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El triunfo de Morena el domingo 2 de junio fue mucho más amplio del que esperaban muchos ciudadanos. La emoción de tantos que veían el posible triunfo de la oposición – difícil, más no imposible en la presidencia – pero sí en las distintas gubernaturas, Jefatura de Gobierno y desde luego en el legislativo, se tornó en shock al conocer la contundente victoria de Morena y sus aliados del PVEM y PT.

Ese shock ha llevado al enojo; a señalamientos de fraude; a gente queriendo comparar las sábanas de sus casillas con los resultados del PREP; a decir que la compañía del hijo de Bartlett metió mano en el software del INE y a un sinfín de teorías de la conspiración para ver si de alguna forma se sostiene que ese resultado estuvo mal.

Estamos hablando de una diferencia de más de 30 puntos porcentuales. Claudia Sheinbaum recibió 17 millones de votos más que Xóchitl Gálvez. Si multiplicamos los votos de Gálvez por dos, se sigue quedando corta frente a los votos de Claudia. Y si vemos el mapa de México, Morena solo perdió en Aguascalientes. El país se pintó de guinda. Fue una paliza.

¿Cómo pudo arrasar así Morena en la CDMX si llevamos días y días de contingencias por la mala calidad del aire? ¿Cómo pudo ganar Clara Brugada si ya no es solo Iztapalapa la alcaldía que no tiene agua? ¿Cómo se reeligió Abelina López Rodríguez en Acapulco después de su lamentable desempeño tras el paso de Otis? ¿Cómo ganó por una ventaja de dos dígitos Rocío Nahle en Veracruz si ni siquiera es veracruzana y sus escándalos de corrupción marcaron la campaña? ¿Quiénes son los que le dieron 78.5% de la votación a Eduardo Ramírez en Chiapas si en ese estado reina la inseguridad; la falta de oportunidades y la pobreza?

Podríamos seguir con este tipo de preguntas y con las teorías de la conspiración. Podemos hablar de los programas sociales y de la intervención presidencial, que sin duda influyó.  Pero es mejor aprender lecciones y voltear a ver hacia adelante.

¿Qué pasó el 2 de junio? La elección ha dejado en claro que México es un país muy complejo y que ni la oposición ni nosotros como analistas y observadores de la política hemos sabido transitar con un importante segmento de los mexicanos.

Por más escritos y publicaciones sobre los elefantes blancos disfrazados de obras de infraestructura; por más que le dimos voz a los que se han quedado sin medicinas; con todo y los reportajes tan documentados sobre la corrupción de los cercanos al presidente, la votación arrojó un claro SÍ para AMLO y un SIGAMOS ADELANTE para Claudia.

La oposición, mientras tanto, decidió no apoyar a su candidata a la presidencia y colocó a amigos y familiares para ocupar posiciones de poder sin importar cual fuera el resultado. Ante la derrota determinante, hoy Marko Cortes y Alejandro Moreno están tranquilos porque tendrán su escaño plurinominal en el Senado. No han tenido la decencia de renunciar a sus dirigencias ni de hablar de un mea culpa.

Además de intentar entender qué pasó, la pregunta pertinente es ¿qué sigue? ¿qué le espera a México bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum? Estamos en sus manos. En su decisión de qué tomar y qué dejar de la agenda de López Obrador. En su visión de a qué ala de Morena escuchar y a cuál apaciguar. Hereda un país dividido con una larga lista de pendientes. ¿Qué camino tomará para enfrentarlos? ¿El de la confrontación o el de la reconciliación?

¿Qué va a hacer la primera presidenta con México y para los mexicanos? En eso toca concentrarnos ahora.

Columna completa en El Universal

En el 2024 más de la mitad de la población mundial tendrá que ir a votar. Como bien sabemos, México y Estados Unidos tendrán elecciones. Pero también habrá comicios en Taiwán, Rusia, Ucrania, India, Indonesia, Venezuela, Sudáfrica, Gran Bretaña, Austria, Bélgica, Croacia, Finlandia, Túnez, Ghana, Ruanda, Namibia, Mozambique, Senegal, Sudan del Sur…

Somos 8 mil millones de personas en el mundo. En el año que acaba de arrancar 4.2 mil millones de personas viven en un país que tendrá elecciones. Así, por primera vez en la historia, más de la mitad de la población mundial está llamada a votar.

The Guardian define el 2024 como el Super Bowl de la democracia, pero el semanario The Economist anota que si bien esta cantidad de elecciones deberían indicar que será una fiesta de la democracia, la realidad es mucho menos alegre. La mayoría de los países que tendrán elecciones son democracias fallidas o de plano autocracias.

Desde ahora sabemos, por ejemplo, que en Rusia, Vladimir Putin se va a reelegir por quinta ocasión. Lo suyo tendría que ser más una coronación que una elección dadas las acciones en contra de sus opositores que han sido exiliados, encarcelados o asesinados. Casi en el mismo plano podemos anticipar el resultado en febrero en las elecciones parlamentarias de Bielorrusia, aquellas que Lukashenko ha dicho que serán justas, “a diferencia de las de Estados Unidos”. Esto a pesar de que Svetlana Tijanóvskaya sigue viviendo en el exilio tras haberle ganado las elecciones del 2020 cuando se presentó como la candidata inesperada después de que Lukashenko asesinó a su esposo, el principal y popular opositor en esos comicios.

India, el país más poblado de mundo, acudirá a las urnas entre abril y mayo, pero sus casi mil millones de ciudadanos lo harán en una democracia fallida en la que Narendra Modi ha traído de regreso el tribalismo: hindús vs musulmanes. Lo bueno es que en una de esas y la coalición INDIA (Alianza Nacional Inclusiva por el Desarrollo de India), conformada por 28 partidos opositores, podría frustrarle a Modi su 3era reelección.

Taiwán será una de las elecciones más importantes del mundo y con ella arrancará el 2024. Son tres candidatos, dos de los cuales abogan por un acercamiento con China. Del resultado de estas elecciones podemos anticipar la forma como se definan las relaciones entre China y Estados Unidos. Si gana de nuevo el partido Democracia Progresiva, que es el único que aboga por la independencia de la isla ¿con qué tanta furia reaccionará Beijing? Esa es la gran pregunta que quedará expuesta arrancando el año pero que podemos anticipar no será tersa. El primer discurso de Xi Jinping del año fue para advertir que en el 2024 será inevitable la reunificación de China.

En Irán habrá elecciones y todos sabemos que ahí no existen las libertades de una democracia consolidada. Por ello los clérigos fundamentalistas que están al mando han descalificado a priori a un 25 por ciento de los opositores competitivos para las elecciones parlamentarias de marzo.

En Europa la renovación del Parlamento puede sonar poco importante pero sus resultados nos darán una pista de qué tanto apoyan los europeos a los populistas de derecha, como los elegidos en noviembre en Países Bajos cuando ganó Geert Wilders, o si prefieren opciones más moderadas, como ocurrió en Polonia con el triunfo de Donald Tusk.

