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El expresidente estadounidense Barack Obama y su esposa, la exprimera dama, Michelle Obama, respaldaron este viernes la candidatura de Kamala Harris para la Casa Blanca, lo que supone un gran impulso para su campaña de cara a las elecciones de noviembre próximo.

“Esta semana, Michelle y yo llamamos a nuestra amiga Kamala Harris. Le hemos dicho que pensamos que será una fantástica presidenta de Estados Unidos, y que tiene todo nuestro apoyo”, afirmó Obama en un mensaje en sus redes sociales.

La primera mujer vicepresidenta del país busca volver a hacer historia en noviembre después de que el presidente Joe Biden anunciara que no buscaría la reelección tras semanas de creciente presión para que renunciara.

El respaldo de Obama y su esposa se suma al creciente impulso detrás de la campaña de Harris, mientras que las encuestas muestran que ya ha reducido la brecha que existía entre Trump y Biden.

“En este momento crítico para nuestro país, haremos todo lo que podamos para garantizar que ella gane en noviembre”, dijo el expresidente demócrata.

El influyente exmandatario era uno de los últimos pesos pesados demócratas pendiente de hacer público su apoyo, después de que Harris obtuviera el respaldo del propio Biden.

Harris, de 59 años, entró en la carrera por la presidencia el domingo pasado cuando Biden, de 81 años, anunció que no buscaría un segundo mandato en noviembre tras un pésimo desempeño en un debate contra Trump, que encendió todas las alarmas sobre su estado físico e mental.

Ayer Harris se dirigió a la Federación Estadounidense de Profesores, el primer sindicato en respaldar su candidatura, para advertir que el país estaba siendo testigo de un “ataque total” de los republicanos de Trump a las “libertades duramente conquistadas”.

Harris sostiene que está preparada para debatir con Trump, aunque el candidato republicano consideró “inoportuno” concretar un cara a cara con su nueva rival antes de que ella sea nominada oficialmente en la convención del Partido Demócrata, lo que sucederá el próximo mes.

En México, la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, celebró ayer la probable candidatura de Kamala Harris a la Presidencia de Estados Unidos, aunque dijo que prefería mantener la neutralidad ante las elecciones en el país vecino.

“Evidentemente, cuando hay una mujer candidata, pues siendo mujer nos da gusto”, comentó Sheinbaum en conferencia de prensa.

“Pero mi papel en este momento es constitucional y por la relación tan importante que hay con Estados Unidos, es respetar la decisión del pueblo estadounidense”, añadió la futura mandataria, que será la primera mujer en ocupar la Presidencia tanto en México como en Norteamérica.

En este sentido, Sheinbaum afirmó que “con cualquiera de las dos personas que elija el pueblo de Estados Unidos”, sea la actual vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, o el expresidente y candidato republicano, Donald Trump, México va a “tener una buena relación”.

La próxima mandataria, que asumirá la Presidencia a partir del 1 de octubre, un mes antes de las elecciones estadounidenses, subrayó que está “convencida” de que en este momento su papel debe ser mantenerse neutral ante “la libre determinación de los pueblos”.

La vicepresidenta y ahora aspirante presidencial demócrata, Kamala Harris, ha ejercido como fiscal durante gran parte de su vida. Su rival, el republicano Donald Trump, se convirtió hace unas semanas en el primer expresidente de la historia de Estados Unidos en ser condenado por un delito.

Este es el contraste que la campaña de Harris pretende resaltar en la fuerte contienda que se espera para los próximos meses, con el fin de poner a Trump a la defensiva y redirigir la atención hacia sus problemas legales, que llegaron a un punto crítico en mayo cuando fue declarado culpable de 34 cargos criminales por falsificar registros comerciales para ocultar una supuesta relación con la actriz Stormy Daniels.

Los demócratas lo saben, y planean sacar el máximo partido a la experiencia de Harris como fiscal.

La propia Harris ya mostró que esa será su estrategia durante los discursos que pronunció en los últimos días, el primero el lunes en la que hasta hace poco era la sede de la campaña de Biden en Wilmington, Delaware y, al día siguiente, en un instituto educativo de Wisconsin, al que acudieron más de 3,000 personas.

En ambas ocasiones, Harris evocó su trayectoria de más de dos décadas como fiscal, enfrentándose a quienes abusaban de mujeres, estafadores y tramposos; todo esto con una clara referencia a su rival republicano.

Harris comenzó a ejercer como fiscal en 1990 en el condado de Alameda, California y, posteriormente, fue seleccionada para trabajar en la oficina del fiscal de distrito de San Francisco, donde se encargó de casos que incluían agresiones sexuales a menores, homicidios y robos. Más tarde, fue nombrada fiscal general de California, cargo que ocupó durante seis años, antes de ser elegida para el Senado en 2016, las mismas elecciones que llevaron a Trump a la Casa Blanca.

En contraste, Trump está envuelto en varios litigios, incluyendo acusaciones en Georgia y Washington DC por haber intentado anular los resultados de las elecciones de 2020 en las que perdió frente a Biden y otro caso en Florida sobre mal manejo de documentos clasificados, aunque recientemente una jueza determinó que debía archivarse.

Trump por su parte busca evidenciar a Harris  como demasiado progresista o argumentar que ha sido “blanda” con los criminales durante su carrera, utilizando la narrativa republicana de que los delitos han aumentado en los últimos años.

Otro punto de contraste será la edad. Si bien los republicanos habían utilizado este factor para atacar a Biden, quien a sus 81 años es el mandatario de mayor edad en la historia estadounidense, con Kamala Harris en la contienda las cosas cambian. Ahora Trump, con sus 78 años se convierte en el candidato más veterano, frente a los 59 años de Harris.

Esto se suma a que la designación de Kamala Harris como reemplazo de Joe Biden en la carrera presidencial, cuya candidatura podría formalizarse el próximo 7 de agosto, parece haber puesto nerviosos a los republicanos. Desde Donald Trump, JD Vance y diversos liderazgos del partido, han reaccionado a las aspiraciones de la vicepresidenta.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Gerónimo Gutiérrez, exembajador de México en Estados Unidos, sobre la reacción republicana Kamala Harris y cómo se podrían desarrollar las campañas en Estados Unidos.

