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La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha concluido este viernes que existe “un posible vínculo” entre varios casos raros de tromboembolismo venoso (TEV) y la vacuna de la COVID-19 de Janssen, por lo que ha decidido incluir esta afección en el prospecto como un efecto secundario poco común.

El comité de seguridad (PRAC) de la EMA concluyó que existe “una posibilidad razonable” de que los casos raros de TEV estén relacionados con la vacunación con este preparado, por lo que instó a concienciar a los profesionales sanitarios y a las personas que reciben esta vacuna, especialmente aquellos que tienen un mayor riesgo de desarrollar TEV.

Esta afección, distinta al efecto adverso detectado anteriormente de trombosis con síndrome de trombocitopenia, supone la formación de un coágulo de sangre en una vena profunda, generalmente en una pierna, un brazo o una ingle, y puede viajar a los pulmones y causar un bloqueo de suministro de sangre, con posibles consecuencias potencialmente mortales en los pacientes.

El PRAC ha analizado los datos de dos estudios clínicos y revisó los datos recopilados del uso de Janssen en las campañas de vacunación para llegar a su conclusión.

Por otro lado, el PRAC también evaluó los datos disponibles sobre los casos de trombocitopenia inmune (PTI) notificados después de la vacunación con Janssen y AstraZeneca, y también recomendó actualizar el prospecto de ambas vacunas para incluir este trastorno como una reacción adversa “con una frecuencia desconocida”.

Con esta afección, el sistema inmunológico se dirige por error a las células sanguíneas llamadas plaquetas, que son necesarias para la coagulación normal de la sangre, y los niveles muy bajos de plaquetas en sangre pueden estar asociados con hemorragias y graves consecuencias para la salud.

La EMA advierte de que, si una persona tiene antecedentes de PTI, se debe considerar el riesgo de desarrollar niveles bajos de plaquetas antes de la vacunación, y se recomienda el monitoreo de plaquetas después de recibir el preparado con cualquiera de estas vacunas.

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) confirmó este viernes un “posible vínculo” entre las vacunas contra el COVID-19 basadas en ARNm, Pfizer/BioNTech y Moderna, y varios casos muy raros de miocarditis y pericarditis desarrollados tras la vacunación, por lo que los incluirá como efectos secundarios en su prospecto.

El comité de seguridad (PRAC) de la EMA concluyó, durante su reunión esta semana para analizar la información disponible compartida por los médicos europeos, que los casos detectados de miocarditis y pericarditis desarrollados por algunas personas vacunadas con Pfizer o Moderna podrían ser un efecto secundario del fármaco.

Estos dos síntomas se incluirán a partir de ahora en la información del producto, junto a una advertencia para alertar a los profesionales de la salud y a los pacientes que reciben estas vacunas, y vigilen este efecto adverso inusual.

La miocarditis es una inflamación del músculo cardíaco, y pericarditis una inflamación de la membrana alrededor del corazón, y los síntomas de estas afecciones inflamatorias pueden variar, aunque a menudo incluyen dificultades para respirar, latidos cardíacos fuertes que pueden ser irregulares (palpitaciones) y dolor de pecho.

La EMA también indicó que este viernes que “no confirma ni descarta de momento” un posible vínculo entre la vacuna de AstraZeneca y el síndrome de Guillain-Barré (GBS), pero pidió estar alerta a los signos para un diagnóstico y tratamiento temprano.

El PRAC ya ha evaluado toda la evidencia disponible, lo que incluye información científica y un número no confirmado de casos notificados a través de la base de datos Eudravigilance por países del Espacio Económico Europeo (EEA), que incluye los 27 de la UE, además de Islandia, Liechtenstein y Noruega.

“Pero en esta etapa los datos disponibles no confirman ni descartan una posible asociación con la vacuna”, lamentó.

El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno poco común del sistema inmunológico que causa inflamación de los nervios y puede provocar dolor, entumecimiento, debilidad muscular y dificultad para caminar.

Finalmente, la EMA desaconsejó el uso de la vacuna Janssen, de Johnson & Johnson, en personas que hayan tenido previamente el síndrome de extravasación capilar (SCLS), tras el registro de tres casos en pacientes que desarrollaron esta afección tras la vacunación.