Todos estos procesos electorales, en un mundo desordenado, con ciudadanos enojados y resentidos, anticipan mucho mayor volatilidad en el 2024. Será un año interesantísimo en materia electoral.

Apostilla: Para un análisis más extenso de este año electoral, los invito a escuchar el episodio de mi podcast Broojula de hoy, Tsunami electoral, en el que platico con Miguel Ángel Lara Otaola, miembro del consejo del Electoral Integrity Project.

Columna completa en El Universal

En medio del embrollo que generó Samuel García en Nuevo León con su solicitud de licencia; su enojo por no poder dejar al interino de su preferencia -como mandata la Constitución local – y la decisión de bajarse por ello de la contienda presidencial, me senté a platicar con otra de las figuras importantes de Movimiento Ciudadano, con Salomón Chertorivski, sobre el partido y su futuro.

Chertorivski, que fue Secretario de Salud en el gobierno de Felipe Calderón y Secretario de Desarrollo Económico de la CDMX durante el encargo de Miguel Ángel Mancera, es desde 2019 integrante de Movimiento Ciudadano. Actualmente está buscando ser Jefe de Gobierno de la CDMX.

Sus posibilidades de ganar estaban muy cuesta arriba. Con lo ocurrido en Nuevo León, la situación se complicó aún más porque la marca de Movimiento Ciudadano quedó raspada. Esto es algo que ni Dante Delgado, ni Samuel García, ni el propio Chertorivski admiten. Salomón de hecho piensa que lo que logró despertar Samuel García en su muy corta precampaña y mucho gracias a la influencia de su esposa Mariana, es muy valioso, en especial entre los jóvenes.

¿Tiene posibilidad alguna de ganar la CDMX Chertorivski? ¿Su candidatura divide el voto opositor? ¿Debería mejor negociar construir una alianza opositora con Xóchitl en la presidencial y él en la CDMX al estilo de lo que vemos en Jalisco con Pablo Lemus para la gubernatura de ese Estado?

De todo esto platiqué con él.

Salomón cree que su reto es enorme, más no imposible. Su argumento es que hacer una alianza con la oposición queda completamente descartada porque el PRI es el partido más desprestigiado, seguido por el PAN. Si vemos las más recientes encuestas, tiene razón. En la encuesta publicada ayer por El País, un 52 por ciento de los encuestados responden que nunca votarían por el PRI; un 17 rechaza al PAN. Los negativos de MC son de apenas el 3 por ciento. Habrá que ver cómo se movió este número a partir del affaire Nuevo León-Samuel. Lo ocurrido con el gobernador no fue cosa menor. Veremos si en una semana logró golpear la credibilidad de que MC es un partido que quiere hacer las cosas diferente y en el cual sus cuadros jóvenes representan el futuro. Desde mi punto de vista, Samuel García mostró la peor podredumbre que hay en la clase política, a pesar de su juventud y del discurso de Dante Delgado sobre lo que busca Movimiento Ciudadano.

En la visión de Chertorivski el éxito de la oposición en la CDMX en el 2021 no será igual ahora. El discurso de que si entonces se le pudo arrebatar la mitad de las alcaldías a Morena, ahora se le podrá ganar la Ciudad lo ve poco probable Salomón por cambios en tres circunstancias:

  1. En 2021 no había la penetración de programas sociales que hay ahora. Un 61 por ciento de los hogares recibe algún tipo de apoyo del gobierno federal y esto le ayuda a crecer el voto duro de Morena en detrimento de la oposición.
  2. Ya no estamos en pandemia y la recuperación económica de hoy no existía en el 2021.
  3. En 2021 salió a votar desproporcionadamente la clase alta y lo hicieron por la oposición. Las clases bajas van a votar más ahora por ser una elección presidencial.

A pesar de insistir en que su candidatura busca motivar el voto joven y atraer a los indecisos y a los que están desencantados con Morena pero nunca votarían ni por el PRI ni por el PAN, es evidente que para poder ganar tendrá que robarle votos a la oposición. Por ello su candidatura sí divide el voto opositor. ¿A quién le quita MC más votos? ¿A la alianza PAN, PRI, PRD o a Morena? Eso no hay forma de saberlo ahora.

Chertorivski tiene seis meses para convencer a los chilangos que él representa la propuesta del futuro. Actualmente sabe que poca gente lo conoce, pero está en los mismos niveles que Santiago Taboada, quien se perfila para ser su rival opositor. Y ve que Clara Brugada tendrá que defender los muchos errores de Morena en la CDMX y poco que presumir de sus casi nueve años al frente de la alcaldía Iztapalapa.

Columna completa en El Universal

Cuando el presidente López Obrador decidió cerrarle las puertas de Palacio Nacional a Xóchitl Gálvez, la hoy precandidata presidencial dijo que ya no buscaría ser Jefa de Gobierno de la CDMX sino presidenta de México.

La frescura con la que anunció su candidatura; la forma de responderle a López Obrador sin enojarse, pero sin doblarse, dejaron ver que el 2024 no estaba definido. Que en Xóchitl, la oposición tenía la posibilidad de arrebatar la silla presidencial.

Hoy el escenario ha cambiado. El entusiasmo que generó Xóchitl se ha tornado en preocupación y hasta derrotismo. Surgen preguntas sobre su equipo y sobre el papel de los partidos en su estructura que llevan a la certeza de que este arroz ya se coció…en favor de Claudia Sheinbaum.

¿Por qué se desinfló el entusiasmo hacia Xóchitl? Ella no ha cambiado. Sigue siendo la mujer que cuenta su historia sobre su camino de Tepatepec al Senado, pasando por la Alcaldía Miguel Hidalgo. Habla de sus orígenes humildes y como los superó a través de estudio y del trabajo.

Sin duda, ha cometido errores. Desde la felicitación efusiva al ultraderechista Milei en Argentina, la parálisis cuando falló el teleprompter – inexplicable para alguien a quien hemos escuchado hacer uso de la palabra en tribuna múltiples veces y sin guion -, el lapsus provocado probablemente por el subconsciente de atacar a Alito Moreno y hasta el innecesario cambio de nombre de la coalición que representa. De Va por México se modificó primero a Frente Amplio Opositor. Y cuando finalmente nos lo aprendimos, decidió que ahora encabeza Fuerza y Corazón por México, un nombre que parece más el título de una telenovela.

También ha tenido aciertos. Saber reponerse de la caída de la silla en el informe de la alcaldesa Lía Limón al decir que esa silla le quedó chica, pero que va por la grande, por ejemplo, resulta una bocanada de aire fresco en un escenario político tan cargado como en el que nos encontramos. Su constante discurso por la unidad de México también abona ante años de polarización y de división.