 

La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha recaudado más de 81 millones de dólares en solo 24 horas tras el anuncio del presidente, Joe Biden, de no buscar la reelección, marcando un hito en la actual campaña presidencial estadounidense.

La campaña de Harris, que heredó de Biden muchos de sus colaboradores, considera que esta gran cantidad de recaudación muestra el entusiasmo que despierta su candidatura.

“El histórico apoyo a la vicepresidenta Harris representa exactamente el tipo de energía y entusiasmo de base que gana elecciones”, afirmó en un comunicado el portavoz de la campaña, Kevin Muñoz.

En concreto, más de 888,000 personas realizaron aportaciones en las últimas 24 horas, siendo el 60% nuevos donantes en el ciclo electoral de este año.

Además, el equipo de Harris ha conseguido 43,000 nuevos donantes que se han comprometido a aportar fondos de manera regular, con más de la mitad optando por contribuciones semanales.

Asimismo, las redes sociales oficiales de la campaña, @KamalaHQ, duplicaron sus seguidores en una noche.

La mayor recaudación de Trump en este ciclo electoral fue de más de 50 millones de dólares, lograda tras ser declarado culpable en el juicio por pagos irregulares en Nueva York a finales de mayo. En comparación, Biden recaudó 38 millones en los días siguientes a su polémico debate.

Todo esto sucede después de que Biden anunciara ayer el fin de su campaña presidencial tras una revuelta dentro del Partido Demócrata con miembros de la Cámara de Representantes y el Senado pidiendo públicamente que se retirara.

Menos de 24 horas después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, anunciara su decisión de abandonar la carrera presidencial, y expresara su apoyo a su vicepresidenta, Kamala Harris, la política demócrata cuenta con más de medio millar de apoyos de delegados, de los 1,986 que necesita para conseguir la nominación.

Según un recuento elaborado por el portal The Hill, Harris ha logrado el sí de al menos 531 delegados, quienes han confirmado que votarán por ella en la Convención Nacional Demócrata, que se celebrará en Chicago del 19 al 22 de agosto próximo.

Y es que tras duras semanas con cuestionamientos sobre la idoneidad de su candidatura por su avanzada edad, el presidente Joe Biden decidió ayer domingo abandonar la carrera a la reelección “por el interés” del Partido Demócrata y de Estados Unidos, y ofreció su apoyo a Harris de cara a las elecciones del 5 de noviembre.

La renuncia del demócrata era algo que ya se esperaba, por lo cual lejos de ser una sorpresa, llegó como un movimiento radical que movió el escenario político en Estados Unidos.

Harris agradeció el apoyo de Biden, y aceptó el reto de iniciar la campaña para convertirse en la candidata demócrata: “Me siento honrado de contar con el respaldo del Presidente y mi intención es ganar esta nominación”, afirmó en una carta pública.

Desde entonces, numerosas figuras políticas del partido le han mostrado su apoyo. Según un recuento del diario Washington Post, entre los 263 senadores y legisladores demócratas y 23 gobernadores, un total de 179 han apoyado a Harris, frente a 107 que no lo han hecho hasta ahora.

Cerca de 4,000 delegados se reunirán en la Convención, a la que Biden iba a llegar con más de 3,800 de esos delegados, después de los diferentes procesos de primarias y caucus que se han celebrado en los últimos meses.

Según las reglas del Comité Nacional Demócrata, un candidato debe recibir el apoyo de al menos 300 delegados para aparecer en la papeleta electoral de la convención, y una vez allí lograr 1,986 votos para ser el candidato elegido para enfrentarse a Donald Trump.

Ayer, los delegados de varios estados se reunieron virtualmente. Tennessee fue el primer estado en comprometer a todos sus delegados a Harris, y después hicieron lo propio Carolina del Sur, Carolina del Norte, New Hampshire y Florida.

La jornada del domingo fue un día intenso para Harris, quien tuvo varias conversaciones telefónicas con el presidente antes de su anuncio de que no buscaría la reelección y que, en cambio, la respaldaría, según reportaron diversos medios estadounidenses.

Una fuente cercana a la vicepresidenta, la política demócrata pasó más de 10 horas haciendo llamadas a más de 100 líderes de partidos, miembros del Congreso, gobernadores, líderes sindicales y líderes de organizaciones de defensa y derechos civiles.

“En cada una de esas llamadas la vicepresidenta dejó en claro que estaba extremadamente agradecida por el respaldo del presidente, pero que planea trabajar duro para ganarse la nominación demócrata por derecho propio”, señaló la fuente.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con John Feeley, exdiplomático estadounidense, director del Centro de Integridad de Medios para las Américas, sobre la renuncia de Joe Biden y la posible nominación de Kamala Harris.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, volverá a la campaña electoral la próxima semana tras aislarse por unos leves síntomas de COVID, informó este viernes la jefa de su campaña de reelección, quien aseguró que el mandatario demócrata está firmemente comprometido a derrotar al republicano Donald Trump.

“Está absolutamente en ello”, dijo la presidenta de la campaña de Biden, Jen O’Malley Dillon, en una entrevista con la cadena MSNBC. “Tenemos que tomarnos en serio las preocupaciones que la gente está expresando, pero la forma de superarlas es volver al asunto de derrotar a Donald Trump”.

O’Malley Dillon también dijo que Biden recibirá el respaldo de una “organización nacional significativa”, pero no dio más detalles.

Así, la campaña del presidente Biden insiste en que no se bajará de la contienda, mientras enfrenta un llamado de muchos demócratas en los niveles más altos, que piden evalúe hacerse a un lado y dar paso a un nuevo candidato.

Jen O’Malley Dillion, reconoció un “descenso” en el apoyo al presidente, pero insistió en que “absolutamente” permanecerá en la contienda y que la campaña cuenta con “múltiples caminos” para vencer a Trump.

“Tenemos mucho trabajo que hacer para asegurarle al pueblo estadounidense que sí, es viejo, pero puede ganar”, dijo en Morning Joe de MSNBC. No obstante, señaló que los votantes preocupados por las aptitudes de Biden para gobernar no están cambiando para votar por Trump. “Tienen sus dudas, pero se quedan con Joe Biden”, añadió.

