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El presidente ruso, Vladimir Putin, sugirió este jueves que el desplome aéreo en el que murió el jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, fue causado por la detonación de granadas de mano en el interior de la aeronave, y no por un ataque con misiles.

El avión privado Embraer en el que Prigozhin viajaba a San Petersburgo se desplomó el pasado 23 de agosto al norte de Moscú, causando la muerte de las 10 personas que iban a bordo, entre ellas otros dos altos cargos de Wagner, los cuatro guardaespaldas de Prigozhin y una tripulación de tres personas.

Putin sugirió que el avión fue volado desde dentro, compartiendo así lo que el jefe del comité de investigación ruso le había informado hace unos días.

“Se encontraron fragmentos de granadas de mano en los cuerpos de los fallecidos en el accidente”, dijo Putin en una reunión del Club de Debate Valdai en la localidad turística de Sochi, en el mar Negro.

“No hubo impacto externo en el avión, eso es un hecho establecido”, dijo Putin, desmintiendo los señalamientos de funcionarios estadounidenses, que apuntaban que lo sucedido pudo haberse tratado de un derribo.

Putin no dio más detalles sobre cómo pudieron detonarse una o varias granadas a bordo, pero dijo que creía que los investigadores se equivocaban al no haber realizado pruebas de alcohol y drogas a los cadáveres de los fallecidos en el accidente, dado que en el pasado se habían encontrado cantidades de cocaína en la oficina de Wagner en San Petersburgo.

Los investigadores a cargo de lo ocurrido aún no han informado públicamente sobre la causa del desplome.

Recordemos que el motín de Prigozhin supuso el mayor desafío al Gobierno de Putin desde que el exespía del KGB llegó al poder en 1999. Los diplomáticos occidentales afirman que puso de manifiesto las tensiones que sufre Rusia por la guerra de Ucrania.

El jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, fue sepultado este martes en San Petersburgo, su ciudad natal, a puerta cerrada y en medio de extremas medidas de seguridad, en un funeral al que no asistió el presidente, Vladímir Putin.

La ceremonia estuvo marcada por el secretismo, ya que las autoridades temían posibles incidentes por parte de los más radicales partidarios de Prigozhin, algunos de los cuales acusan a Putin de ordenar su asesinato.

Las muestras de duelo por la muerte del “Héroe de Rusia” no se limitaron a la antigua capital zarista, ya que en Moscú sus correligionarios han erigido un imponente altar a escasa distancia de la plaza Roja.

Menos de medio centenar de familiares y estrechos colaboradores pudieron despedirse del líder de los mercenarios wagneritas en el cementerio Porojóvskoye.

Según medios cercanos a Wagner, la familia eligió dicho ligar por ser donde yacen también los restos del padre del empresario.

Prigozhin falleció el pasado 23 de agosto cuando se estrelló el avión privado en el que volaba a unos 300 kilómetros al noroeste de Moscú.

La prensa local y extranjera no tuvo conocimiento en ningún momento del lugar del entierro hasta que éste ya se había consumado, por lo que incluso se especuló con que sería sepultado en el mismo cementerio que los padres de Putin, también oriundo de San Petersburgo.

En las escasas imágenes ofrecidas por la televisión se ve como la tumba de Prigozhin está presidida por una foto, varios ramos de rosas rojas y una cruz techada.

Las autoridades no informaron de incidentes en las inmediaciones del cementerio, donde la Guardia Nacional se encargó de la seguridad acompañada de perros detectores de explosivos.

Pese al reconocimiento que hiciera Putin tan pronto se conociera su muerte, no hubo funeral de Estado para Prigozhin, que protagonizó hace dos meses una fallida rebelión militar contra el Kremlin, que le acusó entonces de traición.

No hubo ni salvas de honor ni orquesta militar como es habitual en el entierro de un Héroe de Rusia, según informes de la prensa local.

El Comité de Instrucción de Rusia confirmó el pasado domingo la identificación del cadáver de Prigozhin y los de los otros nueve fallecidos en el siniestro de su avión Embraer.

Pero, por el momento, no hay avances en la investigación sobre las causas del siniestro, que Putin calificó en su mensaje de condolencias de “catástrofe aérea”.

La versión de un misil lanzado por error por las baterías antiaéreas rusas aún no ha desaparecido de las redes sociales, aunque las autoridades siguen inclinándose más por una explosión a bordo, por un fallo técnico o incluso un error de pilotaje.

La Comisión Investigadora de Rusia informó este fin de semana que confirmó, mediante pruebas de ADN, que el fundador del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, murió en el avión que se desplomó la semana pasada cerca de Moscú.

