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Los líderes de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) anunciaron este jueves la “histórica” admisión de seis nuevos miembros a partir del próximo año, en momentos en que el club de países emergentes busca ganar influencia en la escena internacional.

Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos se incorporarán al grupo a partir del 1 de enero de 2024, declaró el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, en una rueda de prensa conjunta con dirigentes de los cinco países que componen actualmente el bloque.

“Con esta cumbre, los BRICS inician un nuevo capítulo”, afirmó Ramaphosa.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dio la bienvenida a los nuevos miembros y dedicó “un mensaje especial” al presidente argentino, Alberto Fernández, un “gran amigo de Brasil y del mundo en desarrollo”.

Desde Buenos Aires, Fernández dijo que Argentina se propuso ser parte de los BRICS por ser “un referente geopolítico y financiero importante, aunque no el único, para este mundo en desarrollo”.

Para el presidente chino, Xi Jinping, esta “ampliación histórica” augura un “futuro radiante para los países” del bloque.

La cuestión de la expansión de la alianza era una prioridad en esta cumbre, que termina la noche de este jueves.

Unas cuarenta naciones habían solicitado la adhesión o mostraron su deseo de incorporarse al bloque creado en 2009, que representa casi un cuarto del PIB y un 42% de la población mundial.

Las negociaciones tuvieron lugar durante una sesión plenaria el miércoles a puerta cerrada y en varios encuentros bilaterales.

El presidente ruso, Vladimir Putin, sobre el que pesa una orden de arresto internacional por crímenes de guerra en Ucrania, intervino en la cumbre por videoconferencia.

Según los observadores, los países miembros deben hallar un equilibrio entre su proximidad con China y Rusia y el riesgo de alejarse de un socio comercial importante como lo es Washington.

Estados Unidos ya ha dicho que no ve en los BRICS a futuros “rivales geopolíticos” y que desea mantener sus actualmente “sólidas relaciones” con Brasil, India y Sudáfrica.

Un avión privado Embraer se estrelló hoy en la región rusa de Tver con diez pasajeros a bordo, entre los que se encuentra el jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, quien lideró una rebelión contra el gobierno de Vladímir Putin hace unos meses.

“Se ha abierto una investigación sobre la catástrofe del avión Embraer ocurrida esta tarde en la región de Tver. Según la lista de pasajeros, entre ellos se encuentra el nombre y apellidos de Yevgueni Prigozhin”, informó la agencia de aviación civil, Rossaviatsia, a agencias locales.

Por su parte, el Ministerio para Situaciones de Emergencia confirmó que el siniestro tuvo lugar cerca de la localidad de Kuzhenkino y que tres de las diez personas que viajaban a bordo del aparato eran tripulantes.

“Según datos preliminares, todos los que iban a bordo han muerto”, informó el Ministerio para Situaciones de Emergencia.

El avión se estrelló en Tver, que se encuentra a menos de 200 kilómetros de Moscú, cuando efectuaba un vuelo entre la ciudad de San Petersburgo y la capital rusa.

Efectivos de Emergencias se han desplazado a la zona del accidente para iniciar las labores de búsqueda y rescate .

En tanto, el gobernador de Tver, Ígor Rudenia, asumió el control personal de la investigación de lo ocurrido con el avión civil.

Los servicios de emergencia rusos rescataron ocho cadáveres en el lugar del siniestro. Por ahora, según informa la agencia oficial RIA Nóvosti, los servicios de salvamento no han confirmado la identidad de los cadáveres hallados cerca de la localidad de Kuzhenkino.

Según la prensa, los cuerpos están totalmente carbonizados, así que será probablemente necesario realizar una prueba de ADN para confirmar su identidad.El portal Baza asegura que uno de los pasajeros resultó decapitado en el accidente.

Prigozhin, de 62 años, protagonizó hace dos meses una fallida rebelión militar contra el Kremlin en la que llegó a tomar una de las ciudades más importantes del sur de Rusia, Rostov del Don.

Tras la mediación del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, Prigozhin aceptó replegar a sus mercenarios y trasladar su base a territorio de esa antigua república soviética.

Después de acusarle de traición, el presidente ruso, Vladímir Putin, lo recibió en el Kremlin, tras lo que Prigozhin anunció el reinicio de las operaciones de Wagner en África.

Prigozhin apareció este lunes por primera vez desde el motín en vídeo, en el que sugirió que había vuelto a África para hacer que Rusia sea “aún más grande en todos los continentes”.

“El Grupo Wagner hace que Rusia sea aún más grande en todos los continentes y que África sea aún más libre”, dice Prigozhin en la grabación, difundida por canales de Telegram próximos a la milicia rusa.

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, admitió hoy por primera vez que varias unidades militares rusas penetraron en Ucrania desde territorio bielorruso en el marco de la operación militar que Rusia inició el año pasado..

