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Evan Gershkovich

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La embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynn Tracy, visitó este miércoles al periodista estadounidense Evan Gershkovich, acusado de espionaje por las autoridades rusas, tras la decisión de de prolongar su arresto hasta el próximo 30 de marzo.

“Hoy visité al periodista estadounidense Evan Gershkovich en la prisión preventiva de Lefórtovo, donde está recluido. Evan se encuentra en buen estado de salud y conserva el buen ánimo”, escribió Tracy en Telegram.

Y es que la justicia rusa desestimó un recurso de apelación interpuesto por Gershkovich, acusado de espionaje, y ratificó su arresto hasta el 30 de marzo.

La Corte dictaminó “no satisfacer la apelación de la defensa” y mantener “sin cambios” la anterior decisión dictada el pasado 26 de enero, que prevé prolongar la medida cautelar de arresto, según reportó la agencia rusa TASS.

La sesión se celebró a puerta cerrada dado “el carácter secreto” de la causa penal en contra del periodista de The Wall Street Journal.

Recordemos que Gershkovich, de 33 años, fue detenido a fines de marzo de 2023 en Yekaterimburgo, capital de los Urales, y el 7 de abril fue acusado formalmente de espionaje por el Servicio Federal de Seguridad (FSB), antiguo KGB.

Según el FSB, el periodista “recopilaba por encargo de la parte estadounidense informaciones secretas sobre las actividades de una de las empresas del complejo militar industrial ruso”.

Las autoridades estadounidenses y el periódico para el que trabajaba han negado las acusaciones de las fuerzas de seguridad rusas contra el periodista y han exigido su liberación inmediata.

Un tribunal ruso rechazó este martes la apelación del periodista estadounidense Evan Gershkovich, detenido en Rusia desde marzo pasado, contra la prolongación de su detención preventiva por presunto espionaje.

El juez Yuri Pasyunin, del tribunal municipal de Moscú, decidió dejar “sin cambios” la decisión de mantener al reportero, de 31 años, en detención, al menos hasta el 30 de noviembre.

Gershkovich, corresponsal de The Wall Street Journal en Moscú, apeló contra la prolongación de tres meses de su detención provisional, ordenada a finales de agosto.

“Estamos profundamente decepcionados de que se haya desestimado de nuevo el recurso contra la prolongación de su detención. Evan debería ser liberado”, declaró la embajada norteamericana en Moscú en redes sociales.

En el mismo sentido se pronunció el diario estadounidense, quien señaló que han transcurrido más de seis meses desde el injusto arresto de Evan, y se dijeron “indignados de que siga detenido injustamente”.

Recordemos que el periodista fue detenido el 29 de marzo durante un viaje para una cobertura informativa en los montes Urales. Desde entonces está recluido en la prisión de Lefortovo, en la capital rusa.

Gershkovich está acusado de espionaje, un delito que se castiga con hasta 20 años de cárcel. En todo momento, él, su equipo legal y sus colegas, niegan las acusaciones.

Hasta ahora, Rusia no ha presentado públicamente elementos de prueba de las acusaciones y el conjunto del proceso está bajo secreto.

Foto: Twitter @WSJLive

El diario The Wall Street Journal (WSJ) y su empresa matriz, Dow Jones, recordaron que su periodista Evan Gershkovich lleva 100 días detenido en Rusia, reiterando su llamado a que sea liberado con una serie de mensajes públicos, incluyendo una carta urgente a la ONU.

El diario publicó fotografías tomadas en lugares de todo el mundo a lo largo de estos meses, incluyendo la sala de redacción, la sede del Nasdaq, un partido de fútbol y una marcha, en las que se ve a mucha gente solidarizarse con su causa, mostrando carteles y camisetas en los que se lee “liberen a Evan” o “estoy con Evan”.

“Sigue en prisión, acusado falsamente de espionaje por el Gobierno ruso. El WSJ y el Gobierno de Estados Unidos han negado con vehemencia esta acusación falaz y están pidiendo su liberación inmediata”, señaló la directora del diario, Emma Tucker, refiriéndose al caso como una “violación de la libertad de prensa”, además de que señala que “el periodismo no es un crimen”.

Abogados de Dow Jones pidieron este viernes a la relatora especial de Derechos Humanos de la ONU en Rusia, Mariana Katzarova, que presione al Gobierno ruso para su liberación y que, hasta que se produzca, garantice “todos sus derechos” incluyendo acceso consular, salud y seguridad, y evite un “tratamiento degradante, cruel e inhumano” hacia él.