Sin duda el balance que debe lograr Xóchitl es complicado. Tiene que hacer un acto de malabarismo entre las ambiciones de los dirigentes de los partidos de la coalición y las exigencias de los ciudadanos que ya no están dispuestos a dar cheques en blanco simplemente para sacar a los mentirosos y/o ineptos del poder. Es más fácil no votar que votar con las narices tapadas. Por ello el reto para Xóchitl es monumental. Debe entusiasmar a los agraviados, decepcionados y a los que nunca comulgaron con López Obrador y su movimiento.

Los números sí mienten. Lo hacen cada vez más. Por ello es fácil poner en duda encuestas como Demotecnia, que tienen a Claudia con casi 60 puntos de ventaja. Pero la tendencia es clara. En este momento Xóchitl no está acortando la distancia con Claudia. Y ahora debe evitar que los indecisos la abandonen y prefieran la opción fosfo fosfo de Samuel García.

La campaña está en problemas y eso preocupa porque Xóchitl no tiene tiempo que perder. A veces parece que la decepción con la candidata describe más a los ciudadanos que a ella, pero eso no importa. Las percepciones se vuelven realidad muy fácil. Xóchitl y su equipo deben encontrar la narrativa ganadora 2.0. La que sigue a su historia personal. Y olvidar a López Obrador. Él no estará en la boleta. Va a estar Claudia. Por lo pronto, es muy temprano cantar victorias o derrotas. El juego apenas arrancó y con ello la posibilidad de que Xóchitl se dé a conocer más allá del círculo rojo.

Columna completa en El Universal

Falta mucho y a la vez no falta tanto para la elección del 2024. ¿Qué certezas tenemos en el ámbito de la competencia presidencial? Primero, que será una elección de Estado. El presidente López Obrador utilizará todo lo que está a su alcance como Jefe del Ejecutivo para que gane Morena las elecciones. Es algo que ya está ocurriendo, aun cuando formalmente no han arrancado ni las precampañas. Lo vemos haciendo campaña abierta desde Palacio Nacional en la Conferencia Mañanera, que se paga con recursos públicos, y lo vemos atacando a la oposición desde ese mismo espacio.

Los 70 días del ‘corchola-tour’ también fueron financiados con recursos cuya procedencia no es transparente. Creer que cada uno de esos mítines costó 20 mil pesos, como lo reportó este diario en primera plana ayer basado en los datos que dieron los morenistas, es completamente descabellado.

Ahí están además las acusaciones que ha hecho el propio Marcelo Ebrard sobre el uso de la Secretaría del Bienestar para ayudar a la campaña de Claudia Sheinbaum. Tuvo su conferencia de prensa en la que denunció el acarreo que hace Bienestar para los eventos de Sheinbaum.  Después publicó un twitt exigiendo a la dirigencia de Morena que hiciera cumplir los acuerdos del partido ya que había acarreo y brigadeo por parte de servidores públicos en favor de la ex Jefa de Gobierno. Si eso ocurre ahora entre los partidarios ¿cómo pensar que va a ser diferente cuando la campaña sea contra la oposición? Va a ser mucho peor el uso de recursos públicos y del Estado una vez que arranque formalmente el proceso.

Otras certezas que hay hoy en el horizonte es la parálisis del INE ante las violaciones a las leyes electorales.

¿Qué incógnitas hay en el escenario de competencia? No conocemos aún a ciencia cierta quienes serán los candidatos. Podemos apostar a que en Morena será Claudia Sheinbaum y en el Frente a que quedará este domingo Xóchitl Gálvez.

Después del desplegado que publicó ayer Dante Delgado es muy posible que MC postule a Samuel García o, si al final da el brazo a torcer, a Luis Donaldo Colosio. ¿A quién le arrebatará votos esa candidatura? Será interesante ver incluso el papel que juega el muy presente machismo en la sociedad mexicana si es que quedan dos mujeres con mayor infraestructura como candidatas en contra de un hombre de un partido que en las encuestas publicadas esta semana logra un 12 por ciento de las preferencias. Movimiento Ciudadano está muy lejos de los veinte altos que le dan a Xóchitl o de los 40 bajos de Claudia.

Las encuestas muestran que hoy Morena gana con cualquier candidat@. Reforma le dio el lunes 53% al partido. ¿Se sostendrá esta cifra si hay un hombre en la boleta postulado por otro partido?

¿Qué pasará con Marcelo Ebrard? Acabará apoyando a Claudia Sheinbaum si, como todo apunta, ella termina siendo la ‘ganadora’ de las encuestas del partido después de haber dicho que su cierre de tour en Veracruz fue un bostezo-fest?

Son dudas que, salvo la definición de Movimiento Ciudadano, se resolverán tan pronto como la semana próxima.

Columna completa en El Universal

Pasadas las elecciones de este año estamos ya con las elecciones presidenciales del 2024 encima. Ante este banderazo, van 3 preguntas y respuestas:

  1. ¿Por qué ganó Delfina? A pesar de un fallo del Tribunal que confirma que cuando Gómez fue alcaldesa de Texcoco hubo un descuento a los salarios de los trabajadores y por ello una multa a su partido, a Morena, Delfina Gómez obtuvo 8 puntos más en las elecciones del domingo que la candidata de la alianza PRI-PAN-PRD-PANAL, Alejandra del Moral.

El justificado hartazgo con casi un siglo de malos gobiernos del PRI es tan grande que ni un fallo que comprueba un delito fueron suficientes para que los mexiquenses le dieran la espalda a Delfina.

También ganó porque hubo un buen operativo del partido, de Morena, y del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El día de la elección hubo detenciones de funcionarios de los gobiernos de Veracruz y Michoacán en municipios del Estado de México con dinero en efectivo y listas de electores.

A ello hay que sumar que Delfina Gómez ha sido una política disciplinada que ha cumplido al pie de la letra la estrategia emanada desde Palacio Nacional. Acudió a sus mítines; estuvo cerca de la gente y se apegó al mensaje de sus coordinadores de campaña. No perdió el piso en ningún momento queriendo demostrar que la que manda es ella. Acudió a los debates y se apegó al discurso que se esperaba de ella, incluso superando las bajas expectativas que había sobre su capacidad para debatir.

  1. Va Por México dice que prácticamente empató con Morena al sumar los votos que obtuvieron en Coahuila y Estado de México. ¿Es una lectura correcta? Al día siguiente de las elecciones, la coalición dio una conferencia de prensa en la que celebraron el triunfo en Coahuila, que fue por una diferencia de 35.5 puntos porcentuales, la más holgada en 18 años. Sumaron los votos obtenidos por Morena-PT-Verde en EdoMex, con los obtenidos por Morena en Coahuila. Esto dio un total de 3 millones 548 mil 410 votos. Ese número lo compararon con la suma de votos del PRI-PAN-PRD en Coahuila y Estado de México, que fue de 3 millones 494 mil 061 votos. La diferencia de votos fue de 1.55 por ciento (o 54 mil 343 votos). La conclusión es que hay tiro ante tan marginal diferencia de votos.

