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Trump es un presidente débil que actúa como si fuera fuerte. Parece una barbaridad decir esto cuando hemos visto que en estas tres semanas desde que llegó a La Casa Blanca no ha hecho más que mostrar su fuerza. Pero precisamente esta brutalidad con la que ha actuado es para esconder su enorme debilidad.

Con una popularidad de apenas 47 por ciento, el índice de aprobación inicial de Donald Trump lo coloca por debajo de todos los demás presidentes electos desde 1953. Trump es el único presidente electo con índices de aprobación inicial por debajo del 50 por ciento (Gallup).

En el legislativo Trump tiene el margen más estrecho para un presidente desde los años de la Gran Depresión (1931). En la Cámara de Representantes los Republicanos tienen 219 escaños, solo uno más de los 218 necesarios para aprobar leyes. Y con algunos nombramientos de Trump a su gabinete, al final pueden quedar con entre 215 y 217 escaños. En el Senado son 53 republicanos, contando el voto de desempate del Vicepresidente JD Vance. Pero entre esos senadores hay algunos que no son afines al movimiento MAGA, como Susan Collins, Lisa Murkowski y John Curtis. Además, hay legislación crucial que requiere 60 votos para ser aprobada.

Así que los votos en el legislativo no serán sencillos de lograr para Trump. Por ello está emitiendo un decreto presidencial tras otro. La estrategia que está usando Trump la bautizó Steve Bannon desde su primer mandato como “inunda el barco” y consiste en aventar tantos temas a la agenda, incluyendo los decretos presidenciales, que ni medios de comunicación ni la oposición o gobiernos extranjeros saben bien a bien por donde comenzar a reaccionar porque están abrumados.

Trump está actuando como si fuera un rey porque es demasiado débil para gobernar como un presidente, dice Ezra Klein en su podcast en el New York Times. Trump tiene los poderes de la presidencia. Los mismos que tuvo Biden y todos los presidentes antes que él. Y en estos pocos días que lleva de regreso en La Casa Blanca, cuando ha querido abusar de sus poderes, se le ha frenado. No pudo cambiar la Constitución para quitar la nacionalidad estadounidense a los nacidos en el país, así sea de padres indocumentados. Punto.

Los decretos presidenciales son acciones de debilidad a largo plazo. Para que su agenda sea más sólida tendría que enviar iniciativas que el legislativo le apruebe y que quien llegue después de él a La Casa Blanca no pueda revertir de un plumazo. Pero la debilidad de Trump hace que su mejor opción sea brincarse al legislativo. Cuando Biden llegó a la presidencia en el 2021 revirtió muchos de los decretos de la primera administración de Trump. Y ahora Trump ha llegado a tirar a la basura varios decretos de Biden. Los decretos son muestra de debilidad, no de fortaleza.

Sus condiciones para imponer o detener la implementación de tarifas a México, Canadá y China son vagas precisamente porque es débil. Si fuera un presidente fuerte pondría condiciones detalladas para poder mostrar claramente que sus amenazas llevaron a un triunfo específico.

¿Qué obtuvo de México como para pausar los aranceles? La frontera ya tiene menos flujo de indocumentados desde hace varios meses y los 10 mil elementos de la Guardia Nacional son compromisos que ya hizo el gobierno mexicano dos veces antes, en 2019 con Trump 1, y en 2021 con Biden.

Ahora, aun cuando Trump es un presidente débil, la economía de Estados Unidos es fuerte, la más. Y eso le permite a Trump usar el martillo que tiene en su mano para aplastar todo lo que quiera. Ese es parte del reto para México. El Trump débil que sabe cómo manipular la narrativa para hacerse ver fuerte y que además encabeza a la economía más poderosa del mundo.

Por ello lo que México tiene que hacer es el trabajo en casa para ser más atractivos y menos dependientes de Estados Unidos. Pero eso es materia para toda otra columna

Columna publicada en El Universal

Ya puso fecha Donald Trump. El sábado 1º de febrero entrarán en vigor tarifas a las exportaciones de México y Canadá hacia Estados Unidos. Muchos economistas y analistas han estado diciendo que Trump no va a poner estas tarifas porque serían un impuesto a los consumidores estadounidenses y por ello no le convendría. Sin embargo, ayer la vocera presidencial, Karoline Leavitt, reiteró en rueda de prensa que los aranceles siguen sobre la mesa ante lo que Trump considera falta de ayuda de México y Canadá en contener los flujos irregulares de migrantes y fentanilo.

¿Por qué está dispuesto Trump a darse un balazo en el pie – o quizás en alguna otra parte del cuerpo más dolorosa – ante la evidencia de que sería un error? Y ¿por qué lo está haciendo en contra de sus socios comerciales más importantes? Además ¿cómo es esto lógico si al mismo tiempo quiere avanzar su guerra comercial con China? El sentido común diría que lo mejor para Trump y Estados Unidos sería fortalecer sus lazos con sus aliados más importantes y así debilitar a China que es quién le está compitiendo por el poderío global.

Pues… hay un argumento que posiblemente sea el que esté impulsando a Trump por el camino tarifario. En la edición de diciembre de Foreign Affairs, el profesor de finanzas de la Universidad de Pekín, Michael Pettis, escribe que las tarifas podrían ayudar a la economía de Estados Unidos. Pettis no es cercanísimo a Trump pero sí está siendo usado por algunos MAGA’s para justificar esta implementación de tarifas.

Las tarifas, escribe Pettis, son un impuesto al consumo y un subsidio para los productores locales del mismo producto. Por ello, las tarifas de Trump no necesariamente van a ser malas para la economía estadounidense. De hecho, pueden incentivar el ahorro y la producción doméstica.

El punto de partida es que hoy los estadounidenses consumen demasiado, mucho más de lo que producen. Por ello deben importar esta diferencia. Así, al poner tarifas se impondría un impuesto al consumo que además serviría como subsidio a la producción. Las tarifas podrían de esta forma generar un aumento en el PIB, resultando en más empleos, mayores salarios y menor deuda.

La tesis de Pettis ha agarrado tanta tracción que ha sido comentada tanto por partidarios como por detractores. Entre los partidarios está Kenneth Austin, economista que trabajó en el Departamento del Tesoro, quien argumenta que los países con superávit comercial deben reducir su exceso de ahorro y desequilibrios financieros para abordar los desequilibrios comerciales globales.

Hay muchísimos detractores de Pettis. Pero la opinión que me parece más interesante es la del ex columnista del New York Times, premio Nobel de Economía, Paul Krugman, quien hizo una publicación en Substack comentando a Pettis. Krugman reconoce la importancia de las ideas que plantea, pero mantiene una postura más cautelosa sobre la eficacia de las tarifas como solución a los desequilibrios comerciales.

Al final sabemos que Trump utiliza las tarifas como una herramienta transaccional y quizás le tenga sin cuidado todas estas discusiones académicas. Sin embargo, como sus intenciones generan reacciones, vale la pena que en México tengamos claras las distintas posturas que pueden alimentar la visión trumpista. Por lo pronto General Motors ya dijo que está preparado para aumentar su producción en EUA y reducirla en México y Canadá.

