, Tamaulipas, tras lo cual la oposición republicana pidió una intervención militar en nuestro país para combatir a los cárteles, al designarlos organizaciones terroristas.

El canciller Marcelo Ebrard minimizó las declaraciones del secretario de Estado nortamericano, Antony Blinken, quien admitió este miércoles en una comparecencia ante el Senado que el gobierno de México ha perdido el control de algunas partes del país frente a los cárrteles.

“Yo lo veo a él muy presionado, pero dijo que México está haciendo mucho”, esgrimió Ebrard en declaraciones a medios tras un evento sobre la Revista Mexicana de Política Exterior en el marco del bicentenario de las relaciones de Estados Unidos y México.

El senador republicano Lindsey Graham, uno de los promotores de las polémicas propuestas legislativas que buscan declarar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas para emplear las fuerzas armadas para combatirlos, preguntó a Blinken si existen partes de México que controla el crimen organizado.

“Creo que es justo decir que sí”, contestó Blinken ante el comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense.

No obstante, Blinken también destacó las “cantidades récords” de fentanilo que México ha incautado, y reivindicó que ambos países están colaborando “muy de cerca” para combatir el tráfico de esta droga sintética.

Mencionó las labores de inteligencia financiera para golpear a las redes criminales, así como los operativos que se han llevado a cabo contra los laboratorios donde se produce la droga.

Y es que el gobierno de nuestro país sostiene que ha incautado más de seis de toneladas de fentanilo en los últimos meses, que equivaldrían a unas 6.6 millones de pastillas, en diferentes operativos.

Así, el secretario de Relaciones Exteriores destacó estos comentarios positivos frente a las críticas, y defendió que Blinken “lo que está haciendo es comparecer (ante el Senado), y eso no es politiquería”.

“Politiquería es el senador (Graham) que estaba haciendo las preguntas, que está armando su campaña en base a descalificar a México, él sabe que es falso lo que está haciendo”, expresó el canciller.

Las declaraciones de Ebrard sobre Blinken contrastan con las del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) quien insistió esta mañana en señalar al Departamento de Estado de Estados Unidos de “mentirosos” por su reciente informe sobre derechos humanos, que el mandatario tachó de “bodrio”.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, destacó este miércoles que México ha incautado “cantidades récord” de fentanilo y reivindicó que ambos países están colaborando “muy de cerca” para combatir el tráfico de esta droga sintética.

Blinken hizo estas declaraciones durante una comparecencia ante un comité del Senado, que se da en medio de la creciente tensión entre México y Estados Unidos, que en las últimas semanas se han acusado mutuamente de no hacer suficiente contra el trafico de esta droga.

“Hemos hecho diferentes cosas para centrarnos de manera intensa en este tema con México. Estamos trabajando en colaboración muy estrecha”, afirmó el líder de la diplomacia estadounidense.

El secretario de Estado afirmó que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador “ha arrestado durante el último año a docenas de líderes de organizaciones criminales” y ha desmantelado laboratorios de fabricación de fentanilo con la “asistencia” de Estados Unidos.

También subrayó que México ha incautado “cantidades récord” de fentanilo, aunque admitió que todavía hay una producción muy elevada de esta droga que provoca miles de muertes por sobredosis cada año en Estados Unidos.

La Unidad de Inteligencia Financiera de Estados Unidos trabaja, además, con su par mexicana para “desmantelar las redes” económicas del narcotráfico, añadió el funcionario.

Blinken dijo que el combate al fentanilo debe ser global, por lo que ha propuesto al G20 una coalición para compartir información y protocolos, incluido con China, de donde salen los precursores que usan los cárteles de nuestro país para fabricarlo.

La tensión entre Estados Unidos y México se ha elevado desde el asesinato a principios de marzo de dos de los cuatro estadounidenses secuestrados en Matamoros, Tamaulipas.

Algunas voces de la Administración de Joe Biden han sugerido que México debería hacer más en el combate al narcotráfico, mientras que legisladores de la oposición republicana han pedido declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lo que les permitiría intervenir militarmente en nuestro país, algo que ha descartado la Casa Blanca.

Por su parte el presidente López Obrador ha prometido defender la soberanía de México, y ha expuesto que las autoridades de nuestro país han decomisado seis toneladas de fentanilo en los últimos años.