Lo anterior es una lectura incorrecta porque la tendencia que hemos visto es de Morena ganando elección tras elección desde 2018. De las 23 gubernaturas que se han disputado en de este sexenio, Morena ha ganado 17. Por su parte, el PRI ha perdido todas, salvo Durango y Coahuila. Ha pasado de ser un partido que gobernaba a casi el 60 por ciento de la población a sólo gobernar poco menos del 4 por ciento, y esto en alianza. Estas pérdidas estatales implican también pérdidas en presupuesto. Tan solo pensar en el Estado de México, la diferencia del 1.5 que hacen hoy es irrisoria si pensamos en lo que significará el control de ese bastión para las elecciones del 2024.

Sería pertinente para la alianza hacer un ejercicio de autocrítica más que de autocomplacencia, tras el resultado del domingo, en donde es evidente que sus actuales liderazgos son insostenibles.

  1. ¿Qué significa la renuncia de Ebrard a la SRE? Al anunciar que dejará la cancillería el lunes próximo, Ebrard logra enviar el mensaje de que quiere unidad, pero que va en serio por la candidatura de Morena por la presidencia. Quiere que todas las “corcholatas” estén en piso parejo para competir en la encuesta del partido. Su salida no podía darse una vez que perdiera la encuesta porque el presidente lo culparía de generar división en Morena.

Columna completa en El Universal

La semana pasada vimos una probadita de lo que está por venir en el cierre del actual sexenio. Todo indica que tenemos que prepararnos para tiempos de enorme turbulencia. El Presidente intensificó su guerra contra la Suprema Corte; llevó a cabo su primera expropiación y acusó al gobierno de Biden de ser injerencista en la política en Perú. Lo hizo con poca congruencia ya que fue él más injerencista en la política de ese país al llamar usurpadora a su presidenta, Dina Boluarte.

Esta radicalización de López Obrador podría ser la plataforma ideal para que la oposición se pusiera las pilas y se presentara como la mejor alternativa ante un presidente que ha dicho ¡fuera máscaras!

Pero no. En lugar de ello, del lado de la oposición, cada actor ha decidido radicalizarse también.

En Movimiento Ciudadano decidieron que ahora mismo, a diez días de las elecciones en Coahuila y Estado de México, es el mejor momento para pedir que nadie apoye al PRI.

MC ya había decidido no participar en las elecciones de este año, pero ahora han entrado de lleno en ellas al pintar bardas con el lema de ‘Ni un voto al PRI’. Si, es verdad que el Revolucionario Institucional ha ganado más embajadas que gubernaturas en el sexenio de López Obrador y que por ello es plausible la acusación de que han claudicado convenientemente y por intereses personales en favor de Morena. Pero esta campaña de MC debió de haberse hecho o mucho antes de las dos elecciones en juego este año, o pasadas éstas.

Por su parte el PRI está para llorar. Son la peor marca política, pero bajo el liderazgo de Alejandro ‘Alito’ Moreno no han hecho más que deteriorase. Se han acrecentado las divisiones internas y no han fortalecido las externas. Alito cree que puede hoy decirle a MC que son “esquiroles, esbirros, serviles y lacayos” de Morena, pero cerrar sus insultos diciendo que está abierto, que no quiere cerrar la puerta, a que vayan juntos en el 2024. Si, ajá.

Y en el PAN, Marko Cortés pretende darle la precandidatura solamente a quien logre cumplir con varios requisitos, entre ellos la meta bastante complicada de recabar 1 millón de firmas. Este anuncio logró una nueva división en el PAN. A las acusaciones de que Marko Cortés actúa así simplemente para boicotear a Lilly Téllez vino el cuestionamiento a Creel sobre de dónde viene el dinero para que él pueda apoyar y buscar este millón de firmas.

En lugar de pensar en construir una candidatura común con PRI y PRD, lo que ha provocado la ocurrencia del dirigente del PAN es mayor división.

Ante la radicalización del Presidente, la oposición parece querer cavar anticipadamente su tumba. En lugar de “aprovechar” esta radicalización del Presidente para cuestionarlo sobre los temas relevantes, como ¿por qué le tiene tanto miedo a la transparencia en sus obras insignia? ¿por qué quiere acabar con la división de poderes? ¿por qué quiere el regreso al país donde manda un solo hombre? la oposición desperdicia esta oportunidad para irse a su propia esquina radical.

Columna completa en El Universal

Hay un dicho muy claro y sencillo que debería recordar la oposición si realmente quieren tener oportunidad de regresar al poder: “No puedes querer tener el pastel y a la vez comértelo”. Pero eso es lo que están intentando los dirigentes del PAN, PRI y PRD.

Salen a marchar diciéndole a la ciudadanía que están en las calles porque ellos defienden a la democracia que está siendo atacada por el presidente López Obrador, por su partido, Morena; y sus aliados, PVEM y PT, pero después se unen a estos mismos actores para atacar ¡a la democracia!

Quieren su pastel intacto pero también le quieren dar sus mordidotas. ¿No entienden o creen que los ciudadanos somos ignorantes?

Al atacar al Tribunal Electoral como lo están haciendo, para ganar mayor poder en las cúpulas y poder vivir bajo sus propias reglas manteniendo el presupuesto público – que proviene del bolsillo de todos los mexicanos vía impuestos – están atacando la democracia.

Lo que pretenden con la iniciativa que busca reformar los artículos 41, 73, 99 y 105 de la constitución es eliminar contrapesos y limitar derechos de las minorías políticas. Así de sencillo. Primero porque pretende frenar juicios de derechos políticos promovidos por mujeres. Gracias a éstos se ha logrado avances en la paridad legislativa y mayor presencia en gobiernos locales. Han sido logros costosos que han tenido que brincar varias trancas, como cuando se inventaron los partidos aquello de ‘las Juanitas’. Ponían a una mujer candidata a una diputación o senaduría con un suplente hombre y, apenas comenzaba la legislatura, la obligaban a renunciar.

Con todo y estas mañas, se logró importantes avances en paridad de género dentro de los partidos políticos. Mismo caso se ha dado para otras minorías como indígenas y transgénero. Esto lo quieren eliminar todos los partidos salvo Movimiento Ciudadano.

Además pretenden proteger a las dirigencias de los partidos, en este caso a Marko Cortés, del PAN, Jesús Zambrano, del PRD y Alejandro Moreno del PRI, de juicios internos en nombramientos que hagan. Son tan pequeños estos dirigentes, que prefieren aliarse con quien los está aplastando, Morena, con tal de mantener el poco poder que aún detentan.

Vemos un día sí y al otro también a los aspirantes de Morena, a las famosas corcholatas, violar las leyes electorales. Se promueven burdamente con recursos públicos, y aun así la oposición siente que es buen momento para quitarle poder y atribuciones al Tribunal Electoral que es actualmente la última instancia para poner un freno a estas violaciones constantes de la ley.

