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El presidente Joe Biden salió este viernes a aclarar que no considera a ningún partidario del expresidente Donald Trump “una amenaza al país”.

Y es que ayer, Biden pronunció un discurso el que dijo que la “ideología extrema” de Donald Trump y sus simpatizantes “amenaza las bases mismas de nuestra república”, y pidió a los estadounidenses de todos los ámbitos que ayudaran a contrarrestar lo que catalogó como fuerzas oscuras dentro del Partido Republicano que intentan socavar la democracia.

Ante la polémica que generaron sus palabras, hoy aclaró que “sí considero que cualquiera que llama a usar la violencia, no condena la violencia cuando se la usa, se niega a reconocer un triunfo electoral, insiste en modificar las reglas para el recuento de votos, es una amenaza a la democracia” pero no al país.

Dijo que cuando la gente votó por Trump, no votó por atacar el Capitolio y no votó por anular una elección. “Votó por una ideología promovida por él”, añadió.

En su discurso desde la Sala de la Independencia en Filadelfia de ayer, Biden hizo una acusación inusualmente contundente en contra de Trump y de lo que dijo se ha convertido en la cepa dominante del partido de oposición.

Su mensaje llegó a tan sólo dos meses de que los estadounidenses acudan a las urnas para las elecciones de mitad de mandato, que Biden describió como una encrucijada para la nación.

“Muchas de las cosas que están sucediendo hoy día en nuestro país no son normales”, dijo ante cientos de asistentes, levantando la voz para acallar a los simpatizantes de Trump reunidos al exterior del edificio.

Afirmó que no desaprobaba a los 74 millones de personas que votaron por Trump en 2020, pero añadió: “No hay duda de que hoy día el Partido Republicano es dominado por Donald Trump y los republicanos del MAGA”, usando el acrónimo del lema de campaña “Hagamos grande a Estados Unidos otra vez”.

El mensaje de Biden representa un gran cambio de postura para el presidente, quien durante su discurso de investidura pregonó sobre la unidad nacional.

Biden, quien evitó incluso referirse al “tipo anterior” por su nombre durante su primer año de gobierno, ha sido cada vez más abierto en sus críticas hacia Trump. Expertos señalan que esto ha sido por los recientes triunfos legislativos de su partido y consciente del regreso de Trump al ojo público.

Apenas la semana pasada comparó la “filosofía MAGA” con un “semifascismo”. Y aunque llamó a los republicanos más convencionales a que levanten la voz en contra de lo que sucede en el partido, los líderes republicanos no tardaron en acusarlo de profundizar las divisiones políticas.

Biden pidió a la ciudadanía que “vote, vote, vote” para proteger la democracia. “Durante mucho tiempo, nos hemos reconfortado a nosotros mismos diciéndonos que la democracia estadounidense está garantizada. Pero no es así”.

En plena escalada de división política ante el regreso de Donald Trump al ojo público, La Casa Blanca anunció este viernes una cumbre que se celebrará el próximo mes para “contrarrestar los efectos corrosivos de la violencia alimentada por el odio” en la democracia y en la seguridad pública del país.

En un comunicado, la portavoz Karine Jean-Pierre presentó la cumbre “United We Stand”, que tendrá lugar el próximo 15 de septiembre, con Biden como anfitrión, y con el objetivo principal de abordar “el odio y la división” que vive Estados Unidos.

El anuncio se produce luego de la polémica y división que desató el cateo del FBI a la casa del expresidente Trump en Mar-a-Lago, Florida, en busca de documentos clasificados sobre armamento nuclear que el exmandatario presuntamente sacó de La Casa Blanca.

Desde entonces, Trump se ha dedicado a criticar al FBI y a las instituciones, presentándose como víctima de una persecución política; críticas que que, según ha denunciado el propio Buró Federal de Investigación, han tenido un efecto en el aumento de amenazas contra sus agentes.

La propia presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, acusó hace una semana a Trump de “instigar los ataques contra las fuerzas del orden”, como lo hizo en el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.

El congreso “United We Stand” reunirá a “héroes de todo Estados Unidos” que están liderando “un trabajo histórico en sus comunidades para construir puentes y abordar el odio y la división”, añadió La Casa Blanca.

La cumbre incluirá, entre otros participantes, a un grupo bipartidista de funcionarios federales, estatales y locales, defensores de los derechos civiles, líderes religiosos y comunitarios, líderes tecnológicos y empresariales, funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y ex miembros de grupos violentos que ahora trabajan para prevenir la violencia.

Allen Weisselberg, el ex director financiero de la Organización Trump, se declaró este jueves culpable por haber conspirado durante años con la empresa en una trama de fraude.

Weisselberg, que trabajó durante décadas para el negocio del expresidente estadounidense Donald Trump, y que está considerado como uno de sus colaboradores más fieles, alcanzó un acuerdo con la Fiscalía y será sentenciado a cinco meses de cárcel, cinco años de libertad condicional y al pago de casi 2 millones de dólares a las arcas públicas.