“Sí, algunas unidades (del Ejército ruso) cruzaron la frontera de Ucrania”, afirmó en una entrevista con la exiliada periodista ucraniana Diana Pánchenko, antigua presentadora del canal prorruso NewsOne, clausurado por Kiev, publicada en YouTube.

Hasta el momento, Bielorrusia, el aliado más cercano de Rusia en su invasión a Ucrania, no había admitido públicamente haber permitido a Moscú usar su territorio para atacar el país vecino.

Lukashenko instó a la periodista a preguntarle al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, “por qué las tropas rusas cruzaron la frontera entre Bielorrusia y Ucrania por la región de Chernóbil”.

“Nadie puede reclamarme nada, ningún soldado bielorruso cruzó la frontera. Pero ustedes (los ucranianos) nos provocaron. Cuatro unidades ucranianas armadas con misiles Tochka U se emplazaron junto a nuestra frontera. Mucho antes del 24 de febrero”, fecha en que comenzó la ofensiva rusa, dijo.

Según el presidente bielorruso, “para muchos esto fue una sorpresa y para nosotros fue una sorpresa”, pese a que Occidente llevaba meses advirtiendo sobre las intenciones rusas de atacar a Ucrania.

Lukashenko denunció que estas unidades ucranianas apuntaron los misiles contra territorio bielorruso, pero “los militares rusos las destruyeron en cuanto entraron”.

“Nos acusan de que nosotros promovimos el comienzo de la guerra. Pero no, la guerra ya estaba en marcha. Y ustedes la desataron, los ucranianos la desataron, la guerra con Bielorrusia. La guerra económica, ante todo”, reclamó.

Recordó que Ucrania declaró el bloqueo aéreo a Bielorrusia “antes de que lo hicieran los europeos”, y requisó miles de vagones con fertilizantes bielorrusos en el puerto de Odesa, en el mar Negro.

Según el mandatario, “esto podía y debía de haberse evitado” y recalcó que cualquier negociación entre Ucrania y Rusia debe arrancar “sin condiciones previas”.

El Banco de Rusia celebrará este martes una reunión extraordinaria de su junta directiva en la que analizará el nivel del tipo de interés de referencia, según ha anunciado la institución, que no tenía previsto revisar su política monetaria hasta el próximo 15 de septiembre.

La convocatoria extraordinaria responde a la presión que ha desatado la moneda rusa en las últimas sesiones, después de que el cambio del dólar y el euro frente al rublo haya alcanzado máximos desde marzo de 2022.

En concreto, durante la sesión de este lunes el dólar llegaba a cambiarse por 101.0538 rublos, mientras que el euro cotizaba en 111.225 rublos, cruces que no se habían visto desde marzo de 2022.

En declaraciones a la agencia rusa Interfax, el Banco de Rusia subrayó que “no hay amenaza para la estabilidad financiera”, señalando que el tipo de cambio de la moneda se forma bajo la influencia de una gran cantidad de factores, incluyendo una reducción significativa en el valor de las exportaciones, mientras hay una expansión en la demanda de importaciones asociada con un crecimiento activo en la demanda interna.

La semana pasada, el banco central ruso anunció que, desde el 10 de agosto hasta el 31 de diciembre de 2023, no comprará moneda extranjera en el mercado con el objetivo de reducir la volatilidad en los mercados financieros, mientras que la institución continuará con las operaciones de venta de moneda extranjera.

En su anterior reunión de política monetaria, celebrada el pasado 21 de julio, el Banco de Rusia decidió elevar en 100 puntos base el tipo de interés de referencia, hasta el 8.50% desde el 7.50%, nivel en el que e había permanecido estable desde septiembre del año pasado.

El aumento del tipo de interés, el primero hecho por la institución presidida por Elvira Nabiullina desde que a finales de febrero de 2022 elevase la tasa al 20% desde el 9.50% tras el comienzo de la invasión de Ucrania, buscaba responder a la depreciación del rublo y la persistencia de la inflación.

De este modo, el Banco de Rusia dejó entonces abierta la puerta a un mayor aumento de los tipos de interés en sus próximas reuniones para estabilizar la inflación cerca del objetivo del 4% para 2024 y más adelante.

Rusia lanzará el próximo viernes su primera misión robótica a la Luna desde 1976, anunció este lunes la agencia espacial Roscosmos.

El despegue del módulo Luna-25 tendrá lugar el 11 de agosto a las 02:10:57 hora de Moscú, indicó Roscosmos en un comunicado, cuando potencias mundiales como Estados Unidos y China intensifican sus misiones hacia la luna.

Roscosmos indicó además que un cohete Soyuz fue “ensamblado” en la base espacial de Vostochni, en el extremo oriente del país, para el despegue de Luna-25, que deberá descender cerca del polo sur de la Luna, un “terreno difícil”.