Y mientras el equipo de campaña se mantiene firme en descartar que se retire Biden, grupos de donantes del Partido Demócrata han comenzado a movilizarse para recaudar fondos para una posible nominación a las elecciones presidenciales de la vicepresidenta, Kamala Harris, en el caso de que Biden finalmente se retire, informó el portal Politico.

Aunque en el Partido Demócrata reconocen la actual “volatilidad” de la situación en torno a la nominación de Biden, algunos miembros de la formación ya estaban “haciendo cola” para hacer donaciones en el caso de que Harris le sustituya en la carrera presidencial, precisa la publicación.

Desde que se puso en duda la capacidad de Biden para asumir un segundo mandato presidencial, especialmente tras el desastroso debate televisivo que mantuvo con su contrincante republicano Donald Trump, Kamala Harris ha sonado en las quinielas para encabezar la candidatura demócrata.

Y ahora, los aliados de la vicepresidenta “han comenzado a cortejar a donantes demócratas para que le proporcionen apoyo financiero si el presidente Joe Biden abandona la carrera de 2024”.

El medio estadounidense especifica que un asesor de los donantes demócratas ha comenzado a asegurar apoyos económicos entre los colectivos de mujeres afines para lograr “una ola inicial de contribuciones para una potencial campaña de Harris”.

“Lo importante es que haya una muestra masiva de apoyo a ella (Harris) desde el primer momento, lo que muestra una señal de que todos estamos con ella”, dijo una dirigente de una organización política de mujeres que pidió el anonimato para hablar sobre el tema.

La organización ha empezado a preparar correos electrónicos y a enviar mensajes. Quienes se dedican a apoyar a posibles candidatas ya han empezado a planificar la ayuda a Harris con una rápida demostración de fuerza, con listas de donantes preparadas, añadió la fuente. Algunos donantes ya han indicado de forma proactiva que quieren dar dinero, según reporta Político.

Al menos cinco donantes ya se habían comprometido a contribuir potencialmente con cantidades de seis cifras a una candidatura demócrata con Harris a la cabeza.

Estos movimientos se producen en medio de la crisis que afecta al Partido Demócrata y las presiones que está sufriendo Joe Biden, y es que recordemos que otros medios han señalado que el presidente sí se retirará de la contienda, y hará el anuncio este mismo fin de semana.

La Convención Nacional Republicana llegó a su fin luego de cuatro días, y sirvió ara cerrar filas en torno a la figura máxima que el partido tiene hoy en día: el expresidente estadounidense Donald Trump.

El encuentro, que se llevó a cabo en Milwaukee, Wisconsin, dejó constancia de que el apoyo de los republicanos hacia Trump sobrepasa la esfera política y llega al punto de la devoción personal.

No había dudas de que Trump iba a conseguir el beneplácito de los suyos, pero estaba en el aire la elección de su compañero de fórmula, que se dio a conocer el lunes.

Vance desbancó a nombres con más trayectoria, como el senador por Florida Marco Rubio, y el miércoles ofreció un discurso con tintes proteccionistas, con guiños a la clase trabajadora y críticas a la Presidencia demócrata por la situación del país.

Apenas 48 horas después de que un joven de 20 años intentara asesinar a Trump a disparos durante un mitin en Butler, Pensilvania, este se personó en el primer día de la convención con su oreja derecha vendada. Rápidamente el vendaje pasó a ser un accesorio en señal de solidaridad, así como el puño en alto y el grito “Fight”, proclamado mientras era evacuado.

Tras los rumores de que Trump y su esposa hacen vidas separadas y del distanciamiento con su hija Ivanka, la convención sirvió para simbolizar la unión de un clan profundamente insertado en el Partido Republicano y que está extendiéndose a las nuevas generaciones.

La exprimera dama Melania Trump asistió como público. No ofreció sin embargo ningún discurso, como sí hiciera en las dos anteriores convenciones en las que Trump fue nominado. Estuvieron también presentes Tiffany y Barron y quien fuera su asesora durante la presidencia, Ivanka, quien se ha distanciado de esta campaña, mientras que el resto de hijos, Eric y Donald Trump Jr., así como sus esposas, intervinieron.

El cierre corrió a cuenta de Donald Trump, el momento más esperado del encuentro que se extendió por cuatro días.

El expresidente aceptó formalmente la nominación republicana a la presidencia la noche de ayer y, en un discurso de poco más de hora y media, expuso su visión para el país en caso de regresar a La Casa Blanca.

Trump comenzó con un llamado a la “unidad”, prometiendo reducir la inflación, recortar los impuestos, asegurar la frontera, lograr el dominio energético y acabar con las crisis internacionales.

Relató su experiencia sobre el intento de asesinato del que fue objeto en el mitin del sábado pasado en Pensilvania. “Tuve a Dios de mi lado”, dijo.

Y aunque comenzó con un tono y mensaje más conciliador, el exmandatario rápidamente volvió a ser el político que conocemos. Pidió a los demócratas que “dejen inmediatamente de convertir el sistema judicial en un arma y de etiquetar a su oponente político como enemigo de la democracia”.

“Deberían abandonar estas cacerías de brujas partidistas por las que he pasado durante aproximadamente ocho años”, expresó Trump, en alusión a las múltiples causas penales en las que está inmerso.

Trump arremetió contra las políticas de la Administración Biden, destacando la creciente inflación, la afluencia de inmigrantes ilegales y una caótica situación internacional. “Tenemos una crisis de inflación que está haciendo la vida inasequible, asolando los ingresos de las familias trabajadoras y de bajos ingresos y simplemente destrozando a nuestro pueblo como nunca antes”, remarcó.

Fiel a su estilo, Trump prometió seguir construyendo el muro fronterizo entre Estados Unidos y México, acusando a los inmigrantes ilegales de destruir el país. “Acabaré con la crisis de la inmigración ilegal cerrando nuestra frontera y terminando un muro”.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Brenda Estefan, analista internacional, sobre el discurso de Trump y el cierre de la Convención Nacional Republicana.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró sentirse “bien” después de haber dado positivo en COVID-19 durante un viaje a Las Vegas, en el que tuvo que cancelar su intervención ante la convención anual de la organización hispana UnidosUS.

Biden llegó al aeropuerto de Las Vegas en su limusina presidencial negra, conocida como “The Beast” (La Bestia). Al salir del vehículo, levantó el pulgar de una de sus manos en señal de aprobación, mirando a los periodistas que lo esperaban.