Además, el ejecutivo se compromete a declarar si así se le solicita durante el juicio por fraude fiscal al que se enfrenta la Organización Trump y que arrancará el próximo 24 de octubre.

“Hoy Allen Weisselberg admitió ante la Corte que usó su posición en la Organización Trump para estafar a los contribuyentes y enriquecerse”, dijo en un comunicado el fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quien destacó que la declaración de culpabilidad “implica directamente a la Organización Trump en una amplia gama de actividades delictivas”.

Bragg consideró que el testimonio del exjefe financiero será “de valor incalculable” durante el juicio contra la compañía y dejó claro que las investigaciones sobre la empresa y sobre el propio expresidente continúan.

Weisselberg se declaró culpable de los 15 cargos que se le habían imputado y que incluyen delitos de fraude fiscal, conspiración y falsedad documental. Reconoció haberse embolsado más de 1.7 millones de dólares por los que no pagó impuestos, tal y como aseguraban los fiscales.

Recordemos que la empresa de Trump y el directivo fueron acusados el pasado verano de operar durante más de 15 años una trama de evasión fiscal, en la que supuestamente pagaban a ejecutivos “por debajo de la mesa”, dándoles una parte importante de sus compensaciones de forma que se pudiese reducir el pago de impuestos.

El caso es fruto de las amplias investigaciones a las que ha sido sometida en los últimos años la Organización Trump, pero en él no está imputado el expresidente, que tiene abiertos numerosos frentes legales tanto por sus negocios como por sus acciones durante y después de su paso por La Casa Blanca.

El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dijo este lunes entender la “tremenda ira” que hay en el país por las “cacería de brujas” que se están produciendo en su contra, señalando el registro a su masión en Mar-a-Lago, aunque hizo un llamado a la calma.

“El país está en una posición muy peligrosa, hay una ira tremenda, como no he visto antes, por todas las estafas”. “Tras este año de estafas y cacería de brujas, ahora esto”, dijo Trump a Fox News en una ambigua entrevista.

Trump explicó que sus abogados se pusieron en contacto con el Departamento de Justicia para ofrecer ayuda y que su equipo “todavía no ha tenido noticias” del Departamento sobre si la aceptarán.

“Si hay algo que podamos hacer para ayudar, mi gente y yo ciertamente estaríamos dispuestos a hacerlo”, dijo el magnate, que aunque acompañó con un llamado a la calma, advirtió que el pueblo estadounidense “no va a tolerar otra estafa”.

Publicada el pasado viernes, la orden de registro a Mar-a-lago, en Florida, revela que el exmandatario se llevó material clasificado a casa, por lo que podría haber vulnerado la Ley de Espionaje, además de haber obstruido el trabajo de la Justicia.

A Trump se le investiga por la posible comisión de tres crímenes: violación de la Ley de Espionaje, obstrucción de la Justicia y destrucción de documentos, que, en caso de condena, podrían conllevar desde multas hasta penas de prisión e inhabilitarlo para ocupar cargos políticos.

Por su parte, el inventario muestra que entre la documentación requisada figuran 26 cajas etiquetadas cada una con un número, así como varias carpetas de documentos y fotos con las etiquetas de “alto secreto” o “confidencial”.

Desde que se conoció públicamente el operativo en su domicilio, Donald Trump se ha dedicado a publicar a través de Truth, su propia red social, mensajes incendiarios sobre lo que considera una persecución política, un abuso y un “ataque a la democracia”.

Estos mensajes podrían tener relación con el aumento de los ataques contra las fuerzas de seguridad producidos en los últimos días, según ha señalado el propio FBI.

La investigación abierta sobre el expresidente de Estados Unidos ha polarizado todavía más la política estadounidense, cuando faltan menos de tres meses para las elecciones de medio término que serán clave y cuando Trump ya ha revelado que sí contempla presentarse en 2024 para intentar recuperar La Casa Blanca.

Los agentes del FBI que el lunes registraron la mansión del expresidente estadounidense Donald Trump recuperaron documentos clasificados, incluidos algunos marcados como “top secret” y que sólo deben estar en instalaciones especiales del gobierno, reveló este viernes The Wall Street Journal (WSJ).

El periódico, que tuvo acceso al inventario de los materiales incautados, explica que el FBI se llevó en total una veintena de cajas de la mansión de Trump en Florida, incluidas once de materiales clasificados.

El WSJ dice que la lista, que podría hacerse pública hoy mismo, no da detalles sobre el contenido de esos documentos, que en algunos casos tenían la etiqueta de “top secret”, el mayor nivel de confidencialidad que se puede aplicar a una información en el sistema de inteligencia de Estados Unidos.

Entre los materiales que recuperó el FBI y que sí aparecen detallados, el diario destaca archivos relacionados con el perdón presidencial al excolaborador de Trump Roger Stone y un informe sobre el presidente de Francia, Emmanuel Macron.

El inventario figura en un documento de siete páginas y que también incluye la orden de registro de Mar-a-Lago.

El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, dijo ayer que ha pedido a un tribunal de Florida que haga pública toda esa información.