Además, ha acusado a Estados Unidos de no atender el problema e incluso ha negado que en su país se consuma o se fabrique el fentanilo; ,sin embargo, estos señalamientos los ha contradicho él mismo pues en otras ocasiones ha reconocido lo contrario.

Blinken señaló este miércoles ante el comité del Senado que el consumo de fentanilo también “está matando a mexicanos” y que este es “un problema que va en aumento” en nuestro país.

Sobre la petición de declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, dijo que sí se ha analizado, abriendo la puerta a que la propuesta siga sobre la mesa.

El secretario dijo sin embargo que dicha acción no daría a su gobierno “nuevas herramientas” para combatirlos. Apostó por invertir en nuevas tecnologías de detección en la frontera, ya que el 96% del fentanilo entra a Estados Unidos por los puertos fronterizos oficiales.

En los cuestionamientos de los senadores, el republicano Lindsey Graham preguntó: “¿los cárteles de la droga controlan partes de México?”, a lo que  Blinken se limitó a decir que: “creo que es justo decir que sí”.

La Secretaria de Prensa de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre rechazó en conferencia de prensa las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en las que acusaba a Estados Unidos de destruir el gasoducto Nord Stream y de intentar “arruinar” la candidatura de Donald Trump de cara a las elecciones presidenciales de 2024.

Al ser consultada sobre estas dos aseveraciones, la funcionaria contestó: “claramente los dos primeros no son ciertos. Así que quiero dejar registro de ello”.

Las declaraciones de AMLO surgieron en un intento por minimizar lo expuesto por el Departamento de Estado en su informe anual sobre Derechos Humanos.

López Obrador ha señalado que el problema de consumo de fentanilo es un problema estadounidense, y no mexicano, lo que Jean-Pierre negó y por el contrario, dijo que se trata de un “problema global”.

“El tráfico de drogas ilícitas está causando daños en la sociedad, muertes innecesarias y sufrimiento, y no solo aquí, también en México”, sostuvo la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca.

Sobre otro de los señalamientos de AMLO, la portavoz del gobierno estadounidense indicó que es mentira que el gobierno de Estados Unidos haya autorizado un ataque de 2022 a los gasoductos Nord Stream.

Por su parte, el viceportavoz del Departamento de Estado estadounidense, Vedant Patel, respondió al mandatario mexicano, que tachó a la dependencia “mentirosa” y lo acusó de creerse el “gobierno del mundo”, diciendo que su país no intenta ocultar sus problemas internos “bajo la alfombra”.

Finalmente, Jean-Pierre aseguró que Estados Unidos ve en México un “socio vital” y confió en seguir mejorando las relaciones entre ambos países, aunque fue clara en apuntar que “se corregirá” cuando lo expuesto no sea cierto.

Recordó que el presidente Joe Biden visitó nuestro país a inicios de año para reunirse con López Obrador y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

“Fue una cumbre muy buena, con buenas conversaciones bilaterales cuando tuvieron la oportunidad durante la cumbre, por lo que vamos a intentar y continuar haciendo crecer esa relación”, aseguró Jean-Pierre.

Los agentes de las agencias de Estados Unidos no pueden introducirse en México sin el conocimiento del gobierno federal, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

“Que no puedan introducirse en nuestro territorio sin que nosotros sepamos, como pasaba anteriormente, entraban sin pedir permiso, se metían hasta la cocina e incluso daban ordenes y dirigían operaciones. Eso ya no se permite”, comentó el mandatario.

López Obrador dijo que, durante la reunión de ayer con legisladores y otros representantes del gobierno estadounidense en Palacio Nacional, se habló de seguridad y también sobre fentanilo, tema sobre el cual se produjo una polémica en las últimas semanas, ante la presencia en México de esta droga que ha matado a más de 80,000 personas en Estados Unidos el año pasado.

A raíz de esto, legisladores republicanos estadounidenses anunciaron una iniciativa para que las Fuerzas Armadas de su país intervinieran en México. “Quedó claro que eso no lo aceptamos”, sentenció López Obrador, aunque, dijo, ese tema no se trató el domingo.

Sobre este tema, el mandatario volvió a cambiar el discurso del gobierno, al volver a señalar que en México no se produce fentanilo, sino que se introduce de Asia y llega al país, pero también llega “de manera directa” a Estados Unidos.

