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Los diputados británicos volvieron a sus actividades legislativas este miércoles tras la decisión de la Corte Suprema, que declaró “ilegal” y “sin efecto” el cierre del parlamento ordenada por el primer ministro Boris Johnson, lo que da pie a un complicado mes antes del Brexit.

La Cámara de los Comunes reanudó sus sesiones pidiendo explicaciones sobre su suspensión al fiscal general, el consejero jurídico del gobierno, Geoffrey Cox.

Johnson, que voló desde Nueva York a donde asistió a la Asamblea general de la ONU, comparecerá ante el Parlamento esta misma tarde.

“Este parlamento es un parlamento muerto”, dijo Cox reprochando a los diputados haber rechazado tres veces el acuerdo de divorcio negociado con Bruselas por Theresa May y negarse a autorizar elecciones anticipadas para salir del bloqueo.

“Este parlamento debería tener el valor de enfrentarse al electorado, pero no lo hará”, agregó.

Asegurando que “hay mucha gente que quiere frustrar el Brexit”, Johnson había reiterado su llamado a unos comicios anticipados que la oposición se niega a concederle hasta que se descarte por completo la amenaza de una salida brutal de la Unión Europea programada para el próximo 31 de octubre.

Johnson, que perdió la mayoría tras la rebelión de 21 de sus diputados, está ganando popularidad entre los votantes según los sondeos y quiere aprovechar ese impulso. Pero para convocar elecciones anticipadas necesita el apoyo de dos tercios de una cámara que ya rechazó dos veces su propuesta.

“Nuestra principal prioridad es prevenir una salida sin acuerdo de la Unión Europea el 31 de octubre”, reiteró el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, e insistió que hasta entonces no habrá elecciones.

El jefe negociador de la Unión Europea para el Brexit, Michel Barnier, aseguró este lunes que la actual posición del gobierno británico no ofrecía “ninguna base para hallar un acuerdo” en el proceso de salida de Reino Unido del bloque.

“En virtud de la actual posición del Reino Unido, es difícil ver cómo podemos llegar a una solución jurídicamente operativa que responda a todos los objetivos de la salvaguarda (en Irlanda)”, declaró Barnier en Berlín, tras haberse reunido con el ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas.

“Por el momento, no tenemos bases para encontrar un acuerdo, debemos continuar trabajando”, agregó Barnier, quien se entrevistó el fin de semana pasado en Luxemburgo con el primer ministro británico, Boris Johnson. En ese sentido dijo, “la pelota está en el campo británico”.

Recordemos que la salvaguardia tiene por objeto garantizar que no haya una frontera dura entre Irlanda, miembro de la UE, y la provincia británica de Irlanda del Norte, y proteger el mercado único europeo.

La valoración negativa de Barnier sobre el estado de las negociaciones entre Bruselas y la UE se produjo tras su reunión de la semana pasada con su homólogo británico, Stephen Barclay.

Las conversaciones continuarán esta semana en Bruselas y Nueva York, con reuniones previstas entre Johnson, y el presidente de la UE, Donald Tusk, este mismo lunes por la tarde.

Las últimas propuestas británicas, que no se han detallado en esta etapa, llegan seis semanas antes de la fecha prevista del Brexit el 31 de octubre.

Johnson quiere lograr un acuerdo en la cumbre de la UE del 17 y 18 de octubre, pero se dice decidido a que su país salga del bloque en la fecha prevista y se niega a pedirle a los 27 un aplazamiento.

El ministro británico para el Brexit, Steve Barclay, aseguró este viernes que la negociación de divorcio entre la Unión Europea (UE) y Reino Unido avanza “con ímpetu”, después de meses de bloqueo del acuerdo de retirada.

“Estamos avanzando con ímpetu, las discusiones continuarán la próxima semana entre los equipos técnicos”, aseguró Barclay, tras reunirse en Bruselas con el negociador de la UE, Michel Barnier, a poco más de 40 días de la fecha del Brexit.

Para llegar a un acuerdo y alejar el temido escenario de un divorcio abrupto, el gobierno británico, liderado por Boris Johnson desde julio, exige la retirada del mecanismo de último recurso conocido como salvaguarda irlandesa.

Su predecesora, Theresa May, pactó con la UE este mecanismo que busca evitar la reintroducción de una frontera para bienes entre Irlanda, país del bloque, y la provincia británica de Irlanda del Norte.