Consideran los tres partidos de la oposición, PRI, PAN, PVEM, que hoy que el presidente López Obrador, ataca al Poder Judicial, es buen momento para unírsele a él y a su coalición para atacar al Tribunal que forma parte de este contrapeso.

En medio del litigio electoral de mayor calado de las últimas décadas, el Plan B electoral, uno esperaría que las prioridades políticas de los partidos de la oposición deberían estar en la defensa de las instituciones electorales a toda costa. Si hay puntos que corregir dentro del INE y dentro del Tribunal Electoral, ahora no es el momento para hacerlo ni para pretender debilitarlos. Pero tal parece que la oposición quiere tener su pastel – decir que defienden la democracia – y comérselo también, al querer debilitarla.

La oposición parece que simplemente no entiende.

Columna completa en El Universal

Hasta hoy la oposición ha estado bastante aletargada. Distraída. Sin brújula. La agenda política la ha estado llevando el presidente con su partido Morena. Y sin embargo hoy es un día fundamental, muy importante para ambos bandos en el que la oposición podría o cavar su tumba o salir del letargo.

La votación de la iniciativa para mantener a las Fuerzas Armadas coadyuvando en la seguridad pública del país hasta el 2028 es mucho más que un tema de seguridad. Dada la forma como el presidente López Obrador ha decidido manejar las negociaciones (algunos dirían extorsiones) sobre el tema, lo que obliga esta votación es a que los actores políticos se definan.

En la Cámara de Diputados ya hubo definiciones. Alejandro Moreno, el presidente nacional del PRI, decidió doblarse ante el gobierno después de semanas de filtración de audios que lo mostraron de cuerpo entero como un político digno de ganarse el papel estelar en la película de “La Ley de Herodes”.

En el Senado los ojos están puestos en el PRI, aunque también existen flancos débiles en PAN y PRD. Como Morena y sus aliados tienen 75 votos asegurados para votar en favor de mantener al ejército en las calles hasta el 2028 y no hasta el 2024 como lo marca la ley actualmente, de asistir los 128 senadores a la sesión de hoy les faltarían 11 votos para su aprobación.

¿Quiénes dentro de la oposición votarán con Morena y sus aliados?

Decía líneas arriba que AMLO ha decidido irse por el camino de la extorsión en lugar de utilizar el de la negociación. En lugar de llegar con los legisladores con datos y mostrar avances de la Guardia Nacional, acompañado de sus retos por delante y así justificar que es necesario darle más tiempo a la capacitación de civiles antes de retirar a las fuerzas armadas de estos trabajos de seguridad pública, el presidente ha optado por una estrategia de amenaza. No le ha dado oportunidad a los legisladores de votar la iniciativa por sus aciertos o errores. Ha convertido el debate en una definición de bandos: o con el presidente o en su contra, cuando la disyuntiva debería de ser ¿cómo mejorar la seguridad pública en México? ¿Se puede lograr si se le da más tiempo al ejército en las calles?

Pero esas preguntas no parecen estar en el centro de la discusión. Vemos más bien a legisladores que todo indica están siendo condicionados a que no serán perseguidos jurídicamente a cambio de votos en favor de sus iniciativas. O amenazados de que si votan en contra de los deseos del presidente, las carpetas de investigación están listas para ser aperturadas.

Hoy será el momento en que los senadores de oposición tengan que definirse. ¿Qué tan fuertes son las amenazas que Palacio Nacional ejerce sobre cada uno de ellos? ¿Cuántos doblarán ante estas presiones? Sin saberlo, el presidente López Obrador está obligando a la oposición a definirse. Y a partir de esta definición podremos ver de qué está realmente hecha la oposición y conocer si tienen figuras, argumentos y agallas para la batalla más importante que seguirá, la de la contienda hacia el 2024.

Desgraciadamente la seguridad pública es lo último que está en la mesa en la votación de hoy.

Columna completa en El Universal

La votación de la Ley de la Industria Eléctrica con la que buscaba el presidente López Obrador darle preponderancia a la CFE en el orden de despacho para la producción de energía, sin importar si al hacerlo se utilizaba combustóleo, que es la forma más sucia y cara, no obtuvo los votos suficientes para implementar el cambio constitucional.

La oposición sorprendió al presentarse en la Cámara de Diputados en domingo de Pascua y al votar toda en contra de la iniciativa presidencial. Sorprendió porque se intuía que desde Palacio Nacional se mandaban mensajes de chantaje a la oposición: si votaban como quería el gobierno, en favor de modificar la LIE, no les sacarían sus trapitos al sol; de lo contrario…

Y la oposición resistió. Inmediatamente después comenzó la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, con sus “Martes de Jaguar” a dar a conocer audios de su antecesor en el estado y ahora presidente del PRI, Alejandro Moreno, en los que se le escucha que además de tener un buen dominio del francés (por la cantidad de groserías dichas en un solo enunciado), tuvo manga ancha para cuando menos hacer dos que tres actos de corrupción.

Martes tras martes Alito resistió. Pero ayer hubo un cambio de señales. La diputada priísta, Yolanda de la Torre, presentó una iniciativa que va en el mismo sentido de la presidencial para fortalecer y ampliar la militarización de la seguridad pública en el país. Además, casualmente, la gobernadora Sansores decidió que ya no va a dar a conocer más audios de Alito. Que se acabó ese contenido en sus Martes de Jaguar.

Como en política es difícil creer en las coincidencias, esto no puede tener otra lectura más que un acuerdo entre Moreno y Palacio Nacional para sacar adelante la iniciativa que el presidente López Obrador envió al Congreso como preferente y que ayer lo llevó a admitir lo que todos sabíamos: que si en campaña AMLO prometió la desmilitarización de la seguridad pública, ahora quiere darle todo el poder al Ejército. López Obrador cambió de opinión. Así lo admitió en su Mañanera de ayer.

La reacción del PAN no tardó en llegar. Su dirigente, Marko Cortes, dijo que o retira el PRI esta iniciativa o la alianza Va por México llega a su fin. Así, la alianza opositora se tambalea.

¿Significa esto que Morena va a ganar sí o sí en el 2024? No lo sabemos. En todas las encuestas publicadas rumbo al 4º Informe de Gobierno queda una cosa clara y una muy incierta. La primera es que el PRI es el partido más desprestigiado. En la de Eknoll que se publicó en estas páginas, un 47 por ciento dijo que NUNCA votarían por el PRI. ¿Le conviene a la alianza opositora ir junto a un partido tan mal parado ante los ciudadanos? Le hice esta pregunta en mi podcast Broojula a Enrique de la Madrid y él opina que la alianza debe de ir toda unida para tener oportunidad. Que para quienes no les guste el PRI voten tachando en la boleta a otro de los partidos de la oposición.