El PRAC examinó tres casos de síndrome de extravasación capilar en personas que habían sido vacunadas con Janssen y que se produjeron dentro de los dos días posteriores a la vacunación: uno de los afectados tenía historial clínico con este síndrome y dos de ellos fallecieron después.

El Comité de Moléculas Nuevas (CMN) y Subcomité de Evaluación de Productos Biotecnológicos (SEPB), sesionó este viernes para, entre otros temas, emitir una opinión sobre el uso de la vacuna contra el COVID-19 del laboratorio Janssen-Cilag, S.A. de C.V., filial de Johnson & Johnson (J&j).

La opinión del CMN y del SEPB es el paso previo para que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitario (Cofepris) autorice o no la solicitud de registro sanitario a la vacuna que el laboratorio presentó.

“Cofepris informa que la Vacuna COVID-19 (Ad26.COV2-S [recombinante]) recibió una opinión favorable por unanimidad por parte de las y los expertos para su uso en la inmunización activa para prevenir la COVID-19 causada por SARS-CoV-2 en personas mayores de 18 años”, indicó la Comisión.

Señaló que esta decisión es parte del proceso de aprobación requerido para el cumplimiento de los requisitos de calidad, seguridad y eficacia necesarios al considerar un producto.

Recordemos que el CMN es un órgano auxiliar de consulta y opinión a solicitudes relacionadas con medicamentos y demás insumos para la salud, mientras que el SEPB, que es parte del CMN, es un grupo multidisciplinario de especialistas, responsables de la evaluación previa de la información técnica y científica presentada de medicamentos biotecnológicos innovadores y biocomparables.

La Cofepris aclaró que ambos órganos están integrados por expertas y expertos en su campo y no autorizan o rechazan moléculas; emiten una opinión técnica favorable o no favorable basada en la evidencia presentada, misma que es integrada a su expediente para presentar ante la Comisión de Autorización Sanitaria.

Al 13 de abril de 2021, más de 7.2 millones de personas habían recibido la vacuna de Janssen en los Estados Unidos, país donde ya se aplicaba a gran escala, antes de que la FDA y los CDC ordenaran su suspensión debido a casos reportados que sugerían un vínculo con coágulos sanguíneos inusuales relacionados con plaquetas bajas.

Tras un análisis, el 23 de abril el comité asesor de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos recomendó retomar su uso en la campaña de vacunación, al asegurar que su beneficio es mayor a sus riesgo.

El comité asesor de los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) comenzó este viernes la evaluación de la vacuna contra la COVID -19 de Janssen, filial belga de Johnson & Johnson (J&J), después de que se recomendara suspender su administración tras algunos casos de trombosis cerebral.

Tras varias horas de discusión, se indicó que se reanudará la aplicación de las vacunas de Johnson & Johnson.

El panel se pronunció por 10 a 4 a favor de recomendar el levantamiento de la pausa, aunque será la jefa de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Rochelle Walensky, tomará la decisión final.

“La vacuna COVID-19 de Janssen está recomendada para las personas de 18 años o más en la población estadounidense en virtud de la autorización de uso de emergencia de la FDA”, dijo el grupo convocado por los CDC.

Durante la sesión virtual, el médico Michael Streiff, experto en trombos de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, señaló que, de acuerdo a los datos que maneja, los sueros de J&J y de AstraZeneca provocan coágulos en algunas personas que los reciben.

“Hasta ahora parece que hay una respuesta con trombos cuando se recibe una vacuna con vector adenoviral contra el SARS-Cov-2”, dijo Streiff durante la reunión del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP). El experto destacó que por el momento no está claro el motivo de esa reacción.

Tanto la vacuna de J&J como la de AstraZeneca, que aparentemente ha causado también casos de trombos en Europa, han sido desarrolladas a través de la modificación de un adenovirus, a diferencia de otras como las de Pfizer y Moderna, que han empleado una tecnología basada en ARN mensajero.

Estados Unidos ha concedido autorización para uso de emergencia a las vacunas de Pfizer, Moderna y J&J, mientras que AstraZeneca no ha solicitado aún ese permiso.

Streiff subrayó que si se toman en cuanta los datos de Europa, y en concreto del Reino Unido, la incidencia de ese tipo de coágulos es de entre “un caso por cada 100,000 a uno por cada 250,000 receptores de la vacuna”.