Los padres de Gershkovich, que dejaron la entonces Unión Soviética y se nacionalizaron estadounidenses, han estado enviándole cartas y acudiendo a sus audiencias en Moscú para animarlo y mostrarle apoyo.

Hace dos semanas, el Tribunal Municipal de Moscú decidió mantener al periodista en prisión preventiva al rechazar un recurso para que fuera excarcelado después de que otro tribunal ordenara privarlo de libertad más tiempo, hasta el próximo 30 de agosto.

Recordemos que Gershkovich, de 32 años, fue detenido a finales de marzo en Yekaterimburgo, ciudad en los Urales, y el 7 de abril fue acusado formalmente de espionaje por el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).

Según el FSB, el periodista “recopilaba por encargo de la parte estadounidense informaciones secretas sobre las actividades de una de las empresas del complejo militar industrial ruso”.

El presidente se está saliendo con la suya. Está logrando acabar con la prensa libre e independiente en su país. Con la detención del periodista Evan Gershkovich, del Wall Street Journal, acusado de espionaje, Vladimir Putin le está clavando probablemente el último tornillo al ataúd de la libertad de prensa en Rusia.

El proceso que ha llevado a este momento en el que ya prácticamente no hay prensa libre independiente en Rusia, ha sido paulatino. Nos podemos remontar a los años de la URSS, en donde la “libertad de expresión” se regía bajo el artículo 58 del Código Penal, que declaraba ilegales el espionaje, la traición y movilizaciones en contra del régimen. Este artículo inspiró terror en los años de la URSS. Los corresponsales extranjeros acreditados aparentemente estaban fuera del ámbito de este artículo.  La mayor amenaza que enfrentaban era la expulsión. La excepción fue Nicholas Daniloff, periodista de US News & World Report detenido en 1989. El arresto de Daniloff fue una represalia por el arresto, en Estados Unidos, del diplomático soviético Gennady Zakharov, quien fue acusado de espionaje. Dos semanas después hubo un acuerdo: los soviéticos liberaron a Daniloff y los estadounidenses liberaron a Zakharov.

Con la caída de la URSS se pensó que las cosas serían distintas. Que no habría mayor amenaza a la libertad de expresión. Esto resultó errado. La presidencia de Vladimir Putin ha ido apretando las tuercas poco a poco hasta llegar al momento actual.

Desde el 2012 cuando comenzaron las primeras manifestaciones en contra de Putin, se amplió el catálogo de delitos que ameritaban detención por cargos de traición a la patria y/o espionaje. Este endurecimiento se recrudeció de nuevo en febrero del año pasado con la nueva invasión a Ucrania lo que llevó varios periodistas rusos y extranjeros a abandonar el país.

Gershkovich fue de los pocos que se quedaron a seguir ejerciendo el periodismo. Su detención el 29 de marzo ha significado la escalada más importante en acoso a la prensa y ataque a la libertad expresión desde tiempos de la Guerra Fría. Tanto el Departamento de Estado como el WSJ ha negado las acusaciones en su contra y consideran que está detenido bajo acusaciones falsas lo que lo convierte en un rehén de Putin.

El gobierno de Estados Unidos logró que más de 40 países firmaran una carta exigiendo el gobierno de Putin la liberación de Gershkovich enfatizando que él estaba acreditado como periodista en Rusia y que el periodismo no es un delito. No obstante, ayer un juez negó otorgarle su libertad antes de que comience su juicio, programado para el 29 de mayo. Si Gershkovich es declarado culpable podría pasar 20 años en una colonia de prisioneros.

Lo que le ocurre a este periodista del WSJ es la culminación de ataques de Putin a la Prensa y a quienes no están de acuerdo con su guerra en contra de Ucrania. La escalada en los ataques a la libertad de prensa y expresión han sido paulatinos.

En un país como México, en donde hay ataques a la libertad de expresión que vienen también desde la presidencia, lo que ocurre en Rusia no puede verse como un problema ajeno y/o lejano. Putin está logrando que todo el periodismo independiente abandone Rusia. Con el periodismo tratado como un delito, la cobertura de la guerra en Ucrania quedará enmarcado de la propaganda y mentiras de su régimen. Es el sueño cumplido de cualquier autócrata.

Columna completa en El Universal

Un tribunal ruso rechazó la solicitud de liberación del periodista estadounidense Evan Gershkovich, quien fue arrestado a finales del mes pasado acusado de espionaje, por lo que permanecerá en detención preventiva.

