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El Senador expanista, Miguel Ángel Yuñez Márquez, construyó su carrera política sobre los hombros de su padre, Miguel Ángel Yuñez Linares. Linares fue primero Priista, luego brincó al PAN y ahí estuvo al frente del ISSSTE desde donde Andrés Manuel López Obrador lo señaló por ser un corrupto y una cuota de Elba Esther Gordillo.

Grabaciones sobre las rencillas entre ambos políticos sobran. Pero hoy todo es miel sobre hojuelas entre el clan Yuñez y Morena.

La clave fue el voto del Senador Yuñez Márquez para la Reforma al Poder Judicial. No importa que sobre él pesaran acusaciones de falsificación de documentos y fraude procesal. El expediente estaba guardado en un cajón desde el 2021. Pero cuando en Morena vieron que era necesario lograr los votos para que se aprobara la reforma judicial, lo desempolvaron y con eso lo “incentivaron” para que diera su voto al oficialismo. A cambio, el pasado 26 de noviembre un juez canceló la orden de aprehensión que se había girado en su contra.

Osea que le llegó el perdón. La extorsión judicial para aprobar una reforma que los morenistas venden como la respuesta a la corrupción en el Poder Judicial. El chiste se cuenta solo.

En Estados Unidos están viviendo su propio escándalo por un perdón otorgado desde el poder. Me refiero al indulto que le otorgó el presidente Joe Biden a su hijo Hunter, quien enfrentaba acusaciones de evasión fiscal y posesión ilegal de armas. Las condenas implicaban potencialmente décadas de prisión pero aún así, Joe Biden había dicho en repetidas ocasiones que no le otorgaría un indulto ya que confiaba en el sistema de justicia.

El domingo pasado el presidente dio un giro de 180 grados y decidió siempre sí indultar a su hijo. Es la primera vez que un presidente de Estados Unidos otorga un indulto a un hijo. Lo más cercano a este tipo de perdón había sido el que otorgó el presidente Gerald Ford a Richard Nixon y el de Bill Clinton a su hermano por posesión y tráfico de cocaína.

Luego vino Donald Trump quien perdonó, entre otras personas, a su consuegro por defraudación fiscal. Y ahora Trump ha prometido que cuando asuma la presidencia indultará a todos los presos por el asalto al Capitolio.

El que Trump haya abusado y pretenda abiertamente abusar del perdón presidencial no ha minimizado las críticas al indulto de Biden a su hijo Hunter. No solo los republicanos han atacado esta acción del presidente, también algunos demócratas que sienten que con esto Biden se rebaja al mismo nivel de Trump al demostrar que hay una justicia para los ciudadanos comunes y corrientes y otra para las élites. Que, en efecto, el sistema de justicia está viciado como tantas veces lo dijo Trump. Que es una herramienta para golpear a enemigos políticos.

Yo leo el perdón de Biden a su hijo como una lamentable pero legítima preocupación por lo que vendrá en Estados Unidos. Sobre todo si tomamos en cuenta los nombramientos que ha hecho Trump para puestos claves en la materia. Entre ellos, Pam Bondi, una ultra MAGA que sigue sin reconocer la victoria de Biden en el 2020, ha sido nominada para Fiscal General; y Tulsi Gabbard, para la Dirección Nacional de Inteligencia. Además de que Gabbard no tiene experiencia en inteligencia, preocupan sus posturas políticas alineadas con Rusia y la amenaza de la politización del trabajo de los servicios de inteligencia bajo su liderazgo.

Yuñez Márquez y Hunter Biden representan dos perdones controversiales, sin duda. Pero sigo creyendo que hay de indultos a indultos. Y asombra que mientras en EUA han pegado el grito en el cielo por el indulto, que es una figura legal, en México se está utilizando la justicia para extorsionar y nadie dice nada.

Columna publicada en El Universal

El lunes amanecimos con una amenaza de Donald Trump que publicó en su red social, Truth Social. Ahí escribió que en su primer día como Presidente va a imponer un arancel del 25 por ciento a México y Canadá hasta que el fentanilo y los indocumentados dejen de entrar a Estados Unidos.

La estrategia ya la vimos antes. Trump 1.0 hizo algo similar en mayo del 2019 cuando publicó en twitter que o dejaban de llegar caravanas de migrantes a Estados Unidos o impondría un arancel a productos mexicanos del 5% que iría incrementando. El arancel nunca entró en vigor porque México usó a la Guardia Nacional para frenar el flujo de migrantes.

En esta ocasión la respuesta a Trump fue de la presidenta Claudia Sheinbaum. Fue una respuesta razonable, sensata y firme. En resumen, Sheinbaum le dice a Trump que México impondría tarifas retaliatorias a las de EUA, pero que eso simplemente arrancaría una guerra comercial de la que la región de norteamerica saldría perdiendo. Sheinbaum menciona además a empresas estadounidenses como General Motors o Stellantis como las primeras que resultarían afectadas por este tipo de tarifas.

Bien por la respuesta de la presidenta. La incógnita que aun me queda es, si estamos viendo lo complicado que va a ser lidiar con un Trump 2.0 que nos quiere usar como piñata política ¿por qué nos ponemos de pechito para que la relación bilateral y las inversiones se vean afectadas?

Primero está la Ley Judicial que elimina los contrapesos de toda república democrática. A ello hay que agregar la desaparición de los órganos autónomos. Para cumplirle el capricho al ex presidente López Obrador de desaparecer a las instancias que le pusieron los mínimos frenos durante su presidencia, se está teniendo que hacer todo un circo, maroma y teatro que afecta al país. Ya bajó su perspectiva de crecimiento Moodys y esto apenas empieza.

La Ley Judicial es un desórden completo. Quieren justificar la avalancha de registros de última hora con la clásica de que “así somos los mexicanos que dejamos las cosas para el último momento”, cuando a todas luces es evidente que la inscripción para puestos de elección popular en el Poder Judicial no ha entusiasmado. Punto. Es un fracaso. Y lo mismo ocurrirá con la elección del 2025.

Esto mina el Estado de Derecho. A ello hay que agregar la desaparición de los órganos autónomos. Si bien el documento del TMEC no menciona la palabra autónomos, en los capítulos 18, 21 y 22 enfatizan que México, Estados Unidos y Canadá deben de contar con instituciones independientes en telecomunicaciones, competencia y en el sector energético. Va a ser muy complicado de convencer a quienes piensen en invertir en México o a quienes quieren ganar una controversia comercial que el traslado del IFT, Cofece, CRE, etc. a las Secretarías de Estado en un gobierno con tanto poder y sin un Judicial independiente garantiza esta independencia. Con las reglas del juego que estamos poniendo nos convertimos en un socio poco confiable; en un socio incómodo.

Para acabarla de amolar, desgraciadamente en esta ocasión la amenaza de Trump nos agarra divididos a México y a Canadá para hacer un frente común ante Trump. Justin Trudeau no amaneció con ganas de enojarse con México. Sus dichos responden a que en México les estamos imponiendo tarifas, derechos les llaman, en el sector minero. Pero Trudeau no es el único en hablar de un acuerdo comercial sin México, a él se le han sumado Pierre Poilievre, líder de la oposición, y Doug Ford, Primer Ministro de Ontario, la provincia más poblada de Canadá.

