Alejandro Hope
Tenemos ya el sexto informe de gobierno de Enrique Peña Nieto. Y tenemos el respectivo anexo estadístico. Y tenemos algunos números del naufragio que fue este sexenio. Van algunos:
37,331: número de elementos de la Policía Federal (PF) a junio de 2018. En 2012, al inicio de la actual administración, la corporación tenía 36,940 integrantes. Dicho de otro modo, el crecimiento neto fue de 65 policías federales por año. A ese ritmo, la PF alcanzaría un tamaño suficiente para suplir al Ejército y la Marina en tareas de seguridad pública (aproximadamente el doble del estado de fuerza actual) en 574 años.
269,738: número de integrantes de las Fuerzas Armadas a junio de 2018. En el sexenio de crecimiento cero de la PF, cuando se exigió más que nunca a los cuerpos militares, el tamaño de las Fuerzas Armadas se mantuvo casi sin cambios: entre 2012 y 2018, se agregaron en términos netos 5,556 elementos. Eso equivale a un crecimiento acumulado de 2.1% para todo el sexenio.
261,341: millones de pesos destinados a tareas de seguridad y justicia (incluyendo el gasto de defensa) en 2018. Suena a mucho dinero, pero la cosa cambia si se pone en contexto: eso representa apenas 4.5% del Presupuesto de Egresos de la Federación y 1.2% del Producto Interno Bruto (PIB). Como punto de comparación, es útil el caso de Colombia: allí dedican más del 4% del PIB a las mismas tareas. Además, no se cerró mayormente la brecha: entre 2012 y 2018, el crecimiento real acumulado del gasto de seguridad y justicia fue de apenas 8.2% (equivalente a un crecimiento real anual de 1.3%).
12.8: la tasa de homicidio que el actual gobierno se había fijado como meta para 2018 (para ser preciso, se referían a averiguaciones previas por homicidio doloso por 100 mil habitantes).