Está previsto que el vuelo tarde entre “cuatro días y medio y cinco días y medio”, según los datos publicados por Roscosmos y citados por la agencia de prensa oficial TASS.

Una vez en la Luna, el módulo, cuya masa es de 800 kilos, deberá “tomar muestras y analizar el suelo, así como llevar a cabo investigaciones científicas a largo plazo”.

Se tratará de la primera misión del nuevo programa lunar de Rusia, que busca reforzar su cooperación espacial con China en medio de tensiones con las potencias espaciales occidentales por la ofensiva rusa en Ucrania.

La última misión lunar de la Unión Soviética fue la de la sonda espacial Luna-24 en 1976.

Desde la caída de la URSS, Moscú se enfrenta a una serie de dificultades para innovar en el sector, en el que han surgido nuevas iniciativas privadas, como Space X del multimillonario Elon Musk.

Las autoridades de la región de Jabarovsk, ya anunciaron la evacuación de un pueblo desde el viernes por la mañana, pues se encuentra en un lugar donde puede caer el primer piso del lanzador.

Tras el inicio de la operación militar en Ucrania, la Agencia Espacial Europea (ESA) afirmó que ya no cooperaría con Rusia para el despegue de Luna-25, ni para futuras misiones.

Rusia declaró que continuaría sus proyectos lunares y reemplazaría los equipos de la ESA por equipos científicos de fabricación nacional, pues se considera todavía como gran potencia espacial teniendo en cuenta su pasado soviético.

En abril de 2022 en un viaje al cosmódromo Vostotchny, Vladimir Putin recordó que la URSS logró en 1961 a enviar al primer hombre al espacio, Yuri Gagarin, pese a las sanciones “totales” que tomaron en su contra.

Putin aseguró que Rusia seguiría implementando su programa lunar pese a las represalias occidentales a causa del conflicto en Ucrania.

Un tribunal en Rusia declaró este viernes al líder opositor Alexei Navalny culpable de extremismo y lo sentenció a 19 años de prisión, informaron su portavoz y medios de prensa rusos.

Navalny ya cumple una pena de nueve años en prisión por una serie de cargos que él considera políticamente motivados.

Los nuevos cargos están relacionados con las actividades de la fundación anticorrupción de Navalny y declaraciones que han hecho personas de si círculo más cercano.

Se trata de la quinta condena penal y la tercera y más larga pena de prisión que se le ha impuesto al líder ruso opositor; todas son consideradas por sus partidarios como una estrategia del Kremlin para silenciarlo.

Agencias de noticias estatales rusas informaron que cumplirá esta nueva sentencia al mismo tiempo que la actual por cargos de fraude y desacato al tribunal. La fiscalía había pedido una sentencia de 20 años de prisión y el mismo Navalny había anticipado que recibiría una “larga condena”.

Navalny también fue sentenciado en 2021 a dos años y medio de cárcel por violación de su libertad condicional. El juicio por extremismo tuvo lugar a puertas cerradas en una colonia penal al este de Moscú, donde el líder opositor se encuentra detenido.

Cuando el juez leyó el veredicto, Navalny se puso de pie junto a sus abogados y coacusados, con los brazos cruzados y escuchando con una expresión seria en el rostro. Le tomó al juez menos de 10 minutos anunciar el veredicto y la sentencia, algo que en Rusia usualmente toma horas o incluso días.

La audiencia fue transmitida a reporteros en una sala separada, pero la voz del juez era apenas perceptible. La portavoz de Navalny, Kira Yarmysh, confirmó el veredicto en las redes sociales, y las agencias noticiosas estatales RIA Novosti y Tass reprodujeron citas textuales del veredicto.

Navalny, de 47 años, es el rival más acérrimo del presidente Vladímir Putin y ha destapado casos de corrupción gubernamental y organizado protestas masivas contra el Kremlin. Fue arrestado en enero de 2021 al regresar a Moscú tras estar recuperándose en Alemania de un intento de envenenarlo que él atribuye al Kremlin.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, acusó este jueves a las autoridades rusas de “chantaje” por su reciente retirada del acuerdo para exportación de cereales ucranianos, en el Consejo de Seguridad de la ONU.

El jefe de la diplomacia estadounidense, que preside una reunión sobre inseguridad alimentaria en la sede de la ONU en Nueva York, dijo a los 15 miembros del máximo órgano de Naciones Unidas para la garantía de la paz en el mundo, que “el hambre no debe convertirse en arma” de guerra.

Asimismo, acusó a Rusia de provocar un “asalto” al sistema alimentario mundial a raíz de la invasión de Ucrania en febrero del pasado año y su retirada el mes pasado de la llamada Iniciativa del Grano del Mar Negro, que había permitido la exportación de cereales ucranianos durante el último año.

Y es que las autoridades rusas rechazaron prolongar el acuerdo, lo que según diversos expertos y organizaciones, está repercutiendo en el aumento de los precios de los alimentos, que afecta sobre todo a los países más desfavorecidos.

