Las elecciones al Parlamento Europeo confirmaron este domingo el auge de la extrema derecha, que aunque no modificó los equilibrios de poder en Bruselas, motivó la convocatoria de legislativas anticipadas en Francia y logró enormes avances en Alemania y Austria.

Las proyecciones indican que el partido de extrema derecha Agrupación Nacional arrasó en las elecciones en Francia y obtuvo del doble de votos que la alianza liberal lanzada por el presidente Emmanuel Macron.

Ante el catastrófico resultado, Macron pronunció un discurso al país y anunció la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas, “cuya primera vuelta tendrá lugar el 30 de junio y el balotaje el 7 de julio”.

Nunca hasta ahora unas elecciones europeas habían tenido un impacto tan devastador en la política doméstica de un país del bloque.

La elección de los 720 diputados del Parlamento Europeo abre un nuevo ciclo en la UE, y los nuevos legisladores designarán al nuevo presidente de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo del bloque.

En Alemania, la mayor economía de la UE, el partido socialdemócrata del jefe de gobierno, Olaf Scholz, obtuvo el peor resultado de su historia y quedó relegado al tercer lugar, por detrás de la derecha y la extrema derecha.

Según proyecciones del Parlamento Europeo, la alianza conservadora CDU-CSU recibiría alrededor del 30% de los votos. El partido de extrema derecha AfD llega en segundo lugar con alrededor del 16%, y el partido SPD de Scholz, en tercero con un 14%.

Alemania es el país con más elevado número de eurolegisladores, con 96, seguido por Francia (81), Italia (76) y España (61).

En Austria, las encuestas de salida situaron al partido de extrema derecha FPO al frente, con aproximadamente el 27% de los votos.

En tanto, en Italia los sondeos indican que el partido posfascista Hermanos de Italia, de la primera ministra Giorgia Meloni, quedó a la cabeza con entre el 25% y el 31% de los votos.

Pese al avance de la extrema derecha, los resultados provisorios divulgados por el Parlamento Europeo sugieren que la suma de la derecha más moderada, los socialdemócratas y los liberales centristas seguirá siendo mayoritaria, en un gran bloque de 389 plazas en el que se forjan los compromisos fundamentales en materia legislativa.

Sin embargo, aunque en estas elecciones el número de eurodiputados pasó de 705 a 720, los socialdemócratas perdieron cuatro escaños, los centristas liberales tienen 19 escaños menos y los Verdes dejaron escapar 18 espacios.

La familia política de la ultraderecha está dividida en dos bloques. De un lado, está el bloque de Conservadores y Reformistas (ECR) y del otro, el de Identidad y Democracia (ID), separados por su postura sobre la propia UE.

Luego de esta elección, los dos grupos, individualmente, tienen más legisladores que los Verdes: el ECR quedaría con 72, ID con 58 y los Verdes con 53, según las proyecciones del Parlamento Europeo.

En España, los conservadores del Partido Popular (PP) ganaron las elecciones y consiguieron 22 escaños, contra 20 para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) del presidente del gobierno Pedro Sánchez, según el 99% de los votos escrutados.

En Portugal, la oposición socialista se impuso por estrecho margen a la coalición gobernante de derecha moderada, al tiempo que la extrema derecha de Chega se quedó en 9.8%, en un lejano tercer lugar.

En Hungría, el partido Fidesz, del ultranacionalista primer ministro Viktor Orban se perfila para obtener su peor resultado en 14 años, pero aún así tuvo más del 43% de los votos.

En Polonia, la coalición liberal lanzada por el primer ministro, Donald Tusk, se quedó con alrededor del 38% de los votos, relegando al segundo lugar al ultraconservador partido PiS, con un 33%.

Tras las primeras proyecciones de resultados, la presidenta de la Comisión Europea y aspirante a un segundo mandato, la alemana Ursula von der Leyen, prometió en Bruselas construir una barrera de contención contra “los extremos”.

“Vamos a construir un baluarte contra los extremos de la izquierda y de la derecha. Vamos a contenerlos. Eso es seguro”, dijo Von der Leyen. “¡Hemos ganado las elecciones!”, afirmó a nombre de su bloque, el Partido Popular Europeo. “El PPE es el grupo político más fuerte del Parlamento Europeo (…) No se puede formar una mayoría sin el PPE”, subrayó.

Así, la actual presidenta de la Comisión Europea y aspirante a un segundo mandato de cinco años, salió fortalecida de las recientes elecciones europeas, aunque aún está lejos de poder cantar victoria.

Este escenario parece allanar el camino de Von der Leyen a otros cinco años al frente de la Comisión, pero su candidatura aún tendrá que superar varios obstáculos, en especial en materia de apoyo político de los dirigentes europeos.

La funcionaria alemana viajó este lunes a Berlín, donde mantendrá conversaciones en la sede central del partido conservador CDU.

El futuro de la Comisión comenzará a ser discutido ya desde el jueves al margen de la cumbre del G7, aunque varios de los interlocutores de ese diálogo viven realidades electorales claramente diferentes. El 17 de junio, Von der Leyen tiene en agenda una cena informal con los jefes de gobierno de la UE, para definir su candidatura.

Von der Leyen podría conseguir en el hemiciclo alrededor de 400 votos, cómodamente más allá de los 361 necesarios. Sin embargo, el proceso es más complejo, ya que antes de ello quien aspira a presidir la Comisión Europea tiene que recibir la luz verde del Consejo Europeo.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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