Madrid, España. – El día de mañana estaré visitando la planta de hidrógeno verde que acaba de inaugurar Iberdrola en Puertollano, a una hora en tren de Madrid.

El hidrógeno es el elemento químico más abundante de la naturaleza. El reto es que no se encuentra puro. Es un componente del agua (dos moléculas de hidrógeno más una de oxígeno hacen agua, H2O). Hoy se ve como la solución para el calentamiento global. Mediante el hidrógeno, podemos producir energía que no contamina el planeta, si lo obtenemos de manera sustentable.

Y es que la descarbonización no va a darse porque dejemos de comer carne o porque usemos vehículos eléctricos. Estos esfuerzos son positivos, pero los grandes contaminantes son los productores de cemento y acero. Mientras estas industrias sigan utilizando carbón, las emisiones seguirán siendo un problema para la salud del planeta. Sus necesidades energéticas son tan grandes, que no pueden ser cubiertas mediante la energía eléctrica o solar. Y aquí es cuando entra en acción el hidrógeno.

Actualmente la mayor parte del hidrógeno en el mundo se obtiene utilizando gas natural. Esta forma no es amigable con el medio ambiente porque emites gases de efecto invernadero. Pero eso es justo lo que vengo a ver a Puertollano. Una planta de hidrógeno verde, es decir una planta que no emites gases de efecto invernadero porque obtiene el hidrógeno a través de energía solar. Dentro de la planta hay un electrolizador, que es un aparato que separa, mediante electrólisis, las moléculas de oxígeno de las de hidrógeno.

La planta aporta energía para Fertiberia, una fábrica que está a un lado y que lo utiliza como materia prima para producir fertilizantes. Así, el hidrógeno verde permite fabricar fertilizantes verdes y desarrollar amoníaco verde. A diferencia de las plantas que producen hidrógeno con gas natural, que usan 22 litros de agua para producir un kilo de hidrógeno gris, en esta planta se consumen 10 litros de agua por cada kilo de hidrógeno verde producido.

El arranque de la revolución del hidrógeno verde está comenzando por las plantas que ya producían hidrógeno pero no lo hacían de forma sustentable, para abastecer industrias como las de los fertilizantes, del metanol para la industria química y la refinación de petróleo. Otras industrias que se pueden cambiar a hidrógeno verde son las acereras, la industria naviera y la de almacenamiento de energía.

El hidrógeno como combustible es ya una realidad en Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Alemania. Japón está en camino a convertirse en una economía de hidrógeno. España también hace esfuerzos en este sentido. Puertollano contribuye a la soberanía energética del país mediante la sustitución progresiva de combustibles fósiles importados que son cada vez más caros.

En lugar de que el gobierno español piense en construir una refinería o en comprar una en otro país, como lo ha hecho el gobierno de Andrés Manuel López Obrador al adquirir Deer Park en Texas, España está avanzando en la soberanía energética pensando en soluciones sustentables, como el hidrógeno verde, sin invertir un solo centavo de las arcas públicas.

Bastante envidiable.

El hidrógeno es la energía del futuro en varios países, pero no en México ante un gobierno que privilegia la ideología sobre la lógica en la materia.

Columna completa en El Universal

 

Apostilla: España se encuentra en medio de campañas presidenciales para ver si permanece Pablo Sánchez en la presidencia. Éstas tienen una duración de ¡15 días! Arrancaron el 7 de julio y culminan el 23, día de la elección. Madrid apenas tiene uno o dos pequeños posters de los candidatos. No está la ciudad llena de enormes espectaculares pagados con quien sabe qué recursos. Casi como en México.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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