“Cada miembro de este Consejo, cada miembro de Naciones Unidas debería decir a Moscú basta, basta de usar el mar Negro como chantaje”, dijo Blinken, cuyo país preside este mes el Consejo de Seguridad.

“Basta de utilizar a la población más vulnerable del planeta. Basta de esta guerra injustificada y desmedida”, instó.

El acuerdo, firmado en julio de 2022 y respaldado por la ONU y Turquía, que ejercieron de facilitadores entre Ucrania y Rusia, permitió la venta de grano ucraniano a pesar de la guerra.

Sin embargo, Moscú exige garantías sobre otro acuerdo para sus propias exportaciones, en particular de fertilizantes y productos agrícolas.

En respuesta a los señalamientos, el embajador adjunto ruso, Dmitry Polyanskiy, dijo que las sanciones occidentales están impactando las exportaciones de fertilizantes y alimentos rusos.

“Mientras no se eliminen los obstáculos ilegítimos creados artificialmente por Occidente que afectan a la capacidad de los operadores económicos rusos para suministrar productos agrícolas, difícilmente será posible restablecer el funcionamiento normal de las cadenas de suministro y abordar otros problemas de seguridad alimentaria mundial”, declaró en el debate.

En medio de este conflicto, drones rusos dañaron esta semana un puerto ucraniano en el Danubio, en un nuevo ataque de Moscú contra instalaciones vitales para la salida de grano de Ucrania.

Blinken dijo que los precios de los cereales han subido más de un 8% en todo el mundo desde el fin del acuerdo. Por ello, su país tiene la intención de hacer público un “comunicado conjunto de condena del uso de los alimentos como arma de guerra” adoptado al margen de la reunión, que ya han firmado 91 países.

Una serie de ataques rusos con drones causaron este miércoles daños en las infraestructuras portuarias de Ucrania en el Danubio, cruciales para el tránsito de granos tras el fin de un acuerdo de exportación con Rusia.

Kiev, la capital, también fue blanco de artefactos explosivos, pero todos fueron derribados, según las autoridades ucranianas.

Desde que Rusia puso fin en julio pasado al acuerdo que permitía a Kiev exportar pese a la guerra, dos pequeños puertos fluviales ucranianos fronterizos con Rumania, Reni e Izmaíl, en la región de Odesa, se han convertido en la principal ruta de salida para los productos agrícolas ucranianos.

Desde entonces, Moscú ha multiplicado los ataques contra las infraestructuras portuarias ucranianas.

Los drones del miércoles, de tipo Shahed y fabricación iraní, apuntaron al sur de la región de Odesa, dijo el ejército ucraniano en Telegram, sin especificar la ubicación, pero explicando que “el objetivo evidente del enemigo era la infraestructura portuaria e industrial de la región”.

Por su parte el fiscal general de Ucrania explicó en un comunicado que “las instalaciones portuarias y la infraestructura industrial en el Danubio” se vieron afectadas, dañando un elevador, varios silos de cereales, tanques de terminales de carga, depósitos y locales administrativos.

No se reportaron víctimas a pesar de los ataques que causaron un incendio, dijo el gobernador de la región, Oleg Kiper, en Telegram.

El ataque ruso con drones iraníes ha destruido 40,000 toneladas de grano destinado a África, China e Israel, según el Ministerio de Desarrollo Territorial de Ucrania.

“Los ataques contra los puertos ucranianos son una amenaza para el mundo”, afirmó el viceministro de dicho Ministerio, Oleksadr Kubrakov, a través de su cuenta en twitter.

Los bombardeos en esta zona comenzaron después del fin del acuerdo que, bajo los auspicios de la ONU y Turquía, había permitido la exportación de 33 millones de toneladas de cereales y oleaginosas ucranianos, a pesar de la invasión rusa.

En este sentido, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo a su homólogo ruso, Vladimir Putin en una llamada telefónica que “no se deben tomar medidas que aumenten las tensiones en la guerra entre Rusia y Ucrania”.

También enfatizó la importancia del acuerdo que considera un “puente para la paz”, según un resumen de la conversación de la oficina del líder turco.

En la misma llamada, Putin le pidió a Erdogan que ayude a Rusia a exportar cereales a los “países más necesitados” por la escasez de alimentos.

Rusia también dijo este miércoles que había empezado ejercicios navales en el mar Báltico, en los que participaron unos 30 buques de guerra. Durante los ejercicios, la armada practicará cómo proteger las rutas marítimas, transportar tropas y carga militar, y defender la costa, según el ministerio de Defensa ruso.

Antes de los puertos del Danubio, las fuerzas rusas habían atacado las infraestructuras portuarias ucranianas del Mar Negro varias veces en las últimas semanas, particularmente Odesa, desde donde se exportaba grano ucraniano.