El diario The Washington Post, citando a fuentes anónimas, informó ayer de que en el registro se buscaron documentos clasificados sobre armamento nuclear que el exmandatario habría sacado de La Casa Blanca.

El propio Trump ha pedido que se publique el contenido de los documentos requisados en su casa en una operación que continúa calificando como una “persecución política” en su contra.

En Broojula, Ana Paula Ordorica hace el análisis más completo sobre las investigaciones que se siguen en torno a Trump y las posturas de republicanos y demócratas al respecto, con el comentario de Amy Glover, CEO de Agil(e) Asesoría Estratégica, Consejera de COMEXI.

El jefe de la Unidad para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Roberto Velasco, desestimó hoy las recientes afirmaciones del ex asesor presidencial estadounidense sobre supuestas concesiones que el gobierno mexicano hizo en 2019 para frenar los flujos migratorios irregulares hacia Estados Unidos.

En un artículo publicado en el diario Excélsior, Velasco consideró que la visión de Jared Kushner, asesor y yerno del ex presidente Donald Trump, está “cargada”, pues “los episodios en los que repara, así como las omisiones y silencios, los énfasis y la perspectiva reflejan una narrativa particular” de lo que vivió en la sede del Ejecutivo de Estados Unidos.

Y es que recordemos que Kushner aseguró que Trump presionó durante su mandato al gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para que contuviera el flujo de migrantes, a cambio de que Washington no gravara con un 5% o más aranceles a las importaciones mexicanas.

En su libro “Rompiendo la historia: memorias de la Casa Blanca”, Kushner afirmó que AMLO y el canciller Marcelo Ebrard aceptaron desplegar más de 25,000 elementos de la Guardia Nacional e implementar los Protocolos de Protección de Migrantes, conocidos como programa “Quédate en México”, para evitar las sanciones de su principal socio comercial.

Velasco consideró que México no cedió a amenazas o realizó concesiones unilaterales, sino que desestimó de plano la principal pretensión de Estados Unidos, que era imponerle el Acuerdo de Tercer País Seguro, y negoció acuerdos que evitaron una guerra comercial entre ambos países.

A finales de mayo de 2019, “el entonces presidente Trump tuiteó que impondría tarifas arancelarias a todos los bienes importados desde México. El monto comenzaría en 5 por ciento y aumentaría hasta 25 por ciento en caso de que México no tomara medidas para frenar los flujos migratorios” hacia Estados Unidos, recordó el funcionario en su artículo.

La principal pretensión estadounidense, subrayó, era imponer el Acuerdo de Tercer País Seguro, bajo el cual todas las personas que solicitaran asilo en Estados Unidos serían procesadas en nuestro país.

“Buscaban que los flujos migratorios irregulares fueran atendidos totalmente por México, impidiendo, además, la posibilidad de que cualquier migrante que pasara por nuestro territorio pudiera solicitar asilo en Estados Unidos”, sostuvo.

México rechazó tal acuerdo y las negociaciones que encabezó su canciller con la parte estadounidense lograron otros resultados que les fueron favorables, entre ellos, evitar una guerra comercial y alcanzar ciertos compromisos de cooperación para el desarrollo en las comunidades de origen de las personas migrantes, según Velasco.

“El resultado es claro: el presidente López Obrador, el canciller Ebrard y el resto de quienes tuvimos la altísima responsabilidad de participar en un momento diplomático de enorme complejidad, llevamos a buen puerto una negociación que pudo haber terminado en un conflicto económico y político mayúsculo”, añadió.

“Sin acuerdo de Tercer País Seguro, sin guerra comercial y con el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) en marcha, hoy podemos reafirmar, con orgullo, que defendimos a México”, concluyó Velasco

El FBI irrumpió en la mansión de Mar-a-Lago del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, como parte de la investigación para determinar si se llevó documentos secretos de La Casa Blanca a su residencia en Florida, dijeron personas enteradas el asunto.

Esta medida representa una escalada drástica y sin precedentes de la investigación policial del expresidente.

En un extenso comunicado sobre el allanamiento a su propiedad, Trump dijo que los agentes abrieron una caja fuerte en su residencia. “Después de trabajar y colaborar con las agencias pertinentes del Gobierno, este allanamiento no anunciado de mi hogar no fue necesario ni apropiado”, dijo el magnate.

Recordemos que desde hace meses se investiga cómo los documentos secretos fueron a parar a Mar-a-Lago en cajas de archivo de La Casa Blanca a principios de este año.

Adicional, en un caso por separado, un jurado de instrucción investiga los intentos de anular los resultados de la elección presidencial de 2020, acrecentando los peligros legales en potencia para Trump en momentos en que está sentando las bases para un intento de reelección.

Trump y sus aliados trataron de presentar el cateo como un abuso político del sistema de justicia penal y un intento demócrata de impedirle presentarse de nuevo en 2024. Sin embargo, el gobierno del presidente Joe Biden dijo que no había tenido conocimiento previo del hecho; el actual director del FBI, Christopher Wray, fue designado por Trump hace cinco años y fue un alto funcionario del Departamento de Justicia dirigido por los republicanos.