“De manera muy irresponsable culpan a México”, lamentó, y dijo que en el país ha habido una incautación de seis toneladas de fentanilo. Cada kilo, dijo, sirve para 1 millón de dosis de la droga.

La insistencia de López Obrador sobre el tema se da a pesar de que la semana pasada reconoció que sí se producía en México fentanilo, además de que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha informado en varias ocasionas haber desmantelado laboratorios en el norte del país.

Estas declaraciones se suman al debate entre los gobiernos de Estados Unidos y México respecto al combate al fentanilo, pues ambos han asegurado que faltan acciones para enfrentar esta problemática y se han acusado mutuamente de no atender la situación debidamente.

La polémica se agudizó tras el secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, de los que dos fueron asesinados.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) manifestó este viernes que, a diferencia de Estados Unidos, el consumo de drogas, especialmente de fentanilo, no está extendido en todo el país y es solo en algunos estados o ciudades.

“Nosotros no tenemos el problema que, lamentablemente, padecen en Estados Unidos. Volvemos a lo mismo: por nuestra cultura y donde tenemos nosotros mayor consumo de drogas es en algunos estados o ciudades, pero no está extendido en el país”, afirmó el mandatario esta mañana.

López Obrador reiteró, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, que se deben atender las causas del consumo de drogas no solo los efectos.

“No es: a ver, vamos a decomisar fentanilo. ¡Claro que lo vamos a hacer! Pero lo que nos debe de importar más es que no haya quien consuma fentanilo ni de ninguna droga”, añadió.

Afirmó que la solución no es acabar con las drogas químicas, porque se pueden crear unas nuevas, sino que lo que hay que buscar es que “no haya consumo y algo está sucediendo si crece el consumo”, enfatizó.

Estas declaraciones se dan en medio de las críticas que se han hecho políticos de Estados Unidos respecto al combate al fentanilo, pues ambos países se han señalado de que faltan acciones para enfrentar esta problemática y se han acusado de no atender la situación debidamente.

La polémica se agudizó tras el secuestro de cuatro estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, de los que dos fueron asesinados, y la consecuente propuesta de congresistas republicanos de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas para que su Ejército pueda combatirlos.

López Obrador ha negado en distintas ocasiones que en México se produzca fentanilo, aunque el pasado jueves afirmó que “sí hay producción” de esta sustancia en el país, pero puntualizó que la materia prima proviene de Asia.

Asimismo, ha dicho que seguirá cooperando para que el fentanilo que el crimen organizado produce en el país no llegue a Estados Unidos, y mantuvo sus reproches al vecino del norte que cargue toda la culpa sobre ellos.

Y es que México y Estados Unidos llevan días buscando esfuerzos conjuntos para detener el tráfico de armas y de fentanilo, pese a que los reclamos en Washington en contra del gobierno de López Obrador aumentan.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con Eric Olson, Global Fellow en el Instituto México del Wilson Center, sobre los retos en materia de seguridad entre ambos países.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) reconoció este jueves que en México sí se produce fentanilo, pese a que en los últimos días lo había negado, llegando incluso a reclamarle este punto al gobierno estadounidense.

Cuestionado sobre si en México hay laboratorios que producen fentanilo, el mandatario dijo que sí, pero sostuvo que la mayoría de esta droga que llega a Estados Unidos y Canadá no proviene de ellos.

“No es México el país que más introduce fentanilo a Estados Unidos, sostengo que llega más fentanilo de manera directa a Estados Unidos y Canadá que lo que llega a México. Aquí lo que se hace son pastillas, las troquelan”, dijo en su mañanera.

Aunque López Obrador admitió que en México “sí hay productores” de esta sustancia, justificó que las autoridades “destruyen laboratorios” de forma constante.

Apenas la semana pasada, el jueves 9 de marzo aseguró que México no producía y consumía fentanilo.

“Aquí nosotros no producimos fentanilo, no tenemos consumo de fentanilo. Y lamentamos mucho lo que está pasando en Estados Unidos, pero ¿por qué ellos no atienden el problema? ¿Por qué no combaten la distribución de fentanilo en Estados Unidos?”, reprochó entones el presidente.

