Las acusaciones ganaron el segundo debate presidencial celebrado este domingo 20 de mayo en Tijuana, Baja California. Los candidatos volvieron a engancharse en descalificaciones, sin quedar claro quien ganó y quien perdió.
La estancia de la familia de Ricardo Anaya en Atlanta, el anacronismo de las propuestas de Andrés Manuel López Obrador, la corrupción de funcionarios del actual gobierno, y el señalamiento del destino de recursos públicos desmedidos a los partidos políticos, entre otras, fueron parte de las acusaciones que destacaron más allá de las preguntas de los moderadores y de los elegidos de entre los 42 participantes ciudadanos.
Los aspirantes presidenciales dejaron nuevamente ver escasas propuestas y se enfrascaron en ataques.
Los choques fueron principalmente entre Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador .
Anaya acusó al tabasqueño de “demagogo y farsante”, al afirmar que son falsas sus cifras sobre inversión y el empleo que generó en la Ciudad de México, a lo que López Obrador respondió apodandolo: “Ricky Riquín, canallín”.
Y en tono de broma, sacó su cartera del saco y dijo: “Voy a cuidar mi cartera, no me la vaya a robar”.
Sobre la visión de comercio internacional de López Obrador, Anaya le dijo: “El problema no es tu edad, sino tus ideas viejas, no entiendes al mundo”.
Un anuncio importante fue el realizado por López Obrador, quien dijo que de ganar la Presidencia de la República nombrará a la diplomática Alicia Bárcena, actual secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), como embajadora ante la Organización de las Naciones Unidas, a fin de que ayude a defender a los migrantes.
Al ser cuestionado por José Antonio Meade sobre su estado de salud, López Obrador dijo: “Ahora los de la mafia del poder me quieren enfermar, pero me encuentro bien de salud”.
En lo único en lo que coincidieron los candidatos presidenciales fue en que para evitar los desplantes y las ofensas del gobierno de Estados Unidos, es necesario “encarar y hablarle fuerte a Donald Trump” para exigir respeto.