Preguntado por los periodistas sobre cómo se sentía, Biden dijo: “Bien” y “me siento bien”. El presidente, que no llevaba cubrebocas, subió las escaleras que lo llevaban al avión presidencial Air Force One, en el que se voló a su casa en Delaware donde permanecerá aislado.

Según la agenda actualizada del presidente enviada por la Casa Blanca, está previsto que llegue esta noche a su hogar en playa de Rehoboth, Delaware.

En un comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, informó que Biden había dado positivo a COVID-19 y que tenía síntomas leves, con una frecuencia respiratoria normal y sin fiebre.

Según explicó, el presidente presentó esta tarde síntomas respiratorios, que incluían goteo nasal, tos seca y “malestar general”, por lo que se le realizó una prueba que dio positivo.

Biden, que ya enfermó de COVID en julio de 2022 pese a estar vacunado con refuerzo, afirmó en una entrevista con BET News publicada este miércoles que reconsideraría su decisión de seguir en la campaña para las elecciones de noviembre si un médico le diagnosticara un problema médico grave.

Esas afirmaciones se producen entre repetidas peticiones dentro y fuera de su partido para que ponga fin a su campaña de cara a las elecciones de noviembre próximo, con el influyente legislador demócrata Adam Schiff solicitando públicamente hoy en un comunicado que “pase el testigo”.

Varias voces del partido demócrata, donantes y comentaristas de televisión han pedido a Biden que se retire a raíz de su débil actuación en el debate contra el expresidente Donald Trump el 27 de junio, que reavivó preocupaciones sobre su edad.

Desde aquel episodio, parece que la racha por la que atraviesa el presidente no es la mejor. Ha venido sufriendo equivocaciones reiteradamente, lo que no ha permitido que el tema de su posible salida de la contienda deje los titulares en Estados Unidos y el mundo.

La mayor suerte, evidentemente, fue haber volteado la cara justo cuando una bala estaba por matarlo. El atentado en contra de Donald Trump fue fallido y solamente significó una herida en la oreja.

De ahí vino la reacción de levantar el puño y llamar a sus simpatizantes a pelear. “¡Fight; fight; fight!” Fue una demostración de fuerza que contrasta con lo endeble, frágil y disminuido de su oponente, el presidente Joe Biden.

Trump es el séptimo presidente de EUA que sufre un atentado. Es el tercero en sobrevivirlo. Abraham Lincoln; James Garfield; William McKinley y John F Kennedy murieron. Theodor Roosevelt en cambio, logró sobrevivir la bala que le disparó un inmigrante de origen alemán a unas cuadras justo de donde hoy celebran su convención los republicanos, en Milwaukee, en 1912.

El segundo presidente en sobrevivir un atentado fue Ronald Reagan en 1981 cuando John Hinckley le disparó con la intención de atraer la atención de la actriz Jodie Foster.

Y ahora, Trump.

Desde ese momento el republicano se ha convertido en la imagen misma de un milagro para muchos de sus simpatizantes. En la Convención de Milwaukee los oradores han hablado de Trump casi como un Dios. ¿Significa esto que Trump ya tiene asegurado el triunfoen noviembre próximo?

Sus momios han aumentado, sin duda. Y la mala posición en la que se encuentran los demócratas ante un Joe Biden que se niega a ceder la estafeta para que alguien más vigoroso se quede con la candidatura no hace más que ayudar a Trump. Muestra de lo seguro que está con sus posibilidades de ganar fue la elección de su compañero de fórmula.

Al elegir a J.D. Vance, Trump demuestra que lo importante para él es asegurar el futuro de su movimiento MAGA (Make America Great Again) y no crecer su base de simpatizantes. Aun cuando ha llamado a la unidad tras el atentado, todo indica que se refiere a unidad en torno a su movimiento, no unidad en torno a un país en el que quepan otras formas de pensar. Será fundamental el discurso que de mañana en el cierre de la Convención para conocer con exactitud qué dirección toma Trump.

Tiene dos opciones: engrandecer con un discurso que apacigüe los ánimos de violencia y venganza o dividir con un llamado partidista que empuje a EUA hacia un abismo mayor al que ya se encuentra.

J.D Vance tiene apenas 39 años. En un país gobernado por una gerontocracia, representa una bocanada de aire fresco. Es además un converso. Pasó en muy poco tiempo de equiparar a Trump con Hitler a ser su compañero de fórmula. Los conversos, bien sabemos, son los mejores comunicadores y defensores de quien antes denostaron. A partir de ahora veremos a Vance ser el perro de ataque de Trump en temas como el aborto; el libre comercio; el freno a la ayuda a Ucrania y la lucha en contra de los carteles mexicanos.

En ese sentido, esperemos que en el futuro gobierno de Sheinbaum estén preparándose para un entorno muy complicado de llegar a La Casa Blanca Trump-Vance en enero del 2025.

Columna publicada en El Universal

El Partido Demócrata tiene previsto ratificar de manera virtual, este mismo mes, al presidente estadounidense, Joe Biden, como candidato a las elecciones de noviembre próximo, según confirmaron fuentes del partido a la agencia Efe.

En la práctica, esa decisión pondría fin al debate interno de las últimas semanas, en el que algunas voces dentro del partido han pedido a Biden que ponga fin a su campaña de reelección tras su débil actuación en el debate del pasado 27 de junio frente a Donald Trump y los traspiés que ha venido teniendo.

Con excepción de 2020 durante la pandemia de COVID, nunca antes se ha nominado a uno de los candidatos de los grandes partidos: Demócrata y Republicano, de manera virtual.

Habitualmente, los aspirantes presidenciales reciben la nominación oficial durante sus convenciones. El propio Trump fue designado ayer oficialmente como candidato del Partido Republicano en el primer día de la convención en Milwaukee.

El Comité Nacional Demócrata (DNC) ya había tomado en mayo su decisión de nominar oficialmente a Biden como candidato de manera virtual antes de la convención demócrata, que se tiene prevista para el 19 de agosto en Chicago.

Hasta ahora, sin embargo, no se había fijado una fecha aproximada. Algunas voces se habían mostrado contrarias a seguir adelante con dicho procedimiento y habían abogado por abrir el debate sobre la posibilidad de que Biden se retirara para permitir que un candidato más joven se enfrente a Trump en las elecciones de noviembre próximo.