Ese mismo día, autoridades de nuestro país se reunieron con la encargada de La Casa Blanca contra el fentanilo, Elizabeth Sherwood-Randall, para abordar el tráfico de este opioide sintético fabricado en México con químicos de China, que ha causado cientos de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos.

Un día después, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, quien también estuvo presente en el encuentro, dijo que México sí reconocía que el fentanilo es un problema en el país. “En nuestras conversaciones puedo decir que hay reconocimiento de que el fentanilo es un problema en México”, expuso.

Todo ello en medio de la polémica desatada por el secuestro de cuatro estadounidenses en la ciudad fronteriza de Matamoros, Tamaulipas, de los que dos fueron asesinados, y que derivó en la propuesta de congresistas republicanos para designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lo cual permitiría que su Ejército pueda combatirlos, incluso en nuestro país.

Tras los dimes y diretes, López Obrador incidió esta mañana que México seguirá cooperando para que el fentanilo que el crimen organizado produce en el país no llegue a Estados Unidos, pero reprochó al vecino del norte que cargue toda la culpa a nuestro país.

“No se si ustedes sepan, pero allá no hay carteles, allá (el narcotráfico) es por telepatía. No hay narcotráfico ni laboratorios, no hay mafias allá”, dijo de forma irónica, al señalar que el fentanilo también entra directamente a Estados Unidos desde Asia.

Ayer, el mandatario propuso buscar un sustitutivo al fentanilo que se emplea con fines médicos, y aseguró que científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ya trabajan en ello.

El Departamento de Estado de Estados Unidos emitió este miércoles una nueva alerta de viaje para los estadounidenses que planeen pasar las vacaciones en México, los llamados Spring Breakers.

La notificación advierte a los viajeros que tengan mayor precaución, especialmente después del anochecer, en varios destinos turísticos del Caribe mexicano que se han visto afectados por la violencia de los cárteles del narcotráfico.

La alerta les advierte a los ciudadanos estadounidenses “extremar sus precauciones en las zonas céntricas de los lugares más frecuentados durante las vacaciones de primavera, incluyendo Cancún, Playa del Carmen y Tulum, especialmente al anochecer”.

El Departamento de Estado señaló también que varios ciudadanos norteamericanos “se han enfermado gravemente o han muerto en México después de consumir drogas sintéticas o píldoras recetadas adulteradas”.

Esa advertencia siguió a informes de que algunas farmacias en México ofrecen libremente sedantes y otros medicamentos que en Estados Unidos sólo se pueden vender con receta. Sin embargo, estas pastillas podrían ser falsificadas y contener el letal opioide sintético fentanilo.

La alerta también señaló que “el alcohol no regulado podría estar adulterado”, y que “ciudadanos estadounidenses informaron haber perdido el conocimiento o lesionarse después de consumir alcohol que posiblemente estaba adulterado”.

Y es que ha habido una serie de actos de violencia a lo largo del Caribe, la joya de la corona del sector turístico de nuestro país.

En 2022, dos canadienses fueron asesinados en Playa del Carmen, aparentemente por deudas entre bandas internacionales de traficantes de drogas y armas.

En 2021, más al sur, en Tulum, dos turistas, una bloguera de viajes de California nacida en la India y una alemana, quedaron atrapadas en un aparente fuego cruzado de narcotraficantes rivales y murieron.

Sobre el caso del fentanilo, que se menciona en la alerta de viaje, el canciller Marcelo Ebrard calificó como una “ingratitud” las críticas que México ha recibido por parte de Estados Unidos por su supuesta falta de cooperación en el combate contra el fentanilo.

Ebrard aseguró que México ha decomisado más que aquel país e incluso ha sufrido 75 bajas de elementos policiacos en esta estrategia.

“Es una ingratitud, por decir lo menos, que algunos representantes populares (de Estados Unidos), que están en campaña, digan que México no hace nada o no hace lo suficiente cuando nosotros incautamos más fentanilo que ellos”, dijo Ebrard durante un breve encuentro con medios tras participar en el STS Forum Latinoamérica y el Caribe.

El funcionario destacó que México ha incautado seis toneladas y media de fentanilo, lo cual ha evitado que esta sustancia llegue al mercado estadounidense.

Es por ello, que el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) anunció que iniciarán 692 reuniones a lo largo y ancho de la Unión Americana para dar a conocer los esfuerzos que se realizan en México.