Rusia ha incrementado en un 60% las exportaciones de cereales correspondientes a julio comparado con el mismo mes de 2022, coincidiendo con la renuncia del Kremlin a los acuerdos del grano con Ucrania, que tenía la mediación de Turquía y la ONU.

Las exportaciones de grano ascendieron a 5.68 millones de toneladas, según informó Yelena Tiúrina, directora del departamento de análisis de la Unión Rusa de Grano, a la agencia oficial RIA Nóvosti.

De ese volumen, 4.54 millones de toneladas correspondieron a trigo, lo que supone un alza del 50%, precisó la fuente

El principal cliente del grano ruso ha sido Arabia Saudí con 578,000 toneladas, seguido por Turquía, 518,000 toneladas; Egipto, 467,000 toneladas, e Israel, 345,000.

En cuanto a los países en desarrollo, Bangladesh importó 222,000 toneladas; Tanzania, 94,000 toneladas, y Sudán, 68,000.

“Nuevos compradores de trigo ruso son los países de América Latina. Por ejemplo, Brasil recibió 62,000 toneladas y Perú, 49,000 toneladas. El pasado año Brasil y Perú no compraron nuestro trigo”, explicó la funcionaria.

Un total de 33 países recibieron este mes cargamentos de trigo, siete países más que hace un año.

La Unión Rusa de Grano estima el potencial exportador de du país en 55-57 millones de toneladas de grano, lo que incluye 48-49 toneladas de cereal.

Según las estimaciones de Tiúrina, también aumentaron las exportaciones de maíz en un 40% (319,400 toneladas) y de cebada en un 160% hasta las 822,000 toneladas.

Por ello, el presidente ruso, Vladímir Putin, asegura que Rusia puede sustituir a Ucrania como suministrador mundial de cereal, aduciendo que produce mucho más cereal que su vecino.

La pasada semana durante la cumbre África-Rusia Putin prometió ayudar a seis países del continente: Burkina Faso, Zimbabue, Mali, Somalia, la República Centroafricana (RCA) y Eritrea, con cargamentos de cereales gratuitos, aunque el secretario general de la ONU, António Guterres, ya aseguró que dicha medida únicamente provocará un nuevo alza de los precios.

Putin recordó que Moscú ha enviado este año casi 10 millones de toneladas a África, de ellos 9 millones de toneladas de trigo, lo que demuestra su solidez como granero del continente.

Recordemos que Ucrania reconoció que la última semana los ataques rusos contra terminales portuarias en el mar Negro destruyeron 180,000 toneladas de grano destinado a la exportación.

Un ataque ruso destruyó este lunes un edificio residencial en el centro de Ucrania, dejando cinco muertos y decenas de heridos, en un momento en que Rusia intensifica sus bombardeos tras una serie de ataques con drones en su territorio.

Dos misiles rusos golpearon por la mañana la ciudad de Krivói Rog: uno impactó en un edificio de viviendas dejando cinco muertos, incluida una niña de diez años, y al menos 64 heridos, según el responsable de la administración militar de la ciudad, Oleksandr Vilkul.

“Bombardearon edificios residenciales, un edificio universitario, una intersección vial. Lamentablemente, hay muertos y heridos. Puede haber gente bajo los escombros”, dijo en Facebook el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, denunciando una vez más el “terrorismo ruso”.

En las imágenes difundidas por el mandatario, se podía ver un edificio de viviendas afectado en varios pisos. Otro misil impactó en un centro educativo que según las mismas imágenes, estaba completamente destruido.

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, anunció que los ataques de Moscú contra infraestructuras militares ucranianas, habían “aumentado considerablemente” en respuesta a los ataques contra territorio ruso ocurridos en los últimos días.

Y es que la península de Crimea, territorio ucraniano anexionado por Rusia en 2014, así como otros territorios rusos, fueron atacados en las últimas semanas con drones; el domingo, un ataque con estos aparatos dañó dos edificios en un barrio de negocios de Moscú, aunque fueron daños menores.

Zelenski se mostró satisfecho el domingo por esos ataques, considerando que la guerra estaba llegando al fin “a Rusia”.

“Progresivamente, la guerra llega al territorio de Rusia, a uno de los centros simbólicos y sus bases militares. Es un proceso inevitable, natural y absolutamente justo”, declaró el mandatario ucraniano.

“Ucrania se está haciendo más fuerte”, agregó el presidente, advirtiendo que su país debía prepararse ante nuevos ataques contra infraestructuras energéticas el próximo invierno.

El ministro ruso de Defensa aseguró por su parte que la contraofensiva ucraniana, iniciada a principios de junio tras meses de preparación, estaba siendo “infructuosa” y que “las armas occidentales no están conduciendo al éxito” de Kiev, sino a “prologar el conflicto”.

El Kremlin consideró este lunes que los drones lanzados contra Moscú era un “acto desesperado” de Ucrania, cuya contraofensiva, según Rusia, es un fracaso.