El acuerdo cerrado en noviembre preveía que todo Reino Unido permanecería en una unión aduanera con la UE si, tras un período de transición, no se hallaba una alternativa mejor en el marco de un acuerdo de libre comercio entre ambos.

Sin embargo, el Parlamento británico rechazó hasta en tres ocasiones el acuerdo de divorcio entre May y Bruselas, en parte por la salvaguarda que impediría a Reino Unido negociar acuerdos comerciales con terceros países.

El ‘premier’ británico y el titular de la Comisión, Jean-Claude Juncker, decidieron el lunes acelerar las discusiones. Johnson tiene previsto reunirse el lunes en Nueva York con el jefe del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Los europeos urgieron al gobierno británico a presentar alternativas a la salvaguarda que permitan respetar los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998 y preserven la integridad del mercado único europeo.

Barclay y Barnier discutieron tres documentos presentados por Londres con ideas sobre cómo reemplazar el mecanismo para Irlanda en el acuerdo de divorcio, pero “todavía queda mucho trabajo por hacer”, según el ministro.

Casi un 52% de los votantes británicos apoyó el Brexit en un referéndum celebrado en junio de 2016, pero, tres años después, Reino Unido sigue sin encontrar la manera de consumar el primer divorcio en la historia del proyecto europeo.

La presidencia finlandesa de la UE exigió este jueves al gobierno británico que presente una propuesta escrita sobre el Brexit antes de finales de septiembre, un ultimátum que Londres rechazó y calificó de “plazo artificial”.

“Presentaremos soluciones escritas formales cuando estemos listos, y no en función de un plazo artificial”, declaró un portavoz del primer ministro británico, Boris Johnson.

Antes, el primer ministro finlandés, Antti Rinne, cuyo país preside la UE durante este semestre, advirtió a Londres que tiene hasta finales de septiembre para presentar una propuesta escrita del acuerdo.

“En opinión del primer ministro Rinne, el Reino Unido debe presentar una propuesta por escrito antes de finales de septiembre”, dijo un portavoz del gabinete del primer ministro.

Los responsables de la UE pidieron ayer miércoles a Londres no “hacer como si negociáramos” para evitar un divorcio brutal entre el Reino Unido y la UE, advirtiendo a los euroescépticos británicos que tendrían que rendir cuentas.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, advirtió por su parte que el riesgo de una retirada sin acuerdo sigue siendo muy real”, ante la Eurocámara en Estrasburgo.

Recordemos que ayer, Rinne también declaró que tenían que estar preparados para un Brexit sin acuerdo.

Y es que más de tres años después del referéndum en el que casi un 52% de los británicos apoyó el Brexit, Reino Unido sigue sin encontrar la manera de consumar el primer divorcio en la historia del proyecto europeo.

El encuentro entre el primer ministro británico, Boris Johnson, y el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, este lunes, no logró despejar el temido escenario de un Brexit sin acuerdo, a 45 días de la ‘fatídica’ fecha.

“El presidente Juncker recordó que compete a Reino Unido presentar soluciones jurídicamente operativas que sean compatibles con el acuerdo de retirada (…) Estas propuestas aún no se han hecho”, aseguró el ejecutivo comunitario en un comunicado tras el encuentro en Luxemburgo.

Casi un 52% de los votantes británicos apoyó el Brexit en un referéndum celebrado en junio de 2016, pero, tres años después, el Reino Unido sigue sin encontrar la manera de consumar el primer divorcio en la historia del proyecto europeo tras más de 45 años de membresía en el bloque.

El último problema en el divorcio sigue siendo la llamada ‘salvaguarda irlandesa’ (backstop), un mecanismo de último recurso que busca evitar una frontera para bienes entre Irlanda, país de la Unión Europea (UE), y la provincia británica de Irlanda del Norte, tras el Brexit.

La predecesora de Johnson en el número 10 de Downing Street, Theresa May, pactó con la UE que este mecanismo entraría en vigor al término de una período de transición posbrexit, si Bruselas y Londres no logran una alternativa mejor en el marco de un eventual acuerdo de libre comercio.

Sin embargo, el Parlamento británico rechazó hasta en tres ocasiones el acuerdo cerrado en noviembre en parte por la salvaguarda, que impediría a Reino Unido negociar acuerdos comerciales con terceros países al continuar dentro de una unión aduanera con la UE.