El titular de la SRE mencionó que este eje de acción se da a la par del interés de México de que el consumo de esta droga no crezca, así como por ser parte de los compromisos alcanzados entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden.

Esta mañana, el mandatario mexicano criticó la falta de acciones del gobierno de Estados Unidos en la lucha contra el y dijo que se les hace “fácil culpar a México” por el tráfico de este producto en territorio estadounidense.

Ebrard adelantó que también se lanzará una campaña informativa de forma binacional para alertar sobre el consumo de esta sustancia, así como de otras que utilizan al fentanilo para enganchar a más ciudadanos en ambas naciones.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) insistió en sus criticas sobre lo que él considera la falta de acciones del gobierno de Estados Unidos en la lucha contra el fentanilo.

López Obrador acusó que a los políticos les hace “fácil culpar a México” por el tráfico de este producto en territorio estadounidense.

“Estamos haciendo mucho en México. Ahora los políticos republicanos, y algunos también demócratas, en Estados Unidos que no han hecho nada porque allá se distribuye esta droga y no se sabe de decomisos, ni de detenciones a los que se dedican a su distribución, ni siquiera hay difusión en los medios informativos del daño que causa este fentanilo”, reclamó.

López Obrador dijo que en Estados Unidos “se les hace fácil culpar a México”, de manera injustificada, “por politiquería, por hipocresía” del tráfico del fentanilo.

AMLO aprovechó para reiterar que se rechaza que el gobierno estadounidense intervenga en territorio mexicano para combatir a los cárteles del narcotráfico.

“Bueno se han atrevido a decir que van a presentar una iniciativa para que el Ejército estadounidense detenga a las bandas mexicanas, violando nuestra soberanía. Eso nunca, jamás lo vamos a permitir”, sostuvo.

Las declaraciones de López Obrador se dan luego de que el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, asegurara que el combate contra el fentanilo y el tráfico ilegal de armas son una prioridad para el gobierno del presidente Joe Biden.

López Obrador también acusó además que los legisladores y autoridades estadounidenses “no están haciendo su trabajo” ya que no están atendiendo las causas que originan esta problemática.

“No hay programas de atención a los jóvenes de EE.UU. ¿Por qué es la adicción? ¿Por qué el joven recurre a las drogas?”, cuestionó.

López Obrador agregó que solicitará a médicos y científicos del país analizar la posibilidad de que se pueda sustituir al fentanilo que llega al país con fines médicos, por otros analgésicos para “dejar de usarlo”.

“A ver si es posible, porque antes se usaban otros analgésicos y entonces, aunque tenemos el control que no se tenía antes sobre el ingreso del fentanilo con uso médico, de todas formas, al estar prohibido, ya no habría ninguna posibilidad de que pudiese importarse y lo sustituimos por otro analgésico. A ver si esto es viable”, reveló.

El compromiso, agregó, será que todo lo que ingrese al país de manera ilegal será combatido.

Finalmente, señaló que si la propuesta avanza, se va a solicitar que en Estados Unidos hagan lo mismo, “que prohíban el fentanilo para usos médicos”, remató.

Arturo Sarukhán

EL UNIVERSAL

 

Una serie de diatribas y exabruptos la semana pasada de nueva cuenta subrayan lo que ha sido una de las inconsistencias y contradicciones persistentes a lo largo de este sexenio desde el atril presidencial en Palacio Nacional de la Ciudad de México cuando de política exterior se trata. La presión desde Washington a raíz de la política de seguridad pública mexicana, particularmente por el tráfico de fentanilo y sus precursores a través de nuestro territorio, se ha venido acrecentando desde hace meses. Con ello ha resurgido un debate que se ha dado en coyunturas anteriores -algunas veces motivado con ánimo de apoyar a México (Bush, Obama) y en otras como resultado de la fanfarronería (Trump) o de la politización o diagnóstico equivocado (ahora, con legisladores y ex funcionarios Republicanos)- en torno a si la designación de grupos criminales trasnacionales en México como organizaciones terroristas internacionales (mi columna de 2019 en estas páginas explica el proceso y los inconvenientes de esa medida) movería o no la aguja en su degradación operativa. Ahora, ambos temas han sido turbocargados por el secuestro de cuatro -y asesinato de dos- estadounidenses en Matamoros. En respuesta a esta confluencia de eventos, el Presidente López Obrador mandó al diablo los principios de política exterior en los que, como muletilla, se escuda pero observa a contentillo.