Pero aquí entra la incertidumbre. Por alguna razón no hay, o no he visto, ninguna encuesta que pregunte sobre segundas opciones a los votantes. Hay quien asume que si el PRI va solo, lejos de dividir el voto de la oposición va a dividir el de Morena ya que son los partidos más similares entre sí. Para un Morenista que no esté contento con quien vaya de candidato por ese partido, ¿tendría como 2ª opción al PRI? No lo sabemos. Los encuestadores no lo han preguntado.

Sería interesante que lo hicieran para tener mayor claridad sobre lo que significa que la alianza opositora se tambalee, como lo estamos viendo en estos momentos. ¿Quién gana y quién pierde si PAN y PRD no van con el PRI en las próximas elecciones?

Columna completa en El Universal

Estamos a días de las elecciones en las que se renovarán seis de las 32 gubernaturas de México: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Según las encuestas, Morena lleva la delantera en cuatro de los seis estados, pero no todo está escrito.

En Aguascalientes y Durango podría ganar la oposición. En ambos estados va junta la coalición PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano va solo. Sin embargo, en estos últimos días hemos visto como Durango se ha apretado. La ventaja que traía Esteban Villegas se ha acortado y prácticamente llega empatado con Marina Vitela. La MCista Patricia Flores, ex panista del gobierno de Felipe Calderón, tiene entre seis y nueve puntos, dependiendo la encuesta que se revise. Estos puntos le habrían venido muy bien a la oposición para rescatar este estado.

En Hidalgo tiene cómoda ventaja Julio Menchaca, de Morena. La candidata de la oposición, la priísta Carolina Viggiano se ha quedado muy atrás a pesar de ir en alianza con PAN y PRD. Ahí Movimiento Ciudadano presentó al ex cantante, Francisco Xavier, como su candidato quien llega igual que Flores, con alrededor del 6 por ciento de las preferencias.

En Oaxaca no se logró una candidatura de oposición y Salomón Jara de Morena lleva una cómoda delantera. MC llega con Alejandra García Morlán en el mismo rango del 6 por ciento.

En Quintana Roo tampoco se logró una candidatura única de oposición. PAN y PRD van juntos con un partido local; MC presentó su propio candidato, José Luis Pech, después de haber decidido quitarle la candidatura a Roberto Palazuelos por varios escándalos del hoy empresario hotelero de sus años como amigos de los hijos de los presidentes. Pech tiene alrededor del 16 por ciento de las preferencias. De haberse sumado, al igual que el PRI, podrían darle la batalla a la morenista Mara Lezama, pero divididos parece que le van a entregar el estado a Morena.

Tamaulipas es un estado complicado de medir por los problemas de inseguridad, pero si le creemos a los números, va a ganar Américo Villarreal, de Morena y perderá César Verástegui de la alianza PAN,PRI,PRD. Arturo Diez Gutiérrez, de MC, tiene alrededor del 5 por ciento de las preferencias.

El fundador de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, ha repetido que no quieren ser un partido que se sume a los tradicionales, a otras fuerzas políticas, porque representan una alternativa realmente diferente. No son simplemente la opción a Morena y a López Obrador. Insiste que así pueden presentar una candidatura independiente en el 2024 y ganar.

Los números hoy colocan a Movimiento Ciudadano como un partido que tiene preferencias en el rango de un solo dígito. El gradualismo que supone Dante Delgado que le permitirá en un futuro arrebatar un triunfo presidencial se antojan complicados para estas elecciones.

Lo positivo de este gradualismo de MC y Dante Delgado es que lo mantiene alejado de escándalos de los que los ciudadanos están hartos, como los dichos de Alejandro Moreno, dirigente del PRI.

Lo negativo es que ayudará a que Morena se alce con más gubernaturas el próximo domingo. Y ya hemos visto que cuando Morena gana, deja de jugar el juego democrático.

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El reporte de Goldman Sachs es muy claro: la votación de los diputados en contra de la reforma eléctrica fue quizás la mayor derrota política del presidente Andrés Manuel López Obrador desde que asumió el cargo. El banco cree que es probable que esta derrota del presidente impulse a la oposición a permanecer unida para las elecciones locales de este año y probablemente hacia las de 2024.

La derrota fue no solo por quedarse corto en los votos para que se pudiera modificar la Constitución. La derrota fue también moral. Quedó al desnudo que el presidente no solo es igual a los de antes, que tanto le gusta denostar, es peor.

Dijo el presidente en su mañanera del lunes posterior a la derrota que “lo que no suena lógico, suena metálico”, en referencia a que los 223 diputados de la oposición que votaron en contra de la Ley Eléctrica recibieron dinero por su voto. Los acusó de vendepatrias y traicioneros a la nación. Esto cuando el único caso claro de una compra de un voto fue el del diputado, Carlos Aysa Damas, del PRI, quien se cambió a Morena y votó a favor de la iniciativa presidencial para que su papá, Carlos Miguel Aysa, sea el nuevo embajador de México en República Dominicana.

A los diputados del PRI los llamó paleros del PAN por haber votado todos en el mismo sentido, en contra de su iniciativa. Pero ¿qué no son más paleros los del Verde, paleros de Morena, por haber votado este domingo en contra de una iniciativa que en 2013 apoyaron? Tan paleros de Morena resultaron los del PVEM que terminaron por expulsar a la única de sus legisladoras que no quiso votar como borrego, a Alexis Gamiño. Así, la alianza Juntos Hacemos Historia quedó con un escaño menos en la actual legislatura. Ganaron al vendido de Aysa; perdieron a Gamiño y a Andrés Pintos, que también abandonó el barco del Verde para irse a Movimiento Ciudadano y también votó en contra. En un momento en el que cada voto resulta valiosísimo, a la derrota del presidente hay que sumarle que su coalición se quedó con un legislador menos.

Tras la votación, los dirigentes del PAN, PRI y PRD, así como el Coordinador de MC en el Senado advirtieron que la misma suerte que la Ley Eléctrica pueden sufrir las reformas constitucionales de la Guardia Nacional y la electoral, que ha prometido enviar López Obrador al Congreso. Esto puede llevar a un status-quo legislativo que, siendo el mejor escenario para México, sería el peor para un presidente que quiere a toda costa transformar al país.

Sin diálogo y pretendiendo imponer a capricho su voluntad, el presidente no podrá hacer los cambios constitucionales que quiere. El dirigente de Morena, Mario Delgado, dijo que López Obrador sale ganando con el rechazo y que la oposición se someterá al juicio de la historia y de los electores. No estoy segura si eso lo dijo todavía con su traje de baño puesto, ya que el domingo se le vio así vestido a su llegada a la Ciudad de México de sus vacaciones en Puerto Escondido, pero el primer juicio de los electores ya se vio en 2021 cuando Morena perdió 58 diputados y con ello quedaron imposibilitados de hacer los cambios que ahora quieren pasar “a chaleco”, como se dice coloquialmente.

Tiendo a coincidir más con el análisis de Goldman Sachs que con el de Mario Delgado respecto a si el voto de rechazo a la Ley Eléctrica ha sido una derrota o un triunfo para el presidente López Obrador.