Buena respuesta verbal y escrita de Sheinbaum a Trump, pero no se pude decir lo mismo de las acciones de su gobierno y del legislativo que controla Morena.

Columna publicada en El Universal

La buena noticia es que la presidenta Claudia Sheinbaum decidió regresar a México a la escena internacional con su presencia en la Cumbre del G20. La mala es que fue ahí para hablar de un programa de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, y con ello sigue sin ser ella la que claramente tenga en sus manos la agenda del gobierno. La peor es que decidió que ese tema fuera el fracasado programa Sembrando Vida.

En su discurso desde Río de Janeiro Sheinbaum propuso que los gobiernos de las principales economías del mundo destinen 1 por ciento de su gasto militar a un plan de reforestación para sembrar árboles en zonas deforestadas. Hay que sembrar vida en lugar de sembrar odio, dijo la presidenta de México.

Muy raro que hable de pacificación con la cantidad de muertes en México. Van más de 200 mil homicidios y 50 mil desaparecidos en tiempos de la 4T, de la que ella presume representar su segundo piso. Urge la pacificación, empezando en casa.

Y muy raro que hable de reforestación con la cantidad de árboles que se talaron en el sureste mexicano para construir el Tren Maya. La organización CartoCrítica hizo un análisis sobre el Tren Maya. Utilizando imágenes satelitales la ONG determinó que el proyecto de 10 mil 831 hectáreas deforestó un 61 por ciento del área. Estamos hablando de 6 mil 600 hectáreas deforestadas por un tren que costó más de 500 mil millones de pesos y lo que destaca es la falta de usuarios.

La propuesta de Sheinbaum llama la atención cuando acaba de enviar un presupuesto que le recorta el 40 por ciento de sus recursos a la Semarnat. Es, después de la Sedena, la secretaría a la que más le aplicaron la tijera. Entonces ¿por qué ir a hablar de un tema ante los lideres mundiales que en casa claramente no se está priorizando?

“Vengo a nombre de un pueblo, generoso, solidario y sabio a hacer un llamado a las grandes naciones a construir y no a destruir”, dijo Sheinbaum al lanzar su propuesta. Sembrando Vida ha generado deforestación, corrupción y clientelismo.

Como sus beneficiarios deben tener un área de 2.5 hectáreas libres para recibir 6 mil 250 pesos mensuales, varios agricultores decidieron talar árboles buenos para poder recibir el dinero. Tan solo en el año en que arrancó, 2019, se reportó que contribuyó a la destrucción de más de 70 mil hectáreas de bosques y selvas. Ya dentro del programa las semillas entregadas no se pensaron para el terreno en el cual se plantarían. Mucho de lo sembrado murió. Ante la falta de supervisión, generó corrupción. Cerca de las elecciones de junio, los beneficiarios recibieron pagos adelantados de dos meses en un acto claramente clientelar.

Sheinbaum desperdició su primera entrada en la escena internacional al ir a proponer el programa Sembrando Vida. Mucho más sentido para ella y para el mundo habría sido hablar del uso de energías renovables, por ejemplo. Es algo que trae en su agenda. Es un área que podría sumarle a México con inversiones en el sector. Y es un tema que, con un Elon Musk susurrándole al oído a Donald Trump, podría agradar incluso a la agenda del próximo presidente de EUA ya que su impulso por los vehículos eléctricos entra dentro de esta agenda de descarbonización.

Realmente inexplicable por qué decidió la presidenta Sheinbaum que esa fuera su primera carta para jugar en el escenario internacional.

Lo salvable de la visita a Brasil fue marcar una diferencia al estar presente, por un lado, y el haber sostenido reuniones bilaterales con otros Jefes de Estado, algo que López Obrador nunca hizo por su idea provinciana de que la mejor política exterior es la interior.

Columna publicada en El Universal

La clave de la prosperidad son las instituciones de un país. Esta premisa tan sencilla de entender pero tan difícil de lograr le valió esta semana el premio Nobel de Economía a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson.

La pregunta que se hicieron estos economistas fue ¿por qué hay países que aun cuando son vecinos y gozan prácticamente de las mismas condiciones geográficas, climatológicas y hasta algunas culturales tienen un desarrollo diametralmente distinto? Y el ejemplo que los hoy premiados ponen son las dos Nogales, ciudades en la frontera México y Estados Unidos: Nogales, Sonora y Nogales, Arizona.

Las poblaciones de ambas Nogales han sido tan cercanas por tanto tiempo que hasta ancestros comunes pueden compartir. Sin embargo, del lado estadounidense gozan de mejor salud, educación y oportunidades que en el lado mexicano. En la Nogales de EUA pueden premiar o castigar a los políticos según su desempeño, no así en Nogales de México ¿Por qué?

Los Nobel escriben que en Nogales, Sonora, a pesar de las profundas similitudes geográficas y culturales que hay con la Nogales de Arizona, el crimen organizado hace que iniciar y administrar empresas sea riesgoso. ¿Por qué esta diferencia?

La respuesta la sabemos bien. Cuántas veces no se ha dicho que los mexicanos somos unos en México y otros en Estados Unidos. Aquí rompemos las reglas y allá nos comportamos. Y esto es así porque el costo de romper la ley en Estados Unidos se paga y en México la impunidad es la regla.

Así, el Nobel de Economía fue para quienes concluyeron a base de estudios científicos que las instituciones marcan la diferencia entre un país que se desarrolla y uno que se estanca. El fenómeno lo remiten a cómo fue colonizado México vis a vis cómo se formó Estados Unidos con los migrantes de Gran Bretaña. Las instituciones que se crearon entonces influyeron en el desarrollo de cada país. Pero hoy vemos estas diferencias aun sin remitirnos a las épocas coloniales. Finlandia es un país más rico y próspero que Rusia. Lo mismo República Dominicana y Haití. Caso similar el de Turquía y Grecia.

La clave del éxito de los países más ricos está en tribunales que deciden los casos de manera justa; en policías que hacen cumplir las leyes y en funcionarios públicos que actúan en beneficio del interés público y no con el propósito de canalizar recursos hacia las elites.

Ejemplo patente de que en México vamos en sentido contrario lo vimos cuando Mario Delgado dijo que de regalo de despedida le darían a AMLO la reforma judicial. Ahí, el entonces dirigente de Morena, dejó claro su desdén por buscar un beneficio para el interés público y su búsqueda a toda costa para beneficiar a la élite política, al entonces presidente.

Resulta paradójico que justo en el momento en que en México se están desmantelando las instituciones que nos podrían conducir al desarrollo que viven ciudades como Nogales, Arizona, hayan sido premiados Acemoglu, Johnson y Robinson. Su conclusión es que las instituciones que establecen libertades económicas fundamentales y el Estado de Derecho son buenas para el crecimiento económico a largo plazo.

Parafraseando al asesor de Bill Clinton, James Carville, que decía que la respuesta para ganar elecciones estaba en la economía (“It’s the economy, stupid!”) la clave del desarrollo está claramente en las instituciones.

