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Human Right Watch (HRW) advirtió este martes que la propuesta de reforma constitucional presentada por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en materia electoral, podría socavar “gravemente” la independencia de las autoridades electorales, poniendo en riesgo elecciones libres y justas.

Y es que señaló que la propuesta del presidente eliminaría muchas de las salvaguardas destinadas a preservar la independencia de las dos autoridades electorales a las que se le encarga la tarea de supervisar todas los comicios, el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Se espera que el Congreso, específicamente la Cámara de Diputados, discuta y vote la reforma electoral esta misma semana, aunque si análisis se podría alargar a antes de que finalice el periodo ordinario, que es el próximo 15 de diciembre de 2022.

“Los cambios propuestos por el presidente López Obrador al sistema electoral harían que sea mucho más fácil para cualquier partido en el poder cooptar las instituciones electorales del país para permanecer en el poder”, dijo el investigador sobre México de HRW, Tyler Mattiace.

“Dada la larga historia de gobierno de partido único de México mantenido a través de elecciones cuestionables, es extremadamente problemático que los legisladores consideren una propuesta altamente regresiva que debilitaría la independencia de la autoridad electoral”, agregó Mattiace.

Según la propuesta del López Obrador, se eliminarían todos los institutos electorales estatales y los tribunales electorales estatales, autoridades independientes que administran la mayoría de las elecciones estatales y locales y que hacen cumplir las reglas de campaña además de resolver disputas electorales.

Sus responsabilidades serían transferidas al INE y al TEPJF, que se convertirían en los únicos árbitros de todas las elecciones en el país.

La propuesta también cambiaría la forma en que se nombran a los consejeros y magistrados del Instituto Nacional Electoral y del Tribunal Federal Electoral, eliminando salvaguardas destinadas a asegurar su independencia del gobierno.

Y aunque el presidente ha negado que se busque desaparecer al INE, éste se transformaría al Instituto Nacional Electoral y de Consultas (INEC), dándole mayores atribuciones y nuevas funciones.

La propuesta acortaría y unificaría los mandatos de los integrantes, de modo que todos los presidentes de ambas autoridades electorales fueran designados a la vez, en el mismo proceso, durante cada mandato presidencial de seis años. Actualmente, estos funcionarios cumplen mandatos escalonados de nueve años y son designados en procesos de selección separados por diferentes funcionarios en diferentes años.

“Reducir el número de autoridades responsables de administrar las elecciones y hacer posible nombrar a todos los funcionarios electorales a la vez facilitaría mucho que el gobierno influyera en el proceso de selección, lo que podría socavar la independencia de las autoridades electorales”, añadió Human Right Watch.

Para la ONG, el sistema electoral actual de nuestro país, que incluye “muchas salvaguardas para proteger la independencia de las autoridades electorales”, es el resultado de décadas de reformas que comenzaron con la creación del INE en 1990 y llevaron al fin del gobierno de partido único en el 2000.

Recordó que durante la gran parte del siglo XX, un partido político controlaba casi todas las instituciones públicas de México. El gobierno organizó elecciones periódicas, que en general no se consideraban libres ni justas, y casi siempre mantuvo el poder.

Alertó que la propuesta del presidente también eliminaría el mandato constitucional para que el Instituto Nacional Electoral, en lugar del gobierno, administre el registro electoral así como la lista oficial de votantes registrados.

“La posibilidad de que el registro electoral pueda ser transferido al control del gobierno podría contravenir la legislación mexicana y las normas internacionales de protección de datos personales. Estos estándares prohíben que las organizaciones que tienen información personal, como nombres, fotos y huellas dactilares, compartan esa información sin el permiso expreso de las personas cuyos datos podrían transferirse”, apunta.

Y aunque el propio presidente ya ha dicho que la reforma electoral no pasará, debido a que Morena y aliados no cuentan con los  votos suficientes para aprobarla, y la oposición ha rechazado cualquier apoyo a la propuesta, Morena y el gobierno federal ya preparan un ‘Plan B’ con el fin de reformar la Ley Electoral (reforma a las leyes secundarias), y así lograr algunas de las iniciativas planteadas en la reforma constitucional.

Más de mil  líderes religiosos en Estados Unidos firmaron una carta abierta pidiendo “elecciones libres y justas” y llamando a los candidatos Donald Trump y Joe Biden a respetar los resultados, independientemente de quién gane los comicios del 3 de noviembre.

