La canciller Alicia Bárcena negó que el Gobierno de México busque un diálogo con Ecuador o pida que un tercer país funja como mediador entre ambos, como lo señalaron diversos reportes de la prensa nacional e internacional.
“Aclaro: México no busca diálogo con Ecuador. Ese quedó cancelado tras asalto a nuestra embajada y seguirá en la Corte (Internacional de Justicia, CIJ)”, indicó Bárcena.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) denunció que hay “versiones imprecisas” en los medios tras una entrevista que dio Bárcena el martes al periodista Leonardo Curzio, a quien le dijo que busca que un tercer país resguarde los bienes de la Embajada de México en Quito.
La canciller precisó ahora que esto no implica que esa nación vaya a mediar entre México y Ecuador porque, como lo señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) la controversia entre ambas naciones se resolverá en la CIJ.
“Recurrimos a la figura de encargar a un tercer país la protección y ejercicio de nuestros intereses para atender asuntos urgentes, incluida la protección de nacionales”, aclaró Bárcena.
Las declaraciones de la canciller contradicen lo dicho por la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, quien ayer señaló que su Gobierno está listo para reanudar el diálogo con México, quien pidió a un tercer país, según ella, para que “ayude como canal de comunicación diplomático”, algo que Ecuador aceptó.
Pero la SRE sostuvo ahora que “Ecuador canceló la posibilidad de un diálogo” con “sus acciones ilegales”. “La conversación continuará ahora en la Corte Internacional de Justicia”, reiteró Bárcena.
Las declaraciones se producen casi dos meses después de la ruptura de relaciones diplomáticas de México con Ecuador tras el asalto, el 5 de abril, de la Policía ecuatoriana a la Embajada de nuestro país en Quito para detener al exvicepresidente Jorge Glas, quien estaba resguardado ahí desde diciembre.
La semana pasada, la CIJ rechazó las medidas cautelares solicitadas por México tras el allanamiento, pero reconoció que la “inviolabilidad” de las sedes diplomáticas es “absoluta”, por lo que el Gobierno mexicano se dijo “muy satisfecho” por la decisión.