En su momento, el Comité Nacional Demócrata había justificado la decisión al señalar problemas que Ohio presentaba para los plazos electorales, pues ese estado había determinado que los partidos debían inscribir a sus candidatos presidenciales antes del 7 de agosto para asegurar su presencia en las papeletas el día de los comicios.

Como la convención demócrata está fijada del 19 al 22 de agosto, el DNC dijo que había que hacer la nominación antes de manera virtual porque, si no, Biden corría el riesgo de quedar excluido de las elecciones en ese estado.

La situación, sin embargo, ha cambiado en las últimas semanas, ya que los legisladores en Ohio aprobaron una ley que fija para finales de agosto el plazo para inscribir a los candidatos, de manera que Biden podría ser nominado en la convención del partido, como ha sido habitual.

Los demócratas desconfían de los republicanos y creen que podrían cambiar de forma repentina las reglas, por lo que han decidido mantener su plan original y nominar al presidente antes de la convención.

Los responsables de nombrar a Biden serán los delegados del partido, que han sido elegidos durante las primarias.

La mayoría de esos delegados, casi 4,000, habían prometido que apoyarían a Biden como candidato, pero algunos han expresado en las últimas semanas a medios locales su preocupación porque se hiciera de manera virtual sin permitir un debate abierto en la convención.

La nominación se hace a través de un proceso llamado ‘roll call’ (llamada nominal) en el que los delegados de cada estado, normalmente en las convenciones, van diciendo a qué candidato apoyan.

Según informó este martes el diario The New York Times, se espera que los más de 4,000 delegados comiencen a emitir sus votos a partir del próximo lunes, un proceso que probablemente durará alrededor de una semana.

Cuando todos hayan emitido su voto, se espera que un comité del DNC celebre rápidamente la llamada nominal, de manera que en ese momento, del que aún no se sabe la fecha exacta, Biden será oficialmente el candidato demócrata para las elecciones de noviembre.

El último paso será que Biden, durante la convención en Chicago, ofrezca un discurso para aceptar oficialmente su nominación.

Esto refuerza la posición de Biden, quien ha dicho que no renunciará a la candidatura como lo han expresado algunos miembros del Partido Demócrata,  a menos que ocurra algo extremadamente improbable, como que lo “atropelle un tren”.

En entrevista con Speedy Morman, Biden insistió en que se postulará para la reelección. “¿Así que, en sus palabras, lo veremos al 1,000% en la boleta electoral de noviembre?”, cuestionó el periodista, a lo que Biden contestó “a menos que me atropelle un tren, sí”.

El candidato presidencial estadounidense Donald Trump hizo una entrada triunfal para cerrar el primer día de la Convención Nacional Republicana, recibiendo una estridente ovación de los más fieles del partido días después de sobrevivir a un intento de asesinato que ha remodelado la contienda presidencial.

El expresidente entró en el Fiserv Forum, en el centro de Milwaukee, en medio de una respuesta clamorosa, con la oreja vendada por haber sido rozada por una bala, horas después de haber sido nominado oficialmente para ser el abanderado del partido en 2024.

“¡Lucha! ¡Lucha! Lucha!” (fight, fight, fight) , coreaba la multitud mientras agitaba los puños, una referencia a la respuesta del propio Trump en los momentos posteriores a recibir el disparo.

Trump saludó desde un palco donde se sentó junto a su recién ungido compañero de fórmula, el senador estadounidense J. D. Vance.

El ataque en un mitin de Trump en Pensilvania el sábado, en el que murió un simpatizante, subrayó el panorama político profundamente fracturado del país antes de las elecciones del 5 de noviembre entre Trump y el presidente, el demócrata Joe Biden.

La convención de cuatro días culminará con el discurso de Trump el jueves, cuando acepte formalmente la nominación del partido para enfrentarse a Biden en una revancha de su disputa del 2020.

El intento de asesinato, seguido de la convención, ha relegado a Biden a un segundo plano después de semanas de especulaciones sobre si podría abandonar la carrera tras una desastrosa actuación en el debate del mes pasado.

La elección de Vance por parte de Trump, el autor de 39 años del éxito de ventas “Hillbilly Elegy” (“Hillbilly, una elegía rural”, en español), completó la transformación del senador de Ohio de un crítico abierto de Trump a uno de sus partidarios más leales.

Es probable que Vance, que comparte la afinidad de Trump por la lucha política, anime a los republicanos de base, pero no está tan claro si puede ampliar el atractivo de la candidatura para los votantes moderados e independientes que desconfían de otro mandato de Trump.

El lunes, Biden calificó a Vance de “clon” de Trump, y los demócratas se abalanzaron sobre la oposición de Vance al derecho al aborto, una cuestión que ha resultado perjudicial para los republicanos.

En una aparición en Fox News el lunes por la noche, Vance dijo que apoyaba la posición de Trump de que cada estado debería decidir por sí mismo si permite o no el aborto.

Vance, elegido este lunes como “número dos” del exmandatario republicano, dijo estar abrumado y declaró a la ciudadanía “¡Adelante hacia la victoria!”.

“Simplemente abrumado de gratitud. Qué honor ir junto a Donald J. Trump. Él ofreció paz y prosperidad una vez y con su ayuda lo volverá a hacer. ¡Adelante hacia la victoria!”, dijo en X en su primer mensaje público tras haber sido designado.

En medio de este torbellino de hechos en el campo republicano, Elon Musk dijo que planea destinar cerca de 45 millones de dólares mensuales para respaldar la campaña de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, según informó el diario The Wall Street Journal (WSJ).

Las donaciones de Musk se destinarán a un grupo político llamado America PAC, enfocado en promover el registro de votantes, el voto anticipado y por correo entre los residentes de los estados “bisagra” antes de las elecciones de noviembre, según el diario.

Musk es uno de los mayores patrocinadores del nuevo fondo, entre los que también se cuentan el cofundador de Palantir, Joe Lonsdale; la exembajadora de Estados Unidos en Canadá Kelly Craft, o los inversores en criptomonedas Tyler y Cameron Winklevoss.