En Estados Unidos, la aplicación de la vacuna de J&J prácticamente se suspendió después de que los CDC y la Administración de Alimentos y Medicinas (FDA) recomendaran una pausa a raíz de seis casos de trombosis cerebral en seis mujeres menores de 48 años. Sin embargo, hasta este viernes al menos 15 casos han sido confirmados.

Durante la sesión, el médico Tom Shimabukuro, responsable de seguridad de vacunas de los CDC, actualizó los datos y señaló que hasta ahora hay tres fallecidas, y que siete todavía están hospitalizadas, de las que cuatro se encuentran en unidades de cuidados intensivos.

De las 15 pacientes, 13 tienen entre 18 y 49 años, y 12 de ellas desarrollaron trombosis cerebral, aunque muchas presentaron coágulos en otras partes del cuerpo.

El síntoma inicial fue dolor de cabeza, que normalmente comenzó a los seis días de haber sido vacunadas, aunque, conforme pasó el tiempo, las pacientes presentaron náuseas, vómitos, dolor abdominal, debilidad en un lado del cuerpo, dificultades para hablar, pérdida de la consciencia y espasmos, detalló el médico.

Shimabukuro destacó que siete de las mujeres eran obesas, dos tenían hipotiroidismo, dos presentaban tensión alta y otras dos estaban tomando anticonceptivos.

El experto dijo que podría haber casos potenciales en hombres y que actualmente se están estudiando. En concreto, el científico mencionó a un paciente de 25 años que desarrolló un coágulo cuando participó en los ensayos clínicos de la vacuna.

ACIP está compuesto por 15 expertos independientes, y ya se reunió el pasado 14 de abril para abordar el tema, pero decidió posponer la toma de una decisión por una semana para poder examinar los datos más detenidamente y tener tiempo adicional para recabar más información.

Las agencias federales de salud de los Estados Unidos recomendaron este martes suspender el uso de la vacuna contra el COVID-19 de la farmacéutica Johnson & Johnson, luego de que seis personas sufrieran un raro trastorno relacionado con coágulos sanguíneos.

La decisión se produce una semana después de que reguladores europeos dijeron que habían encontrado un posible vínculo entre la vacuna de AstraZeneca y casos de coágulos sanguíneos que han provocado un número reducido de muertes.

La vacuna de dosis única de Johnson & Johnson, y la fórmula de bajo costo de AstraZeneca han sido consideradas como herramientas vitales para combatir la pandemia que ha causado la muerte a más de 3 millones de personas en el mundo.

Sin embargo, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) anunciaron que sostendrán una reunión de asesoramiento mañana para revisar los casos vinculados a la vacuna de J&J. La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) estudiará dicho análisis.

Las seis personas que recibieron la vacuna de J&J, y que se encuentran bajo investigación, son mujeres de entre 18 y 48 años y los síntomas se presentaron entre seis y 13 días después de haber sido vacunadas con dicho fármaco.

En estos casos, se detectó un tipo de coágulo sanguíneo llamado trombosis de seno venoso cerebral (CVST) que se sumó a bajos niveles de plaquetas en sangre.

Los CDC y la FDA de Estados Unidos afirmaron que los casos adversos parecen ser extremadamente raros en este momento.

J&J dijo que estaba trabajando de cerca con los reguladores y destacó que no se había establecido una relación causal evidente entre estos episodios y la vacuna contra el COVID-19 fabricada por su unidad Janssen.

Un reporte del New York Times, que citó a funcionarios locales, dijo que una mujer falleció y una segunda en Nebraska está hospitalizada en condición grave, aunque por ahora no hay información oficial y confirmada.

Hasta el ayer 12 de abril, se habían administrado más de 6.8 millones de dosis de la vacuna de Johnson & Johnson en Estados Unidos.

La medida recomendada por autoridades estadounidenses ocurre menos de una semana después de que el regulador europeo de los medicamentos dijera que estaba revisando raros casos de coágulos de sangre en cuatro personas de Estados Unidos que recibieron la vacuna.

La pausa en el uso de la vacuna de J&J “no tendrá un impacto significativo” en inmunización en Estados Unidos, dijo brevemente La Casa Blanca.