Y es que parece que por fin sí vamos a intervenir abierta y proactivamente en los asuntos internos de Estados Unidos. El que López Obrador exija que funcionarios, legisladores, ONG y medios de comunicación estadounidenses no lo hagan en lo que él considera son temas que solo atañen a México y a los mexicanos es lo de menos. El presidente rápidamente dijo el viernes que hará un llamado a los “40 millones” (sic) mexicanos en EE.UU para que castiguen con su voto a los Republicanos que ahora proponen -de manera descabellada e irresponsable, sin duda alguna- acciones militares unilaterales. El que Trump en 2019 hubiese amagado con hacer lo mismo que sus correligionarios del GOP hoy -designar a grupos criminales como organizaciones terroristas- y que luego ya como expresidente haya fanfarroneado con el uso de la fuerza militar en México y el inquilino de Palacio Nacional no dijese ni pío (bueno, si hasta subrayó en ese momento que el ex mandatario “me cae bien”), no deja de ser una incongruencia más. Pero este episodio de renovado brío intervencionista en la política exterior presidencial requiere de dos apuntes.

Primero, los datos duros y la terca realidad. Hay cerca de 39 millones de mexicanos y méxicoamericanos (ciudadanos estadounidenses que tienen raíces u origen mexicano) en EE.UU. De ese total, 11 millones son nacidos en México, de los cuales 5 millones son indocumentados; es decir, evidentemente no pueden votar ahí. Del restante, no todos ostentan la doble nacionalidad y un buen número de ellos son aún menores de edad. Por ende, estamos hablando de cerca de un universo de aproximadamente 15 millones a lo sumo que podrían votar. Si bien la mayoría lo hacen por el Partido Demócrata, y ello explica ganancias importantes en estados como Arizona, Colorado, Nevada y Georgia, en 2016 y 2020 el número de votantes de origen mexicano votando por el Partido Republicano ha aumentado significativamente (sobre todo entre hombres adultos jóvenes) sobre todo en Florida y el sur de Texas. En esta última zona en particular, cabe destacar que el aumento del voto a favor del GOP -y de Trump- en 2020 está relacionado con los abrazos de López Obrador a Trump en la Casa Blanca en plena campaña electoral ese año y el alcahueteo electoral vía spots que la campaña de reelección de Trump hizo de las declaraciones zalameras del mandatario mexicano.

Los hispanos en general, que se estima que 34.5 millones de ellos fueron elegibles (poco más de la mitad de todos los hispanos en el país, 53 por ciento) para votar en 2020, constituyen un 14.3 por ciento del total de votantes elegibles en Estado Unidos. A nivel nacional, emitieron 16.6 millones de votos en 2020, un aumento del 30.9 por ciento con respecto a las elecciones presidenciales de 2016, y apoyaron a Biden sobre Trump por un margen de casi 3 a 1 en Arizona, California, Colorado, Illinois, Nuevo México, Nevada, Nueva York, Pensilvania y Wisconsin. Los hispanos eligieron a Biden sobre Trump con un margen de 2 a 1 o más en los estados de Texas, Georgia, Washington y Florida. Una cómoda mayoría de votantes de origen hispano, aproximadamente el 61 por ciento, apoyó al presidente Biden, pero hubo un giro de aproximadamente 8 puntos porcentuales hacia Trump, según datos a boca de urna comparando candidatos Demócratas y Republicanos en 2016 y 2020.

Segundo apunte. Particularmente en los temas de seguridad binacional, los episodios de tensión tienden a favorecer posiciones de los extremos en ambos países. Asignar culpas nacionales a los que son sin duda problemas trasnacionales ha sido una posición default -y errónea- a ambos lados de la frontera en momentos distintos de la relación bilateral. Si el problema es común, la solución tiene que ser común, y solo avanzaremos si asumimos una responsabilidad compartida. Pero de por sí Trump evisceró ese principio no escrito de la relación bilateral a largo de su mandato; ahora, los legisladores Republicanos que han abogado por acciones unilaterales -y contrarias al derecho internacional- y López Obrador que declara que el fentanilo no es nuestro problema, lo están profundizando. Esta dinámica en la que nos estamos metiendo no conviene a ninguno de los dos países, pero me temo que estamos desafortunadamente en un contexto así en este momento.