“Son tiempos sombríos para nuestra Nación, cuando mi hermoso hogar, Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, está bajo asedio, allanado y ocupado por un grupo grande de agentes del FBI”, escribió Trump. “Nada como esto le ha sucedido jamás a un presidente de Estados Unidos”.

El manejo de archivos secretos y documentos del gobierno está sujeto a varias leyes, algunas de las cuales penalizan el llevar ese material a un lugar no autorizado. Aunque una orden de allanamiento no indica la inminencia o siquiera la posibilidad de cargos penales, los funcionarios federales que la solicitan deben demostrarle a un juez que existe la probabilidad de que se haya cometido un delito.

El mundo atraviesa varias crisis en este momento. Desde la pandemia – que no se ha acabado – amenazas de otras enfermedades como la viruela del mono, inflación no vista en décadas, la guerra en Ucrania y sus consecuencias para los suministros alimenticios; calentamiento global que ha generado un verano de temperaturas récord en Europa y algunas ciudades de Estados Unidos; tensiones crecientes entre las dos grandes potencias – China y Estados Unidos – que ayer se complicaron más con la visita de Nancy Pelosi a Taiwán…la lista podría continuar.

Si en algún momento ha sido válida la frase de Mafalda de “Paren al mundo, me quiero bajar”, ese momento parece que es ahora. Y sin embargo ahí está otra frase célebre, la de Maquiavelo: “Nunca desperdicies la oportunidad ofrecida por una buena crisis”.

Si Maquiavelo viviera y pudiera ver lo que está haciendo México y como está el país desaprovechando el conjunto de crisis que enfrenta el mundo actualmente, volvería a morir. Estamos desperdiciando absolutamente todas las oportunidades que todas estas crisis juntas le presentan a México. Crisis y oportunidades que, posiblemente puedan no volver a presentarse. O quizás sí, en quien sabe cuántas generaciones.

Desde que Donald Trump decidió declarar una guerra comercial con China, México pudo haber levantado la mano para presentarse como el sustituto ideal para las importaciones y exportaciones estadounidenses. Lo pudo haber hecho con un plan concreto, pero en su lugar nos quedamos mirando al bravucón naranja que gobernaba ese país y simplemente reaccionamos a sus desplantes.

Se instauró el plan Quédate en México en donde tuvimos que invertir recursos humanos – la Guardia Nacional – y monetarios para hacerle el trabajo a la Patrulla Fronteriza estadounidense, a cambio de lo que en ese momento decidió Donald Trump: que no se nos impusieran aranceles.

Jared Kushner, el yerno de Trump, acaba de publicar sus memorias. En ellas cuenta como después de viajar a México y entrevistarse con el canciller Marcelo Ebrard, regresó a Washington y le presumió a su suegro que su plan de amenazar a México con aranceles si no controlaban la migración había funcionado: “Tu truco funcionó, le dije (a Trump). El Canciller me mostró sus cartas. México se doblará”.

En el minuto que salió Trump de la presidencia, López Obrador pudo haber corrido a los brazos de Biden para idear una estrategia en la que México fuera parte de la solución a un problema conjunto, como lo es el migratorio, y que a su vez generara mejores visas para mexicanos dispuestos a ir a trabajar y a invertir en Estados Unidos. Pero no. AMLO prefirió ser de los últimos mandatarios en felicitar a Biden y desde entonces la relación bilateral ha ido de tropiezo en tropiezo.

No hemos sabido presentarnos como la alternativa para que América del Norte pueda llenar los recovecos que hay en las cadenas de suministro, primero por el Covid y después por la guerra en Ucrania. En lugar de aprovechar el near y friendshoring, el presidente López Obrador prefiere cantarle serenata al cubano, Díaz Canel, y ponerle “Uy qué miedo” de Chico-Che a Biden.

En materia de energía y combate al cambio climático, lejos de pensar en las generaciones futuras y como dejarles un México más limpio a todos los mexicanos, prefiere envolverse en la bandera de la falsa soberanía al decir que está protegiendo nuestro patrimonio al defender a Pemex. En realidad, lo que ocurre es que está metiendo dinero bueno – que podría destinarse a educación o salud – a un barril sin fondo, como lo es Pemex y la CFE.

Es muy desmotivante ver como se nos va de las manos la oportunidad de llegar a donde por décadas se nos prometió. Este no es simplemente otro gobierno más que decepciona porque las oportunidades desaprovechadas no las habíamos tenido antes jamás.

Columna completa en El Universal

El expresidente Donald Trump confirmó ayer que sí contempla presentarse por tercera vez a las elecciones presidenciales de 2024, después de haber “ganado” en las dos ocasiones anteriores, insistiendo así en sus acusaciones de fraude en la elección de 2020.

“Me presenté la primera vez y gané. Luego me presenté por segunda vez y lo hice mucho mejor. Obtuvimos millones y millones de votos más (…) Es posible que tengamos que hacerlo de nuevo”, sostuvo el magnate en un discurso durante una cumbre organizada por el Instituto Político América Primero (AFPI).

