Estados Unidos y México anunciaron este miércoles nuevas medidas para luchar contra la elusión de los aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio por parte de China y otros países que envían productos a través de nuestro país, implementando una norma de “fundido y vertido” para el acero.

La Casa Blanca señaló que, en virtud de una nueva política aplicada por el presidente Joe Biden, las importaciones de productos de acero procedentes de nuestro país estarán sujetas a aranceles estadounidenses del 25% en virtud de la Sección 232, a menos que se documente que el acero ha sido fundido y vertido en México, Estados Unidos o Canadá.

Del mismo modo, para que las importaciones de productos de aluminio desde México escapen a los aranceles del 10% de la Sección 232, no deben contener aluminio primario fundido o colado en China, Rusia, Bielorrusia o Irán.

Los importadores de estos productos en Estados Unidos tendrán que presentar un certificado de análisis al Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras nacional en el que conste el país de origen de los metales, explicaron funcionarios de la administración Biden.

México ha acordado exigir a los importadores de productos de acero a través de sus fronteras que proporcionen más información sobre el país de origen de estos productos, dijeron Joe Biden y el presidente Andrés Manuel López Obrador en una declaración conjunta.

“Ambos países implementarán políticas para prevenir conjuntamente la evasión arancelaria en acero y aluminio, y fortalecer las cadenas de suministro de acero y aluminio de América del Norte”, dijeron los mandatarios en el comunicado difundido por la Casa Blanca.

Los nuevos requisitos de importación se producen en un contexto de creciente preocupación por el exceso de capacidad industrial de China, que inunda los mercados mundiales con exportaciones en un contexto de débil demanda interna.

Además, llegan después de que Biden subiera en mayo los aranceles sobre una amplia gama de productos estratégicos procedentes de China, incluidos el acero y el aluminio, los vehículos eléctricos, las baterías, los semiconductores y los minerales críticos.

Y aunque han implementado diversas medidas, a las autoridades estadounidenses les preocupa cada vez más que México pueda convertirse en una puerta trasera para China en el mercado estadounidense, aprovechando el acceso libre de aranceles de México a través del tratado comercial de América del Norte, el TMEC.

La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, describió el anuncio de este miércoles como “arreglar una laguna” dejada por la administración Trump, que impuso los aranceles de la Sección 232 en 2018.

Los volúmenes de importaciones de acero de México procedentes de otros lugares eran pequeños en 2023, representando sólo alrededor del 13% de los 3.8 millones de toneladas de acero importado desde ese país, según datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

El Instituto Americano del Hierro y el Acero, un grupo de la industria, aplaudió la medida para cerrar una vía para el acero chino en el mercado estadounidense, pero dijo que su eficacia depende de que México proporcione información precisa sobre los metales que importa.

En su declaración, Biden y López Obrador prometieron más cooperación entre Estados Unidos y México en las próximas semanas y meses “para proteger los mercados de acero y aluminio de América del Norte de prácticas comerciales desleales”.

Ana Paula Ordorica es una periodista establecida en la Ciudad de México. Se tituló como licenciada en relaciones internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y tiene estudios de maestría en historia, realizados en la Universidad Iberoamericana.



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