Svetlana Petrenko, portavoz de la Comisión, señaló en un comunicado que, por medio de exámenes forenses y genéticos, se identificaron los 10 cuerpos recuperados en el lugar de los hechos, y los hallazgos “coinciden con la lista” de pasajeros.

Pese al informe sobre la identificación de los cuerpos, no se ofrecieron detalles sobre las causas que podrían haber provocado la caída del avión.

La autoridad de aviación civil de Rusia dijo que Prigozhin, de 62 años, y algunos de sus principales lugartenientes, estaba en la lista de pasajeros que viajaban en el avión, además de los tripulantes.

Los siete pasajeros y tres miembros de la tripulación fallecieron cuando el avión se desplomó entre Moscú y San Petersburgo, ciudad natal de Prigozhin.

Recordemos que hace dos meses, Prigozhin orquestó una rebelión contra las fuerzas armadas rusas, y llevó a sus mercenarios desde Ucrania hacia Moscú. El presidente ruso Vladímir Putin señaló que la acción había sido una “traición” y prometió un castigo para aquellos involucrados.

En lugar de ello, el Kremlin llegó a un acuerdo con Prigozhin para poner fin a la revuelta armada, y le indicó que podría salir libre sin enfrentar algún cargo y que se podía reubicar en Bielorrusia.

Sin embargo, una evaluación preliminar de los servicios de inteligencia estadounidenses concluyó que una explosión intencionada provocó la caída del avión. Eso provocó que las sospechas de que el presidente ruso era el artífice del posible atentado, crecieran. El Kremlin las rechazó esto al calificarlo como una “completa mentira”.

Uno de los funcionarios occidentales que describió la evaluación inicial dijo que determinó que Prigozhin era “muy probablemente” el objetivo y que una explosión estaría en línea con la “larga historia de Putin de tratar de silenciar a sus críticos”.

El segundo al mando de Prigozhin, Dmitry Utkin, así como el cerebro de la logística de Wagner, Valery Chekalov, también murieron en el incidente. Se cree que Utkin fue el fundador de Wagner y bautizó al grupo con su nombre de guerra.

El destino de Wagner, que hasta hace poco desempeñaba un papel destacado en la campaña militar rusa en Ucrania y participaba en varios países de África y Medio Oriente, sigue siendo incierto.

En tanto, el Kremlin afirmó este lunes que no sabe cómo y cuándo se celebrará el funeral de Prigozhin, ya que dijo, las decisiones al respecto las toma la familia del empresario.

“Esas decisiones siempre se toman con los familiares y se basan, en primer lugar, en el deseo de los familiares”, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su conferencia de prensa diaria.

Peskov agregó que por el momento no tiene información sobre el funeral de Prigozhin, distinguido con el título Héroe de Rusia. “Cuando haya una decisión, esta se hará pública”, aseguró.

Al ser cuestionado sobre si el presidente ruso, Vladímir Putin, planea asistir al entierro, el portavoz del Kremlin señaló que de momento no se sabe “cuándo y cómo” se celebrarán los funerales, por lo que “no puede haber ahora una respuesta a esa pregunta”.

Según canales de Telegram cercanos al Grupo Wagner, el último adiós a Prigozhin tendrá lugar mañana, martes, en San Petersburgo, su ciudad natal. Al funeral asistiría solo el círculo íntimo del jefe de Wagner, indicó VCHK-OGPU.

Mercenarios del Grupo Wagner han comenzado a entrenar a las tropas bielorrusas en un campamento cerca de la ciudad de Osipóvichi, a 230 kilómetros de la frontera ucraniana, confirmó este viernes el Ministerio de Defensa bielorruso.

“Cerca de Osipóvichi tienen lugar entrenamientos de las defensas territoriales”, señala un mensaje de Defensa en Telegram, en el que se indica que las tropas locales son entrenadas en algunas disciplinas militares por “instructores de la empresa militar privada Wagner”.

El ministerio publicó también un vídeo de los entrenamientos con comentarios de algunos de sus soldados sobre los mercenarios.

“Ellos participaron en acciones de combate y esto, claro está, es una experiencia muy útil para nuestro Ejército bielorruso, que no participó en combates reales desde la guerra (soviética) de Afganistán”, señaló un soldado.

“Son gente muy preparada, que saben lo que hacen, pueden enseñarnos muchas cosas. Es una herramienta muy útil”, indicó otro de los soldados.

Esta semana el Ministerio de Defensa bielorruso adelantó que planeaba aprovechar la llegada de Wagner al país para realizar un “intercambio de experiencias” entre el Ejército regular bielorruso y los paramilitares rusos.