Los tiempos complejos para nuestro país, que depende tanto del comercio con Estados Unidos, parece que apenas comienzan.

Columna publicada en El Universal

Arrancó el segundo mandato de un Donald Trump desafiante. A partir de hoy, le quedan mil 459 días en el poder. Desde el primer instante, el nuevo presidente ha dejado en claro que lo suyo será un periodo de teatro político.

Primero optó por juramentar sin poner la mano en las dos Biblias que cargaba su esposa Melania Trump. Después dijo que Dios le salvó la vida en el atentado que sufrió en Butler, Pennsylvania, para poder Hacer América Grande Otra Vez. Es pues, para muchos, un enviado divino que viene a salvar a los estadounidenses. Teatro político.

Y de ahí se arrancó con un discurso de investidura totalmente fuera de la tradición. Comenzó hablando de declarar una emergencia nacional en la frontera con México. Segunda prioridad: denominar organizaciones terroristas a los carteles del narcotráfico mexicanos. Y de ahí, el teatro siguió, con importantes contradicciones.

Por un lado Trump dijo que quiere que su legado sea el de un pacificador y alguien que unifica. Y por el otro dijo que va a tomar de regreso el Canal de Panamá. Tomarlo, no negociarlo. Eso no suena nada pacífico.

En su discurso en la Rotunda del Capitolio demostró que llega con mucho poder, a pesar de haber ganado por tan solo 1.5 puntos el voto popular – el margen más estrecho desde la elección del 2000 – y de tener mayorías muy pequeñas tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado. Pero con su anuncio de primeras acciones y luego la firma de las órdenes ejecutivas enfrente de miles de seguidores en la Capitol One Arena, Trump consolidó el teatro político y puso a prueba a las instituciones de su país y de otros para ver si se atreven a contradecirlo o a atacarlo como le ocurrió en el pasado.

Para animar a los espectadores del teatro político, las firmas de las órdenes ejecutivas las leía en voz alta un integrante de su staff y después Trump se paró a lanzar las plumas con las que había firmado para que las cacharan los presentes.

Lo que vimos el lunes no fue un traspaso de poder tradicional. Fue un cambio radical en la dirección de Estados Unidos. El discurso en la Rotunda del Capitolio dejó boquiabiertos a los expresidentes presentes, tanto a los Demócratas como a los Republicanos.

Su anuncio de que unilateralmente va a cambiarle el nombre al Golfo de México por Golfo de América, evidentemente lo hace para probar a nuestro país. ¿Qué preferimos? ¿Los aranceles del 25 por ciento a partir del 1 de febrero o que le cambiemos el nombre al Golfo? La respuesta es obvia. Y así serán las imposiciones, que no negociaciones, en estos mil 459 días de la presidencia de Trump.

Su regreso a La Casa Blanca demuestra que su primer mandato, que se pensó como un bache de cuatro años para EUA, es más bien la continuidad de un cambio drástico que tendrá afectaciones en todo el mundo, en especial para México. Arranca no solo un segundo mandato de Trump sino un nuevo orden global.

En este teatro político destaca Elon Musk brincando de alegría y declarando que el triunfo de Trump representa un parteaguas para la humanidad. Por ahí dicen que no hay mal que dure cien años, pero quizás Musk no ha escuchado ese dicho. Por lo pronto, tenemos a Trump por mil 459 días.

Columna publica en El Universal

La vista de la Tierra desde el espacio se conoce como “the overview” y es verdaderamente una experiencia transformadora. Esto le platicó Jeff Bezos, el dueño de Amazon y Blue Origin, al periodista Andrew Ross Sorkin en una cumbre que organizó el New York Times hace unos días a la que acudieron los personajes más importantes del momento.

¿Te preocupa la cercanía de Elon Musk con Donald Trump en la competencia que tienen tú y el dueño de Space X? le preguntó Sorkin a Bezos. Y es que, como bien sabemos, Musk y Trump son los nuevos grandes amigos del momento. Viven un bro-mance.

Trump ha nombrado a Musk para dirigir una nueva agencia gubernamental para volver a su gobierno más eficiente mediante un recorte que ha prometido será de dos mil millones de dólares. Elon se ha mudado prácticamente a vivir a Mar-a-Lago y está con Trump tanto en juntas para planear el arranque de su gobierno como para momentos más relajados como en los palcos de distintos estadios en donde ven juntos partidos de varios deportes.

Cerrando el año causó furor cuando uso X para postear que la Cámara de Representantes debía de echar abajo una iniciativa presupuestal que a Elon no le pareció adecuada. “Esta iniciativa no debe pasar”, publicó en su red social y unas horas después Trump estuvo de acuerdo y con ello mataron ese acuerdo presupuestal. (Por cierto, Biden sigue siendo presidente, por si a algún despistado lector se le ha olvidado ese pequeño detalle).

Esta cercanía le da a Musk una ventaja que hoy no sabemos cómo la va a aprovechar. Podría usar su influencia sobre Trump para beneficiar a sus empresas o podría buscar dañar a sus competidores, el más importante de ellos, sin duda es el dueño de Amazon y Blue Origin. La enorme duda es qué tanto durará este bro-mance entre Musk y Trump siendo ambos hombres mercuriales y de mecha corta que suelen romper con sus cercanos cuando sienten cualquier dejo de deslealtad o insubordinación.

Bezos, que no tiene esa cercanía con Trump, sí tiene una rivalidad con Musk ya desde hace tiempo. En el 2004 Musk invitó a Bezos a visitar SpaceX pero luego se sintió menospreciado cuando no recibió una invitación recíproca a visitar Blue Origin. Por eso cuando Musk superó a Bezos en el ranking de multimillonarios, posteó en Twitter que iba a enviarle una estatua gigante con el número 2.

La competencia no es solamente por quién es el más rico, también hay un enfrentamiento personal y ahora una rivalidad por el enfoque que cada uno tiene sobre lo que significa ir al espacio. Mientras que Bezos piensa que la Tierra es lo más valioso que tenemos como humanidad y que por ello debemos de enviar las industrias contaminantes a Marte, para salvar a nuestro planeta, Musk cree que la Tierra ya está condenada. Y entonces busca llevar a los humanos a Marte para iniciar ahí una nueva civilización.

“No hay un plan B. Tenemos que salvar la Tierra. Hemos enviado sondas robóticas a todo el sistema solar. Este es el mejor planeta y debemos salvarlo”, le dijo Bezos a Sorkin. Por el contrario Musk quiere que el planeta rojo, Marte, se convierta en Verde, habitable para los humanos y ha afirmado que en las próximas dos décadas se mudarán a Marte un millón de personas.

Ambas visiones son bastante ambiciosas. La competencia no es solo por ser el más rico del mundo, sino también por definir el futuro de la exploración espacial y cómo las grandes empresas tecnológicas interactúan con el poder gubernamental. En este juego de ajedrez entre titanes, hoy parece estar mejor parado Musk pero las apuestas están en la mesa ya que no sabemos cuánto tiempo dure el bro-mance entre él y Trump. Bezos debe de tener algo de fe puesta en que no sea una amistad duradera.