Pero en México se ha decidido andar por el sentido contrario. Lejos de fortalecerlas, hemos optado por desmantelar las pocas áreas que lograban un dejo de cumplimiento con el Estado de Derecho.

Columna publicada en El Universal

Antes de las elecciones de noviembre próximo en EUA estamos viendo en México una pequeña probadita de lo que un triunfo de Donald Trump podría significar para México. El tipo de cambio está rozando los 19 pesos por dólar en gran medida por el anuncio que hizo Elon Musk de posponer la construcción de la mega fábrica de Tesla en Nuevo León hasta después de saber si gana Trump.

Musk seguramente escuchó a Trump decir en la Convención Republicana en Milwaukee que el sello “Hecho en EUA” solo será para lo producido, ensamblado y vendidos en territorio estadounidense y prefirió dejar sus opciones abiertas.

El semanario The Economist publicó lo que llaman “El índice de Riesgo Trump” para delinear qué países serían los más afectados si el republicano regresa a La Casa Blanca y por qué. Sin sorpresas, México es rankeado, con 71 puntos sobre 100, como el país que se vería más afectado por las políticas comerciales, de seguridad y migratorias del expresidente.

En migración, a pesar de que los mexicanos ya no son los que más quieren cruzar a Estados Unidos, las afectaciones por el cierre de la frontera nos dejarían con ciudadanos de todo el mundo esperando a que sus solicitudes de asilo sean aprobadas. Es prácticamente un hecho que Trump volverá a implementar su política de “Quédate en México” que tanto nos afectó cuando estuvo en La Casa Blanca porque lamentablemente lo ató al comercio bilateral para asegurar que cooperaríamos. Así que el gobierno de AMLO mandó a la Guardia Nacional a hacerla de muro en la frontera para Trump.

En comercio México superó a China como el principal socio de EUA en el 2023. Esto ha incrementado el déficit comercial de Estados Unidos con México en un 37 por ciento, comparado con lo comerciado en el 2020, para ubicarse en 152 mil millones de dólares. Ya sabemos que Trump y sus asesores detestan los déficits. Sienten que es una forma de burla o abuso de EUA así que será algo que busquen revertir desde el día uno.

A ello hay que sumarle la “Cláusula Sunset” del TMEC que implica que México-EUA y Canadá se sienten en el 2026 a revisar el acuerdo comercial para evaluar si quieren seguir más allá del 2036. Las condiciones que pondrá el gobierno de Trump para mantenerse en el TMEC seguramente serán durísimas, en especial si sienten que los chinos se están aprovechando de nuestra geografía y amabilidad para seguir inundando a los estadounidenses con sus productos.

Si bien es cierto que cuando Toyota o Mercedes Benz producen autos en México que luego son exportados a EUA, nuestro vecino no siente que los japoneses o los alemanes están abusando del TMEC, un gobierno trumpista no verá con los mismos ojos los autos chinos (BYD, por ejemplo) que lleguen al mercado norteamericano.

La geografía, si bien nos ata a Estados Unidos, no es lo que define nuestro grado de vulnerabilidad a un regreso de Trump. El otro socio del acuerdo comercial, Canadá, obtiene un 43 por ciento de riesgo en el mismo ranking del Economist. Me parece que la asimetría en la relación, aunado a que no hemos tenido gobiernos que hagan bien la tarea para mitigarla, es lo que nos coloca en esta posición tan desfavorable.

El ejemplo perfecto es la falta de Estado de Derecho. Fue esta ausencia seguramente lo que hizo que el FBI actuara sin compartir información con el gobierno mexicano en la captura de El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López. Si esto fue manejado así bajo el gobierno de Biden, es fácil imaginar cuál será la postura de un presidente Trump 2.0 para lidiar con los grupos criminales.

México es pues, el país más vulnerable a un regreso de Trump a La Casa Blanca en enero del 2025. Por ello, queda claro que el entusiasmo y la unidad que ha generado Kamala Harris en el arranque tardío de su campaña tras el anuncio de renuncia de Joe Biden es de las mejores noticias recientes que hemos tenido.

Columna publicada en El Universal

En Estados Unidos, los votantes que detestan a ambos candidatos a la presidencia, a Joe Biden y a Donald Trump, les llaman los doble-odiantes. Estos doble-odiantes están creciendo entre el electorado estadounidense principalmente por la caída estrepitosa en la popularidad de Biden. Las mas recientes encuestas apuntan a que representan entre un 16 y un 20 por ciento del electorado. En ese sentido, la actual elección se parece más a la de 2016, cuando un 18 por ciento de los votantes odiaba tanto a Hillary Clinton como a Trump.

Trump sigue siendo hoy tan impopular como cuando terminó su mandato en el 2021. Pero Biden ha pasado de ser un presidente medianamente popular, a ser el más impopular, a pesar de que la economía está en un muy buen lugar y de que su oponente tiene abiertos expedientes legales en su contra que lo deberían tener en la lona.

Pero entre la guerra en Gaza, las preocupaciones con la inflación, el caos en la frontera con México y la evidente edad avanzada, Biden puede muy bien perder la elección de noviembre próximo. Sus posibilidades de ganar dependen en gran medida de qué hagan estos doble-odiantes, en especial los que están en estados como Michigan, Pensilvania y Wisconsin. Aunque también los de Arizona, Nevada y Georgia. Si estos ciudadanos salen a votar, aunque sea tapándose las narices, ¿a favor de quién se decantarán?

En el 2020, muchos republicanos decidieron votar por Biden ante el horror que les causaba Trump. En esa elección los doble-odiantes apenas eran el 3 por ciento del electorado ¿Ahora qué harán estos electores? Esa es la gran pregunta hacia noviembre en Estados Unidos.

En México también tenemos doble-odiantes. Son votantes que no están contentos con los partidos tradicionales y por ello, entre otras razones, no les gusta Xóchitl Gálvez. Entre las razones para cuestionar a Gálvez está la falta de experiencia. Pero tampoco aprueban cómo ha gobernado Morena y por ello no quieren que Claudia Sheinbaum, quien ha prometido ser el segundo piso de la autodenominada Cuarta Transformación, llegue a la presidencia.

¿Cuánto poder electoral tendrán en sus manos estos doble-odiantes? ¿Saldrán a votar? Si sí ¿por quién lo harán? ¿Quién será vista cómo la menos mala? ¿Qué papel jugará en este segmento Jorge Álvarez Maynez? Son preguntas cuya respuesta puede tener la clave de lo que ocurra en la elección de junio.

Apostilla: El cantante Frank Sinatra decía que no hay mejor venganza que ser exitoso. Andrés Manuel López Obrador no ha optado por ese camino. Ha preferido usar el poder aplastante del Estado, ahora en contra de una investigadora que le es incómoda, simplemente porque le ha puesto los puntos sobre la íes. Mi solidaridad con Ma Amparo Casar.

Columna completa en El Universal

Es la migración. Eso respondió el 28 por ciento de los encuestados por Gallup a la pregunta de ¿Cuál cree que es el problema más importante que enfrenta el país hoy? La famosa frase de James Carville de “Es la economía, estúpido”, puede hoy modificarse por “es la migración”.