Durante su primera visita a Washington desde que dejó La Casa Blanca tras perder las elecciones frente al actual
presidente, Joe Biden, Trump señaló su intención de “rescatar” a Estados Unidos, pues acusó a su sucesor de tener al país en ruinas, y haberlo puesto de rodillas.

Trump también presentó un plan sobre cómo debería orientarse la estrategia del Partido Republicano para recuperar La Casa Blanca en 2024, lo cual se dijo confiado en que sucederá.

En un discurso de 90 minutos en la cumbre de AFPI, Trump recibió la ovación de legisladores republicanos, exfuncionarios de su gabinete, funcionarios de la administración, así como de donantes y simpatizantes, antes de pronunciar un discurso que se centró en el crimen y sus planes para la seguridad pública.

El magnate también dedicó algunas palabras sobre la comisión que investiga el asalto al Capitolio, asegurando que la intención del comité es la de dañar su imagen para evitar que “vuelva a servir” para el Partido Republicano y sus votantes.

“Realmente quieren dañarme para que ya no pueda volver a trabajar para ustedes, y no creo que eso vaya a suceder”, sostuvo Trump sobre el trabajo del comité del 6 de enero, tras lo que ha recibido una ovación de la sala. “Si me quedara en casa y me lo tomara con calma, la persecución de Donald Trump se detendría de inmediato. Se detendría. Pero eso no es lo que haré”, añadió.

En ese sentido, ayer, Chris Miller, el que fuera su secretario de Defensa, negó haber recibido órdenes formales por parte del magnate para desplegar a unos 10,000 militares ante el asalto al Capitolio.

“Nunca se me dio tal instrucción u orden ni supe de planes de esta naturaleza”, señaló durante una comparecencia ante la comisión que investiga lo ocurrido, que dejó un saldo con cinco muertos y medio centenar de detenidos.

La visita de Trump a Washington puso de manifiesto también la división entre él y el que fuera su vicepresidente, Mike Pence, al que Trump ha culpado públicamente por negarse a rechazar los resultados electorales en algunos estados clave para el conteo de la votación.

Horas antes de la participación de Trump, en un discurso dirigido a un grupo conservador de estudiantes, Mike Pence dijo que “algunas personas podrían elegir concentrarse en el pasado, pero las elecciones son sobre el futuro”, en clara referencia al discurso que ha venido manejando su excompañero de fórmula.

Pence esbozó su propia “Agenda de la Libertad” en la que presentó una visión distinta para el partido.

“Creo que los conservadores deben concentrarse en el futuro para recuperar a Estados Unidos. No debemos quitar la vista del camino frente a nosotros porque lo que está en juego es la propia sobrevivencia de nuestro estilo de vida”, dijo Pence en su discurso ante la Fundación Young America’s.

Resaltó las palabras que dedicó al tema del aborto.

El expresidente estadounidense Donald Trump y su vicepresidente Mike Pence participaron este fin de semana en actos de campaña opuestos en Arizona, convirtiendo la contienda de gobernador en un referéndum sobre el futuro del Partido Republicano.

Tanto Trump como Pence elogiaron los logros de su gobierno y criticaron al presidente Joe Biden, pero ninguno se mencionó mutuamente, ni hicieron alusión a la creciente disputa entre ellos.

Pence, que esta semana añadió su nombre a una lista de figuras republicanas que respaldan a Karrin Taylor Robson, lanzó una crítica indirecta a los republicanos que siguen promoviendo la mentira de que Trump perdió la elección por fraude.

Si ustedes eligen a Robson, dijo, “pueden enviarle el mensaje claro a todo el país de que el Partido Republicano es el partido del futuro”.

Más tarde en Twitter, fue más directo: “Algunas personas quieren que esta elección se centre en el pasado, pero las elecciones son siempre sobre el futuro. Nada les gustaría más a los demócratas que los republicanos pierdan de vista el objetivo y se concentren en el pasado”.

Robson asegura que las elecciones de 2020 “no fueron limpias” y acusa a “jueces liberales” de cambiar las reglas durante el proceso y a la prensa y los gigantes tecnológicos de reprimir las voces conservadoras. Pero se ha abstenido de decir que Trump perdió por fraude.

Su principal rival, la expresentadora televisiva Kari Lake, ha adoptado las mentiras de Trump y su actitud agresiva hacia sus enemigos políticos y los medios.

“Nadie entiende mejor que Kari cómo responderle a la prensa de noticias falsas y la izquierda radical”, dijo Trump el viernes por la noche en su propio acto de campaña en Prescott Valley, una de las áreas más conservadoras de Arizona.

Trump arremetió contra dos republicanos de Arizona que se reusaron a respaldar sus intentos por permanecer en el cargo tras perder en las urnas ante Biden. Dijo que el presidente de la cámara baja estatal, Rusty Bowers, quien testificó el mes pasado ante la comisión del comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto del 6 de enero, “participó contra el Partido Republicano”.

Además, se lanzó contra el gobernador Doug Ducey, quien dijo, no ha logrado proteger la frontera con México.