El bro-mance Musk-Trump y la rivalidad Musk-Bezos serán de lo más interesante a observar en este 2025 que hoy arranca.

Columna publicada en El Universal

Sam Altman usualmente ha donado al partido demócrata, pero ahora está dando un millón de dólares para la inauguración de Donald Trump del próximo 20 de enero. Altman, cofundador y director ejecutivo de OpenAI, no está solo. Jeff Bezos, de Amazon, y Mark Zuckerberg de Meta, también donaron un millón cada uno para la fiesta de Trump.

En palabras de Altman, “El presidente Trump llevará a nuestro país a la era de la Inteligencia Artificial y estoy ansioso por apoyar sus esfuerzos para garantizar que Estados Unidos se mantenga a la vanguardia”.

El motor de búsqueda de Inteligencia Artificial, Perplexity, se unió a la ola de donaciones, ofreciendo también su propio millón. El director comercial, Dmitry Shevelenko, dijo que quiere que la empresa sea un buen socio para el gobierno de Trump. Estos donativos son muy diferentes a lo que vimos en el 2021, cuando Joe Biden no aceptó donaciones de empresas de tecnología. Pero también marcan una nueva tendencia en Estados Unidos: la de besar el anillo o hincarse ante Trump.

La situación está siendo tan descarada que hasta Donald Trump está asombrado de lo popular que se ha vuelto. Esta semana dio una conferencia de prensa en la que dijo que no sabía qué pasaba pero que creía que se había vuelto más popular que nunca. “Durante mi primer mandato todo el mundo se me oponía pero ahora todo el mundo quiere ser mi amigo. No sé, mi personalidad cambió o algo así”.

No, Trump no ha cambiado de personalidad. Los que han cambiado son los otros. Y es que ahora van Jefes de Estado de otros países, empresarios, políticos y demás personalidades a verlo a Mar-a-Lago en una versión moderna del besamanos.

Mark Zuckerberg cenó ya en Mar-A-Lago, al igual que Sundar Pichai, Sergey Brin y Tim Cook, por hablar de los titanes de la tecnología. Esta semana acudirá al besamanos Jeff Bezos, quien desde antes de la elección fue duramente criticado cuando el Washington Post decidió de último momento y por primera vez no publicar un apoyo a ningún candidato, ni a Harris ni a Trump. La lectura fue que Bezos, dueño del WP, tomó esta decisión para congraciarse con un Trump que se veía como el probable triunfador y así no quedar tan en desventaja frente a su principal competencia en la industria espacial, Elon Musk.

Otros no tienen que ir a verlo para arrodillarse ante el futuro presidente. Es el caso de la cadena ABC que acaba de anunciar que donará 15 millones de dólares a una futura biblioteca Trump para evitar un juicio ante una denuncia que interpuso el futuro presidente en contra de uno de sus periodistas más importantes, George Stephanopolus.

Stephanopolus cometió un error en una entrevista al decir que Trump había sido acusado de violación cuando la acusación fue por abuso sexual. La demanda que interpuso Trump la pudo haber ganado ABC con la mano en la cintura. Pero la cadena decidió mejor llegar a un arreglo, lo que parece otra forma de una empresa más de arrodillarse ante el futuro presidente.

Después de que ABC accediera al pago, Trump demandó al diario Des Moines Register de interferencia electoral por una encuesta que publicó antes de la elección en la que Harris salía como probable ganadora. Así, un Trump que ya de por sí ha recurrido a demandar a medios de comunicación en el pasado, ahora ha amenazado que vendrán muchas más demandas a medios de comunicación. Esto no augura nada positivo.

Lo que se ve venir para Estados Unidos es una latinoamericanización de la relación prensa-poder que pondrá a prueba los cimientos de la libertad de expresión en el país ejemplo en la materia.

Momentos complicados estamos por ver mientras la fila de los que quieren besar el anillo o arrodillarse ante Trump sigue creciendo.

Columna publicada originalmente en El Universal

Ayer la presidenta Claudia Sheinbaum viajó a Acapulco para su primera reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública. En un escenario más que complejo por la violencia que se ha apoderado de México, hay algunas luces en el horizonte y unas enormes confusiones.

Las luces arrancan al ver que Sheinbaum se ha desmarcado de la fallida estrategia de abrazos, no balazos de su antecesor. En su lugar ha definido una estrategia basada en cuatro ejes: 1) Atención a las causas de la violencia. 2)Consolidación de la Guardia Nacional y las policías locales. 3)Fortalecimiento de la inteligencia e investigación y 4) Coordinación entre instituciones federales y estatales.

De estos ejes, todos importantes, resalto el fortalecimiento de inteligencia y la coordinación con los estados. Es evidente que la seguridad es responsabilidad de la federación pero que sin el compromiso y la participación de estados y municipios, sería ingenuo pensar que la situación se puede mejorar.

La importancia de esta coordinación con las autoridades locales acaba de probar ser la clave en Estados Unidos para la detención de Luigi Mangione, este joven señalado como el presunto asesino del director de una de las grandes aseguradoras, United HealthCare, que fue baleado afuera de un hotel en pleno Manhattan.

Las autoridades de Nueva York siguieron con cámaras de seguridad los movimientos del tirador hasta donde pudieron. En ellas lograron sacar algunas fotografías de su cara y las enviaron a los departamentos de policía de todo el país. La estrategia parece haber funcionado.

Mangione fue detenido en Altoona, Pensilvania, tan solo seis días después del crimen.

Su arresto se logró gracias a la llamada de una empleada de un McDonalds que lo reconoció por las fotos divulgadas en los medios. Llamó al 911; llegó la policía y el resto es historia.

Eso es un ejemplo de un combate eficiente a la violencia. El mensaje de cero impunidad es clarísimo. Y se logra con coordinación. No es mostrar cifras alegres, como nos recetan a cada rato las autoridades en México. Es actuar en tiempo real para evitar la impunidad.

Lamento decirlo pero en México estamos a años luz de que tengamos la seguridad a la que está obligado el Estado. Primero que nada porque el dinero no se está invirtiendo en ello. Si vemos el Presupuesto de Egresos del 2025, la Secretaría de Seguridad Pública tendrá un recorte de más de cien mil millones de pesos; la Sedena un recorte de más de 35 mil millones de pesos y la Semar un recorte de más de 6 mil millones de pesos. Se entiende que no hay dinero porque el gobierno de López Obrador se encargo de tirarlo en obras faraónicas; en compra de votos y en no hacer nada con desfalcos como el ocurrido en Segalmex, pero ¿cómo pensar tener mejor seguridad si se le hacen recortes a las instituciones encargadas de procurarla?

Al mismo tiempo confunde si vemos los rubros recibirán carretadas de dinero. Además de Pemex,  en el PEF 2025 se le han asignado miles de millones a los trenes de pasajeros, entre ellos el Tren Maya, que recibirá 40 mil millones de pesos. El Tren es un fracaso. La primera responsabilidad del Estado no es jugar a ser empresario ni agente de viajes, es proveer seguridad a los ciudadanos. Por ello le cedemos el monopolio del uso de la fuerza.