En segundo lugar (20 por ciento) quedó el gobierno como problema importante a resolver y en tercer lugar, con apenas 12 por ciento, los encuestados respondieron que el problema es la economía. Esto mete de lleno a México en las campañas electorales de nuestros vecinos, en un año en el que también celebraremos elecciones federales.

¿Qué implica que México entre en las campañas? Por un lado, que tanto Andrés Manuel López Obrador como Donald Trump se verán beneficiados entre más caótica se encuentre la frontera. Si. Los intereses de AMLO y Trump se alinean. Para el ex presidente de Estados Unidos, el que la frontera sea un problema no resuelto le permite atacar a Biden y subir sus probabilidades de reelegirse dada la importancia que el electorado estadounidense le da al tema.

Por ello, aun cuando el Senado de EUA estaba por aprobar una iniciativa bipartidista que pondría algo de orden en materia migratoria, con la señal que envió Trump a la Cámara de Representantes – en donde los Republicanos tienen una pequeña mayoría – de que no quería que eso sucediera, la propuesta se vino abajo. Los senadores republicanos no quisieron jugar su capital político si sabían que en la Cámara baja la iniciativa no prosperaría.

Trump quiso tumbar esta iniciativa porque sabe que si Biden se anota un gol en materia migratoria/fronteriza, aumentan sus posibilidades de reelegirse.

Y en el caso de AMLO, el caos en la frontera le permite mantener el sartén por el mango ante un Biden que sabe que si México juega su parte en detener el flujo migratorio desde la frontera sur con Centroamérica, el caos para la frontera con EUA es mucho menor. Por ello Biden ha decidido mirar hacia otro lado en derechos humanos; democracia y libertad de expresión en México. No se quiere meter en pleitos que para él son menores y que le podrían complicar la cooperación de AMLO en migración.

En México López Obrador está usando todos los recursos del Estado para que en las elecciones de junio su sucesora, Claudia Sheinbaum, gane. El que La Casa Blanca haga como que no ve y no escucha estas acciones antidemocráticas es invaluable para el presidente mexicano. Es un logro para AMLO poder chantajear al hombre más poderoso del planeta gracias a una caótica frontera: el flujo de migrantes sube o baja dependiendo qué tanto coopere el gobierno mexicano en ello.

Para muestra, su reciente filtración de los datos personales de Natalie Kitroeff, la corresponsal del NYTimes en México, durante su conferencia mañanera. López Obrador se enojó por el artículo del diario en el que mencionó que el gobierno de EUA había abierto investigaciones sobre vínculos del crimen organizado con su campaña del 2018.

Lejos de que La Casa Blanca condenara esta filtración y defendiera la libertad de expresión, el embajador de EUA en México, Ken Salazar, prefirió salir a decir que no hay ninguna investigación de vínculos de AMLO con el crimen organizado.

Lamentable, pero cierto. AMLO y Trump se benefician del caos en la frontera y con ello México se inserta de lleno en las elecciones de noviembre próximo en EUA.

Apostilla: El presidente López Obrador vuelve a querer jugar a ser empresario…con el dinero de los mexicanos. Ahora quiere comprar el aeropuerto de Toluca para que lo opere la Marina. Se nota que no es su dinero y que nunca ha vivido más que del erario.

Columna completa en El Universal

Madrid, España. – El día de mañana estaré visitando la planta de hidrógeno verde que acaba de inaugurar Iberdrola en Puertollano, a una hora en tren de Madrid.

El hidrógeno es el elemento químico más abundante de la naturaleza. El reto es que no se encuentra puro. Es un componente del agua (dos moléculas de hidrógeno más una de oxígeno hacen agua, H2O). Hoy se ve como la solución para el calentamiento global. Mediante el hidrógeno, podemos producir energía que no contamina el planeta, si lo obtenemos de manera sustentable.

Y es que la descarbonización no va a darse porque dejemos de comer carne o porque usemos vehículos eléctricos. Estos esfuerzos son positivos, pero los grandes contaminantes son los productores de cemento y acero. Mientras estas industrias sigan utilizando carbón, las emisiones seguirán siendo un problema para la salud del planeta. Sus necesidades energéticas son tan grandes, que no pueden ser cubiertas mediante la energía eléctrica o solar. Y aquí es cuando entra en acción el hidrógeno.

Actualmente la mayor parte del hidrógeno en el mundo se obtiene utilizando gas natural. Esta forma no es amigable con el medio ambiente porque emites gases de efecto invernadero. Pero eso es justo lo que vengo a ver a Puertollano. Una planta de hidrógeno verde, es decir una planta que no emites gases de efecto invernadero porque obtiene el hidrógeno a través de energía solar. Dentro de la planta hay un electrolizador, que es un aparato que separa, mediante electrólisis, las moléculas de oxígeno de las de hidrógeno.

La planta aporta energía para Fertiberia, una fábrica que está a un lado y que lo utiliza como materia prima para producir fertilizantes. Así, el hidrógeno verde permite fabricar fertilizantes verdes y desarrollar amoníaco verde. A diferencia de las plantas que producen hidrógeno con gas natural, que usan 22 litros de agua para producir un kilo de hidrógeno gris, en esta planta se consumen 10 litros de agua por cada kilo de hidrógeno verde producido.

El arranque de la revolución del hidrógeno verde está comenzando por las plantas que ya producían hidrógeno pero no lo hacían de forma sustentable, para abastecer industrias como las de los fertilizantes, del metanol para la industria química y la refinación de petróleo. Otras industrias que se pueden cambiar a hidrógeno verde son las acereras, la industria naviera y la de almacenamiento de energía.

El hidrógeno como combustible es ya una realidad en Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Alemania. Japón está en camino a convertirse en una economía de hidrógeno. España también hace esfuerzos en este sentido. Puertollano contribuye a la soberanía energética del país mediante la sustitución progresiva de combustibles fósiles importados que son cada vez más caros.

En lugar de que el gobierno español piense en construir una refinería o en comprar una en otro país, como lo ha hecho el gobierno de Andrés Manuel López Obrador al adquirir Deer Park en Texas, España está avanzando en la soberanía energética pensando en soluciones sustentables, como el hidrógeno verde, sin invertir un solo centavo de las arcas públicas.

Bastante envidiable.

El hidrógeno es la energía del futuro en varios países, pero no en México ante un gobierno que privilegia la ideología sobre la lógica en la materia.

Columna completa en El Universal

 

Apostilla: España se encuentra en medio de campañas presidenciales para ver si permanece Pablo Sánchez en la presidencia. Éstas tienen una duración de ¡15 días! Arrancaron el 7 de julio y culminan el 23, día de la elección. Madrid apenas tiene uno o dos pequeños posters de los candidatos. No está la ciudad llena de enormes espectaculares pagados con quien sabe qué recursos. Casi como en México.

Como ocurre cada doce años, México y Estados Unidos se encaminan a elecciones presidenciales simultáneas en el 2024. Solo por recordar, en 2012 en México ganó Enrique Peña Nieto y en EUA fue reelecto Barack Obama; en el 2000 ganó Vicente Fox en México y George W. Bush en EUA; en 1988 ganó Carlos Salinas de Gortari en México y George Bush padre en Estados Unidos.