La gran cantidad de firmantes de todo tipo de tendencias refleja la preocupación de los religiosos por la polarización que se vive en el país.

Los firmantes de la carta incluyen a líderes de la Asociación Nacional de Evangélicos, el pastor progresista William Barber y dos religiosos que fueron asesores del expresidente George W. Bush.

El texto enumera cuatro principios básicos, entre ellos la importancia de compartir “información veraz y oportuna sobre los resultados electorales” y no desinformación. Esos principios, añade, “son pilares fundamentales de una República estable y saludable y cuentan con el apoyo de la vasta mayoría de los estadounidenses, pero aun así están siendo atacados de manera sin precedentes en las elecciones de 2020”.

Enfatiza que Estados Unidos es fuerte sólo si es fuerte el compromiso de su pueblo hacia la democracia y los derechos y libertades que asegura.

Galen Carey, vicepresidente de relaciones gubernamentales de la asociación evangélica, comparó la situación actual con la de las elecciones del 2000, cuando el estado de Florida tuvo que realizar un recuento de votos y finalmente Bush fue declarado ganador a raíz de un fallo de la Corte Suprema.

“Veinte años después, no estamos en una situación en que la ciudadanía puede asumir que, una vez anunciados los resultados, todos podemos regresar a nuestras rutinas y desearle bien a los nuevos líderes”, expresó Carey en una entrevista.

Entre otros religiosos que firmaron la carta están John Dilulio, el primer director que tuvo la Oficina de Asuntos de Fe de La Casa Blanca, creada bajo la presidencia de Bush, y Stanley Carlson-Thies, quien fue parte de esa oficina y luego fue asesor de temas religiosos para el gobierno de Barack Obama, además de fundar la Institutional Religious Freedom Alliance.

Y es que el presidente Donald Trump ha sido criticado por negarse a comprometerse con una transición pacífica de poder en caso de que pierda.

Si bien la carta abierta no menciona a ninguno de los dos candidatos, entre sus firmantes hay prominentes líderes cristianos que respaldan a Biden, como el pastor de megaiglesias Joel Hunter y Ron Sider, fundador y presidente emérito de Christians for Social Action.

VER CARTA AQUÍ

El Instituto Nacional Electoral (INE) sostuvo que la paz pública depende de que en el país tengan lugar elecciones libres y justas, por lo que aseguró que sí como la institución ha garantizado ese derecho en el pasado, lo hará en el Proceso Electoral del 2018.

 

 

En una declaración conjunta leída por el Consejero Presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, los consejeros electorales aseguraron que a través de la defensa de la independencia del Instituto y de decisiones basadas en la ley, se garantizará que el poder político en las elecciones del 2018 se determine única y exclusivamente por los ciudadanos en las urnas, en contiendas libres y equitativas.

 

A poco más de un mes del inicio del Proceso Electoral Federal 2018, Córdova Vianello enfatizó que  para el INE “los objetivos son claros: fortalecer la integridad de las elecciones, la autoridad del árbitro y garantizar el ejercicio libre del sufragio”.

 

El consejero presidente del INE subrayó  que “elegir democráticamente a los gobernantes y a quien toma las decisiones que impactan la vida de millones de mexicanas y mexicanos, es un derecho y una responsabilidad crucial para el futuro y la estabilidad política de nuestro país”.

 

El funcionario pidió a los actores políticos y sociales, partidos políticos, universidades, medios de comunicación y ciudadanos, que “asumamos –todos-, la responsabilidad que nos toca para que en las elecciones del próximo año refrendemos, una vez más, la apuesta democrática que desde 1988 se planteó y ha conducido la evolución política e institucional de este país. Todos somos corresponsables, nosotros en el INE vamos a hacer nuestro trabajo”.

 

Como parte del proceso electoral del 2018, el INE organizará 30 elecciones locales concurrentes con la renovación del Senado de la República, la totalidad de la Cámara de Diputados y del titular del Poder Ejecutivo Federal, por lo que se indicó “la correcta organización de las elecciones de 2018, está fundada en dos pilares, la experiencia y la autonomía de la institución”, afirmó Lorenzo Córdova.

 

Como parte de las medidas para dar certeza y legalidad a la Jornada Electoral del 2018, el instituto señaló la configuración del reglamento de elecciones; la próxima homologación  de los calendarios electorales 2017-2018 para evitar diferencias existentes en los plazos de las precampañas y el registro de candidatos, así como una mejor fiscalización y el monitoreo de propaganda política.

 

Foto: Twitter