Y confunde también el grado de compromiso con la estrategia cuando ayer la presidenta aplaudió el trabajo de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, y mantiene en su cargo a Rubén Rocha en Sinaloa cuando ambos estados se encuentran en una situación indefendible de inseguridad.

Columna publicada en El Universal

El Senador expanista, Miguel Ángel Yuñez Márquez, construyó su carrera política sobre los hombros de su padre, Miguel Ángel Yuñez Linares. Linares fue primero Priista, luego brincó al PAN y ahí estuvo al frente del ISSSTE desde donde Andrés Manuel López Obrador lo señaló por ser un corrupto y una cuota de Elba Esther Gordillo.

Grabaciones sobre las rencillas entre ambos políticos sobran. Pero hoy todo es miel sobre hojuelas entre el clan Yuñez y Morena.

La clave fue el voto del Senador Yuñez Márquez para la Reforma al Poder Judicial. No importa que sobre él pesaran acusaciones de falsificación de documentos y fraude procesal. El expediente estaba guardado en un cajón desde el 2021. Pero cuando en Morena vieron que era necesario lograr los votos para que se aprobara la reforma judicial, lo desempolvaron y con eso lo “incentivaron” para que diera su voto al oficialismo. A cambio, el pasado 26 de noviembre un juez canceló la orden de aprehensión que se había girado en su contra.

Osea que le llegó el perdón. La extorsión judicial para aprobar una reforma que los morenistas venden como la respuesta a la corrupción en el Poder Judicial. El chiste se cuenta solo.

En Estados Unidos están viviendo su propio escándalo por un perdón otorgado desde el poder. Me refiero al indulto que le otorgó el presidente Joe Biden a su hijo Hunter, quien enfrentaba acusaciones de evasión fiscal y posesión ilegal de armas. Las condenas implicaban potencialmente décadas de prisión pero aún así, Joe Biden había dicho en repetidas ocasiones que no le otorgaría un indulto ya que confiaba en el sistema de justicia.

El domingo pasado el presidente dio un giro de 180 grados y decidió siempre sí indultar a su hijo. Es la primera vez que un presidente de Estados Unidos otorga un indulto a un hijo. Lo más cercano a este tipo de perdón había sido el que otorgó el presidente Gerald Ford a Richard Nixon y el de Bill Clinton a su hermano por posesión y tráfico de cocaína.

Luego vino Donald Trump quien perdonó, entre otras personas, a su consuegro por defraudación fiscal. Y ahora Trump ha prometido que cuando asuma la presidencia indultará a todos los presos por el asalto al Capitolio.

El que Trump haya abusado y pretenda abiertamente abusar del perdón presidencial no ha minimizado las críticas al indulto de Biden a su hijo Hunter. No solo los republicanos han atacado esta acción del presidente, también algunos demócratas que sienten que con esto Biden se rebaja al mismo nivel de Trump al demostrar que hay una justicia para los ciudadanos comunes y corrientes y otra para las élites. Que, en efecto, el sistema de justicia está viciado como tantas veces lo dijo Trump. Que es una herramienta para golpear a enemigos políticos.

Yo leo el perdón de Biden a su hijo como una lamentable pero legítima preocupación por lo que vendrá en Estados Unidos. Sobre todo si tomamos en cuenta los nombramientos que ha hecho Trump para puestos claves en la materia. Entre ellos, Pam Bondi, una ultra MAGA que sigue sin reconocer la victoria de Biden en el 2020, ha sido nominada para Fiscal General; y Tulsi Gabbard, para la Dirección Nacional de Inteligencia. Además de que Gabbard no tiene experiencia en inteligencia, preocupan sus posturas políticas alineadas con Rusia y la amenaza de la politización del trabajo de los servicios de inteligencia bajo su liderazgo.

Yuñez Márquez y Hunter Biden representan dos perdones controversiales, sin duda. Pero sigo creyendo que hay de indultos a indultos. Y asombra que mientras en EUA han pegado el grito en el cielo por el indulto, que es una figura legal, en México se está utilizando la justicia para extorsionar y nadie dice nada.

Columna publicada en El Universal

El lunes amanecimos con una amenaza de Donald Trump que publicó en su red social, Truth Social. Ahí escribió que en su primer día como Presidente va a imponer un arancel del 25 por ciento a México y Canadá hasta que el fentanilo y los indocumentados dejen de entrar a Estados Unidos.

La estrategia ya la vimos antes. Trump 1.0 hizo algo similar en mayo del 2019 cuando publicó en twitter que o dejaban de llegar caravanas de migrantes a Estados Unidos o impondría un arancel a productos mexicanos del 5% que iría incrementando. El arancel nunca entró en vigor porque México usó a la Guardia Nacional para frenar el flujo de migrantes.

En esta ocasión la respuesta a Trump fue de la presidenta Claudia Sheinbaum. Fue una respuesta razonable, sensata y firme. En resumen, Sheinbaum le dice a Trump que México impondría tarifas retaliatorias a las de EUA, pero que eso simplemente arrancaría una guerra comercial de la que la región de norteamerica saldría perdiendo. Sheinbaum menciona además a empresas estadounidenses como General Motors o Stellantis como las primeras que resultarían afectadas por este tipo de tarifas.

Bien por la respuesta de la presidenta. La incógnita que aun me queda es, si estamos viendo lo complicado que va a ser lidiar con un Trump 2.0 que nos quiere usar como piñata política ¿por qué nos ponemos de pechito para que la relación bilateral y las inversiones se vean afectadas?

Primero está la Ley Judicial que elimina los contrapesos de toda república democrática. A ello hay que agregar la desaparición de los órganos autónomos. Para cumplirle el capricho al ex presidente López Obrador de desaparecer a las instancias que le pusieron los mínimos frenos durante su presidencia, se está teniendo que hacer todo un circo, maroma y teatro que afecta al país. Ya bajó su perspectiva de crecimiento Moodys y esto apenas empieza.

La Ley Judicial es un desórden completo. Quieren justificar la avalancha de registros de última hora con la clásica de que “así somos los mexicanos que dejamos las cosas para el último momento”, cuando a todas luces es evidente que la inscripción para puestos de elección popular en el Poder Judicial no ha entusiasmado. Punto. Es un fracaso. Y lo mismo ocurrirá con la elección del 2025.

Esto mina el Estado de Derecho. A ello hay que agregar la desaparición de los órganos autónomos. Si bien el documento del TMEC no menciona la palabra autónomos, en los capítulos 18, 21 y 22 enfatizan que México, Estados Unidos y Canadá deben de contar con instituciones independientes en telecomunicaciones, competencia y en el sector energético. Va a ser muy complicado de convencer a quienes piensen en invertir en México o a quienes quieren ganar una controversia comercial que el traslado del IFT, Cofece, CRE, etc. a las Secretarías de Estado en un gobierno con tanto poder y sin un Judicial independiente garantiza esta independencia. Con las reglas del juego que estamos poniendo nos convertimos en un socio poco confiable; en un socio incómodo.