El actual jefe de gobierno británico, Boris Johnson, advirtió que no aprobará un nuevo acuerdo si este mecanismo se mantiene, y, pese a que su Parlamento se lo solicitó, se niega a pedir una nueva prórroga del Brexit, determinado a sacar a su país de la UE el 31 de octubre sin pacto.

El gobierno británico explicó por su parte que ambos líderes coincidieron este lunes en la necesidad de “intensificar” los contactos de cara a lograr un acuerdo y avanzó “reuniones diarias” entre los equipo de negociación de ambos lados del Canal de la Mancha.

La reunión estuvo precedida por una ofensiva del gobierno británico defendiendo “enormes avances” en sus discusiones con Bruselas para desbloquear el acuerdo del Brexit, una visión desmentida por la Unión Europea que ya pedía “propuestas concretas”.

Londres no presentó todavía alternativas viables a los términos actuales del acuerdo de divorcio cerrado en noviembre con la Unión Europea (UE), dijo la Comisión Europea tras el almuerzo de Juncker y Johnson.

El primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró este sábado que hubo “enormes avances” para lograr un acuerdo con la Unión Europea (UE) sobre el Brexit, en una entrevista en la que comparó a Reino Unido con el increíble Hulk, el musculoso personaje de cómic.

“Cuando obtuve este cargo, todo el mundo decía que no era posible ningún cambio en el acuerdo de retirada” de Reino Unido de la UE, dijo el primer ministro al periódico The Mail on Sunday . “Pero los dirigentes de la UE cambiaron de parecer y hay una conversación muy buena en curso sobre cómo abordar las cuestiones de la frontera norirlandesa”.

La frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda es el principal escollo en las conversaciones sobre el Brexit. La denominada “salvaguarda irlandesa”, pensada para evitar la reinstauración de una frontera física entre ambos territorios, genera una gran polémica, y fue en gran parte el motivo por el que los diputados británicos rechazaron en tres ocasiones el tratado de salida negociado por Theresa May, forzando su renuncia como jefa de gobierno.

Se trata de una solución de último recurso que solo entraría en vigor si, tras un periodo de transición previsto en el acuerdo, Londres y Bruselas no acuerdan una solución mejor, y que crearía un “territorio aduanero único”, que englobaría a la UE y al Reino Unido, lo que limitaría la capacidad de Londres para negociar tratados comerciales con otros países.

“Hay mucho trabajo por delante y hasta el 17 de octubre”, cuando los líderes de la UE se reunirán para una cumbre final antes de la salida de Reino Unido del bloque, dijo Johnson. “Pero voy a ir a esa cumbre y voy a obtener un acuerdo, tengo mucha confianza”.

Antes de eso Boris Johnson se reunirá el lunes en Luxemburgo con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el jefe negociador del bloque para el Brexit, Michel Barnier.

Durante la entrevista Boris Johnson, comparó a Reino Unido con el superhéroe Hulk.

“Cuanto más se enoja Hulk, más fuerte se vuelve, y siempre escapa, aunque parezca estar fuertemente atado, como es el caso de este país”, dijo el líder británico. “Saldremos el 31 de octubre (…) créanme”.

No obstante, la oposición parlamentaria a su posición aumentó aún más este sábado, cuando Sam Gyimah, uno de sus diputados por el Partido Conservador, desertó y se unió a los Liberal-Demócratas, proeuropeos.

La semana pasada, 21 diputados conservadores apoyaron a la oposición parlamentaria para obligar al Ejecutivo a pedir un aplazamiento del Brexit hasta enero.

El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, anunció este lunes que dimitirá de su cargo el próximo 31 de octubre, la fecha prevista por ahora para que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE).

En un discurso ante los diputados, Bercow dijo que, en el caso de que el Parlamento vote a favor de convocar unas elecciones anticipadas, abandonaría sus responsabilidades cuando queden suspendidas las cámaras.

Sobre lo que sucede en Reino Unido, la reina Isabel II dio este lunes la aprobación real a la ley que impone pedir un nuevo aplazamiento del Brexit si no hay acuerdo aceptable con Bruselas al 19 de octubre, informó el presidente de la cámara alta del parlamento británico.