Hace una semana las autoridades bielorrusas afirmaron que los mercenarios de Wagner, que debían trasladarse a ese país tras el fracaso de la sublevación de junio pasado, aún no se encontraban en la base ofrecida por Minsk.

El presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko, dijo previamente que el Grupo Wagner es la unidad “más experimentada en combates” y que “puede servir a la defensa de Bielorrusia si el país es atacado”.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, afirmó que la respuesta de Vladímir Putin al intento de rebelión del Grupo Wagner fue débil y aseguró que el líder ruso está perdiendo el control de su propio pueblo.

En una entrevista con CNN, el mandatario ucraniano declaró que “todo ese poder vertical” que Putin solía tener “se está desmoronando”.

“Vemos la reacción de Putin. Es débil”, dijo Zelensky a la periodista Erin Burnett de CNN en Odesa, en una entrevista que se publicará completa el próximo miércoles y de la que ya se han emitido algunos fragmentos.

Recordemos que el pasado 24 de junio, algunos militares del grupo Wagner, liderados por Yevgueni Prigozhin, iniciaron una sublevación y tras declararse en rebeldía ocuparon la ciudad de Rostov en el Don y enviaron cuatro columnas hacia Moscú.

Un día después, el propio líder del grupo Wagner anunciaba su retirada, tras la mediación del líder bielorruso Alekandr Lukashenko, y el retorno de sus combatientes a las bases permanentes. Tras un acuerdo con el Kremlin, Prigozhin se trasladó a Bielorrusia y no podrá haber cargos contra él.

El objetivo declarado de Prigozhin, que no consiguió, era la destitución del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y del jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, Valeri Guerásimov, a quienes desde hace meses responsabiliza de los reveses militares en Ucrania y del elevado número de bajas entre las fuerzas rusas.

En opinión de Zelenski, lo sucedido demuestra que Putin “no controla todo”. “El hecho de que Wagner se adentra profundamente en Rusia y toma ciertas regiones muestra lo fácil que es hacerlo. Putin no controla la situación en las regiones”, afirmó Zelenski.

El mandatario ucraniano declaró que aunque los esfuerzos de Kiev se han centrado en recuperar territorio en el sur y el este de Ucrania, su objetivo final es liberar Crimea, la península anexada por Rusia en 2014. “No podemos imaginar Ucrania sin Crimea. Y mientras Crimea está bajo la ocupación rusa, solo significa una cosa: la guerra aún no ha terminado”, dijo.

Si no se consigue liberar el territorio, añadió, no podrá ser considerada una victoria.

El jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, planeaba capturar a líderes militares rusos como parte de la rebelión que puso en marcha el pasado fin de semana y que adelantó después de que la inteligencia rusa descubriese su plan, según The Wall Street Journal (WSJ).

Citando a fuentes occidentales, el diario informa que originalmente Prigozhin preveía capturar al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y al jefe del Estado Mayor General, Valeri Guerásimov, durante una visita que iban a hacer a una zona fronteriza con Ucrania, pero los servicios secretos rusos descubrieron el plan dos días antes de su ejecución.

Agencias de inteligencia occidentales, apunta el periódico, también tuvieron conocimiento de los planes del líder de Wagner y consideraban que tenía posibilidades de éxito, que se desmoronaron al filtrarse la conspiración y forzar a improvisar una alternativa.

El WSJ señala que fuentes occidentales creen que Prigozhin había comunicado sus intenciones al general ruso Serguéi Surovikin, una información también publicada por The New York Times y que ha sido calificada de “especulación” por el Kremlin.

Según las fuentes del diario, Prigozhin había acumulado armamento y munición y esperaba que parte de las Fuerzas Armadas rusas se sumasen al motín y se rebelasen contra sus comandantes.

Tras saber que su plan se había filtrado, el jefe del grupo de los mercenarios adelantó sus movimientos y capturó la ciudad de Rostov, para luego enviar una columna en dirección a Moscú, que se detuvo tras las negociaciones en las que medió el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko.

El acuerdo alcanzado entre el Kremlin y Prigozhin para detener el motín preveía la anulación del cargo penal por rebelión armada contra el jefe de Wagner a cambio de que se marchara a Bielorrusia.

El presidente ruso, Vladímir Putin, también ofreció a los mercenarios que se sublevaron junto a Prigozhin irse al país vecino o suscribir un contrato con el Ministerio ruso de Defensa u otras agencias de seguridad de Rusia para subordinarse a las estructuras legales y oficiales.

En sus mensajes de los últimos días, Prigozhin dijo públicamente que su rebelión tenía como objetivo desbancar a Shoigú y Guerásimov, como responsables de los problemas en la invasión de Ucrania, pero que no buscaba derrocar el Gobierno de Putin.