Para acabarla de amolar, desgraciadamente en esta ocasión la amenaza de Trump nos agarra divididos a México y a Canadá para hacer un frente común ante Trump. Justin Trudeau no amaneció con ganas de enojarse con México. Sus dichos responden a que en México les estamos imponiendo tarifas, derechos les llaman, en el sector minero. Pero Trudeau no es el único en hablar de un acuerdo comercial sin México, a él se le han sumado Pierre Poilievre, líder de la oposición, y Doug Ford, Primer Ministro de Ontario, la provincia más poblada de Canadá.

Buena respuesta verbal y escrita de Sheinbaum a Trump, pero no se pude decir lo mismo de las acciones de su gobierno y del legislativo que controla Morena.

Columna publicada en El Universal

Una de las noches más memorables de la Convención Nacional Republicana fue cuando entró al escenario Donald Trump con las bocinas tocando a todo volumen la canción de James Brown de “Es un mundo de hombres, hombres, hombres”. Ahí mismo, entró en escena el luchador Hulk Hogan gritando como buen macho y arrancándose la camisa.

La campaña de Donald Trump se enfocó en presumir su masculinidad. Y el resultado fue positivo. En lugar de ir a entrevistas con medios tradicionales, Trump se sentó con varios podcasts dirigidos por hombres que le hablan a hombres. El más relevante de ellos, sin duda, fue Joe Rogan. Trump le dio una entrevista que duró 3 horas y que tiene más de 49 millones de vistas en YouTube. JD Vance, el compañero de fórmula de Trump, también fue con Rogan y su episodio tiene 16 millones de vistas. La noche antes de la elección Rogan salió a manifestar públicamente su apoyo a la candidatura Trump-Vance.

Más allá del fenómeno que resultaron ser los podcasts como herramienta exitosa de comunicación en ambas campañas, lo que daría para una columna en sí, es de llamar la atención que en una contienda en la que estaba en juego tanto para las mujeres, la elección la acabaron definiendo los hombres.

Aun cuando la elección se dio por primera vez desde que se revirtió el derecho al aborto en EUA, y aun cuando Kamala fue la segunda oportunidad para que los estadounidenses votaran por una mujer para la presidencia, Harris perdió. Y es que más de la mitad de los hombres menores de 30 años votaron por Trump. En el 2020 ocurrió exactamente lo contrario. Uno de los segmentos que fue decisivo para la victoria de Trump fueron los hombres latinos. Mientras que en el 2020 un 59% votó por Biden frente a un 36% que lo hizo por Trump, ahora un 54% votó por el republicano frente a un 44% que lo hizo por ella.

La campaña de Trump bombardeó con un spot que hablaba de Harris como una mujer más preocupada por proteger los derechos de la población transgénero que de la población en general. “Ella está por elles; mientras Trump se preocupa por ti”, decía el spot. En un contexto de hipermasculinidad, el mensaje resonó.

Aunque la vicepresidenta obtuvo más votos de mujeres que Trump (54% vs 44%), menos mujeres votaron por Harris de las que lo hicieron por Biden. Más de la mitad de las mujeres blancas votaron por Trump. En los segmentos en los que le fue bien a Harris fue con mujeres negras (un 92% que votaron por ella frente a un 7% que votó por Trump), y con las latinas, (un 61% por ciento que votaron por Harris frente a un 37% que votó por Trump).

Evidentemente el género no fue lo único que influyó en el triunfo de Donald Trump, pero me temo que entre los saldos del resultado de la elección en Estados Unidos podría estar que los partidos, tanto el Demócrata como el Republicano, decidan no postular a una mujer a la presidencia en un buen tiempo.

Apostilla: Lo publicado ayer en estas páginas debiera ser alarmante. Un presidente que en aras de la austeridad decidió quitarles pensión y seguridad a sus antecesores, ahora recibe una pensión mensual de poco más de 21 mil pesos y cuenta con un esquema de seguridad y protección en su domicilio particular en Palenque, Chiapas proporcionado por la Sedena. ¿No que el pueblo lo cuidaba? ¿No que mucha austeridad? Entiendo que esto, aquí y en China, se llama incongruencia.

Columna publica en El Universal

Florida, EUA: Las encuestas marcaron un país dividido hasta ayer, el último día en que pudieron votar los estadounidenses. El tono de las campañas evocó dos sentimientos muy poderosos. En el caso de Trump, el enojo con un país que ha definido como en declive, que está siendo invadido por migrantes que son criminales que llegan a EUA a contaminar la sangre de sus ciudadanos. En el caso de Harris, la esperanza en un mejor país. Un EUA que le pueda dar la vuelta a la página de Trump quien ha estado presente casi por una década en el espacio político…y más allá.

Enojo vs Esperanza. Ambos son sentimientos que mueven a los votantes. Ambos han probado ser una receta ganadora.

Enojo fue lo que llevó a Richard Nixon a ganar en 1968 con su campaña de “La Mayoría Silenciosa” que estaba fastidiada con las manifestaciones en contra de la guerra en Vietnam. Lo mismo le ocurrió a Bill Clinton con el enojo que evocó en contra de las políticas económicas de George Bush padre, en especial su promesa de no aumentar impuestos.

Esperanza es la palabra que primero viene a la mente si pensamos en la campaña ganadora de Barack Obama. Pero hay otras campañas que han ganado con este mensaje. Desde Franklin D. Roosevelt con su “New Deal” como la receta para tener esperanza en medio de la Gran Depresión o Ronald Reagan quien con su slogan “Es de mañana en América” quiso mostrar un optimismo renovador para su país.

En esta ocasión la división entre enojo y esperanza ha sido tan potente que prácticamente no ha importado qué hagan bien o qué hagan mal ambos candidatos. La aguja no se ha movido. Trump puede hacer movimientos grotescos con un micrófono; decir que su oponente es una prostituta; aplaudir que a un territorio del país le llamen una pila de basura en medio del océano al referirse a Puerto Rico y nada de eso hace que sus simpatizantes revaloren si es el indicado para dirigir al país.

Por el lado de Harris, ella es la vicepresidenta de un Biden que ha logrado que EUA sea el país que mejor se ha recuperado en todo el mundo de los efectos económicos de la pandemia. Su economía es la envidia de cualquiera y sin embargo, un 63 por ciento de los estadounidenses sienten que van por el camino incorrecto.

Escribo esta columna cuando no sabemos quién ha ganado las elecciones. Lo único seguro es esta división, o más bien polarización del país. Y que para México vendrán cuatro años sumamente complicados.

Algunos piensan que es mejor que llegue Trump con sus amenazas para poner orden en un México que no ha sabido lidiar con las amenazas del crimen organizado y a las instituciones. Y que necesitamos que lleguen los estadounidenses a exigir orden.

La verdad es que hemos sido un mal vecino. Estamos en la conversación en EUA por las razones equivocadas. Si de migración se trata, por nuestra frontera entran miles de indocumentados a Estados Unidos. Si de combate a la inseguridad hablamos, tenemos a un gobierno que se enoja por la captura de uno de los grandes capos del narcotráfico. Y en materia comercial estamos implementando reformas que vulneran el Estado de Derecho, justo lo que necesitan las empresas extranjeras para tener certeza al traer su dinero a nuestro país.