A diferencia de todas esas elecciones, la coincidencia entre ambos procesos en México y EUA se da en medio de un ambiente de mucha polarización y con amenazas a la democracia en los dos países.

En México tenemos al actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, eligiendo ampliar su red de enemigos a diario. El dicho de “no hay enemigo pequeño” parece importarle poco a un López Obrador que ha decidido confrontarse con clases medias; partidos de oposición; medios de comunicación; sociedad civil; Poder Judicial; gobiernos e inversionistas extranjeros y un largo etcétera.

En Estados Unidos ya anunció Biden su intención de reelegirse y muy probablemente será el candidato del partido demócrata, a pesar de que menos de la mitad de sus partidarios piensan que debe buscar otros cuatro años dada su edad. A los 80 años, Biden es ya el presidente más viejo en la historia de su país.

Del lado republicano Donald Trump se ha fortalecido rumbo al 2024 por dos razones. La primera es que quién podría ser su contrincante más competitivo, el gobernador de Florida Ron DeSantis, decidió pelearse con la marca que prácticamente todo estadounidense ama: Disney. Esto le está restando puntos y popularidad frente a un Trump que, a pesar de haber perdido la más reciente demanda por acoso sexual que concluyó con una multa de 5 millones de dólares que debe pagar a la víctima, el expresidente fue invitado por la cadena CNN un día después a un “town hall” televisado en el que el público era prácticamente todo pro-Trump.

Así, el magnate pudo mofarse de Nancy Pelosi, la ex presidenta de la Cámara de Representantes, y decir que fue ella la culpable del asalto al Capitolio en enero 6 del 2021, ante las risas y aplausos de los presentes. Este fue solo uno de sus desplantes de cinismo que la moderadora, Kaitlin Collins, intentó frenar y obligar a que el expresidente se apegará a la verdad.

¿Por qué le pareció una buena idea a CNN organizarle esa plataforma a Trump? Solo la desesperación por ganar rating lo puede explicar. Lo cierto es que la cadena colaboró para fortalecer a un político que claramente aborrece los límites de la democracia y que pretende regresar a La Casa Blanca a probarlos de nuevo.

Frente a este panorama tan inestable y crispado, tendrá que transitar la relación bilateral México-Estados Unidos en medio de los crecientes retos en materia de seguridad, migración y comercio. Aquí lo principal a recordar es que el eslabón más débil de la cadena es México. Dependemos de la economía de EUA para que sigan fluyendo las remesas y las inversiones que atrae el nearshoring. Son esos los dos motores principales que han mantenido a México a flote a pesar de las pésimas decisiones de política pública que ha tomado el presidente López Obrador.

¿Cuál de las famosas ‘corcholatas’ o de los que han levantado la mano en la oposición está pensando y preparando estrategias hacia estas elecciones simultáneas? El 2024 parece lejano, pero está a la vuelta de la esquina.

Columna completa en El Universal

Ayer el jurado compuesto por 12 ciudadanos estadounidenses determinó por unanimidad declarar culpable de los cinco cargos que se le imputaron a Genaro García Luna en la ciudad de Nueva York, en la Corte de Brooklyn. Este juicio fue visto por el presidente Andrés Manuel López Obrador como un juicio no solamente a García Luna, sino al pasado y en especial a su archienemigo, Felipe Calderón, que al parecer guarda un lugar muy especial en los rencores del hoy jefe del Ejecutivo por las elecciones del 2006 que AMLO perdió.

Curioso que en esta ecuación que hace el Presidente de México, no se da cuenta que no solo pierde Calderón, también México. En las cuatro semanas de juicio, los delincuentes que hoy están presos o que podrían ganar, a partir de sus declaraciones, reducciones en sus penas, declararon cosas que ocurren en un país que quedó expuesto como una cueva de ladrones. Desnudó a México y eso pienso que es difícil celebrarlo.

Difícil porque siempre he tenido la duda de ¿cómo llega la droga de la frontera de México a los consumidores del resto de Estados Unidos? ¿A Nueva York? ¿A Brooklyn, en donde fue enjuiciado García Luna? Es ahí en donde viven los integrantes del jurado que decidieron que Genaro García Luna es culpable. ¿Cómo llegan las drogas hasta los ciudadanos norteamericanos? Eso es algo que no se resuelve al declarar culpable al exfuncionario mexicano, pero que sin duda debiera ser un pendiente en un país que decidió, en su momento, condecorar a Genaro García Luna como un gran policía que peleaba en contra del narcotráfico.

Tras el veredicto salieron los cercanos al Presidente a aplaudir. Jesús Ramírez Cuevas escribió en redes “García Luna es declarado culpable por tráfico de drogas, delincuencia organizada y falsedad de declaraciones en E.U. La justicia ha llegado para quien fuera escudero de Felipe Calderón. Los crímenes en contra de nuestro pueblo no serán olvidados nunca”.

Ignacio Mier, el dirigente de Morena en la Cámara de Diputados, sentenció: “No hay crimen perfecto. El jurado declaró culpable a Genaro García Luna. Al tomarse como válidos los testimonios, los que siguen son Vicente Fox y Felipe Calderón. No a la impunidad”.

El productor Epigmenio Ibarra, quien ha recibido condonaciones de impuestos muy generosas en este gobierno, hizo varias publicaciones en sus redes sociales. Entre las primeras escribió: “García Luna es culpable de todos los cargos y usted Felipe Calderón, que fue su cómplice, no puede alegar inocencia”. Y así celebraron, con varias publicaciones, otros funcionarios del gobierno como Jenaro Villamil, presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano.

¿Qué tanto aplauden de justicia si ésta no se hizo en México sino en Estados Unidos? En México la justicia duerme el sueño de los inocentes en lo que el Fiscal General de la República sacia sus ansias de venganza en contra de sus familiares.

El gobierno y el presidente López Obrador además han decidido que en el caso García Luna, o estás con López Obrador o estás con el ex Secretario de Seguridad Pública. Esto sin tomar en cuenta que en el juicio no se presentó ni una sola prueba y el jurado decidió a partir de declaraciones de criminales que están en Estados Unidos, en prisión, precisamente por haber sido capturados cuando García Luna era funcionario. Eso como mínimo debe generar la sospecha de que tuvieron incentivos para apuntar el dedo en contra de García Luna.

Apostilla: Mucho se ha especulado de que el presidente López Obrador tiene algún tipo de acuerdo con el Cártel de Sinaloa. Las sospechas surgen a partir de los múltiples viajes del Presidente a la tierra de El Chapo, a Badiraguato, y de sus abrazos a la mamá de El Chapo. Los que hoy son poderosos, mañana pueden ser enjuiciados en Estados Unidos. Ese es un mensaje claro que también viene desde la corte de Brooklyn.

Columna completa en EL UNIVERSAL

Si vemos las variables económicas de México, llama la atención lo bien que están tomando en cuenta el panorama político nacional polarizado; el ataque desde el poder a la democracia; y la visión estatista anclada en los 70s del gobierno actual.