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  1. ¿Qué va a hacer Ricardo Monreal?

Andrés Manuel López Obrador adelantó su sucesión demasiado. No quiso esperar porque su preferida para sucederlo en la presidencia, Claudia Sheinbaum, necesita tiempo para poder posicionarse ante la opinión pública. Ricardo Monreal ha dicho, ante esta sucesión adelantada, que él quiere ser el candidato de Morena. Esto, que ha sido una traición a los ojos de López Obrador, es lo que Monreal considera que merece después de tantos años de trabajo para AMLO. Fue su coordinador en la campaña del 2012 y en 2018 aceptó que le quitaran la candidatura a la Jefatura de Gobierno de la CDMX y se la diera AMLO a Sheinbaum. Ahora, que AMLO se la quiere volver a dar a Sheinbaum, pero para la presidencia, la gran interrogante es si Monreal vuelve a aceptar hacerse a un lado, quizás a cambio de la candidatura por la CDMX, o se sale de Morena y busca ser el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano.

Actualmente Monreal tiene el poder de la dirigencia del Senado. Falta ver qué tan leales le son los legisladores de Morena en la Cámara Alta o si, al oler a un interlocutor que ya no tiene el oído del presidente, hasta el poder que tiene en el Senado se le esfuma.

  1. ¿Qué va a hacer Marcelo Ebrard?

El hoy canciller cedió la candidatura presidencial del PRD en el 2012 a Andrés Manuel López Obrador con un cálculo de que en la siguiente ronda López Obrador le daría a él la candidatura. Como sabemos, en 2012 AMLO perdió. Fundó Morena. Ganó en 2018. Y ahora, en lugar de apoyar a Ebrard, lo denuesta. La más reciente demostración de que Marcelo no es ni siquiera el Plan B de López Obrador ocurrió esta semana cuando revirtió públicamente la decisión de Ebrard de no enviar representante a la toma de protesta del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.

La pregunta durante la conferencia mañanera en la que López Obrador revirtió públicamente la decisión de Ebrard fue fuego amigo para que el presidente pudiera dejar en claro quién manda aquí…y quién no. Antes de esto, el presidente le retiró a Ebrard la encomienda de comprar las vacunas contra el COVID19 que venía haciendo bastante bien desde finales del año pasado. Le cambió la jugada al canciller y también declarado aspirante a la presidencia en el 2024 y decidió que a partir de ahora ese trabajó será de la Secretaría de Salud.

Como Ebrard no pinta ni para ser Plan B y tampoco le puede ofrecer la candidatura a la Jefatura de Gobierno, que ya encabezó, la gran interrogante de este año será si Ebrard deja de lado su aspiración presidencial o si se va con la oposición. Pero ahí viene la siguiente pregunta.

  1. ¿Logrará la oposición una sola candidatura?

El PRI es una manzana envenenada. Al PAN no le alcanza sólo y al PRD menos aún. Por eso está la apuesta de que definan una candidatura común en donde idealmente pudieran convencer a Movimiento Ciudadano de ir con ellos también. La situación se ve muy complicada porque los liderazgos del PRI y PAN parecen no entender lo débil que están y lo mal vistos que son sus partidos por la ciudadanía. Se arrebatan rebanadas muy pequeñas de poder. Aún así, en estos momentos hay trabajo dentro y fuera de los partidos para intentar esta candidatura única. Pero…

  1. ¿Quién es viable para esa candidatura?

Este es el gran problema. Actualmente no hay una sola figura que pueda hacerle contrapeso al presidente López Obrador. Cuando en estos momentos una respuesta a esta pregunta depende de la decisión que tome Monreal, pero sobretodo Marcelo Ebrard, nos damos cuenta de la enorme debilidad de nuestra clase política.

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La reforma energética que quiere el presidente Andrés Manuel López Obrador sí o sí ha generado mucha especulación sobre el papel que jugará el PRI. ¿Va a apoyar a Morena y sus aliados votando a favor o va a apoyar su alianza con el PAN y PRD votando en contra?

Sin duda será interesante ver qué deciden hacer los Priistas. Ya leímos algunas posturas, tanto de exdirigentes como de la presidencia y Secretaría General del PRI y es evidente que no está unido el partido en cómo quiere votar esta reforma constitucional. Pero me parece que además de enfocarnos en la postura del PRI será igual o más interesante e importante lo que haga el PVEM.

En cualquier país del mundo sabríamos de antemano que un partido ecologista no votaría en favor de una reforma que busca quemar carbón y combustóleo para producir energía y que desconfía de las energías limpias y renovables, como la solar y la eólica, argumentando que tienen intermitencias. Sí, no todo el día ni todo el año sopla el viento ni sale el sol, pero existen tecnologías que permiten a países que no tienen los beneficios geográficos de México, como Dinamarca, depender de estas energías en un 80 por ciento sin problema.

Pero en México el PVEM sabemos que es verde por la afinidad que tiene al dinero y no a la ecología. No obstante, en la legislatura pasada tuvieron un momento interesante y hasta sorpresivo cuando 4 de sus diputados votaron en contra de la Ley de la Industria Eléctrica precisamente argumentando que no era benéfica para el medio ambiente.

La vida nos da sorpresas; sorpresas nos dio el Verde.

¿Y ahora? ¿Cómo votarán los 43 diputados del PVEM y sus 6 senadores? El papel de estos legisladores será crucial.

En la Cámara de Diputados se requieren 331 votos para aprobar la reforma constitucional. Morena tiene 201; el PT 33. Si el PVEM decide votar con Morena, tiene 277 votos, le faltarían 54 votos que podrían buscar de entre los 71 legisladores del PRI. Pero si el PVEM vota en contra, al gobierno le harían falta 97 votos para que se apruebe la reforma, lo que no obtendría ni en el improbable caso de que los 71 diputados Priistas voten con Morena y el PT. Improbable porque no veo, por ejemplo, a un Ildefonso Guajardo votando en favor de una reforma que deja en claro el poco compromiso de México con el respeto al Estado de Derecho con inversiones nacionales y extranjeras.

En el Senado se complica la situación un poco más. Morena y sus 62 senadores más los 6 del PT 6 del PVEM y 4 del PES tienen 78 votos de los 86 que se requieren para aprobar la reforma. Este es un escenario muy optimista para la coalición gobernante porque si el PRI vota a favor, con sus 13 senadores se logra aprobar la reforma. Pero si el PES no vota con el gobierno, como se anticipa, y además el PVEM decide no votar a favor tampoco, entonces tendrían Morena y PT 68 votos. Aunque le sumen los 13 del PRI, la reforma no pasa.

Así el PVEM es un fiel de la balanza muy importante para el presidente en la votación de la reforma energética. ¿Qué va a hacer ese partido? ¿Le será fiel a los billetes (verdes) o a la ecología?