Y con sus declaraciones de que México cabildeará en contra de candidatos Republicanos en las elecciones de 2024, el presidente amenaza con contaminar aún más la agenda bilateral con EE.UU camino a dos procesos electorales presidenciales simultáneos en una y otra nación y en el contexto de la peor relación -desde los ochenta- de un titular del Ejecutivo mexicano con el Congreso estadounidense, un actor central y clave de la agenda con nuestro país. De por sí los Demócratas, cabreados por la manera en la cual López Obrador se posicionó con respecto a Trump, la campaña electoral de 2020, la victoria de Biden y los actos sediciosos del 6 de enero de 2021, tienen una larga lista de tintorería. Ahora con este llamado para hacer campaña contra el GOP, junto con sus ataques ad hominem constantes en contra de legisladores Republicanos y Demócratas por igual que se han venido acumulando, el presidente está haciendo que críticas y cuestionamientos legislativos de ambos partidos sobre México y la relación bilateral crecientemente converjan, de paso colocándonos sobre una pista de patinaje de hielo quebradizo cara a 2024, sobre todo si llegase a imponerse un candidato Republicano.

Al final del día, este nuevo y complejo episodio en la relación con EE.UU pone de relieve una gran paradoja. Para un presidente que afirma como posición de arranque que la mejor política exterior es la política interna, son precisamente las debilidades estructurales internas del país y muchas de las políticas públicas del mandatario mexicano las que se erigen como vulnerabilidades y flancos de presión cara al extranjero, particularmente en una relación tan esencial, asimétrica e interméstica (sí, a pesar de lo que quisiera López Obrador, no hay manera de separar los temas de política interna de cada país del impacto e incidencia que tienen en la agenda bilateral) como la que hay con Estados Unidos.

El combate contra el fentanilo y el tráfico ilegal de armas son una prioridad para el gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó el embajador en México, Ken Salazar.

Sobre el primer tema, Salazar señaló que su país invirtió más de 25,000 millones de dólares en tratamientos para adicciones e interdicción de narcóticos ilícitos.

Mientras que en el segundo, indicó que las autoridades estadounidenses “han incrementado en 300% el decomiso de armas de fuego que, sin estos esfuerzos, habrían llegado a México”.

En un comunicado emitido por la embajada de Estados Unidos en México, el diplomático recordó que en la reciente reunión entre Biden y del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se comprometieron para unir esfuerzos contra el tráfico ilegal de fentanilo y armas por el daño que representan para el bienestar de ambas naciones.

“El combate contra el fentanilo es una prioridad para el presidente Biden, en la cual México es un socio crucial”, remarcó Salazar.

Expuso que entre las acciones para atender la crisis del fentanilo en Estados Unidos está la propuesta para el año fiscal 2023 que incluye 42,000 millones de dólares para esfuerzos de política de drogas para vencer la epidemia de sobredosis.

Dijo que también está el Plan de Rescate estadounidense en el que invirtieron “5,000 millones de dólares en servicios de adicción y salud mental, incluida una inversión histórica de 30 millones de dólares en reducción de daños”.

Salazar recordó que en 2021, el gobierno del presidente Biden destinó más de 93 millones de dólares en el programa Comunidades Libres de Drogas de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas (ONDCP), la cifra más alta para este programa enfocado a jóvenes y familias.

Sobre el tráfico ilegal de armas, dijo que en la Ley Bipartidista de Comunidades Más Seguras “por primera vez, se le tipifica como un delito con sanciones que pueden llegar hasta los 25 años de cárcel”, y apuntó que año con año se decomisan en Estados Unidos más de 600,000 armas.

Este lunes, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el canciller Marcelo Ebrard, mantuvieron una conversación telefónica para abordar la cooperación en materia de seguridad, en medio de la tensión entre ambos países por el secuestro y asesinato de dos estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas.

Además, comentaron la visita de la semana pasada a México de la encargada de La Casa Blanca para este asunto, Elizabeth Sherwood-Randall, para “interrumpir la cadena de suministro de drogas sintéticas y reducir los riesgos del consumo”.