Por su parte, la viceministra ucraniana de Defensa, Ganna Maliar, contradijo a Moscú calificando de “éxito” la actuación de las tropas ucranianas en el sur del país, donde han logrado recuperar nuevos territorios en los últimos dos meses.

Según Maliar, la contraofensiva en marcha ha permitido “liberar” 12.6 km2 de territorios ocupados, hasta un total de 204.7 km2 desde el inicio de la operación.

El sur de Ucrania sufrió su tercera noche consecutiva de bombardeos rusos que golpearon especialmente al puerto de Odesa, en el mar Negro, nuevo objetivo de Moscú desde que se retiró de un acuerdo de granos clave para la alimentación mundial.

Ucrania acusa a Rusia de atacar de manera específica sus infraestructuras portuarias con el objetivo de impedir cualquier posible reinicio de sus exportaciones de cereales.

Al menos dos civiles murieron en bombardeos en Odesa y Mikolaiv, otro puerto del sur de Ucrania, en la desembocadura del río Bug en el mar Negro, informaron las autoridades locales que difundieron imágenes de edificios en llamas y fachadas destrozadas.

La fuerza aérea ucraniana indicó que Rusia lanzó en total 38 misiles y drones contra las dos ciudades.

“Lamentablemente no es posible interceptar todos los misiles, en particular los misiles supersónicos Kh-22 y Onyx, que son muy difíciles de destruir”, precisó en Telegram Oleg Kiper, gobernador de la región de Odesa.

Estos misiles, que Rusia utiliza muy poco, ya fueron lanzados durante un ataque en la noche del martes contra terminales de granos e infraestructuras portuarias de Odesa y de Chornomorsk, destruyendo silos y 60,000 toneladas de cereales.

El ejército ruso informó hoy que “solo” atacó instalaciones militares en la región de Odesa y cerca de Mikolaiv.

Tras amenazas de parte de Moscú, Ucrania advirtió este jueves que todos los buques que naveguen el mar Negro hacia Rusia y zonas ocupadas por las tropas de Moscú podrán ser considerados “como transporte de mercancías militares con todos los riesgos asociados”.

Y es que recordemos que el inicio de la ofensiva rusa en febrero de 2022 provocó el bloqueo de los puertos ucranianos en el mar Negro hasta que en julio del año pasado se firmó un acuerdo mediado por Turquía y la ONU, que fue prolongado en dos ocasiones.

Sin embargo, el lunes pasado el Kremlin anunció que se retiraba del pacto después de meses quejándose del incumplimiento de una disposición del acuerdo para exportar sus productos agrícolas y fertilizantes.

El presidente ruso Vladimir Putin, objeto de una orden de arresto internacional, no asistirá a la cumbre de los países BRICS en Sudáfrica en agosto próximo, indicó este miércoles la presidencia sudafricana poniendo fin a meses de especulaciones.

La posible visita de Putin se había convertido en un tema controvertido para Sudáfrica, ya que el presidente ruso es blanco de una orden de captura de parte de la Corte Penal Internacional (CPI) que el país africano debería implementar llegado el caso, ya que reconoce a ese tribunal.

“De mutuo acuerdo, el presidente Vladimir Putin de la Federación Rusa no asistirá a la cumbre, pero la Federación Rusa estará representada por el ministro de Relaciones Exteriores, el señor Serguéi Lavrov,” indicó en un comunicado Vincent Magwenya, un vocero del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa.

La decisión se tomó tras numerosas “consultas” realizadas por Ramaphosa en los últimos meses, la última de ellas la noche de ayer, dijo Magwenya.

Y es que recordemos que Sudáfrica ejerce actualmente la presidencia de los BRICS, el grupo de cinco grandes potencias emergentes (Sudáfrica, Brasil, China, India y Rusia).

Putin fue invitado oficialmente a la cumbre de jefes de Estado del grupo prevista para el 22 al 24 de agosto en Johannesburgo, pero el gobierno sudafricano se enfrentó a una fuerte presión interna y externa para no recibir al mandatario ruso.

Putin es buscado por la CPI por las acusaciones de que Rusia deportó ilegalmente a niños ucranianos.

Sin embargo, “el presidente Putin ha decidido participar en la cumbre BRICS a través de videoconferencia. Será una participación en toda regla”, indicó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

En una declaración hecha pública el martes, Ramaphosa escribió que arrestarlo habría equivalido a una declaración de guerra a Rusia.

Los documentos son la respuesta a una solicitud del principal partido de oposición, la Alianza Democrática (DA), que quería presionar al gobierno y garantizar que Putin fuera entregado a la CPI si visitaba Sudáfrica.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, sostuvo que “está absolutamente claro para todos” las consecuencias de un posible arresto de Putin.