La ley, aprobada la semana pasada por las dos cámaras parlamentarias, “recibió la aprobación real”, afirmó la Cámara de los Lores en Twitter. Bajo esta legislación, el Reino Unido tendría que solicitar a la Unión Europea una nueva prórroga del Brexit, ahora previsto el 31 de octubre.

El hermano menor del primer ministro británico, Boris Johnson, anunció este jueves su dimisión como secretario de Estado y diputado alegando un conflicto entre su “lealtad familiar” y “el interés nacional”.

“En las últimas semanas he estado dividido entre la lealtad familiar y el interés nacional, es una tensión irresoluble y el momento para que otros asuman mis funciones”, anunció en Twitter Jo Johnson.

Secretario de Estado para la Ciencia y las Universidades en el ejecutivo de su hermano, Jo Johnson, de 47 años, ya había dimitido del gobierno de Theresa May en noviembre de 2018.

Aseguró que el acuerdo que entonces se estaba ultimando “sería un terrible error” para el país y pidió organizar un segundo referéndum con la esperanza de revocar el Brexit.

No es tampoco la primera vez que las tensiones sobre la salida británica de la Unión Europea se hacen sentir en el seno de la familia Johnson.

La hermana del controvertido primer ministro, la periodista Rachel Johnson, se presentó como candidata del partido proeuropeo Change UK en las elecciones a la Eurocámara del pasado mayo, aunque no logró ser elegida. Rachel Johnson, de 54 años, había militado en el Partido Conservador como sus hermanos hasta 2011.

Pero en las elecciones generales de 2017 había apoyado a los centristas Liberaldemócratas para defender con ellos la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea.

En al campo contrario, Boris Johnson, de 55 años, fue una de las grandes figuras de la campaña probrexit antes del referéndum de 2016. Y en julio sucedió a la entonces primera ministra Theresa May, de quien se convirtió en gran rival por considerar que la líder negociaba un divorcio demasiado suave con Bruselas.

El padre de la familia de seis hijos, Stanley Johnson, de 79 años, trabajó en la Comisión Europea entre 1973 y 1979 y fue después eurodiputado por el Partido Conservador británico hasta 1984. Durante esos años, los hermanos Johnson estudiaron en la Escuela Europea de Bruselas.

Stanley Johnson votó contra el Brexit en el referéndum de 2016 pero un año después se declaró a favor de abandonar la UE aludiendo en parte a la actitud del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Foro: Twitter @KarmjitK

Luego de que los legisladores de la oposición se movieran para bloquear su plan de abandonar la Unión Europea el próximo mes sin un acuerdo de ‘divorcio’. El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, propuso este miércoles una elección nacional el 15 de octubre, asegurando que era la única forma de salir del estancamiento del Brexit en el país.

Johnson insiste en que Reino Unido debe abandonar la UE el 31 de octubre, con o sin un acuerdo, y acusó a la oposición de tratar de “anular el mayor voto democrático de nuestra historia”, refiriéndose al resultado del referéndum de 2016 para abandonar el bloque.

El primer ministro británico necesita el apoyo de dos tercios de los 650 legisladores de la Cámara de los Comunes para iniciar una elección.

Con 327 votos a favor y 299 en contra, este miércoles la Cámara de los Comunes del Reino Unido aprobó un plan para bloquear cualquier intento de Brexit sin acuerdo y lo envió a la cámara alta del Parlamento.

Esto va contra los planes del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, quien quería una salida de la Unión Europea, con o sin acuerdo, para el 31 de octubre de este año.

Con esta votación, los legisladores británicos que se oponen al plan de Johnson para abandonar la Unión Europea sin un acuerdo de divorcio superaron su primer obstáculo.

Sin embargo, el destino de la medida es incierto. Simpatizantes del Brexit en la Cámara alta del Parlamento británico amenazan con detenerla y postergarla hasta que el tiempo se agote.

Las tácticas son parte de un enfrentamiento directo entre el Gobierno de Johnson a favor de un Brexit a toda costa y un Parlamento preocupado sobre las consecuencias económicas y sociales que podría traer una separación caótica.

Los legisladores de la oposición, apoyados por los rebeldes del Partido Conservador al que pertenece Johnson, advirtieron que salir del bloque sin un acuerdo de divorcio ocasionaría un daño económico irreparable.

La propuesta necesitaría que el Gobierno británico pida a la UE postergar el Brexit hasta el 31 de enero de 2020, en caso de que no logre concretar un acuerdo con el bloque para finales de octubre.