Robson es una abogada y desarrolladora de viviendas que recibe el apoyo de las principales figuras republicanas que se sienten cada vez más cómodas con romper con Trump. Además de Pence, sus partidarios incluyen al exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie y al gobernador de mandato limitado Doug Ducey, que silenció una llamada de Trump cuando certificaba la victoria presidencial del demócrata Biden en 2020 en Arizona.

Steve Bannon, excolavorador clave del expresidente Donald Trump, y una figura influyente en la derecha estadounidense, fue condenado el viernes por desacato al Congreso por negarse a un citatorio que el comité que investiga el ataque al Capitolio le formuló.

La decisión del jurado, aseguran los expertos, es un gran triunfo para el panel liderado por demócratas.

Y es que el jurado declaró a Bannon, de 68 años, culpable de dos cargos por negarse a proporcionar testimonio o documentos al comité selecto de la Cámara de Representantes que investiga el ataque del 6 de enero de 2021 por parte de los partidarios de Trump.

Cada cargo de desacato al Congreso se castiga con 30 días a un año tras las rejas y una multa de 100 a 100,000 dólares. El juez de distrito Carl Nichols fijó la fecha de la sentencia para el próximo 21 de octubre.

El veredicto del jurado, compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres, tras menos de tres horas de deliberaciones, supuso el primer enjuiciamiento exitoso por desacato al Congreso desde 1974, cuando un juez declaró culpable a G. Gordon Liddy, conspirador en el escándalo Watergate que provocó la dimisión del presidente Richard Nixon.

Bannon fue un asesor clave de la campaña presidencial de Trump en 2016, y luego fue su principal estratega en La Casa Blanca durante 2017. También ha desempeñado un papel fundamental en los medios de comunicación de la derecha.

La condena puede reforzar la posición del comité en su intento de conseguir testimonios y documentos de otras personas del círculo cercano de Trump, que pidió el año pasado a sus allegados que no cooperaran con el comité, acusándolo de tratar de perjudicarlo políticamente.

John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, reveló que “ayudó” a planear golpes de Estado en otros países, sin especificar las fechas, esto al descartó la idea de que el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 fuera equivalente a un golpe.

En entrevista con Jake Tapper para CNN, el presentador dijo que “uno no tiene que ser brillante para intentar un golpe”, esto en referencia a Trump y el asalto al Capitolio en enero de 2021.

“No estoy de acuerdo con eso”, afirmó Bolton. “Como alguien que ha ayudado a planear un golpe de Estado, no aquí, sino en otros lugares, (pienso que) se necesita mucho trabajo”, respondió Bolton.

Recordemos que Bolton ha ocupado numerosos cargos en las administraciones de Ronald Reagan, George H.W. Bush, George W. Bush y con el propio Trump, además de ser representante permanente de Estados Unidos ante Naciones Unidas entre 2005 y 2006.

El exfuncionario mencionó el intento de golpe de Estado en Venezuela en 2019 contra el presidente Nicolás Maduro, aunque aclaró que Estados Unidos “no tuvo tanto que ver con ello”.

“Escribí sobre Venezuela en mi libro, pero (el intento de golpe) no fue exitoso. Vi lo que es necesario para que la oposición intentara derribar a un gobierno elegido de forma ilegítima”, explicó.

Y es que en 2019, como asesor de seguridad nacional de Trump, Bolton apoyó públicamente el llamado del líder opositor venezolano, Juan Guaidó, para que los militares respaldaran su esfuerzo por sacar del poder al presidente, Nicolás Maduro, argumentando que la reelección en 2018 fue ilegítima.

“Siento que hay otras cosas que no me estás diciendo (más allá de Venezuela)”, dijo Tapper, lo que provocó una respuesta de Bolton: “Estoy seguro de que las hay”.

Muchos expertos en política exterior han criticado a lo largo de los años la historia de intervenciones de Washington en otros países. Pero es inusual que los funcionarios estadounidenses reconozcan abiertamente su papel en avivar los disturbios en países extranjeros.

De esta forma, Bolton ha resaltado que Trump no atentó contra la Constitución para ganar tiempo, e insistió en que es un error decir que el asalto al Capitolio “fue un golpe de Estado cuidadosamente planificado”.

“No es la forma en la que Trump hace las cosas. Va de una idea a otra, si un plan fracasa, surge otro (…) no escucha a nadie más, pero es importante entender que nada de lo que hizo Trump tras las elecciones (de noviembre de 2020) en relación con la mentira sobre el fraude electoral es indefendible”.

Sobre el asalto al Capitolio, ayer, el comité que investiga lo sucedido presentó pruebas de que el entonces entonces presidente Donald Trump planeó días antes instigar a sus seguidores a acudir a la sede del Congreso y de que su círculo cercano se reunió con los grupos de ultraderecha que participaron.

Trump escribió un tuit que no envió pero ese mensaje, que conservan los Archivos Nacionales, es suficiente, según el comité para demostrar que tanto Trump como sus consejeros estaban interesados en alentar a las masas a incurrir en disturbios, que dejaron al menos 5 muertos y 140 policías heridos.

