Miles de personas acompañaron este miércoles el traslado del féretro de Isabel II del Palacio de Buckingham a la capilla ardiente en Londres, donde continuará el homenaje hasta su funeral y entierro programado para el próximo lunes.

La comitiva que acompañó el féretro, cubierto con el estandarte real, flores y la corona imperial, partió a las 14:22 horas de Buckingham, la residencia oficial en Londres durante los 70 años de reinado de la monarca.

El ataúd, trasladado en un afuste tirado por caballos, recorrió durante unos 40 minutos las calles de Londres, seguido a pie por Carlos III y sus hermanos Ana, Eduardo y Andrés, así como por los hijos del nuevo monarca, Guillermo y Eduardo.

La prensa británica destacó que apenas unos meses atrás, miles de londinenses se congregaron en esas mismas calles para celebrar el Jubileo de Platino de la reina. Ahora lo hicieron para decir adiós a quien fuera su guía durante siete décadas.

Con salvas de cañón y la campana del Big Ben de fondo, el cortejo caminó al ritmo de las marchas fúnebres de Beethoven, Mendelssohn y Chopin, interpretados por una banda de la Guardia Escocesa y la banda de la Guardia de Granaderos.

Pasadas las 15:00 horas locales, el féretro llegó al salón de Westminster Hall, en el Parlamento británico, donde fue colocado sobre un catafalco en color púrpura de la realeza y donde los ciudadanos podrán darle su último adiós.

La capilla ardiente abrirá sus puertas a las 17:00 de forma casi ininterrumpida hasta la madrugada del próximo lunes 19 de septiembre, día en que tendrá lugar el funeral de Estado en la Abadía de Westminster y su entierro en el Castillo de Windsor.

Los medios británicos prevén que unos 750,000 ciudadanos acudan a despedirse de la reina, haciendo filas que se extenderán a lo largo de unos 10 kilómetros a orillas del río Támesis.

Las autoridades pidieron a la gente en Londres que vista “de manera apropiada” y advirtieron que la espera podría durar horas, incluso toda una noche. El público solo podrá ingresar en la capilla ardiente con una pequeña mochila, pero sin agua ni comida.

Más de 100 dignatarios y otras personalidades acudirán al “funeral del siglo”, entre ellos, el presidente estadounidense, Joe Biden; el rey de España, Felipe VI, y su padre Juan Carlos I; o el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, anunció una fuente gubernamental.

Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y Nicaragua, Daniel Ortega, no fueron invitados al funeral, afirmó una fuente gubernamental a la agencia de noticias británica Press Association, sumándose a otros como el presidente ruso Vladimir Putin y su homólogo bielorruso.

En el caso de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) confirmó que su representante será el canciller Marcelo Ebrard.

Mientras los actos de adiós a la reina suceden, Carlos III se instala en el poder; en sus primeros pasos se ha hecho presente la polémica. Durante su visita el martes a Irlanda del Norte, se difundieron imágenes que mostraron al nuevo rey enfadado con una pluma utilizada para firmar en el libro de honor que parece chorrear tinta. “¡Oh, dios, lo odio! (…) No puedo soportar esa maldita cosa”, dice el monarca, quien se ha distinguido por su carácter caprichoso.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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