Luego del secuestro de los cuatro estadounidenses, la oposición republicana pidió declarar como organizaciones terroristas a los cárteles mexicanos, lo que permitiría una intervención militar en territorio mexicano. Sin embargo, esta propuesta ha sido descartada por La Casa Blanca.

La sola propuesta causó el enojo del presidente López Obrador, quien ha calificado a los republicanos de “mequetrefes” e “intervencionistas”.

Ana Paula Ordorica platica con Eric Olson, Global Fellow en el Instituto México del Wilson Center, sobre los esfuerzos conjuntos de México y Estados Unidos para detener el tráfico de armas y de fentanilo, pese a los reclamos que crecen en Washington en contra del gobierno de López Obrador.

Estados Unidos insistió este viernes en que el fentanilo es un problema “global” y, reiteró que la lucha para hacer frente a esa droga debe ser compartida, esto en medio de la polémica en materia de cooperación en seguridad con México.

“El fentanilo es un problema que no afecta solo a Estados Unidos. Afecta a todos los países. Es una cuestión global”, dijo ante la prensa John Kirby, uno de los portavoces de La Casa Blanca.

La declaración del gobierno estadounidense llega después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) señalara ayer que México no fabrica ni consume ese potente opioide sintético.

“Aquí nosotros no producimos fentanilo y nosotros no tenemos consumo de fentanilo. Y lamentamos mucho lo que está pasando en Estados Unidos, ¿pero por qué ellos no atienden el problema, no combaten la distribución de fentanilo en Estados Unido”, reclamó el mandatario..

El fentanilo fue uno de los temas destacados de la Cumbre de Líderes de América del Norte que se celebró en enero pasado en Ciudad de México y reunió a López Obrador, al presidente estadounidense, Joe Biden, y al primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

Kirby recalcó este viernes ante la prensa que se va a mantener el trabajo conjunto para frenar el flujo de precursores químicos que se utilizan para hacer fentanilo, para aumentar los decomisos antes de que esa droga llegue a la gente y para garantizar que sus responsables rindan cuentas.

Elizabeth Sherwood-Randall, asesora de La Casa Blanca para Seguridad Nacional, se reunió ayer con contrapartes mexicanas, incluido el presidente López Obrador, con el fentanilo como punto central de la agenda.

López Obrado describió la reunión con la funcionaria estadounidense como “muy buena”. “Hablamos de fentanilo, del tráfico de armas y de la decisión del presidente Joe Biden de respetar nuestra soberanía”, enfatizó.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, afirmó este viernes a Estados Unidos que su Gobierno ha combatido el fentanilo como “nadie” tras la visita de la encargada de la Casa Blanca para este asunto, Elizabeth Sherwood-Randall.

Además, el presidente dijo que “en el tiempo que llevamos es cuando más se ha confiscado fentanilo, seis toneladas, y hagan la cuenta, por cada kilo de fentanilo es un millón de dosis, y lo que hemos decomisado son seis toneladas, 60.000 kilos, no lo ha hecho nadie”, asegurando así que su gobierno combate el fentanilo como “nadie”.

La reunión se produjo en medio de la polémica desatada por el secuestro de cuatro estadounidenses el pasado viernes en Matamoros, Tamaulipas, de los que dos fueron asesinados, además de las propuestas de congresistas del Partido Republicano de declarar la guerra a los cárteles mexicanos y designarlos como organizaciones terroristas.

Al respecto,el presidente volvió a rechazar este viernes las propuestas de los republicanos, recordándoles que “a México se le respeta” y preguntándose “qué se creen estos mequetrefes” al presentar un plan de ese tipo.

“Son tres o cuatro, son varios que están planteando esto, desde luego, vil politiquería, pero tampoco para quedarnos callados y decir ‘no les hagas caso, es solo para quedar bien con los ultra conservadores de Estados Unidos, los antimexicanos de Estados Unidos’, buscan utilizarnos”, reclamó el mandatario.

López Obrador informó que el canciller Marcelo Ebrard viajará a Estados Unidos para recabar toda la información sobre las iniciativas, además de que indicó que se trabajará con los consulados mexicanos en territorio estadounidense para que puedan informar a sus compatriotas que viven y trabajan en ese país y responder “de manera directa” a los congresistas republicanos.