Si gana Harris, el nuevo gobierno de EUA se va a poner duro para que México deje de generar problemas al sur de su frontera. De ganar Trump, va a chantajear al gobierno mexicano desde el día uno, como ya lo hizo antes de ser electo. Así que hoy, si ya hay resultados, podremos saber si aguantar la respiración de miedo o si ponernos a trabajar para ser un mejor vecino de la economía más fuerte en el mundo.

Columna publicada en El Universal

¿Quién va a ganar en Estados Unidos? Es la pregunta que más recibo en estos días. Las encuestas marcan un empate, tanto en las nacionales como en los siete Estados columpio. Agregadores como Real Clear Politics le dan +.8 a Harris y 50 por ciento de probabilidad de ganar tanto a Trump como a la Vicepresidenta en FiveThirthyEight.

En las cien simulaciones que hace el semanario The Economist Trump gana 54 veces y Harris 46.

Si queremos buscar claridad en las casas de apuestas, bajo el supuesto de que como ahí las preferencias se miden en dinero contante y sonante, resulta que tampoco encontraremos respuesta. Y es que las casas de apuestas están manipuladas por afines a Trump.

Apostadores en Polymarket le dan un 64 por ciento de probabilidades a Trump de ganar. Pero, hay tres cuentas que le han inyectado $30 millones de dólares en estos días apostando a que Trump ganará y con ello han logrado generar mucho ruido en las redes sociales para que la percepción sea que el expresidente va que chuta para regresar a La Casa Blanca.

La verdad es que ahora, cuando ya han votado más de quince millones de estadounidenses, la contienda es un volado. Y por ello ambas campañas han estado metiendo toda la carne al asador.

Del lado de Harris, su campaña se ha podido enfocar en dar muchas entrevistas ya que ha recaudado tanto dinero que no es necesario que se junte con donadores. Lleva más de mil millones de dólares recaudados desde que Biden se bajó de la contienda. Es una cantidad que no tiene precedente y menos contando lo corta que ha sido la campaña.

Las entrevistas las ha dado con periodistas y medios que han sorprendido. Primero arrancó en el podcast “Call Her Daddy” que conduce Alex Cooper. Éste logra audiencias de hasta 10 millones de escuchas por episodio. No es un podcast que trate temas políticos. Más bien toca temas de mujer. Y por ello ahí Harris pudo explayarse en su postura ante el aborto.

Además del podcast de Cooper, Harris fue al programa nocturno de Stephen Colbert, The Late Show, a The View, también de fuerte audiencia femenina, y muy notablemente fue a Fox News con Bret Baier a meterse prácticamente a la cueva del lobo. Baier no entrevistó a Harris, más bien la confrontó como si fuese un debate entre él y la actual vicepresidenta. La estrategia de Harris era acercarse a votantes republicanos que no simpatizan con Trump. Veremos si su apuesta con ésta última entrevista fue la correcta.

Trump, por su parte, aceleró el paso en sus eventos y entrevistas, también varias a medios digitales incluyendo el podcast This Week con Theo Vaughn y Full Send de los simpatizantes de Trump agrupados bajo los Nelk Boys. Ahora estará con Joe Rogan que tiene 14 millones de escuchas por episodio. Así que también el ex presidente ha optado por acudir a medios no tradicionales para acercarse a audiencias específicas, en su caso a hombres jóvenes.

Tanto en sus entrevistas como en sus eventos Trump ha doblado su apuesta en su discurso de enojo y odio al grado de amenazar con desplegar a la Guardia Nacional para combatir a los enemigos internos si gana la presidencia. Esos enemigos internos son, ni más ni menos, que ciudadanos estadounidenses que se le ha opuesto.

Estamos a menos de dos semanas de que concluyan las votaciones en Estados Unidos. Las campañas han tenido de todo. Ha sido impactante ver la organización que implica buscar el voto ciudadano con propuesta y no con compra de voto como ocurre en otras latitudes. Y con todo y todo, el resultado de la elección es un volado.

Columna publicada en El Universal

La clave de la prosperidad son las instituciones de un país. Esta premisa tan sencilla de entender pero tan difícil de lograr le valió esta semana el premio Nobel de Economía a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson.

La pregunta que se hicieron estos economistas fue ¿por qué hay países que aun cuando son vecinos y gozan prácticamente de las mismas condiciones geográficas, climatológicas y hasta algunas culturales tienen un desarrollo diametralmente distinto? Y el ejemplo que los hoy premiados ponen son las dos Nogales, ciudades en la frontera México y Estados Unidos: Nogales, Sonora y Nogales, Arizona.

Las poblaciones de ambas Nogales han sido tan cercanas por tanto tiempo que hasta ancestros comunes pueden compartir. Sin embargo, del lado estadounidense gozan de mejor salud, educación y oportunidades que en el lado mexicano. En la Nogales de EUA pueden premiar o castigar a los políticos según su desempeño, no así en Nogales de México ¿Por qué?

Los Nobel escriben que en Nogales, Sonora, a pesar de las profundas similitudes geográficas y culturales que hay con la Nogales de Arizona, el crimen organizado hace que iniciar y administrar empresas sea riesgoso. ¿Por qué esta diferencia?

La respuesta la sabemos bien. Cuántas veces no se ha dicho que los mexicanos somos unos en México y otros en Estados Unidos. Aquí rompemos las reglas y allá nos comportamos. Y esto es así porque el costo de romper la ley en Estados Unidos se paga y en México la impunidad es la regla.

Así, el Nobel de Economía fue para quienes concluyeron a base de estudios científicos que las instituciones marcan la diferencia entre un país que se desarrolla y uno que se estanca. El fenómeno lo remiten a cómo fue colonizado México vis a vis cómo se formó Estados Unidos con los migrantes de Gran Bretaña. Las instituciones que se crearon entonces influyeron en el desarrollo de cada país. Pero hoy vemos estas diferencias aun sin remitirnos a las épocas coloniales. Finlandia es un país más rico y próspero que Rusia. Lo mismo República Dominicana y Haití. Caso similar el de Turquía y Grecia.

La clave del éxito de los países más ricos está en tribunales que deciden los casos de manera justa; en policías que hacen cumplir las leyes y en funcionarios públicos que actúan en beneficio del interés público y no con el propósito de canalizar recursos hacia las elites.

Ejemplo patente de que en México vamos en sentido contrario lo vimos cuando Mario Delgado dijo que de regalo de despedida le darían a AMLO la reforma judicial. Ahí, el entonces dirigente de Morena, dejó claro su desdén por buscar un beneficio para el interés público y su búsqueda a toda costa para beneficiar a la élite política, al entonces presidente.

Resulta paradójico que justo en el momento en que en México se están desmantelando las instituciones que nos podrían conducir al desarrollo que viven ciudades como Nogales, Arizona, hayan sido premiados Acemoglu, Johnson y Robinson. Su conclusión es que las instituciones que establecen libertades económicas fundamentales y el Estado de Derecho son buenas para el crecimiento económico a largo plazo.

Parafraseando al asesor de Bill Clinton, James Carville, que decía que la respuesta para ganar elecciones estaba en la economía (“It’s the economy, stupid!”) la clave del desarrollo está claramente en las instituciones.