Aun así, el tipo de cambio no solo ha estado estable, sino que el peso se ha fortalecido frente al dólar. Las reservas internacionales están en más de 200 mil millones de dólares gracias a un crecimiento acumulado a lo largo del 2022. El crecimiento reportado para el año que acaba de concluir fue mejor de lo esperado. Las finanzas públicas se vieron favorecidas por un precio elevado del petróleo y ni qué decir de las carretadas de dinero que entran al país producto de las remesas.

En el mundo la situación ha sido menos grave de lo que las estimaciones económicas apuntaban. Ahora que estuve en el Foro Económico Mundial de Davos, no puedo decir que hubo optimismo per se, pero sí una visión mucho menos pesimista de la que esperaba. La palabra temida, recesión, fue abordada con mejores ojos de los que anticipé. Los datos de inflación, sobre todo en Estados Unidos, mostraron desde diciembre señales de mejoría. El desempleo no se disparó. Con ello la visión de los economistas presentes en los Alpes Suizos fue mucho mejor de lo previsto.

Estamos pues ante un panorama menos pesimista en las principales economías del mundo y en especial en Estados Unidos. Esto en un momento en que el comercio con países amigos se ha vuelto primordial. De ahí la constante referencia al ‘friendshoring’ y ‘nearshoring’ del cuál el principal beneficiado podría ser nuestro país. Hay una oportunidad magnífica para México. Además, si volteamos a ver las economías de otros países latinoamericanos, nuestro país se ve como la mejor opción para el capital y la inversión. ¿Van a preferir Perú y su inestabilidad política? ¿Brasil que quiere una moneda común con ¡Argentina!? ¿Venezuela; El Salvador; Nicaragua? México brilla si lo comparamos con cualquiera de estas opciones.

México podría ser en este momento un alacrán con alas. Tenemos todas las oportunidades posibles jugando a nuestro favor. Pero…como dice el dicho: “Dios no da alas a los alacranes”.

Y las alas se las está cortando a México el presidente López Obrador con sus decisiones estatistas y erradas. Una vez más, se desaprovecha esta oportunidad de crecimiento que traería enormes beneficios para los mexicanos.

La mejor apuesta que podríamos hacer como país es asociarnos en materia energética con nuestros vecinos del TMEC para que ellos arriesguen su dinero en México y todos ganemos en los proyectos que resulten productivos.

México ha sido una potencia en la producción de autos. El mercado está girando hacia los vehículos eléctricos. Justo ahora es cuando México debería subirse en esa ola. Pero tenemos un presidente que prefiere legalizar los autos chocolate.

López Obrador presume constantemente los ríos de remesas que entran al país. ¿Por qué no piensa en un programa gubernamental para que éstas puedan invertirse en proyectos productivos? Entran y entran remesas y ¿a dónde se van? Hoy solamente tenemos al presidente aplaudiendo las remesas pero desaprovechando la oportunidad de que éstas se traduzcan en proyectos que sumen al presente y futuro de México.

México podría ser un alacrán con alas pero es, simplemente, un alacrán.

Apostilla: AMLO es un populista sin un plan. Esta fue la mejor descripción que escuché sobre el presidente de México en Davos.

Columna completa en El Universal

Un video que se hizo viral en YouTube destruyó la vida de Tatiana Lionço, una psicóloga que en 2012 habló en un panel acerca de homofobia y como combatirla en las escuelas. En su presentación dijo que era normal, y por ello no debiera asustar, cuando los niños de primaria expresen curiosidad sobre sus cuerpos y los de sus amig@s, ni sobre la ropa que usan.

El video fue editado por un hombre de la extrema derecha muy poco conocido en ese momento. Las palabras de Lionço fueron reacomodadas de tal forma que parecía que ella había empujado e incentivado la homosexualidad y el sexo entre niñ@s.

El video le cambió la vida a Tatiana. Y es que ese hombre de extrema derecha era un completo desconocido en la política. Era más bien visto como un raro empujando teorías locas en su canal de YouTube. Ahí, en YouTube, sí tenía sus buenos seguidores, los cuales repostearon ese video hasta hacerlo viral. Muy pronto la historia se tornó en que Lionço representaba a una comunidad global comunista-homosexual que empujaba la pedofilia. De YouTube, la historia pasó a Facebook y a Twitter. De ahí llegaron los comentarios que pedían asesinar a Tatiana.

Lionço perdió su trabajo y a sus amigos. Desde entonces, las amenazas en su contra no han parado. Su vida nunca ha sido igual. El hombre que empujó esta mentira en YouTube es hoy muy conocido. Se llama Jair Bolsonaro, quien en 2018 decidió lanzarse por la presidencia de Brasil.

En un primer momento nadie creía que Bolsonaro tendría oportunidad alguna de ganar. Se equivocaron. Más que ganar, arrasó. Obtuvo 10 puntos más en esas elecciones que su contrincante, Fernando Haddad. Su ascenso meteórico en la política de Brasil se ha pintado como la historia del hartazgo en contra de la corrupción, pero de acuerdo con el más reciente libro del periodista del New York Times, Max Fisher, Bolsonaro logró su éxito tan rápido gracias a las redes sociales, en especial a YouTube.

En La máquina del caos, Fisher – que se ha dedicado a estudiar el efecto que las redes sociales tienen en las democracias – recuenta esta historia de Tatiana Lionço y el ascenso de Bolsonaro gracias a canales de YouTube que lograron transmitir de forma masiva noticias falsas alineadas con la extrema derecha. Además del triunfo presidencial de Bolsonaro, otros YouTubers lograron puestos en el legislativo federal y en oficinas estatales.

El libro tiene un capítulo que cuenta de forma clarísima el auge de la extrema derecha en Brasil que, de vivir exclusivamente en las redes, llegó al poder. “En Brasil tomaron el poder las redes sociales”, escribe Fischer. Ese Brasil al que Bolsonaro llegó a gobernar en 2019 a base de teorías de la conspiración; de odio y paranoia, ha sido la antesala de lo que ocurriría en Estados Unidos en las elecciones del 2020, en el asalto al Capitolio en el 2021, y de lo que vimos en Brasil el pasado 8 de enero.

Los miles de simpatizantes de Bolsonaro que se congregaron frente a los edificios gubernamentales, lo hicieron pidiendo sacar a Lula del poder argumentando que ganó por fraude. Legítimamente creen que están defendiendo la democracia de Brasil. No se dan cuenta lo poco congruente que suenan cuando rechazan los resultados de la elección presidencial pero no dicen nada sobre la legislativa, en la que le fue muy bien al partido de Bolsonaro.

La gran pregunta para la democracia en Brasil es si el 8 de enero fue ya el último acto de los bolsonaristas o solo el principio de la división y el caos. Para México, la pregunta es si esto representa un atento aviso de lo que podremos ver si en el 2024 los morenistas, que también hacen uso magistral de las redes sociales y no son muy buenos para reconocer sus derrotas, no obtienen los resultados esperados.

“Es un principio fundamental de nuestra política exterior la no intervención y la autodeterminación de los pueblos. A eso nos ceñimos en el caso de lo sucedido en Perú”, esto escribió en sus redes sociales el presidente Andrés Manuel López Obrador a propósito de la caída del presidente Pedro Castillo.