La Corte Suprema de Estados Unidos falló este jueves que el gobierno del presidente Joe Biden canceló correctamente una política de la era del exmandatario Donald Trump, que obligaba a algunos solicitantes de asilo a esperar en México para recibir audiencia.

La decisión de los jueces, por votación de 5 a 4, se produjo en un caso sobre la política de “Quédate en México” (Remain in Mexico) implementada durante el gobierno de Trump.

El presidente del máximo tribunal del Estados Unidos, John Roberts, redactó la decisión, a la que se sumaron su colega conservador Brett Kavanaugh y los tres jueces progresistas del tribunal: Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan.

Recordemos que el presidente Joe Biden suspendió el programa en enero de 2021, en su primer día en el cargo, pero varios tribunales inferiores ordenaron que se restableciera en respuesta a una demanda de republicanos en Texas y Missouri.

El fondo de la lucha era si las autoridades de inmigración, con mucha menos capacidad de detención de la necesaria, tenían que enviar a las personas de vuelta a suelo mexicano o si tenían la discreción bajo la ley federal para liberar a los solicitantes de asilo en Estados Unidos mientras esperaban sus audiencias.

Unas 70,000 personas se inscribieron en el programa, conocido oficialmente en español como “Protocolos de Protección al Migrante”, después de que el presidente Trump lo lanzara en 2019 y lo convirtiera en una pieza central de los esfuerzos para disuadir a los solicitantes de asilo.

Después de la suspensión del programa por parte de Biden, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, le puso fin en junio de 2021. En octubre, el Departamento presentó justificaciones adicionales para la desaparición de la política, pero no tuvieron éxito en los tribunales.

El programa se reanudó en diciembre, pero apenas 3,000 migrantes se habían inscrito a finales de marzo, durante un período en el que las autoridades de Estados Unidos realizaron unas 700,000 detenciones de migrantes en la frontera con México.

Los estados liderados por demócratas y los grupos progresistas estaban del lado del gobierno. Los estados dirigidos por republicanos y los grupos conservadores se pusieron del lado de Texas y Missouri.

La democracia estadounidense atraviesa por una crisis sin precedentes desde que Donald Trump decidió gritar “trampa” y aseguró que él ganó la elección de noviembre del 2020 y que Biden es un presidente que está usurpando las funciones que a él le corresponden.

El momento más grave se identifica en la toma del Capitolio el 6 de enero del 2021 y por ello han comenzado una serie de seis audiencias para intentar fincar responsabilidades y que esa amenaza a la transferencia pacífica del poder no se vuelva a dar.

Resulta increíble que el ejemplo de democracia para el mundo esté ante la amenaza de que en el 2024 quizás no se de una transferencia pacífica del poder. Esta es una película que conocemos bien en América Latina pero que, como ha dicho Moisés Naim, la hemos visto siempre en español. Ahora por primera vez la estamos viendo en inglés.

A principios de mes fui invitada por la Universidad de California en San Diego a entrevistar a Barbara Walter quien acaba de publicar el libro How Civil Wars Start en el que la académica experta en guerras civiles en el mundo ve que en Estados Unidos existen muchos de los componentes para encender las alarmas de que una guerra civil muy bien puede ocurrir en su país.

El declive de la efectividad del Estado y sus normas democráticas; el ascenso de facciones políticas alineadas no por una misma ideología sino por identidad étnica y la preservación de privilegios para los blancos; la división radical entre población urbana y rural; la existencia de lideres políticos y en los medios de comunicación (Tucker Carlson) que se benefician de avivar el fuego de la polarización son algunas de las condiciones que identifica Walter para encender los focos rojos de la violencia que ya está y que puede fácilmente recrudecerse en Estados Unidos. El momento que más ha llamado la atención, evidentemente es el 6 de enero del 2021.

Todo esto es el trasfondo para las audiencias que están ocurriendo en este momento en el legislativo norteamericano en donde se busca responder a la gran pregunta: ¿Es Donald Trump culpable de instigar la violencia que llevó a la toma del Capitolio?

Por las audiencias que ya hemos escuchado es claro que Trump sabía que había perdido la elección de noviembre. Salvo Rudy Giuliani, todos a su alrededor, desde el procurador Bill Barr hasta su hija Ivanka, le dijeron que había perdido la reelección. Pero aún así Trump insistió en que se la habían robado. Esa es la gran mentira que genera la gran pregunta respecto de las audiencias: ¿se logrará que, a través de éstas, la verdad sea aceptada por suficientes estadounidenses como para que el 2024 se pueda dar una transferencia pacífica del poder sin importar quién gana?

El columnista del New York Times, David Brooks, identifica que el grave problema para Estados Unidos hoy es que hay millones de estadounidenses que creen absolutamente convencidos que 1) la elección del 2020 se la robaron a Donald Trump 2) el uso de la violencia se justifica para rectificar lo anterior y 3) que las reglas y normas que cohesionan a la sociedad norteamericana no importan.

Si las audiencias no logran modificar estas tres convicciones de miles de estadounidenses, “Houston, we have a problem”.