Los legisladores esperan aprobar la medida y promulgarla -un proceso que puede tardar meses- para finales de esta semana, debido a que Johnson planea suspender las sesiones del Parlamento desde algún momento de la próxima semana hasta el 14 de octubre.

La tarde de este martes, con 328 votos a favor y 301 en contra, el Parlamento de Reino Unido votó en contra del primer ministro Boris Johnson, colocandose a un paso de bloquear un Brexit sin acuerdo.

La votación de este día permite a los legisladores británicos tomar el control de la agenda del Parlamento del Reino Unido, dando un gran salto en el intento de bloquear una salida de la Unión Europea, con o sin acuerdo, en la fecha pactada del 31 de octubre.

Con este resultado en la votación, el Parlamento británico iniciará el miércoles un trámite para convertir en ley un proyecto que evita la salida de la Unión Europea sin un acuerdo con el bloque. Además, también se discutirá un nuevo aplazamiento para el Brexit, que se planea sea para el 31 de enero de 2020.

Johnson comentó que propondrá una moción para convocar a elecciones generales, las terceras en cuatro años.

Jeremy Corbyn, líder del partido de oposición, respondió que el primer ministro puede tener sus elecciones generales, siempre y cuando el proyecto de ley en contra de un Brexit sin acuerdo se convierta en ley.

El gobierno británico suspenderá la sesión parlamentaria hasta el 14 de octubre, dos semanas antes de la fecha del Brexit.

El primer ministro Boris Johnson pidió a la reina Isabel II que finalice la actual sesión parlamentaria “en la segunda semana hábil de septiembre” y efectúe su tradicional discurso de inauguración de la nueva sesión el 14 de octubre, informó Downing Street.

Es un “ultraje constitucional”, lanzó inmediatamente el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, que en el pasado mostró su poder bloqueando algunas de las decisiones de la entonces primera ministra Theresa May.

“Es obvio que el propósito de esta suspensión ahora sería impedir que el Parlamento debata sobre el Brexit y cumpla con su deber de definir el rumbo del país”, denunció.

El Parlamento de Westminster suspende su sesión habitualmente durante varias semanas en septiembre con motivo de las conferencias anuales de los partidos políticos, pero este año el paro será mucho más largo, y dejará muy poco tiempo a los diputados, que regresan de sus vacaciones estivales el 3 de septiembre, para intentar evitar un Brexit sin acuerdo el 31 de octubre.

“La decisión de poner fin a la actual sesión parlamentaria (…) permitirá al primer ministro poner un nuevo programa nacional ante los diputados para su debate y escrutinio”, justificó el gobierno.

Recordemos que Johnson llegó al poder el 24 de julio para reemplazar a May, que se vio obligada a dimitir por su incapacidad para cumplir con el Brexit, asegurando que sacaría al país de la Unión Europea con o sin acuerdo a finales de octubre sin pedir un nuevo aplazamiento.

Aún cuando es poco el tiempo que queda para alcanzar un acuerdo satisfactorio sobre el Brexit, La canciller de Alemania, Angela Merkel, afirmó que todavía es posible una solución negociada para la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Acompañada del primer ministro británico Boris Johnson, la jefa de gobierno de Alemania dijo que aún puede hallarse una solución al controversial tema de la frontera irlandesa antes del 31 de octubre, la fecha programada para que Gran Bretaña abandone el bloque europeo.

Por su parte el premier británico, Boris Johnson dejó en claro que el gobierno de su país “no puede aceptar” el acuerdo actual de “divorcio” con la UE y volvió a reclamar la supresión del denominado “backstop”.

Se trata de un mecanismo previsto para impedir la creación de una frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda tras el Brexit.

Hoy en París, Boris Johnson se reunirá con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, para buscar el apoyo que evite un “divorcio” abrupto con Bruselas.

 

 

El conservador Boris Johnson, artífice de la campaña del “brexit”, se ha convertido este miércoles en primer ministro del Reino Unido, en sustitución de la dimisionaria Theresa May.

Como marca la tradición, Johnson fue investido por la reina Isabel II en una breve audiencia en el palacio de Buckingham, en Londres, a donde previamente acudió May para comunicar su partida.

El nuevo primer ministro prometió negociar “un nuevo y mejor” acuerdo con la Unión Europea (UE) que garantice la
salida de este país del bloque.