Esto mismo que dijo sobre Perú lo ha expresado y repetido en prácticamente cada ocasión en la que se ha buscado una postura del gobierno mexicano ante temas internacionales. Pero la no intervención es una herramienta discursiva más de López Obrador que utiliza a conveniencia.

Si gana la elección presidencial el demócrata Joe Biden, contrario a la preferencia inexplicable que tenía López Obrador que era la reelección de Donald Trump, entonces se negó a felicitarlo con la excusa de que había que esperar hasta que el Congreso estadounidense certificara la elección para no intervenir en un asunto interno de otro país.

Pero cuando en Brasil el izquierdista Lula da Silva había apenas ganado la primera vuelta electoral con menos del 50 por ciento de los votos, inmediatamente vino la felicitación desde la mañanera, aun cuando faltaba la segunda vuelta y por ello el triunfo de Lula no estaba asegurado. En el caso de Brasil, cuando el resultado preliminar se ajustaba a los deseos del presidente, entonces no hubo problema de opinar y con ello intervenir en la política de otro país.

En el caso de la guerra en Ucrania, el presidente ha dicho que no quiere opinar aduciendo a su excusa favorita, la no-intervención. Esta postura en los hechos resulta un apoyo a Vladimir Putin y su inexcusable e ilegal invasión de un país soberano e independiente.

La misma intervención hemos visto en Colombia, cuando López Obrador se dio el permiso de intervenir y declaró en plena campaña presidencial: “Nada más por un instante voy a decir que le mando un abrazo a Petro desde aquí. ¿Y saben por qué lo abrazo? Porque está enfrentando una guerra sucia de lo más indigno y cobarde, todo lo que ya vimos y padecimos en México”.

La intervención del presidente de México en las elecciones de Colombia llevó a la Cancillería de ese país a emitir un comunicado de inconformidad por la intervención en sus elecciones. Pero López Obrador, que dice que no interviene en asuntos de otros países, decidió darse licencia cuando de Gustavo Petro se trató.

Igualmente ha apoyado a Daniel Ortega en Nicaragua y a Nicolás Maduro en Venezuela cuando Biden decidió no invitarlos a la Cumbre de las Américas por considerar que no son demócratas y que violan los derechos humanos de sus ciudadanos. Como sabemos, AMLO orquestó lo más cercano a un boicot a la Cumbre en apoyo a ambos autócratas. Hoy la frontera México-Estados Unidos está al borde de un caos por la cantidad de venezolanos y nicaragüenses que han huido del terror en que Ortega y Maduro tienen a sus países.

Así, López Obrador demuestra no solo que sí interviene en asuntos de otros países, también que lo hace aun a costa de los intereses de México.

De vuelta al caso Perú, a pesar de que dijo que no intervendría en el caos político que generó el intento de Pedro Castillo de disolver el Congreso, inmediatamente después López Obrador publicó un segundo mensaje en el que condenó la caída de Castillo excusando que fueron las circunstancias lo que lo llevaron a intentar un golpe de estado.

La lista de intervenciones en asuntos de otros países es mucho más amplia. Le ha pedido a Estados Unidos que termine con el embargo a Cuba; ha condenado el proceso jurídico contra Cristina Fernández de Kirchner en Argentina y un largo etcétera.

El uso del discurso de la no-intervención no solo es a contentillo, además es una manipulación que se hace sin pensar en beneficios para el país. Es simplemente el capricho de un individuo que, por cierto, es el presidente de México.

Columna completa en El Universal

Washington D.C. – Me encuentro en la OEA, la Organización de Estados Americanos, en el marco de la formación del Comité de Integridad de Medios y el consenso es que la desinformación es uno de los grandes desafíos que enfrentamos como sociedad. Esta desinformación viene de muchos frentes. En el caso de México uno de los más grandes ataques a la verdad está en el presidente Andrés Manuel López Obrador. Su actual lucha por mandar al diablo a las instituciones electorales, empezando por el INE me parece un ejemplo lamentable de ataque a la verdad y de desinformación.

Parece increíble que ante la barbaridad de problemas y retos que enfrenta México hoy, el presidente López Obrador decida dedicarle tanto esfuerzo a desmantelar lo que él mismo ayudó a crear. Si Zacatecas arde; si hay falta de medicinas; si estamos por entrar a un nuevo conflicto comercial con Estados Unidos y Canadá; si están asesinado a periodistas, activistas y a miles de ciudadanos en México…todo eso pasa a segundo plano. El presidente está empecinado con destruir al INE y, de paso, lo hace mintiendo sobre lo que es la institución y sobre sus costos.

Este INE es hoy lo que es en gran parte por exigencias de Andrés Manuel López Obrador. Desde que perdió las elecciones del 2006 el eterno candidato y hoy presidente se ha dedicado a reclamar modificaciones a las leyes electorales que fueron incluidas en la Constitución en el artículo 41 en el año 2007 precisamente para saciar sus peticiones.

Entre ellas estuvo las restricciones a hacer campañas que duraran más de noventa días con precampañas que no excedieran las dos terceras partes del tiempo previsto para las campañas. López Obrador pidió, exigió, estas adecuaciones a las leyes electorales aduciendo igualdad para los candidatos del partido en el poder y aquellos de la oposición.

Pero ahora como presidente no ha hecho más que adelantar los tiempos electorales de tal forma que desde antes de la mitad de su sexenio ya había abierto sus cartas para su sucesión. Los citados noventa días se pueden quedar en el olvido. Hoy López Obrador aplaude que su corcholata favorita, Claudia Sheinbaum, viole las leyes al llevar meses en abierta campaña por la presidencia cuya fecha es todavía en…¡550 días!

Él fue uno de los impulsores de la regla aduciendo piso parejo pero ahora que está en el poder la desdeña y además miente al decir que la oposición ha orquestado una tomadura de pelo colectiva para convencer a la población de defender al INE.

El presidente quiere polarizar y poner de un lado al INE con las élites y del otro al pueblo. Se olvida que el INE no son los consejeros y sus sueldos. El INE son los múltiples ciudadanos que en cada elección se presentan para recibir y contar los votos de todos los demás ciudadanos. Por eso el respaldo que tiene la institución, con todo y sus defectos. Y por ello el presidente parece empeñado en engañar con que la mayoría de la gente quiere la reforma al INE, como declaró en su mañanera esta semana. Hasta número le puso: 80 por ciento de la gente está en favor de la reforma del presidente, según el presidente.

La amenaza a la integridad de la información en México viene en primer lugar de un presidente que lejos de querer resolver los enormes problemas que nos aquejan, encuentra problemas en donde se ha trabajado años por crear soluciones.

Apostilla: Las marchas a veces se perciben como fútiles. “¿Qué se logra con salir a las calles?” “La democracia se defiende en las urnas, no en las calles.” Estas y otras excusas he escuchado para desestimar salir a la calle a exigir respeto a las instituciones y a nuestros derechos. Irán y China son ahora el mejor ejemplo de que las exigencias desde las calles sí llevan a un cambio en los gobernantes, por más autócratas o dictatoriales que sean. En Irán se tambalea la existencia de la Policía de la Moral a la vez que sigue el grito al fin de la teocracia. En China se han relajado las medidas de COVID cero. Ambas son ganancias obtenidas a través de manifestaciones en las calles.