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En las elecciones del 6 de junio los mexicanos tendremos la posibilidad de elegir entre diez partidos políticos, pero en realidad parece más un referéndum sobre Morena en general y el presidente López Obrador en particular.

De esos diez partidos, varios son satélites de Morena o sus aliados. Así lo han mostrado en sus votaciones legislativas y en sus declaraciones sus dirigentes y legisladores. Es el caso muy claro de Redes Sociales Progresistas; Partido Encuentro Solidario; Partido del Trabajo; Fuerza Social por México y el PVEM.

Un voto por estos partidos es un refrendo al proyecto de López Obrador. Es un premio para su partido y significa elegir continuidad y hasta refuerzo de la agenda de la 4T.

PAN, y PRD son claramente opuestos a Morena y al presidente López Obrador. El PRI juega a ser oposición aunque en ocasiones han votado con Morena. Los 3 partidos han conformado alianzas en varias de las elecciones, incluyendo las gubernaturas de Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas. En otros estados hay alianzas parciales, como en la gubernatura de Chihuahua, que solo van juntos PAN y PRD, y en Guerrero y Nuevo León solo van PRI y PRD.

Un voto por estos partidos, con algunas excepciones en el PRI, significa castigar a Morena y buscar ponerle un freno a la agenda de AMLO.

La gran duda es qué papel juega Movimiento Ciudadano (MC) en estas elecciones. ¿Es oposición a Morena y al proyecto del presidente o es comparsa y le está haciendo un favor a AMLO al dividir el voto opositor?

En Jalisco, el único estado gobernado por MC, Enrique Alfaro ha demostrado ser una auténtica oposición, tanto a los partidos tradicionales – PRI, PAN y PRD – con quien no se ha querido aliar, como a Morena y al presidente, con quién ha tenido importantes diferencias.

Platicando con uno de sus más fuertes candidatos, Salomón Chertorivsky, me comentó que el partido está recibiendo fuego desde dos frentes. Por un lado la alianza PRI, PAN, PRD llaman a un supuesto voto útil por ellos y por el otro lado Morena ataca a MC porque el partido está dando la pelea y tiene candidatos competitivos. ¿Por qué Morena atacaría a MC si no fuera en realidad una opción distinta?, es la respuesta de Chertorivsky para desmentir que el partido sea comparsa del presidente.

A pesar de esto, hay gubernaturas en donde MC le roba a la oposición las suficientes preferencias como para poner en riesgo su triunfo y en otras, lo suficiente como para poder ayudar a los candidatos de Morena a ganar. Es el caso en estados como Sonora, Nayarit y Colima. También en alcaldías de la CDMX como Miguel Hidalgo; Coyoacán; Tlalpan; Álvaro Obregón y Cuauhtémoc.

En conclusión, MC le ayuda en los pronósticos electorales a AMLO y a Morena, porque en efecto, divide el voto de la oposición. Estará en el partido que encabeza Clemente Castañeda pero cuyos hilos mueve el senador y fundador del partido, Dante Delgado, probar a través de votaciones independientes y contrapeso a Morena, si son comparsas o una auténtica oposición.

Apostilla: Claudia Sheinbaum anunció que el peritaje del desplome de la Línea 12 del metro lo está haciendo la empresa noruega DNV-GL. Llama la atención que en su página web, DNV describe que: “Ofrecemos servicios de clasificación y aseguramiento técnico junto con el software y los servicios de asesoramiento de expertos independientes en el sector marítimo, el sector del petróleo y gas y el sector energético.” En materia de movilidad, lo único que aparece en su página como campo de acción de DNV-GL son esquemas de certificación para empresas que producen autopartes. ¿Por qué decidió el gobierno de la CDMX darle a esta empresa el trabajo de peritaje independiente del desplome?

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El presidente, qué duda cabe, es un animal político. Con la transmisión en la mañanera del video en el que aparecen dos colaboradores de figuras prominentes del PAN validó lo ahí expuesto y golpeó a los dos partidos de oposición que podrían robarle algo en las elecciones del 2021.

Golpeó al PRI, vía la extradición de Lozoya y las filtraciones que llegan hasta el expresidente Enrique Peña Nieto y su hombre fuerte, Secretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray. Golpea al PAN, en un país en donde la presunción de inocencia es tan escasa como la honradez de la clase gobernante. El gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, y el ex Senador, Jorge Luis Lavalle, ya son culpables ante la opinión pública.

Esto porque uno de los hombres que revisa los paquetes con fajos de billetes es Rafael Jesús Caraveo, secretario técnico del entonces senador Lavalle. El otro es Guillermo Gutiérrez Badillo, quien guarda el dinero en una maleta negra. Gutiérrez Badillo trabajaba con el entonces senador, Francisco Domínguez Servién. Hasta hace dos días Gutiérrez Badillo era su Secretario Particular en el gobierno de Querétaro. Al despedirlo de su gobierno después de darse a conocer los videos en una supuesta cuenta del hermano de Emilio Lozoya, Domínguez Servién mostró que si algo se aprendió desde los video escándalos de René Bejarano hace 16 años es que si vas a recibir fajos de billetes, mejor mandas a alguien más a hacerlo.

Y ahora ¿cuál va a ser la estrategia del PAN? ¿Cómo va a responder el partido ante estos nuevos video escándalos? ¿Cómo van a querer recuperar credibilidad para pedir el voto ciudadano?

El PAN es el partido que mejor posicionado está para enfrentar a Morena y al presidente en las elecciones intermedias del 2021. La figura del panista Ricardo Anaya es, según la encuesta publicada esta semana en Reforma, la que mayor contrapeso le podría hacer al presidente López Obrador. Y el PAN permanece como el partido más fuerte para ganar escaños en la Cámara de Diputados en las legislativas del año próximo. El sondeo de Massive Caller le adjudica al PAN 128 escaños, seguido en un lejano tercer lugar por el PRI con 27 escaños. Morena aparece en este sondeo con posibilidad de ganar 301 escaños.

Por lo que hemos visto, el PAN piensa utilizar la misma estrategia de todos los políticos. Van a acusar que todo esto es un acto de desesperación del presidente y de Morena por tumbarlos a la mala para que no tengan un buen desempeño en las elecciones intermedias del 2021, en donde por cierto, está también en disputa la gubernatura de Querétaro.

El presidente del PAN, Marko Cortés, ha dicho que, de ser culpables de los aludidos, serán expulsado del partido. Esto es algo que ya hizo el PRI con Humberto Moreira y con Javier y Cesar Duarte, con los resultados que están a la vista. A los ciudadanos les importa un comino que los partidos expulsen a sus militantes. Lo que se quiere es que deje de haber corrupción.

Si el PAN quiere salir fortalecido de este golpe de cara a las elecciones intermedias y hacia adelante, hacia el 2024, más le vale ir pensando en una buena estrategia para responderle a los ciudadanos. Los mexicanos están desencantados con la corrupción rampante de la clase política que, ya sea con ligas o con maletas, no se ha cansado de saquear al país.

 

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