A diferencia de muchos otros periodistas estadounidenses que abandonaron Rusia tras iniciarse la ofensiva en Ucrania, Evan Gershkovich, hijo de emigrantes soviéticos, decidió seguir trabajando en territorio ruso.

“No pierdo la esperanza”, dijo en una carta dirigida a sus padres desde la cárcel de Lefortovo, y publicada por el Wall Street Journal (WSJ).

Pese a la decisión del tribunal ruso, una de sus abogadas, Maria Korchaguina, indicó que Evan sigue siendo “combativo”.

En el momento de su detención en Ekaterimburgo, en los Urales, parecía estar trabajando sobre la industria del armamento y el grupo paramilitar Wagner. El sumario está bajo secreto, por lo que es imposible saber en este momento de qué se le acusa exactamente.

El Kremlin se limitó a decir que fue sorprendido “en flagrante delito” de espionaje, pero sin dar más detalles.

Sus amigos y colegas sostienen que Evan Gershkovich estaba haciendo su trabajo, más allá de que supiera que el FSB, el servicio secreto ruso, lo tenía en el radar.

Para Evan Gershkovich, como para otros periodistas occidentales en Rusia, la acreditación entregada por la cancillería rusa parecía una protección suficiente.

El corresponsal del WSJ, perfectamente rusohablante, multiplicó los artículos en los que contaba cómo los rusos viven el conflicto, y se entrevistó con los familiares de soldados muertos y con detractores del presidente Vladimir Putin.

Al ser acusado de espionaje, un cargo que desmiente enérgicamente, el corresponsal del Wall Street Journal, se enfrenta a 20 años de prisión, en un caso de gravedad inédita contra un periodista extranjero.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con David Luhnow, Jefe de la oficina en Reino Unido de The Wall Street Journal, sobre el caso de Evan Gershkovich, y el precio que la prensa paga en Rusia por cubrir la verdad.

 

Foto: Twitter @PjotrSauer

La embajadora de Estados Unidos en Rusia, Lynn Tracy, visitó al corresponsal del The Wall Street Journal (WSJ), Evan Gershkovich, detenido en Rusia acusado de espionaje, en la prisión preventiva Lefórtovo ubicado en la capital rusa.

“Hoy visité a Evan Gershkovich en la prisión de Lefórtovo, es la primera vez que nos dan acceso a él desde su detención ilegal hace más de dos semanas”, señaló Tracy en un mensaje publicado en la cuenta de Twitter de la Embajada estadounidense.

La diplomática agregó que el reportero se siente bien y “se mantiene fuerte”. “Reiteramos nuestro llamamiento para su liberación inmediata”, remató en el breve mensaje.

Rusia admitió la semana pasada que aún no había dado permiso a los diplomáticos de Estados Unidos en Moscú para que visitaran en prisión a Gershkovich, al afirmar que la solicitud estaba bajo consideración.

El Servicio Federal de Seguridad (FSB), antiguo KGB, acusó formalmente de espionaje al periodista estadounidense el pasado 7 de abril.

Los abogados del corresponsal del WSJ, han apelado su detención, mientras decenas de periodistas independientes rusos escribieron una carta demandando su liberación y calificando de gratuita la acusación de espionaje en virtud del artículo 276 del código penal, cargo que se castiga con hasta 20 años de prisión.

Tanto la Casa Blanca como The Wall Street Journal han negado las acusaciones de las fuerzas de seguridad rusas contra su corresponsal y han exigido su liberación inmediata.

Recordemos que fue el 30 de marzo pasado, cuando Gershkóvich fue detenido en Ekaterimburgo mientras realizaba un reportaje, lo que lo convirtió en el primer periodista estadounidense detenido en Rusia acusado de espionaje desde la Guerra Fría.

El gobierno de Rusia ha subrayado que se trata de un arresto legítimo pues fue sorprendido “in fraganti” cuando intentaba conseguir información clasificada como secreto de Estado, aprovechando su condición de periodista.

Además, indicó que Gershkovich está por ahora fuera de cualquier posible canje de presos con Estados Unidos hasta que haya una sentencia firme dictada por un tribunal ruso.

En Broojula, Ana Paula Ordorica conversa con David Luhnow, Jefe de la oficina en Reino Unido de The Wall Street Journal, sobre el caso de Evan Gershkovich, y el precio que la prensa paga en Rusia por cubrir la verdad.

Foto: Lucy Gilmour vía @WSJPR