 Columna completa en El Universal

Por años la política exterior de México fue motivo de orgullo. Lográbamos ser el vecino de la gran potencia, Estados Unidos, y a la vez ser el puente con Latinoamérica. Teníamos nuestro TLCAN pero también pertenecíamos al Mercosur. Se hablaba de México como el gran hermano latinoamericano.

La ‘gran transformación’ de la 4T ha dado con al traste con todo ello y lo ocurrido en la votación del Banco Interamericano de Desarrollo y en la Organización Panamericana de la Salud es simplemente la prueba de que la idea de López Obrador de que “la mejor política exterior es la interior” tiene sus costos.

Aunque al presidente de México no le guste, sus desplantes, groserías e ignorancia sobre el papel de México en el mundo tiene consecuencias.

Primero hemos visto a un López Obrador que ha desdeñado acudir a las cumbre y reuniones internacionales. En segundo lugar ha optado por hacer nombramientos en embajadas y consulados de gente no capacitada para esos encargos. Muestra emblemática ha sido el amigo de la esposa de López Obrador, Pedro Salmerón, que fue justificadamente rechazado por Panamá después del movimiento #UnAcosadorNoSeraEmbajador.

Además ha decidido atacar a gobiernos como el español, a quienes sugirió poner la relación ‘en pausa’ o al estadounidense al preferir defender a los dictadores de Nicaragua, Cuba y Venezuela que apoyar a Biden cuando la Cumbre de las Américas. Ha sugerido que la Estatua de la Libertad sea desmontada de EUA en defensa de Julian Assange y un largo, larguísimo etcétera.

Pues es la fecha en que estos desplantes le cobran factura al gobierno de México. La postulación de Gerardo Esquivel al frente del Banco Interamericano de Desarrollo, del BID, fue casi de último momento después de que la candidata original del presidente, Alicia Bárcena, se cayera a principios de noviembre cuando una legisladora estadounidense señaló que no sería bienvenida.

María Elvira Salazar, envió una carta a la secretaria del Tesoro Janet Yellen pidiendo que el país vote en contra de la candidatura de Bárcena. “Es simpatizante del comunismo”, acusó, ya que, como secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la CEPAL, habló de manera positiva sobre Fidel Castro y Hugo Chávez. EUA tiene un voto que pesa el 30 por ciento en el nombramiento de quien dirija el BID. Bárcena se retiró. La posibilidad para Esquivel en ese momento se redujo considerablemente y eso explica que en la votación del fin de semana México, que no Esquivel, recibiera solamente dos votos.

Ha sido una soledad autoinfligida, resultado de una política exterior poco profesional. El enojo del presidente, reflejado en el comunicado de Hacienda lamentando que Estados Unidos no apoyara al candidato de México y se decantara por el brasileño Ilan Goldfajn no es más que un botón adicional que enseña que no se entiende que no se entiende.

Culpar a otros es sumarle al error. Pero eso será complicado de ver cuando lo que hay como estrategia central en estos momentos es marchar en contra de una parte de los mexicanos.

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La renuncia de Liz Truss como Primera Ministra de Gran Bretaña a tan solo 44 días de haber llegado al número 10 de Downing Street muestra una de las grandes ventajas que tienen los sistemas parlamentarios sobre los presidencialistas. Si un Jefe de Estado le falla a la sociedad, tiene que dejar el poder. No importa cuánto tiempo falten para las siguientes elecciones ni si al llegar al poder heredaron un país en crisis.

En un sistema presidencialista como el mexicano estamos amarrados a un Jefe de Estado por seis años. Algunos argumentarán que esto evita la volatilidad en la que se encuentra Gran Bretaña en donde el Partido Conservador ganó las elecciones de diciembre del 2019 con Boris Johnson como su candidato y desde entonces ya van en su 3er Primer Ministro.

De acuerdo. Los Conservadores han estado en una crisis grave desde que coquetearon e impulsaron la idea del Brexit. Pero cada vez que el jefe del partido en el poder y por lo tanto Primer Ministro no logra cumplir con sus promesas de campaña, no ha tenido espacio para aventar culpas.

El reto para el nuevo Primer Ministro, Rishi Sunak, será arreglar la crisis en que está inmersa la economía británica sin que el golpe inevitable que llegará a los bolsillos de los ciudadanos genere un descontento que lo obligue también a dimitir. Sunak lo tendrá que hacer con un partido Conservador sumamente dividido y, para acabarla de amolar, deberá de lograrlo sin que lleguen los reclamos de que como él es multimillonario (tiene más dinero que la Corona inglesa), los sacrificios requeridos para bajar la inflación no le afectan como al resto de los mortales.

Enormes retos para el gobierno británico, sin duda. Pero me parece que son preferibles a la cárcel del sexenio en el que vivimos en el sistema presidencialista mexicano.

Es inexplicable que a cuatro años de haber asumido el poder, el presidente López Obrador siga culpando de sus fallas e incompetencias al pasado. ¿Para eso lucho tanto por ganar?

Liz Truss tuvo que renunciar por presentar un proyecto de presupuesto que simplemente no cuadraba. Proponía reducir los impuestos, en especial a los que más ganan, sin recortes al gasto gubernamental. ¿De dónde saldrían los recursos para cuadrar ese presupuesto? Al no haber una respuesta clara a esta interrogante, Truss trató de salvar su gobierno corriendo a su ministro de finanzas. Nada de responder con una evasiva como un “yo confío en que es una persona íntegra”. Pero ni corriendo al ministro Kwasi Kwarteng logró Truss estabilizar el barco. La historia ya la conocemos. 44 días después de haber llegado al poder tuvo que renunciar por su incompetencia.

Antes de Truss dimitió Boris Johnson. La gota que derramó el vaso de agua fue el escándalo conocido como ‘Partygate’. Johnson y parte de los integrantes de su gobierno se dieron licencia durante la pandemia para reunirse y beber mientras al resto de los ingleses los obligaron a estrictos confinamientos. Mentir y creerse por encima de los ciudadanos comunes y corrientes le costó el puesto.

En México han salido vídeos, muchos vídeos, desde René Bejarano hasta el hermano del presidente Pío López Obrador, recibiendo dinero en efectivo cuya procedencia no han podido explicar. Al cuestionársele, el presidente ha admitido que ese dinero ha sido para ‘el movimiento’, como si eso fuese una excusa para manejar maletas de efectivo. AMLO sigue siendo presidente y lo seguirá hasta el 30 de septiembre del 2024. No importa cuánta corrupción lo rodee, no importa qué tan mal haga su trabajo, tenemos AMLO por seis años. Es la cárcel del sexenio en el sistema presidencialista mexicano.

Con todos sus defectos, el sistema parlamentario como el de los ingleses, me parece uno mucho mejor por la rendición de cuentas a la que obliga a sus gobernantes. Si son incompetentes al gobernar, salen.

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