Cerca de un centenar de policías y elementos de la Guardia Nacional desalojaron ayer a 381 migrantes, en su mayoría centroamericanos, que permanecían desde hace casi un año en un improvisado campamento que fue instalado en la entrada de un cruce fronterizo entre Tijuana y Estados Unidos.

Las cientos de carpas, cubiertas con bolsas y lonas, que habían colocado los migrantes en los alrededores de la garita “El Chaparral” en Tijuana, Baja California, fueron derribadas con la ayuda de excavadoras y camiones mientras que sus habitantes cargaban en bolsas y maletas sus escasos enseres, ropa y juguetes, para ser trasladados a tres alberges de la localidad.

“Fue una reubicación que se tenía que llevar a discreción para evitar algún colapso”, afirmó la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez, al explicar las razones que llevaron al desalojo del campamento, y agregó que las familias se encontraban en una situación de “inseguridad” especialmente por razones de salubridad.

El grupo de 381 migrantes, integrado por 86 núcleos familiares, 24 madres solteras con hijos, 33 hombres y tres personas de la comunidad LGBT, fue repartido entre los albergues Centro Integrador del Migrante, proyecto Salesiano y el Santuario del Migrante, precisó la alcaldesa.

Caballero Ramírez indicó que la movilización de los habitantes del campamento se realizó de manera pacífica y que participaron elementos de seguridad para evitar que los migrantes sufrieran alguna eventualidad.

Asimismo, la alcaldesa descartó que la decisión de desarmar el campamento respondiera a una presión de Estados Unidos. “Ustedes saben que la autoridad tijuanense se rige por sus propias normas jurídicas”, agregó.

Sin embargo, los migrantes que fueron reubicados tuvieron una opinión distinta. “Es inhumano porque lo hicieron en la madrugada y los niños están dormidos”, afirmó Guadalupe Omeca, migrante que fue desalojada. Marleni Hernández, migrante hondureña también se quejó del trato de las autoridades, e indicó que “no lo están haciendo bien porque prácticamente nos vinieron a levantar… como si fuéramos unos delincuentes”. El desalojo del campamento generó diversos cuestionamientos de algunos activistas y defensores de derechos de los migrantes.

Recordemos que el campamento de “El Chaparral” comenzó a formarse a finales de enero de 2021, luego de la llegada al gobierno del presidente Joe Biden y que las autoridades estadounidenses comenzaran contener el flujo de extranjeros en cumplimiento de las políticas que obligan a los migrantes a esperar en México sus audiencias en cortes de inmigración y por las medidas de salud pública relacionadas con la pandemia del coronavirus.

Foto: Twitter @alemend

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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