El fundador de Tesla dio su respaldo oficial a Trump el sábado luego de que el expresidente sobreviviera a un intento de asesinato en un mitin en Butler, Pensilvania.

En Broojula, Ana Paula Ordorica platica con Brenda Estefan, analista internacional, sobre el atentado de Trump, de la convención republicana y lo que sigue en la contienda electoral en Estados Unidos.

Foto: X @TeamTrump

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) calificó de “muy bien” el nombramiento de quien fuera su excoordinador de asesores en la Presidencia, Lázaro Cárdenas Batel, como futuro jefe de Oficina de la próxima mandataria, Claudia Sheinbaum.

“Muy bueno, Lázaro, y muy buena la decisión que tomó la presidenta electa”, dijo AMLO en su conferencia de prensa matutina.

Cárdenas, quien fue gobernador de Michoacán de 2002 a 2008, es hijo del líder de la izquierda en nuestro país, Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y nieto del expresidente Lázaro Cárdenas.

La figura de jefe de Oficina de la Presidencia también se tuvo con López Obrador, quien designó a Alfonso Romo tan pronto arrancó su administración. Sin embargo, el empresario presentó su renuncia en el 2020, llevando a la desaparición temporal de esta oficina.

Tan pronto se dio la renuncia de Cárdenas Batel, mucho se especuló sobre diferencias entre el exgobernador y López Obrador, algo que no ha sido desmentido pero tampoco confirmado por ninguno de los dos. Lo único que se supo el día de su designación, fue que Lázaro Cárdenas nunca “abandonó” el movimiento que encabeza Morena.

De acuerdo con el portal del Gobierno de México, la Oficina de la Presidencia ha sido un área administrativa que brinda asesoría, apoyo técnico y despacha de asuntos al presidente, “con el objeto de aportar elementos para la toma de decisiones”.

“Lázaro tiene mucha experiencia, es parte de la historia de este país”, aseguró López Obrador este viernes, que mencionó a su padre, “precursor de este movimiento democrático de nuestro tiempo”, con quien es sabido que las relaciones no pasan por su mejor momento.

Destacó que el recién nombrado es “una gente con principios y honesto” y reiteró el apoyo a la decisión de Sheinbaum, de quien advirtió que “seguirá sorprendiendo” a México porque “es muy buena”. “Yo digo que va a llegar a ser la mejor presidenta de México”, indicó López Obrador.

De hecho, sostuvo que “se va a ir tranquilo” del Palacio Nacional el próximo 1 de octubre porque deja el “manejo de los asuntos públicos” en manos de la que será la primera mujer presidenta de México.

Una de las principales voces del Partido Demócrata, Nancy Pelosi, hizo crecer este miércoles las especulaciones en torno a la candidatura presidencial de Joe Biden, que las encuestas, varios congresistas y hasta figuras que antes lo apoyaban, consideran condenada al fracaso.

“Amo a Joe Biden pero necesitamos otro candidato”, escribió este miércoles el actor George Clooney, en una columna publicada en el periódico The New York Times.

George Clooney, simpatizante de toda la vida del Partido Demócrata, recuerda un acto de recaudación de fondos para el presidente estadounidense que organizó a mediados de junio.

“Es terrible decir esto, pero el Joe Biden con el que estuve hace tres semanas no era el mismo” que el “Joe Biden de 2010, ni siquiera el Joe Biden de 2020. Era el mismo hombre del que todos fuimos testigos en el debate” con Donald Trump en junio.

Recordemos que aquella noche Biden se mostró muy confuso y cansado, se trabó al hablar y perdió el hilo de lo que decía varias veces.

La opinión de Clooney no es anecdótica, dado que Biden siempre contó con el mundo del cine como apoyo mediático y financiero.

Por su parte, en una entrevista con la cadena MSNBC, Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes, de 84 años, se negó a apoyar explícitamente a Biden en su candidatura de reelección para las elecciones de noviembre frente a su predecesor republicano.

“Es cosa del presidente decidir si va a presentarse”, declaró. “Todos le animamos a que tome esa decisión porque el tiempo apremia”, añadió.

Pero el demócrata de 81 años cree haber tomado ya una decisión. Biden escribió el lunes pasado una carta a los congresistas de su partido para decirles que estaba “firmemente determinado a seguir en la carrera” y pedirles que le “apoyaran”. Ahora quiere “pasar página”, como dijo el martes su portavoz Karine Jean-Pierre.

Por ahora siete demócratas de la Cámara de Representantes le han pedido públicamente que tire la toalla. A ellos se unió ayer por la noche un primer senador.

“Creo que Donald Trump va camino de ganar estas elecciones, y tal vez de ganarlas de manera aplastante y llevarse el Senado y la Cámara de Representantes”, opinó el senador Michael Bennet en la CNN.

Y es que si hay tanta ansiedad en el Capitolio es porque muchos Congresistas temen que Joe Biden pueda hacerles perder su escaño en las elecciones legislativas de noviembre, que se celebran al mismo tiempo que las presidenciales.

Varios sondeos realizados desde el debate han alimentado estos temores, mostrando que Donald Trump mantiene o incluso amplía su ventaja sobre su rival demócrata.

En una carta pública a los demócratas en el Congreso, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se mantuvo firme contra los llamados a que abandone su candidatura y pidió poner fin a los llamados dentro del mismo partido sobre si debería permanecer en la contienda presidencial después de su mal desempeño en el debate.

“El tema de cómo seguir adelante ha sido bastante debatido ya por más de una semana, y es hora de ponerle fin”, escribió Biden en la carta de dos páginas, donde hizo hincapié en que el partido tiene “una tarea” primordial, que es derrotar al virtual candidato presidencial republicano, Donald Trump, en noviembre.

Joe Biden, de 81 años, pidió a los congresistas demócratas que respalden su campaña de reelección o lo desafíen en la convención del partido en agosto, pero que pongan fin a las campañas que solicitan su dimisión.

Y es que Biden se encuentra bajo la lupa esta semana como anfitrión de una cumbre de la OTAN en Washington, entre temores de que Donald Trump gane las elecciones presidenciales de noviembre.

Adicional a la carta, en el programa de televisión “Morning Joe” de MSNBC, el demócrata dijo que está “seguro” de que “el votante promedio de ahí afuera todavía quiere a Joe Biden” para un segundo mandato, y reconoció estar “muy frustrado con las élites… del partido”.