Johnson, de 55 años, pronunció un discurso inaugural a las puertas de su ya residencia oficial en el 10 de Downing Street. Insistió en que Reino Unido saldrá de la UE el 31 octubre “sin excusas”. Habló de la opción de un Brexit “salvaje”, aunque dijo, “no queremos ese resultado”.

El nuevo líder de los conservadores indicó que llegó el momento de actuar y de tomar decisiones en beneficio de la sociedad británica.

A los críticos de lo que sucede en el país, Johnson les dijo que seguro sí habrá “dificultades”, pues se llegó a un punto de quiebre no por “las decisiones que hemos tomado, sino a nuestro rechazo a tomar decisiones”.

Tras asumir, el primer ministro ha recibido felicitaciones de diversas figuras de todo el mundo.

 

La carrera por la sucesión de la primer ministra británica Theresa May concluyó este lunes con el cierre de la votación de los miembros del Partido conservador, y salvo una sorpresa Boris Johnson será el martes proclamado ganador.

Favorito en los sondeos y entre los militantes del Partido Conservador, a Johnson le esperan dificultades internas frente a un sector de su agrupación, en desacuerdo con su estrategia sobre el Brexit, y la crisis diplomática con Irán.

“BoJo”, como le llaman, de 55 años, exalcalde de Londres y exministro de Relaciones Exteriores, se opone en la carrera a Jeremy Hunt, de 52 años, su sucesor al frente de la diplomacia británica.

Según una encuesta publicada por el blog conservador “Conservativehome”, ganaría con 73% de los sufragios de los 160.000 miembros del partido. La votación concluyó a las 16H00 GMT y los resultados serán anunciados en la mañana del martes.

El vencedor será designado jefe del Partido Conservador y se presentará el miércoles ante la reina Isabel II, quien le confiará la responsabilidad de formar el gobierno.

Le corresponderá tener éxito en lo que May fracasó: poner en marcha el Brexit, en un país siempre profundamente dividido sobre el asunto, tres años después del referéndum del 23 de junio de 2016.

El futuro jefe del gobierno deberá además encargarse de las tensiones en el Golfo, y de la captura por parte de Irán del “Stena Impero”, un petrolero de bandera británica.

Personaje excéntrico y polémico, Johnson suscita una profunda animadversión entre los opositores al Brexit, muchos de los cuales consideran que su apoyo a abandonar la UE en 2016 no fue más que un instrumento de sus ambiciones personales.

Como muestra, las decenas de miles de personas que salieron el sábado a las calles de Londres para decir “Sí a Europa”, y “No a Boris”.

Johnson no descarta una salida de la Unión Europea (UE), incluso si no se logra un acuerdo, lo que no tiene unanimidad entre los conservadores.

Boris Johnson, favorito para suceder a la primera ministra británica, Theresa May, reconoció la noche de ayer que necesita la “cooperación” de la Unión Europea (UE) para amortiguar los golpes en caso de una salida sin acuerdo.

En entrevista con la BBC, Johnson aseguró que si de aquí a julio se convierte en primer ministro, su gobierno no impondrá en ningún caso “ni controles ni fronteras duras en Irlanda del Norte”.

Johnson aseguró que no habrá controles ni fronteras incluso en caso de Brexit duro, es decir, si el 31 de octubre Reino Unido sale de la UE sin un acuerdo, como advirtió en varias ocasiones el propio ex alcalde..

“Por supuesto no depende solo de nosotros”, reconoció el también ex ministro de Relaciones Exteriores. “También depende del otro bando. Por supuesto, hay un elemento muy importante, el de la reciprocidad y la cooperación”.

Johnson también hizo referencia a un “periodo de transición”, una cláusula prevista ya en el acuerdo que alcanzaron Theresa May y sus socios europeos en noviembre, pero que él considera “muerto” tras el rechazo del Parlamento británico en tres ocasiones.

Insistió en que busca obtener un periodo de transición, por lo que prepara “seriamente y con determinación” una salida sin acuerdo o bajo los términos de la Organización Mundial del Comercio para demostrar a los europeos la seriedad de Reino Unido.

Entre otras cosas, habría que convencer a Bruselas para reanudar las negociaciones. En caso de que esta vía fracase, Boris Johnson prometió que Reino Unido saldrá de la UE el 31 de octubre, incluso aunque no haya un acuerdo.