Pero en México se ha decidido andar por el sentido contrario. Lejos de fortalecerlas, hemos optado por desmantelar las pocas áreas que lograban un dejo de cumplimiento con el Estado de Derecho.

Columna publicada en El Universal

Ayer fue la noche más importante en la carrera política de Kamala Harris. En el primer debate, y probablemente el único, que tenga con Donald Trump, su tarea era que los estadounidenses la conocieran.

A pesar de ser actualmente la Vicepresidenta, ésta es una oficina que permite muy poco foco para quien la ostenta. La labor de un vicepresidente es precisamente la de no opacar al jefe.

En una contienda tan cerrada como está actualmente la presidencial de Estados Unidos, el debate de anoche era crucial. Sabemos que la fecha de la elección es el 5 de noviembre pero la votación anticipada arranca ya, este próximo lunes 16 de septiembre, en nada más y nada menos que un Estado crucial para Harris: en Pennsylvania.

Cada uno tenía una tarea fundamental que cumplir. Harris, como ya decía, tenía que mostrar quién es ella y sacudirse la imagen que Trump ha querido plasmar sobre la demócrata. El expresidente ha dicho que Harris es básicamente una comunista y por ello la ha llamado “camarada Kamala”.

Trump debía disciplinarse y durante noventa minutos atacar a Harris sobre temas específicos como economía; migración y seguridad y no meterse en ataques personales a su contrincante.

¿Logró anoche Harris que los estadounidenses la conozcan por quien es y no por quien dice Trump que es ella?

Si. Harris se mostró como una mujer preparada que supo frenar las mentiras de Donald Trump sobre ella. Notablemente cuando reafirmó que tanto ella como su compañero de fórmula son dueños de armas y no planean quitarle su derecho a portar armas plasmado en la Segunda Enmienda a los estadounidenses. También cuando quiso pintarla como la culpable del caos en la frontera. Ahí Harris fue clara al decir que cuando había una propuesta bipartidista para poner orden, fue Trump quien pidió que los legisladores republicanos la rechazaran para no darle un triunfo político a los demócratas.

¿Logró Trump disciplinarse y no atacar personalmente a Harris?

Mas o menos. No la atacó por su risa. Sí la llamó Marxista. Pero en donde definitivamente perdió el control Donald Trump fue cuando Harris comentó que los asistentes a los mítines del expresidente se salen temprano porque se aburren de escucharlo. Ahí Trump se salió de su casilla de disciplina al grado de desviarse para hablar de una teoría de conspiración sobre inmigrantes haitianos que se comen los perros de la población de Springfield, Ohio.

Esto evidentemente hizo reír a la vicepresidenta.

Trump se vio enojado: con los migrantes; con los resultados electorales del 2020 que sigue diciendo que fueron fraudulentos; habló de una América en declive y de que vamos encaminados a la Tercera Guerra Mundial.

Harris logró poner a Trump a la defensiva. Y lo hizo de forma decidida, firme y elegante. Habló de un Estados Unidos que quiere darle la vuelta a la página de los conflictos trumpianos; de un país que debe apoyar a empresas pequeñas y medianas; con una persona en La Casa Blanca que se preocupe por los estadounidenses, no por sí mismo.

En el debate quedó claro que Trump es el candidato del odio y del enojo y Harris es la candidata del futuro y de la esperanza. Ambos son sentimientos potentes para ganar elecciones. Veremos cuál de los dos sentimientos es el que resuena en los votantes estadounidenses que comenzarán a elegir desde el lunes próximo.

Apostilla: Al terminar el debate el equipo de Trump recurrió a la clásica herramienta de quien pierde, culpar a los moderadores.

Columna publicada originalmente en El Universal

La elección que hizo Kamala Harris de Tim Walz para ser su compañero de fórmula me gustó mucho. Aun cuando se hablaba de que Harris debía escoger al senador por Arizona, Mark Kelly o al popular gobernador de Pennsylvania, Josh Shapiro, porque ambos son de estados columpio indispensables para Harris, la verdad es que el estado del cuál es un político ha demostrado tener poco impacto en las elecciones.

Basta voltear a ver contiendas del pasado. Paul Ryan, era Representante de Wisconsin y esto no le ayudo a Mitt Romney a ganar el estado en 2012 cuando fue su compañero de fórmula. John Edwards no ayudó a que John Kerry ganara su estado natal, Carolina del Norte, en el 2004.

Bueno, ni siquiera el que Joe Biden hubiese nacido en Scranton Pennsylvania fue un factor para que el hoy presidente ganara ese estado en el 2020. De hecho, Biden ganó Pennsylvania por un margen tan estrecho (80 mil votos) que no se pudo declarar quién era el ganador de la elección sino hasta tres días después, el viernes 6 de noviembre, cuando se terminaron de contar los votos precisamente en ese estado.

Lo recuerdo muy bien porque en la cobertura que estábamos haciendo en Televisa, tuve que volar de Florida a Georgia ese viernes y, alrededor de las 11am, cuando estaba en vuelo, fue cuando se definió Pennsylvania y entonces vinieron gritos de felicidad de la mayoría de los pasajeros al saber que, al ganar Biden Pennsylvania, Trump había sido finalmente derrotado.

Volviendo a Walz, el actual gobernador de Minnesota es un hombre ligero, alegre y buen comunicador. Es alguien que regresa el entusiasmo y sentimientos positivos a un país que lleva escuchando división y odio de parte de Trump por ya demasiado tiempo.

Como hombre blanco originario del corazón rural estadounidense, tiene una biografía ¡y hasta el acento! que puede ayudar a Harris a agrandar su bolsa de votantes y a balancear el que ella sea una mujer, abogada, del estado más grande y rico de EUA, California.

Walz conoce muy bien cómo funciona la Cámara de Representantes ya que él mismo lo fue por más de una década y esto ayuda a unificar al partido demócrata. Por eso el aplauso de Nancy Pelosi a su nombramiento fue tan efusivo e inmediato. Y en esos años como legislador y luego como gobernador de Minnesota, Walz ha tenido que aprender a tratar con los republicanos.

Shapiro pudo haber sido una muy buena elección pero en un momento en el que la guerra en Gaza ha tomado relevancia en la política estadounidense, el que el esposo de Harris sea judío hacía que, si además elegía ella a un compañero de fórmula de la misma religión, esto pudiese alienar a votantes jóvenes que han estado manifestándose por el apoyo tan fuerte que Biden le ha dado a Israel. En ese sentido, la religión de Shapiro pudo haber influido en que no fuera el +1 de Harris.

En el caso de Mark Kelly, era muy atractivo pensar en un astronauta haciendo campaña. Kelly, senador por Arizona, conoce la frontera y tiene posturas duras de ley y orden para componerla. Por ello le podía sumar a Harris a los escépticos del trabajo que la actual vicepresidenta ha hecho en la frontera. Sin embargo, quitarlo del Senado abría un escaño que el partido demócrata no puede darse el lujo de perder. Por ello Kelly le puede sumar más a los demócratas desde el Capitolio.