La declaración juramentada reveló que Sudáfrica buscaba una exención de las reglas de la CPI, argumentando que llevar a cabo el arresto podría poner en riesgo la “seguridad, la paz y el orden del Estado”.

Tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, la exportación de cereales por parte de Kiev se vieron fuertemente afectada hasta convertirse en un arma de guerra.

Con la mediación de Turquía y la ONU, Kiev y Moscú acordaron hace un año una serie de medidas para garantizar la seguridad de los buques que llevan granos ucranianos a los mercados internacionales, un pacto conocido como la “Iniciativa del Mar Negro”.

Dicho acuerdo expiró este 17 de julio, y aunque se esperaba una renovación, Rusia decidió suspenderlo con el argumento de que las sanciones que sufre debido a su agresión contra Ucrania impiden que se cumpla la parte del acuerdo que debe garantizar también las exportaciones de alimentos y fertilizantes rusos.

“En la práctica, los acuerdos del mar Negro expiraban hoy. Lamentablemente, la parte del acuerdo del mar Negro que se refiere a Rusia no se ha cumplido. Por ello, (el acuerdo) pierde su vigor”, dijo hoy el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

El funcionario ruso se refería a la reconexión del banco agrícola ruso, Rosseljozbank, al sistema bancario internacional SWIFT, el levantamiento de sanciones a repuestos para la maquinaria agrícola, el desbloqueo de la logística y seguros de transporte, el descongelamiento de activos y la reanudación de la tubería de amoniaco Togliatti-Odesa, que explotó el 5 de junio.

Rusia rechazó así la prolongación del acuerdo, horas después de que drones navales atacaran un puente estratégico que conecta su territorio con la península anexada de Crimea, y que es clave para transportar suministros a los soldados rusos en Ucrania.

“Tan pronto como la parte del acuerdo relativa a Rusia esté satisfecha, el país volverá inmediatamente al acuerdo sobre los cereales”, advirtió.

El acuerdo ha permitido exportar más de 32 millones de toneladas de grano ucraniano.

El presidente Vladimir Putin denunció la semana pasada que los intereses de Moscú estaban siendo ignorados.

Al respecto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró que nunca acordaron pacto alguno con Rusia para la exportación de grano y que el corredor abierto a través del mar Negro puede seguir utilizándose a pesar de la salida de Moscú.

“Teníamos dos acuerdos: Ucrania, Turquía y la ONU; y otro acuerdo, el de Rusia, Turquía y la ONU”, aseguró Zelenski en una entrevista con medios africanos y cuyas citas han sido difundidas por su portavoz, Sergi Nikiforov.

En ese sentido, Zelenski aseguró que cuando Rusia anuncia que pone fin al acuerdo de exportación de grano lo que está haciendo es “romper” sus acuerdos con el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Aclaró que su gobierno “no tenía ningún acuerdo con ellos”. Zelenski informó que ordenó al Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania para que haga saber a las autoridades de Naciones Unidas y Turquía la predisposición de Kiev a continuar con dicha iniciativa.

Por su parte el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró este lunes que seguirá intentando reactivar el acuerdo para facilitar la exportación de cereal ucraniano a través del Mar Negro.

Erdogan se mostró optimista de que el presidente ruso, Vladímir Putin, accederá a reactivarlo.

“Creo que mi amigo, el señor Putin, desea que este puente humanitario (el corredor de cereales) continúe”, dijo el mandatario turco a la prensa en Ankara poco antes de partir en una gira por Arabia Saudí, Catar y los Emiratos Árabes Unidos.

En tanto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó de “medida cínica” la decisión de Rusia de suspender el acuerdo de exportación de grano a través del Mar Negro, y añadió que la Unión Europea seguirá trabajando para garantizar la seguridad alimentaria de los países pobres.

“Condeno de forma enérgica la cínica decisión rusa de poner fin a la iniciativa de los cereales del Mar Negro, a pesar de los esfuerzos de la ONU y Turquía. La UE trabaja para garantizar la seguridad alimentaria de los más vulnerables del mundo. Los carriles de solidaridad de la UE seguirán sacando productos agroalimentarios de Ucrania y llevándolos a los mercados mundiales”, tuiteó Von der Leyen.

El responsable de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, calificó de injustificada la decisión de Moscú, a la que acusó de estar utilizando los alimentos como arma en el conflicto con Ucrania.

Finalmente, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, dijo que Rusia cometió “otro acto de crueldad” al suspender el acuerdo del mar Negro, ya que con ello dio “otro golpe a los más vulnerables del mundo”.

La embajadora dijo que los acuerdos del mar Negro han traído estabilidad a los precios de los alimentos en un mundo donde 345 millones de personas viven altos niveles de inseguridad alimentaria, una cifra que ha crecido con “la brutal guerra contra Ucrania”.