“Cualquiera de estos tipos que creen que no debo postularme, que se postulen contra mí (…) que me desafíen en la convención” de agosto próximo, lo que reforzó con lo expuesto en la carta, donde fue claro al señalar: “me niego” a retirarme”, les dice.

Recordemos que el caos suscitado tras el debate contra Donald Trump, durante el cual se mostró muy confundido, se trabó al hablar y hasta divagó, el presidente lo achacó al desfase horario y a un resfriado.

En los últimos días cinco congresistas demócratas le han pedido públicamente que tire la toalla. El domingo, cuatro parlamentarios estimaron que es hora de que Biden se retire, según medios de comunicación estadounidenses.

A su regreso esta semana de un breve receso por el feriado por el Día de la Independencia, los congresistas demócratas deben decidir si respaldan al presidente o le piden que pase el testigo.

Después de un intenso día de mítines en el estado de Pensilvania (norte) el domingo, Biden no tuvo actos públicos programados para hoy lunes, que se espera que dedique a preparar la cumbre. Está previsto que la primera dama Jill Biden haga campaña en Georgia, Florida y Carolina del Norte.

El viernes el presidente retoma la campaña electoral en el estado de Michigan antes de viajar a su casa junto a la playa en Rehoboth, en Delaware.

“Esta semana va a ser absolutamente crítica”, declaró el domingo a CNN el senador demócrata Chris Murphy.

Cuando faltan solo cuatro meses para las elecciones y poco más de uno para la convención del partido, el tiempo apremia. Hay poco margen para reemplazar a Biden como candidato, y el presidente y su equipo parecen decididos a resistir el asedio.

“Tenemos 42 días para la Convención Demócrata y 119 días para las elecciones generales”, dijo Biden en la carta. “Cualquier debilitamiento de la resolución o falta de claridad sobre la tarea que tenemos por delante solamente ayuda a Trump y nos perjudica a nosotros. Es hora de unirnos, avanzar como un partido unificado y derrotar a Donald Trump”.

La Casa Blanca le restó importancia este viernes a las declaraciones del presidente Joe Biden, quien pidió no tener actos oficiales después de las ocho de la noche, pues dijo, tenía que dormir.

“Entiende la importancia de tener un enfoque equilibrado y de cuidarse a sí mismo. Es humano, como lo somos todos, pero se trata de un trabajo de 24 horas al día, los siete días de la semana, los 365 días (del año), y eso no cambia”, justificó la portavoz presidencial, Karine Jean-Pierre.

Y es que esta semana, Biden confesó en una reunión con gobernadores demócratas en la Casa Blanca, que tiene que dormir más y que evitará organizar eventos después de las ocho de la noche, según revelaron varios medios estadounidenses.

Esto reavivó las dudas sobre su capacidad física y mental para seguir como aspirante a la reelección en las elecciones del 5 de noviembre, alertas que se encendieron tras su mal desempeño en el debate del pasado 27 de junio contra el exmandatario Donald Trump, en las que se mostró titubeante, sin acabar algunas frases y con la mirada perdida.

La Presidencia atribuyó en un primer momento esa actuación a un resfriado.

Sin embargo Biden, de 81 años, reconoció el martes que “casi se queda dormido” en ese cara a cara y atribuyó también el cansancio a los viajes que había realizado días recientes a Italia para la cumbre del G7 y a Francia para el 80 aniversario del desembarco de Normandía.

Ahora la portavoz destacó que el presidente habló con su doctor, enfatizando que este consideró que no era necesario un examen médico.

El encuentro de esta semana con los gobernadores de su partido tenía como objetivo aplacar los temores al interior del partido demócratas. Pero, en un momento del evento, tras ser preguntado por su estado de salud, Biden aseguró que estaba “bien”: “Solo es mi cerebro”, le contestó al gobernador de Hawái, Josh Green.

La portavoz de su campaña electoral, Jen O’Malley Dillon, se apresuró a decir en cuanto se filtró que había sido un chiste, y Jean-Pierre incidió este viernes en esa misma línea: “Ya se le ha escuchado en el pasado recurrir al humor. Él es así”, concluyó”.

La Presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) respondió a los señalamientos que comenzara  circular esta semana en torno a una supuesta solicitud de renuncia de la ministra Norma Piña.

Y es que de acuerdo con el diario Reforma, la ministra indicó que habría sido la ministra Yasmín Esquivel quien indicó que Norma Piña debía hacerse a un lado para evitar una reforma judicial radical, al acusarla de no permitir una interlocución adecuada con los otros poderes.

La petición de Esquivel Mossa se habría dado durante una discusión privada entre los ministros de la Corte, en torno a la reforma judicial que se discute.

Por ello, la Corte emitió un comunicado en el que sin negarlo de forma explícita, indicó que la ministra Norma Piña continuará con los trabajos jurisdiccionales y administrativos relacionados con su cargo.

“La Ministra Presidenta continúa con los trabajos jurisdiccionales y administrativos inherentes a su cargo, y mantiene diálogo con los poderes Legislativo y Ejecutivo de cara a una reforma judicial”, puntualizó.

En ese sentido, adelantó que la Presidenta de La Corte y del Consejo de la Judicatura Federal encabezará, el próximo lunes 8 de julio, el último de los 14 foros del Encuentro Nacional para una Agenda de Seguridad y Justicia, el mayor esfuerzo de escucha a ciudadanas y ciudadanos para formular en agosto una propuesta con base en dichos foros para una reforma judicial.

Así, la Corte intenta desactivar cualquier especulación de una posible renuncia de Norma Piña a la Presidencia.

El mandatario demócrata Joe Biden y su predecesor republicano Donald Trump, casi empatados en las encuestas, se enfrentaron la tarde de ayer en el primer debate de las elecciones presidenciales de noviembre próximo, después de meses de ataques verbales.

El demócrata, de 81 años, y el republicano, de 78, van codo con codo en los sondeos.

Según una encuesta publicada el miércoles por la Universidad de Quinnipiac, Trump aventaja por primera vez a Biden con 49% frente a un 45% de la intención de voto a nivel nacional. Otra difundida el domingo por la cadena Fox beneficiaba por el contrario al demócrata (50% contra 48%).