Columna completa en El Universal

El entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ignoró repetidamente el consejo de sus asesores la noche electoral de 2020, y decidió escuchar al exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, que estando ebrio le recomendó que se proclamara vencedor sin esperar a que terminara el conteo de votos.

Así lo declararon varios testigos en entrevistas grabadas que fueron reproducidas este lunes en una audiencia del comité legislativo que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

El comité recreó lo ocurrido en la Casa Blanca durante la noche electoral del 3 de noviembre de 2020 mediante el testimonio de los asesores más cercanos a Trump y su familia, quienes retrataron al entonces mandatario como alguien ajeno a la realidad que estaba enfadado por los resultados y que decidió autoproclamarse vencedor.

Los resultados de las elecciones de 2020 tardaron en llegar tres días, pero la misma noche de los comicios Trump compareció ante sus seguidores para alegar sin pruebas que se había producido un fraude y que “francamente” él había ganado al candidato demócrata y actual presidente, Joe Biden.

Según reveló el comité, Trump hizo esas declaraciones guiado por Giuliani, quien le había instado en varias ocasiones a salir al escenario y declarar la victoria porque los demócratas estaban “robando” las elecciones.

“El alcalde estaba definitivamente ebrio”, dijo sobre Giulani, exalcalde de Nueva York, el que fuera portavoz de la campaña presidencial de Trump, Jason Miller, cuyas palabras fueron reproducidas en video durante la audiencia.

El que fuera jefe de campaña del mandatario, Bill Stepien, también reveló en otra entrevista grabada que Giuliani había bebido demasiado aquella noche y explicó que varios asesores, él incluido, le pidieron a Trump que esperara a que terminara el conteo para hacer una declaración pública.

Esa noche quedó claro, según Stepien, que el grupo de asesores de Trump estaba separado en dos: “el equipo normal” y “el equipo loco”, compuesto por aquellos que promovían teorías conspiratorias.

Incluso algunos familiares de Trump le pidieron que escuchara sus consejos. Su hija, Ivanka Trump, no tenía una “visión firme” sobre si su padre podía ganar, pero aquella noche le recordó que “todavía se estaban contando las papeletas”, según el video mostrado por el comité.

Además, el marido de Ivanka Trump, Jared Kushner, dijo al entonces presidente que no estaba de acuerdo con los consejos de Giuliani y que él no seguiría ese enfoque, un consejo que su suegro ignoró.

El ahora ex fiscal general de Estados Unidos, William Barr, pintó una imagen aún más preocupante de Trump, quien según dijo no mostró en ningún momento “interés por cuáles eran los verdaderos hechos”.

Barr describió un encuentro que tuvo con Trump en diciembre de 2020 en el que pensó que si, realmente se creía todas esas mentiras de fraude, entonces el mandatario se había convertido en alguien “ajeno a la realidad” y con el que ya no era posible razonar.

El comité mostró varios extractos en video de la entrevista que hizo a Barr y en los que aparece describiendo de manera muy singular las mentiras de Trump, que llama “basura”, “completas tonterías” y “cosas locas”.

Barr dejó el liderazgo del Departamento de Justicia en diciembre de 2020, casi un mes antes de que Trump abandonara la Casa Blanca; pero hasta ahora no se habían hecho públicos sus desacuerdos con el expresidente.

Con las palabras de Barr y del resto de asesores, el comité intentó mostrar cuáles fueron los orígenes de las teorías falsas sobre fraude electoral, desestimadas por los tribunales y que llevaron a una masa de simpatizantes de Trump a irrumpir en el Capitolio el 6 de enero de 2021.

Ese día estaba prevista la certificación de la victoria electoral de Biden, en lo que hasta entonces era un mero trámite parlamentario, pero la turba obligó a interrumpir la sesión.

En el asalto al Capitolio, 5 personas murieron, entre ellas un oficial tras sufrir un infarto horas después del asalto, y cerca de 140 agentes fueron agredidos. Además, cuatro policías cometieron suicidio con posterioridad.

El nobel de Economía, Joseph Stiglitz, pidió prohibir las criptomonedas, al asegurar que facilitan el lavado de dinero a gran escala.

El economista estadounidense hizo dichas en declaraciones en relación a las divisas digitales como el bitcoin al semanario alemán Der Spiegel, a quien señaló que la prohibición podría introducirse en el punto de la cadena en el que las criptomonedas se cambian a dinero normal.

Desde hace años las instituciones bancarias se esfuerzan en volver más transparentes los mercados financieros, argumentó.

El hecho de que las criptomonedas sean digitales no hace que este requisito deje de ser imprescindible, agregó Stigliz.

“En este momento hay dos grandes agujeros que tenemos que cerrar, las criptomonedas y los inmuebles,” afirmó el nobel de Economía en referencia a la lucha contra el delito de lavado de dinero en Estados Unidos, país que sigue liderando esta práctica.

Atribuyó parcialmente la responsabilidad de los problemas en el ámbito inmobiliario al expresidente Donald Trump, del que afirmó que “era conocido como lavador y se hizo rico de esa forma”.