Estamos a 90 días de las elecciones y la fórmula Harris-Walz arranca con el pie derecho.

Apostilla: con Biden fuera de la contienda, ahora ha surgido un nuevo apodo para Trump: DonOLD.

Columna publicada en El Universal

En muchas cosas mostraron estar unidos los republicanos durante su Convención Nacional de la semana pasada. Además de una adoración casi divina a Donald Trump, los unió el discurso antiinmigrante, enfocado en que quienes cruzan la frontera sin documentos son invasores que cometen crímenes al llegar a Estados Unidos. Crimen migrante fue el eje sobre el cual giraron los discursos en Milwaukee.

En su más reciente episodio de “Last Week Tonight”, John Oliver hace un gran recuento de por qué fue este uno de los temas más recurrentes del partido y por qué es tan popular para un segmento de los estadounidenses.

Todo empezó con una nota que la cadena Fox News transmitió a partir del 27 de Enero de este año en el que repitieron un segmento de unos supuestos migrantes peleando con unos policías de Nueva York (NYPD) y después supuestamente uno de esos migrantes festeja con una señal obscena su liberación tras haber pasado un día en prisión. El segmento fue repetido por Fox News más de 60 veces.

Después se supo la realidad de lo que Fox había transmitido. El pleito con el NYPD lo comenzaron los policías. Y el migrante liberado que mandó la señal obscena era una historia a parte de la del pleito y lo hizo porque, sin haber hecho nada, lo aprehendieron pensando que era otra persona, también migrante, y lo llevaron a prisión en donde estuvo 24 horas. Cuando fue liberado hizo la señal del dedo como protesta por haber ido a prisión sin razón alguna, más que por su aspecto físico. Pero esto ya no fue aclarado por Fox News y la cadena siguió adelante con su campaña de hablar recurrentemente de los crímenes migrantes.

A esa historia Fox News agregó otras. En una aparecen unos hombres blancos vestido de rojo, los llamaron Ángeles Guardianes, una especie de grupo de vigilantes que están deteniendo a supuestos indocumentados cometiendo crímenes en Times Square de Nueva York. Resulta que los delitos son inventados y los Ángeles Guardianes detienen a gente simplemente por parecer migrantes y por hablar español. Pero esto ya no lo precisa Fox.

El partido republicano intentó durante la convención de Milwaukee vincular el tema del crimen migrante con las adicciones y el problema de sobredosis tan tremendo que padecen en EUA. Antes de la Convención abrieron una página de internet que se llama Bidenbloodbath.com (el VPN no permite entrar a la página desde México) en la que se pueden ver crímenes causados por migrantes en 13 estados de EUA. Al picar en Ohio, Wisconsin, Carolina del Norte y Montana, lo que aparece es, en lugar de delitos de migrantes, cifras de muertes por sobredosis de fentanilo. Así conectan ambos temas sin que tengan relación alguna. Fue algo que también hizo J.D. Vance en su discurso de aceptación de la candidatura a la vicepresidencia y algo que repitió Trump en su larga perorata de 90 minutos.

No importan los datos duros como que el 91 por ciento de los decomisos de fentanilo en la frontera se hicieron a ciudadanos estadounidenses, no a migrantes indocumentados. Ni que, según datos del Instituto Cato, solo un .009 por ciento de las personas arrestadas por la Patrulla Fronteriza en el 2022 traían fentanilo.

Pero la narrativa está hecha: los migrantes entran a EUA y cometen delitos, además de que son los que trafican fentanilo. No es de extrañar que en Milwaukee hubiera pancartas que ondeaban los asistentes en las que se leía “Deportación Masiva ¡ya!”.

Una encuesta publicada por Gallup este mes muestra claramente cómo ha crecido el sentimiento antiinmigrante en los estadounidenses en general y en los republicanos en particular. Y no solo eso, el tema migratorio ha aparecido constantemente como el primero o segundo más preocupante para los votantes.

Así que en México tendremos que irnos preparando para una retahíla de ataques a los connacionales que viven en EUA porque es algo que enciende los ánimos del electorado republicano. Trump y Vance los saben y lo van a aprovechar.

Columna publicada en El Universal

La mayor suerte, evidentemente, fue haber volteado la cara justo cuando una bala estaba por matarlo. El atentado en contra de Donald Trump fue fallido y solamente significó una herida en la oreja.

De ahí vino la reacción de levantar el puño y llamar a sus simpatizantes a pelear. “¡Fight; fight; fight!” Fue una demostración de fuerza que contrasta con lo endeble, frágil y disminuido de su oponente, el presidente Joe Biden.

Trump es el séptimo presidente de EUA que sufre un atentado. Es el tercero en sobrevivirlo. Abraham Lincoln; James Garfield; William McKinley y John F Kennedy murieron. Theodor Roosevelt en cambio, logró sobrevivir la bala que le disparó un inmigrante de origen alemán a unas cuadras justo de donde hoy celebran su convención los republicanos, en Milwaukee, en 1912.

El segundo presidente en sobrevivir un atentado fue Ronald Reagan en 1981 cuando John Hinckley le disparó con la intención de atraer la atención de la actriz Jodie Foster.

Y ahora, Trump.

Desde ese momento el republicano se ha convertido en la imagen misma de un milagro para muchos de sus simpatizantes. En la Convención de Milwaukee los oradores han hablado de Trump casi como un Dios. ¿Significa esto que Trump ya tiene asegurado el triunfoen noviembre próximo?

Sus momios han aumentado, sin duda. Y la mala posición en la que se encuentran los demócratas ante un Joe Biden que se niega a ceder la estafeta para que alguien más vigoroso se quede con la candidatura no hace más que ayudar a Trump. Muestra de lo seguro que está con sus posibilidades de ganar fue la elección de su compañero de fórmula.

Al elegir a J.D. Vance, Trump demuestra que lo importante para él es asegurar el futuro de su movimiento MAGA (Make America Great Again) y no crecer su base de simpatizantes. Aun cuando ha llamado a la unidad tras el atentado, todo indica que se refiere a unidad en torno a su movimiento, no unidad en torno a un país en el que quepan otras formas de pensar. Será fundamental el discurso que de mañana en el cierre de la Convención para conocer con exactitud qué dirección toma Trump.

Tiene dos opciones: engrandecer con un discurso que apacigüe los ánimos de violencia y venganza o dividir con un llamado partidista que empuje a EUA hacia un abismo mayor al que ya se encuentra.

J.D Vance tiene apenas 39 años. En un país gobernado por una gerontocracia, representa una bocanada de aire fresco. Es además un converso. Pasó en muy poco tiempo de equiparar a Trump con Hitler a ser su compañero de fórmula. Los conversos, bien sabemos, son los mejores comunicadores y defensores de quien antes denostaron. A partir de ahora veremos a Vance ser el perro de ataque de Trump en temas como el aborto; el libre comercio; el freno a la ayuda a Ucrania y la lucha en contra de los carteles mexicanos.

En ese sentido, esperemos que en el futuro gobierno de Sheinbaum estén preparándose para un entorno muy complicado de llegar a La Casa Blanca Trump-Vance en enero del 2025.

Columna publicada en El Universal