“Esto es lo que pasa cuando un país decide tomar a la humanidad entera como rehén (…) mientras Rusia se dedica a los juegos políticos, la gente de verdad sufre”, insistió, e instó a la comunidad internacional a obligar a Rusia a revertir si decisión, volver a las negociaciones y expandir el campo de aplicación de los acuerdos.

Los países de la OTAN decidieron este martes que invitarán a Ucrania a adherirse a la alianza “cuando se cumplan las condiciones”, pese a la presión del mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, para obtener una vía más clara a la membresía.

“Presentaremos una invitación para que Ucrania se una a la OTAN cuando los aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones”, dijo el secretario general de la alianza transatlántica, Jens Stoltenberg.

El anuncio fue formulado al fin de la primera jornada de una cumbre de la OTAN en Vilna, la capital de Lituania.

Al ser consultado sobre las “condiciones” que deberían cumplirse, Stoltenberg mencionó la modernización de las instituciones de defensa y seguridad de Ucrania, el combate a la corrupción y la interoperabilidad logística con el resto de la alianza.

En la actualidad, añadió, hay una guerra “y, por lo tanto, creo que los aliados están de acuerdo en que mientras la guerra continúe, no es momento para hacer de Ucrania un miembro de pleno derecho de la alianza”.

Como gesto de buena voluntad, sin embargo, los países de la OTAN también acordaron remover la exigencia del Plan de Acción de Membresía (Membership Action Plan, MAP en inglés) ucraniano para acceder a la alianza.

El MAP, exigido a aspirantes a la adhesión, incluye asistencia técnica y política de la alianza y soporte práctico específico en áreas como defensa, economía, seguridad y normativa legal.

Zelenski volvió a defender su causa en un mitin público en Vilna, donde mañana participará como invitado de la cumbre.

“La OTAN dará seguridad a Ucrania, Ucrania fortalecerá a la OTAN”, proclamó junto al presidente lituano, Gitanas Nauseda, antes de que se izara una bandera ucraniana traída desde Bajmut, principal teatro de batalla durante meses entre las fuerzas rusas y ucranianas.

Antes de viajar a Vilna, Zelenski criticó amargamente la “incertidumbre” y la “debilidad” de la OTAN sobe definir el camino de Ucrania a la membresía e indicó que esa actitud estimula el “terror” ruso.

Rusia indicó que sigue “muy de cerca” la cumbre de Vilna, en la que ve “un fuerte carácter antirruso”.

Recordemos que cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, anunció la intervención militar en Ucrania, el 24 de febrero de 2022, exigió entre otros puntos que la exrepública soviética tuviese un “estatus neutral” y garantías de que nunca entraría a la OTAN.

Finalmente, y como expresión de apoyo, varios países de la OTAN anunciaron más entregas de armas a Ucrania.

El diario The Wall Street Journal (WSJ) y su empresa matriz, Dow Jones, recordaron que su periodista Evan Gershkovich lleva 100 días detenido en Rusia, reiterando su llamado a que sea liberado con una serie de mensajes públicos, incluyendo una carta urgente a la ONU.

El diario publicó fotografías tomadas en lugares de todo el mundo a lo largo de estos meses, incluyendo la sala de redacción, la sede del Nasdaq, un partido de fútbol y una marcha, en las que se ve a mucha gente solidarizarse con su causa, mostrando carteles y camisetas en los que se lee “liberen a Evan” o “estoy con Evan”.

“Sigue en prisión, acusado falsamente de espionaje por el Gobierno ruso. El WSJ y el Gobierno de Estados Unidos han negado con vehemencia esta acusación falaz y están pidiendo su liberación inmediata”, señaló la directora del diario, Emma Tucker, refiriéndose al caso como una “violación de la libertad de prensa”, además de que señala que “el periodismo no es un crimen”.

Abogados de Dow Jones pidieron este viernes a la relatora especial de Derechos Humanos de la ONU en Rusia, Mariana Katzarova, que presione al Gobierno ruso para su liberación y que, hasta que se produzca, garantice “todos sus derechos” incluyendo acceso consular, salud y seguridad, y evite un “tratamiento degradante, cruel e inhumano” hacia él.

Los padres de Gershkovich, que dejaron la entonces Unión Soviética y se nacionalizaron estadounidenses, han estado enviándole cartas y acudiendo a sus audiencias en Moscú para animarlo y mostrarle apoyo.

Hace dos semanas, el Tribunal Municipal de Moscú decidió mantener al periodista en prisión preventiva al rechazar un recurso para que fuera excarcelado después de que otro tribunal ordenara privarlo de libertad más tiempo, hasta el próximo 30 de agosto.

Recordemos que Gershkovich, de 32 años, fue detenido a finales de marzo en Yekaterimburgo, ciudad en los Urales, y el 7 de abril fue acusado formalmente de espionaje por el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).

Según el FSB, el periodista “recopilaba por encargo de la parte estadounidense informaciones secretas sobre las actividades de una de las empresas del complejo militar industrial ruso”.