El debate fue moderado por los periodistas de la CNN, Jake Tapper y Dana Bash, siguiendo reglas estrictas, una de ellas, apagar el micrófono a cada candidato cuando termine el tiempo de respuesta estipulado. El encuentro se desarrolló sin público ni teleprompter.

La mayoría de los votantes registrados en Estados Unidos para las próximas presidenciales cree que el expresidente Donald Trump superó al actual mandatario, Joe Biden, en el debate, según una encuesta realizada por la propia cadena anfitriona del encuentro, realizada entre los espectadores que vieron el programa.

El 67% de los televidentes que vieron el debate piensa que el republicano Trump se desenvolvió mejor, frente al 33% que opinó lo contrario.

Según la encuesta, la mayoría de los consultados señaló que no tiene confianza real en la capacidad del demócrata Biden para liderar el país y, al mismo tiempo, también una mayoría dijo que el debate tuvo poco o ningún efecto para ellos a la hora de votar el próximo 5 de noviembre.

El 81% de los consultados manifestó que el debate no tuvo ningún efecto sobre su decisión a la hora de elegir presidente y otro 14% dijo que el evento les hizo reflexionar aunque no cambiaron su opinión previa. Sólo el 5% admitió que cambió de opinión sobre a quién va a votar tras ver a los dos candidatos.

El desempeño “inestable” del presidente Biden, hizo que las alertas se encendieran acerca de un posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.

Tras evitar estrecharse la mano al inicio del encuentro, el presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump se enfrascaron en una discusión, en ocasiones en términos profundamente personales, sobre el aborto, la economía, la edad, las condenas de Trump y del hijo de Biden, Hunter, e incluso de su temple en el campo de golf.

Biden llegó con voz ronca y habló en voz baja a consecuencia, según su campaña, de un resfriado. En algunas ocasiones murmuró, se trabó o perdió el hilo. Como es habitual, Trump, de 78, habló con fuerza pero también con muchas falsedades.

El candidato republicano citó en dos ocasiones a Hunter Biden, quien fue condenado este mes por tres delitos graves relacionados con la compra de un revólver en 2018, cuando supuestamente era adicto a las drogas. Trump, quien en mayo se convirtió en el primer expresidente condenado por delitos graves, calificó al hijo de su rival como un “delincuente convicto”.

Biden hizo referencia a las condenas de Trump y afirmó que había tenido “sexo con una estrella porno” mientras su esposa estaba embarazada, algo que Trump negó. Biden apuntó además que el republicano había sido declarado civilmente responsable de “acosar a una mujer en público”.

Luego de más de 80 minutos de debate, Biden, de 81 años, y Trump, de 78, fueron preguntados por su edad y su capacidad de ejercer el cargo pasados los 80.

Biden, centrándose en sus logros políticos, dijo que Trump es “tres años menor y mucho menos competente”. Además, aprovechó su turno de respuesta para señalar a Trump por hablar mal de Estados Unidos.

″¿La idea de que somos una especie de país en decadencia? Nunca había oído a un presidente hablar así”, dijo Biden.
En su réplica, Trump afirmó que estaba en tan buena forma como hace 25 años y quizá “incluso un poco más ligero”.

Aunque no hay mucha diferencia de edad entre ellos, hay más votantes preocupados porque Biden sea demasiado mayor.

Analistas apuntaron que fue difícil oír y entender a Biden desde su primera intervención; sus errores verbales continuaron a lo largo de todo el discurso.

El demócrata perdió el hilo al intentar hacer una observación sobre las tasas impositivas y el número de multimillonarios en Estados Unidos. Se desvió y miró hacia abajo antes de murmurar algo sobre el COVID-19 y decir algo así como que “por fin hemos vencido a Medicare”.

Cuando trató de retomar para finalizar su argumento, el moderador, Jake Tapper, le interrumpió porque se le había acabado el tiempo. Trump le dio la réplica rápidamente: “Tiene razón, derrotó a Medicare. Lo golpeó hasta la muerte”.

En una respuesta a una pregunta sobre el aborto, Biden mencionó, aparentemente sin venir a cuento, a una joven asesinada recientemente por un inmigrante, en una posible referencia a una niña de 12 años de Houston que murió estrangulada, presuntamente a manos de dos venezolanos que habían entrado de forma ilegal al país. La conexión con el aborto no estuvo clara.

En ese sentido, Biden culpó a Trump por erosionar los derechos al aborto luego de que los tres jueces designados por el exmandatario republicano a la Corte Suprema federal votaron a favor de anular el fallo del caso de Roe contra Wade, que había reconocido el derecho constitucional al aborto en todo el país.

Recordemos que la revocación ha animado a muchos votantes que apoyan el derecho al aborto y ha contribuido a las victorias demócratas en las elecciones de mitad de periodo y especiales de 2022.

“Ha sido terrible lo que has hecho”, dijo Biden, dirigiéndose a su rival. Se comprometió a restablecer la ley bajo el fallo del caso de Roe contra Wade si obtiene un segundo mandato, pero no dijo cómo lo lograría.

En tanto, Trump dijo que su presidencia devolvió la cuestión del aborto a la gente a través de las leyes estatales. Señaló que apoya las excepciones a la prohibición del aborto por violación, incesto y si la vida de la madre corre peligro, y repitió su afirmación falsa de que Biden apoya el aborto hasta y después del nacimiento. “Creemos que los demócratas son los radicales, no los republicanos”, dijo Trump.

Trump fue preguntado en tres ocasiones, pero no llegó a afirmar de forma directa que aceptaría los resultados de los comicios ganase quien ganase. El republicado señaló varias veces que aceptaría los resultados “si es una elección justa, legal y buena”, pero no quiso dar una respuesta afirmativa o negativa.

La nota después del debate es que el presidente Biden defraudó incluso a los políticos de su bando. “La actuación de Joe Biden durante el debate fue decepcionante, no hay otra forma de decirlo”, admitió Kate Bedingfield, exdirectora de comunicación de la Casa Blanca durante sus primeros años de mandato.

Biden estuvo “lento al principio pero terminó fuerte”, reconoció su vicepresidenta, Kamala Harris. En un intento de rebajar las críticas a su actuación, el equipo de campaña del demócrata dijo que estaba resfriado.

Foto: CNN